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Iglesia Reformada en Acarigua-Araure

Escuela bíblica

La biblia. Su estudio.

El estudio de la Biblia muchas veces queda a un lado. Las excusas que han pasado a ser mitos son:
que la Biblia es tan difícil de entender que solo los teólogos con muchos conocimientos y
preparación técnica pueden manejar las Escrituras y que la Biblia es aburrida.

En el siglo XVI, los reformadores afirmaron que la Biblia era clara (perspicuidad) y lúcida. Es lo
suficientemente sencilla para que cualquier persona letrada pueda entender su mensaje básico.
Fallamos en nuestro deber de estudiar la Palabra de Dios, no tanto porque sea simple y aburrida
sino porque es trabajo.

La Biblia misma tiene mucho que decir en cuanto a la importancia de estudiar la Biblia. En
Deuteronomio 6:6-9 Dios soberanamente ordena que su Palabra sea enseñada tan diligentemente
que penetre el corazón. 2 a Timoteo 3:14-17 es una exhortación tan básica para que comprendamos
la importancia del estudio bíblico que nos ordena un cuidadoso escudriñamiento.

Aunque se puede aprender mucho de Dios por medio de un estudio de la naturaleza, es la


revelación de Él mismo en la Escritura la más completa y valiosa para nosotros. Cuando hablamos
de revelación nos estamos refiriendo al principio básico de la autorrevelación divina. En la Biblia
Dios se revela a sí mismo.

Hay personas que desdeñan cualquier tipo de búsqueda de conocimiento teórico de Dios,
insistiendo mas bien en ser “prácticos”. Nada podría ser más práctico que la Palabra de Dios pues
procede de una teoría que se establece de la perspectiva eterna.

La Biblia está dirigida primordialmente, aunque no exclusivamente, a nuestro entendimiento. Esto


resulta difícil de comunicar a los cristianos modernos que están viviendo en lo que podría ser el
periodo más antiintelectual de la civilización accidental. El cristiano sensual es el que vive por los
sentimientos mas que por su entendimiento de la Palabra de Dios. Su vida cristiana es solamente
tan efectiva como la intensidad de los sentimientos en ese momento. La vida cristiana no debe ser
una vida de meras conjeturas o racionalismo frío; debe ser una vida de pasión vibrante. Pero esos
sentimientos pasionales son una respuesta a lo que con nuestras mentes entendemos que es verdad.
Debemos hacer lo que Dios dice, nos guste o no. Eso es de lo que se trata el cristianismo. La razón
principal por la que debemos estudiar la Biblia es porque es nuestro deber. Es una obligación por
mandato divino de estudiar diligentemente la Palabra de Dios.

Para interpretar las Escrituras

En primer lugar, el intérprete de las Escrituras debe poseer una mente sana y bien equilibrada; ésta
es condición indispensable, pues la dificultad de comprensión, el raciocinio defectuoso y la
extravagancia de la imaginación, son cosas que pervierten el raciocinio y conducen a ideas vanas
y necias.

La Biblia viene a nosotros en la forma del lenguaje humano, apela a nuestra razón y juicio; invita
a la investigación y condena una incredulidad ciega. Debe ser interpretada como cualquier otro
volumen, mediante una rígida aplicación de las mismas leyes del lenguaje y el mismo análisis
gramatical.

Pero es conveniente que el expositor de la Palabra de Dios cuide de que todos sus principios y sus
procedimientos de raciocinio sean sanos y tengan consistencia propia. No debe colocarse sobre
premisas falsas. Debe abstenerse de dilemas que acarrean confusión. Sobre todo, debe evitar el
precipitarse a establecer conclusiones faltas del debido apoyo. El intérprete también debe ser capaz
de exponer a otros, en forma vívida y clara, lo que él entiende.

El intérprete debe tener un deseo sincero de alcanzar el conocimiento de la verdad y de aceptarla


cordialmente una vez alcanzada. El amor de la verdad debiera ser ferviente y ardiente, de modo
que engendre en el alma entusiasmo por la Palabra de Dios. Finalmente, el expositor de la Biblia
necesita gozar de una comunión viva con el Espíritu Santo.
La hermenéutica

La hermenéutica es la ciencia que nos enseña los principios, métodos y reglas de interpretación.
Debemos distinguir entre la hermenéutica general y la especial. La primera se refiere a la
interpretación de toda clase de escritos; la última a cierta clase definida de producciones literarias.
La Hermenéutica Sacra posee un carácter muy especial, porque tiene que ver con el libro sin igual
en el mundo de la literatura, a saber, con la Biblia, la palabra inspirada de Dios. Solamente cuando
estemos de acuerdo con el principio de la inspiración divina de la Biblia, podremos mantener el
carácter teológico de la Hermenéutica Sacra.

Su tarea especial consiste en señalarnos la manera en que podemos superar la distancia que hay
entre un autor y sus lectores.

En el estudio de la Biblia también debemos aprender a conocer la mente del Espíritu. La necesidad
de estudiar hermenéutica se desprende de varias consideraciones:
(1) El pecado ha oscurecido el entendimiento del ser humano y ejerce una perniciosa influencia en
su vida mental. Por lo tanto, es necesario hacer esfuerzos especiales para preservarla del error.
(2) Los seres humanos se diferencian uno de otro en muchas cosas, lo cual causa divergencias
mentales. Por consiguiente, es muy importante que estudiemos hermenéutica porque sólo el
estudio inteligente de la Biblia nos proveerá del material que necesitamos para construir teología.

Referencias
R. C. Sproul. Cómo Estudiar e Interpretar la Biblia.
M. S. Terry. La Hermenéutica.
Luis Berkhof. Principios de Interpretación Bíblica.

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