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Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 155

Artículos

Zubiri y el proyecto de 1. El carácter opcional de la filosofía y


del filosofar: la filosofía como modo
filosofía de liberación de de vida
Ignacio Ellacuría
En toda la trayectoria intelectual de Ignacio
Ellacuría, se puede observar un esfuerzo por
Héctor Samour* construir una filosofía crítica y liberadora.
Desde su etapa juvenil hasta la de madurez,
en la que formula explícitamente su intención
de construir una filosofía de la liberación desde
la praxis histórica1, Ellacuría siempre buscó
construir una filosofía que diera respuesta a
los problemas vitales y existenciales del ser
humano en las sociedades contemporáneas,
especialmente aquellos que afectan a la
mayoría de la humanidad. Nunca hubo en
su filosofar un intento de enciclopedismo, un
afán de mera erudición o un simple deseo de
buscar la verdad por la verdad, tal y como se
puede apreciar a partir de sus escritos juve-
niles en los que critica a los escolasticismos
de todo tipo y las formas abstractas y mera-
mente formales de filosofar, que soslayan
la problemas vitales que afectan a los seres
humanos en una situación concreta2.

La filosofía no es, desde este punto de


vista, un mero ejercicio intelectual “extrínseco”;
es decir, una actividad ajena a la vida del filó-
sofo y a los problemas que enfrenta vitalmente
en su situación; o, en otras palabras, un mero
ejercicio intelectual “externo” al filósofo, en el
que este sería un mero contemplador “obje-

* Catedrático e investigador del Departamento de Filosofía, UCA.


 , (OODFXUtD ´)XQFLyQ OLEHUDGRUD GH OD ÀORVRItDµ Estudios Centroamericanos (ECA), n.os 435-436, 1985,
pp.45-64
 ,(OODFXUtD´)LORVRItDHQ&HQWURDPpULFDµRevista de Humanidades, Universidad de El Salvador, n.os 2 y 3,
1961, en 'UETKVQUſNQUÎſEQU, tomo 1, San Salvador: UCA Editores, 1996, p. 402.

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


156 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

tivo” de la verdad. La filosofía es el producto intelectual solo se alcanza cuando se orienta


de una inteligencia en el que la subjetividad hacia la vida. Se filosofa desde la vida y para
del filósofo está involucrada existencialmente la vida, en orden a desarrollar y plenificar
con la develación y revelación de la realidad la vida humana4. Y esta es una idea que
que se le hace presente como problema en Ellacuría extenderá a todas las dimensiones
su propia experiencia vital. Este es el signi- de su vida intelectual, como filósofo, teólogo,
ficado primario que Ellacuría le asigna a la universitario y como analista político. En
función intelectual de la filosofía, y que por esto fue consecuente hasta lo último, pues el
ello se convierte en una forma de vida. La intelectual Ellacuría llegó a ser asesinado por
filosofía como forma de vida implica, por asumir y defender en su biografía aquello que
tanto, filosofar a partir de los problemas que inspiraba su producción intelectual en todas
afectan vitalmente al filósofo, de tal forma que sus dimensiones5.
no haya disociación alguna entre la reflexión
filosófica y la propia vida, como ocurre en los Si bien esta idea de filosofía coincide de
escolasticismos que “convierten la filosofía en alguna manera con la idea zubiriana de la
ciencia transmisible y la privan de ser camino filosofía como resultado de una vida intelec-
del hombre por la verdad a la realidad”, y tual6, en realidad su raíz se encuentra en la
donde “en el mejor de los casos, la mente formación que recibió de sus maestros en los
se pone a la altura de las ideas que se le primeros años de su formación jesuita7. Se
presentan, pero estas no aportan su contenido trata de una idea de filosofía que Ellacuría
de realidad al hombre, no se interiorizan y no abandonará en todo su itinerario intelec-
vitalizan en él”3. tual, y que se inspira en una espiritualidad
de fondo que condiciona y orienta toda su
En la formas escolásticas de hacer filosofía labor intelectual en todas sus dimensiones. En
la función intelectual se concibe como un este sentido, Jon Sobrino afirma que, si bien
mero proceso intelectual, un encadenamiento podemos encontrar raíces en el pensamiento
riguroso de razonamientos, alejado del proceso del Ellacuría total, como el influjo decisivo
vital, y en el supuesto de que solo existe un de Zubiri, y en menor medida los de Ortega,
solo tipo de filosofía y un solo modo de filo- Rahner y de Marx, “no se conoce a cabalidad
sofar, válido para todas las épocas y lugares. al Ellacuría intelectual sin captar su compren-
Para Ellacuría, el sentido pleno de la función sión de los ejercicios de san Ignacio, las homi-

 ,(OODFXUtD´)LORVRItDHQ&HQWURDPpULFDµop. cit. p. 402.


 (VWD LGHD GH RULHQWDU OD UHÁH[LyQ ÀORVyÀFD KDFLD OD YLGD OD DVXPH (OODFXUtD IXQGDPHQWDOPHQWH D SDUWLU
GH VX HVSLULWXDOLGDG FULVWLDQD SHUR WDPELpQ SRU HO LQÁXMR TXH HMHUFLy HQ pO OD SRHVtD GH  ÉQJHO 0DUWtQH]
XQRGHVXVPDHVWURVGXUDQWHVXVHVWXGLRVKXPDQtVWLFRVHQ4XLWR\SRUHOYLWDOLVPRGH2UWHJDDXWRUTXH
HVWXGLy D IRQGR FXDQGR LQWHQWy  HQ VX HWDSD MXYHQLO FRQFLOLDU OD HVFROiVWLFD FRQ HO UDFLRYLWDOLVPR HQ OD
GpFDGD GH ORV FLQFXHQWD 9pDVH +pFWRU 6DPRXU ´8QD ÀORVRItD SDUD OD YLGDµ Estudios Centroamericanos
(ECA), n.os 625-626, 2000, pp. 1129-1164.
 (Q HVWH VHQWLGR 0DUWLQ 0DLHU VHxDOD ´6L DQDOL]DPRV HO TXHKDFHU WHROyJLFR GH ,JQDFLR (OODFXUtD >@ HQ
pO VH GD XQ FDVR HVSHFLDO GH XQD ´ELRJUDItD H[LVWHQFLDO WHROyJLFDµ SXHV HO WHyORJR OOHJy D VHU DVHVLQDGR
SRU GHIHQGHU HQ VX YLGD KLVWyULFD DTXHOOR TXH LQVSLUDED VX WHRORJtDµ 0DUWLQ 0DLHU ´/D LQÁXHQFLD GH .DUO
5DKQHUHQODWHRORJtDGH,JQDFLR(OODFXUtDµ4GXKUVC.CVKPQCOGTKECPCFG6GQNQIÈC, n.º 36, 1996, p. 234. En
ODPLVPDOtQHD$QWRQLR*RQ]iOH]GHVWDFDTXH´ORFDUDFWHUtVWLFRGHODODERULQWHOHFWXDOGH,JQDFLR(OODFXUtD
QR FRQVLVWH WDQWR HQ KDEHU SXHVWR OD SUD[LV KLVWyULFD GH OLEHUDFLyQ HQ HO FHQWUR GH VXV UHÁH[LRQHV ÀORVy-
ÀFDV VLQR HQ KDEHU KHFKR GH OD ÀORVRItD XQ HOHPHQWR FRQVWLWXWLYR GH XQD H[LVWHQFLD GHGLFDGD D OD OLEH-
UDFLyQµ$ *RQ]iOH] ´$SUR[LPDFLyQ D OD REUD ÀORVyÀFD GH ,JQDFLR (OODFXUtDµ Estudios Centroamericanos
(ECA) n.os 505-506, 1990, p.980.
 ;=XELUL´1XHVWUDVLWXDFLyQLQWHOHFWXDOµHQ0CVWTCNG\CJKUVQTKC[&KQU0DGULG(GLWRULD1DFLRQDOSSVV
 7:KWLÀHOG2CICPFQGNRTGEKQ6DQ6DOYDGRU8&$(GLWRUHVSS

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lías de monseñor Romero y, por supuesto, la asepsia o pretensión de neutralidad en el


realidad, relatada y reflexionada, de Jesús de propio arranque de la reflexión filosófica, cuyo
Nazaret”8. punto de partida metodológico, en el caso
del Ellacuría de madurez, es lo que él deno-
Este enfoque de la filosofía, de una filosofía mina “opción por las mayorías populares”9 u
vinculada a la vida, con un profundo sentido “opción preferencial por los pobres”10, el cual
humanista, que busca la máxima posesión de no es producto de un mero decisionismo, sino
la verdad para humanizar la propia vida y la una plataforma epistemológica de inicio del
de los otros, se explica y se justifica, a los ojos análisis de la realidad a la que llega después
de Ellacuría, por el mundo social e histórico de una determinada reflexión crítica acerca
desde el que se pretende hacer filosofía y de una situación histórica concreta, iluminada
hacia el cual está dirigida la reflexión filosófica. desde un horizonte ético previo, definido por
Es un enfoque que supone un diagnóstico y aquella espiritualidad que ya señalé antes.
un juicio ético de la negatividad profunda que
caracteriza el mundo actual, juzgada desde El punto de partida del análisis de Ellacuría
un horizonte de plena positividad, y que ya no tiene, por tanto, un carácter a priori,
implica una opción previa por las víctimas, sino un carácter experiencial debido a que
por los individuos y los colectivos sociales que es producto de una experiencia decisiva en
sufren y se ven afectadas mayoritariamente su vida, que es la experiencia de la miseria
por esa negatividad que generan las estruc- humana en sus diversas manifestaciones y
turas sociohistóricas. dimensiones11. “Por eso Ellacuría habla de
‘opción iluminada’, es decir, tomada a la luz
Esta cuestión de la negatividad de la de determinados datos, experiencias, fines e
realidad y la de su superación histórica intereses”12. El análisis filosófico no se realiza
deben ser la base para decidir cuál debe ser de hecho desde un presunto punto de vista
la filosofía o las filosofías más adecuadas en neutral, sino que el punto de partida es una
determinadas circunstancias históricas o en situación histórica que se siente y se pre-juzga
la propia época, y cuáles modelos de filosofía como mala, en el sentido de que es una
y de filosofar deben desecharse por ser poco “situación deshumanizadora del hombre” y
heurísticos y poco operativos en función de ante la cual hay que asumir una posición13.
la liberación, es decir, de la humanización
y salvación del mundo presente. De aquí En su artículo “Función liberadora de la
se desprende también que no puede haber filosofía”, Ellacuría plantea la necesidad de

 - 6REULQR ´(O (OODFXUtD ROYLGDGR /R TXH QR VH SXHGH GLODSLGDUµ HQ +IPCEKQ 'NNCEWTÈC  CÌQU FGURWÃU.
#EVCUFGNEQPITGUQKPVGTPCEKQPCN6HYLOOD,QVWLWXWR$QGDOX]GH$GPLQLVWUDFLyQ3~EOLFDS
 , (OODFXUtD ´8QLYHUVLGDG GHUHFKRV KXPDQRV \ PD\RUtDV SRSXODUHVµ HQ Escritos universitarios, San
Salvador: UCA Editores, 1999, p. 203.
 ,(OODFXUtD´(OGHVDItRGHODVPD\RUtDVSREUHVµEstudios Centroamericanos (ECA), n.os 493-494, 1989.
 -$1LFROiV´/DKLVWRULDFRPREDUHPRFUtWLFRµ(Q+IPCEKQ'NNCEWTÈCCÌQUFGURWÃU. #EVCUFGNEQPITGUQ
KPVGTPCEKQPCN6HYLOOD,QVWLWXWR$QGDOX]GH$GPLQLVWUDFLyQ3~EOLFDS/DÀORVRItD\ODWHRORJtDGH
(OODFXUtD QDFHQ GH XQD H[SHULHQFLD SHUVRQDO HQPDUFDGD HQ XQ FRQWH[WR KLVWyULFR GHWHUPLQDGR \ VX WDUHD
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FLyQ VRFLDO FRQ PRYLPLHQWRV VRFLDOHV \ IXHU]DV SROtWLFDV GH L]TXLHUGD TXH H[LJHQ XQ FDPELR UDGLFDO HQ
las estructuras económicas, sociales y políticas. Ante esta situación y en un país marcado por una crisis
VRFLDO\SROtWLFDSURIXQGD(OODFXUtDQRSRGtDSHUPDQHFHULPSDVLEOHQLPXFKRPHQRVVRVOD\DUORTXHHVWDED
SDVDQGR$(OODFXUtDOHFRQPRYLySURIXQGDPHQWHHVWDH[LJHQFLDKLVWyULFDGHOLEHUDFLyQ
12. Ibid.S
 ,(OODFXUtD´eWLFDIXQGDPHQWDOµHQCursos universitarios, San Salvador: UCA Editores, 2009, p. 254.

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


158 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

ubicarse en el “lugar que da verdad” como como momento teórico de la praxis, no sola-
punto de partida fundamental para orientar mente se justifica por razones éticas o políticas,
la búsqueda de la verdad en el contexto de sino también por razones epistemológicas y
una realidad histórica conflictiva y dividida, y hasta metafísicas.
para vislumbrar posibilidades de transforma-
ción de las estructuras históricas que vayan De todo lo planteado anteriormente, se
posibilitando la superación negadora de la comprende que hacer de la historia el hori-
injusticia reinante y, por consiguiente, la reve- zonte y el objeto de la filosofía no es para
lación procesual de la realidad. Ellacuría nos Ellacuría una cuestión puramente teórica
dice que el momento opcional, que busca ese o conceptual, producto de una mera inter-
“lugar-que-da-verdad y que hace verdad”, pretación del pensamiento zubiriano, sino
debe esclarecerse a partir de la injusticia expresión de una cuestión vital, de una forma
y de la falsedad que se dan en la realidad de vida filosófica que quiere responder a los
como hechos primarios, y desde la perspec- problemas que enfrenta vitalmente en su
tiva teórica “que ve en la injusticia y en la situación concreta, a partir de la experiencia
no-libertad una de las represiones fundamen- de la realidad de las mayorías populares
tales de la verdad, ‘la injusticia que reprime la que definen cuantitativa y cualitativamente
verdad’ (Rom, 1, 18)”14. Aquí está expresado la realidad histórica centroamericana y lati-
para Ellacuría el problema de la filosofía como noamericana, con el fin de contribuir a la
buscadora de la verdad: en un sistema social humanización de sus estructuras históricas. Si
donde predomina la injusticia no solo es difícil en su etapa juvenil Ellacuría afirmaba la inten-
anunciar, sino que se vuelve muy problemá- ción humanista y liberadora de su filosofar
tico encontrar la verdad, indagar la realidad frente a la inautenticidad de la existencia y el
y producir un saber verdadero y justo, preci- vacío espiritual en las sociedades capitalistas
samente porque no hay condiciones para el occidentales15, desde finales de la década de
ejercicio pleno de la libertad ni para la actuali- los sesenta lo afirmará frente al hecho de la
zación de posibilidades de realización humana. existencia de mayorías populares y de pueblos
Ellacuría vincula así revelación y realización de oprimidos en el contexto de un orden mundial
la realidad con liberación y realización humana injusto16, que se ha ido configurando a partir
dentro del proceso histórico, la cual es una del despliegue histórico de las estructuras y
tesis que levanta un problema metafísico en el procesos de la civilización del capital17.
marco de su filosofía de la realidad histórica,
a la cual me referiré más adelante, pero que De cara a esta situación, es la totalidad de
implica que la tarea liberadora, entendida la historia la que debe ser liberada y huma-
como superación negadora de la negatividad nizada, y la filosofía, al tener como objeto y
histórica, a la que debe contribuir la filosofía punto de partida la historia, tiene una intrín-

 ,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµop. cit. p. 60.


