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2015
17 MARZO.
1) Esta es una materia clínica. Vamos a ver diferentes propuestas teóricas, pero siempre en relación a la
clínica que es el eje fundamental. Articulaciones de las propuestas conceptuales y teórico- clínicas que
los autores hacen. Material clínico de distintas áreas ( los autores, los casos de los profesores y de las
PPS)
2) Vinculo entre teoría y clínica. Se encuentran en una permanente interrelación. El caso clínico, en el
encuentro con la singularidad, nos lleva a preguntarle a la teoría, a modificar los modelos teóricos, y
que no devengan en un dogma como plantea Piera. La articulación teórico- clínica para interrogar a la
teoría.
3) Especificidad del objeto de estudio: niños. Tener en cuenta el psiquismo infantil como un psiquismo en
constitución, los tiempos de constitución del psiquismo infantil. Por ejemplo, existen diferencias
conceptuales. Por un lado Melanie Klein con su versión endogenista, que se opone a esta concepción
del psiquismo en constitución que sería más del lado de las concepciones de Silvia Bleichmar.
Cada modelo teórico va a dar cuenta de una versión posible, ninguno abarca la totalidad del funcionamiento
psíquico. A su vez, cada modelo teórico tiene consecuencias en la clínica.
Vamos a retomar los interrogantes de los diferentes autores, a partir de los cuales ellos plantearon sus
propuestas teórico- clínicas. Por ejemplo Melanie Klein, Ana Freud, Winnicott, Mannoni, Doltó, Silvia
Bleichmar y Piera Aulagnier.
Todos parten de Freud, pero cada uno da respuesta a interrogantes diferentes.
Bleichmar partió del objetivo de poder organizar una psicopatología infantil psicoanalítica. Su propuesta
conceptual esta en articulación con su clínica.
Piera no se dedico a la clínica con niños, partió de la clínica con adultos psicóticos. Su interés radicaba en dar
cuenta de la organización psicótica de pensamiento. Al intentar dar cuenta de esto, se ve obligada a volver a
los orígenes del psiquismo.
Ambas autoras se remiten a esos primerísimos tiempos de constitución del aparato psíquico.
Klein y Ana Freud son dos autoras que se sitúan en los inicios de la clínica con niños.
Klein tenía como objetivo incluir al niño en el dispositivo analítico.
Había discusiones sobre lo iatrogénico (negativo) de esto. Ella quería corroborar las hipótesis teóricas que
Freud hizo con adultos. En los inicios recorta textos freudianos relativos a la sexualidad infantil.
En este intento de Klein por incluir al niño en el dispositivo psicoanalítico, ella va a usar los casos clínicos para
justificar la teoría. Esto sería lo contrario a lo que decíamos más arriba, en vez de que el caso interrogue la
teoría, ella busca corroborar la teoría a partir de los casos.
4) Articulada con la premisa anterior, que considera al psiquismo infantil en constitución, situamos la
represión originaria como una operatoria organizadora de la psique.
La represión originaria como operatoria fundamental, porque funda, instala el inconsciente.
Cada autor toma a Freud pero introduce modificaciones, y otros supuestos o premisas.
Freud sitúa a la represión originaria como mítica, y su interés central es en la represión secundaria.
Bleichmar propone retomar el modelo conceptual freudiano en articulación con el trabajo clínico con
niños, entonces tiene que introducir ciertas modificaciones.
Bleichmar se forma con Laplanche, que era un teórico del psicoanálisis (no hacia clínica) y a partir de sus
consideraciones Bleichmar va a decir que la represión originaria no es mítica sino real, y eso tiene
consecuencias en la clínica.
La represión originaria para Bleichmar es rastreable, cercable, historizable a partir de sus efectos. A ella le
interesa rastrear como se instala el inconsciente y así abrir un campo de intervención.
Klein modifica los aportes de Freud para incluir al niño en el dispositivo. Habla de un yo temprano. Para la
autora no existe diferencia entre el psiquismo infantil y el adulto (esto va en contra de pensar la
especificidad del psiquismo infantil en constitución). Para ella hay un inconsciente funcionando en ambos
desde los orígenes, un Complejo de Edipo temprano, y posibilidad de interpretar igual que en el adulto.
Klein introduce esta modificación a los fines de poder introducir al niño en el dispositivo psicoanalítico.
Mientras que Klein es endogenista, Piera es exogenista (para la construcción de un psiquismo se necesita
de otro)
Mannoni posterior a Freud y Klein tiene como interrogante si el niño podrá hacerse cargo de su palabra y
de su historia.
Cada autor tiene un núcleo e interrogantes conceptuales diferentes.
5) Concebir al psiquismo infantil como activo, con ciertos pre-requisitos: situación de encuentro con otro
de Piera. Función materna, función paterna y el medio en que están insertos.
Otro capaz de investir al infans, aquello que ese otro ofrece, es elaborado por el psiquismo infantil. Al
elaborar eso, y que no sea una réplica, el psiquismo infantil se puede concebir como activo.
Psiquismo infantil y psiquismo adulto son heterogéneos, tienen recursos simbólicos diferentes para elaborar lo
que se les ofrece.
La clínica con niños y adolescentes siempre articula los tiempos de instalación de la psique y de la sexualidad,
Bleichmar habla del concepto de infancia (los tiempos de instalación de la sexualidad humana).
Y esa constitución no será posible sin la presencia de otro que haga de soporte.
