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EL DERECHO A LA IDENTIDAD

El derecho a la identidad tiene especial importancia en Argentina ya que durante la última dictadura militar fue
gravemente vulnerado por las prácticas de apropiación ilegal y sustitución de identidad de los niños secuestrados y de
aquellos nacidos en cautiverio. En este sentido, la función cumplida por las Abuelas de Plaza de Mayo es insoslayable para
comprender el proceso de lucha por el reconocimiento del derecho a la identidad como un derecho humano fundamental
que fue incluido en la Convención sobre los Derechos del Niño. El paradigma que introduce la Convención sobre los
Derechos del Niño, desde su entrada en vigor en 1990, supone un cambio profundo y radical en la manera de concebir la
infancia, habida cuenta que confiere a la niñez un nuevo estatus: el de sujeto pleno de derecho. En el año 2005, Argentina
da un importante paso al sancionar la Ley N° 26.061 de Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes,
que establece la implementación de un Sistema de Protección Integral para la infancia y adolescencia. En concordancia
con la Convención, esta ley reconoce en sus artículos 11, 12 y 13, el derecho a la identidad, incluyendo asimismo el
derecho a la documentación, a obtener los documentos públicos que acrediten su identidad. El hecho de no estar
identificado, inscripto o documentado, además de vulnerar el derecho a la identidad, genera condiciones propicias para
delitos tales como el tráfico de niños, la explotación sexual comercial y la apropiación ilegal y, además, dificulta el acceso
y permanencia al sistema educativo, a la salud y a los planes sociales.

En la Convención sobre los Derechos del Niño – en adelante CDN - los artículos 7, 8 y 11 son conocidos
internacionalmente como los “artículos argentinos” puesto que, gracias a la lucha de Abuela de Plaza de Mayo, fueron
introducidos a instancias de la delegación argentina, con el objetivo de impulsar a los gobiernos a adoptar medidas que
previnieran las desapariciones forzadas de niños y niñas, como las que tuvieron lugar durante la última dictadura militar.
La identidad de una persona constituye un proceso que se inicia con el nacimiento y se prolonga hasta la muerte. La vida
de un individuo se desarrolla en un entramado de relaciones sociales que al mismo tiempo que provee los recursos de
desarrollo y afianzamiento de la propia identidad, requiere de ésta para generarse. La identidad no es solo una
consecuencia de un adecuado registro del nacimiento, sino que es un proceso que se desenvuelve a través del tiempo.
Por este motivo debe ser considerada un fenómeno dinámico. Durante su crecimiento, el niño va constituyendo su
identidad en contacto con su familia, su historia y el medio cultural en el que se desarrolla.

La República Argentina ratificó los instrumentos internacionales de derechos humanos mencionados y les otorgó
jerarquía constitucional en la reforma del año 1994 a través del artículo 75 inciso 22 de la Constitución Nacional.
Asimismo, se ha obligado, conforme el artículo 75 inciso 23 de la Constitución Nacional, a “legislar y promover medidas de
acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos
reconocidos por esta Constitución y por los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos…” La Convención
Americana sobre Derechos Humanos (CADH) y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), al igual que
la Convención sobre los Derechos del Niño, reconocen que el derecho a la identidad está constituido por diferentes
aspectos. La Convención Americana sobre Derechos Humanos, o Pacto de San José de Costa Rica Argentina en su artículo
18 establece: “Derecho al nombre: Toda persona tiene derecho a un nombre propio y a los apellidos de sus padres o al de
uno de ellos. En el artículo 20 se establece el derecho a la nacionalidad: “Derecho a la nacionalidad:

1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.

2. Toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació si no tiene derecho a otra.

3. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiarla”.

La Convención sobre los Derechos del Niño -adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas en 1989 y ratificada
por Argentina en 1990 - en sus artículos 7 y 8 reconoce explícitamente el derecho a la identidad de todos los niños, niñas
y adolescentes (hasta los 18 años) y obliga a los Estados Parte a respetarlo, hacerlo respetar y adoptar medidas de acción
positiva a fin de garantizarlo resultara de otro modo apátrida.”

El registro del nacimiento es el primer reconocimiento oficial por parte del Estado de la existencia de esa persona, y
constituye una garantía para el ejercicio posterior de derechos. Un niño no registrado se torna “no visible” y se convierte
en un sujeto en situación de vulnerabilidad en cuanto al goce de sus derechos. Por lo tanto, la inscripción inmediata al
nacimiento es una medida de prevención frente a peligros como la venta, comercio, apropiación, adopción ilícita, trata o
tráfico de niños, entre otros delitos.

En septiembre de 2005 fue sancionada la Ley Nº 26.061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes. Siguiendo con la misma concepción jurídica de la CDN, esta ley reconoce, en sus artículos 11, 12 y 13, el
derecho a la identidad de todos los niños y genera un compromiso a los organismos del Estado de facilitar, colaborar y
garantizar el respeto y preservación de este derecho. El artículo 12 de la ley se refiere a las responsabilidades del Estado
como garante de la identificación e inscripción de las personas.

La identificación de los niños recién nacidos se encuentra regulada en la Ley Nº 24.540 de Identificación del Recién
Nacido, la cual no se ha reglamentado. Cabe destacar que esta ley establece un procedimiento de identificación del
binomio madre - hijo, aunque este procedimiento ha resultado objeto de profundas críticas por parte de operadores del
área de salud, como así también de los registros civiles provinciales. Desde la sanción de dicha ley han existido numerosos
intentos para reglamentar y poner en funcionamiento el procedimiento establecido en la norma.

El artículo 12 de la Ley Nº 26.061 establece que un niño nacido en hospitales o sanatorios siempre debe ser identificado a
través del establecimiento del vínculo filial con su progenitora, aún si ella no posee documento nacional de identidad
(DNI). La última parte del artículo señala que el Estado debe adoptar las medidas necesarias para garantizar la inscripción
gratuita de aquellos adolescentes y madres que no hayan sido inscriptos oportunamente. Esto significa que toda persona
menor de edad y toda madre cuyo nacimiento no haya sido registrado en el Registro de Estado Civil y Capacidad de las
Personas, tiene derecho a realizar la inscripción correspondiente en forma gratuita.

La memoria es singular y colectiva. La memoria colectiva es una de las condiciones necesarias para el despliegue de la
memoria singular y es fundante de la identidad. Decir derecho a la identidad, implica los lazos sociales, de la construcción
histórico social de la subjetividad y de la cultura. Defender el derecho a la identidad singular y colectiva es resistir, como
gran parte de nuestra sociedad lo viene haciendo, al poder destructivo de la crueldad de la desaparición, el genocidio, el
olvido y la anulación del derecho a la identidad. Sabemos que otro modo de imponer el olvido es sostener la impunidad,
anular el derecho a la verdad y a la justicia.

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