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Bogotá D.

C, 11 de marzo de 2022

Señores
UNIDAD NACIONAL DE PROTECCIÓN
MINISTERIO DEL INTERIOR
E.S.D
Referencia: Resolución 00000277 del año 2022 de la
Dirección de la Unidad Nacional de Protección.
Asunto: Recurso de reposición

Arnobi de Jesús Zapata Martínez identificado con la cédula de ciudadanía 78.590.521, en mi calidad
de coordinador general de la Asociación de Campesinos del Sur del Córdoba (ASCSCUCOR),
presidente de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (ANZORC) y beneficiario de
medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentó esa
entidad recurso de reposición en contra de la resolución de la Unidad Nacional de Protección No.
00000277 del año 2022, con base en los argumentos que expondré en el desarrollo del presente
escrito.

De manera preliminar es necesario advertir que este recurso se interpone en el término legal
correspondiente, de acuerdo a lo estipulado en artículo 74, capítulo VI, título III de la Ley 1437 de
2011, Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo. Esto, en el
entendido que la resolución de la Unidad Nacional de Protección No. 00000277 del año 2022 fue
notificada mediante oficio: OFI22-00007920, vía correo electrónico certificado de notificaciones
administrativas, el día 28 de febrero del año 2022.

Consideraciones:

Mediante la resolución No. 00000277 del año 2022, La Unidad Nacional de Protección desconoció
disposiciones de carácter internacional destinadas a mi protección, sin duda alguna la resolución
precitada es generadora de riesgo en virtud a las amenazas que he recibido en mi contra, la
situación de vulnerabilidad y alta probabilidad que Grupos Armados Organizados atenten contra mi
integridad, seguridad personal y vida en un momento tal álgido para la violencia como es la época de
elecciones.

Por esta razón, con el ánimo de corregir el yerro de la Unidad Nacional de Protección y con la
finalidad que se protejan mis derechos fundamentales A LA VIDA, A LA INTEGRIDAD PERSONAL
Y se garantice MI DERECHO A DEFENDER DERECHOS, en relación con riesgos que graves que
no han sido esclarecidos, mucho menos neutralizados; fundamento el presente recurso de la
siguiente manera: i) Antecedentes y elementos de contexto, ii) Medidas Cautelares emitidas por la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, iii) Deber de protección del Estado Colombiano,
iv) Disposiciones en contra de los derechos convencionales y constitucionales contenidas en la
resolución No. 00000277 del año 2022y v) Peticiones.

I) Antecedentes y elementos de contexto

1. Soy líder social, defensor de los derechos humanos y aspirante a la circunscripción especial
de paz número 14 en el sur de Córdoba, con el aval de la Asociación de Campesinos del
Sur de Córdoba (ASCSUCOR).

2. Desde su fundación, los miembros, líderes y lideresas de ASCSUCOR hemos sido víctimas
de violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario
de manera continua, múltiple, planificada y sistemática por parte de diversos actores. Dichas
agresiones han sido reiteradas, generalizadas y sistemáticas. Lo que ha generado
profundos impactos a nivel colectivo, familiar e individual y afectando significativamente el
trabajo de organización social y defensa de derechos humanos del campesinado que
realizamos en el sur de Córdoba.

3. ASCSUCOR a su vez ha hecho parte desde su origen del Movimiento Político y Social
Marcha Patriótica, un espacio de organizaciones sociales y populares, unitario interétnico e
intercultural, que, desde su nacimiento en el año 2010, fue duramente señalada y
perseguida, al ser víctima de una violencia generalizada, ejecutada de manera sistemática.

4. En el año 2017, Marcha Patriótica decidió acudir a la CIDH para solicitar su intervención,
como consecuencia del aumento de la violencia y persecución contra sus integrantes, y
como salida frente a la omisión evidente de la responsabilidad del Estado frente a su deber
de garantizar la vida, libertad, integridad y participación política de Marcha Patriótica y sus
integrantes.