Bleichmar dice que la clínica con niños y adolescentes debe contemplar lo intrapsiquico (como se instala el
inconsciente) y lo intersubjetivo (el encentro con un otro).
¿Qué lugar le da cada uno de los autores al otro en la constitución y en la clínica?
Klein por ejemplo no habla de otro en esa constitución, y por ende no le da tanta importancia, tampoco en la
clínica.
Si bien Bleichmar habla de lo intrapsiquico y lo intersubjetivo, el conflicto estaría en lo intrapsiquico pero
puede manifestarse en lo intersubjetivo.
6) La psique se constituye en un espacio subjetivo que lo precede. Un encuentro con otro, madre y padre
y el campo social que es indispensable.
Cuál es el lugar que el campo social tiene en la psique se puede pensar como el contrato narcisista de Piera, el
medio ambiente facilitador de Winnicott.
El vínculo que la pareja tenga con el grupo social influye en cómo se va a vincular con el infans.
Función de anticipación, que tiene un lugar en la constitución de la psique. Winnicott habla de la dependencia
a la independencia en articulación también con la función de otro.
Bleichmar en función de definir al objeto niño va a definir y a hacer depender de él su método. O sea, adecua
el método a la especificidad del objeto.
Klein hace lo inverso, modifica el objeto para adecuarlo al método (el dispositivo analítico).
Bleichmar dice que hay que situar al psiquismo infantil y sus características para que en función de esa
especificidad se defina el método.
7 ABRIL.
Hermin Von Hugh Hellmuth es quien inicia y funda el análisis clínico con niños. Ana Freud y Melanie Klein
retomaran esta propuesta, situándose cada una en escuelas diferentes.
Los interrogantes que cada autora sostenían serán los que les dan sentido a sus propuestas teóricas.
El psiquismo infantil como en constitución no es una propuesta que las autoras realizaron desde el principio.
Esto supone otra coordenada central que tiene que ver con situar a la represión originaria como ordenadora
de la psique, pre- requisito necesario (Bleichmar). Permite pensar qué lugar ocupa el otro en la constitución
del psiquismo, al igual que el medio ambiente en que la pareja parental se encuentra inserta. El psiquismo
infantil lo pensamos como activo.
Bleichmar dice que es necesario un replanteo teórico- clínico. Un reordenamiento a partir de la especificidad
del objeto (psiquismo infantil diferente del adulto), no como ya constituido sino en constitución. Pensar al
psiquismo de esta manera tiene consecuencias en la clínica. El dispositivo analítico no podrá interpretarse del
mismo modo que el del adulto, aquí el trabajo clínico no se reduce a hace consiente lo inconsciente, porque
las instancias tópicas no están constituidas, sino que se interviene en la constitución de la psique, como lo que
introduce particularidades. En tal sentido pilares de la clínica analítica deberán ser re interrogados.
El trabajo no es solo interpretación, implica también intervenir en tiempos de constitución de la psique.
21 ABRIL
Ya en 1922 Klein escribe su primer caso clínico “Fritz”, escrito desde el psicoanálisis. No es una intervención
clínica propiamente dicha, más bien observación. Fritz es el hijo menor de Klein, Eric.
El Caso Dick es el primer caso de trabajo clínico con niños desde el psicoanálisis (psicosis).
En el debate entre Ana Freud y Klein, Freud toma partida por Ana, aunque muchos de sus enunciados se
encuentran en Klein. Cuando Freud escribe el apéndice de Juanito, ya contaba con la publicación del caso
Fritz.
En 1927 se presentan las cuatro conferencias de Ana Freud y entorno al debate en el Simposium de Klein, esta
responde punto a punto sus opiniones.
En la conferencia 34 de 1932, Freud trabaja como corroboración de sus hipótesis la justificación de la
importancia de intervenir analíticamente con niños y como esto no provoca inconvenientes en el psiquismo
infantil. Freud va a plantear a sus opositores que ese temor es infundado, que al contrario, esto ha tenido para
el psicoanálisis la capacidad de corroborar muchas hipótesis. Se demostró como el niño es un objeto muy
favorable para el espacio analítico, aunque es preciso modificar la técnica pensada para el adulto.
Define psicológicamente al niño aquí, donde se requiere otra técnica, ya que es inacabado y endeble, ya que
todavía no posee el súper yo, no es capaz se tolerar la asociación libre y la transferencia desempeña otro
papel en la medida en que los padres se ven aun presentes y las resistencias se ven obstaculizadas por
ordenes externos. Esto está en vinculación en la medida en que los padres son portadores de la resistencia,
por eso va a peligrar la meta analítica. Y por eso será necesario cierto trabajo con los padres como posibles de
encarnar parte de las resistencias.
El contexto en el que se produce el inicio de la clínica con niños coincide con los grandes debates sobre la
formación de los analistas. Las analistas que comienzan a atender niños quedan eximidas de esta necesidad de
ser médicos. Esto está ligado a la vertiente educativa pedagógica del análisis con niños, por eso estos
provienen del ámbito de la educación y en los inicios son todas mujeres vinculadas en la articulación
educación- psicoanálisis.
Se introduce la pregunta por los alcances y limites del análisis infantil. Este es uno de los ejes que se retoma en
el debate Anna Freud y Melanie Klein, por ser posturas disímiles.
