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Zubiri y El Proyecto de Filosofia de Lib
Zubiri y El Proyecto de Filosofia de Lib
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, (OODFXUtD ´8QLYHUVLGDG GHUHFKRV KXPDQRV \ PD\RUtDV SRSXODUHVµ HQ Escritos universitarios, San
Salvador: UCA Editores, 1999, p. 203.
,(OODFXUtD´(OGHVDItRGHODVPD\RUtDVSREUHVµEstudios Centroamericanos (ECA), n.os 493-494, 1989.
-$1LFROiV´/DKLVWRULDFRPREDUHPRFUtWLFRµ(Q+IPCEKQ'NNCEWTÈCCÌQUFGURWÃU. #EVCUFGNEQPITGUQ
KPVGTPCEKQPCN6HYLOOD,QVWLWXWR$QGDOX]GH$GPLQLVWUDFLyQ3~EOLFDS/DÀORVRItD\ODWHRORJtDGH
(OODFXUtD QDFHQ GH XQD H[SHULHQFLD SHUVRQDO HQPDUFDGD HQ XQ FRQWH[WR KLVWyULFR GHWHUPLQDGR \ VX WDUHD
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FLyQ VRFLDO FRQ PRYLPLHQWRV VRFLDOHV \ IXHU]DV SROtWLFDV GH L]TXLHUGD TXH H[LJHQ XQ FDPELR UDGLFDO HQ
las estructuras económicas, sociales y políticas. Ante esta situación y en un país marcado por una crisis
VRFLDO\SROtWLFDSURIXQGD(OODFXUtDQRSRGtDSHUPDQHFHULPSDVLEOHQLPXFKRPHQRVVRVOD\DUORTXHHVWDED
SDVDQGR$(OODFXUtDOHFRQPRYLySURIXQGDPHQWHHVWDH[LJHQFLDKLVWyULFDGHOLEHUDFLyQ
12. Ibid.S
,(OODFXUtD´eWLFDIXQGDPHQWDOµHQCursos universitarios, San Salvador: UCA Editores, 2009, p. 254.
ubicarse en el “lugar que da verdad” como como momento teórico de la praxis, no sola-
punto de partida fundamental para orientar mente se justifica por razones éticas o políticas,
la búsqueda de la verdad en el contexto de sino también por razones epistemológicas y
una realidad histórica conflictiva y dividida, y hasta metafísicas.
para vislumbrar posibilidades de transforma-
ción de las estructuras históricas que vayan De todo lo planteado anteriormente, se
posibilitando la superación negadora de la comprende que hacer de la historia el hori-
injusticia reinante y, por consiguiente, la reve- zonte y el objeto de la filosofía no es para
lación procesual de la realidad. Ellacuría nos Ellacuría una cuestión puramente teórica
dice que el momento opcional, que busca ese o conceptual, producto de una mera inter-
“lugar-que-da-verdad y que hace verdad”, pretación del pensamiento zubiriano, sino
debe esclarecerse a partir de la injusticia expresión de una cuestión vital, de una forma
y de la falsedad que se dan en la realidad de vida filosófica que quiere responder a los
como hechos primarios, y desde la perspec- problemas que enfrenta vitalmente en su
tiva teórica “que ve en la injusticia y en la situación concreta, a partir de la experiencia
no-libertad una de las represiones fundamen- de la realidad de las mayorías populares
tales de la verdad, ‘la injusticia que reprime la que definen cuantitativa y cualitativamente
verdad’ (Rom, 1, 18)”14. Aquí está expresado la realidad histórica centroamericana y lati-
para Ellacuría el problema de la filosofía como noamericana, con el fin de contribuir a la
buscadora de la verdad: en un sistema social humanización de sus estructuras históricas. Si
donde predomina la injusticia no solo es difícil en su etapa juvenil Ellacuría afirmaba la inten-
anunciar, sino que se vuelve muy problemá- ción humanista y liberadora de su filosofar
tico encontrar la verdad, indagar la realidad frente a la inautenticidad de la existencia y el
y producir un saber verdadero y justo, preci- vacío espiritual en las sociedades capitalistas
samente porque no hay condiciones para el occidentales15, desde finales de la década de
ejercicio pleno de la libertad ni para la actuali- los sesenta lo afirmará frente al hecho de la
zación de posibilidades de realización humana. existencia de mayorías populares y de pueblos
Ellacuría vincula así revelación y realización de oprimidos en el contexto de un orden mundial
la realidad con liberación y realización humana injusto16, que se ha ido configurando a partir
dentro del proceso histórico, la cual es una del despliegue histórico de las estructuras y
tesis que levanta un problema metafísico en el procesos de la civilización del capital17.
marco de su filosofía de la realidad histórica,
a la cual me referiré más adelante, pero que De cara a esta situación, es la totalidad de
implica que la tarea liberadora, entendida la historia la que debe ser liberada y huma-
como superación negadora de la negatividad nizada, y la filosofía, al tener como objeto y
histórica, a la que debe contribuir la filosofía punto de partida la historia, tiene una intrín-
, (OODFXUtD ´)LORVRItD \ SROtWLFDµ HQ , (OODFXUtD 8GKPVG CÌQU FG JKUVQTKC GP 'N 5CNXCFQT
'UETKVQU RQNÈVKEQU, tomo I, San Salvador: UCA editores, 1991, pp. 50-51. El artículo fue impreso original-
mente en Estudios Centroamericanos (&$ QMXQLRGHSS
19. Ibid. p. 54.
, (OODFXUtD ´)LORVRItD \ SROtWLFDµ SS WDPELpQ SXHGH FRQVXOWDUVH ´/D ÀORVRItD FRPR VtQWHVLV GH
OD YLGD LQWHOHFWXDO \ OD YLGD SROtWLFDµ en Cursos Universitarios, San Salvador: UCA Editores, 2009,
SS
, (OODFXUtD ´+DFLD XQD IXQGDPHQWDFLyQ ÀORVyÀFD GHO PpWRGR WHROyJLFR ODWLQRDPHULFDQRµ Estudios
Centroamericanos (ECA), n.osS
22. X. Zubiri, 5QDTG NC GUGPEKC 0DGULG (GLWRULDO 0RQHGD \ &UpGLWR6RFLHGDG GH (VWXGLRV \ 3XEOLFDFLRQHV
1962.
Ellacuría utiliza el término “realismo mate- Ellacuría considera así Sobre la esencia
rialista abierto” para caracterizar la filosofía de y la trilogía de la Inteligencia sentiente como
Zubiri, que, si bien es una caracterización que las dos grandes obras filosóficas de Zubiri
discrepa abiertamente de otras interpretaciones y también que ambas, en su complementa-
que se han hecho del realismo zubiriano, no riedad, ofrecen el entramado último y radical
se trata de algo arbitrario y sin fundamento. de su pensamiento. Todo el análisis de lo que
En primer lugar, porque dicha caracterización Zubiri entiende por realidad se encuentra
responde a una interpretación del pensamiento en Sobre la esencia. Sin embargo, solo con
de Zubiri condicionada por un interés crítico- el complemento de la trilogía Inteligencia
$ *RQ]iOH] ´,JQDFLR (OODFXUtD \ OD UHDOLGDG KLVWyULFDµ HQ +IPCEKQ 'NNCEWTÈC CÌQU FGURWÃU. #EVCU FGN
EQPITGUQ KPVGTPCEKQPCN ,QVWLWXWR $QGDOX] GH $GPLQLVWUDFLyQ 3~EOLFD 6HYLOOD S (O DXWRU DÀUPD
TXH (OODFXUtD DO RSRQHUVH D OR TXH FRQVLGHUDED XQD LQYHUVLyQ LGHDOLVWD GH OD ÀORVRItD GH =XELUL FRQÀU-
PDED VX SHUWHQHQFLD D OD JHQHUDFLyQ DQWHULRU GH ]XELULDQRV HV GHFLU D ORV ]XELULDQRV LQVSLUDGRV SULQFL-
palmente en 5QDTGNCGUGPEKC\QRHQODQRRORJtDGHODWULORJtDGHODLQWHOLJHQFLDVHQWLHQWH/RTXHKDEUtD
TXH SUHJXQWDUVH HV VL ORV DXWRUHV ]XELULDQRV TXH LQWHUSUHWDQ HO SHQVDPLHQWR GH =XELUL HQ VX UHODFLyQ FRQ
OD IHQRPHQRORJtD \ TXH VH GHGLFDQ D KDFHU DQiOLVLV GHVFULSWLYRV \ IRUPDOHV HQ OtQHD IHQRPHQROyJLFD QR
HVWiQKDFLHQGRXQDLQWHUSUHWDFLyQVHVJDGDGHOSHQVDPLHQWR]XELULDQR\VLUHDOPHQWHHVHPRGRGHÀORVRIDU
HV HO PRGR DGHFXDGR SDUD JHQHUDU XQ SHQVDPLHQWR HIHFWLYR TXH FRQWULEX\D D OD VROXFLyQ GH ORV JUDYHV
SUREOHPDVTXHDIURQWDODPD\RUtDGHODKXPDQLGDGHQHOPRPHQWRSUHVHQWH
30. I. Ellacuría, 2TKPEKRKCNKFCFFGNCGUGPEKCGP:CXKGT<WDKTK8QLYHUVLGDG&RPSOXWHQVH0DGULG/DWHVLV
FRQVWDGHWUHVWRPRV SS ODSULPHUDSDUWHVHWLWXOD´3ULQFLSLDOLGDGGHODHVHQFLDHLQWHOLJHQFLDµ SS
ODVHJXQGD´3ULQFLSLDOLGDGGHODHVHQFLD\WDOLGDGµ SS \ODWHUFHUD´3ULQFLSLDOLGDG\WUDV-
FHQGHQWDOLGDGµ SS
,(OODFXUtD´=XELULFXDWURDxRVGHVSXpVµHQ&KCTKQ, sección 1RKPKÎPGHVHSWLHPEUHGHS
sentiente se puede alcanzar a comprender el sido reducido a cosa o a ente, o en que haya
sentido preciso de lo dicho en aquella32. habido un olvido secular del ser (Heidegger),
sino en que “desde Parménides para acá, el
2.1. El realismo zubiriano ente y el ser han desplazado en la filosofía a
la realidad y con ello la filosofía ha dejado de
Desde un principio, Ellacuría está claro en ser lo que debe, y los hombres, intelectuales
que la superación zubiriana del idealismo no o no, son desviados de las exigencias de la
consiste en la afirmación de un realismo ingenuo realidad a las posibles ilusiones del ser, cuando
ni de un realismo crítico, sino de un realismo el ser no se muestra radicado en la realidad”37.