5. Mediante resolución N° 30 de 2018, se dio lugar a la medida cautelar N° 210-17, en la cual


la CIDH consideró que la solicitud realizada por Marcha Patriótica reunía los requisitos de
gravedad, urgencia e irreparabilidad contenidos en el artículo 25 de su reglamento, con lo
cual hizo las siguientes solicitudes al Estado colombiano:

a. Adoptar las medidas necesarias para proteger los derechos a la vida e integridad
personal de los dirigentes del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica;

b. Concertar las medidas a implementarse con los beneficiarios y sus representantes;

c. Conformar sobre las acciones llevadas a cabo tendientes a investigar los presuntos
hechos que dieron lugar a la adopción de esta resolución y evitar así su repetición.
6. Como beneficiarios de dicha medida cautelar, consideró que son las 389 personas
calificadas como “dirigentes” de Marcha Patriótica, identificadas en dicho procedimiento.
Dentro de este grupo de personas me encuentro como beneficiario de dicha medida
Cautelar. No obstante, dichas medidas cautelares no han sido acatadas por parte del Estado
colombiano como lo ampliaré en el acápite II.

7. A nivel personal, me encuentro en una situación de riesgo extremo. He sido víctima de


múltiples y reiteradas violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho
internacional humanitario, a pesar de ser beneficiario de medidas cautelares otorgadas a
dirigentes de Marcha Patriótica por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) desde el año 20181.

8. Como antecedente, puedo mencionar que, en el año 2016, mientras socializaba los avances
de las negociaciones del Acuerdo de Paz, dispararon tres veces a mi casa y me dejaron un
panfleto donde me advirtieron que si seguía hablando del tema las próximas balas “me las
meterían en la cabeza”.

9. A partir de este hecho, me vi en la obligación de desplazarme con mi familia hacía Montería


bajo las medidas de protección de la Policía Nacional. Aunque su esquema de protección ha
servido para minimizar riesgos, la forma como se hacía el trabajo organizativo tuvo que
cambiar. Antes se realizaba de vereda en vereda, pero con los esquemas de protección y
por las condiciones de seguridad no es posible trasladarse a los territorios y es más difícil
acercarse a la gente, que se atemoriza cuando hay presencia de escoltas. Las reuniones
deben realizarse en los cascos urbanos de los corregimientos por la presencia de los grupos
armados en las veredas, lo que dificulta la entrada de los líderes por las amenazas de las
cuales son víctimas.

10. Por otro lado, soy accionante de la tutela para exigir la protección efectiva del derecho a
defender derechos y en el año 2020 me fue reconocida la situación de riesgo extremo y se
dictaron órdenes específicas dirigidas a reforzar mi esquema de seguridad, sin embargo,
hasta el momento; ni Unidad Nacional de Protección, ni la Unidad de Víctimas han cumplido
con lo ordenado en el precitado fallo.

11. En virtud de mi situación de riesgo, desde septiembre del año 2016 cuento con un esquema
de seguridad que fue ratificado el 12 de febrero de 2021 por medio de resolución No.
0000000759 del año 2021 de la Unidad Nacional de Protección. El esquema designado para
mi protección consta de un vehículo blindado de placas FVO - 436 y dos hombres de
protección.

1
CIDH en su Resolución 30/2018 medida cautelar No. 210-17.
12. El día 8 de abril de 2021 en audiencia ante el Juzgado segundo penal municipal con
funciones de control de garantías de Montería, Córdoba, en el marco del proceso por Porte
Ilegal de Armas de Fuego de Defensa Personal se solicitó permiso para trabajar. Luego de
escuchar la intervención de las partes, el despacho resolvió concederme permito para
trabajar en el horario comprendido de lunes a viernes de 8:00 am a 6:00 pm en los
municipios de Montelíbano, Puerto Libertador, San José de Ure, Tierralta y Taraza en el
departamento de Córdoba.

13. El día 05 de octubre de 2021, en la ciudad de Montería, aproximadamente a las 11:00 de la


noche, dos hombres armados a bordo de una motocicleta llegaron hasta mi residencia. En
ese momento los hombres armados se encontraron con mi hijo Jhon Anderson Zapata
Gómez, quien tiene 14 años y le preguntaron por mí. Inmediatamente él se percata de que
hombres estaban armados, grita e intenta correr, siendo alcanzado por uno de los sujetos
quien saca una pistola y con la cacha lo golpea en la cabeza y posteriormente, huyen del
lugar en la motocicleta.