 ,(OODFXUtD´ÉQJHO0DUWtQH]SRHWDHVHQFLDOµHQ'UETKVQUſNQUÎſEQU, op. cit.WSS$TXt(OODFXUtD
DQDOL]D GHWDOODGDPHQWH HO OLEUR GH 0DUWtQH] 'N PIGN GP GN RCÈU FGN ¶IWKNC SXEOLFDGR HQ 0DGULG 
7DPELpQ SXHGH YHUVH , (OODFXUtD ´7pFQLFD \ YLGD KXPDQD HQ 2UWHJD \ *DVVHW (VWXGLR GH /GFKVCEKÎP FG
NC VÃEPKECµ PDQXVFULWR UHGDFWDGR HQ ,QQVEUXFN HQWUH PDU]R \ PD\R GH  HQ 'UETKVQU ſNQUÎſEQU, t.1,
S  (Q HVWD pSRFD (OODFXUtD \D WLHQH XQD YLVLyQ FUtWLFD GHO FDSLWDOLVPR \ HQ JHQHUDO GH OD FLYLOL]DFLyQ
FRQWHPSRUiQHDHQHOTXHYHHOSUHGRPLQLRGHXQ´PDWHULDOLVPREXUJXpVµGHXQ´PDWHULDOLVPRGHODDEXQ-
GDQFLDµ TXH GHVKXPDQL]D \ DOLHQD D ORV VHUHV KXPDQRV GH VX HVHQFLD UHOLJLRVD DO UHGXFLUORV D VX VHU
sensitivo y aparencial, imposibilitándoles así su acceso a lo espiritual y sobrenatural.
 ,(OODFXUtD´7HRUtDVHFRQyPLFDV\UHODFLyQHQWUHFULVWLDQLVPR\VRFLDOLVPRµ%QPEKNKWO  PD\R
p. 286.
 ,(OODFXUtD´(OGHVDItRGHODVPD\RUtDVSREUHVµ

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Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 159

seca dimensión política que debe tratar de 2. La lectura ellacuriana de Zubiri


realizar adecuadamente para no caer en falsas
politizaciones que desnaturalicen su función Todo lo planteado anteriormente nos
crítica y creativa, y que la lleven a convertirse permite entender que la interpretación que
en una ideologización más, perdiendo así hace Ellacuría de la filosofía zubiriana ya está
su capacidad de acompañar críticamente e condicionada por un interés práctico ético-
iluminar las diversas praxis de emancipación político, basado en su intención de funda-
que se dan o que pueden surgir en los dife- mentar un pensamiento crítico-liberador tanto
rentes contextos y situaciones en la comple- en el ámbito filosófico como en el teológico.
jidad procesual de la realidad histórica18. En varias ocasiones, Ellacuría reconoció que
sus planteamientos sobre el carácter político
Esto no supone un rebajamiento de la que les asignaba a la filosofía y a la teología
labor intelectual ni del rigor crítico en la prác- se debían, en gran medida, a la filosofía de
tica filosófica, sino que implica ejercer un logos Zubiri, aunque supusieran una reelaboración
histórico, un logos de la historia, que sintetice en orden a resolver los problemas que plan-
un logos contemplativo y un logos meramente teaba la realidad latinoamericana y no preten-
práctico o práxico, superando así la disyunción dieran, por consiguiente, una repetición exacta
marxiana entre comprensión y transformación del pensamiento explícito de Zubiri21.
del mundo. En esta línea, la debida politiza-
ción de la filosofía consistiría, según Ellacuría, En esta línea, los objetivos principales de la
en “pensar con total radicalidad a la altura labor intelectual de Ignacio Ellacuría se pueden
del tiempo en que se vive en la línea de la sintetizar en tres: a) difusión de la novedad
creación de una nueva conciencia de por sí histórica y del potencial crítico y creador de
transformadora más que en la línea de una la filosofía zubiriana; b) adopción de sus tesis
acción inmediata sobre los mecanismos de la fundamentales y del método filosófico zubi-
acción política”19. Es decir, la politización de riano para la construcción de una filosofía de
la filosofía debe ir orientada a que la filosofía, la liberación latinoamericana; y c) utilización
sin dejar de ser filosofía, busque una acción de dicha filosofía para fundamentar tesis
transformadora del mundo y de la sociedad centrales de su teología de la liberación.
para posibilitar la revelación cada vez mayor
de la realidad a través de una conciencia En relación con el primer objetivo, Ellacuría
hecha crítica en la praxis. Y para ello se afirmaba que los tres temas principales del
requiere “hacer del filosofar un pensar efectivo pensamiento filosófico zubiriano son: el tema
desde la más concreta situación real sobre la de la realidad, desarrollado principalmente
realidad más total y concreta” y con relación en Sobre la esencia22, obra considerada por
al dinamismo de esa realidad concreta, que es Ellacuría como el primer intento sistemático
justamente la praxis histórica20. por conceptuar filosóficamente lo que es en

 , (OODFXUtD ´)LORVRItD \ SROtWLFDµ HQ , (OODFXUtD 8GKPVG CÌQU FG JKUVQTKC GP 'N 5CNXCFQT  
'UETKVQU RQNÈVKEQU, tomo I, San Salvador: UCA editores, 1991, pp. 50-51. El artículo fue impreso original-
mente en Estudios Centroamericanos (&$ QžMXQLRGHSS
19. Ibid. p. 54.
 , (OODFXUtD ´)LORVRItD \ SROtWLFDµ SS  WDPELpQ SXHGH FRQVXOWDUVH ´/D ÀORVRItD FRPR VtQWHVLV GH
OD YLGD LQWHOHFWXDO  \ OD YLGD SROtWLFDµ en Cursos Universitarios, San Salvador: UCA Editores, 2009,
SS
 , (OODFXUtD ´+DFLD XQD IXQGDPHQWDFLyQ ÀORVyÀFD GHO PpWRGR WHROyJLFR ODWLQRDPHULFDQRµ Estudios
Centroamericanos (ECA), n.osS
22. X. Zubiri, 5QDTG NC GUGPEKC 0DGULG (GLWRULDO 0RQHGD \ &UpGLWR6RFLHGDG GH (VWXGLRV \ 3XEOLFDFLRQHV
1962.

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160 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

realidad la estructura y lo que es la realidad Este esfuerzo continuó con la redacción


desde la idea de estructura; el tema de la de su Filosofía de la realidad histórica26, obra
inteligencia, desarrollado definitivamente en en la que Ellacuría recoge las principales tesis
la trilogía de la inteligencia sentiente, obra en metafísicas, antropológicas y epistemológicas
la que, según Ellacuría, se presenta “la unidad de la filosofía de Zubiri con el fin de dar
trans-idealista y trans-materialista”23 de los cuenta, en toda su complejidad, de la estruc-
dos momentos de la inteligencia humana; y tura y del dinamismo de la realidad histórica,
el tema de la persona humana como realidad entendida como objeto y punto de partida de
personal, una realidad ligada a todas las cosas la filosofía de una liberación.
reales pero religada a la realidad misma como
fundamento de su propia vida personal. Pero como ya lo señalé, la producción
filosófica de Ellacuría no se redujo única-
Así, Ellacuría publicó una serie de artí- mente a los esfuerzos anteriores. También
culos sobre la filosofía de Zubiri24, en los que se orientó a la fundamentación filosófica de
analizaba aquellas características críticas y tesis fundamentales de la teología de la libe-
sistemáticas que pueden ser útiles para cons- ración27. Ellacuría consideraba que el aporte
truir una filosofía verdaderamente latinoa- de la filosofía zubiriana a dicha teología era
mericana“ y para enfrentar filosóficamente tanto en el orden epistemológico como en el
los problemas de la situación histórica de orden metafísico28. En el orden epistemológico,
América Latina, especialmente de El Salvador señalaba las tesis de Zubiri que dan razón
y Centroamérica: su concepción realista-senso- del método de la teología de la liberación: la
rial de la inteligencia, su radicación del ser y congenereidad entre inteligencia y realidad; la
del sentido en la realidad, su interpretación superación de la logificación de la inteligencia
físico-realista de la metafísica, su concepción con la inteligización del logos; la crítica al
del hombre como esencia material abierta y pensamiento occidental que ha abandonado
su visión material de la historia”25. la realidad y se ha refugiado en el ser y en el

 ,(OODFXUtD´=XELULHQ(O6DOYDGRUµEstudios Centroamericanos (&$ SS


 ,(OODFXUtD´/DLGHDGHÀORVRItDHQ;=XELULµHQHomenaje a X. Zubiri II0DGULG6RFLHGDGGH(VWXGLRV\
3XEOLFDFLRQHV(GLWRULDO 0RQHGD \ &UpGLWR YRO   SS  ´/D LGHD GH HVWUXFWXUD HQ OD ÀORVRItD
GH;DYLHU=XELULµ4GCNKVCU+5GOKPCTKQ:CXKGT<WDKTK0DGULG6RFLHGDGGH(VWXGLRV\3XEOLFDFLRQHV(GLWR-
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GLRV \ 3XEOLFDFLRQHV(GLWRULDO /DERU  SS  ´)XQGDPHQWDFLyQ ELROyJLFD GH OD pWLFDµ Estudios
Centroamericanos (&$    SS  ´%LRORJtD H LQWHOLJHQFLDµ HQ 4GCNKVCU ++++8 5GOKPCTKQ
Xavier Zubiri0DGULG6RFLHGDGGH(VWXGLRV\3XEOLFDFLRQHVSS´/DQXHYDREUDÀORVyÀFD
GH ;DYLHU =XELUL ,QWHOLJHQFLD VHQWLHQWHµ 4C\ÎP [ (G   SS  ´$SUR[LPDFLyQ D OD REUD
FRPSOHWDGH;DYLHU=XELULµEstudios Centroamericanos (&$ SS´/DVXSHUDFLyQ
GHOUHGXFFLRQLVPRLGHDOLVWDHQ=XELULµEstudios Centroamericanos (&$ SS
 ,(OODFXUtD´=XELULHQ(O6DOYDGRUµQREKV p. 949.
26. I. Ellacuría, (KNQUQHÈCFGNCTGCNKFCFJKUVÎTKEC, San Salvador: UCA Editores, 1990, 606 pp.
 , (OODFXUtD 6GQNQIÈC RQNÈVKEC 6DQ 6DOYDGRU 6HFUHWDULDGR 6RFLDO ,QWHUGLRFHVDQR  ´+DFLD XQD IXQGD-
PHQWDFLyQ ÀORVyÀFD GHO PpWRGR WHROyJLFR ODWLQRDPHULFDQRµ Estudios Centroamericanos (ECA), 322-323,
´+LVWRULFLGDGGHODVDOYDFLyQFULVWLDQDµ4GXKUVC.CVKPQCOGTKECPCFG6GQNQIÈC´+LVWRULDGHOD
VDOYDFLyQµ4GXKUVC.CVKPQCOGTKECPCFG6GQNQIÈC´(OGHVDItRFULVWLDQRGHODWHRORJtDGHODOLEHUD-
FLyQµ%CTVCCNCUKINGUKCUDxR;,,6DQ6DOYDGRU
 , (OODFXUtD ´&XUVR VREUH WHRORJtD GH OD OLEHUDFLyQµ 8&$  7H[WR LQpGLWR HQ DUFKLYR SHUVRQDO GH
,JQDFLR(OODFXUtD&HQWUR0RQVHxRU5RPHUR8&$GH(O6DOYDGRU

Volumen 69 Número 737-738 Estudios Centroamericanos eca


Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 161

sentido; el carácter intrínsecamente material emancipador de cara a las exigencias de la


de toda la actividad intelectiva; y la necesidad realidad en un contexto histórico determinado,
de poner en juego todas las posibilidades como ya lo apunté antes; y en segundo lugar,
sentientes en cada uno de los modos de porque tiene un fundamento en la totalidad
intelección. de la obra zubiriana y no solamente en Sobre
la esencia, como algunos lo han sostenido29.
En el orden metafísico, señalaba los aportes
que fundamentan discusiones básicas de la Ellacuría comenzó a gestar esta interpreta-
teología de la liberación: el carácter estructural- ción desde la elaboración de su tesis doctoral
dinámico de la realidad; la importancia meta- sobre la principialidad de la esencia en Xavier
física de lo histórico; la historia como ámbito Zubiri30, y no la modificó sustancialmente
donde se da la plenitud cualitativa de la incluso después de la publicación de la trilogía
realidad; la importancia teologal de la historia: zubiriana sobre la inteligencia, en la que había
no hay sino una sola historia porque la crea- colaborado estrechamente con Zubiri. Todavía
ción misma es proyección ad extra de la vida en 1987, cuatro años después de la muerte
trinitaria divina; el proceso de liberación y de de Zubiri y dos años antes de su asesinato,
libertad es la realización humana de lo divino; Ellacuría afirmaba que si bien “Zubiri no habla
la infinitud de Dios introducida en la historia expresamente de los asuntos ciudadanos o
va rompiendo los límites finitos; la historia en políticos [...] sabe de la importancia de esos
su conjunto es manifestación y experiencia asuntos y forja un pensamiento que en su
de Dios; el sujeto de la historia no es el héroe realismo materialista abierto o transcendente
individual sino el phylum humano; el mate- posibilita ir a ellos, incluso lanza hacia ellos
rialismo de la historia no permite evasiones para poder aprehender lo que contienen de
idealistas o transcendentalistas. realidad”31.

