Está en la página 1de 4

Clase 1:

INTRODUCCIÓ
INTRODUCCIÓN A LA HERMENÉU
HERMENÉUTICA
ÉUTICA BÍBLICA

Se dice que la palabra hermenéutica tiene su origen en el nombre Hermes, el dios griego que servía como mensajero
de los dioses, transmitiendo e interpretando sus comunicaciones a sus afortunados, o con frecuencia desafortunados,
destinatarios.
En su sentido técnico, se define la hermenéutica como la ciencia y el arte de la interpretación bíblica. Se le
considera ciencia porque tiene reglas que pueden clasificarse en un sistema ordenado. Se le considera arte porque su
comunicación es flexible y, por tanto, pudiera distorsionarse el verdadero sentido de una comunicación si se aplican las
reglas de manera rígida y mecánica. Para ser un buen intérprete se deben aprender las reglas de la hermenéutica así
como el arte de aplicar tales reglas.
La teoría hermenéutica se divide en dos categorías: hermenéutica general y especial. La hermenéutica general es el
estudio de las reglas que rigen la interpretación de todo el texto bíblico. Incluye el análisis histórico-cultural, contextual,
léxico-sintáctico y teológico. La hermenéutica especial es el estudio de las reglas que se aplican a géneros específicos,
como parábolas, alegorías, tipos y profecía.

La necesidad de la hermenéutica.
hermenéutica.
Nuestra comprensión de lo que leemos u oímos generalmente es espontánea, pues las reglas por las que
interpretamos el significado ocurren automática e inconscientemente. Cuando algo bloquea esa comprensión
espontánea del significado, nos volvemos más conscientes del proceso que usamos para comprender. La hermenéutica
es esencialmente una codificación del proceso que por lo general aplicamos en un nivel inconsciente para comprender el
significado de una comunicación. Cuanto más bloqueo haya en la comprensión espontánea, tanto mayor será la
necesidad de la hermenéutica.
Cuando interpretamos la Biblia, hay diversos bloqueos a una comprensión espontánea del significado original del
mensaje. Hay un abismo histórico por el hecho de que nos hallamos ampliamente separados en el tiempo de los
escritores y lectores originales. En segundo lugar, hay un abismo cultural que resulta del hecho de que hay diferencias
importantes entre la cultura de los antiguos hebreos y la nuestra. Una teoría sugiere que es imposible para un
observador ser objetivo cuando estudia un fenómeno por que cada uno de nosotros mira la realidad a través de ojos
condicionados por nuestra cultura y una variedad de experiencias. No reconocer las diferencias entre nuestro ambiente
cultural y el de los tiempos bíblicos puede llevarnos a serios malos entendidos. Un tercer bloqueo es el abismo
lingüístico. La Biblia fue escrita en hebreo, arameo y griego; tres idiomas que tienen estructuras y modismos muy
diferentes de los nuestros.

El propósito de la hermenéutica.
hermenéutica.
En ocasiones podemos caer en decir con emoción: “No es necesario que se interprete la Biblia; solamente léala y
haz lo que dice”. Al fin y al cabo, cualquier persona puede leerla y entenderla. Esto es cierto, los cristianos debemos
leer la Biblia, creer en ella y obedecerla. No es un libro oscuro si se estudia y se lee debidamente.
El propósito de una buena interpretación no es descubrir lo que jamás nadie haya visto antes. Las interpretaciones
que tienen esto como objetivo, por lo general se pueden atribuir al orgullo. El propósito de la buena interpretación es
llegar al significado sencillo del texto. Esto le da paz a la mente y aliento al corazón.

Introducción a la Hermenéutica Bíblica Página 1


Pero, si el significado sencillo es lo que buscamos, ¿para qué interpretar?, ¿por qué no debemos solamente leer?, ¿el
significado sencillo no se encuentra solamente con la lectura? En cierto sentido, sí; pero en un sentido más amplio esto
es ingenuo e irreal por dos factores: la naturaleza del lector y la naturaleza de las Escrituras.

El lector como intérprete.


