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En una empresa con gobierno corporativo, la máxima autoridad es

la asamblea general de accionistas que reúne a quienes aportaron


su dinero para constituir el capital de la misma o aquellos que
compraron acciones de la sociedad a alguno de los socios
iniciales.

Cuando se habla de que la asamblea es la autoridad, es


importante saber que la forman los socios o accionistas en una
sesión especialmente convocada para tal efecto y siguiendo una
orden del día.

Esto significa que uno o varios accionistas en una reunión de


trabajo con la administración sólo recibirán el respeto que
corresponde, pero si emiten una orden, ésta no es válida, la
aceptación por parte de cualquier funcionario o empleado es
según el puesto que ocupe si además trabaja en la
administración, pero en forma individual no hay obligatoriedad
administrativa ni legal para que emita órdenes, esto lo saben bien
y, por tanto, deben abstenerse brincar las líneas de autoridad de la
organización.

Los accionistas tienen la oportunidad de ejercer su autoridad


como mencioné al principio en asambleas convocadas y
constituidas que pueden ser ordinarias, llamadas así no por su
término semántico o título sino porque la ley general de
sociedades mercantiles les otorga el nombre porque pueden
reunirse las veces que sea necesario, pero sin modificar cláusulas
de la escritura social, por lo general son dos mínimas anuales, una
primera para expresar su mandato al consejo de administración
respecto a montos de utilidades, indicadores y filosofía que se
deben realizar en un determinado ejercicio anual.

La otra es para recibir y aprobar o no los resultados de la


administración y cumplimiento del mandato, en ésta se pueden
decretar dividendos o hacer una tercera para tal objeto.
La ley general de sociedades mercantiles marca una obligatoria
que debe celebrarse dentro del cuarto mes de terminado el
ejercicio respectivo, como ahora todos los ejercicios legales y
fiscales son de enero a diciembre, quiere decir que la asamblea de
informe de resultados se debe realizar entre el 1 al 30 de abril del
año siguiente ha terminado el ejercicio.

Aquellas empresas que no tienen formado su gobierno


corporativo por lo general levantan el acta de la asamblea, aun
cuando ésta no se realice físicamente y se recoge la firma del
total de los accionistas.

Ante la formación de un gobierno corporativo, el código de


mejores prácticas establece que debe realizarse formal y con
presencia física de cuando menos la mayoría del porcentaje del
capital de los accionistas.

Esta asamblea tiene su importancia porque los accionistas deben


recibir la información financiera u operativa de la actuación de la
administración del ejercicio correspondiente, haciendo y
recibiendo la respuesta a sus dudas y juzgar la actuación del
Consejo de administración y de la dirección general, así como
aprobar con su conformidad la información recibida.

Si en algún momento cualquiera del ejercicio en curso los


accionistas desean hacer cambios en las cláusulas de las
escrituras, es cuando se convoca a una asamblea extraordinaria
de accionistas que se considera legal cuando un mínimo del
porcentaje del capital establecido en los estatutos, está
representado por los accionistas asistentes. Su nombre de
extraordinaria no es tomando la semántica en forma literal como
una asamblea extra, sino que la ley general de sociedades
mercantiles le pone este título porque es la que se realiza para
hacer cambios en cláusulas de la escritura que no pueden
legalmente hacerse cuando se trata de la denominada asamblea
ordinaria.
En las empresas familiares en que padres hijos y hermanos son
accionistas y además laboran como funcionarios en la empresa,
debe formularse un reglamento que impida que uno o más
accionistas emitan órdenes al personal o hasta al director, esto no
debe suceder, pero en muchas de este tipo sucede y se rompe la
buena marcha del negocio y puede impedir a la dirección cumplir
con el mandato emitido por la asamblea general de accionistas.

Es indudable que muchos accionistas, además de ser


inversionistas, desean operar en sus empresas, pero para que
haya éxito en la marcha de la misma deben respetar las líneas de
autoridad y usar la personalidad que le corresponda, si pertenece
al consejo de administración, comportarse como consejero
respetando la decisión de la mayoría; si es funcionario o
empleado, respetar sus funciones y cumplir con las normas y
procedimientos establecidos; en resumen, su papel de accionista
solamente la ejerce en una asamblea general de accionistas y su
voto va en proporción a su capital invertido.— Mérida, Yucatán.

ferojeda@prodigy.net.mx

Doctor en investigación científica. Consultor de empresas

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