sui generis (reísmo33) que se justifica en una Esto no significa que haya uno de olvidarse o
teoría de la inteligencia que no reincide con el distraerse del ser, sino de verlo radicado en la
problema del puente que ha de trazarse entre un realidad, como una actualización ulterior de la
sujeto y un objeto separados abismáticamente, realidad, para salvaguardarlo de toda suerte
sino que trabaja con los conceptos de verdad de subjetivismos e ilusiones.
real y de actualización, partiendo del hecho de la
implicación intrínseca de inteligencia y realidad, Esta logificación de la inteligencia y su
lo cual le lleva a proponer una nueva idea del correspondiente entificación de la realidad ha
inteligir humano y de la realidad tanto en sí sido conceptualizada de forma muy distinta
mismos como en su aplicación a la materia, a la por las distintas filosofías idealistas. No es
realidad humana, a la historia y a Dios34. la misma forma idealista el pensamiento de
Aristóteles que el de Hegel, el de Platón que
Se trata de una filosofía que supera radi- el de Kant, el de Husserl que el de Heidegger,
calmente el “reduccionismo idealista” en el pero todos coinciden de alguna u otra manera
que ha incurrido la mayor parte de la filosofía en los dos desviacionismos radicales que
occidental al haber realizado dos desviaciones llevan al idealismo38.
fundamentales de toda filosofía: la logifica-
ción de la inteligencia y la entificación de la Desde la concepción zubiriana de la
realidad35. Por logificación de la inteligencia se inteligencia sentiente, inteligir no es posición
entiende el proceso racional mediante el cual objetual (idealismo transcendental e idealismo
se le acaba dando prioridad a las estructuras objetivo), no es ideación (racionalismo), no es
lógico-mentales sobre las estructuras reales predicación (Aristóteles), no es intuición eidé-
al reducir la inteligencia a su pura dimensión tica de esencias (Husserl) y no es comprensión
de logos y de razón. Se piensa que “la inte- del ser (Heidegger). Inteligir es la actualización
lección es primariamente logificación y que de la realidad en la inteligencia; es la remisión
ha de llegarse a esa actualización secundaria física de la inteligencia a la realidad como un
para que la intelección se encuentre con la prius a su presentación por la fuerza misma de
realidad” 36. La entificación de la realidad la realidad39. Y esto anterior a todo concepto,
no consiste simplemente en que el ser haya juicio o raciocinio.
,(OODFXUtD´$SUR[LPDFLyQFRPSOHWDDODREUDGH=XELULµS,(OODFXUtD´/DQXHYDREUDGH=XELUL,QWH-
OLJHQFLDVHQWLHQWHµ4C\ÎP[(G (995), 1981, pp. 133 y 138.
33. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKC UGPVKGPVG 0DGULG$OLDQ]D (GLWRULDO6RFLHGDG GH (VWXGLRV \ 3XEOLFDFLRQHV S
,(OODFXUtD´=XELULFXDWURDxRVGHVSXpVµS
,(OODFXUtD´/DVXSHUDFLyQGHOUHGXFFLRQLVPRLGHDOLVWDµEstudios Centroamericanos (&$ Q
36. +DKF p. 636.
+DKFS
,(OODFXUtD´/DVXSHUDFLyQGHOUHGXFFLRQLVPRLGHDOLVWDµSS
39. I. Ellacuría, 2TKPEKRKCNKFCF FG NC GUGPEKC GP :CXKGT <WDKTK, op. cit. pp. 122-442. Ellacuría dedica el primer
WRPR GH VX WHVLV GRFWRUDO PiV GH SiJLQDV DO DQiOLVLV GH OD WHRUtD ]XELULDQD GH OD LQWHOLJHQFLD \ D
Esta actualización que no es exclusiva de Como dice Zubiri, si bien es cierto que
la inteligencia se da de modo peculiar en ella. estamos instalados irrefragablemente en la
La intelección es mera actualización en la realidad, es cierto también que lo estamos
inteligencia del contenido y de la formalidad modestamente; de ahí que nos debamos
real de las cosas inteligidas, con anterioridad a sumergir esforzadamente en la realidad para
todo otro ulterior acto de intelección. De otra arrancar de ella, aunque no sean sino algunas
manera, no habría sobre qué ejercitar actos “pobres esquirlas” de su intrínseca inteligibi-
ulteriores. La inteligencia está siempre en la lidad42. Lo real se nos da inmediatamente en
realidad, y es en esta realidad previamente la actualización intelectiva, pero qué sea eso
aprehendida donde se dan ulteriores movi- real que se nos da es ya otra cuestión que
mientos y marchas de la inteligencia41. para resolverla exige, entre otras acciones inte-
lectivas, el poner en marcha “cada uno dentro
En la actualización de la aprehensión de sí mismo, el penoso, el penosísimo esfuerzo
primordial de realidad lo que se nos hace de la labor filosófica”43.
presente son las cosas reales como reales,
aunque en ellas no se actualice inmediata Ahora bien, en lo que Ellacuría insiste
y explícitamente lo que son esas cosas en mucho, adelantándose a cualquier interpreta-
realidad, tanto en su realidad campal como en ción idealista que se quiera hacer de la teoría
su realidad mundanal. La afirmación zubiriana de la inteligencia zubiriana, es que la inteli-
de que la inteligencia se instala físicamente gencia no es lo autónomo y principal porque
en lo real y aprehende físicamente la realidad ella es formalmente y últimamente remisión
de la cosa no significa que, con ello, la inte- a la realidad; el primum cognitum intelectivo
VX QRYHGDG UDGLFDO HQ OD KLVWRULD GH OD ÀORVRItD =XELUL GD XQ JLUR UDGLFDO D OD ORJLÀFDFLyQ D OD TXH KD VLGR
VRPHWLGDODLQWHOLJHQFLDGHVGHORVJULHJRVDOFRQFHELUODLQWHOHFFLyQFRPRPHUDDFWXDOL]DFLyQGHORUHDO
40. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKC UGPVKGPVG SS VV ´$FWXDOLGDGµ QR HV HO FDUiFWHU GH DFWR VLQR HO FDUiFWHU GH
DFWXDO´$FWRµQRHVHOVHQWLGRTXHOHGD$ULVWyWHOHVVLQRTXHDOXGHDFLHUWDSUHVHQFLDItVLFDGHORUHDO1R
HV SRU WDQWR DFWXDFLyQ GH XQDV SRWHQFLDV QL HV DFFLyQ HQWHQGLGD FRPR DOJR TXH GHULYD GH XQD UHDOLGDG
HQDFWRHVVLPSOHPHQWHHODFWRItVLFRGHDSUHKHQVLyQGHORUHDOTXHFRQVLVWHIRUPDOPHQWHHQDFWXDOLGDG
HVWRHVHOItVLFR´HVWDUµSUHVHQWHORUHDOHQODLQWHOHFFLyQ
,(OODFXUtD´/DLGHDGHÀORVRItDHQ;DYLHU=XELULµop. cit. p. 489.
42. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKCUGPVKGPVG, p. 15.
43. X. Zubiri, %KPEQNGEEKQPGUFGſNQUQHÈCHGLFLyQ0DGULG(GLWRULDO0RQHGD\&UpGLWRS
es, por tanto, la realidad, porque en su prima- de haber en su seno una remisión física de la
riedad la inteligencia es mera actualización; y inteligencia a la realidad como “de suyo”; de
por la índole misma de esa actualización, la modo que la actualidad de la cosa en la inte-
inteligencia no puede ser movida y formada ligencia es una reactualización de su realidad;
sino por la realidad misma; el despliegue de esto es, como una especie de ratificación o
sus posibilidades se mueve siempre en el confirmación formal de la realidad de la cosa
elemento de realidad que se le actualizó en de lo que ya ella es en y por sí misma, como
su primer y principial momento intelectivo. En de suyo, en la actualización intelectiva46.