La primer analista que trabaja con niños (H. Von Hugh Hellmuth) era institutriz, y fue avalada por Freud. Uno
de los requisitos que ella planteaba para intervenir tenía que ver con que podía ser aplicado en niños, hijos de
analistas o educados con formación analítica, porque la educación del niño debía ser bajo una crianza desde el
psicoanálisis. Se aleja de un dispositivo analítico propiamente dicho. Freud plantea que se hace necesario
modificar la técnica. Hellmuth propone el juego, utilizando juguetes claramente definidos, con características
reconocibles, y ella proponía la escena del juego porque el objetivo era la educación. A esto lo llama “técnica
terapéutica educativa”.
Contemporánea a la muerte de Hellmuth es el inicio de Anna Freud y Melanie Klein en su práctica. Cada una
de ellas propone un modelo para pensar el psiquismo infantil, y por lo tanto implicara diferencias en la clínica.
Anna Freud se va a ubicar en los orígenes de la clínica con niños, en oposición a la práctica de Klein, donde no
se consiguieron acuerdos. Este debate se da a partir del eje central en torno a las posibilidades de
analizabilidad del niño y sus concepciones sobre el aparato psíquico.
En cuanto a la concepción del funcionamiento del psiquismo infantil y la analizabilidad:
- Anna Freud: piensa al psiquismo infantil como endeble, inmaduro y dependiente
- Klein por su parte habla de in inconsciente desde el origen, un súper yo temprano y un Complejo de
Edipo temprano.
En cuanto a la intervención, Anna Freud considera que es recomendable recién en la latencia, antes de esta
sitúa que hay una peligrosidad, en el tiempo de lo edípico.
Klein sitúa como una intervención posible en niños la interpretación, tal como en el adulto. Ella busca
justificar, intervenir clínicamente al niño en el dispositivo analítico, situando estas coordenadas troncales para
poder adecuar el objeto al método.
Estas dos autoras serán referentes de dos escuelas. Pedagógica o de Viena (Anna Freud) y escuela inglesa o
analítica (Klein)
Klein en sus inicios sigue también los lineamientos de Hellmuth en su idea de crianza-educación con ejes
analíticos. Sostuvo esta unión psicoanálisis- educación que luego abandona para dar inicio a esta nueva
escuela. En el 45 repiensa el caso Fritz, ya no ubicada desde una posición pedagógica.
Toma las nociones freudianas y las aplica al campo de la clínica con niños con el objeto de poderle ofrecer a
Freud la introducción de la teoría freudiana en torno a la sexualidad infantil buscando corroborar los
enunciados freudianos. Por eso presenta una observación clara. Este objetivo de corroboración tiene
consecuencias. Plantea que no existen diferencias entre el psiquismo infantil y el adulto. De alguna forma en
ese recurso termina anulando su especificidad. Muy diferente de lo que plantea Anna Freud, que lo piensa
como inmaduro, dependiente. En este sentido no puede sostenerse el dispositivo. Se interroga sobre el
alcance y los limites con niños en función de poder pensar la particularidad del niño y del dispositivo. Para ella
existen diferencias entre el psiquismo infantil y el del adulto. Estas para Anna tienen que ve con características
del niño (no tiene conciencia de enfermedad, no presenta el deseo de curarse, no puede asociar libremente,
no es capaz de establecer la transferencia). Se pregunta si el niño se encuentra en las mismas condiciones que
el adulto para establecer la transferencia.
Con respecto a la asociación libre, para Anna Freud ésta es imposible en el niño mientras que para Klein es
posible a partir de la técnica del juego.
En cuanto a la transferencia Anna Freud propone trabajar solo con la transferencia positiva, mientras que la
negativa es un obstáculo que sortear. Para Klein son importantes tanto la positiva como la negativa en tanto
están vinculadas con las raíces edipicas y los objetos internos.
Anna habla de un periodo preparatorio al análisis que se va a sostener en la intervención pedagógica,
facilitaría en el niño que se constituya la faltante conciencia de enfermedad y que pueda aparecer el deseo de
curarse a través de un vínculo fuerte y positivo con el niño, similar al que el niño establece con el docente.
La transferencia no se instala. El niño no puede instalar una neurosis de transferencia pero va a introducir este
tiempo preparatorio para que se generen las condiciones de analizabilidad. Hay una contradicción en el
sentido que ella plantea que no puede ser analizable por su endeblez y dependencia. Incluye el dibujo en el
análisis y no el juego como Klein, Anna Freud será critica en esto, este periodo introductorio que no se
necesita en el adulto tiene que ver con otro interés: no se busca hacer consciente lo inconsciente, sino
convertir una situación inconveniente en una más ventajosa. Para Anna Freud los sentimientos amorosos y
hostiles se siguen dirigiendo a la figura real de la pareja parental, lo que no permite la transferencia y el
analista puede quedar ubicado en serie con la pareja parental por estar éstos presentes. La transferencia
negativa en Anna Freud es algo a ser eliminado. El niño requiere a partir de su inmadurez de un objeto
exterior que lo organice. Justifica esta intervención vinculada a lo pedagógico.
La falta de súper yo requiere frente a la peligrosidad del estallido pulsional un tope, que ese psiquismo infantil
no puede sostener. Se interviene propiciando el levantamiento de las represiones y al mismo tiempo
prohibiendo.
Anna Freud busca los casos como forma de ilustración, Klein como corroboración.
Para Klein no hay relación posible entre análisis y educación. No es posible establecer un verdadero espacio
analítico desde este modo. La relación entre psicoanálisis y educación es incompatible. Al pensar al niño al
igual que el adulto Klein podrá establecer una neurosis de transferencia. Esto va a implicar situar desde el
análisis el trabajar tanto con la transferencia positiva y negativa vinculándola con las raíces edipicas. Es allí
donde hay que dirigirse, lo que para Anna es peligroso.
