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EL NUEVO PACTO

I. DEPENDE COMPLETAMENTE DE DIOS


La Pascua, para el pueblo judío, representaba (y representa) una celebración
conmemorativa por la liberación del pueblo desde la subyugación egipcia, específicamente
el hecho definitivo cuando el mar rojo se abrió en dos para que Israel atravesase y se librase
del ejercito que le perseguía. Se celebra en el día 14 del mes de Nisán en el calendario
hebreo y dura 7 días. La característica principal de la celebración es una atmosfera rodeada
de devoción y adoración a Dios, donde se destacan principalmente dos elementos:

a. Sacrificio de un cordero inocente.


b. Comer panes sin levadura.

El cordero representaba inocencia y dependencia a Dios, es decir, el pueblo había


escapada de un ejercito armado, sin ningún tipo de resistencia de su parte, sino que
puramente con el poder del Dios todopoderoso. Por otro lado, existen ciertas conjeturas
respecto del pan sin levadura, una de ellas apunta a no contaminarse con la levadura del
mundo, otras a que el pueblo al escapar tan estrepitosamente desde Egipto, no alcanzó a
tener panes leudados. En últimas, los panes sin levadura, vienen a representar de todas
formas que Dios va en el control de las cosas, puesto que ya sea la no contaminación o la
premura del éxodo, Dios medió ambas cosas.
No es casualidad que estas cosas antecedieran la cena del Señor y el anuncio oficial
de parte de Jesús de la instauración del nuevo pacto en su sangre. Es decir, la festividad de
la pascua para los judíos, que apunta netamente a recordar la mano poderosa del Señor
liberando al pueblo cautivo en Egipto, era una ocasión propicia para decir al mundo que
vendría una liberación definitiva de la esclavitud del pecado, que confirmaría el pacto que
Dios ya había confirmado en tiempos antiguos, incluyendo la liberación desde Egipto, el
nuevo pacto vendría a anunciar al verdadero y único cordero pascual: Jesús, como símbolo
de la nueva alianza.

La pregunta de los discípulos al maestro es muy natural, estaban dilucidando en


dónde comerían la pascua, como era costumbre de hacer dentro del pueblo judío. Ellos
también sacrificaban un cordero y hacían panes sin levadura. Hasta aquí todo tranquilo.
Esto es como un asado, en donde es natural hacer una lista de las cosas que se deben
comprar para comer, decidir en que lugar se hará, y todo lo anterior, evidentemente con un
motivo en común para todos aquellos que se reunirán. Sabe, estos detalles sinceramente me
conmueven. Porque el mensaje que estarían pronto a oír los discípulos de Dios era un
mensaje que cambiaría todo en todo el mundo y fue efectuado en las condiciones más
sencillas que podamos imaginar. ¿Acaso esto no indica que la verdad de Dios ha sido
revelada efectivamente a los más pequeños y desprovistos? ¿Acaso esto no significa que el
mensaje que transforma y trastorna al mundo no viene desde la humildad de la comunión?
¡Gloria al Señor por la sencillez del mensaje!
Lo primero que debemos comprender entonces, es que Dios revela su mensaje y las
verdades que trascienden la humanidad de la manera más sencilla. No necesitas un palacio,
no necesitas la mejor ropa, no necesitas nada de eso, lo único que importa aquí es la
invitación del Señor a su cena, si el día de hoy el Señor está invitándote a su mesa, tú que
oyes el mensaje, ¿rehusarás esa invitación? No digas que te falta algo, porque solo es
necesaria la invitación del Señor, pues su pacto depende sólo de Él. ¿Te has fijado como la
sociedad contemporánea a trascendido en un materialismo y consumismo que nos lleva a
pensar que todo lo que es digno de celebrar debe tener un estándar mayor a lo que
realmente debiese tener? Me refiero a celebraciones como la navidad en donde los regalos
son el centro. No digo que esté mal realizar un obsequio, el punto es que se vuelve
absolutamente mal, cuando hago del objetivo de la navidad y me siento que he cumplido
cuando he realizado un regalo a mi amigo secreto. ¡Basta de eso! Cuando has entrado a esa
atmósfera, entonces el mundo te ha vencido, has caído en sus manos, al aceptar esos
términos, entonces hacer ver como si todo lo que necesitas para sentirte feliz y realizado lo
encuentras y lo compras en el mundo. ¡Entrégate a Dios! Mira el anuncio de su cena, en las
condiciones más sencillas, lo cual no quitó que trascendiera su anuncio en la eternidad.
Ahora bien, fíjense como continúa. Id a la ciudad y os saldrá al encuentro un
hombre que lleva un cántaro de agua, seguidlo, y donde entre decid al señor de la casa: “El
maestro dice: ¿´dónde está el aposento donde he de comer la Pascua con mis discípulos?
Entonces donde él os mostrare, haced allí los preparativos. Vaya, estas son las cosas que me
hacen decir ‘Wow!’ Vean a un hombre con un cántaro de agua, síganlo… Es decir, de
pronto el Señor ya había conversado con el dueño de la casa donde comerían, es una
posibilidad, pero porque se pone tan misterioso al decir que siguieran a un hombre con un
cántaro de agua? No podía decir: ¡Sigan al Luis o al Rodrigo! Al Señor le encanta hacer
estas cosas para dejar algo en claro: Él controla hasta el más mínimo detalle. Fíjense, está
pronto a hacer un gran anuncio, y no hay nada dejado al azar, sabe quién y como transitará,
sabe donde comerá, el Señor controla todo a su alrededor. ¡Gocémonos, hermanos, en su
pacto, en su poder! El Señor no deja nada al azar. Sabe que el día de hoy que necesitamos
de su alimento, estaremos hoy aquí. Siéntase totalmente privilegiado de estar escuchando la
palabra del Señor porque Él sabe que ud está aquí. Muchas veces ocurre como los
caminantes de Emaús: Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de
nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras? ¡El Señor está
con nosotros, Él es Soberano en su pacto!