este primer momento, la inteligencia se abre a
lo transcendental (a lo real en cuanto real), y Esto es, precisamente, lo que quiere signi-
precisamente por ello le quedan abiertos no ficar Zubiri cuando afirma que en la aprehen-
solo todo el campo de lo real, sino también sión intelectiva la cosa está presente como un
todo el campo de lo irreal, es decir, se le hacen prius a su presentación; la cosa misma se nos
factibles todas sus posibilidades intelectivas: ofrece con una prioridad que fuerza a pasar
puede llevar a actualidad todas las posibili- de la realidad aprehendida a la índole de la
dades de lo que ella misma es44. cosa tal como es antes de su aprehensión. La
prioridad de la cosa es, pues, una positiva y
En otras palabras, en la intrínseca imbrica- formal remisión a lo que la cosa es antes de su
ción entre inteligencia y realidad, la prioridad presentación; la cosa se actualiza en la inteli-
le compete últimamente a la realidad, aunque gencia como siendo de suyo antes de estarnos
no sepamos qué sea esa realidad que se nos presente. Es una anterioridad que no ha de
actualiza y nos arrastra forzosamente hacia entenderse, por tanto, como mera indepen-
ella. La afirmación de la principialidad de la dencia ni como una anterioridad temporal, sino
realidad en los actos intelectivos no se hace, simplemente como “la principialidad absoluta
en consecuencia, desde la idea de causa o aun que le compete a lo real”47 en el acto de la inte-
desde lo que sea la realidad como elemento ligencia como meramente actualizante; esto es,
concreto, ni mucho menos desde la afirma- en su enfrentamiento inmediato con las cosas
ción de ella como algo trascendente o externo reales, anteriormente a toda conceptuación o
al sujeto cognoscente, sino como lo que es teorización. En este sentido, el realismo zubi-
principio sin más, según lo muestra el análisis riano no es un realismo cualquiera: no solo es
mismo de los actos intelectivos. Y lo que el prioridad de la realidad frente al yo, frente a la
análisis de la inteligencia muestra es que no razón, frente a la verdad o frente al concepto,
es ella la que principia, sino que ella es princi- sino que es primariedad de la realidad sobre
piada por la realidad. Que esa realidad haya la nuda inteligencia; prioridad de la actualidad
de entenderse como espíritu o materia, como física sobre la actualidad intelectiva.
tal o como cual, es ya otra cuestión, que no se
descubre en la mera actualización45. Es completamente erróneo leer todas estas
afirmaciones en el sentido de un realismo
Ciertamente, la apertura a la formalidad ingenuo, porque aunque la formalidad de
de realidad consiste en un mismo acto de la realidad es inexorable en el enfrentamiento
inteligencia y de la realidad en cuanto ambas intelectivo del ser humano con las cosas, lo
son congéneres, pero esto no significa que esta que de las cosas decimos, declaramos, concep-
mismidad de actualidad sea una mismidad tuamos, definimos, razonamos, etc., apenas
de ser. Aun siendo el mismo acto, no deja nunca podrá tener suficiente seguridad, sobre
todo cuando pretendemos alcanzar lo que son intrínsecamente sentiente implica que no es
las cosas allende de la realidad física y sentien- una inteligencia pura, sino una inteligencia
temente aprehendida en la intelección48. condicionada por múltiples factores, entre ellos
los factores biológico-materiales. Ciertamente
Ellacuría siempre considerará esta prio- la inteligencia tiene una estructura propia
ridad de la realidad sobre toda forma de que la distingue de otras notas de la realidad
construcción subjetiva como un principio humana, pero ello no significa que tenga una
fundamental para resolver racionalmente sustantividad y una autonomía totales, pues
cualquier problema. Y por ello insistirá en que siempre está condicionada y determinada
por muy difícil que sea esta vuelta a la realidad por la realidad física total del ser humano en
empírica, a la realidad tal como se actualiza su enfrentamiento activo con la realidad en
en la aprehensión sentiente, es un esfuerzo una situación concreta50. Es justamente esta
insoslayable que debe utilizarse como criterio realidad física total del ser humano el ámbito
y como crítica permanente de nuestras ideas primario desde el que el ser humano intelige,
y teorías como posibles reflejos de la realidad conoce y entiende. “De ahí que la inteligencia
mistificada históricamente49. tenga una referencia esencial a la vida: se
intelige primariamente para seguir viviendo
2.2. El carácter material y activo del y asegurar la condiciones no solo para tener
proceso de conocimiento vida, sino para tenerla en más abundancia.
Por esta razón fundamental, en ninguno de los
El otro aspecto que Ellacuría destaca en ejercicios de la inteligencia, ni siquiera en los
su interpretación de la inteligencia sentiente presuntamente más altos, como lo puede ser la
zubiriana es justamente su carácter sentiente, actividad estrictamente racional, deja de estar
pero que él lo interpreta en la línea de la presente y operante este carácter sensorial y
afirmación del intrínseco carácter material biológico orientado al mantenimiento activo
y activo del proceso de conocimiento y de de la vida humana y a su superación. Nunca a
toda la actividad intelectual. El mismo hecho su negación. Las filosofías realistas no siempre
de afirmar que se trata de una inteligencia logran ser consecuentes con la esencial dimen-
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la percepción se nos presenta como algo no solo anterior, sino primario y dictante de nuestra posible
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HVWRHVGHODUD]yQVHSXHGDOOHJDUWHQWDWLYDPHQWHDHOODµ
,(OODFXUtD´eWLFD)XQGDPHQWDOµFXUVRGHeWLFD HQCursos universitarios, pp. 259-260.
, (OODFXUtD ´+DFLD XQD IXQGDPHQWDFLyQ ÀORVyÀFD GHO PpWRGR WHROyJLFR ODWLQRDPHULFDQRµ S $TXt
(OODFXUtD OR SODQWHD DVt ´/D LQWHOLJHQFLD KXPDQD QR HV VROR HVHQFLDO \ SHUPDQHQWHPHQWH VHQVLWLYD VLQR
sión material del conocer humano ni con su se enfrente consigo mismo y con las demás
necesario carácter práxico, precisamente por cosas, en tanto que cosas reales, que solo por
desatender la raíz vital de toda la actividad su esencial respectividad con el hombre pueden
humana”51. tener para este uno u otro sentido.52
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,(OODFXUtD´+DFLDXQDIXQGDPHQWDFLyQÀORVyÀFDGHOPpWRGRWHROyJLFRODWLQRDPHULFDQRµS
52. +DKFS /DVFXUVLYDVVRQPtDV
estructura sociopolítica o de una posición de por lo pronto, la misma praxis y uno de los
poder53. La filosofía pretende ser un desarrollo momentos esenciales de toda posible praxis;
a fondo de esa relativa autonomía en cuanto para que la praxis no quede en pura reacción,
pretende temáticamente liberarse de toda impo- es decir, para que sea propiamente praxis
sición para emprender su tarea de racionalidad humana, necesita como elemento esencial
en el marco del ejercicio de su función libera- suyo un momento activo de inteligencia”57.
dora en el contexto latinoamericano54. Desde luego, el momento teórico de la
praxis no es homogéneo, porque la actividad
Para Ellacuría la teoría de la inteligencia sentiente presenta diversos niveles de elabo-
zubiriana conlleva explícitamente la afirmación ración teórica. Lo que suele llamarse “teoría”
de la constitutiva unidad entre teoría y praxis. en sentido fuerte quizá sea el nivel de mayor
Por ser la inteligencia sentiente toda acción elaboración conceptual en un momento
intelectiva implica un momento práxico de dado, pero en todo caso ni las teorías ni los
transformación de lo real. Incluso al nivel de conceptos serían posibles si la inteligencia no
la aprehensión primordial de realidad, hay fuera constitutivamente práxica, o si la praxis
una estricta aprehensión física de lo real a la no fuera constitutivamente intelectiva.
cual Zubiri califica como noérgica55. “Sentir y
moverse están inscritos en la unidad de una La teoría no es lo contrapuesto a la praxis,
misma acción, inteligir y hacer están inscritos sino que es uno de los momentos de ella,
en la unidad de una misma actuación. La dife- aquel momento que inicialmente tiene que ver
rencia entre un saber hacer y un hacer sabido con la conciencia de la praxis, con el carácter
no son más que diferenciaciones ulteriores de consciente de la praxis. No todo momento de
algo que es unitario, pero que permite distintos la praxis es consciente ni todo momento de
desarrollos: no es propiamente el homo faber la praxis tiene el mismo grado de conciencia.
el que hace al homo sapiens, sino que en la Cuando ese grado de conciencia se separa refle-
primaria fabrilidad humana está ya un saber y jamente de la praxis y se constituye en discernir
en todo saber humano —y cuanto más rudi- de ella, en juicio y crisis de ella, se puede
mentario más— hay un hacer incipiente, al empezar hablar de teoría, la cual se puede ir
menos como respuesta efectora”56. constituyendo en momento relativamente auto-
nómico más allá de ser reflejo acompañante de
El análisis de la unidad entre teoría y una praxis.58
praxis en el pensamiento de Ellacuría debe
anclarse en este marco, lo cual le llevará a Por eso Ellacuría afirma que la pura praxis
caracterizar a la filosofía (pero también a las no existe y, cuando se pretende constituirla en
ciencias) como momento teórico de la praxis la única fuente de luz, se corre el peligro o de
histórica. Si al momento intelectivo de toda no atinarle a la realidad o de asumir posturas
praxis, se le llama, sin mayores compromisos, políticas voluntaristas y obcecadas.
su momento ‘teórico’, se puede decir que no
hay praxis que no entrañe alguna dimen- La principal fuente de luz es ciertamente la
sión teórica. “El conocer humano [...] es, realidad y no quien sabe a qué aprióricas condi-
, (OODFXUtD ´)LORVRItD ¢SDUD TXp"µ Revista Abra Q 8&$ 6DQ 6DOYDGRU SS WDPELpQ
en 'UETKVQU ſNQUÎſEQU W 6DQ 6DOYDGRU 8&$ (GLWRUHV SS ´,GHRORJtD H LQWHOLJHQFLDµ HQ
Cursos universitariosSS
,(OODFXUtD´)LORVRItD¢SDUDTXp"µSS
55. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKCUGPVKGPVG, p. 64.