Ellacuría utiliza el término “realismo mate- Ellacuría considera así Sobre la esencia
rialista abierto” para caracterizar la filosofía de y la trilogía de la Inteligencia sentiente como
Zubiri, que, si bien es una caracterización que las dos grandes obras filosóficas de Zubiri
discrepa abiertamente de otras interpretaciones y también que ambas, en su complementa-
que se han hecho del realismo zubiriano, no riedad, ofrecen el entramado último y radical
se trata de algo arbitrario y sin fundamento. de su pensamiento. Todo el análisis de lo que
En primer lugar, porque dicha caracterización Zubiri entiende por realidad se encuentra
responde a una interpretación del pensamiento en Sobre la esencia. Sin embargo, solo con
de Zubiri condicionada por un interés crítico- el complemento de la trilogía Inteligencia

 $ *RQ]iOH] ´,JQDFLR (OODFXUtD \ OD UHDOLGDG KLVWyULFDµ HQ +IPCEKQ 'NNCEWTÈC  CÌQU FGURWÃU. #EVCU FGN
EQPITGUQ KPVGTPCEKQPCN ,QVWLWXWR $QGDOX] GH $GPLQLVWUDFLyQ 3~EOLFD 6HYLOOD  S (O DXWRU DÀUPD
TXH (OODFXUtD DO RSRQHUVH D OR TXH FRQVLGHUDED XQD LQYHUVLyQ LGHDOLVWD GH OD ÀORVRItD GH =XELUL FRQÀU-
PDED VX SHUWHQHQFLD D OD JHQHUDFLyQ DQWHULRU GH ]XELULDQRV HV GHFLU D ORV ]XELULDQRV LQVSLUDGRV SULQFL-
palmente en 5QDTGNCGUGPEKC\QRHQODQRRORJtDGHODWULORJtDGHODLQWHOLJHQFLDVHQWLHQWH/RTXHKDEUtD
TXH SUHJXQWDUVH HV VL ORV DXWRUHV ]XELULDQRV TXH LQWHUSUHWDQ HO SHQVDPLHQWR GH =XELUL HQ VX UHODFLyQ FRQ
OD IHQRPHQRORJtD \ TXH VH GHGLFDQ D KDFHU DQiOLVLV GHVFULSWLYRV \ IRUPDOHV HQ OtQHD IHQRPHQROyJLFD QR
HVWiQKDFLHQGRXQDLQWHUSUHWDFLyQVHVJDGDGHOSHQVDPLHQWR]XELULDQR\VLUHDOPHQWHHVHPRGRGHÀORVRIDU
HV HO PRGR DGHFXDGR SDUD JHQHUDU XQ SHQVDPLHQWR HIHFWLYR TXH FRQWULEX\D D OD VROXFLyQ GH ORV JUDYHV
SUREOHPDVTXHDIURQWDODPD\RUtDGHODKXPDQLGDGHQHOPRPHQWRSUHVHQWH
30. I. Ellacuría, 2TKPEKRKCNKFCFFGNCGUGPEKCGP:CXKGT<WDKTK8QLYHUVLGDG&RPSOXWHQVH0DGULG/DWHVLV
FRQVWDGHWUHVWRPRV SS ODSULPHUDSDUWHVHWLWXOD´3ULQFLSLDOLGDGGHODHVHQFLDHLQWHOLJHQFLDµ SS
 ODVHJXQGD´3ULQFLSLDOLGDGGHODHVHQFLD\WDOLGDGµ SS \ODWHUFHUD´3ULQFLSLDOLGDG\WUDV-
FHQGHQWDOLGDGµ SS 
 ,(OODFXUtD´=XELULFXDWURDxRVGHVSXpVµHQ&KCTKQ, sección 1RKPKÎPGHVHSWLHPEUHGHS

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


162 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

sentiente se puede alcanzar a comprender el sido reducido a cosa o a ente, o en que haya
sentido preciso de lo dicho en aquella32. habido un olvido secular del ser (Heidegger),
sino en que “desde Parménides para acá, el
2.1. El realismo zubiriano ente y el ser han desplazado en la filosofía a
la realidad y con ello la filosofía ha dejado de
Desde un principio, Ellacuría está claro en ser lo que debe, y los hombres, intelectuales
que la superación zubiriana del idealismo no o no, son desviados de las exigencias de la
consiste en la afirmación de un realismo ingenuo realidad a las posibles ilusiones del ser, cuando
ni de un realismo crítico, sino de un realismo el ser no se muestra radicado en la realidad”37.
sui generis (reísmo33) que se justifica en una Esto no significa que haya uno de olvidarse o
teoría de la inteligencia que no reincide con el distraerse del ser, sino de verlo radicado en la
problema del puente que ha de trazarse entre un realidad, como una actualización ulterior de la
sujeto y un objeto separados abismáticamente, realidad, para salvaguardarlo de toda suerte
sino que trabaja con los conceptos de verdad de subjetivismos e ilusiones.
real y de actualización, partiendo del hecho de la
implicación intrínseca de inteligencia y realidad, Esta logificación de la inteligencia y su
lo cual le lleva a proponer una nueva idea del correspondiente entificación de la realidad ha
inteligir humano y de la realidad tanto en sí sido conceptualizada de forma muy distinta
mismos como en su aplicación a la materia, a la por las distintas filosofías idealistas. No es
realidad humana, a la historia y a Dios34. la misma forma idealista el pensamiento de
Aristóteles que el de Hegel, el de Platón que
Se trata de una filosofía que supera radi- el de Kant, el de Husserl que el de Heidegger,
calmente el “reduccionismo idealista” en el pero todos coinciden de alguna u otra manera
que ha incurrido la mayor parte de la filosofía en los dos desviacionismos radicales que
occidental al haber realizado dos desviaciones llevan al idealismo38.
fundamentales de toda filosofía: la logifica-
ción de la inteligencia y la entificación de la Desde la concepción zubiriana de la
realidad35. Por logificación de la inteligencia se inteligencia sentiente, inteligir no es posición
entiende el proceso racional mediante el cual objetual (idealismo transcendental e idealismo
se le acaba dando prioridad a las estructuras objetivo), no es ideación (racionalismo), no es
lógico-mentales sobre las estructuras reales predicación (Aristóteles), no es intuición eidé-
al reducir la inteligencia a su pura dimensión tica de esencias (Husserl) y no es comprensión
de logos y de razón. Se piensa que “la inte- del ser (Heidegger). Inteligir es la actualización
lección es primariamente logificación y que de la realidad en la inteligencia; es la remisión
ha de llegarse a esa actualización secundaria física de la inteligencia a la realidad como un
para que la intelección se encuentre con la prius a su presentación por la fuerza misma de
realidad” 36. La entificación de la realidad la realidad39. Y esto anterior a todo concepto,
no consiste simplemente en que el ser haya juicio o raciocinio.

 ,(OODFXUtD´$SUR[LPDFLyQFRPSOHWDDODREUDGH=XELULµS,(OODFXUtD´/DQXHYDREUDGH=XELUL,QWH-
OLJHQFLDVHQWLHQWHµ4C\ÎP[(G (995), 1981, pp. 133 y 138.
33. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKC UGPVKGPVG 0DGULG$OLDQ]D (GLWRULDO6RFLHGDG GH (VWXGLRV \ 3XEOLFDFLRQHV  S

 ,(OODFXUtD´=XELULFXDWURDxRVGHVSXpVµS
 ,(OODFXUtD´/DVXSHUDFLyQGHOUHGXFFLRQLVPRLGHDOLVWDµEstudios Centroamericanos (&$ Qž
36. +DKF p. 636.
 +DKFS
 ,(OODFXUtD´/DVXSHUDFLyQGHOUHGXFFLRQLVPRLGHDOLVWDµSS
39. I. Ellacuría, 2TKPEKRKCNKFCF FG NC GUGPEKC GP :CXKGT <WDKTK, op. cit. pp. 122-442. Ellacuría dedica el primer
WRPR GH VX  WHVLV GRFWRUDO PiV GH  SiJLQDV DO DQiOLVLV GH OD WHRUtD ]XELULDQD GH OD LQWHOLJHQFLD \ D

Volumen 69 Número 737-738 Estudios Centroamericanos eca


Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 163

La actualidad es una categoría clave en el ligencia sepa inmediatamente “lo que” es la


pensamiento de Zubiri, y supone una supera- cosa aprehendida en su estructura mundanal.
ción del cosismo40. La actualidad pertenece a La formalidad de la cosa solo concierne a la
la actualidad misma de la realidad de la cosa formalidad de lo aprehendido, no a lo que
en la inteligencia, pero no le añade ni le quita, la cosa es “en realidad” (intelección campal
ni siquiera modifica formalmente ninguna de o logos) y menos todavía a lo que la cosa es
sus notas. Consiste en un estar presente desde “en la realidad” (intelección racional o razón).
sí misma, desde su propia realidad; es el estar Las cosas reales del mundo no tienen por qué
mismo de la presencia, y tiene por ello un estar presentes representativamente en cuanto
estricto carácter físico, expresado en ese estar. tales en la intelección. La inteligencia solo se
Es decir, lo inteligido está presente como real y instala inmediatamente en el físico carácter
solo está presente, esto es, no está elaborado o de realidad de lo real, no en la estructura
interpretado; está presente en y por sí mismo, mundanal de la cosa, aunque en virtud de esa
de modo que lo real es un momento intrínseco física instalación inicial en la cosa real pueda
y formal de lo presente en cuanto tal, y no acceder ulteriormente a la intelección de su
algo allende lo aprehendido. realidad mundanal.

Esta actualización que no es exclusiva de Como dice Zubiri, si bien es cierto que
la inteligencia se da de modo peculiar en ella. estamos instalados irrefragablemente en la
La intelección es mera actualización en la realidad, es cierto también que lo estamos
inteligencia del contenido y de la formalidad modestamente; de ahí que nos debamos
real de las cosas inteligidas, con anterioridad a sumergir esforzadamente en la realidad para
todo otro ulterior acto de intelección. De otra arrancar de ella, aunque no sean sino algunas
manera, no habría sobre qué ejercitar actos “pobres esquirlas” de su intrínseca inteligibi-
ulteriores. La inteligencia está siempre en la lidad42. Lo real se nos da inmediatamente en
realidad, y es en esta realidad previamente la actualización intelectiva, pero qué sea eso
aprehendida donde se dan ulteriores movi- real que se nos da es ya otra cuestión que
mientos y marchas de la inteligencia41. para resolverla exige, entre otras acciones inte-
lectivas, el poner en marcha “cada uno dentro
En la actualización de la aprehensión de sí mismo, el penoso, el penosísimo esfuerzo
primordial de realidad lo que se nos hace de la labor filosófica”43.
presente son las cosas reales como reales,
aunque en ellas no se actualice inmediata Ahora bien, en lo que Ellacuría insiste
y explícitamente lo que son esas cosas en mucho, adelantándose a cualquier interpreta-
realidad, tanto en su realidad campal como en ción idealista que se quiera hacer de la teoría
su realidad mundanal. La afirmación zubiriana de la inteligencia zubiriana, es que la inteli-
de que la inteligencia se instala físicamente gencia no es lo autónomo y principal porque
en lo real y aprehende físicamente la realidad ella es formalmente y últimamente remisión
de la cosa no significa que, con ello, la inte- a la realidad; el primum cognitum intelectivo

VX QRYHGDG UDGLFDO HQ OD KLVWRULD GH OD ÀORVRItD =XELUL GD XQ JLUR UDGLFDO D OD ORJLÀFDFLyQ D OD TXH KD VLGR
VRPHWLGDODLQWHOLJHQFLDGHVGHORVJULHJRVDOFRQFHELUODLQWHOHFFLyQFRPRPHUDDFWXDOL]DFLyQGHORUHDO
40. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKC UGPVKGPVG SS  VV ´$FWXDOLGDGµ QR HV HO FDUiFWHU GH DFWR VLQR HO FDUiFWHU GH
DFWXDO´$FWRµQRHVHOVHQWLGRTXHOHGD$ULVWyWHOHVVLQRTXHDOXGHDFLHUWDSUHVHQFLDItVLFDGHORUHDO1R
HV SRU WDQWR DFWXDFLyQ GH XQDV SRWHQFLDV QL HV DFFLyQ HQWHQGLGD FRPR DOJR TXH GHULYD GH XQD UHDOLGDG
HQDFWRHVVLPSOHPHQWHHODFWRItVLFRGHDSUHKHQVLyQGHORUHDOTXHFRQVLVWHIRUPDOPHQWHHQDFWXDOLGDG
HVWRHVHOItVLFR´HVWDUµSUHVHQWHORUHDOHQODLQWHOHFFLyQ
 ,(OODFXUtD´/DLGHDGHÀORVRItDHQ;DYLHU=XELULµop. cit. p. 489.
42. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKCUGPVKGPVG, p. 15.
43. X. Zubiri, %KPEQNGEEKQPGUFGſNQUQHÈCHGLFLyQ0DGULG(GLWRULDO0RQHGD\&UpGLWRS

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


164 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

es, por tanto, la realidad, porque en su prima- de haber en su seno una remisión física de la
riedad la inteligencia es mera actualización; y inteligencia a la realidad como “de suyo”; de
por la índole misma de esa actualización, la modo que la actualidad de la cosa en la inte-
inteligencia no puede ser movida y formada ligencia es una reactualización de su realidad;
sino por la realidad misma; el despliegue de esto es, como una especie de ratificación o
sus posibilidades se mueve siempre en el confirmación formal de la realidad de la cosa
elemento de realidad que se le actualizó en de lo que ya ella es en y por sí misma, como
su primer y principial momento intelectivo. En de suyo, en la actualización intelectiva46.
este primer momento, la inteligencia se abre a
lo transcendental (a lo real en cuanto real), y Esto es, precisamente, lo que quiere signi-
precisamente por ello le quedan abiertos no ficar Zubiri cuando afirma que en la aprehen-
solo todo el campo de lo real, sino también sión intelectiva la cosa está presente como un
todo el campo de lo irreal, es decir, se le hacen prius a su presentación; la cosa misma se nos
factibles todas sus posibilidades intelectivas: ofrece con una prioridad que fuerza a pasar
puede llevar a actualidad todas las posibili- de la realidad aprehendida a la índole de la
dades de lo que ella misma es44. cosa tal como es antes de su aprehensión. La
prioridad de la cosa es, pues, una positiva y
En otras palabras, en la intrínseca imbrica- formal remisión a lo que la cosa es antes de su
ción entre inteligencia y realidad, la prioridad presentación; la cosa se actualiza en la inteli-
le compete últimamente a la realidad, aunque gencia como siendo de suyo antes de estarnos
no sepamos qué sea esa realidad que se nos presente. Es una anterioridad que no ha de
actualiza y nos arrastra forzosamente hacia entenderse, por tanto, como mera indepen-
ella. La afirmación de la principialidad de la dencia ni como una anterioridad temporal, sino
realidad en los actos intelectivos no se hace, simplemente como “la principialidad absoluta
en consecuencia, desde la idea de causa o aun que le compete a lo real”47 en el acto de la inte-
desde lo que sea la realidad como elemento ligencia como meramente actualizante; esto es,
concreto, ni mucho menos desde la afirma- en su enfrentamiento inmediato con las cosas
ción de ella como algo trascendente o externo reales, anteriormente a toda conceptuación o
al sujeto cognoscente, sino como lo que es teorización. En este sentido, el realismo zubi-
principio sin más, según lo muestra el análisis riano no es un realismo cualquiera: no solo es
mismo de los actos intelectivos. Y lo que el prioridad de la realidad frente al yo, frente a la
análisis de la inteligencia muestra es que no razón, frente a la verdad o frente al concepto,
es ella la que principia, sino que ella es princi- sino que es primariedad de la realidad sobre
piada por la realidad. Que esa realidad haya la nuda inteligencia; prioridad de la actualidad
de entenderse como espíritu o materia, como física sobre la actualidad intelectiva.
tal o como cual, es ya otra cuestión, que no se
descubre en la mera actualización45. Es completamente erróneo leer todas estas
afirmaciones en el sentido de un realismo
Ciertamente, la apertura a la formalidad ingenuo, porque aunque la formalidad de
de realidad consiste en un mismo acto de la realidad es inexorable en el enfrentamiento
inteligencia y de la realidad en cuanto ambas intelectivo del ser humano con las cosas, lo
son congéneres, pero esto no significa que esta que de las cosas decimos, declaramos, concep-
mismidad de actualidad sea una mismidad tuamos, definimos, razonamos, etc., apenas
de ser. Aun siendo el mismo acto, no deja nunca podrá tener suficiente seguridad, sobre

44. I. Ellacuría, 2TKPEKRKCNKFCFFGNCGUGPEKCGP:CXKGT<WDKTK, p. 1050.


45. Ibid. p. 1051.
46. X. Zubiri, 5QDTGNCGUGPEKCSSVV;=XELUL+PVGNKIGPEKCUGPVKGPVG, p. 191.
 ,(OODFXUtD2TKPEKRKCNKFCFFGNCGUGPEKCGP:CXKGT<WDKTK, p. 866.