Klein pretende trabajar con niños pequeños en los primeros años de vida. La transferencia es una coordenada
central que le permite acercarse a la problemática edipicas. Ella plantea una diferencia situada en relación a la
técnica del juego, el esto será equivalente para el niño y el adulto. Si el niño no asocia no es porque no pueda
(para Anna era imposible, y si llegaba a hacerlo era por amor al analista) es por el nivel de angustia que
funciona como tope. Frente a la angustia en el niño la instalación de la transferencia va a ser inmediata y la
necesidad de interpretar imperiosa. La transferencia negativa puede aparecer como miedo, timidez o
vergüenza.
Pre-requisitos necesarios para la instalación del dispositivo desde la perspectiva de Klein: posibilidad de
interpretar (interpretación acertada), la resolución de las resistencias, la referencia de la transferencia a los
primeros objetos.
Creando una verdadera situación analítica el analista deberá abstenerse de toda influencia educativa. Se
deberá trabajar la transferencia al igual que en el adulto. La única diferencia se da en el terreno de la clínica,
con el juego como técnica, es Klein quien lo formaliza como técnica., como una forma de acceder al
inconsciente del niño. Su objetivo si es hacer consciente lo inconsciente. En el tratamiento el lugar dado al
juego es el que en el adulto se le da a los sueños.
28 ABRIL.
Vamos a retomar algunos de los puntos del teórico anterior para trabajar el tema de los orígenes de la clínica
con niños.
Fundamentos freudianos a partir de los cuales Ana Freud y Melanie Klein arman sus teorías.
Hay que tener en cuenta los contextos y condiciones de producción de esas prácticas.
Dos debates fundamentales:
1) Las condiciones de analizabilidad del niño, y los efectos de las intervenciones en el psiquismo infantil.
2) Situar las posibilidades o no de la práctica psicoanalítica con niños siendo médicos o no.
Cuáles son los interrogantes de Ana Freud y de Melanie Klein para situar los ejes de la especificidad de la
clínica con niños.
Nos interesa la vigencia que dichos interrogantes tienen para nosotros para delimitar la especificidad del
dispositivo analítico con niños y adolescentes.
Ana Freud concibe al niño como endeble, inmaduro, dependiente. Aspectos que implican que el campo de
intervención tenga que ver con la peligrosidad. El análisis a partir de la latencia.
Melanie Klein concibe al inconsciente funcionando desde los orígenes, un súper yo temprano, y un complejo
de Edipo también temprano. Su objetivo es introducir al niño pequeño en el dispositivo analítico. Tiene una
concepción endogenista. Esto habilita a un modo particular de intervención, una posibilidad de interpretar.
Ella sostiene que interpretar era ligar las diversas presentaciones o situaciones con los objetos originarios y la
trama edipicas.
Para Ana Freud el interpretar tiene que ver con cierta peligrosidad. La neurosis de transferencia no podría
instalarse en el niño. Primaba un lazo afectivo positivo que se asemejaba al vínculo que el niño tenía con un
educador. Concibe la transferencia negativa como un obstáculo a ser eliminado.
Klein trabaja tanto con la transferencia positiva como con la negativa, planteando que debe encontrarse su
raíz en la trama edipicas y los objetos originarios.
La instalación de la transferencia es inmediata, que habilita al analista a la interpretación, que es para ella del
orden de lo imperioso, va a decir que entre análisis y educación hay una relación de incompatibilidad.
Con respecto a la asociación libre, Ana Freud dice que será imposible o dificultada, mientras que Klein dice que
el niño puede asociar igual que el adulto. Aunque la angustia podría ser un obstáculo. Por eso la interpretación
es del orden de lo imperioso a los fines de aliviar el monto angustioso y habilitar la asociación libre.
En la mediad en que Klein dice que el niño puede asociar libremente, se basa en que lo que sostiene el
dispositivo analítico son ciertos pre-requisitos que estarían presentes tanto en el niño como en el adulto: el
funcionamiento del inconsciente, la posibilidad del analista de interpretar y resolver las resistencias, la
instalación de la transferencia, y las interpretaciones de la transferencia ligando esta a la trama edipicas.
Pensar estos pre-requisitos le permite pensar que no hay diferencias entre psiquismo infantil y adulto.
Introduce una sola diferencia, en el campo de la técnica. Introduce el juego.
Klein no es la primera en trabajar con el juego, pero es la primera en formalizarlo, ubicándolo en el campo de
la técnica.
Sitúa al juego como el equivalente a la asociación libre en el adulto. Como un medio más adecuado de
expresión para el niño, posibilita el acceso al inconsciente del niño y el trabajo asociativo.
Enunciados de Freud acerca del juego sobre los que Klein arma su concepción.
Freud. 1907. Previo al historial de Juanito. Piensa en algunos aspectos específicos del juego del niño. Texto: El
creador literario y el fantaseo. Juego como actividad privilegiada de los niños, particularmente investida,
apuntala sus objetos y situaciones imaginadas en entidades palpables y visibles (los juguetes). Apoya su
mundo interno en los juguetes. Esto diferencia el jugar del fantasear. El sueño como un cumplimiento
alucinatorio de deseo, y el juego como un cumplimiento escenificado de deseos. Esta analogía de sueños y
juego es uno de los puntos de partida de Klein.
Freud. 1920. Más allá del principio de placer. El fort-da. Incluye nuevamente al juego.
