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Nombres del estudiante:

Alex Javier Pavó n Rivera N°61811092

Asignatura:

Filosofía

Sede de estudio y Sección:

Central, San Pedro Sula. Secció n 10

Docente:

Lic. Herzen Josué Cruz Rivera


1) Vitalismo

Vitalistas: Filósofos que coinciden en calificar a la vida como la realidad


principal.

Como una reacción a los varios movimientos revolucionarios socialistas que


surgieron en la segunda mitad del siglo xix, aparecieron una serie de
pensadores que se caracterizaron por cierta especie de irracionalismo. Para
éstos, las ciencias naturales no eran las más importantes, y consideraban que
merecían la primacía las del espíritu. Pues mientras las primeras tienen como
objeto el estudio de la naturaleza, las segundas se interesan por conocer y
comprender la vida misma.

De los muchos filósofos que se consideraron como vitalistas, nos ocuparemos


solamente de cuatro: Wilhelm Dilthey, Friedrich Nietzsche, Henri Bergson y
José Ortega y Gasset. Para el primero la vida es el existir humano que se vive,
es un vivir histórico. Para Nietzsche la vida tiene un sentido biológico-cultural,
es decir, la vida es impulso natural y es vivencia. Para Bergson la vida es
impulso vital universal que lucha contra la materia porque aquél quiere el
progreso y ésta lo retarda. En la producción orteguiana la vida se maneja en los
dos sentidos: en la primera etapa predomina el biológico; en la segunda, el
biográfico-histórico.

Wilhelm Dilthey
El vitalismo de Dilthey es histórico, en cuanto que la historicidad es lo esencial
del vivir humano. La posición de Dilthey se entiende mejor si tomamos en
cuenta estas dos circunstancias:

 La razón ilustrada tenía el carácter de atemporal, general y abstracta;


además, al fundarse en las ciencias naturales, sólo conocía lo repetitivo
y constante. Dilthey no estaba de acuerdo; él centró el interés en lo
concreto, lo único e individual; por lo tanto, lo que más le interesaba es
la crítica de la razón histórica y no de la razón teórica.

 Dilthey se encontró con una triple escisión: entre naturaleza y cultura;


entre génesis y estructura; entre ciencias de la naturaleza y ciencias del
espíritu, y con ninguna de ellas estaba de acuerdo.

El conocimiento

El conocimiento que ofrece la física consiste en explicaciones causales y


matemáticas de hechos que previamente se aislaron mediante el método
experimental. En la ciencia típica de la vida, o sea, en la historia, el auxiliar
principal no es la matemática, sino la psicología. Es mediante ésta que el
hombre se comprende a sí mismo; en otras palabras, no es lo explicativo, sino
lo descriptivo lo que nos hace comprender la vida. Para iniciar el problema del
conocimiento, es decir, de la creencia en la realidad exterior, hay que partir,
siguiendo el ejemplo cartesiano, de una base firme; a ésta Dilthey la llamó “el
principio fenoménico”. Según este principio, sólo en el acto de conciencia se da
el enfrentamiento entre el yo y el objeto.

La vida histórica

La vida histórica es el conjunto de pensamientos y temores del individuo, las


instituciones creadas, las creencias y las leyes. Esta vida es lo único de que
trata la filosofía. En realidad el hombre vive en el reino de la opinión y de la
circunstancia, ya que, en rigor, no existe la verdad. Para cada pueblo y en cada
época regirán unos valores absolutos que no serán comparables a los de otros
pueblos y épocas.

Concepción del mundo

Dilthey llamaba concepción del mundo a cualquier elaboración de una idea


general y compleja acerca de la realidad de la vida. Según Dilthey, las
concepciones del mundo no son producto del pensamiento, aunque es verdad
que la voluntad de conocer y la captación de la realidad son algunos factores.
En realidad, la concepción del mundo surge de las actitudes vitales, de la
experiencia de la vida y de la estructura de nuestra totalidad psíquica. Se
advierte que en una concepción del mundo entran las tres dimensiones vitales
ya comentadas: la representación objetiva, la estimación de los valores y la
acción de la voluntad.

Fenomenología
Objeto y caracterización de la fenomenología

Con las posiciones historicista y vitalista, la historia y la psicología adquirieron


importancia muy relevante. Las ciencias, a la vez, continuaban avanzando por
el camino del progreso. En tales circunstancias, en opinión de algunos
pensadores, la filosofía estaba perdiendo su carácter teóricocientífico para
convertirse predominantemente en una disciplina artística. Fue entonces
cuando apareció Edmund Husserl, con el propósito decidido de restaurar la
filosofía, no sólo como ciencia, sino como ciencia estricta y fundamental, que
tendrá como objetivo captar las esencias utilizando los métodos apropiados.
Para tal efecto, la filosofía tiene que estructurarse como fenomenología, con las
siguientes características:

• La fenomenología es un método para hacer de la filosofía una ciencia estricta


que ofrezca certezas, no sólo relativismos y subjetivismos.
• La fenomenología es una ciencia descriptiva teorética. Su objetivo es llegar a
la descripción de las esencias, después de que éstas hayan sido intuidas.
• La fenomenología es la ciencia de los fenómenos. El término fenómeno tiene
un sentido diferente del que le dieron Hume y Kant. Para Hume, fenómeno es
un estado psíquico; para Kant, es lo opuesto a nóumeno (la cosa en sí).

El método fenomenológico Husserl propuso un método gracias al cual los


resultados obtenidos integrarían la fenomenología como ciencia estricta: es el
método fenomenológico. Este método se desarrolla en tres etapas: actitud
natural, reducción (o epojé) e intuición.