II. TRASCIENDE LA REALIDAD DEL PECADO


Continuando en el relato, ahora el evangelista llama nuestra atención a un hecho más
específico. El escenario es la cena misma, ya están prontos a servirse los alimentos y el
Señor a realizar su magno anuncio. Pero antes, para dar aún más. Muestras de tener todo
bajo control, Jesús lanza el siguiente comentario: ‘uno de uds me va a entregar’. Fíjense,
Jesús organizó una fiesta y cuando ya todos están comiendo, entonces se lanza un
comentario desagradable. ¿Porqué no lo dijo antes? En últimas, no hubiesen invitado a
Judas y así se hubiese ahorrado el mal rato. Esto es como si a un cumpleaños, llegara un
invitado que no estaba considerado. Una ‘paracaidista’ desagradable y el festejado se
mandara un comentario algo así como ‘así con los paracaidistas’. El asunto aquí, es que
estos comentarios de una u otra forma da lugar a la murmuración o malestar y el centro de
la festividad se pierde.
Los discípulos empiezan a preguntar, ¿seré yo? Los alimentos ya no entran en provecho
y ahora viene una angustia. Que mal momento están viviendo, se suponía que la cena era
ocasión de recordar el poder liberador de Dios. ‘Bueno le fuera a quién me entregará no
haber nacido’, pero no nos quedemos en eso, sigamos cenando. ¡Que desconcertante el
Señor! No se guardó nada, y aquellos que cenaban junto a Él, ya no estaban para nada
tranquilos ni disfrutando, todos se preguntaban quien era el tal de quien hablaba el maestro.
A través de esta circunstancia, Jesús quiere mostrar que ni siquiera el pecado que llevó
a Judas a entregar al Mesías por unas cuantas monedas, podría impedir el cumplimiento del
pacto, la celebración del anuncio del nuevo pacto en Cristo. ¡No! Acá no se trataba de echar
la basura debajo de la alfombra y aceptar la presencia del paracaidista, sino que se trataba
de reconocer que había alguien indeseado, que cometería un pecado atroz, que comería
inclusive en la mesa, no obstante, eso no sería impedimento para concretar su sacrificio.
¡Consuelo a nuestra alma es saber que el Señor no canceló la cena a causa del pecado!
El Señor no bajó de la cruz. Antes bien, sabiendo que el moriría específicamente por el
pecado de su pueblo, decidió humanarse y decidió morir en la cruz para redención. No
importó una historia llena de pecado para separarnos del amor de Dios, no importó nada. El
Señor, en su gran amor y misericordia, él mismo trascendió el pecado y murió por nosotros.
Cuantas veces nosotros esperamos a estar sin mancha, sin nada en nuestras conciencias
que nos acuse, para volver al Señor en tiempos en los cuales nos encontramos lejos de Él.
No esperemos más, acerquémonos, el Señor y su pacto de amor trascienden nuestro pecado.
Un argumento más a favor de este punto. Miren al mismo Señor estando pronto a subir a la
cruz, diciendo: “Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre
mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como
tú quieras” (Mateo 26:39). Nuevamente, el Señor está sintiendo el peso de morir
efectivamente, a causa de los pecados de su pueblo. Aún así decidió subir y morir. El
pecado no es limitante para la manifestación del amor de Dios, Dios ama y manifiesta su
pacto, confirmando su amor revelado en la historia, porque Él decidió amar a los suyos.