14. La agresión descrita, demuestra la grave situación de riesgo en la cual me encuentro, así
como los líderes y lideresas sociales y personas defensoras de derechos humanos en el
departamento de Córdoba.

15. Desde el día 07 de octubre del año 2021, el vehículo que fue designado para mi protección
presentó inconvenientes, finalmente, el día 30 de diciembre de 2021 quedó inmovilizado el
vehículo blindado de placas FVO 436 asignado a mi esquema de protección. La única
información que se me transmitió fue que el contrato con la rentadora de dicho vehículo se
terminaba el 31 de diciembre del año 2021.

16. Transcurrieron meses antes que la Unidad Nacional de Protección designara un vehículo
blindado, circunstancia que me expuso a una situación de riesgo extremo, en momentos en
los que adelantaba mi campaña por la candidatura a la Curul en la Cámara de
Representantes por la Circunscripción Transitoria Especial de Paz por el Sur de Córdoba,
agravando los factores de riesgo advertidos por la defensoría del pueblo en múltiples
documentos emitidos por el Sistema de Alertas Tempranas, a saber:

- Informe Nacional de Riesgo N° 010-17

Córdoba: Líderes de Juntas de acción comunal; Cabildo indígena Zenú Tierra


Santa (La Aparatada); Líderes indígenas Zenú (Canalete, Montelíbano,
Puerto Libertador, Tierralta): Líderes estudiantiles de la Universidad de
Córdoba; Fundación Social Cordoberxia; Movimiento Marcha Patriótica;
Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina – ANZORC;
Asociación campesina para el desarrollo del Alto Sinú - ASODECAS
(Tierralta); Mesa municipal de víctimas de Tierralta; Asociación de
Campesinos del Sur de Córdoba – ASCSUCOR. (Negritas fuera del texto
original)

- Alerta Temprana Nacional N° 026-18.

Córdoba: Líderes de Juntas de Acción Comunal; Autoridades tradicionales de


los resguardos Zenú del Alto San Jorge y Embera Katío Quebrada
Cañaveral; Cacique y Alguacil Mayor del resguardo Mayor Zenú del Alto San
Jorge; Gobernadores indígenas del resguardo Mayor Zenú del Alto San Jorge
en los cabildos Boca de Uré, Unión Matoso, Bello Horizonte, Nueva Ilusión,
Tierra Santa, Torno Rojo, Centroamérica, Pica Pica Viejo, Santa Fe Alto San
Jorge, San Pedro, Santa Fe Las Claras, El Tambo, Guacarí La Odisea, Villa
Carminia, Las Flores, La Ye, Claret y Vende Aguja, del resguardo mayor del
Alto San Jorge, en los municipios de Montelíbano, Puerto Libertador, San
José de Uré y La Apartada; Líderes estudiantiles de la Universidad de
Córdoba; Fundación Social Cordoberxia; Movimiento Marcha Patriótica;
Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina – ANZORC;
Asociación campesina para el desarrollo del Alto Sinú – ASODECAS
(Tierralta); Asociación de campesinos del Sur de Córdoba – ASCSUCOR;
Mesa municipal de participación efectiva de víctimas de Tierralta y Puerto
Libertador. (Negritas fuera del texto original)

- Informe de Seguimiento a la Alerta Temprana Nacional N° 026-18, emitido en


2019.

Córdoba: Líderes de Juntas de Acción Comunal; Autoridades tradicionales de


los resguardos Zenú del Alto San Jorge y Embera Katío Quebrada
Cañaveral; Cacique y Alguacil Mayor del resguardo Mayor Zenú del Alto San
Jorge; Gobernadores indígenas del resguardo Mayor Zenú del Alto San Jorge
en los cabildos Boca de Uré, Unión Matoso, Bello Horizonte, Nueva Ilusión,
Tierra Santa, Torno Rojo, Centroamérica, Pica Viejo, Santa Fe Alto San
Jorge, San Pedro, Santa Fe Las Claras, El Tambo, Guacarí La Odisea, Villa
Carminia, Las Flores, La Ye, Claret y Vende Aguja, del resguardo mayor del
Alto San Jorge, en los municipios de Montelíbano, Puerto Libertador, San
José de Uré y La Apartada; Líderes estudiantiles de la Universidad de
Córdoba; Fundación Social Cordoberxia; Movimiento Marcha Patriótica;
Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina – ANZORC;
Asociación campesina para el desarrollo del Alto Sinú – ASODECAS
(Tierralta); Asociación de campesinos del Sur de Córdoba – ASCSUCOR;
Mesa municipal de participación efectiva de víctimas de Tierralta y Puerto
Libertador. (Negritas fuera del texto original).