Volumen 69 Número 737-738 Estudios Centroamericanos eca


Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 165

todo cuando pretendemos alcanzar lo que son intrínsecamente sentiente implica que no es
las cosas allende de la realidad física y sentien- una inteligencia pura, sino una inteligencia
temente aprehendida en la intelección48. condicionada por múltiples factores, entre ellos
los factores biológico-materiales. Ciertamente
Ellacuría siempre considerará esta prio- la inteligencia tiene una estructura propia
ridad de la realidad sobre toda forma de que la distingue de otras notas de la realidad
construcción subjetiva como un principio humana, pero ello no significa que tenga una
fundamental para resolver racionalmente sustantividad y una autonomía totales, pues
cualquier problema. Y por ello insistirá en que siempre está condicionada y determinada
por muy difícil que sea esta vuelta a la realidad por la realidad física total del ser humano en
empírica, a la realidad tal como se actualiza su enfrentamiento activo con la realidad en
en la aprehensión sentiente, es un esfuerzo una situación concreta50. Es justamente esta
insoslayable que debe utilizarse como criterio realidad física total del ser humano el ámbito
y como crítica permanente de nuestras ideas primario desde el que el ser humano intelige,
y teorías como posibles reflejos de la realidad conoce y entiende. “De ahí que la inteligencia
mistificada históricamente49. tenga una referencia esencial a la vida: se
intelige primariamente para seguir viviendo
2.2. El carácter material y activo del y asegurar la condiciones no solo para tener
proceso de conocimiento vida, sino para tenerla en más abundancia.
Por esta razón fundamental, en ninguno de los
El otro aspecto que Ellacuría destaca en ejercicios de la inteligencia, ni siquiera en los
su interpretación de la inteligencia sentiente presuntamente más altos, como lo puede ser la
zubiriana es justamente su carácter sentiente, actividad estrictamente racional, deja de estar
pero que él lo interpreta en la línea de la presente y operante este carácter sensorial y
afirmación del intrínseco carácter material biológico orientado al mantenimiento activo
y activo del proceso de conocimiento y de de la vida humana y a su superación. Nunca a
toda la actividad intelectual. El mismo hecho su negación. Las filosofías realistas no siempre
de afirmar que se trata de una inteligencia logran ser consecuentes con la esencial dimen-

 , (OODFXUtD ´6XSHUDFLyQ GHO UHGXFFLRQLVPR LGHDOLVWDµ SS  (Q HVWH WH[WR GH  (OODFXUtD OR
SODQWHD DVt ´6LQ SRGHU HQWUDU HQ OD ULTXH]D LQH[DXULEOH GH HVWD IRUPDOLGDG SDUD QXHVWUR SURSyVLWR GH
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la percepción se nos presenta como algo no solo anterior, sino primario y dictante de nuestra posible
LQWHOHFFLyQ /D UHDOLGDG WLHQH OD SULPHUD \ OD ~OWLPD SDODEUD SHUR QR OD WLHQH HQ FXDQWR HVWtPXOR GH XQD
UHVSXHVWD QL IRUPDOPHQWH HQ FXDQWR FRQWHQLGR DSUHKHQGLGR VLQR HQ FXDQWR GUV¶ RTGUGPVG como algo de
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SUHVHQWH DXQTXH QR UHSUHVHQWDWLYDPHQWH HQ HO FDPSR VHQWLHQWHPHQWH DSUHKHQGLGR \ HQ DOJXQD IRUPD
WDPELpQ HQ OD DSUHKHQVLyQ SULPRUGLDO SHUR HVWR QR REVWD D TXH VROR D WUDYpV GH XQD PDUFKD LQWHOHFWLYD
HVWRHVGHODUD]yQVHSXHGDOOHJDUWHQWDWLYDPHQWHDHOODµ
 ,(OODFXUtD´eWLFD)XQGDPHQWDOµFXUVRGHeWLFD  HQCursos universitarios, pp. 259-260.
 , (OODFXUtD  ´+DFLD XQD IXQGDPHQWDFLyQ ÀORVyÀFD GHO PpWRGR WHROyJLFR ODWLQRDPHULFDQRµ  S  $TXt
(OODFXUtD OR SODQWHD DVt  ´/D LQWHOLJHQFLD KXPDQD QR HV VROR HVHQFLDO \ SHUPDQHQWHPHQWH VHQVLWLYD VLQR

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


166 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

sión material del conocer humano ni con su se enfrente consigo mismo y con las demás
necesario carácter práxico, precisamente por cosas, en tanto que cosas reales, que solo por
desatender la raíz vital de toda la actividad su esencial respectividad con el hombre pueden
humana”51. tener para este uno u otro sentido.52

El problema de fondo de estas filosofías A partir de esta consideración se entiende


realistas, y de otros esfuerzos intelectuales a cabalidad el significado del término “razón
basados en una determinada interpretación sentiente”, como una modalización ulterior
de la inteligencia sentiente, es que realizan una de la impresión de realidad. Las concepciones
abstracción en el análisis de los actos intelec- tradicionales de la razón que se encuentran
tivos y del resto de actos humanos, al conside- dentro de la logificación de la intelección
rarlos y describirlos en forma separada de la separan dualísticamente la actividad de la
realidad concreta e histórica en la que dichos razón de la actividad sentiente, de la praxis.
actos se ejecutan. Ellacuría, por el contrario, Pero si la razón es intrínsecamente sentiente,
considera el proceso de conocimiento, que la razón no es ni mero rigor lógico (filosofía
arranca con la “impresión de realidad”, en griega, racionalismo) ni organización totali-
toda su concreción y complejidad. La totalidad zadora de la experiencia (Kant) ni tampoco
de la actividad cognoscitiva se inscribe y es un dialéctica conceptual (Hegel). Al ser la
momento constitutivo de la forma concreta, actividad racional la marcha de una razón
material e histórica en que los seres humanos sentiente y no de una razón pura, es una acti-
aprehenden y se enfrentan a la realidad con vidad que está intrínsecamente condicionada
el fin primario de asegurar su supervivencia y por la praxis social e histórica concreta en la
posibilitar así del desarrollo pleno de sus vidas. cual se origina y se despliega. Es un condi-
O como lo expresa Ellacuría: cionamiento radical que no niega su relativa
autonomía, pero que sí le señala su configu-
La estructura formal de la inteligencia y su ración esencial en forma de intereses de la
función diferenciativa, dentro del contexto mayor parte de sus contenidos y tareas.
estructural de las notas humanas y del perma-
nente carácter biológico de la unidad humana, Este carácter esencial de la intelección
no es la de ser comprensión del ser o captación humana obligará a todo tipo de conoci-
del sentido, sino la aprehender la realidad y la miento a tomar conciencia de ello para no
de enfrentarse a ella. La comprensión de sentido caer en ideologizaciones. La razón puede
es una de las actividades de la inteligencia, sin llegar a superar su condicionamiento radical,
la que no da de sí todo lo que ella es y todo lo si lo reconoce como tal y lo enfrenta críti-
que hombre necesita de ella; pero no se da en camente; aunque el factor interés seguirá
todo acto de inteligir y, cuando se da, puede siempre presente y dificultará el camino hacia
servir de evasión contemplativa y de negación la objetividad. No todo razonamiento evita este
en la práctica de lo que es la condición formal obstáculo y por eso cae en racionalizaciones;
de la inteligencia humana. En relación con su esto es, en ejercicios falsificados de la razón con
primaria referencia a la vida, lo específico y apariencia de cientificidad, pero en realidad al
formal de la inteligencia es hacer que el hombre servicio del mantenimiento de una determinada

TXHHVLQLFLDO\IXQGDPHQWDOPHQWHXQDDFWLYLGDGELROyJLFD>«@6RORGHVGHORVVHQWLGRV\HQUHIHUHQFLDDORV
VHQWLGRV TXH VRQ DQWH WRGR IXQFLRQHV ELROyJLFDV \ TXH VLUYHQ SULPDULDPHQWH SDUD OD VXEVLVWHQFLD GHO VHU
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DFWLYLGDGELROyJLFDHQFXDQWRVXIXQFLyQLQLFLDOHQUD]yQGHODFXDOVXUJLyDVtFRPRVXSHUPDQHQWHHMHU-
FLFLRVHRULHQWDDGDUYLDELOLGDGELROyJLFDDOVHUKXPDQRLQGLYLGXDO\HVSHFtÀFDPHQWHFRQVLGHUDGRµ
 ,(OODFXUtD´+DFLDXQDIXQGDPHQWDFLyQÀORVyÀFDGHOPpWRGRWHROyJLFRODWLQRDPHULFDQRµS
52. +DKFS /DVFXUVLYDVVRQPtDV 

Volumen 69 Número 737-738 Estudios Centroamericanos eca


Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 167

estructura sociopolítica o de una posición de por lo pronto, la misma praxis y uno de los
poder53. La filosofía pretende ser un desarrollo momentos esenciales de toda posible praxis;
a fondo de esa relativa autonomía en cuanto para que la praxis no quede en pura reacción,
pretende temáticamente liberarse de toda impo- es decir, para que sea propiamente praxis
sición para emprender su tarea de racionalidad humana, necesita como elemento esencial
en el marco del ejercicio de su función libera- suyo un momento activo de inteligencia”57.
dora en el contexto latinoamericano54. Desde luego, el momento teórico de la
praxis no es homogéneo, porque la actividad
Para Ellacuría la teoría de la inteligencia sentiente presenta diversos niveles de elabo-
zubiriana conlleva explícitamente la afirmación ración teórica. Lo que suele llamarse “teoría”
de la constitutiva unidad entre teoría y praxis. en sentido fuerte quizá sea el nivel de mayor
Por ser la inteligencia sentiente toda acción elaboración conceptual en un momento
intelectiva implica un momento práxico de dado, pero en todo caso ni las teorías ni los
transformación de lo real. Incluso al nivel de conceptos serían posibles si la inteligencia no
la aprehensión primordial de realidad, hay fuera constitutivamente práxica, o si la praxis
una estricta aprehensión física de lo real a la no fuera constitutivamente intelectiva.
cual Zubiri califica como noérgica55. “Sentir y
moverse están inscritos en la unidad de una La teoría no es lo contrapuesto a la praxis,
misma acción, inteligir y hacer están inscritos sino que es uno de los momentos de ella,
en la unidad de una misma actuación. La dife- aquel momento que inicialmente tiene que ver
rencia entre un saber hacer y un hacer sabido con la conciencia de la praxis, con el carácter
no son más que diferenciaciones ulteriores de consciente de la praxis. No todo momento de
algo que es unitario, pero que permite distintos la praxis es consciente ni todo momento de
desarrollos: no es propiamente el homo faber la praxis tiene el mismo grado de conciencia.
el que hace al homo sapiens, sino que en la Cuando ese grado de conciencia se separa refle-
primaria fabrilidad humana está ya un saber y jamente de la praxis y se constituye en discernir
en todo saber humano —y cuanto más rudi- de ella, en juicio y crisis de ella, se puede
mentario más— hay un hacer incipiente, al empezar hablar de teoría, la cual se puede ir
menos como respuesta efectora”56. constituyendo en momento relativamente auto-
nómico más allá de ser reflejo acompañante de
El análisis de la unidad entre teoría y una praxis.58
praxis en el pensamiento de Ellacuría debe
anclarse en este marco, lo cual le llevará a Por eso Ellacuría afirma que la pura praxis
caracterizar a la filosofía (pero también a las no existe y, cuando se pretende constituirla en
ciencias) como momento teórico de la praxis la única fuente de luz, se corre el peligro o de
histórica. Si al momento intelectivo de toda no atinarle a la realidad o de asumir posturas
praxis, se le llama, sin mayores compromisos, políticas voluntaristas y obcecadas.
su momento ‘teórico’, se puede decir que no
hay praxis que no entrañe alguna dimen- La principal fuente de luz es ciertamente la
sión teórica. “El conocer humano [...] es, realidad y no quien sabe a qué aprióricas condi-

 , (OODFXUtD ´)LORVRItD ¢SDUD TXp"µ Revista Abra Qž  8&$ 6DQ 6DOYDGRU  SS  WDPELpQ
en 'UETKVQU ſNQUÎſEQU W 6DQ 6DOYDGRU 8&$ (GLWRUHV  SS  ´,GHRORJtD H LQWHOLJHQFLDµ HQ
Cursos universitariosSS
 ,(OODFXUtD´)LORVRItD¢SDUDTXp"µSS
55. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKCUGPVKGPVG, p. 64.
56. I. Ellacuría, (KNQUQHÈCFGNCTGCNKFCFJKUVÎTKEC, p. 161.
 ,(OODFXUtD´+DFLDXQDIXQGDPHQWDFLyQÀORVyÀFDGHOPpWRGRWHROyJLFRODWLQRDPHULFDQRµS
 ,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