56. I. Ellacuría, (KNQUQHÈCFGNCTGCNKFCFJKUVÎTKEC, p. 161.
,(OODFXUtD´+DFLDXQDIXQGDPHQWDFLyQÀORVyÀFDGHOPpWRGRWHROyJLFRODWLQRDPHULFDQRµS
,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS
ciones del sujeto humano… Pero esa realidad Y esto no tanto porque los diversos sentidos
es solo fuente de luz referida a la inteligencia, a nos den contenidos que de otra manera nunca
una inteligencia, claro, que a su vez esté vertida tendríamos, sino más radicalmente, porque nos
a la realidad. La realidad hace su trabajo, dan distintos modos de acceso a lo real [...] Los
pero la inteligencia hace también el suyo y la modos mismos de intelección y, más en general,
respectividad entre ambas cobra distintas moda- todos los modos de la vida psíquica están confi-
lidades, que sin negar o anular la prioridad de gurados por lo que tienen como más propio en
la realidad, no por eso anula el dinamismo y cuanto sistema de receptores. La riqueza de la
aun la actividad propias de la mente humana vida psíquica y, en el otro extremo, las malfor-
en su afán de arrancar toda su luz a la realidad maciones de la vida psíquica, penden en gran
mediante distintos enfoques, que la propia inte- medida de los modos de cada sentido, de su
ligencia va generando. Es desde esta perspectiva intensidad, de su peculiaridad, de su conjuga-
desde la que se le abre un campo propio a la ción, etc.61
labor estrictamente filosófica como forma teórica
de enfrentarse con la realidad para iluminarla, Esto es lo que más cautiva a Ellacuría del
interpretarla y transformarla.59 planteamiento zubiriano de la inteligencia
sentiente y de lo que está implicado en el
2.3. El carácter unitario y abierto de la sutil problema de la formalidad de realidad,
realidad humana y que sirve de base para fundamentar un
materialismo original que supera otros tipos
Por otra parte, Ellacuría señala que la de materialismo. Se trata de una concepción
riqueza de la unidad intrínseca y formal de que asume radicalmente el carácter material
inteligir y sentir que es la intelección sentiente de la realidad, pero que muestra que el ser
no le viene de ser intelección, sino de ser humano “no es un puro animal perfeccio-
precisamente sentiente. Los sentidos, lejos de nado”, que el ser humano “no queda ence-
apartarnos de la realidad nos sumergen en ella rrado en los límites de la pura animalidad”62.
y, a su vez, las cosas se nos presentarán tanto Esto se explica mejor si se comprende que la
más reales cuanto más golpeen físicamente a impresión de realidad no solo es el orto de la
nuestros sentidos. La verdadera realidad, la intelección humana, sino también el hecho
realidad verdadera, no se alcanza, por tanto, primario y radical en la constitución de la
huyendo de los sentidos, anulando la vida vida humana misma y de su realización63. La
sensorial, sino, al contrario, poniéndola en realidad como carácter formal en el que se
pleno y fecundo ejercicio60. Lo que aparen- desenvuelve el sentir humano va a determinar
temente es una limitación de la inteligencia de un modo peculiar todos los momentos
humana es el principio de su riqueza estruc- del proceso sentiente del animal humano.
tural. Es decir, nuestras limitaciones materiales La impresión de realidad no abarca solo la
en su misma limitación son el principio posi- inteligencia, sino que abarca igualmente el
tivo de la presentación y de la aprehensión de sentimiento, la volición y la praxis humana
la realidad; y, por ende, de nuestra apertura a misma; en todos ellos subyace el enfrenta-
lo transcendental, a lo real en tanto que real. miento sentiente con la realidad64. Por ello, la
realidad humana es para Ellacuría actividad mayores; es decir, que cuenten con las condi-
constitutiva65. Dado que la realidad se nos da ciones materiales adecuadas que les permita
primariamente en forma de impresión y no ejercitar su libertad y su poder de realización.
de comprensión, vamos a ella no en forma Esto nos hace ver que el ámbito más propio
de pura arbitrariedad libre, sino en forma de la realización humana ya no es meramente
opcional tendente y la sentimos no en forma la persona o las comunidades de personas
de afectos espirituales, sino en forma física- consideradas aisladamente, sino el ámbito
mente afectante. A su vez, los sentimientos, de las relaciones sociales, de la sociedad y
las opciones y las aprehensiones no son la historia. Es en el proceso socio-histórico y
puramente estimúlicos; en todos ellos se hace en su dirección donde se juega últimamente
presente la realidad, lo cual permite el juego la realización de las personas, y más profun-
singular de la vida humana66. Expresado en damente, la realización y revelación de la
otros términos, para el triple plano de la vida realidad misma.
humana (intelectiva, sentimental y opcional),
como hay una sola formalidad que es impre- Esta recuperación de lo biológico-sensorial
sión de realidad hay también un solo acto, una como componente esencial de la intelección
sola actividad y una sola actualidad67. y la realización humana tiene un gran signi-
ficado para resolver problemas teóricos, así
Ellacuría señala que este énfasis en la como para plantear adecuadamente graves
apertura a la realidad no debe hacerse con cuestiones prácticas en numerosas disciplinas
menoscabo de la animalidad humana, pues como la pedagogía, la comunicología, la esté-
la animalidad pertenece intrínsecamente a su tica, entre otras; pero también, dice Ellacuría,
propia estructura. En otras palabras, la realiza- para hacer una correcta teología, “en la que lo
ción humana no puede consistir en una nega- trascendente no tiene por qué aparecer como
ción de su animalidad o corporalidad, “sino en lo que está más allá de los sentidos, como un
un proceso en el que la animalidad potencie mundo aparte de la realidad que nos es dada
un ser más humano y este ser más humano inmediatamente. No hay que olvidar que la
dé a la animalidad su mejor expansión”68. dualidad sensible-suprasensible, material-
En este sentido, la dirección del proceso de espiritual, ha arrancado últimamente de la
humanización del animal humano consiste no disociación y oposición entre sensibilidad e
en anular el carácter estimúlico —sentiente, inteligencia”70.
afectante, tendente—, sino en aprehender el
estímulo como realidad —inteligencia, senti- Precisamente el planteamiento zubiriano
miento, voluntad—. La apertura al carácter de de la inteligencia sentiente es fundamental
realidad con el que se presentan los estímulos porque pone en el camino adecuado no solo
al animal humano es lo que le va a permitir en para corregir la “gigantesca preterición de la
principio ir progresando en su humanización, sensibilidad” en que ha incurrido la tradición
justamente porque le va a permitir no solo filosófica al tratar el problema filosófico del
hacerse cargo de la realidad, sino también enfrentamiento del ser humano con la realidad
cargar con ella y encargarse de ella69. Pero esto y rescatar así la inteligencia de su desvío por
requiere que los seres humanos cuenten con la ruta del logos predicativo a la que la había
posibilidades que les permitan optar por una empujado la concepción de la inteligencia
humanización y una personalización cada vez
,(OODFXUtD´,QWURGXFFLyQFUtWLFDDODDQWURSRORJtDGH=XELULµSSVV
,(OODFXUtD´%LRORJtDHLQWHOLJHQFLDµS
;=XELUL5QDTGGNJQODTG0DGULG$OLDQ]D(GLWRULDO6RFLHGDGGH(VWXGLRV\3XEOLFDFLRQHVS
68. I. Ellacuría, “Fundamentación biológica de la ética, p. 423.
69. +DKF pp. 422-423.
,(OODFXUtD´/DQXHYDREUDGH=XELUL,QWHOLJHQFLDVHQWLHQWHµ4C\ÎP[(G (995), 1981, pp. 136.
concipiente, sino también para superar cual- Ellacuría encuentra valiosa esta perspectiva
quier forma de dualismo tanto a nivel antro- para fundamentar su propia reflexión filosófica
pológico como metafísico71. sobre la realidad histórica de América Latina.
Un realismo materialista abierto, que aborde
En efecto, desde la inteligencia sentiente la estructuralmente la realidad humana desde
actividad humana aparece como una actividad sus raíces psico-orgánicas, como el de Zubiri,
única, una actividad unitariamente psico- tiene una gran importancia para la antro-
orgánica en todos sus actos. “La impresión pología y para las ciencias y las praxis que
de realidad remite a la intelección sentiente, abordan la realidad humana, así como para
y la intelección sentiente remite a la unitaria plantear adecuadamente muchos problemas
facultad de nuestra actividad psico-orgánica”, que atañen a la vida y la comprensión del ser
afirma Zubiri 72. Esta unidad no significa humano; entre otros, “el muy grave de la idea-
simplemente que la actividad humana sea a la lización y de la ideologización de la existencia
vez orgánica y psíquica, porque eso supondría humana en su dimensión individual, social e
que hay dos actividades, sino que es una sola histórica”76.
y misma actividad del sistema entero en todas
y cada una de sus notas; es el sistema entero Además, este planteamiento sitúa correc-
el que está en actividad en todos y cada uno tamente el principio de solución de los graves
de sus actos vitales73. Se trata de una actividad problemas sociales que plantea la realidad
compleja y en ella dominan en ocasiones latinoamericana; especialmente el grave
unos momentos más que otros, “pero hasta problema de la existencia de mayorías popu-
en el acto aparentemente más físico-químico, lares, impedidas de llevar una vida plenamente
está en actividad el sistema entero en todas humana, precisamente por la negación secular
sus notas físico-químicas y psíquicas y vice- de la satisfacción de sus necesidades orgánicas
versa. Todo lo orgánico es psíquico y todo lo o biológicas, sin que esto signifique reducir la
psíquico es orgánico, porque todo lo psíquico liberación de dichas mayorías a lo puramente
transcurre orgánicamente y todo lo orgánico material-biológico77. Lo importante aquí es
transcurre psíquicamente”74. El ser humano es mantener la distinción entre el campo de las
así una sustantividad animalmente abierta75, y necesidades básicas y el campo de la plenitud
hay que asumir este hecho radicalmente para de la vida humana, porque aunque la satis-
no caer en evasiones y transcendentalismos facción de las necesidades biológicas es lo
idealistas a la hora de pensar alternativas de más urgente en el proceso de liberación de las
solución a los graves problemas humanos en mayorías populares, no es lo más profundo y,
las sociedades contemporáneas. al no tener clara esa distinción, puede llevar
a que se dejen sin solución los problemas de
la vida humana considerada integralmente78.
