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El plan de Dios no era hacer un hombre mortal lleno de enfermedades,

dolencias y depresiones, su plan original no era traernos a este mundo con


todas las de perder, su plan fue hacer un hombre inmortal lleno de poder y
autoridad sobre toda la creación para que la administrase con justicia pero
en su desobediencia quebranto el único mandamiento que Dios le dio y desde
ese momento entro el reino de la muerte sobre toda la humanidad y en Adán
todos morimos, de manera tal que cuando vemos un ataúd un sepulcro un
cuerpo moribundo por una enfermedad, la sociedad en su degradación moral
que llega a un nivel mas bajo que los propios animales no estamos viendo el
plan de Dios, vemos es la transgresión y la desobediencia del hombre. no le
echemos la culpa a Dios por nuestra falta de misericordia y pereza para
hacer el bien a nuestro prójimo.

Acertadamente dijo un sabio DIOS NO CREO EL MAL EL MAL ES LA


AUSENCIA DE DIOS EN EL HOMBRE. Él nos dejo en este lugar para que
administrásemos su verdadera justicia, ejemplo nos dio Jesucristo que vino
en un cuerpo mortal y Dios lo llevo al limite de sus capacidades humanas y
en todo fue tentado para que el mismo sintiera lo que es vivir en un cuerpo
humano y pueda tener misericordia de nosotros, porque una cosa es ver la
situación de otros y otra cosa vivir la situación uno mismo, nuestro propio
abogado y juez celestial sabe lo que es vivir en un cuerpo humano.
El punto central es que si Jesús pudo vivir en un cuerpo humano y
obtuvo la victoria sobre los poderes del infierno y sometió su propia carne
para agradar a Dios, nosotros también podemos hacerlo porque no hay
ninguna diferencia en el cuerpo que Jesús tenia y nuestro propio cuerpo es
el mismo cuerpo de carne y hueso, claro esta que Jesús obtuvo la victoria
gracias al Poder incomparable del Glorioso Espíritu Santo,¿ y acaso Dios no
nos dio de su Espíritu? como dice el dicho no es fácil pero tampoco es
imposible. Si fallamos abogado tenemos para con el Padre Jesucristo el
Justo, Pero no utilicemos la gracia como una licencia para pecar.

Alexis Torribilla

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