Max Scheler
Teoría del conocimiento

El filósofo Max Scheler fue, según Bochenski, el pensador alemán más brillante
de su tiempo. Aun cuando son muy valiosas todas sus investigaciones en
diferentes campos, la historia de la filosofía lo recuerda, sobre todo, por sus
aportaciones a la teoría de los valores, en conexión estrecha con su teoría
ética.

Según Scheler

, “los nombres de valores no hacen referencia a meras propiedades que están


en las cosas que llamamos bienes”. De aquí, podemos inferir que los valores
existen independientemente de las cosas que puedan ser sus depositarios. Los
valores son cualidades valiosas, son objetos ideales que se hacen reales a
través de sus depositarios. Scheler caracterizó los valores en la forma
siguiente:
• Tienen su propio ser, el cual consiste en valer.
• Son esencias alógicas (o irracionales) en cuanto que no se captan tan sólo
intelectualmente, sino mediante una intuición emocional.
• Los valores absolutos determinan la conciencia, en tanto su jerarquía es el
fundamento de su preferencia.
• Son de orden cualitativo, ya que, aunque ideales, tienen tendencias a la
realización. Todo valor incluye polaridad.
Posmodernidad

Qué es la posmodernidad

En la historia de la humanidad, al terminar cada etapa de desarrollo se enjuicia


la postura que concluye y se proponen cambios generalmente contrarios y, por
consiguiente, revolucionarios. La posmodernidad aparece cuando se anhela
modificar ciertos rasgos del estilo de vida moderno; por consiguiente, lo
moderno y lo posmoderno no son privativos de finales del siglo xx, ya que
pertenecen a la contemporaneidad de cada etapa cultural. Hacia 1980, ante la
transformación del mundo, surge la posmodernidad, enjuiciando los valores de
la modernidad. En esta unidad revisaremos los acontecimientos que motivaron
esos cambios; por ello, nos referiremos brevemente a los trabajos de Jean-
François Lyotard, Gianni Vattimo, Jean Baudrillard, Michel Foucault, Gilles
Deleuze y Jacques Derrida.

Ciencia y tecnología
En distintos campos, la ciencia y la técnica han progresado de manera
asombrosa; sin embargo, las investigaciones que mejor caracterizan a esta
parte del siglo xx son las que se refieren al átomo, a las computadoras y a la
astronáutica. En el campo de las computadoras, los avances son tan
sorprendentes que todas las actividades técnicas, industriales, comerciales,
que estaban reservadas para el trabajo humano ahora son ejecutadas por
dichas máquinas, con mayor rapidez y con menor probabilidad de error. Tal
parece que sólo hay una actividad que seguirá siendo exclusiva del hombre:
pensar. Los autómatas, en efecto, no harán nada que de alguna manera no
esté implícito en sus programas. Otro avance de la técnica es la aplicación de
la energía atómica. Es verdad que sus inicios fueron muy lamentables; pero
también lo es que son muchos los beneficios que llega a proporcionar; por
ejemplo, la producción de electricidad, así como la propulsión de los
submarinos y de muchos otros vehículos. La exploración espacial también ha
tenido éxitos espectaculares. En 1957, la urss puso en órbita el primer satélite
artificial de la Tierra, llamado Sputnik. En febrero de 1958, Estados Unidos
inició su desarrollo espacial y 11 años después, el 21 de julio de 1969, Neil
Armstrong salió de Cabo Kennedy, a bordo del Apolo XI, para convertirse en el
primer hombre que llegó a la Luna.
Las amenazas del siglo xx
El hombre, en nuestros días, vive con más angustia que en otras épocas,
porque, si bien han aumentado los factores que le hacen amable vivir, también
cada día aumentan las circunstancias que lo amargan y lo atemorizan.
Tenemos miedo, no tanto de una conflagración atómica, lo cual sólo sirve de
tema para los discursos, sino de una serie de circunstancias, cuyos lacerantes
efectos oímos o presenciamos. Algunas de ellas son:

• La drogadicción, favorecida por quienes ambicionan riqueza y control.

• Los movimientos de liberación nacional, los cuales enrolan víctimas con


promesas ilusorias. • El empobrecimiento continuo del asalariado.

• El terrorismo internacional y local que, con tal de lograr sus objetivos, no duda
en recurrir al secuestro y a la muerte de inocentes. Los científicos afirman que,
según los cálculos, las personas que murieron como consecuencia de las
bombas atómicas, lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki, fueron menores que
las que habrían muerto en caso de que la guerra hubiera continuado. 364
Historia de las Doctrinas Filosóficas

• La tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, hasta


alcanzar una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales.

La actualidad de la filosofía

En el transcurso de las últimas décadas, muchos pensadores pronosticaron el


final de la filosofía. El pronunciamiento se debió, sobre todo, a que el objeto de
la filosofía se había desvanecido y al progresivo distanciamiento de algunos
saberes que anteriormente estaban integrados a ella (psicología, física,
matemáticas, teoría del conocimiento, etcétera). La filosofía se ocupó durante
muchos siglos del estudio de la metafísica. Sin embargo, la metafísica quedó
en entredicho gracias a pensadores como Nietzsche y Heidegger, así como a
los de la escuela positivista, por citar algunos ejemplos. Así, tal parece que la
filosofía ya no tiene objeto de estudio, por lo que se augura su defunción. No
obstante, el pensamiento filosófico no puede morir. Preguntarse por el mundo y
por la realidad circundante es una conducta, tal vez inherente al hombre:
mientras exista nuestra especie, la filosofía seguirá viviendo. El hecho de que
la filosofía enfrente nuevas circunstancias y un entorno cambiante, no implica
que tenga que morir como disciplina.

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