En esta idea, hay un tema que se vincula un reduccionismo materialista supone una
con la debida jerarquización de los derechos mutilación de la realidad humana, la afirma-
humanos y a cuáles clases de esos derechos ción de un materialismo abierto como el de
debe dárseles prioridad en una sociedad Zubiri se vuelve una “exigencia fundamental
concreta, o a nivel de la sociedad mundial, de un realismo que quiera dar cuenta de
en la que la mayoría de su población está lo que hay y de lo que es”81. También abre
sumida en niveles de vida casi infrahumanos nuevos horizontes a los esfuerzos de aquellos
al bloqueárseles la apropiación de posibilidades que buscan impulsar una praxis y una teoría
de humanización y, por consiguiente, el llevar realmente liberadoras. Una realidad humana
una vida plenamente libre, justamente por liberada, por su misma materialidad, no puede
impedírseles la satisfacción de sus necesidades darse sino en una nueva configuración histó-
básicas79. Es un tema que se vincula también rica que exija y propicie el comportamiento
a la cuestión de la democracia y a la forma libre y pleno de los seres humanos82. Dicho de
en que esta debe estructurarse para que no se otra manera, la supervivencia biológica de la
quede en una mera afirmación formal o ideal especie humana y su humanización no pueden
de los derechos civiles y políticos, como ocurre darse real e históricamente sino en estructuras
con las llamadas democracias liberales, y que socioeconómicas que propicien la reproducción
posibilite la creación de condiciones materiales de la vida del mayor número de miembros
para que todos, y no solo las élites ricas y del cuerpo social y que la reproduzcan en
privilegiadas, puedan ejercer real y plenamente forma óptima, para que tengan posibilidades
la libertad y sus derechos, sin exclusiones de crecientes de humanización y personalización.
ningún tipo, y así todos puedan participar En este sentido, para Ellacuría, el materialismo
como ciudadanos en los procesos democráticos abierto afirmado en la inteligencia sentiente
y en la discusión de los asuntos públicos80. entronca de lleno con una praxis histórica
de liberación.
De esta forma, la recuperación de la mate-
rialidad de la realidad humana, contenida en 3. Del realismo materialista abierto a
el concepción de la inteligencia sentiente, se la filosofía de la realidad histórica
convierte en un elemento clave para criticar
los planteamientos ideologizados con los que Tanto a nivel epistemológico como a nivel
se pretende legitimar la situación de injusticia metafísico, se puede caracterizar la filosofía
estructural y de dominación reinantes en zubiriana como un realismo materialista
la realidad latinoamericana, así como para abierto, según Ellacuría. Desde un punto de
superar discursos y praxis alienantes y evasivas, vista epistemológico, porque la concepción
que desconocen la importancia de lo material de la inteligencia de Zubiri muestra que la
en la liberación histórica. Aunque ciertamente
, (OODFXUtD ´/D KLVWRUL]DFLyQ GH ORV GHUHFKRV KXPDQRV GHVGH ODV PD\RUtDV SRSXODUHV \ ORV SXHEORV RSUL-
PLGRVµHQ'UETKVQUſNQUÎſEQU, t. 3, pp. 433-446.
(QHVWRFRLQFLGHFRQODSRVLFLyQGH1DQF\)UDVHUHQORUHIHUHQWHDODVHVFDODVGHODMXVWLFLD3DUDHVWDÀOy-
VRIDSROtWLFDHOSULPHUQLYHOGHODMXVWLFLDHVHOGHODUHGLVWULEXFLyQGHODULTXH]DHOVHJXQGRHVHOGHOUHFR-
QRFLPLHQWRGHORVGHUHFKRV\HOWHUFHURHVHOGHODSDUWLFLSDFLyQGHPRFUiWLFDHQORVDVXQWRVS~EOLFRV3HUR
HVWRV ~OWLPRV QR VRQ UHDOHV VL QR VH FXPSOH HO SULPHUR 9pDVH 1 )UDVHU 'UECNCU FG NC LWUVKEKC, Herder,
6REUHODFUtWLFDDOOLEHUDOLVPRFRPRFREHUWXUDMXUtGLFRIRUPDOGHODIRUPDSDUFLDO\OLPLWDGDHQTXHVH
FRQFUHWDODOLEHUWDGHQODFLYLOL]DFLyQGHOFDSLWDOYpDVH,(OODFXUtD´(QWRUQRDOFRQFHSWR\DODLGHDGHOLEH-
UDFLyQµ GP +ORNKECEKQPGU UQEKCNGU [ RQNÈVKECU FG NC VGQNQIÈC FG NC NKDGTCEKÎP 0DGULG (VFXHOD GH (VWXGLRV
+LVSDQRDPHULFDQRV ,QVWLWXWR GH )LORVRItD SS 5HLPSUHVR HQ Revista Latinoamericana de
6GQNQIÈC, n.º 30, 1993, pp. 213-232.
,(OODFXUtD´7HRORJtDGHODOLEHUDFLyQ\PDU[LVPRµ4GXKUVCNCVKPQCOGTKECPCFGVGQNQIÈC, n.º 20, 1990, p. 123.
82. +DKF p. 123.
realidad es siempre aprehendida sentiente- físico85, a lo que es real, para dar cuenta de
mente en impresión de realidad y porque hay la estructura formal y última de la realidad
una apertura transcendental a la realidad en en cuanto tal. En este sentido, a la metafísica
tanto que realidad. Desde un punto de vista le corresponde el estudio de los modos de
físico-metafísico, porque si bien la realidad es realidad a partir del análisis de la diversidad de
conceptuada como estando subtendida diná- las cosas reales concretas. La metafísica no es
micamente por la materia, no reduce todo a por ello una ultra-física (Platón y Aristóteles)
ser mera materia. “Este dar a la materia y a la ni una trans-física (filosofía medieval), sino
condición material del hombre todo lo que es una física, una física transcendental86. Ellacuría
de la materia, sin que ello implique reducir la entiende desde el principio que Zubiri no
realidad ni el hombre a límites estrictamente crítica las metafísicas anteriores para proponer
cerrados, es uno de los mayores logros del una más, sino que pretende transformar el
pensamiento zubiriano”83. contenido y el significado mismo de la metafí-
sica, partiendo de la idea de que lo metafísico-
Para entender la concepción de la meta- transcendental solo se puede constituir a partir
física en Zubiri, hay que comprender que de su fundamento físico-material. La metafísica
desde la inteligencia sentiente el orden trans- no es ir más allá de lo físico, consistiendo el ir
cendental, esto es, el orden de la realidad en más allá en la instauración de una verdadera
tanto que realidad, se actualiza como un orden realidad ideal frente a la apariencia empírica,
físico, una dimensión real y efectiva que tienen sino que consiste ante todo en lo que Zubiri
las cosas, dimensión que se hace inmediata- denomina precisamente física trascendental,
mente presente en la impresión de realidad esto es, en la constatación de que tanto lo
como formalidad propia de la inteligencia real como lo transcendental son formalmente
sentiente. El orden transcendental no es, por físicos. Es más, no son dos cosas distintas, sino
consiguiente, el sistema de conceptos más dos momentos de la misma realidad física.
universales y comunes que puede tener acerca Por ello, Zubiri afirma que lo metafísico como
de las cosas reales, sino que es la estructura estudio de la dimensión transcendental de las
de la formalidad de realidad tal como me cosas es “lo físico mismo como trans”87.
está dada físicamente en la impresión de
realidad84. De aquí se desprende que no haya La metafísica estudia, pues, lo que de real
dos órdenes yuxtapuestos, el mundo sensible hay en las cosas y en el mundo, es decir, su
y el mundo inteligible, sino que ambos están momento transcendental, pero entendiendo
funcionalmente implicados, y su implicación que no se trata de una transcendentalidad a
se me hace inmediatamente presente en la priori y conclusa, sino a posteriori y abierta;
impresión de realidad. de una transcendentalidad dinámica. Como
las cosas reales son estructurales y dinámicas
Por esta razón, en el conocimiento meta- ello hace que el orden transcendental tenga
físico de la realidad, hay que atenerse a lo un peculiar carácter estructural y dinámico88.
,(OODFXUtD´$SUR[LPDFLyQFRPSOHWDDODREUDGH=XELULµS
,(OODFXUtD´/DLGHDGHÀORVRItDHQ;DYLHU=XELULµS
´)tVLFRµHQ=XELULQRHVORQDWXUDOFRPRORRSXHVWRDORWpFQLFRRDUWLÀFLDO)tVLFRQRHVWDPSRFRRJ[UKU, lo
TXH WLHQH QDWXUDOH]D SURSLD )tVLFR HV VLQyQLPR GH UHDO HQ HO VHQWLGR HVWULFWR GHO YRFDEOR ´5HDOLGDG ItVLFD
es realidad qua UHDOLGDG SRU WDQWR VX FDUiFWHU ItVLFR HV eo ipso XQ FDUiFWHU IRUPDOPHQWH PHWDItVLFRµ ;
Zubiri, 5QDTGNCGUGPEKC, 296. Véase también, X. Zubiri, +PVGNKIGPEKCUGPVKGPVG, p. 22: “Físico es el vocablo
RULJLQDULR\DQWLJXRSDUDGHVLJQDUDOJRTXHQRHVPHUDPHQWHFRQFHSWLYRVLQRUHDO6HRSRQHSRUHVWRDOR
PHUDPHQWHLQWHQFLRQDOHVWRHVDORTXHFRQVLVWHWDQVRORHQVHUWpUPLQRGHOGDUVHFXHQWDµ
86. X. Zubiri, +PVGNKIGPEKCUGPVKGPVGSSVV
;=XELUL+PVGNKIGPEKCUGPVKGPVG p. 129.