168 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

ciones del sujeto humano… Pero esa realidad Y esto no tanto porque los diversos sentidos
es solo fuente de luz referida a la inteligencia, a nos den contenidos que de otra manera nunca
una inteligencia, claro, que a su vez esté vertida tendríamos, sino más radicalmente, porque nos
a la realidad. La realidad hace su trabajo, dan distintos modos de acceso a lo real [...] Los
pero la inteligencia hace también el suyo y la modos mismos de intelección y, más en general,
respectividad entre ambas cobra distintas moda- todos los modos de la vida psíquica están confi-
lidades, que sin negar o anular la prioridad de gurados por lo que tienen como más propio en
la realidad, no por eso anula el dinamismo y cuanto sistema de receptores. La riqueza de la
aun la actividad propias de la mente humana vida psíquica y, en el otro extremo, las malfor-
en su afán de arrancar toda su luz a la realidad maciones de la vida psíquica, penden en gran
mediante distintos enfoques, que la propia inte- medida de los modos de cada sentido, de su
ligencia va generando. Es desde esta perspectiva intensidad, de su peculiaridad, de su conjuga-
desde la que se le abre un campo propio a la ción, etc.61
labor estrictamente filosófica como forma teórica
de enfrentarse con la realidad para iluminarla, Esto es lo que más cautiva a Ellacuría del
interpretarla y transformarla.59 planteamiento zubiriano de la inteligencia
sentiente y de lo que está implicado en el
2.3. El carácter unitario y abierto de la sutil problema de la formalidad de realidad,
realidad humana y que sirve de base para fundamentar un
materialismo original que supera otros tipos
Por otra parte, Ellacuría señala que la de materialismo. Se trata de una concepción
riqueza de la unidad intrínseca y formal de que asume radicalmente el carácter material
inteligir y sentir que es la intelección sentiente de la realidad, pero que muestra que el ser
no le viene de ser intelección, sino de ser humano “no es un puro animal perfeccio-
precisamente sentiente. Los sentidos, lejos de nado”, que el ser humano “no queda ence-
apartarnos de la realidad nos sumergen en ella rrado en los límites de la pura animalidad”62.
y, a su vez, las cosas se nos presentarán tanto Esto se explica mejor si se comprende que la
más reales cuanto más golpeen físicamente a impresión de realidad no solo es el orto de la
nuestros sentidos. La verdadera realidad, la intelección humana, sino también el hecho
realidad verdadera, no se alcanza, por tanto, primario y radical en la constitución de la
huyendo de los sentidos, anulando la vida vida humana misma y de su realización63. La
sensorial, sino, al contrario, poniéndola en realidad como carácter formal en el que se
pleno y fecundo ejercicio60. Lo que aparen- desenvuelve el sentir humano va a determinar
temente es una limitación de la inteligencia de un modo peculiar todos los momentos
humana es el principio de su riqueza estruc- del proceso sentiente del animal humano.
tural. Es decir, nuestras limitaciones materiales La impresión de realidad no abarca solo la
en su misma limitación son el principio posi- inteligencia, sino que abarca igualmente el
tivo de la presentación y de la aprehensión de sentimiento, la volición y la praxis humana
la realidad; y, por ende, de nuestra apertura a misma; en todos ellos subyace el enfrenta-
lo transcendental, a lo real en tanto que real. miento sentiente con la realidad64. Por ello, la

59. +DKF p. 53.


 ,(OODFXUtD´6XSHUDFLyQGHOUHGXFFLRQLVPRLGHDOLVWDµS
 ,(OODFXUtD´%LRORJtDHLQWHOLJHQFLDµS
62. Ibid. p. 298
63. I. Ellacuría, (KNQUQHÈCFGNCTGCNKFCFJKUVÎTKECS
64. +DKF pp. 199 ss y 318 ss.

Volumen 69 Número 737-738 Estudios Centroamericanos eca


Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 169

realidad humana es para Ellacuría actividad mayores; es decir, que cuenten con las condi-
constitutiva65. Dado que la realidad se nos da ciones materiales adecuadas que les permita
primariamente en forma de impresión y no ejercitar su libertad y su poder de realización.
de comprensión, vamos a ella no en forma Esto nos hace ver que el ámbito más propio
de pura arbitrariedad libre, sino en forma de la realización humana ya no es meramente
opcional tendente y la sentimos no en forma la persona o las comunidades de personas
de afectos espirituales, sino en forma física- consideradas aisladamente, sino el ámbito
mente afectante. A su vez, los sentimientos, de las relaciones sociales, de la sociedad y
las opciones y las aprehensiones no son la historia. Es en el proceso socio-histórico y
puramente estimúlicos; en todos ellos se hace en su dirección donde se juega últimamente
presente la realidad, lo cual permite el juego la realización de las personas, y más profun-
singular de la vida humana66. Expresado en damente, la realización y revelación de la
otros términos, para el triple plano de la vida realidad misma.
humana (intelectiva, sentimental y opcional),
como hay una sola formalidad que es impre- Esta recuperación de lo biológico-sensorial
sión de realidad hay también un solo acto, una como componente esencial de la intelección
sola actividad y una sola actualidad67. y la realización humana tiene un gran signi-
ficado para resolver problemas teóricos, así
Ellacuría señala que este énfasis en la como para plantear adecuadamente graves
apertura a la realidad no debe hacerse con cuestiones prácticas en numerosas disciplinas
menoscabo de la animalidad humana, pues como la pedagogía, la comunicología, la esté-
la animalidad pertenece intrínsecamente a su tica, entre otras; pero también, dice Ellacuría,
propia estructura. En otras palabras, la realiza- para hacer una correcta teología, “en la que lo
ción humana no puede consistir en una nega- trascendente no tiene por qué aparecer como
ción de su animalidad o corporalidad, “sino en lo que está más allá de los sentidos, como un
un proceso en el que la animalidad potencie mundo aparte de la realidad que nos es dada
un ser más humano y este ser más humano inmediatamente. No hay que olvidar que la
dé a la animalidad su mejor expansión”68. dualidad sensible-suprasensible, material-
En este sentido, la dirección del proceso de espiritual, ha arrancado últimamente de la
humanización del animal humano consiste no disociación y oposición entre sensibilidad e
en anular el carácter estimúlico —sentiente, inteligencia”70.
afectante, tendente—, sino en aprehender el
estímulo como realidad —inteligencia, senti- Precisamente el planteamiento zubiriano
miento, voluntad—. La apertura al carácter de de la inteligencia sentiente es fundamental
realidad con el que se presentan los estímulos porque pone en el camino adecuado no solo
al animal humano es lo que le va a permitir en para corregir la “gigantesca preterición de la
principio ir progresando en su humanización, sensibilidad” en que ha incurrido la tradición
justamente porque le va a permitir no solo filosófica al tratar el problema filosófico del
hacerse cargo de la realidad, sino también enfrentamiento del ser humano con la realidad
cargar con ella y encargarse de ella69. Pero esto y rescatar así la inteligencia de su desvío por
requiere que los seres humanos cuenten con la ruta del logos predicativo a la que la había
posibilidades que les permitan optar por una empujado la concepción de la inteligencia
humanización y una personalización cada vez

 ,(OODFXUtD´,QWURGXFFLyQFUtWLFDDODDQWURSRORJtDGH=XELULµSSVV
 ,(OODFXUtD´%LRORJtDHLQWHOLJHQFLDµS
 ;=XELUL5QDTGGNJQODTG0DGULG$OLDQ]D(GLWRULDO6RFLHGDGGH(VWXGLRV\3XEOLFDFLRQHVS
68. I. Ellacuría, “Fundamentación biológica de la ética, p. 423.
69. +DKF pp. 422-423.
 ,(OODFXUtD´/DQXHYDREUDGH=XELUL,QWHOLJHQFLDVHQWLHQWHµ4C\ÎP[(G (995), 1981, pp. 136.

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


170 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

concipiente, sino también para superar cual- Ellacuría encuentra valiosa esta perspectiva
quier forma de dualismo tanto a nivel antro- para fundamentar su propia reflexión filosófica
pológico como metafísico71. sobre la realidad histórica de América Latina.
Un realismo materialista abierto, que aborde
En efecto, desde la inteligencia sentiente la estructuralmente la realidad humana desde
actividad humana aparece como una actividad sus raíces psico-orgánicas, como el de Zubiri,
única, una actividad unitariamente psico- tiene una gran importancia para la antro-
orgánica en todos sus actos. “La impresión pología y para las ciencias y las praxis que
de realidad remite a la intelección sentiente, abordan la realidad humana, así como para
y la intelección sentiente remite a la unitaria plantear adecuadamente muchos problemas
facultad de nuestra actividad psico-orgánica”, que atañen a la vida y la comprensión del ser
afirma Zubiri 72. Esta unidad no significa humano; entre otros, “el muy grave de la idea-
simplemente que la actividad humana sea a la lización y de la ideologización de la existencia
vez orgánica y psíquica, porque eso supondría humana en su dimensión individual, social e
que hay dos actividades, sino que es una sola histórica”76.
y misma actividad del sistema entero en todas
y cada una de sus notas; es el sistema entero Además, este planteamiento sitúa correc-
el que está en actividad en todos y cada uno tamente el principio de solución de los graves
de sus actos vitales73. Se trata de una actividad problemas sociales que plantea la realidad
compleja y en ella dominan en ocasiones latinoamericana; especialmente el grave
unos momentos más que otros, “pero hasta problema de la existencia de mayorías popu-
en el acto aparentemente más físico-químico, lares, impedidas de llevar una vida plenamente
está en actividad el sistema entero en todas humana, precisamente por la negación secular
sus notas físico-químicas y psíquicas y vice- de la satisfacción de sus necesidades orgánicas
versa. Todo lo orgánico es psíquico y todo lo o biológicas, sin que esto signifique reducir la
psíquico es orgánico, porque todo lo psíquico liberación de dichas mayorías a lo puramente
transcurre orgánicamente y todo lo orgánico material-biológico77. Lo importante aquí es
transcurre psíquicamente”74. El ser humano es mantener la distinción entre el campo de las
así una sustantividad animalmente abierta75, y necesidades básicas y el campo de la plenitud
hay que asumir este hecho radicalmente para de la vida humana, porque aunque la satis-
no caer en evasiones y transcendentalismos facción de las necesidades biológicas es lo
idealistas a la hora de pensar alternativas de más urgente en el proceso de liberación de las
solución a los graves problemas humanos en mayorías populares, no es lo más profundo y,
las sociedades contemporáneas. al no tener clara esa distinción, puede llevar
a que se dejen sin solución los problemas de
la vida humana considerada integralmente78.

 ;=XELUL´1RWDVVREUHODLQWHOLJHQFLDKXPDQDµHQ5KGVGGPUC[QUFGCPVTQRQNQIÈCſNQUÎſEC, Bogotá: Univer-


VLGDG6DQWR7RPiVS
 ;=XELUL5QDTGGNJQODTG, p. 502.
 ; =XELUL  5QDTG GN JQODTG SS  VV =XELUL OR H[SUHVD DVt ´/D DFWLYLGDG KXPDQD  WLHQH VLHPSUH
FDUiFWHU GH VLVWHPD HQ HO VHQWLGR GH VHU XQ GLQDPLVPR HVWUXFWXUDGR HQ FXDQWR GLQDPLVPR« 1R KD\ SRU
HMHPSOR XQD DFWLYLGDG LQWHOHFWXDO ¶\· XQD DFWLYLGDG FHUHEUDO VLQR TXH KD\ XQD ~QLFD DFWLYLGDG VLVWHPiWLFD
TXHWLHQHXQDHVWUXFWXUDVLVWHPiWLFDLQWHOHFWLYRFHUHEUDOµ
 ,(OODFXUtD´%LRORJtDHLQWHOLJHQFLDµS
 ,(OODFXUtD(KNQUQHÈCFGNCTGCNKFCFJKUVÎTKECSSVVVV
 ,(OODFXUtD´%LRORJtDHLQWHOLJHQFLDµS
 &$FHYHGR ´(O OHJDGR ÀORVyÀFRSROtWLFR GH ,JQDFLR (OODFXUtDµ 5HYLVWD Estudios Centroamericanos (ECA),
n.osS
 ,(OODFXUtD´%LRORJtDHLQWHOLJHQFLDµS

Volumen 69 Número 737-738 Estudios Centroamericanos eca


Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 171

En esta idea, hay un tema que se vincula un reduccionismo materialista supone una
con la debida jerarquización de los derechos mutilación de la realidad humana, la afirma-
humanos y a cuáles clases de esos derechos ción de un materialismo abierto como el de
debe dárseles prioridad en una sociedad Zubiri se vuelve una “exigencia fundamental
concreta, o a nivel de la sociedad mundial, de un realismo que quiera dar cuenta de
en la que la mayoría de su población está lo que hay y de lo que es”81. También abre
sumida en niveles de vida casi infrahumanos nuevos horizontes a los esfuerzos de aquellos
al bloqueárseles la apropiación de posibilidades que buscan impulsar una praxis y una teoría
de humanización y, por consiguiente, el llevar realmente liberadoras. Una realidad humana
una vida plenamente libre, justamente por liberada, por su misma materialidad, no puede
impedírseles la satisfacción de sus necesidades darse sino en una nueva configuración histó-
básicas79. Es un tema que se vincula también rica que exija y propicie el comportamiento
a la cuestión de la democracia y a la forma libre y pleno de los seres humanos82. Dicho de
en que esta debe estructurarse para que no se otra manera, la supervivencia biológica de la
quede en una mera afirmación formal o ideal especie humana y su humanización no pueden
de los derechos civiles y políticos, como ocurre darse real e históricamente sino en estructuras
con las llamadas democracias liberales, y que socioeconómicas que propicien la reproducción
posibilite la creación de condiciones materiales de la vida del mayor número de miembros
para que todos, y no solo las élites ricas y del cuerpo social y que la reproduzcan en
privilegiadas, puedan ejercer real y plenamente forma óptima, para que tengan posibilidades
la libertad y sus derechos, sin exclusiones de crecientes de humanización y personalización.
ningún tipo, y así todos puedan participar En este sentido, para Ellacuría, el materialismo
como ciudadanos en los procesos democráticos abierto afirmado en la inteligencia sentiente
y en la discusión de los asuntos públicos80. entronca de lleno con una praxis histórica
de liberación.
De esta forma, la recuperación de la mate-
rialidad de la realidad humana, contenida en 3. Del realismo materialista abierto a
el concepción de la inteligencia sentiente, se la filosofía de la realidad histórica
convierte en un elemento clave para criticar
los planteamientos ideologizados con los que Tanto a nivel epistemológico como a nivel
se pretende legitimar la situación de injusticia metafísico, se puede caracterizar la filosofía
estructural y de dominación reinantes en zubiriana como un realismo materialista
la realidad latinoamericana, así como para abierto, según Ellacuría. Desde un punto de
superar discursos y praxis alienantes y evasivas, vista epistemológico, porque la concepción
que desconocen la importancia de lo material de la inteligencia de Zubiri muestra que la
en la liberación histórica. Aunque ciertamente

 , (OODFXUtD ´/D KLVWRUL]DFLyQ GH ORV GHUHFKRV KXPDQRV GHVGH ODV PD\RUtDV SRSXODUHV \ ORV SXHEORV RSUL-
PLGRVµHQ'UETKVQUſNQUÎſEQU, t. 3, pp. 433-446.
 (QHVWRFRLQFLGHFRQODSRVLFLyQGH1DQF\)UDVHUHQORUHIHUHQWHDODVHVFDODVGHODMXVWLFLD3DUDHVWDÀOy-
VRIDSROtWLFDHOSULPHUQLYHOGHODMXVWLFLDHVHOGHODUHGLVWULEXFLyQGHODULTXH]DHOVHJXQGRHVHOGHOUHFR-
QRFLPLHQWRGHORVGHUHFKRV\HOWHUFHURHVHOGHODSDUWLFLSDFLyQGHPRFUiWLFDHQORVDVXQWRVS~EOLFRV3HUR
HVWRV ~OWLPRV QR VRQ UHDOHV VL QR VH FXPSOH HO SULPHUR 9pDVH 1 )UDVHU 'UECNCU FG NC LWUVKEKC, Herder,
6REUHODFUtWLFDDOOLEHUDOLVPRFRPRFREHUWXUDMXUtGLFRIRUPDOGHODIRUPDSDUFLDO\OLPLWDGDHQTXHVH
FRQFUHWDODOLEHUWDGHQODFLYLOL]DFLyQGHOFDSLWDOYpDVH,(OODFXUtD´(QWRUQRDOFRQFHSWR\DODLGHDGHOLEH-
UDFLyQµ GP +ORNKECEKQPGU UQEKCNGU [ RQNÈVKECU FG NC VGQNQIÈC FG NC NKDGTCEKÎP 0DGULG (VFXHOD GH (VWXGLRV
+LVSDQRDPHULFDQRV ,QVWLWXWR GH )LORVRItD  SS  5HLPSUHVR HQ Revista Latinoamericana de
6GQNQIÈC, n.º 30, 1993, pp. 213-232.
 ,(OODFXUtD´7HRORJtDGHODOLEHUDFLyQ\PDU[LVPRµ4GXKUVCNCVKPQCOGTKECPCFGVGQNQIÈC, n.º 20, 1990, p. 123.
82. +DKF p. 123.

