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Ojeda Lázaro
has venido a ser semejante a nosotros. Han sido derribadas al Seol tu ostentación y la
música de tus arpas; debajo de ti las larvas se extienden como cama, y los gusanos son tu
cobertura. ¡Cómo has caído del cielo, oh lucero de la mañana, hijo de la aurora! Has sido
derribado por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Pero tú dijiste en tu corazón:
Subiré al cielo, por encima de las estrellas de Dios levantaré mi trono, y me sentaré en el
monte de la asamblea, en el extremo norte. Subiré sobre las alturas de las nubes, me haré
semejante al Altísimo. Sin embargo, has sido derribado al Seol, a lo más remoto del
abismo. Los que te ven te observan, te contemplan, y dicen: ¿Es éste aquel hombre que
hacía temblar la tierra, que sacudía los reinos, que puso al mundo como un desierto, que
derribó sus ciudades, que a sus prisioneros no abrió la cárcel? Todos los reyes de las
naciones, todos ellos yacen con gloria, cada uno en su sepulcro.
Pero tú has sido echado de tu sepulcro como vástago desechado, como ropa de muertos
traspasados a espada, que descienden a las piedras de la fosa, como cadáver pisoteado. No
estarás unido con ellos en el sepelio, porque has destruido tu tierra, has matado a tu pueblo.
Que no se nombre jamás la descendencia de los malhechores.
Cuando todas las criaturas angélicas estaban obedientes a la voz de su creador, mirándose en su
rostro, asombrándose de sus resplandores y moviéndose sin tropiezo y con una concertada
armonía al compás de su palabra, sucedió que entre los ángeles el más hermoso apartó los ojos de
su Dios para ponerlos en sí mismo, quedando como arrebatado en su propia adoración y como
extático en presencia de su hermosura. Considerándose como subsistente por sí y como el último
fin de sí propio, quebrantó aquella ley universal e inviolable según la cual Dios preparo de ante
mano, nuestra salvación de pecado.
Trágicamente, la percepción errónea de la persona que Ignora la relación eterna entre el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo, que es vida en Jesús. En él toma sentido de la humildad de Dios, que se
expresa uno con el otro. Siempre debemos tener en cuenta que Jesús dijo que vino a revelar al
Padre Mateo 11:27-30; Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al
Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera
revelar. Por lo que dijo también:
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Y el Espíritu Santo fue enviado para revelar la existencia del padre, y Jesús en una misión de
rescate, enseñó que cuando el Espíritu viniera, no daría testimonio de sí mismo, sino de Jesús
Vemos este amor mutuo y recíproco en la enseñanza de Jesús sobre su propósito de venir a la
tierra, diciendo que él no venía a condenar al mundo sino venía para salvarlo rescatarlo Juan 3:17.
Más trágico aún es el hecho de que mucha gente perciba a Dios como si él sufriera de depresión
maniática o de un desorden múltiple de personalidad. La gente lucha con la idea de que, por un
lado, Dios es un ser lleno de ira y por el otro lado es un Dios de amor. Algunos han llegado a decir
que el Padre tenía ira, pero Jesús llego a calmarlo. Pero consideremos lo siguiente: si Jesús es la
“representación exacta” del Padre dice: Hebreos 1:3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y
la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder,
habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la
diestra de la Majestad en las alturas, no podemos separar la naturaleza del Padre de la
naturaleza del Hijo o la naturaleza del Hijo de la del Padre. Lo mismo sucede con el Espíritu. Más
allá de percibir a Dios de una manera inconsistente e incoherente, es vital darse cuenta que la ira y
el amor son dos aspectos de un solo atributo fundamental del carácter de Dios.
D. Ojeda Lázaro
tal de no perderlos como miembros de las iglesias. La falsa doctrina de la tolerancia, impide que
las iglesias crezcan en pureza y santidad, al permitir que miembros corruptos en sus
congregaciones vivan como carnales. La falsa doctrina de la tolerancia, es la causa de que los
creyentes tibios sigan adictos a las impurezas del corazón y de la vida en el mundo. en donde los
falsos pastores toleran que, en sus recintos para rendir culto al Señor, las personas, puedan elegir
sentarse en el lugar para fumadores o en el lugar para no fumadores, según sea su nivel de
dependencia del cigarrillo. Total, la falsa doctrina de la tolerancia alcanza para todo. La falsa
doctrina de la tolerancia, permite que los creyentes continúen con la vieja levadura que pone agria
toda la masa. Apocalipsis 3:16. Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de
mi boca.
En el evangelio con fuego no tenemos tolerancia, pero si se comienza a tolerar los errores y las
negligencias de los demás, luego se continúa tolerando los propios errores y negligencias y,
finalmente, se termina por creer que Dios también es tolerante. Nada más alejado de la verdad.
Dios a veces tarda en actuar, pero, Dios no tolera. Dios actúa en justicia. Dios juzga si algo es
bueno o malo conforme a Su Palabra.
Por causa de la falsa doctrina de la tolerancia, hoy aceptamos, en la televisión, programas que
antaño eran considerados como variedades en las iglesias. Un dato curioso: estos falsos,
predicadores de la doctrina de la tolerancia, o de la prosperidad, no toleran a aquellos que nos
presentamos con la verdad de las Sagradas Escrituras en contra de sus viles y perversas
maquinaciones.
La falsa doctrina de la tolerancia, es aquella que alienta a las personas a seguir indiferentes en las
cosas del Señor, al no redargüirles, reprenderles, exhortarles con toda paciencia y doctrina
respecto de su descuidada manera de vivir. Sin hacerlos es despertar del letargo espiritual para
convertirse en ministerios vivos para el Señor. Total, la salvación no se pierde. Amado lector:
¿Existe este tipo de falsa doctrina en su congregación? Pero, ¿qué pasa con Ezequiel 33:8?
Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el
impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu
mano. Y si alguno tiene dudas respecto a que Dios es NO tolerante, entonces veamos lo que Jesús
enseña en Mateo 25:14-30 y en Lucas 19:12-27. Mateo 25:24 Pero llegando también el que
había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres HOMBRE DURO, que siegas
donde no sembraste y recoges donde no esparciste; énfasis añadido
Mateo 25:26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego
donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Lucas 19:22 Entonces él le dijo: Mal siervo,
por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era HOMBRE SEVERO, que tomo lo que no
puse, y que siego lo que no sembré; énfasis añadido Es cierto que la Biblia está llena de
hermosas promesas de Dios para nosotros, sus hijos. No obstante, lo que los falsos pastores evitan
enseñar es la enorme cantidad de advertencias que Dios, en su inmensa justicia, nos declara, para
enseñarnos a vivir una vida sin errores que terminen por llevarnos al fracaso y a las fauces de
satanás. Pero hoy tenemos palabra de vida que viene del cielo con el evangelio con fuego.