III. SE CUMPLE EN CRISTO JESÚS


Ninguna promesa tendría valor, si acaso no existiera un respaldo de quién promete. Y la
verdad es que todo lo que hemos hablado no encontraría ningún sentido si acaso Dios no
hubiera sido el artífice de todo y por tanto Cristo no hubiese ido a la cruz del calvario. Ya
se encontraban comiendo y el Señor toma el pan, lo parte y les dice: tomad esto es mi
cuerpo, después tomo la copa y habiendo dado gracias dijo esto es mi sangre del nuevo
pacto que por muchos es derramada. Alguien pudiera decir que Jesús fue muy
autorreferente en la cena, apuntando todo a Él y ciertamente es la verdad, porque la verdad
a la cual Él se refería solamente cabía su obra en la cruz.
Sólo en Jesús hay salvación, pues ‘No hay otro nombre bajo los cielos dado a los
hombre en el cual podías ser salvos’. No hay otro, todo se cumple en Él. No hay otro
motivo de celebración más que Él mismo, puesto que el nuevo pacto se cumple en Él y con
esto, el cumplimiento del pacto eterno que hemos venido viendo en esta serie de sermones
que se ha ido cumpliendo a lo largo de toda la historia. Es su sangre y su carne derramada y
partida la que da cumplimiento a todo lo que habían hablado los profetas. ¡Emanuel! Dios
con nosotros, la liberación las buenas nuevas de salvación, todo conjugado en un solo
nombre: Cristo Jesús.

“La vida se encuentra sólo en Jesús, Sólo allí te es ofrecida,


Ofrecida sin dinero y sin precio, Es el don de Dios enviado
gratuitamente; Toma la salvación Tómala ahora, y sé feliz.”

Reparemos en un detalle que muchas veces pasa desapercibido aquí. Jesús dice ‘que
por muchos es derramada’ Al decir muchos, se está haciendo referencia a un grupo limitado
de personas que conforma el pueblo de Dios. Eso ya lo sabemos y, de pronto, en otra
oportunidad lo discutiremos. Lo que quisiera que viéramos aquí es la forma en que Jesús
dice lo que dice. Enuncia a esos muchos y su sangre derramada como algo ya completa.
Pues indica que su sangre tendrá una utilidad y esa utilidad será para muchos. El nuevo
pacto está asegurado para los muchos pertenecientes a los redimidos. ‘Muchos son los
llamados, pocos los escogidos’ versa el texto. Esto es una realidad que aplica al día de hoy,
el pacto ha sido hecho para con el pueblo del Señor. ¿Estas escuchando este mensaje y hace
sentido a tu vida? ¡Entonces tu puedes ser parte del pacto eterno de Dios! Tú estás dentro
de los muchos por los cuales Jesús murió.
Finalmente, esos muchos también contemplan a aquellos que ya no están con
nosotros, en realidad con decir muchos, el Señor se refiere a la iglesia invisible. Todos
aquellos que creyeron en la remisión de sus pecados solo mediante la obra de Dios, todos
aquellos que formaron parte del AT y ahora el NT, todos esos forman parte de los muchos.
¡Gloria al Señor! Nada escapa de sus manos, su pacto es confirmado en Su Sangre y Su
Carne las cuales Él mismo no se guardó para sí, sino que lo entregó para cumplir su pacto.
Queridos, tenemos el día de hoy una gran seguridad: Dios va con nosotros, Jesús va con
nosotros. Él asegura el cumplimiento de su pacto en nosotros en todo tiempo. Debes
detenerte por un momento y pensar en esta realidad para refrescarte en el camino y para en
efecto volver al gozo de tu salvación. ¡Anuncia el pacto del Señor! Gózate en el sacrificio
de Cristo pues por medio de Él eres parte de una historia que Dios escribió desde la
eternidad.

EL TEXTO EN MI VIDA

1. Dios ha establecido su pacto desde la eternidad y le ha dado cumplimiento en medio


de la historia.
2. El pacto de Dios en nuestras vidas representa la esperanza de la vida eterna: Dios ha
sido quién nos ha hecho parte del pacto.
3. ¿Quieres conocer la eternidad en tu vida? Enfrenta la realidad del pacto eterno de
Dios en tu vida, confía en Dios y gózate en que has sido pensado desde la eternidad
y estarás con tu Señor por la eternidad.
4. Que el nuevo pacto en Cristo sea un aliciente para motivarte a servirle y adorarle
para siempre.

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