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


172 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

realidad es siempre aprehendida sentiente- físico85, a lo que es real, para dar cuenta de
mente en impresión de realidad y porque hay la estructura formal y última de la realidad
una apertura transcendental a la realidad en en cuanto tal. En este sentido, a la metafísica
tanto que realidad. Desde un punto de vista le corresponde el estudio de los modos de
físico-metafísico, porque si bien la realidad es realidad a partir del análisis de la diversidad de
conceptuada como estando subtendida diná- las cosas reales concretas. La metafísica no es
micamente por la materia, no reduce todo a por ello una ultra-física (Platón y Aristóteles)
ser mera materia. “Este dar a la materia y a la ni una trans-física (filosofía medieval), sino
condición material del hombre todo lo que es una física, una física transcendental86. Ellacuría
de la materia, sin que ello implique reducir la entiende desde el principio que Zubiri no
realidad ni el hombre a límites estrictamente crítica las metafísicas anteriores para proponer
cerrados, es uno de los mayores logros del una más, sino que pretende transformar el
pensamiento zubiriano”83. contenido y el significado mismo de la metafí-
sica, partiendo de la idea de que lo metafísico-
Para entender la concepción de la meta- transcendental solo se puede constituir a partir
física en Zubiri, hay que comprender que de su fundamento físico-material. La metafísica
desde la inteligencia sentiente el orden trans- no es ir más allá de lo físico, consistiendo el ir
cendental, esto es, el orden de la realidad en más allá en la instauración de una verdadera
tanto que realidad, se actualiza como un orden realidad ideal frente a la apariencia empírica,
físico, una dimensión real y efectiva que tienen sino que consiste ante todo en lo que Zubiri
las cosas, dimensión que se hace inmediata- denomina precisamente física trascendental,
mente presente en la impresión de realidad esto es, en la constatación de que tanto lo
como formalidad propia de la inteligencia real como lo transcendental son formalmente
sentiente. El orden transcendental no es, por físicos. Es más, no son dos cosas distintas, sino
consiguiente, el sistema de conceptos más dos momentos de la misma realidad física.
universales y comunes que puede tener acerca Por ello, Zubiri afirma que lo metafísico como
de las cosas reales, sino que es la estructura estudio de la dimensión transcendental de las
de la formalidad de realidad tal como me cosas es “lo físico mismo como trans”87.
está dada físicamente en la impresión de
realidad84. De aquí se desprende que no haya La metafísica estudia, pues, lo que de real
dos órdenes yuxtapuestos, el mundo sensible hay en las cosas y en el mundo, es decir, su
y el mundo inteligible, sino que ambos están momento transcendental, pero entendiendo
funcionalmente implicados, y su implicación que no se trata de una transcendentalidad a
se me hace inmediatamente presente en la priori y conclusa, sino a posteriori y abierta;
impresión de realidad. de una transcendentalidad dinámica. Como
las cosas reales son estructurales y dinámicas
Por esta razón, en el conocimiento meta- ello hace que el orden transcendental tenga
físico de la realidad, hay que atenerse a lo un peculiar carácter estructural y dinámico88.

 ,(OODFXUtD´$SUR[LPDFLyQFRPSOHWDDODREUDGH=XELULµS
 ,(OODFXUtD´/DLGHDGHÀORVRItDHQ;DYLHU=XELULµS
 ´)tVLFRµHQ=XELULQRHVORQDWXUDOFRPRORRSXHVWRDORWpFQLFRRDUWLÀFLDO)tVLFRQRHVWDPSRFRRJ[UKU, lo
TXH WLHQH QDWXUDOH]D SURSLD )tVLFR HV VLQyQLPR GH UHDO HQ HO VHQWLGR HVWULFWR GHO YRFDEOR ´5HDOLGDG ItVLFD
es realidad qua UHDOLGDG SRU WDQWR VX FDUiFWHU ItVLFR HV eo ipso XQ FDUiFWHU IRUPDOPHQWH PHWDItVLFRµ ;
Zubiri, 5QDTGNCGUGPEKC, 296. Véase también, X. Zubiri, +PVGNKIGPEKCUGPVKGPVG, p. 22: “Físico es el vocablo
RULJLQDULR\DQWLJXRSDUDGHVLJQDUDOJRTXHQRHVPHUDPHQWHFRQFHSWLYRVLQRUHDO6HRSRQHSRUHVWRDOR
PHUDPHQWHLQWHQFLRQDOHVWRHVDORTXHFRQVLVWHWDQVRORHQVHUWpUPLQRGHOGDUVHFXHQWDµ
86. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKCUGPVKGPVGSSVV
 ;=XELUL+PVGNKIGPEKCUGPVKGPVG p. 129.
88. Cfr. X. Zubiri, 'UVTWEVWTCFKP¶OKECFGNCTGCNKFCF0DGULG$OLDQ]D(GLWRULDOSS

Volumen 69 Número 737-738 Estudios Centroamericanos eca


Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 173

La realidad de cada cosa real es estructural, Esta concepción de la realidad, una


porque todas sus notas están en intrínseca realidad intrínsecamente material, estructural
respectividad. No es que las notas sean de por y dinámica, es lo que le va servir de base a
sí lo que son, y luego se relacionen con las Ellacuría para proponer a la historia, enten-
demás notas dentro del sistema. El sistema- dida como realidad y no como ciencia, como
tismo no es algo añadido, sino la plasmación el horizonte y el objeto de la filosofía, en
de la unidad coherencial y exigencial primaria. cuanto que es la realidad que engloba al resto
Cada nota en tanto pertenece al sistema es de realidades y donde todas ellas adquieren
una nota-de, nota exigida físicamente por el concreción y sentido. Y, además, porque es
sistema al que pertenece89. Las cosas no son el ámbito donde la totalidad de la realidad
sustancias, sujetos, sino que son sistemas de puede dar ir dando más de sí y donde se
notas; no son sustancias sino sustantividades, pueden concretar las máximas posibilidades de
esto es, sistemas en los que sus propiedades realización y revelación de la realidad, a partir
no son notas in-herentes a un sujeto, como de su dinamismo más propio, que es la praxis
sostiene Aristóteles, sino momentos de un histórica, es decir, la praxis opcional llevada a
sistema total, en una intrínseca referencia de cabo por individuos y colectivos sociales en
unas a otras en el sistema; por tanto, con los diferentes contextos y situaciones, en la
coherencia sistemática90. complejidad procesual de la historia92. Sobre
esta base, Ellacuría enfilará su esfuerzo inte-
En Zubiri hay una clara superación de lectual a construir una filosofía de la realidad
la idea de sustancia en su concepción de la histórica con una intención crítica y liberadora
realidad. No solo cada cosa real está intrín- de cara a la realidad latinoamericana.
secamente estructurada, sino que cada una
está en respectividad respecto a las demás. Es importante destacar aquí que, en este
Al carácter estructural de cada cosa real esfuerzo, se da una clara evolución en el
responde el carácter estructural de la totalidad planteamiento filosófico de Ellacuría. En un
de las cosas reales en su realidad. Y es en este primer momento, lo que Ellacuría buscaba
carácter estructural donde surge el dinamismo. era construir una antropología o filosofía del
hombre bajo el supuesto, fundamentado en
Las cosas son sistemas de notas que intrínse- el realismo materialista abierto zubiriano, de
camente son accionales por lo que la realidad que la persona humana es la forma suprema
es por sí formalmente activa. La conexión de de realidad y, por tanto, la culminación de la
unas cosas con otras lo único que hace es metafísica intramundana. En este sentido, el
poner en acción concretamente esa actividad estudio de la persona era a la vez un estudio
intrínseca que de por sí es cada cosa real. La de la realidad total, por cuanto en ella se da la
realidad es intrínsecamente dinámica y su dina- culminación y presencia del proceso de reali-
mismo consiste en un constitutivo dar de sí, de zación de la realidad, de toda la unidad proce-
modo que los momentos no dinámicos son los sual del cosmos. Desde esta perspectiva, lo
aspectos cualitativos de las notas que en sí son social y lo histórico quedaban subsumidos en
dinámicas.91 el estudio de la persona humana. La persona,

89. Cfr. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKCUGPVKGPVG, p. 205.


90. Cfr. X. Zubiri, 5QDTGGNJQODTGSS
 ,(OODFXUtD´/DLGHDGHÀORVRItDHQ;DYLHU=XELULµSS
 ,(OODFXUtD´(OREMHWRGHODÀORVRItDµ Estudios Centroamericanos (ECA), n.osSS
Reimpreso en Ellacuría, I., 8GKPVG CÌQU FG JKUVQTKC GP 'N 5CNXCFQT ), t. 1, San Salvador: UCA
HGLWRUHVSS´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµ

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


174 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

en su realidad concreta, se da realmente en es la historia y lo que es el ser humano como


sociedad y en historia, así como se da en natu- realidad histórica, se puede situar debidamente
raleza. La persona es a la vez persona animal, tanto el problema de persona y comunidad
persona social y persona histórica. Esta pers- como el problema de la transcendencia
pectiva fue la que presidió sus estudios de la histórica, esto es, el problema de la apertura
antropología de Zubiri, específicamente los humana al absoluto96. A partir de aquí, el
que realizó en el período 1968-7693. Incluso esfuerzo de Ellacuría por construir una antro-
su intención primera era la de escribir un libro pología se traducirá en el esfuerzo por hacer
que sistematizara los distintos aspectos de la una filosofía de la historia que, por su mismo
antropología zubiriana94. carácter englobante y totalizador, se concre-
tará como una filosofía de la realidad histó-
Este planteamiento empezó a modificarse rica97, esto es, en un análisis de las distintas
a partir de 1974, a medida que se fue perfi- estructuras y los dinamismos que componen
lando y asentando en su reflexión filosófica la realidad histórica, considerada en su tota-
el horizonte de la historicidad por el recono- lidad y en su plena concreción, con el objetivo
cimiento del carácter conformador y englo- principal de iluminar los supuestos requeridos
bante que tiene la historia sobre la persona para que se pueda dar, real y plenamente, una
y la sociedad95. Si bien es cierto que el ser praxis histórica de liberación98.
humano solo se da en sociedad y solo se da
en historia, la pregunta filosófica sobre persona Como ya indiqué antes, esta radicalización
y comunidad debe dirigirse forzosamente a de la metafísica intramundana de Zubiri no
saber lo que es la realidad histórica como obedece en Ellacuría solo a razones teóricas,
conformadora de esa unidad que es la persona sino también a razones prácticas, emanadas
en la comunidad. Solo comprendiendo lo que de sus convicciones personales99 y de su expe-

 , (OODFXUtD &XUVR ´$QWURSRORJtD GH ;DYLHU =XELULµ 0HGHOOtQ &RORPELD &(6'(  ´/D DQWURSRORJtD
ÀORVyÀFDGH;DYLHU=XELULµHQ3/DtQ(QWUDOJR HG *KUVQTKCWPKXGTUCNFGNCOGFKEKPC, Vol. VII, Barcelona:
(GLWRULDO6DOYDWSS´,QWURGXFFLyQFUtWLFDDDODQWURSRORJtDGH;DYLHU=XELULµ
 ,(OODFXUtD´3UHVHQWDFLyQµHQ4GCNKVCU+.
 , (OODFXUtD WH[WR GHO FXUVR ´3HUVRQD \ &RPXQLGDG HQ =XELULµ   $UFKLYR ,JQDFLR (OODFXUtD 8QLYHU-
VLGDG&HQWURDPHULFDQD8&$(VWHWH[WRVHSXHGHFRQVLGHUDUFRPRHOSULPHUERUUDGRUGHVXOLEUR(KNQUQHÈC
FG NC TGCNKFCF JKUVÎTKEC (Q GLFKR WH[WR (OODFXUtD FRPLHQ]D FRQ HO HVWXGLR GH OD VRFLHGDG \ GH OD KLVWRULD
FRPRPDUFRSDUDHQWHQGHUHQVXFRQFUHFLyQORTXHHVODUHDOLGDGSHUVRQDOSURVLJXHFRQHOHVWXGLRGHOD
persona, su estructura y sus dinamismos, y concluye con el estudio de las dimensiones individual, social e
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WLFDPHQWHORVPLVPRVFRQWHQLGRVVRORTXHDKRUDUHHVWUXFWXUDGRVHQVHQWLGRLQYHUVRLQLFLDFRQHODQiOLVLV
de la materialidad de lo real y prosigue con el estudio de la persona y la sociedad, para concluir con el
DQiOLVLVGHODHVWUXFWXUDGHODKLVWRULD
 'HVGHHOKRUL]RQWHGHODKLVWRULFLGDGODUHODFLyQGHORGLYLQR\ORKXPDQRQRSXHGHSHQVDUVHHQWpUPLQRV
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98. I. Ellacuría, (KNQUQHÈCFGNCTGCNKFCFJKUVÎTKECS'HDFXHUGRDVXSUR\HFWRRULJLQDOVXOLEURKDEUtDGH
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convicción personal, determinada por su fe cristiana en el misterio de Dios, en el &GWU UGORGT OCKQT,
H[SUHVDGR HQ OHQJXDMH GH WUDQVFHQGHQFLD \ HQ HO 'LRV GH -HV~V H[SUHVDGR HQ OHQJXDMH EtEOLFR 9pDVH
- 6REULQR ´,JQDFLR (OODFXUtD HO KRPEUH \ HO FULVWLDQR %DMDU GH OD FUX] DO SXHEOR FUXFLÀFDGRµ ,,  Revista