Aunque no se quiera, todo lector es al mismo tiempo un intérprete. Esto es, la mayoría de nosotros suponemos al
leer que también entendemos lo que leemos. También tenemos la tendencia a pensar que lo que nosotros entendemos
es lo mismo que propuso el Espíritu Santo o el autor humano. Sin embargo, siempre traemos al texto lo que somos, con
todas nuestras experiencias, cultura y comprensión anterior de palabras e ideas. Y a veces lo que traemos al texto, sin
intención, nos hace ponerle ideas extrañas.
Por ejemplo, hoy en día oímos la palabra “cruz” y todos los siglos de arte y simbolismo cristiano hacen que pensemos
en la cruz romana aunque es poco posible que esa fuera la forma de la cruz de Jesús, pues muy probablemente tenía la
forma de una “T”.
Cuando Pablo dice: “…y no satisfagáis los deseos de la carne” (Ro 13:14 - RV95), la gente mayormente piensa que
“carne” significa “cuerpo” y que Pablo se refiere a los “apetitos corporales”, todo lo que el cuerpo quiere. Pero esta
palabra, como Pablo la usa en este texto se refiere a la llamada “naturaleza pecaminosa”. Entonces, sin mala intención, el
lector interpreta al leer y desafortunadamente, con frecuencia interpreta de manera incorrecta.
La necesidad de interpretar correctamente también se hace evidente porque vemos a nuestro alrededor muchos
grupos religiosos que dicen sustentar sus doctrinas con la Biblia. Si no estamos preparados podemos ser presa fácil de
herejías.

La naturaleza de las Escrituras.


Una razón más importante para interpretar radica en la naturaleza de la Escritura. La Biblia es al mismo tiempo
“humana” y divina. Como la Biblia es la Palabra de Dios, tiene relevancia eterna; habla a toda la humanidad, en todas
las épocas y culturas. Debemos escucharla y obedecerla. Ahora, como Dios decidió presentar su Palabra a través de
palabras humanas en la historia, cada libro de la Biblia tiene una particularidad histórica, condicionado por el idioma, el
tiempo y la cultura en que fue escrito originalmente. La interpretación de la Biblia es una exigencia debido a la tensión
que existe entre su relevancia eterna y su particularidad histórica.
Hay quienes creen que la Biblia es un libro meramente humano. Para estas personas, la tarea de interpretación se
limita a la curiosidad histórica. El interés está en las ideas religiosas de los judíos, de la iglesia primitiva, etc. Su tarea es
histórica. Las preguntas que hacen se limitan a: ¿qué significaban estas palabras para las personas que las escribieron?
¿Qué pensaban acerca de Dios?
Hay otros, por el contrario, que piensan que la Biblia es solamente un libro de relevancia eterna. Entonces la
consideran como una colección de proposiciones para ser creídas y mandatos para ser obedecidos. Hay, por ejemplo,
quienes con base en Deuteronomio 22:5: “La mujer no se pondrá ropa de hombre”, dicen que la mujer no debe usar
pantalones. Pero, la misma gente no toma al pie de la letra los otros mandatos de esa misma lista: “Cuando edifiques una
casa nueva, construye una baranda alrededor de la azotea (v.8)”, “cuando plantes en tu viña, no mezcles diferentes
clases de semilla (v.9) y “pon cuatro borlas en las puntas del manto con que te cubres (v.12)”. La Biblia no es así, no es
sólo un conjunto de proposiciones y mandatos. Esa no es la manera que Dios escogió para hablarnos. El decidió
hablar sus verdades eternas dentro de circunstancias y sucesos particulares en la historia humana.
El hecho de que la Biblia tenga un lado humano es lo que nos lleva a ver la razón por la que necesitamos interpretar.
Hay que tener en cuenta dos cosas al respecto:
1. Al hablar a través de personas reales, en una variedad de circunstancias reales, durante un período de aprox. 1500
años, la Palabra de Dios fue expresada en el vocabulario y los patrones de pensamiento de aquellas personas y fue
condicionada por su cultura y sus tiempos. La Palabra de Dios para nosotros fue ante todo, su Palabra para ellos.
El problema es que estamos demasiado separados de ellos por el tiempo y algunas veces por el pensamiento. Esta