En la conferencia 34 de 1932, también habla del juego. Ahí también habla de la ligazón del psicoanálisis con la
educación y retoma la propuesta de Ana Freud.
Al mismo tiempo dice que el niño es un objeto diverso del adulto y requiere una modificación de la técnica y
la inclusión del juego. Ahí Freud sin mencionarla retoma a Klein.
Klein dice que su aporte a la teoría psicoanalítica deriva de su técnica ligada a la técnica del juego. El juego le
permitió comprender por un lado los procesos inconscientes y por otro lado la lógica que sostiene a la
interpretación. El niño por tener la capacidad de simbolización tempranamente puede expresar fantasmas,
deseos, ansiedades, mecanismos de defensa, relaciones de objeto a través del juego. O sea expresa sus
posiciones (maniaco depresiva o esquizo paranoide) y marca una línea posible de interpretación.
El juego se presenta en modo equivalente al lenguaje de los sueños. Delimitar en el juego aquello que se
repite y la situación analítica global (que implica pensar bajo que modalidad se presenta la instalación de la
transferencia)
El significado se constituye en la escena del juego. La interpretación de aquello que se repite, insiste, además
de considerar la situación analítica global.
Caso Fritz: Paciente de Klein. Lo atiende en la casa del niño y con sus juguetes (cosa que después modifica). Va
a plantear que por medio de la interpretación puede acceder al inconsciente del niño. El juego para la
exploración del inconsciente e interpretación de la transferencia. La caja de juguetes que permita la expresión
de fantasías en el juego. Va a tener una para cada niño.
SILVIA BLEICHMAR.
Toma aspectos de la teoría de Klein, pero para diferenciarse. Igualmente dan importancia los aportes de la
técnica del juego como un acto fundacional importante de la clínica con niños.
Bleichmar va a insistir en el psiquismo infantil en constitución, y con origen exógeno (a diferencia de Klein,
para quien el origen del psiquismo es endógeno).
Bleichmar se va a posicionar de manera diferente a Ana Freud y a Melanie Klein, va a tener otro modelo
conceptual.
26 MAYO
El caso clínico.
Quedaba un punto pendiente. La introducción de coordenadas del caso clínico: en la relación entre la teoría y
la clínica.
Por un lado pensar el lugar como instrumento que tiene el caso clínico, va a tener lugar como casos
ejemplares. Casos únicos o colectivos (serie de casos).
El caso clínico podrá ser pensado desde diferentes aristas que dan cuenta desde que lugar cada autor
introduce el caso clínico en la relación teoría- clínica.
El caso clínico como ejemplar para ejemplificar o para modificar el cuerpo conceptual.
El uso del caso va a estar determinado por el vínculo que el clínico establezca con el saber, y las posibilidades
de revisión del cuerpo conceptual.
El caso clínico puede ser cristalizado en tanto repetición de lo ya conocido del cuerpo conceptual.
El caso va a evidenciar la relación entre los universales que marcan una teoría y la singularidad del caso.
Leer fragmentos de “Alguien ha matado algo” de Piera. La teoría no puede abarcar en su totalidad a la
singularidad, que en un punto siempre va a desbordar al cuerpo conceptual.
El caso clínico es una construcción, un relato que arma el clínico desde su modelo teórico y a partir de las
hipótesis que ha podido elaborar. El caso como construcción es un recorte y necesita la articulación con la
teoría (sino seria una simple transcripción). Pero aunque necesite de la articulación con la teoría, esta última
no puede abarcar la totalidad del caso y su singularidad.
Lo novedoso que nos aporta el caso tiene que ver con que en un punto la teoría siempre es insuficiente.
Porque si pensamos que no lo es ya seria desde un lugar dogmatico, de certezas.
Tiene que haber movimiento en el cuerpo teórico, que no se cristalice y se coagule, no perder de vista
escuchar a la singularidad.
El lugar que el caso clínico tenga va a ser consecuencia lógica de la relación entre teoría y clínica.
Es importante que haya una interrogación a la teoría por medio del caso, y no tener un posicionamiento
dogmatico.
Caso clínico para Freud en consejos al médico. Confluencia del tratamiento y la vertiente investigativa. Porque
hay un permanente trabajo de revisión. Mientras el tratamiento no esté terminado no conviene elaborarlo
científicamente.
El cuerpo teórico está allí permanentemente, y eso es lo que nos ayuda a elaborar las hipótesis.
Pero Freud dice que hay que dejarse sorprender, poder escuchar aquello que la teoría no dijo. El caso clínico
aporta interrogantes novedosos para la teoría, y al mismo tiempo la teoría configura al caso clínico.
Pensar permanentemente a relación mutua entre teoría y práctica.
No para todos los autores la relación entre teoría y clínica se presenta de esta manera.
Para Klein por ejemplo el caso corrobora la teoría, la fundamenta. Estaría la teoría antes que la práctica, en
función del método se define el objeto.
Ana Freud usa los casos para ilustrar la teoría, no hay una construcción mutua, el caso recortado desde ese
lugar fundamenta la teoría, lo que podría interrogar queda excluido.
No obturar con lo ya conocido de la teoría, dejarnos sorprender como dice Freud. Es otro modo de
posicionarse frente a la clínica.
Caso Phillip de Piera. En la introducción ella delimita cuatro versiones que dan lugar a pensar como se
posiciona ante la teoría y el caso clínico.
Teorización flotante. No existe una única lectura que remita a la verdad. Existen múltiples recortes desde
donde puede pensarse el caso clínico, diferentes ejes que dan lugar a diferentes interrogantes.
