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MEDIDAS TIPICAS O NOMINADAS

Las medidas típicas o nominadas son aquellas disposiciones


preventivas de carácter cautelar prevista expresamente en la ley para
situaciones especificadas y con vista a un temor de daño concreto
establecido por el legislador; son típicas entanto que están previstas para un
particular procedimiento y pueden revestir dos modalidades: primero, que el
propio legislador establezca el contenido de la medida, y segundo, que se
deje a criterio del tribunal la medida adecuada para el especifico temor de
daño alegado.

El elemento diferenciador de las medidas cautelares típicas está en


que solo son procedentes para un especifico temor de daño y en el marco de
un procedimiento previamente establecido por el legislador; en cambio, las
medidas cautelares innominadas son procedentes ante cualquier temor de
daño a los derechos de las partes en el proceso, y pueden dictarse en
cualquier procedimiento.

MEDIDAS TÍPICAS DE CONTENIDO CONCRETO:

Son aquellas en las cuales la propia Ley señala el contenido de la


medida y reciben una denominación específica en el texto de la Ley: el
embargo, secuestro, prohibición de enajenar y gravar, o aseguramiento de
bienes, ocupación judicial d bienes, la suspensión de efectos de un acto
administrativo, entre otras; en segundo lugar, se encuentran:

MEDIDAS TÍPICAS DE CONTENIDO INDETERMINADO:

En las cuales se le deja al Juez la prudencia para determinar el


contenido de la medida, pero con la peculiaridad de que sigue siendo típica
para un procedimiento previamente establecido, ejemplo: medida para
salvaguardar la producción agraria (art. 8 de la Ley Orgánica de Tribuales y
Procedimientos Agrarios), las medidas de aseguramiento en materia de
salvaguarda del patrimonio público (art. 54 de la Ley Orgánica de
Salvaguarda del Patrimonio Público).

Estas medidas típicas de contenido indeterminado se asemejan a las


medidas cautelares innominadas en cuanto a la carencia de una revisión
legal expresa sobre el contenido de las mismas y, por ello, entra a funcionar
la discrecionalidad del juez para medir, en ambos casos, la adecuación y la
pertinencia de la medida con respecto al daño que se quiere evitar. Se
diferencia en cuanto que las medidas típicas siguen estando destinadas a un
procedimiento especialmente arbitrado por el legislador, en cambio las
cautelares innominadas son aplicables a topo tipo de procedimiento.

EL EMBARGO:

Aquella medida cautelar que afecta un bien determinado de un


presunto deudor para garantizar la eventual ejecución futura, e
individualizándolo, limitando las facultades de disposición y goce de este,
hasta que se dicta la pertinente sentencia.

Según Palacio el embargo preventivo es una medida cautelar en cuya


virtud se afectan e inmovilizan uno o varios bienes, de quien es o ha de ser
demandado en un proceso de conocimiento o de ejecución.

Para el Dr. Hernando Devis Echandia, el embargo es: un acto judicial


mediante el cual se pone fuera del comercio una cosa, a las órdenes de la
autoridad que lo ha decretado.
CLASIFICACIÓN:

El embrago se divide en embargo preventivo y ejecutivo, haciendo la


salvedad que un sistema de medida cautelar solo podría admitir el embargo
preventivo pues el segundo tipo, el embargo ejecutivo, por su propia
naturaleza no responde a una finalidad cautelar pues sus efectos son
definitivos y procede cuando haya habido sentencia definitivamente firme y
haya transcurrido el lapso establecido en el artículo 524 sin que hubiere
cumplido voluntariamente la sentencia.

Aspectos procedimentales:

a) En cuanto a la oportunidad: el embargo preventivo o embargo cautelar


puede decretarse como medida preventiva en cualquier estado y
grado de la causa salvo que se hubiere dictado sentencia
definitivamente firme, pues en este caso no cabe hablar de medida
cautelar de embargo sino de medida definitiva de embargo.
b) En cuanto a los bienes: el embargo cautelar solo puede recaer sobre
bienes muebles pues no está prevista este tipo de medidas sobre
inmuebles; no ocurre así en los casos de otras medidas preventivas
como el secuestro o la prohibición de enajenar y gravar los cuales si
pueden recaer sobre inmuebles. Además, los bienes sobre los cuales
recae el embargo preventivo deben ser propiedad de aquel contra
quien se dicte la medida.