Introducción a la Hermenéutica Bíblica Página 2


es la razón principal para aprender a interpretar la Biblia. Así que esto incluye nuestra participación en dos niveles.
Primero, hay que oír la palabra que ellos oyeron; se debe tratar de entender lo que se les dijo en ese tiempo y lugar.
Segundo, se debe aprender a oír la misma Palabra en este tiempo y lugar.
2. Uno de los aspectos más importantes del lado humano de la Biblia es que para comunicar su Palabra a los humanos
de todas las condiciones, Dios decidió usar casi toda clase de comunicación disponible: historia narrada,
genealogías, crónicas, toda clase de leyes, varios géneros de poesía, proverbios, profecías, adivinanzas, dramas,
biografías, parábolas, cartas, sermones y revelaciones. Para interpretar correctamente no sólo nos bastan las reglas
generales para todo texto sino también aprender las reglas especiales que se aplican a cada una de las formas o
géneros literarios. Por ejemplo, necesitamos saber cómo un salmo, forma que con frecuencia se dirigía a Dios,
funciona como Palabra de Dios para nosotros y saber la diferencia entre los salmos y las “leyes”, que solían dirigirse
a gente que vivía en situaciones culturales que ya no existen. ¿Cómo nos hablan tales leyes? y ¿en qué se
diferencian de las “leyes” morales, que son siempre válidas en todas las circunstancias?

LA PRIMERA TAREA: LA EXÉGESIS


La exégesis es el estudio cuidadoso y sistemático de la Escritura para descubrir el significado original propuesto.
Es fundamentalmente una tarea histórica. Es el intento de oír la Palabra como debieran haberla oído los destinatarios
originales, para hallar la intención original de las palabras de la Biblia.
Necesitamos hacer esto con CADA texto de la Biblia, no sólo con los que parecen difíciles. Muchos errores se
originan cuando no pensamos así. Al inicio parecerá tedioso pero con la práctica aprenderemos a hacerlo mejor y eso
enriquecerá nuestro estudio bíblico. Pero debemos tener cuidado de hacerlo bien y de no llevar nuestras propias ideas y
hacer que la Biblia diga algo diferente a lo que Dios quiso decir en realidad.

Aprendiendo a hacer la exégesis.


En un nivel elevado la exégesis requiere el conocimiento de muchas cosas que no se espera que todos sepamos
necesariamente: los idiomas bíblicos; los fondos culturales semítico, judío y helenístico; etc. Sin embargo, se puede
hacer una buena exégesis aunque no se tenga acceso a todas estas habilidades y herramientas. Para esto hay que
aprender lo que uno puede hacer con sus propias habilidades, y segundo, se debe aprender a usar el trabajo de otros.
La clave para la buena exégesis, es aprender a leer el texto con cuidado y a hacer las preguntas apropiadas acerca
del texto. Hay dos clases de preguntas que uno debe hacer sobre cada pasaje: las que se relacionan con el contexto y
las relacionadas con el contenido. Las preguntas de contexto son también de dos clases: históricas y literarias.

El contexto histórico.
Este tiene que ver con varias cosas: la época y la cultura del autor y sus lectores, esto es, los factores geográficos y
políticos de importancia para la situación del autor; y la ocasión de la carta, el libro u otro género. Esto es vital para el
entendimiento del texto.
Sencillamente ayuda a su comprensión el conocer la historia personal de Amós, Oseas o Isaías, o el conocer las
esperanzas mesiánicas de Israel cuando Juan el Bautista y Jesús entraron en escena. La lectura de las parábolas
cobra más significado si se sabe algo de las costumbres de los tiempos de Jesús. La respuesta a todo esto se halla en
ayudas externas como diccionarios bíblicos.
La pregunta más importante del contexto histórico, sin embargo, tiene que ver con la ocasión y el propósito de cada
libro bíblico o parte de él. Aquí se quiere tener una idea de lo que estaba pasando en Israel o en la iglesia, que exigía tal
documento, o cuál fue la situación del autor que le hizo escribir. Otra vez esto varía de un libro a otro y es menos crucial
para Proverbios, por ejemplo, que para 1 Corintios. La respuesta a esto usualmente se halla dentro del libro mismo,
pero hay que aprender a leer en espera de tales asuntos. Para corroborar se puede consultar Concordancias o
Manuales Bíblicos pero es muy importante hacer PRIMERO nuestras propias observaciones.

