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ANALISIS DE SENTENCIA.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACION CIVIL Y AGRARIA


REF.: EXPEDIENTE NO. 6188

HECHOS.

En septiembre de 1991, el Defensor de Familia presentó una demanda de filiación


en representación de la menor Diana Rocío Guerra contra Francisco Franco
Portela Rodríguez. Se alega que los padres tuvieron relaciones amorosas y
sexuales desde 1981 hasta 1987, resultando en el nacimiento de la menor en
febrero de 1983. A pesar de colaborar esporádicamente con el sostenimiento de la
menor, el demandado se negó a reconocerla tras ser citado por la Defensoría de
Familia.

La demanda fue admitida, y tras la respuesta del demandado, se llevó a cabo un


juicio que concluyó en agosto de 1995. El juzgado declaró que el demandado era
el padre extramatrimonial de Diana Rocío Guerra, ordenó la inscripción
correspondiente en el registro de nacimiento, condenó en costas al demandado y
fijó una cuota alimentaria mensual. El demandado apeló, pero el Tribunal Superior
de Ibagué confirmó la decisión de primera instancia y adicionó que la patria
potestad de la menor sería ejercida por su madre.

SENTENCIA DEL TRIBUNAL.

En la sentencia, el Tribunal inicia con un resumen de la demanda presentada por


el Defensor de Familia en representación de la menor Diana Rocío Guerra contra
Francisco Franco Portela Rodríguez, alegando paternidad extramatrimonial. Se
destaca que el Tribunal se enfoca en la causal de paternidad relacionada con las
relaciones sexuales entre los padres durante un período específico.
El Tribunal analiza varios testimonios, concluyendo que el trato especial entre los
presuntos padres sugiere relaciones amorosas. Se refuta la objeción del
demandado sobre la credibilidad de los testigos, y se desestima su testimonio
durante el interrogatorio.

Luego, el Tribunal aborda la excepción plurium constupratorum, indicando que fue


alegada extemporáneamente y que, incluso si se hubiera presentado a tiempo,
requeriría que el demandado admitiera haber tenido relaciones sexuales durante
el periodo de concepción, lo cual él niega. Se cuestiona la credibilidad del
testimonio de Januario Ortiz, sobrino del demandado, aludiendo a contradicciones
en su declaración.

El Tribunal también menciona la existencia de dos exámenes de genética


compatibles realizados al demandado, argumentando que la presunción de
paternidad solo puede ser refutada mediante la excepción plurium constupratorum
o la incapacidad para generar. Se concluye que un nuevo examen de genética no
sería procedente.

Finalmente, el Tribunal confirma la cuota alimentaria provisional, y en aplicación


del artículo 16 de la Ley 75 de 1968, establece que la patria potestad de la menor
será ejercida por su madre.

PROBLEMA JURIDICO.

¿La decisión del Tribunal de desestimar el valor probatorio del segundo dictamen
pericial practicado al demandado, basándose en su propia decisión de no haber
decretado dicha prueba y en la inaplicación del artículo 187 del Código de
Procedimiento Civil, constituye una correcta interpretación y aplicación del marco
legal, o por el contrario, representa una vulneración del derecho al debido proceso
y del deber del juez de evaluar todas las pruebas pertinentes en un caso de
filiación extramatrimonial?

CONSIDERACIONES.

En primer lugar, la Corte procede a realizar un análisis de los dos primeros cargos
planteados por la parte demandada, La corte inicia rechazando el primer cargo
señalando que el primer error debería haberse alegado bajo una causal específica
de nulidad por falta de representación. Además, se argumenta que la falta de
prueba sobre la calidad del Defensor de Familia debió ser advertida y denunciada
en el momento oportuno, y que cualquier irregularidad está más que saneada en
este punto. En cuanto al segundo error, la Corte argumenta que el Defensor de
Familia está legitimado para iniciar la acción de investigación de paternidad,
independientemente de si la menor es expósita o no.

Respeto al segundo cargo la Corte explica que la falta de requisitos en la


inscripción de nacimiento debió ser alegada como una nulidad específica según el
Código de Procedimiento Civil, y que la parte demandada no tiene legitimación
para proponerla. Además, se argumenta que el defensor de familia está legitimado
para iniciar la acción de investigación de paternidad sin importar la condición de la
inscripción de nacimiento, por lo que el cargo no prospero.

En cuanto al tercer cargo que fue aceptado, la Corte enfatiza la importancia de no


usar "medios nuevos" que no hayan sido debatidos previamente, así como la
necesidad de motivar adecuadamente el mérito dado a cada prueba. Considera
que el Tribunal erró al restarle validez a la partida de nacimiento de la menor por
aspectos no establecidos en la ley. También critica la desestimación de ciertos
testimonios solo por imprecisiones irrelevantes, cuando evidenciaban una relación
de la madre con un tercero en la época de la concepción.

Asimismo, reprocha que no se diera valor probatorio a una prueba de paternidad


compatible con ese tercero, lo cual sembraba dudas que debieron esclarecerse.
En general, la Corte resalta la importancia de los avances científicos en pruebas
biológicas para determinar filiaciones, instando a utilizar sistemas confiables y
actualizados que brinden un alto grado de certeza.

Ante los yerros encontrados, la Corte decide decretar una nueva prueba pericial
de paternidad antes de emitir un fallo que reemplace el del Tribunal. De esta
forma, se ordena esclarecer las dudas mediante medios científicos modernos, en
aras de garantizar una decisión apegada a la justicia.

DECISION.

La Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil y Agraria, anula la


sentencia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Ibagué emitida el 26 de
marzo de 1996 en un proceso de filiación extramatrimonial. De forma oficiosa, la
Corte ordena la realización de un nuevo dictamen pericial a cargo del laboratorio
de Emilio y Juan Yunis, que debe incluir un estudio detallado de ampliación de los
exámenes HLA practicados a Francisco Franco Portela, Diana Rocío Guerra,
María Elsy Guerra y Januario Ortiz Portela. La ampliación implica la presencia de
estas cuatro personas en el laboratorio, donde se les practicarán diversos
exámenes científicos con explicación detallada de su objeto, procedimiento,
porcentaje de certeza y estado actual de la tecnología en Colombia. Los gastos de
la prueba serán compartidos por las partes. Además, se ordena remitir copia de la
sentencia al Ministerio de Salud y a la Superintendencia de Salud para su
información y fines indicados. No se imponen costas en el recurso de casación
debido a su prosperidad.

OPINION PERSONAL.

La decisión de la Corte parece fundamentada en la necesidad de garantizar un


proceso justo y equitativo, así como en la importancia de utilizar pruebas
confiables y actualizadas en casos de filiación. La crítica a la desestimación de
ciertos testimonios y la falta de valoración de pruebas biológicas compatibles con
la paternidad propuesta en el tercer cargo resalta la importancia de considerar
todas las pruebas disponibles, especialmente aquellas respaldadas por avances
científicos.

La orden de realizar una nueva prueba pericial de paternidad parece ser una
medida adecuada para esclarecer las dudas y garantizar una resolución justa del
caso. Además, la atención a la falta de representación y la legitimidad del
Defensor de Familia para iniciar la acción de investigación de paternidad fortalece
la coherencia jurídica en el proceso.

En general, la opinión personal podría ser que la Corte busca corregir posibles
errores procesales y garantizar que la resolución del caso se base en pruebas
sólidas y actualizadas, lo cual es esencial en casos de filiación.

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