88. Cfr. X. Zubiri, 'UVTWEVWTCFKP¶OKECFGNCTGCNKFCF0DGULG$OLDQ]D(GLWRULDOSS
, (OODFXUtD &XUVR ´$QWURSRORJtD GH ;DYLHU =XELULµ 0HGHOOtQ &RORPELD &(6'( ´/D DQWURSRORJtD
ÀORVyÀFDGH;DYLHU=XELULµHQ3/DtQ(QWUDOJR HG *KUVQTKCWPKXGTUCNFGNCOGFKEKPC, Vol. VII, Barcelona:
(GLWRULDO6DOYDWSS´,QWURGXFFLyQFUtWLFDDDODQWURSRORJtDGH;DYLHU=XELULµ
,(OODFXUtD´3UHVHQWDFLyQµHQ4GCNKVCU+.
, (OODFXUtD WH[WR GHO FXUVR ´3HUVRQD \ &RPXQLGDG HQ =XELULµ $UFKLYR ,JQDFLR (OODFXUtD 8QLYHU-
VLGDG&HQWURDPHULFDQD8&$(VWHWH[WRVHSXHGHFRQVLGHUDUFRPRHOSULPHUERUUDGRUGHVXOLEUR(KNQUQHÈC
FG NC TGCNKFCF JKUVÎTKEC (Q GLFKR WH[WR (OODFXUtD FRPLHQ]D FRQ HO HVWXGLR GH OD VRFLHGDG \ GH OD KLVWRULD
FRPRPDUFRSDUDHQWHQGHUHQVXFRQFUHFLyQORTXHHVODUHDOLGDGSHUVRQDOSURVLJXHFRQHOHVWXGLRGHOD
persona, su estructura y sus dinamismos, y concluye con el estudio de las dimensiones individual, social e
KLVWyULFDGHOVHUKXPDQR(QHOWH[WRGHOFXUVR´ÀORVRItDGHODKLVWRULDµGHHQOD8&$DSDUHFHQSUiF-
WLFDPHQWHORVPLVPRVFRQWHQLGRVVRORTXHDKRUDUHHVWUXFWXUDGRVHQVHQWLGRLQYHUVRLQLFLDFRQHODQiOLVLV
de la materialidad de lo real y prosigue con el estudio de la persona y la sociedad, para concluir con el
DQiOLVLVGHODHVWUXFWXUDGHODKLVWRULD
'HVGHHOKRUL]RQWHGHODKLVWRULFLGDGODUHODFLyQGHORGLYLQR\ORKXPDQRQRSXHGHSHQVDUVHHQWpUPLQRV
GHQDWXUDOH]D\VREUHQDWXUDOH]DTXHVHUtDXQDUDFLRQDOL]DFLyQGHHVDGLIHUHQFLDHQWpUPLQRVJULHJRVVLQR
HQWpUPLQRVGHOLEHUDFLyQ\GHWUDQVFHQGHQFLDKLVWyULFDHQWHQGLGDHVWDHQWpUPLQRVHVWUXFWXUDOHVHVWRHV
QRFRPRXQVDOLUVHGHVLQRFRPRXQDKRQGDU\WRWDOL]DUHQODSURSLDUHDOLGDG
(VWHFDPELRORGHVWDFDHQVXDUWtFXOR´,QWURGXFFLyQFUtWLFDDODDQWURSRORJtDGH=XELULµSQRWD
98. I. Ellacuría, (KNQUQHÈCFGNCTGCNKFCFJKUVÎTKECS'HDFXHUGRDVXSUR\HFWRRULJLQDOVXOLEURKDEUtDGH
KDEHU DEDUFDGR YDULRV FDStWXORV DGHPiV GH ORV FXDWUR FRQWHQLGRV HQ HO WH[WR RULJLQDO (OODFXUtD SHQVDED
GHGLFDU XQR GH HOORV DO WHPD GHO VXMHWR GH OD KLVWRULD RWUR DO VHQWLGR GH OD KLVWRULD \ XQ ~OWLPR FDStWXOR
FRQFOXVLYRVREUHODSUD[LVKLVWyULFDGHODOLEHUDFLyQ
&RPRVHxDOD-6REULQRHVWDYLVLyQGHODKLVWRULDVLHPSUHJUiYLGDGH´PiVµVLELHQHVXQDWHVLVTXH(OOD-
FXUtDIRUMD\IXQGDPHQWDWHyULFDPHQWHGHVGHODPHWDItVLFDGH=XELULUHVSRQGHSULPDULDPHQWHDXQDKRQGD
convicción personal, determinada por su fe cristiana en el misterio de Dios, en el &GWU UGORGT OCKQT,
H[SUHVDGR HQ OHQJXDMH GH WUDQVFHQGHQFLD \ HQ HO 'LRV GH -HV~V H[SUHVDGR HQ OHQJXDMH EtEOLFR 9pDVH
- 6REULQR ´,JQDFLR (OODFXUtD HO KRPEUH \ HO FULVWLDQR %DMDU GH OD FUX] DO SXHEOR FUXFLÀFDGRµ ,, Revista
riencia personal del problema humano tal y objetividad y realidad de lo histórico. Frente
como se daba en la praxis histórica real de la a la coseidad objetiva del mundo natural
realidad latinoamericana en la décadas de los se afirma la especificidad de lo humano,
setenta y los ochenta. pero frente a la subjetividad de lo humano-
individual se afirma lo humano histórico. Esta
En esa época, la politización del mundo dimensión de lo humano histórico engloba la
histórico iba adquiriendo mayor relieve en el dimensión natural y la dimensión individual.
caso de América Latina a partir de la índole No es idealista-subjetivista, pero tampoco
estructural de su situación de dependencia y materialista-colectivista”100.
subdesarrollo, como situación condicionante
que determinaba los límites y posibilidades de Esta politización también ponía en primer
acción y comportamiento de los individuos y plano “la cuestión social”, que se convertía
del desarrollo de los pueblos involucrados y las así en la cuestión en la que todas las demás
formas que este podría adquirir; pero también, cuestiones “toman su realidad y su significado
a partir de la emergencia de movimientos total y concreto”101. En la cuestión social está
populares de liberación en el continente que implicado el problema de la realización plena
buscaban transformar la realidad sociopolítica del ser humano y de la historia y el problema
para propiciar una nueva totalidad histórica. de la liberación histórica como proceso de
revelación y realización de la realidad. En
En este contexto histórico, Ellacuría orienta este sentido, la politización se identificaba
su reflexión hacia lo político, por cuanto la para Ellacuría con “el intento de redención
apertura a la realidad en América Latina de la situación catastrófica de la humanidad,
pasaba en ese momento por lo político como del hombre social [...] de querer salvar a
dimensión condicionante de cualquier proceso los hombres en su más concreta realidad
particular y de cualquier otra dimensión, sea histórica”102. Si la historia ha surgido como un
social, económica o cultural. A los ojos de proceso de liberación desde la naturaleza, la
Ellacuría, la politización que experimentaba politización debe dar paso a una nueva tota-
la realidad latinoamericana verificaba en la lidad que haga irrumpir “en la naturaleza no
praxis la tesis de la importancia metafísica de solo una libertad individual, sino una libertad
la historia, a la vez que ponía en evidencia la colectiva o social —con sus condiciones— sin
insuficiencia y la parcialidad de las posiciones las que aquella es pura ficción formal”103.
naturalistas o subjetivistas. El mundo concre-
tamente real es el mundo histórico, donde Es esta implicación de lo político con la
el sujeto de la historia ya no es el individuo totalidad del mundo humano lo que justifica
aislado, sino la sociedad, condicionada en para Ellacuría la relación de la filosofía con
su desarrollo por un proceso sociopolítico lo político, y la necesidad de que la filosofía
determinado. Hay así “un claro sobrepasa- contribuya, desde su propia especificidad a
miento de posiciones subjetivistas hacia la la liberación histórica, ejerciendo un logos
.CVKPQCOGTKECPC FG 6GQNQIÈC Q S (VWR H[SOLFDUtD OD FRQVWDQFLD HQ OD HYROXFLyQ ÀORVyÀFD
GH(OODFXUtDGHVXHVIXHU]RSRUIXQGDPHQWDUODDSHUWXUDKXPDQDDODWUDVFHQGHQFLD+D\GHVWDFDUTXHHVWD
FXHVWLyQ IXH HO SUREOHPD FHQWUDO TXH LQWHQWy UHVROYHU (OODFXUtD HQ VX HWDSD MXYHQLO D WUDYpV GH OD VtQWHVLV
HQWUHODHVFROiVWLFD\HOYLWDOLVPR\TXHVRORGHVSXpVGHODOHFWXUDGH5QDTGNCGUGPEKC, encontró un prin-
FLSLRGHVROXFLyQTXHOROOHYyMXVWDPHQWHDUHDOL]DUVXWHVLVGRFWRUDOVREUHGLFKDREUDGH=XELUL
, (OODFXUtD ´7HVLV VREUH SRVLELOLGDG QHFHVLGDG \ VHQWLGR GH XQD WHRORJtD ODWLQRDPHULFDQDµ en Vargas
0DFKXFD$ HG 6GQNQIÈC [ OWPFQ EQPVGORQT¶PGQ JQOGPCLG C -CTN 4CJPGT 0DGULG &ULVWLDQGDG
p. 339.
