Está en la página 1de 3

3 CAMINOS PARA LLEGAR

AL CORAZÓN DE TU HERIDA
VIVIRVIVIR.COM

DÍA 3. LA HERIDA SE MANIFIESTA


EN LAS CONDUCTAS ESCLAVIZANTES

En este día vamos a intentar acercarnos a nuestra herida una vez más. Para ello, lo que hoy vamos
a hacer, es reconocer las conductas desproporcionadas, esto es las consultas esclavizantes,
limitantes, las conductas que en los momentos de lucidez reconocemos que nos hacen
profundamente infelices pero que no podemos abandonar porque.... si ya sabes cuáles son estas,
puedes rellenar estos puntos suspensivos.

Las conductas desproporcionadas son aquellas en las cuales actuamos de un modo que es
desajustado, a veces profundamente desajustado respecto de lo que queremos, respecto de
nuestros deseos profundos, respecto de lo que creemos y valoramos, respecto de lo que creímos y
valoramos alguna vez.... pero, decimos, “ya no sé hacer las cosas de otro modo”, “si dejara de
hacerlo así no me querría nadie”, “total, ¿a quién hago daño?”, y otras parecidas…

Vamos a concretarlas, para que estos ejemplos te hagan conectar con esos otros que se dan en ti:
- conducta desproporcionada es estar pendiente de tus hijos para satisfacer sus más mínimos
deseos… y conducta desproporcionada es decirles que son mayores y que se apañen solos… lo
cual llevas diciendo desde que tienen 3 años.
- conducta desproporcionada es no atreverte a decir no a cualquiera que quiera acostarse contigo,
tengas 13 o 40 años;
- conducta desproporcionada, menos grave pero también importante es que, tengas la edad que
tengas, aún no te atrevas a disfrutar;
- conducta desproporcionada es que te quedes hundid@ durante x días por una broma que te han
hecho al pasar;

1
3 CAMINOS PARA LLEGAR
AL CORAZÓN DE TU HERIDA
VIVIRVIVIR.COM

- conducta desproporcionada es no contar contigo a la hora de poner límites a la comida o al


alcohol, al trabajo o a cualquier cosa que te apetezca en un momento determinado;
- conducta desproporcionada es gastar tus mejores energías en una sola cosa de tu vida –el dinero,
pongamos por caso- y conducta desproporcionada es que no te inmutes cuando ves imágenes de
una hambruna, de un atentado… y aún lo justifiques diciendo que es que sale en la tele todos los
días;
- conducta desproporcionada es la necesidad que tienes de llamar la atención en todos los sitios a
los que vas;
- conducta desproporcionada es dejar que hagan lo que quieran contigo (echarte una bronca o
abusar de ti), con tal de que te tengan en cuenta /con tal de que te dejen en paz después.

Seguro que con las sugerencias que te acabo de hacer, tú mism@ puedes continuar esta lista y
nombrar aquella o aquellas actitudes o conductas desproporcionadas que manifiestan por dónde
estás herid@. Parte de la dificultad para reconocerlo está en la poca confianza que tienes en que
esto pueda cambiar: por eso te he dicho que la desconfianza es una marca que atraviesa todas las
heridas. Intenta ir adelante, superando esa desconfianza, para descubrir qué hay más allá de ella.

Esta es la tarea que te propongo para hoy

Siéntate en un lugar tranquilo dónde te sientas cómod@, protegid@ y empieza a respirar.

Haz series de respiración profundas: una inspiración profunda seguida una espiración igualmente
profunda, y repite este ritmo hasta que te serenes todo lo que te sea posible.

Cuando lo hayas hecho, vuélvete sobre tu interior.


Visualiza esas actitudes esclavizantes, desproporcionadas que has reconocido.

2
3 CAMINOS PARA LLEGAR
AL CORAZÓN DE TU HERIDA
VIVIRVIVIR.COM

Vuelve sobre aquellas que se te han despertado al leer esta lista inicial, y sobre aquellas otras que
irán apareciendo cuándo recuerdes las primeras.
Escribe con detalle esas situaciones en las que te ves con alguna frecuencia y reconócete en esa
conducta desproporcionada. Descubre la causa de esa conducta que te limita, que te esclaviza,
que te impide crecer, que te humilla.
Reconoce cómo están presentes en ti y nombra la herida de fondo a la que dichas actitudes
obedecen. Quizá no la nombres exactamente, pero sí notas que cada vez nos vamos acercando
más, ¿verdad?

Después, déjalo en manos de Dios/el Trascendente1, para que reposando en sus manos se
convierta en camino para otra cosa para otra vida. Como te decía el primer día, todas las heridas,
aunque sean distintas en cada uno de nosotr@s, tienen como fondo la desconfianza. Nuestra vida
descansa en la confianza cuando nos vivimos unidas a Dios/el Trascendente. Por eso, cuando dicha
confianza se rompe, todo lo que vivimos queda atravesado de des-confianza.

1
También es posible que a Dios lo veas como uno de aquellos que te han abandonado, ignorado o herido. No es este el momento de volver sobre
tu idea de Dios, pero sí quiero decirte algo: tus ideas sobre Dios pueden estar equivocadas. Pero Dios, el Dios vivo, siempre está a nuestro favor,
luchando junto a nosotros porque tengamos vida.
3

También podría gustarte