c) En cuanto a la oposición de parte: la oposición es la medida de


embargo cautelar puede provenir de la parte afectada por la medida o
de un tercero afectado en sus propios derechos. Si la oposición la
realiza la parte afectada por la medida debe hacerlo “dentro de los 3
días siguientes a la ejecución de la medida o dentro del tercer día
siguiente a su citación, para exponer las razones y fundamentos que
tuviere que alegar. En cambio, que el tercero puede hacer oposición
antes, durante o después de la ejecución y hasta el último cartel de
remate.

d) La oposición de terceros: en cuanto a la oposición de terceros la Ley


reconoce cuatro mecanismos:

1) La oposición de la medida alegando la posesión de conformidad


con el articulo 370 ordinal 2° en su párrafo segundo en
concordancia con la última parte del articulo 546 ambos del CPC.
2) La oposición a la medida alegando la propiedad de la cosa
embarga en cuyo caso debe presentar prueba fehaciente de la
misma, según lo establecido en el artículo 370 ordinal 2° e su
párrafo primero y en concordancia con el mismo artículo 546
eiusdem, y el articulo 377 del CPC
3) La oposición prevista en el artículo 546 del Código de
Procedimiento Civil en los casos que el tercero sea poseedor y
propietario.
4) El juicio de tercería de conformidad con los artículos 370 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil
e) En cuanto a la apelación: la ap4elación de una medida de embargo
cautelar o preventivo solo podrá realizarse después de concluido la
articulación probatoria a que se refiere el artículo 602 del Código de
Procedimiento Civil. En efecto decretada una medida de embargo
cautelar la parte afectada no podría apelar de esa decisión sino que
necesariamente habrá que oponerse pues es el mecanismo especial
para la impugnación de la decisión judicial de decretar la medida;
decisión que pude variar después de abierta la articulación, es más
cuando no se opusiere corre ipso iure el lapso de la articulación de la
oposición, y una vez finalizada la articulación y el juez haya dictado
sentencia puede proponerse la apelación, la cual debe ser oída en un
solo efecto, es decir efecto devolutivo y no suspensivo.

El Secuestro:

La voz secuestro proviene del latín “sequestrum” que alude a la acción y


efecto de secuestrar (sequestrare), esto es depositar judicilmente o
gubernamentalmente una alhaja en poder de un tercero hasta que se
decida a quien pertenece.

Jiménez Salas define el secuestro como: la o privación de la posesión y


libre disposición de una o varias cosas muebles o inmuebles materia de
litigio, para preservarlo, en manos de un tercero, en favor de quien
resultare triunfador.

a) Secuestro convencional: el depósito de una cosa litigiosa hecha por


dos o ms personas en manos de un tercero, quien se obliga a
devolverla después de la terminación del pleito a aquel a quien se
declare debe pertenecerle, indicando además que el secuestro es
remunerado, salvo convención o pacto contrario, pudiendo recaer lo
mismo sobre bienes muebles que inmuebles.

Artículo 1781 del código civil vigente define como Secuestro Convencional: el
depósito de una cosa litigiosa por dos o más personas en manos de un
tercero, quien se obliga a devolverla, después de la terminación del pleito, a
aquel a quien se declare que deben pertenecer.

b) Secuestro judicial: Quintero Muro lo define como “el depósito de una


cosa hecho merced a un juicio; en tales casos el deposito deberá
poner en la conservación de los efectos embargados el cuidado de un
buen padre de familia, sea el cuidado clásico del bonus pater
familiae”. Y para Ramón F. Feo el secuestro Judicial es: “la
aseguración por disposición del tribunal, de la cosa y bienes litigiosos
sobre que recae el litigio”.
BIENES SECUESTRABLES:

El secuestro no procede sino exclusivamente sobre bienes que sean


objeto de litigio, sean expresamente determinados o al menos determinables
por la autoridad judicial.