101. +DKF p.340.
102. I. Ellacuría, 6GQNQIÈCRQNÈVKEC6DQ6DOYDGRU6HFUHWDULDGR6RFLDO,QWHUGLRFHVDQRS
103. +DKF p. 5.
histórico para que pueda realizar adecuada e derse como praxis [...]. La praxis, así entendida,
historizadamente su función liberadora, según tiene múltiples formas tanto por la parte del
las exigencias de la realidad latinoamericana, todo que en cada caso es su sujeto más propio,
configurada cuantitativa y cualitativamente por como por el modo de acción y el resultado que
lo que es la realidad de sus mayorías popu- propicia. Pero, en definitiva, la actividad de la
lares. Esto es lo que se plasma en su artículo realidad histórica es la praxis entendida como
“Función liberadora de la filosofía” (1985). totalidad dinámica.104
,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS
105. +DKF p. 63
En principio, ningún tipo de actividad Así como Ellacuría admite una pluralidad
humana está excluido en la reflexión filosófica de praxis, también admite formas diversas
de la praxis histórica. En cuanto “la praxis es de filosofar y de filosofías específicas, así
la totalidad del proceso social en cuanto trans- como de teorías y discursos plurales, para
formador de la realidad tanto natural como distintas etapas y situaciones históricas, sin
histórica”106, abarca todas las formas del hacer que esto suponga la ruptura de la unidad,
humano, ya sean especulativas, sociales, esté- múltiple y compleja, pero unitaria de la praxis
ticas, religiosas, educativas, lúdicas o técnicas. histórica108. Es decir, es necesario que se
Si bien es cierto que Ellacuría privilegia en su constituyan otro tipo de discursos de carácter
propuesta filosófica las praxis históricas de libe- liberador, además del discurso filosófico:
ración, esto es, las praxis que actúan o pueden discursos teológicos, científicos, artísticos,
actuar como productoras de estructuras nuevas poéticos, literarios, etc. Si bien la filosofía es
más humanizantes y personalizadoras, no es una forma crítica y radical de saber, no es lo
dogmático en este sentido, porque siempre supremo como saber, y debe abrirse y trabajar
exigirá que el filósofo revise críticamente el interdisciplinariamente con las otras formas de
presunto carácter liberador de la praxis que ha saber en la tarea de liberación y humanización
determinado como la más posibilitante entre de la realidad histórica.
las posibles en una situación histórica determi-
nada, y que guarde la distancia crítica debida En la medida en que la praxis histórica
para que la filosofía no pierda su autonomía y integra como momento intrínseco suyo a la
no se politice, por consiguiente, de una forma teoría, la filosofía aparece como un momento
inadecuada ni se ideologice. teórico de la praxis histórica. Ya señalé antes
que, para Ellacuría, la relación entre teoría
Además, estas praxis liberadoras no nece- y praxis no es una relación extrínseca ni de
sariamente tienen que ser de carácter político o oposición, sino una relación estructural de
socioeconómico: “que unas formas de praxis, co-determinación; por ser la inteligencia
por ejemplo, la praxis política o la praxis econó- sentiente no hay praxis que no tenga un
mica, puedan tener mayor eficacia inmediata momento intelectivo y no hay momento inte-
en algún tipo de transformación de la sociedad, lectivo que no suponga algún tipo de transfor-
no es prueba de que la hayan de tener siempre mación práctica de lo real. Y este momento
ni, menos aún, que agoten toda la necesidad intelectivo de la praxis puede darse bajo
de transformaciones reales”107. Para Ellacuría, formas más o menos difusas, más o menos
la praxis histórica es una realidad unitaria y irreflexivas o, al contrario, bajo formas más o
compleja, y se desarrolla en diversos niveles menos conscientes, reflexivas y explícitamente
(personal, cultural, religioso, económico, polí- sistematizadas en las formas teóricas. “No
tico, local, nacional, mundial, etc.); cada uno hay, pues, algo así como una praxis teórica,
de estos niveles, como realidades históricas, sino que hay distintos momentos teóricos de
comportan tiempos y procesos distintos y la praxis que los engloba y da sentido; en
se relacionan entre sí de maneras diversas y cuanto son momentos de esa praxis total sobre
cambiantes. Y un sano realismo exigirá que se la cual inciden y en cuanto pueden autono-
tengan en cuenta todos esos aspectos a la hora mizarse manteniéndose activos y eficientes
de discernir críticamente la tarea de la filosofía puede hablarse derivadamente de una praxis
en una praxis liberadora. teórica”109.
106. +DKFS
,(OODFXUtD(KNQUQHÈCFGNCTGCNKFCFJKUVÎTKEC, p. 596.
,(OODFXUtD´(OREMHWRGHODÀORVRItDµS
,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS
pueda contribuir a la creación de una nueva Desde esta perspectiva, no hay ni puede
conciencia liberadora que sea operativa en haber productos filosóficos histórica y política-
esta línea, “pero no por eso se debe caer en el mente neutros. Por esta razón, el filósofo debe
espejismo de pensar que un cambio de ideas preguntarse, en cada momento del proceso
es un cambio de realidad o que un cambio de histórico, a quiénes y a qué acciones favorecen
intención —la pureza de la intención— basta sus reflexiones. La filosofía, al ser momento de
para cambiar la realidad. No es de despreciar, la praxis, siempre está situada en un ámbito
incluso como momento práxico, lo que puede de realidad más amplio que la contextualiza
suponer la filosofía en el proceso mental de y la determina, y esto es un hecho que no
personas y de sectores sociales que son impor- se puede soslayar en el punto de arranque
tantes para el cambio social; tampoco es de de una reflexión filosófica con pretensiones
despreciar lo que la filosofía puede aportar liberadoras. Lo cual no significa negar que la
a la lucha ideológica, la cual es a su vez un filosofía “como toda forma auténtica de saber,
elemento esencial de la praxis histórica. Pero por su propio carácter teórico y por su relativa
ni la refutación ideológica ni la construcción de autonomía tiene posibilidades y exigencias que
una nueva ideología son de por sí suficientes son independientes de cualquier praxis social
para cambiar un orden social y el cambio determinada dentro de ciertos límites que
ideológico puede convertirse en pretexto para pueden ser cambiantes”116. De hecho, según
que no se dé el cambio real”114. Ellacuría, en el propio ejercicio del filosofar se
da una función liberadora en el mero plano
La filosofía, pues, como momento teórico intelectivo que está vinculada a la pura forma-
de la praxis histórica, no es para Ellacuría una lidad de sus operaciones metodológicas, que
ciencia pura, sino una ideología, tomando incluso permite la corrección de otros tipos
el término en su sentido no peyorativo. Esto de discursos. Pero, aun admitiendo esto, la
significa que la reflexión filosófica está confi- pura autonomía de la filosofía no es suficiente
gurada por intereses prácticos tanto en la para que esta pueda desplegar su potencial
selección de los temas y en el modo de enfo- liberador, si no asume conscientemente su
carlos y de desarrollarlos. “Hay que reconocer dependencia de la praxis. De lo contrario, en
que el horizonte de intereses, preocupaciones, lugar de convertir la ideología en una reflexión
anhelos, etc., y, sobre todo, la presión social crítica y sistemática de la praxis, la filosofía
limitan y potencian sus preguntas y aun la puede degradarse en una ideologización más,
orientación de sus respuestas; y esto respón- en ser un puro reflejo de la praxis misma117.
dase positivamente y favorablemente a esos
condicionamientos o respóndase negativa y Asumiendo lo anterior, se puede sostener
críticamente”115. Y aun cuando el intelectual razonablemente que el proyecto de filosofía de
no pretenda conscientemente una finalidad la liberación de Ellacuría no pretende ser un
política-práctica, es claro que su reflexión proyecto únicamente válido para la realidad
carga con todos los atributos de lo que es latinoamericana, sino que busca constituirse
la inteligencia humana como inteligencia también en una propuesta válida para hacer
sentiente y lo que le compete por estar al una filosofía liberadora en otras regiones del
servicio de la vida, esto es, el de ser una ejer- planeta, por cuanto comporta la tesis de la
cicio racional que se lleva a cabo desde una historicidad de toda filosofía como momento
realidad limitada e interesada y al servicio de de la praxis histórica y la posibilidad y nece-
unos intereses determinados. sidad de asumir la liberación en la propia
,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS
115. Ibid., p. 56.
116. Ibid., p. 56.
+DKF p. 63.
realidad histórica, de acuerdo a sus propias supone siempre una perspectiva y una opción
peculiaridades y problemáticas 118. Incluso previa. Y esta opción, aunque está condicio-
para Ellacuría, la exigencia de construir una nada por factores personales, también tiene
filosofía de la liberación que colabore en la forzosamente caracteres sociales e históricos. Y
superación de la injusticia estructural que el lugar por el que se haya optado para ejer-
caracteriza el actual orden mundial no es el fin citar la reflexión filosófica determinará el tipo
de la filosofía, sino un momento de su histori- de problemas, los conceptos y las categorías
cidad, exigida por la situación catastrófica en apropiadas, los métodos y, en definitiva, el
la que se encuentra la humanidad expresada horizonte de toda la actividad filosófica. Así,
en la existencia de mayorías populares y de no es lo mismo filosofar desde las ciencias,
pueblos oprimidos, en el contexto actual de desde la cultura, desde el lenguaje o desde la
la civilización del capital. Pero en otra altura realidad personal que filosofar desde la praxis
procesual de la realidad histórica, donde no histórica. En cada caso se producirán filosofías
haya injusticia estructural, necesariamente distintas no solo desde un punto de vista ético,
deberá emerger otro tipo de filosofía libera- sino también teórico. En este sentido, “el lugar
dora menos centrada en esta problemática es excluyente, pues es el desde donde se filo-
y más preocupada en la resolución de otros sofa, lo cual no obsta para que en el ejercicio
problemas119 y, por tanto, exigida a insertarse del filosofar se utilicen recursos que son más
en otro tipo de praxis liberadoras, con otras propios de otros lugares. Pero la utilización de
modalidades y con metas distintas, y con otros esos recursos quedará situada y totalizada por
sujetos de la liberación. el lugar primario desde el que se filosofa”121.