Una primera versión es la de Phillip, la del paciente, que remite a una causalidad delirante (era psicótico).
Una segunda versión la proporcionan los padres, que ignoran el lugar que han tenido en la historia de su hijo.
Una tercera versión es la de Piera, que es hipotética. Se elabora y modifica permanentemente en función de
su escucha y teorización flotante. Version de uso personal, es diferente a las hipótesis que el analista
construye por su escucha del discurso del sujeto y sus padres, elabora interrogantes a la teoría.
Una cuarta versión es la que ella y Phillip comenzaran a escribir juntos, reescribirla en función del vinculo
transferencial.
Estas cuatro versiones son las diferentes aristas para pensar el caso y no reducir la lectura del caso a la versión
que daría la teoría.
Esta posición que toma Piera podemos pensarla como equivalente a la que toma Silvia Bleichmar para su
propuesta teórico- clínica.
Agotamiento del modelo kleiniano y el modelo lacaniano se introducía. Ella veía a éste como dogmatico y con
enunciados cerrados.
Sus referentes eran Rafael Paz y Hugo Bleichmar (su hermano). Silvia conoce a Laplanche, quien fue si director
de tesis, fue discípula de él. Toma algunas de sus nociones conceptuales (como metábola).
Su tesis doctoral fue “En los orígenes del sujeto psíquico”. Diez años después escribe la fundación de lo
inconsciente. En el año 2000 escribe “Clínica psicoanalítica y neogénesis” que es el primero de una serie de
seminarios de Silvia que van del 2000 al 2007.
Entre el 76 y el 86 Silvia se exilió a México y trabajó en el hospital psiquiátrico infantil y tuvo a cargo y dirigió
los proyectos de UNICEF para víctimas del terremoto de México del 85.
En el 94 coordina equipos que contienen a víctimas de la AMIA. Todas estas son intervenciones ligadas a
urgencias y traumatismos que el psiquismo puede atravesar.
Encrucijada e insatisfacción por parte de ella, generada a partir del encuentro con la rigidez del modelo
kleiniano. Certezas que atraviesan el modelo conceptual y la clínica, generando obstáculos, que también veía
en el modelo lacaniano, que no permitía o aportaba elementos para abordar los tiempos previos al lenguaje,
el periodo pre- lenguajero.
Ella toma una coordenada de Lacan. El inconsciente de origen exógeno. Es una premisa central que va a
tomar. Pero al mismo tiempo desde Lacan, no se remite a las herramientas que permitan pensar el periodo
previo a la constitución del inconsciente.
El objeto clínico de Lacan es diferente al de ella, Lacan se dedica a adultos y ella a niños y adolescentes. Ella
quedaba despojada de herramientas teórico clínicas para el abordaje de esos tiempos de constitución
psíquica.
Los modelos conceptuales insuficientes en relación a plantear si lo que se presentaba en el niño era o no del
orden de lo sintomático.
Los interrogantes que elabora se vinculan a la clínica con niños, y había respuestas insuficientes desde los
modelos. Ella dirige su interés a los tiempos fundacionales del aparato psíquico.
Quiere delimitar la particularidad del psiquismo infantil, como un psiquismo en constitución. Es a partir de
allí y de esa premisa que ella pretende construir una psicopatología infantil psicoanalítica y por lo tanto va a
estar interesada en dos cuestiones fundamentales:
1) La constitución del aparato psíquico y sus tiempos, en articulación a los tiempos de instauración de la
represión originaria. Ella concibe a la represión originaria como organizadora de la psique. Freud
planteaba que era mítica, pero Bleichmar la sostiene como real. Va a intentar delimitar que es lo que
ocurre previo a su operatoria. Conduce a diferencias entre aquello que responde a la lógica del síntoma
y lo que responde a la lógica del trastorno.
Esta premisa de sostener a la represión originaria como real tiene como consecuencia clínica esta
diferenciación entre síntoma y trastorno.
2) Diferencias en el campo de las intervenciones. Sitúa por un lado las intervenciones por medio del a
interpretación (cuando nos encontramos con algo que responde a la lógica del síntoma) y por otro lado
las intervenciones analíticas o ligadoras (cuando nos encontramos con algo que no responde a la lógica
del síntoma sino que tiene que ver con el trastorno)
2 JUNIO
SILVIA BLEICHMAR
El lenguaje, la palabra con lugar central en el psicoanálisis, entonces como se va a trabajar en niño, la
particularidad de la clínica con niños.
La represión originaria como fundadora del aparato psíquico, tomando algunos aportes de Laplanche. Además
coincide con Lacan en el origen exógeno del inconsciente (con inconsciente no se nace). Acá se introduce la
diferencia con Melanie Klein, que tenía una perspectiva endogenista.
El origen exógeno que supone consecuencias, pensar cual en el lugar del otro en la constitución de la psique.
Este origen exógeno plantea también un obstáculo, porque no se rastrea el cómo se implanta, cómo se funda
el inconsciente.
Por un lado desde esos modelos (kleiniano y lacaniano) se pierde la particularidad del niño, por no rastrear el
inconsciente desde el origen.
Se buscó ese origen en el otro, en la mediad en que el niño fue pensado como síntoma de la madre o de la
pareja parental (critica lo que planteaba Maud Mannoni)
Si se sigue esto, el niño no podría hacer síntoma. La mirada en el deseo del otro, pero no en cómo se inscribe
ese deseo en el psiquismo infantil.