Introducción a la Hermenéutica Bíblica Página 3


El contexto literario.
Esto es a lo que la mayoría de las personas aluden cuando hablan de leer algo en contexto. En esencia, contexto
literario significa que las palabras sólo tienen significado en oraciones, y en su mayor parte las oraciones bíblicas sólo
tienen significado en relación con las oraciones que las anteceden o las siguen.
La pregunta contextual más importante que se hace repetidas veces sobre cada oración y cada párrafo, es “¿con
qué fin?”. Se debe tratar de seguir los pensamientos del autor. ¿Qué dice el autor y por qué lo dice en cierto momento o
lugar? Después de hallar la respuesta, ¿qué dice el autor en seguida y por qué? Esta pregunta varía de un género a otro
pero siempre es la pregunta decisiva. La meta de la exégesis, debe recordarse, es descubrir el propósito original del
autor.
En general hay cuatro instrumentos básicos para una buena exégesis: un diccionario bíblico, un manual bíblico, una
buena traducción y buenos comentarios.

LA SEGUNDA TAREA: LA HERMENÉUTICA


Aunque la palabra “hermenéutica” cubre todo el campo de la interpretación, incluso la exégesis, también se usa en
un sentido más restringido de la búsqueda de la relevancia contemporánea de los textos antiguos. Generalmente, es
este asunto el que nos trae a leer la Biblia. Entonces, ¿por qué no empezar aquí? Porque la lectura devocional no es la
única lectura que se debe hacer. Se debe leer para entender y aprender. Por esto es importante una exégesis sólida.
La razón para no comenzar con la aplicación contemporánea (aquí y ahora) es que el único control apropiado de la
hermenéutica se encuentra en el propósito original del texto bíblico. Ese es el “significado sencillo”. De lo contrario, a
los textos bíblicos se les podría dar el significado que tienen para cualquier lector. Esto se convierte en pura
subjetividad, y entonces, quién podrá decir que la interpretación de una persona es correcta y la de otra errónea. No se
sabría con certeza a qué atenerse.
En contraste con tal subjetividad, el significado original del texto es el punto de control propuesto. Es un hecho
que el bautismo por los muertos de los mormones con base en 1 Corintios 15:29, o el rechazo de la divinidad de Cristo
que dan los testigos de Jehová son interpretaciones erróneas. En ambos casos, el problema está en su hermenéutica,
precisamente porque no está controlada por una buena exégesis. Comenzaron “aquí y ahora” y les han puesto a los
textos un significado que no estaba allí en su origen. Se alega que el sentido común puede impedir que se cometa tales
errores. Pero el sentido común no es tan común. Queremos saber lo que la Biblia significa para nosotros, pero no
podemos darle el significado que nos guste, y luego adjudicárselo al Espíritu Santo.
Un texto no puede significar lo que nunca significó. O para ponerlo de modo positivo, el verdadero significado de
un texto bíblico para nosotros, es lo que Dios se propuso originalmente que significara cuando se expresó por primera
vez. Este es el punto de partida. El propósito de este curso será capacitarnos para la tarea de interpretar
correctamente las Escrituras.

“Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse
y que interpreta rectamente la palabra de verdad”. (2 Timoteo 2:15)
Recordemos esta escritura durante todo el curso y que Dios nos ayude a esforzarnos en estudio y oración para
interpretar correctamente su palabra.

Tarea:
• Busca una escritura (pocos versículos), que particularmente te genera algún interés especial, ya sea por su
dificultad o que tenga relación con algún tema controversial en tu iglesia, esta escritura será analizada durante
todo el curso poniendo en práctica paso a paso cada cosa que aprendamos. Por ejemplo: 1 Juan 5:16, donde
la Biblia dice que no debemos orar por el pecado que lleva a la muerte ¿de qué se trata?, se necesita un buen
análisis para contestar esa pregunta.

Introducción a la Hermenéutica Bíblica Página 4

También podría gustarte