LA PROHIBICIÓN DE ENAJENAR Y GRAVAR

Se conoce como prohibición de enajenar y gravar aquella medida


preventiva o cautelar a través de la cual el tribunal, a solicitud de parte y
cumpliéndose los requisitos del artículo 585 del Código de Procedimiento
Civil vigente impide que el afectado por la medida pueda de alguna forma
vender o traspasar la propiedad de un bien inmueble, litigioso o no, o de
laguna manera gravarlo en perjuicio de su contraparte.
Se entiende que para decretar y ejecutar esta medida cautelar
especial sobre bienes inmuebles deben cumplirse las siguientes condiciones:
a) Que exista un juicio pendeinte (que se haya entablado o iniciado con
la presentación del libelo de la demanda).
b) La medida puede ser solicitada por cualquiera de los litigantes
(aunque en la práctica sea generalmente el actor quien la solicite; pero
la realidad puede mostrar casos en que tanto el actor como el
demandado puedan tener interés en la medida, los juicios de partición
de herencia, comunidad, entre otros).
c) Debe cumplirse con los extremos del articulo 585 (periculum in mora y
el fumus boni iuris) aun cuando la Ley permite que puedan obviarse
esos requisitos si se ofrece y constituye caución o garantías
suficientes para responder en caso de daño y perjuicios.
d) El objeto de la medida, esto es, el bien inmueble sobre cuya
prohibición de enajenanación o gravamen se pide, debe ser
suficientemente identificado con sus datos de registro, linderos, etc,
por el solicitante.

LAS MEDIDAS COMPLEMENTARIAS:


El conjunto de disposiciones que preventivamente puede tomar el
juez, a solicitud de parte o de oficio, destinadas a complementar o asegurar
la eficacia y el resultado de la medida típica o innominada previamente
decretada.

Sánchez Noguera ha dicho que estas medidas complementaria o


asegurativas de las medidas cautelares típica: “…por no tener enumeración o
señalamiento especifico, pueden enmarcarse dentro de la categoría de las
medidas cautelares genéricas, con un alcance semejante a las propiamente
denominadas así, ya que, si bien directamente su finalidad inmediata no es
asegurar la eficacia de la ejecución del fallo, indirectamente es esa su
finalidad que si tienen ese fin específico, como son las medidas cautelares
típicas”.
Las medidas complementarias obedecen a la necesidad de asegurar
la eficacia o el resultado de una medida cautelar que se hubiere decretado y
que se revele que su práctica o ejecución será infructuosa y por ello carecen
de autonomía, no pueden tampoco tener el mismo alcance que las
innominadas, por cuanto para que se dicte alguna de estas medidas se
requiere necesariamente que se cumplan los extremos del articulo 585
además del parágrafo primero del articulo 588 ambos del texto procesal.

Las medidas complementarias siguen la suerte y existen en virtud de


la medida típica o innominada previamente decretada, de modo que no
puede desviarse una de la otra.

PODER GENERICO DE PREVENCION

De acuerdo con lo establecido en el artículo 51 de la Constitución de


la República Bolivariana de Venezuela:
Toda persona tiene el derecho de representar o dirigir peticiones ante
cualquier autoridad, funcionario público o funcionaria pública sobre los
asuntos que sean de la competencia de éstos o éstas, y de obtener oportuna
y adecuada respuesta. Quienes violen este derecho serán sancionados o
sancionadas conforme a la ley, pudiendo ser destituidos o destituidas del
cargo respectivo.
Este derecho de petición configura de alguna manera, la idea de que
todos los órganos del Estado, o mejor, los depositarios de la función publica,
tienen la ubicación de actuar preventivamente, y el deber de responder
oportuna y eficazmente a los planteamientos de los ciudadanos del país.
Además de este derecho de petición, y en el caso concreto de la
Administración Pública, el mismo ordenamiento jurídico ha ido dotando a sus
diferentes órganos de capacidad para actuar ya sea a solicitud de parte, e
incluso de oficio, cuando se vea en peligro algún bien que constituya un
interés general en materia de sanidad, alimentación, reforma agraria,
salubridad pública, entre otros. Los órganos del Estado tienen una básica
función de prevención, a esto se le denominan poder genérico de
prevención.

PODER CAUTELAR GENERAL EN EL JUEZ VENEZOLANO

Sala Constitucional N° 659 – 26/11/2021

“A tales efectos, ya esta Sala Constitucional en doctrina vinculante se


había pronunciado en sentencia N° 1662 del 16 de junio de 2003,
caso Beatriz Osío de Utrera y Jesús Miguel Osío Osío.; al señalar
expresamente lo siguiente:
“[…] el poder cautelar del juez no puede ser ilimitado ni
absoluto, antes, por el contrario, las medidas cautelares no
pueden infringir derechos constitucionales en grado de
inhabilitar civilmente al ciudadano sobre el cual ellas pesen,
ya que las mismas fueron concebidas por el legislador para
garantizar la tutela judicial efectiva y, por ende, la seguridad
jurídica del justiciable. Esta es la premisa que, en criterio de
esta Sala, debe orientar la actuación de todos los Jueces de
la República en el uso de su poder cautelar general”.

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