Bleichmar va a tomar algunos conceptos de Freud, como por ejemplo el de represión originaria como
operatoria fundante del inconsciente.
Antes de la operatoria de la represión originaria, no se puede hablar de análisis propiamente dicho. Esta
operatoria da lugar a la diferenciación entre proceso primario y proceso secundario, y da lugar a que pueda
haber producción de síntoma (teniendo en cuenta la diferenciación entre síntoma y trastorno).
Diferencia entre represión originaria y primaria. Decimos represión originaria porque FUNDA, da origen. No
interesa que es lo que va primero, sino que da origen. Diferencia consciente- preconsciente- inconsciente.
La represión originaria sepulta aquellos aspectos vinculados a la sexualidad infantil, el autoerotismo pulsional.
Da lugar a un tiempo de organización de lo originario (que no coincide con el concepto de originario de Piera).
Bleichmar concibe lo originario como las primerísimas inscripciones de lo arcaico, el autoerotismo, se van a
reorganizar en lo que ella llama lo originario, después de la represión originaria.
Previo a la represión originaria hay psiquismo, pero no podemos hablar de APARATO psíquico.
La represión originaria va a operar sobre cada destino pulsional, pulsión por pulsión.
Puede haber proceso secundario y que haya un trastorno. Un ejemplo es el caso Javier de Silva. Muerde, hay
un obstáculo de la represión originaria sobre la pulsión oral, sobre la oralidad. No hay una renuncia a cierta
satisfacción pulsional.
Puede haber trastorno porque no es tiempo aun de la operatoria de la represión originaria (Daniel, 5 semanas
y trastorno del sueño) o puede aparecer trastorno porque la represión originaria opero pero fallidamente, o
porque no ha operado.
Bleichmar dice que hay algunas inscripciones que quedan BOLLANDO, que luego de la represión originaria no
encuentran ningún topos definitivo, y cuando entran en asociación con algo de cierta representación actual
pueden producir lo que sería un fenómeno de deja-vu. Ella lo explica asi.
Pre requisitos para que la represión opere, son una serie de operatorias por parte del otro para que se de la
represión originaria. (al final no los dijo)
En la neurosis, la represión originaria no puede ser fallida. Si es fallida estamos en el campo de la psicosis. Si
la represión originaria no opero, hablamos de autismo.
Cada intervención en los tiempos de la constitución es arriesgar, los efectos se ven a posteriori.
Ejemplo de un caso de Gaudio: un nene con autismo. La represión originaria no ha operado, no hay otro. Ella
interviene para que se organice una psicosis, donde la represión originaria opere, aunque fallidamente, y que
haya un pensamiento.
Tiempo y espacio son dos categorías fundamentales para distinguir neurosis y psicosis, y también entre
síntoma y trastorno.
Bleichmar va a hablar de un salto estructural. Un paciente psicótico que no desencadeno nunca puede tener
un funcionamiento neurótico.
16 JUNIO
Piera habla de potencialidad, la potencialidad puede ser neurótica o psicótica. La potencialidad remite a un
modo de organización del yo. Ella está interesada en la psicosis, y lo vinculado a la actividad de
representación, como se constituye la actividad de pensamiento y el espacio de autonomía del pensamiento
(que en la psicosis se consigue por la vía del delirio).
Como se organiza la psicosis y el delirio para poder obtener esa autonomía. Pensar en diferencia con el otro
materno, que es algo que Freud ya había planteado y Piera retoma.
Piera dice que este espacio de autonomía del pensamiento en la psicosis se consigue via el delirio.
Hay una violencia primaria necesaria, que funda el yo, y una violencia secundaria que ataca a ese mismo yo,
en tanto que nada cambie (el otro que no deja que haya autonomía y diferenciación de pensamiento).
Piera en “El sentido perdido” usa el ejemplo de sujetos que quedan fijos como mariposas de colección.
Quedan ancladas en un lugar, no hay movimiento.
Este predominio de violencia secundaria hace que el sujeto quede anclado, fijado, no hay movilización (por
ejemplo pasar de ser hijo a ser padre, y luego abuelo). Por esto en la psicosis esta esa dificultad para ubicarse
en la línea generacional.
En la potencialdiad psicótica hay pensamiento delirante primario. Implica una organización psicótica pero
no que este desencadenado. Porque puede luego desdencadenarse, o no desencadenarse nunca.
Cuando hablamos de psicosis propiamente dicha o manifiesta, ya esta desencadenada y ahí si podemos
hablar de delirio sistematizado.
En la infancia nosotros vamos a asistir a como se organiza la potencialidad. En el caso Schreber por ejemplo,
podemos hablar de potencialidad psicótica, antes de asumir el cargo.
El pensamiento delirante primario es antes de la descompensación. Es una construcción que el sujeto realiza,
una teorización en torno a sus orígenes (de la vida, de la muerte, del placer o displacer).
Tiempo cero: es el tiempo del nacimiento, tiempo que se constituye por retroacción, porque el infans no tiene
recuerdo, no tiene memoria de ese momento.
Tiempo uno: el advenimiento del yo. El niño transita por lo edipico y se va a preguntar pro sus orígenes. Si nos
encontramos con un niño que se está organizando en una neurosis, encontramos las teorías sexuales
infantiles. Si el niño se está organizando en una potencialidad psicótica, nos encontramos aquí con
pensamientos delirantes primarios. Porque se encuentra con un blanco, un vacio, algo que el otro no pudo
transmitir, o con algún enunciado mortífero (donde prima la pulsión de muerte).
