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Análisis de ‘’Un Reto Para El Actor’’

Primer Capítulo
Por Sara Buenavida
2ºA
Trabajo de Análisis Un Reto Para El Actor Sara Buenavida Parra

UN RETO PARA EL ACTOR


Análisis/Comentario del primer capítulo
Uta Hagen hace, en este primer capítulo, un repaso de la historia del teatro en EEUU, lo cual me
parece en cierto punto interesante ya que, al ser un país tan ‘’joven’’, tiene una historia muy
condensada y que no empieza de cero, tomando entonces las referencias al teatro griego,
romano y medieval como algo prácticamente anecdótico.

Uta, deja claras dos reflexiones plasmadas en estas primeras páginas, la primera al principio en
la que habla sobre la evidencia de que cuanto más libre y más justo es un pueblo, más alimenta
y cuida su teatro y sus artes. Sin embargo, cuando se empiezan a meter regímenes dictatoriales
e ideas extremistas, el arte se suprime, se censura y se teme, porque está claro que el arte,
incluso en su expresión más sutil, tiene un efecto que este tipo de regímenes e ideas quieren
evitar a toda costa: que las personas piensen por sí mismas y se cuestionen lo establecido.

Otra cosa interesante, y con la que estoy totalmente de acuerdo, es algo que muchas veces se
nos olvida: Nosotros, artistas, no somos seres divinos, también tenemos que aprender del
Mundo, empaparnos de cultura y de todas sus situaciones para poder mejorar nosotros y no
pretender solo que los demás mejoren con nuestro arte.

Después de esta reflexión, empieza con la historia del teatro relacionándola con el teatro
contemporáneo a la publicación del libro a principios de los 90 (el cuál no dista tanto del actual
como pensamos) para poner de manifiesto que hay cosas que siguen igual que cuando
empezaron a realizarse, como el poco cuidado de los espacios teatrales. Esta historia la cuenta
de manera muy resumida para poner en contexto una idea que no parará de repetir a lo largo
de todo el libro. Lo lógico sería pensar en que esta idea tendría que ver con el método que ella
ha constituido para el arte de la interpretación y, en parte, es así. Pero no, la idea que plasma
no es cómo es su método si no cómo desprecia y aborrece lo contrario a su gusto artístico.
Exacto, es una crítica constante y, en mi opinión, nada constructiva de lo que ella denomina
‘’formalismo’’. Ensalza a niveles divinos prácticamente el teatro ‘’de verdad’’, lo que ella
considera puro, arte ‘’serio’’.

Mientras por los momentos históricos en los que el teatro tiene que ver con la evolución hacia
SU teatro las pasa bastante por encima de una manera objetiva y de carácter divulgativo (que
es como creo que mejor se expresaría este capítulo), los momentos que, incluso cuando de no
ser por ella no tendrían carácter histórico si no más bien entrarían en la categoría de anécdotas,
se ensaña diciendo lo horrible que es ese tipo de interpretación comercial, carente de valor,
carente de trabajo (a no ser que ella hiciese alguna obra formalista por dinero, entonces ella
ponía muchísimo trabajo, claro).

Quiero hacer un breve inciso para hablar de una frase que me llamó especialmente la atención
debido a que no sé si es que, Hagen, no veía las cosas más allá que desde su perspectiva o que
la cultura ha decaído más aún desde los 90. La frase es la siguiente: El teatro forma parte de
nuestra sociedad. Actualmente, por desgracia, esto es cada día menos cierto. La gran parte de
la sociedad no va al teatro, no se interesa por él. Esto es debido a algo que la autora también
denuncia en estas páginas: el constante maltrato y olvido que los gobiernos tienen con su
cultura. Es totalmente visible cómo de avanzada está una sociedad con un teatro incentivado
por las instituciones y accesible a todo el mundo en contraste de las sociedades que humillan y
desprecian el arte (por ello hablaba antes del interés de ciertos ideales por suprimir la cultura).

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Trabajo de Análisis Un Reto Para El Actor Sara Buenavida Parra

A lo largo de este repaso histórico destaca cómo en cada crisis que hay en el mundo, ya sea
social, económica o política, el teatro siempre se ve afectado para mal. Que la profesión de actor
esté ligada a la pobreza, la inestabilidad y los segundos empleos a modo de supervivencia, desde
luego no es algo nuevo. Es un estado constante que se agudiza en cada crisis que hay en el
mundo en general o en una zona en concreto. Es algo que podemos ver ahora mismito, sin irnos
a los States ni a años anteriores. Hoy en día, en España, por la crisis del coronavirus el sector que
más perjudicado ha quedado ha sido la cultura. ¿Por qué? Porque por desgracia en este país la
cultura no se considera un bien de primera necesidad, precisamente por falta de cultura. Miles
de familias pasando hambre y en la calle igual que pasó en EEUU con el crack del 29 cuando, no
solo desaparecieron los trabajos de los actores en el teatro si no también sus segundos trabajos
de subsistencia.

A pesar de la crítica que he hecho antes al modo de juzgar el teatro de Hagen, en cierta parte la
puedo llegar a entender cuando explica que, con el capitalismo, el arte dejó de ser arte,
entretenimiento y moralizante para pasar a ser un negocio más dentro de la industria. Una vez
conviertes algo en un producto, lo que interesa es que de dinero, que sea rentable. Las finuras,
lecciones morales, enseñanzas, etc quedan relegadas a un segundo plano. Respecto a esto, lo
que más dinero da es el ‘’formalismo’’, lo efectivo, lo que la gente sabe que le va a gustar, que
se van a encontrar aquello que esperan. Esto, evidentemente, ha provocado (lo digo en
presente, porque es un problema que llega hasta nuestros días) que el espacio que se le da al
arte más contemporáneo, realista, innovador, arriesgado… sea prácticamente de consolación.
Es muy difícil conseguir que los mensajes de estas obras lleguen a mucha gente, igual de
imposible es entonces que sus artistas implicados, que recordemos siempre que son
trabajadores como cualquier persona, puedan pagar sus facturas y tener una vida digna solo con
la interpretación.

Es cierto que me he puesto demasiado personal y he puesto muy de relieve mi opinión en este
análisis, esto se debe a que, después de leer todo el libro, lo que me provocó fue una necesidad
de expresar esa disconformidad que tengo con la autora al menospreciar ciertas formas de arte
que merecen exactamente el mismo respeto y tienen el mismo valor que las formas artísticas
más puristas. No digo que le tenga que gustar a todo el mundo, que está claro que no, pero lo
que me provocó esta reacción fue la idea de dedicar un libro entero a machacar una forma de
arte que no le gusta a la autora. Más aun, cuando se trata de un libro que pretende enseñar una
forma más de interpretación a nuevos actores.

Dicho esto, también reconozco que, cuando daba las herramientas de su método, he aprendido
muchísimo, dentro de lo posible al ser solo lectura y no ponerlo en práctica. Tiene, desde luego,
unas herramientas muy interesantes para poder gestionar el arte de la interpretación.

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