Volumen 69 Número 737-738 Estudios Centroamericanos eca


Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 175

riencia personal del problema humano tal y objetividad y realidad de lo histórico. Frente
como se daba en la praxis histórica real de la a la coseidad objetiva del mundo natural
realidad latinoamericana en la décadas de los se afirma la especificidad de lo humano,
setenta y los ochenta. pero frente a la subjetividad de lo humano-
individual se afirma lo humano histórico. Esta
En esa época, la politización del mundo dimensión de lo humano histórico engloba la
histórico iba adquiriendo mayor relieve en el dimensión natural y la dimensión individual.
caso de América Latina a partir de la índole No es idealista-subjetivista, pero tampoco
estructural de su situación de dependencia y materialista-colectivista”100.
subdesarrollo, como situación condicionante
que determinaba los límites y posibilidades de Esta politización también ponía en primer
acción y comportamiento de los individuos y plano “la cuestión social”, que se convertía
del desarrollo de los pueblos involucrados y las así en la cuestión en la que todas las demás
formas que este podría adquirir; pero también, cuestiones “toman su realidad y su significado
a partir de la emergencia de movimientos total y concreto”101. En la cuestión social está
populares de liberación en el continente que implicado el problema de la realización plena
buscaban transformar la realidad sociopolítica del ser humano y de la historia y el problema
para propiciar una nueva totalidad histórica. de la liberación histórica como proceso de
revelación y realización de la realidad. En
En este contexto histórico, Ellacuría orienta este sentido, la politización se identificaba
su reflexión hacia lo político, por cuanto la para Ellacuría con “el intento de redención
apertura a la realidad en América Latina de la situación catastrófica de la humanidad,
pasaba en ese momento por lo político como del hombre social [...] de querer salvar a
dimensión condicionante de cualquier proceso los hombres en su más concreta realidad
particular y de cualquier otra dimensión, sea histórica”102. Si la historia ha surgido como un
social, económica o cultural. A los ojos de proceso de liberación desde la naturaleza, la
Ellacuría, la politización que experimentaba politización debe dar paso a una nueva tota-
la realidad latinoamericana verificaba en la lidad que haga irrumpir “en la naturaleza no
praxis la tesis de la importancia metafísica de solo una libertad individual, sino una libertad
la historia, a la vez que ponía en evidencia la colectiva o social —con sus condiciones— sin
insuficiencia y la parcialidad de las posiciones las que aquella es pura ficción formal”103.
naturalistas o subjetivistas. El mundo concre-
tamente real es el mundo histórico, donde Es esta implicación de lo político con la
el sujeto de la historia ya no es el individuo totalidad del mundo humano lo que justifica
aislado, sino la sociedad, condicionada en para Ellacuría la relación de la filosofía con
su desarrollo por un proceso sociopolítico lo político, y la necesidad de que la filosofía
determinado. Hay así “un claro sobrepasa- contribuya, desde su propia especificidad a
miento de posiciones subjetivistas hacia la la liberación histórica, ejerciendo un logos

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0DFKXFD$ HG  6GQNQIÈC [ OWPFQ EQPVGORQT¶PGQ JQOGPCLG C -CTN 4CJPGT 0DGULG &ULVWLDQGDG 
p. 339.
101. +DKF p.340.
102. I. Ellacuría, 6GQNQIÈCRQNÈVKEC6DQ6DOYDGRU6HFUHWDULDGR6RFLDO,QWHUGLRFHVDQRS
103. +DKF p. 5.

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


176 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

histórico para que pueda realizar adecuada e derse como praxis [...]. La praxis, así entendida,
historizadamente su función liberadora, según tiene múltiples formas tanto por la parte del
las exigencias de la realidad latinoamericana, todo que en cada caso es su sujeto más propio,
configurada cuantitativa y cualitativamente por como por el modo de acción y el resultado que
lo que es la realidad de sus mayorías popu- propicia. Pero, en definitiva, la actividad de la
lares. Esto es lo que se plasma en su artículo realidad histórica es la praxis entendida como
“Función liberadora de la filosofía” (1985). totalidad dinámica.104

4. La función liberadora de la filosofía La realidad histórica, como máxima mani-


festación de la realidad y en su carácter formal
En este artículo, Ellacuría afirma, desde el de praxis, se constituye, pues, en el objeto y el
principio, que su propuesta de filosofía de libe- punto de partida de la filosofía de la liberación
ración no consiste en una mera introducción que propone Ellacuría. Esto implica que dicha
animadora al filosofar ni en una propuesta filosofía debe constituirse en una filosofía de
aislada del resto del pensamiento filosófico, la praxis histórica, es decir, en una filosofía
sino que se trata de una propuesta elaborada que asume como horizonte y como centro de
desde el trasfondo de su filosofía de la realidad su reflexión filosófica la actividad humana de
histórica. Sin esta, no se entendería correcta- transformación entendida en toda su comple-
mente su planteamiento sobre lo que debe ser jidad y en “sus múltiples formas tanto por la
una filosofía con intención liberadora de cara parte del todo que en cada caso es su sujeto
a la realidad latinoamericana. más propio, como por el modo de acción y el
resultado que propicia”105.
[...] el tema (de la función liberadora de la filo-
sofía) tiene sustancia metafísica y no se reduce Esto hará que la filosofía adquiera un
a ser una mera introducción animadora al intrínseco carácter transformativo-liberador
filosofar [...]. La realidad histórica entera forma (político) y hará por consiguiente que ella
un todo desplegado en el tiempo, cuya comple- misma replantee teóricamente sus mismos
jidad permite hablar a veces de objetivaciones fundamentos, sus métodos, sus conceptos y
del espíritu y otras veces de espiritualización sus categorías. Al asumir como objeto de su
de lo objetivo, de naturalización de la historia reflexión tanto las realidades sociales y polí-
o de historización de la naturaleza, etc., según ticas opresivas como aquellas realidades supe-
las categorías que se quieran usar para unificar radoras de la opresión que se dan histórica-
mentalmente la compleja unidad de la realidad. mente y que enriquecen la complejidad de la
En el concepto último de la filosofía han de realidad histórica, la filosofía se verá forzada,
entrar todas las diferencias cualitativas de un en cada momento del proceso, a formular
modo articulado y estructural como aparece la creativamente las categorías apropiadas y a
propia realidad histórica. La realidad histórica elaborar novedosos planteamientos teóricos en
sería la realidad radical desde un punto de orden a la crítica, al análisis e interpretación,
vista intramundano, en la que radican todas las a la valoración y justificación, y a la transfor-
demás realidades, aunque estas sin absolutizarse mación de esa misma realidad; esto es, con
por completo pueden cobrar un carácter de rela- la pretensión de relanzar filosóficamente una
tivamente absolutas [...]. Esta realidad una es praxis histórica de liberación bajo la forma de
intrínsecamente dinámica. El dinamismo entero un apoyo teórico-justificativo a dicha praxis y
de la realidad histórica es lo que ha de enten- de los sujetos que la impulsan.

,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS
105. +DKF p. 63

Volumen 69 Número 737-738 Estudios Centroamericanos eca


Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 177

En principio, ningún tipo de actividad Así como Ellacuría admite una pluralidad
humana está excluido en la reflexión filosófica de praxis, también admite formas diversas
de la praxis histórica. En cuanto “la praxis es de filosofar y de filosofías específicas, así
la totalidad del proceso social en cuanto trans- como de teorías y discursos plurales, para
formador de la realidad tanto natural como distintas etapas y situaciones históricas, sin
histórica”106, abarca todas las formas del hacer que esto suponga la ruptura de la unidad,
humano, ya sean especulativas, sociales, esté- múltiple y compleja, pero unitaria de la praxis
ticas, religiosas, educativas, lúdicas o técnicas. histórica108. Es decir, es necesario que se
Si bien es cierto que Ellacuría privilegia en su constituyan otro tipo de discursos de carácter
propuesta filosófica las praxis históricas de libe- liberador, además del discurso filosófico:
ración, esto es, las praxis que actúan o pueden discursos teológicos, científicos, artísticos,
actuar como productoras de estructuras nuevas poéticos, literarios, etc. Si bien la filosofía es
más humanizantes y personalizadoras, no es una forma crítica y radical de saber, no es lo
dogmático en este sentido, porque siempre supremo como saber, y debe abrirse y trabajar
exigirá que el filósofo revise críticamente el interdisciplinariamente con las otras formas de
presunto carácter liberador de la praxis que ha saber en la tarea de liberación y humanización
determinado como la más posibilitante entre de la realidad histórica.
las posibles en una situación histórica determi-
nada, y que guarde la distancia crítica debida En la medida en que la praxis histórica
para que la filosofía no pierda su autonomía y integra como momento intrínseco suyo a la
no se politice, por consiguiente, de una forma teoría, la filosofía aparece como un momento
inadecuada ni se ideologice. teórico de la praxis histórica. Ya señalé antes
que, para Ellacuría, la relación entre teoría
Además, estas praxis liberadoras no nece- y praxis no es una relación extrínseca ni de
sariamente tienen que ser de carácter político o oposición, sino una relación estructural de
socioeconómico: “que unas formas de praxis, co-determinación; por ser la inteligencia
por ejemplo, la praxis política o la praxis econó- sentiente no hay praxis que no tenga un
mica, puedan tener mayor eficacia inmediata momento intelectivo y no hay momento inte-
en algún tipo de transformación de la sociedad, lectivo que no suponga algún tipo de transfor-
no es prueba de que la hayan de tener siempre mación práctica de lo real. Y este momento
ni, menos aún, que agoten toda la necesidad intelectivo de la praxis puede darse bajo
de transformaciones reales”107. Para Ellacuría, formas más o menos difusas, más o menos
la praxis histórica es una realidad unitaria y irreflexivas o, al contrario, bajo formas más o
compleja, y se desarrolla en diversos niveles menos conscientes, reflexivas y explícitamente
(personal, cultural, religioso, económico, polí- sistematizadas en las formas teóricas. “No
tico, local, nacional, mundial, etc.); cada uno hay, pues, algo así como una praxis teórica,
de estos niveles, como realidades históricas, sino que hay distintos momentos teóricos de
comportan tiempos y procesos distintos y la praxis que los engloba y da sentido; en
se relacionan entre sí de maneras diversas y cuanto son momentos de esa praxis total sobre
cambiantes. Y un sano realismo exigirá que se la cual inciden y en cuanto pueden autono-
tengan en cuenta todos esos aspectos a la hora mizarse manteniéndose activos y eficientes
de discernir críticamente la tarea de la filosofía puede hablarse derivadamente de una praxis
en una praxis liberadora. teórica”109.

106. +DKFS
,(OODFXUtD(KNQUQHÈCFGNCTGCNKFCFJKUVÎTKEC, p. 596.
,(OODFXUtD´(OREMHWRGHODÀORVRItDµS
,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS

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178 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

Ellacuría prefiere hablar de momentos realidad que en juego de praxis y teoría se


teóricos de la praxis y no de praxis teórica, muestra como verdadera”111.
porque este término, al ampliar demasiado
el ámbito de la praxis, puede dar lugar a dos Ellacuría también critica aquellas posturas
posturas igualmente peligrosas: una de ellas en el campo filosófico que defienden una
sería la que le niega alguna autonomía a lo autonomía tal de la reflexión filosófica y de su
teórico; es la postura de aquellos que magni- especificidad que terminan negando implícita
fican la praxis en desmedro de lo teórico, y o explícitamente el esencial carácter histórico
que se puede ejemplificar con el comporta- que le compete a la filosofía, a toda filosofía,
miento político de algunos grupos y movi- como momento teórico de la praxis histórica.
mientos sociales. Y para algunas de ellas, aunque no nieguen
abiertamente la relación teoría-praxis, esta
La otra postura representa el extremo de relación se vuelve inesencial; o mejor dicho,
la antecedente y se caracteriza por absolu- se vuelve inesencial para la teoría y esencial
tizar la autonomía de la actividad teórica al para la praxis, bajo el supuesto que “la pura
“confundir la praxis formal con el momento teoría es la mayor fuerza transformadora”112.
teórico”110, con la consecuente pretensión de La heteronomía sería solo propia de una
aislar la reflexión teórica y sus productos de praxis “pobre” que está obligada, si quiere
la praxis histórica; aquí se ubican aquellos ser racional, a importar “desde fuera” una
individuos y grupos que desprecian lo práxico supuesta teoría pura elaborada por unos
para acentuar desmedidamente la autonomía intelectuales, que se consideran de antemano
del momento teórico, pero también aquellas como capaces de por sí para situarse por
corrientes epistemológicas que postulan la encima de los intereses de los diversos grupos
autonomía absoluta de la “práctica teórica” y de los conflictos de diversa naturaleza que se
para afirmar que las teorías o los conoci- hacen presentes en la praxis histórica. Desde
mientos pueden validarse a sí mismos sin estos supuestos, o se afirma que una praxis
necesidad de recurrir a la praxis para su política solo podrá ser racional y liberadora
comprobación. Tan autónoma es la actividad en la medida en que asuma extrínsecamente
teórica que las teorías científicas y los distintos la teoría correspondiente, o se piensa que
saberes encuentran en sí mismos sus propios la pura reflexión filosófica basta para trans-
criterios de validación. De acuerdo con ello, formar la realidad bajo la creencia de que
una teoría puede ser verdadera al margen de el puro cambio de ideas implica un cambio
su veri-ficación práxica, de su comprobación en la realidad. Pero “creer que por cambiar
y realización en la historia real. Ellacuría, por las interpretaciones de las cosas se cambian
el contrario, tiene un concepto histórico y las cosas mismas o, al menos, la conciencia
práctico de la verdad. En la medida en que la profunda de la propia instalación en el mundo,
praxis histórica no solo es lugar de manifesta- es un grave error epistemológico y una honda
ción de la realidad, sino también principio de quiebra ética”113.
revelación de lo real, el lugar de la eficacia y
comprobación de la verdad es la misma praxis Para Ellacuría, como ya lo expresé, la
histórica: “Hay que hacer la verdad, lo cual filosofía, así como cualquier otro tipo de
no supone primariamente poner en ejecución, elaboración teórica, es necesaria para el
realizar lo que ya se sabe, sino hacer aquella cambio sociohistórico en la medida en que

110. +DKF p. 63.