Dado que la reflexión filosófica siempre está Para Ellacuría esta ubicación también es
situada en un ámbito de realidad más amplio histórica, por lo que no está definido de ante-
que la condiciona, se hace necesario que mano cuál sea ese lugar en el cual el filósofo
en cada momento del proceso el filósofo se debe situarse. De ahí que Ellacuría afirme
ubique en el lugar sociohistórico adecuado que que “la determinación de ese lugar-que-da-
permita mejor la comprensión de la realidad verdad tiene en cada caso un momento de
y la contribución a la praxis liberadora. “No discernimiento teórico, aunque tiene también
solo para ser efectivos en la tarea liberadora, un momento de opción iluminada”122. Y esto
sino para ser verdaderos en ella y aun en el implica que la actividad teórica se vuelva críti-
propio filosofar, es menester situarse en el camente a la historia para delimitar las fuerzas
lugar de la verdadera liberación”120. El mismo y las acciones tanto liberadoras como domina-
carácter histórico e ideológico de la filosofía, doras. Para Ellacuría, lo importante en cada
determina que “el desde donde” se haga el situación histórica es optar por la perspectiva
ejercicio filosófico sea un criterio decisivo para de la liberación y de la libertad “no solo por lo
la diferenciación de las filosofías y para valorar que tiene de tarea ética como lugar privilegiado
su contribución a la liberación. Para Ellacuría, de realidad y realización del hombre y de la
la filosofía, por su mismo carácter práxico, humanidad, sino por lo que tiene de potencia-
siempre tiene un carácter opcional se tenga o lidad teórica tanto en la fase creativa como en
no conciencia de ello. Todo pensar filosófico la fase crítica desideologizadora; la historia así
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1999, pp. 289 ss.
-6ROV/XFLD.CVGQNQIÈCJKUVÎTKECFG+IPCEKQ'NNCEWTÈC p. 292.
,(OODFXUtD´)XQFLyQOLEHUDGRUDGHODÀORVRItDµS
121. +DKF p. 60.
122. +DKF p. 60
entendida no es que sea maestra de la vida, puede ser paradójica. Sin embargo, contra
sino que es maestra de la verdad”123. la sabiduría griega y occidental, “la locura de
la cruz” es uno de los lugares dialécticos por
Ahora bien, en el momento presente de la antonomasia, “no para negar la sabiduría en
realidad histórica, el lugar de la “verdadera general, sino un modo de sabiduría que preci-
liberación”, afirma Ellacuría, lo constituyen samente está elaborado sea desde los crucifi-
aquellas fuerzas sociales que conforman “la cadores activos, sea desde quienes no están
contradicción principal de las fuerzas que son interesados por el fenómeno masivo de la
responsables principales de la dominación y crucifixión histórica de la humanidad”127. Y en
opresión”124. Si bien esta afirmación es discu- la medida en que la filosofía instale su filosofar
tible en el plano estrictamente político, no está en la cruz de la historia, el método dialéctico
planteada en términos estrictamente políticos, queda fundamentado, según Ellacuría, ya no
sino en términos ideales-reales. Esto significa como un método lógico ni como un método
que, aunque en el plano de la acción política universal, aplicable a la naturaleza y a la
aquellas fuerzas no sean siempre las que mejor historia, como quiere Hegel, sino como un
puedan contribuir a la liberación, en el movi- “método que sigue la historia y que la historia
miento teórico que busca la realidad última, impone a quien la quiera manejar”128.
“situarse en el terreno de la contradicción
principal es un arbitrio muy razonable” tanto Las características históricas de la cruz
por razones de efectividad liberadora como pueden ser muy distintas según la altura
por razones epistemológicas, en cuanto es el procesual de la realidad histórica y según la
punto de partida adecuado para la búsqueda situación de los pueblos y de las personas.
de “una verdad que realmente libere de lo que Pero en la actualidad, y vista la historia desde
realmente oprime y reprime”125. la realidad de las mayorías populares, “parece
indiscutible que la cruz tiene unos trazos bien
En esta línea se puede hablar, según precisos, reconocibles inmediatamente por la
Ellacuría, de la constitución de una filo- configuración de los crucificados de la tierra,
sofía cristiana, no porque pretenda poner la que son las inmensas mayorías de la huma-
reflexión filosófica al servicio de las directrices nidad, despojadas de toda figura humana,
doctrinales de alguna autoridad eclesiástica o no en razón de la abundancia y de la domi-
al servicio de lo que se considera una verdad nación, sino en razón de la privación y de la
inmutable, sino porque instala su filosofar “en opresión a las que se ven sometidos”129.
el lugar privilegiado de la verdad de la historia
que es la cruz como esperanza y liberación”126. En este sentido, la tesis de la cruz como
Desde el punto de vista cristiano, la cruz como lugar privilegiado para encontrar la verdad
categoría general e histórica simboliza el lugar histórica no significa afirmar, como lo postula
donde se experimenta la opresión y la muerte Heidegger, que la nada descubre el ser o que
de la humanidad, “la crucifixión del pueblo desde la nada se hacen creativamente todas
bajo forma de dominación y de explotación”. las cosas —ex nihilo omne ens qua ens fit—,
Y en este sentido, no hay duda de que la sino que hay “quien haga de la nada el ser”
elección de la cruz para encontrar la verdad y que, por lo tanto, el ente no puede salir de
la nada, sino que “hay que hacerlo, aunque significa adoptar la actitud radical del filosofar
sea de la nada, esa nada que a nosotros se mismo y extenderla a la propia vida. En este
nos presenta como negación y aun como sentido, la filosofía no es un mero ejercicio
crucifixión”130. intelectual extrínseco a la vida del filósofo y a
los problemas que enfrenta vitalmente en su
En la contribución de Ellacuría al proyecto situación. Esta visión de la filosofía supone que
de una filosofía de la liberación, se puede el filósofo se involucre vital y existencialmente
destacar la importancia de su reflexión sobre con la develación y revelación de la realidad
la praxis histórica, de su concepción de la que se le hace presente como problema en su
estructura de la realidad histórica, de su propia experiencia vital e histórica.
interpretación de las relaciones entre teoría y
praxis, de su visión del sujeto de la historia, Pues bien, esta realidad se le presentaba a
así como la relevancia de sus ideas sobre la Ellacuría en los últimos años de su vida con
esencial historicidad y politicidad de la filosofía una radical negatividad, como una realidad
e incluso de su idea misma de liberación. Pero dominada por un mal común, “un mal que,
su contribución no solo se redujo a estas tesis. definiéndose negativamente como no realidad,
Ellacuría vivió lo que inspiraba su produc- es el que aniquila y hace malas todas las
ción intelectual. Como lo expresó un teólogo cosas, pero que en razón de la víctima negada
norteamericano131, él vivió en el punto donde puede dar paso a una vida nueva, que tiene
se interceptan la teoría y la praxis, donde caracteres de creación”133. Y si esto es así,
la razón y la compasión se dan de la mano. la liberación ya no es un puro tema externo
La totalidad de su vida y de su pensamiento a la reflexión del filósofo y en torno al cual
adquirió a la vez la triple característica de inte- construye argumentos para fundamentar su
ligencia, compasión y servicio. En la medida necesidad o su bondad, sino algo que atañe
en que su producción intelectual no se limitó a su propia vida, y que asume, por tanto,
simplemente a hacer avanzar el logos, su como un principio constitutivo de su propia
filosofía y su teología estaban inspiradas por existencia. Por ello, se puede decir que en el
un intellectus misericordiae (Jon Sobrino), un caso de Ellacuría, como en el de Sócrates, la
intelecto compasivo. Pero como esa compa- filosofía no solamente fue una tarea intelectual,
sión debe ser historizada según sea la opre- sino fundamentalmente una forma de vida. O
sión que se debe erradicar, se debe hablar como lo expresa el mismo Ellacuría:
con mayor precisión de la filosofía (y de la
teología) de Ellacuría como intellectus iustitiae, Lo esencial es dedicarse filosóficamente a la
intellectus liberationis. Y por ello le era esen- liberación más integral y acomodada posible
cial a su pensamiento relacionar el intellectus de nuestros pueblos y nuestras personas; la
con una praxis liberadora, como quiera que se constitución de la filosofía vendrá entonces por
formulara esta132. añadidura. Aquí también la cruz puede conver-
tirse en vida.134
Esto nos remite a la idea de filosofía que
Ellacuría empezó a forjar desde su etapa Consecuente con esta postura, Ellacuría
juvenil, según lo apunte al principio de este optó por vivir en el mundo de los desposeídos
artículo. La filosofía como forma de vida y los crucificados de la tierra, se ubicó cons-
cientemente en el lugar de la realidad histórica este sentido, no solo su filosofía sino también
donde no había posibilitación sino opresión, su praxis y su destino dan mucho que pensar
que es el lugar de las víctimas despojadas de y pueden ser también, para todos, una exhor-
toda figura humana, y por él dio su vida. En tación para actuar.