Esos primeros capítulos acerca de los orígenes no pueden quedar en blanco, vacios. Entonces el sujeto
constituye el pensamiento delirante primario.
Un ejemplo de enunciado mortífero es una mujer embarazada que durante el embarazo decía que lo que
tenia dentro era un pedazo de carne.
A Piera no le alcanza la forclusion del Nombre del Padre para que se de la psicosis, es uno de los factores pero
no el único ni el central. Además hay otras coordenadas: deseo de maternidad y no de hijo, predominio de la
violencia secundaria, predominio del pictograma de rechazo y no de unión, el no reprimido materno, etc.
El pensamiento delirante primario puede sr una palabra o una frase breve que permanece enquistada. Al
estar enquistada esa frase o palabra no le hace contradicción con el proceso secundario, por eso puede haber
sujetos psicóticos que se manejan bastante bien y están establizados. Cuando se rompe el quiste por alguna
razón, se va a dar el delirio.
SILVIA BLEICHMAR.
Caso Aberto. Cinco años. Vemos ahí que el responde a sus orígenes con la frase “yo no naci” que es un
enunciado mortífero, y no le entraba en contradicción.
Silvia nos propone definir el método en función del objeto. Entender al psiquismo infantil como en
constitución, y lo fundante de la represión originaria, que sitúa como real, cercable, e historizable a partir de
sus efectos, efectos que van a tener que ver con diferenciar entre síntomas y trastornos.
Freud conceptualiza al síntoma como un conflicto intersistemico, interinstancias, una formación sustitutiva,
con un sentido a ser revelado.
Desde allí Silvia plantea que síntoma y trastorno suponen diferentes modos de intervención.
Frente al trastorno no se interpreta, implica un aspecto de la vida sexual infantil, un destino pulsional que no
ha caído bajo la represión. Una descarga pulsional directa. No hay conflicto. Frente a esto plantea las
intervenciones analíticas, que son simbolizadoras y ligadoras. Acá el trabajo no se reduce a hacer consciente lo
inconsciente, sino en generar nuevos modos de simbolización, complejizando el aparato.
A partir de ahí Bleichmar habla de neogénesis, recomponer a partir de los recursos que ese psiquismo tiene,
generar un nivel mayor de simbolización, de estructuración.
Tomar los recursos que el psiquismo tiene y generar algo novedoso, mayor simbolización.
La neogénesis para Bleichmar implica fundar el aparato psíquico (si no se ha fundado) o fundar los pre
requisitos, a partir de intervenciones ligadoras.
Estas intervenciones ligadoras pueden ser entre representaciones o entre representaciones y afectos.
Klein en el caso Dick, nombra y establece enlaces que Dick no podía establecer.
Frente a alguien angustiado, nominar, nombrar esa angustia es una intervención ligadora. Ese nombrar que
parece tan simple hace enlace entre representación y afecto.
Para Bleichmar diferenciar entre síntoma y trastorno y situar cual es la intervención que corresponde es muy
importante, porque tiene en cuenta los momentos de constitución psíquica.
Síntoma o trastorno son los efectos de si la represión originaria operó, no operó u operó fallidamente. Estos
efectos devienen indicadores clínicos.
El delirio siempre va a implicar una neo construcción de la temporalidad y las líneas filiatorias.
El espacio se construye a partir de la separación con el otro, y el tiempo también (a partir de la presencia-
ausencia del otro). El espacio es espacio libidinal, a partir del investimento del otro. Aquello que separa a mi
madre de mí, la distancia con el otro semejante.
5 años. Operatoria fallida de la represión originaria. Es derivado por el gabinete de la escuela porque dice
cosas sin sentido. Los padres pueden saber de que está hablando, porque dicen que “conocen su situación”.
Ellos aportan la lógica de lo secundario, interpretando ese discurso sin coherencia, que no responde a la lógica
de conjunto. Los padres hacen el enlace entre esos enunciados, le aportan sentidos que hace que ellos no
necesiten la consulta, y además hay algo defensivo ante la posible angustia de los mismos padres.
En ese discurso metonímico, Bleichmar sitúa un indicador. La lógica de lo primario irrumpe, y el yo no tiene
posibilidad de hacer movimientos inhibitorios de eso. Esto nos habla de la organización de la instancia yoica.
Tiene varios miedos, que remiten a la angustia de aniquilamiento (la angustia no es de castración) esto nos
habla de un trastorno.
Aniquilamiento como fragmentación. Por ejemplo, para bañarse tenía que dejarse puesta la ropa, tenía que
usar ropa larga (pantalón largo, mangas largas). El cuerpo no se ha constituido como una unidad.
En una de las sesiones en el consultorio de Silvia, cuando escucha motos de la calle cierra las puertas y las
ventanas pensando que pueden entrar, cuando la madre se equivoca de piso en el ascensor, y abre la puerta
para que este frene, el ve que el ascensor queda entre un piso y otro, y al llegar a sesión le dice a Silvia que el
piso se hundió.
Se puede notar lo externo como intrusivo, la diferenciación interno- externo no está del todo consolidada. Y él
no se ha diferenciado del todo del resto de los objetos no hay barrera, limite.
Dos coordenadas importantes como indicadores son: el discurso metonímico como actividad de
representación, y el cuerpo fragmentado que está en juego.
Con respecto a las intervenciones de Silvia, estas son muy importantes para registrar. Por ejemplo cuando le
cubre la cabeza con las manos.