 ,(OODFXUtD´(OREMHWRGHODÀORVRItDµS
 ,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS
 ,(OODFXUtD´+DFLDXQDIXQGDPHQWDFLyQÀORVyÀFDGHOPpWRGRWHROyJLFRODWLQRDPHULFDQRµS

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Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 179

pueda contribuir a la creación de una nueva Desde esta perspectiva, no hay ni puede
conciencia liberadora que sea operativa en haber productos filosóficos histórica y política-
esta línea, “pero no por eso se debe caer en el mente neutros. Por esta razón, el filósofo debe
espejismo de pensar que un cambio de ideas preguntarse, en cada momento del proceso
es un cambio de realidad o que un cambio de histórico, a quiénes y a qué acciones favorecen
intención —la pureza de la intención— basta sus reflexiones. La filosofía, al ser momento de
para cambiar la realidad. No es de despreciar, la praxis, siempre está situada en un ámbito
incluso como momento práxico, lo que puede de realidad más amplio que la contextualiza
suponer la filosofía en el proceso mental de y la determina, y esto es un hecho que no
personas y de sectores sociales que son impor- se puede soslayar en el punto de arranque
tantes para el cambio social; tampoco es de de una reflexión filosófica con pretensiones
despreciar lo que la filosofía puede aportar liberadoras. Lo cual no significa negar que la
a la lucha ideológica, la cual es a su vez un filosofía “como toda forma auténtica de saber,
elemento esencial de la praxis histórica. Pero por su propio carácter teórico y por su relativa
ni la refutación ideológica ni la construcción de autonomía tiene posibilidades y exigencias que
una nueva ideología son de por sí suficientes son independientes de cualquier praxis social
para cambiar un orden social y el cambio determinada dentro de ciertos límites que
ideológico puede convertirse en pretexto para pueden ser cambiantes”116. De hecho, según
que no se dé el cambio real”114. Ellacuría, en el propio ejercicio del filosofar se
da una función liberadora en el mero plano
La filosofía, pues, como momento teórico intelectivo que está vinculada a la pura forma-
de la praxis histórica, no es para Ellacuría una lidad de sus operaciones metodológicas, que
ciencia pura, sino una ideología, tomando incluso permite la corrección de otros tipos
el término en su sentido no peyorativo. Esto de discursos. Pero, aun admitiendo esto, la
significa que la reflexión filosófica está confi- pura autonomía de la filosofía no es suficiente
gurada por intereses prácticos tanto en la para que esta pueda desplegar su potencial
selección de los temas y en el modo de enfo- liberador, si no asume conscientemente su
carlos y de desarrollarlos. “Hay que reconocer dependencia de la praxis. De lo contrario, en
que el horizonte de intereses, preocupaciones, lugar de convertir la ideología en una reflexión
anhelos, etc., y, sobre todo, la presión social crítica y sistemática de la praxis, la filosofía
limitan y potencian sus preguntas y aun la puede degradarse en una ideologización más,
orientación de sus respuestas; y esto respón- en ser un puro reflejo de la praxis misma117.
dase positivamente y favorablemente a esos
condicionamientos o respóndase negativa y Asumiendo lo anterior, se puede sostener
críticamente”115. Y aun cuando el intelectual razonablemente que el proyecto de filosofía de
no pretenda conscientemente una finalidad la liberación de Ellacuría no pretende ser un
política-práctica, es claro que su reflexión proyecto únicamente válido para la realidad
carga con todos los atributos de lo que es latinoamericana, sino que busca constituirse
la inteligencia humana como inteligencia también en una propuesta válida para hacer
sentiente y lo que le compete por estar al una filosofía liberadora en otras regiones del
servicio de la vida, esto es, el de ser una ejer- planeta, por cuanto comporta la tesis de la
cicio racional que se lleva a cabo desde una historicidad de toda filosofía como momento
realidad limitada e interesada y al servicio de de la praxis histórica y la posibilidad y nece-
unos intereses determinados. sidad de asumir la liberación en la propia

 ,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS
115. Ibid., p. 56.
116. Ibid., p. 56.
 +DKF p. 63.

eca Estudios Centroamericanos Volumen 69 Número 737-738


180 Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría

realidad histórica, de acuerdo a sus propias supone siempre una perspectiva y una opción
peculiaridades y problemáticas 118. Incluso previa. Y esta opción, aunque está condicio-
para Ellacuría, la exigencia de construir una nada por factores personales, también tiene
filosofía de la liberación que colabore en la forzosamente caracteres sociales e históricos. Y
superación de la injusticia estructural que el lugar por el que se haya optado para ejer-
caracteriza el actual orden mundial no es el fin citar la reflexión filosófica determinará el tipo
de la filosofía, sino un momento de su histori- de problemas, los conceptos y las categorías
cidad, exigida por la situación catastrófica en apropiadas, los métodos y, en definitiva, el
la que se encuentra la humanidad expresada horizonte de toda la actividad filosófica. Así,
en la existencia de mayorías populares y de no es lo mismo filosofar desde las ciencias,
pueblos oprimidos, en el contexto actual de desde la cultura, desde el lenguaje o desde la
la civilización del capital. Pero en otra altura realidad personal que filosofar desde la praxis
procesual de la realidad histórica, donde no histórica. En cada caso se producirán filosofías
haya injusticia estructural, necesariamente distintas no solo desde un punto de vista ético,
deberá emerger otro tipo de filosofía libera- sino también teórico. En este sentido, “el lugar
dora menos centrada en esta problemática es excluyente, pues es el desde donde se filo-
y más preocupada en la resolución de otros sofa, lo cual no obsta para que en el ejercicio
problemas119 y, por tanto, exigida a insertarse del filosofar se utilicen recursos que son más
en otro tipo de praxis liberadoras, con otras propios de otros lugares. Pero la utilización de
modalidades y con metas distintas, y con otros esos recursos quedará situada y totalizada por
sujetos de la liberación. el lugar primario desde el que se filosofa”121.

Dado que la reflexión filosófica siempre está Para Ellacuría esta ubicación también es
situada en un ámbito de realidad más amplio histórica, por lo que no está definido de ante-
que la condiciona, se hace necesario que mano cuál sea ese lugar en el cual el filósofo
en cada momento del proceso el filósofo se debe situarse. De ahí que Ellacuría afirme
ubique en el lugar sociohistórico adecuado que que “la determinación de ese lugar-que-da-
permita mejor la comprensión de la realidad verdad tiene en cada caso un momento de
y la contribución a la praxis liberadora. “No discernimiento teórico, aunque tiene también
solo para ser efectivos en la tarea liberadora, un momento de opción iluminada”122. Y esto
sino para ser verdaderos en ella y aun en el implica que la actividad teórica se vuelva críti-
propio filosofar, es menester situarse en el camente a la historia para delimitar las fuerzas
lugar de la verdadera liberación”120. El mismo y las acciones tanto liberadoras como domina-
carácter histórico e ideológico de la filosofía, doras. Para Ellacuría, lo importante en cada
determina que “el desde donde” se haga el situación histórica es optar por la perspectiva
ejercicio filosófico sea un criterio decisivo para de la liberación y de la libertad “no solo por lo
la diferenciación de las filosofías y para valorar que tiene de tarea ética como lugar privilegiado
su contribución a la liberación. Para Ellacuría, de realidad y realización del hombre y de la
la filosofía, por su mismo carácter práxico, humanidad, sino por lo que tiene de potencia-
siempre tiene un carácter opcional se tenga o lidad teórica tanto en la fase creativa como en
no conciencia de ello. Todo pensar filosófico la fase crítica desideologizadora; la historia así

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1999, pp. 289 ss.
 -6ROV/XFLD.CVGQNQIÈCJKUVÎTKECFG+IPCEKQ'NNCEWTÈC p. 292.
,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS
121. +DKF p. 60.
122. +DKF p. 60

Volumen 69 Número 737-738 Estudios Centroamericanos eca


Zubiri y el proyecto de filosofía de liberación de Ignacio Ellacuría 181

entendida no es que sea maestra de la vida, puede ser paradójica. Sin embargo, contra
sino que es maestra de la verdad”123. la sabiduría griega y occidental, “la locura de
la cruz” es uno de los lugares dialécticos por
Ahora bien, en el momento presente de la antonomasia, “no para negar la sabiduría en
realidad histórica, el lugar de la “verdadera general, sino un modo de sabiduría que preci-
liberación”, afirma Ellacuría, lo constituyen samente está elaborado sea desde los crucifi-
aquellas fuerzas sociales que conforman “la cadores activos, sea desde quienes no están
contradicción principal de las fuerzas que son interesados por el fenómeno masivo de la
responsables principales de la dominación y crucifixión histórica de la humanidad”127. Y en
opresión”124. Si bien esta afirmación es discu- la medida en que la filosofía instale su filosofar
tible en el plano estrictamente político, no está en la cruz de la historia, el método dialéctico
planteada en términos estrictamente políticos, queda fundamentado, según Ellacuría, ya no
sino en términos ideales-reales. Esto significa como un método lógico ni como un método
que, aunque en el plano de la acción política universal, aplicable a la naturaleza y a la
aquellas fuerzas no sean siempre las que mejor historia, como quiere Hegel, sino como un
puedan contribuir a la liberación, en el movi- “método que sigue la historia y que la historia
miento teórico que busca la realidad última, impone a quien la quiera manejar”128.
“situarse en el terreno de la contradicción
principal es un arbitrio muy razonable” tanto Las características históricas de la cruz
por razones de efectividad liberadora como pueden ser muy distintas según la altura
por razones epistemológicas, en cuanto es el procesual de la realidad histórica y según la
punto de partida adecuado para la búsqueda situación de los pueblos y de las personas.
de “una verdad que realmente libere de lo que Pero en la actualidad, y vista la historia desde
realmente oprime y reprime”125. la realidad de las mayorías populares, “parece
indiscutible que la cruz tiene unos trazos bien
En esta línea se puede hablar, según precisos, reconocibles inmediatamente por la
Ellacuría, de la constitución de una filo- configuración de los crucificados de la tierra,
sofía cristiana, no porque pretenda poner la que son las inmensas mayorías de la huma-
reflexión filosófica al servicio de las directrices nidad, despojadas de toda figura humana,
doctrinales de alguna autoridad eclesiástica o no en razón de la abundancia y de la domi-
al servicio de lo que se considera una verdad nación, sino en razón de la privación y de la
inmutable, sino porque instala su filosofar “en opresión a las que se ven sometidos”129.
el lugar privilegiado de la verdad de la historia
que es la cruz como esperanza y liberación”126. En este sentido, la tesis de la cruz como
Desde el punto de vista cristiano, la cruz como lugar privilegiado para encontrar la verdad
categoría general e histórica simboliza el lugar histórica no significa afirmar, como lo postula
donde se experimenta la opresión y la muerte Heidegger, que la nada descubre el ser o que
de la humanidad, “la crucifixión del pueblo desde la nada se hacen creativamente todas
bajo forma de dominación y de explotación”. las cosas —ex nihilo omne ens qua ens fit—,
Y en este sentido, no hay duda de que la sino que hay “quien haga de la nada el ser”
elección de la cruz para encontrar la verdad y que, por lo tanto, el ente no puede salir de

123. +DKF p. 60.


124. +DKF p. 60.
125. +DKF pp. 60-61.
126. +DKF p. 61.
+DKF p. 61.
128. Ibid., p. 61.
129. +DKFp. 61.

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la nada, sino que “hay que hacerlo, aunque significa adoptar la actitud radical del filosofar
sea de la nada, esa nada que a nosotros se mismo y extenderla a la propia vida. En este
nos presenta como negación y aun como sentido, la filosofía no es un mero ejercicio
crucifixión”130. intelectual extrínseco a la vida del filósofo y a
los problemas que enfrenta vitalmente en su
En la contribución de Ellacuría al proyecto situación. Esta visión de la filosofía supone que
de una filosofía de la liberación, se puede el filósofo se involucre vital y existencialmente
destacar la importancia de su reflexión sobre con la develación y revelación de la realidad
la praxis histórica, de su concepción de la que se le hace presente como problema en su
estructura de la realidad histórica, de su propia experiencia vital e histórica.
interpretación de las relaciones entre teoría y
praxis, de su visión del sujeto de la historia, Pues bien, esta realidad se le presentaba a
así como la relevancia de sus ideas sobre la Ellacuría en los últimos años de su vida con
esencial historicidad y politicidad de la filosofía una radical negatividad, como una realidad
e incluso de su idea misma de liberación. Pero dominada por un mal común, “un mal que,
su contribución no solo se redujo a estas tesis. definiéndose negativamente como no realidad,
Ellacuría vivió lo que inspiraba su produc- es el que aniquila y hace malas todas las
ción intelectual. Como lo expresó un teólogo cosas, pero que en razón de la víctima negada
norteamericano131, él vivió en el punto donde puede dar paso a una vida nueva, que tiene
se interceptan la teoría y la praxis, donde caracteres de creación”133. Y si esto es así,
la razón y la compasión se dan de la mano. la liberación ya no es un puro tema externo
La totalidad de su vida y de su pensamiento a la reflexión del filósofo y en torno al cual
adquirió a la vez la triple característica de inte- construye argumentos para fundamentar su
ligencia, compasión y servicio. En la medida necesidad o su bondad, sino algo que atañe
en que su producción intelectual no se limitó a su propia vida, y que asume, por tanto,
simplemente a hacer avanzar el logos, su como un principio constitutivo de su propia
filosofía y su teología estaban inspiradas por existencia. Por ello, se puede decir que en el
un intellectus misericordiae (Jon Sobrino), un caso de Ellacuría, como en el de Sócrates, la
intelecto compasivo. Pero como esa compa- filosofía no solamente fue una tarea intelectual,
sión debe ser historizada según sea la opre- sino fundamentalmente una forma de vida. O
sión que se debe erradicar, se debe hablar como lo expresa el mismo Ellacuría:
con mayor precisión de la filosofía (y de la
teología) de Ellacuría como intellectus iustitiae, Lo esencial es dedicarse filosóficamente a la
intellectus liberationis. Y por ello le era esen- liberación más integral y acomodada posible
cial a su pensamiento relacionar el intellectus de nuestros pueblos y nuestras personas; la
con una praxis liberadora, como quiera que se constitución de la filosofía vendrá entonces por
formulara esta132. añadidura. Aquí también la cruz puede conver-
tirse en vida.134
Esto nos remite a la idea de filosofía que
Ellacuría empezó a forjar desde su etapa Consecuente con esta postura, Ellacuría
juvenil, según lo apunte al principio de este optó por vivir en el mundo de los desposeídos
artículo. La filosofía como forma de vida y los crucificados de la tierra, se ubicó cons-

130. +DKFp. 61.


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134. Ibid. p. 62.

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cientemente en el lugar de la realidad histórica este sentido, no solo su filosofía sino también
donde no había posibilitación sino opresión, su praxis y su destino dan mucho que pensar
que es el lugar de las víctimas despojadas de y pueden ser también, para todos, una exhor-
toda figura humana, y por él dio su vida. En tación para actuar.

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