- Alerta Temprana 054-19, debido a la localización geográfica del riesgo

Líderes sociales; Población Campesina, Directivas de las Juntas de Acción


Comunal de las veredas y corregimientos de los municipios focalizados;
Dirigentes campesinos vinculados a ASODECAS, ASCSUCOR, COCCAM,
FUNSACP, ANZORC y CORDOBERXIA; Campesinos que participan del Plan
Nacional de Sustitución Voluntaria de Cultivos Ilícitos, PNIS; Miembros de la
Misión Médica que laboran en las áreas rurales de los municipios
concernidos en esta Alerta; Miembros del Consejo Comunitario San José de
Uré que residen en zonas donde existe el interés de actores armados ilegales
por la explotación ilegal del oro; Población indígena: líderes indígenas,
comunidades Zenú y Embera Katío del Alto Sinú, Quebrada Cañaveral y
Dochama. (Negritas fuera del texto original)

17. Las campañas a las elecciones que se van a realizar el próximo 13 de marzo, oportunidad
en la cual, se elegirá un representante a la cámara por la Circunscripción Especial de Paz
del Sur de Córdoba, se producen en un contexto de riesgo extremo de violencia. Así lo ha
advertido recientemente la Misión de Observación Electoral en su mapa de riesgo electoral
para las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz, quien señala que el 80% de los
municipios (4 de 5) de la Circunscripción del Sur de Córdoba, presentan un riesgo extremo
por violencia2.

18. Aunado a todo lo anterior, el día 28 de febrero del año 2022 me fue notificada la decisión de
la Unidad Nacional de Protección de FINALIZAR con mi esquema de protección tipo (2)
conformado por un (1) vehículo blindado y (2) hombres de protección. Finalizar un (1) medio
de comunicación, un (1) chaleco blindado y un (1) botón de apoyo, en un claro contexto de
violencia social y política.

II) Medidas Cautelares emitidas a mi favor por la Comisión Interamericana de Derechos


Humanos

Entre el 15 y el 22 de marzo de 2017, se celebró el periodo ordinario 161 de sesiones de la CIDH. Dentro de

2
Misión de Observación Electoral (24 de enero de 2022). Mapa de riesgo electoral para las elecciones de las
Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz. Disponible en: https://www.moe.org.co/en/el-58-de-los-municipios-de-
las-circunscripciones-transitorias-especiales-de-paz-presentan-algun-nivel-de-riesgo-electoral/
este, Marcha Patriótica intervino en la audiencia “Investigación de agresiones contra defensoras y defensores
de derechos humanos en Colombia”3, y allí expuso la gravísima persecución contra el movimiento social y
político, evidenciando, entre otros ataques, el asesinato de más de cien de sus integrantes.

Posteriormente, el 22 de marzo de 2017, se radicó ante el secretario ejecutivo de la CIDH una solicitud de
medidas cautelares, donde se expusieron en detalle los patrones identificados en la violencia contra Marcha
Patriótica, así como las omisiones del Estado colombiano en sus obligaciones nacionales e internacionales, y
se formuló la siguiente solicitud: “Decretar a favor de Marcha Patriótica las medidas cautelares que estime
pertinentes en orden a terminar la persecución sistemática y generalizada en curso contra el Movimiento
Político y Social Marcha Patriótica”.

Y, como corolario, solicitó exigirle al Estado colombiano, como medidas urgentes de protección (sin que sean
las únicas), la adopción de las siguientes:

 Implementar el acuerdo 3.4 del pacto de La Habana entre el gobierno y las FARC–EP, el cual
contiene medidas para garantizar la seguridad de las organizaciones sociales y desmantelar a las
organizaciones que surgieron tras el fenómeno paramilitar y perseguir a los sectores económicos y
políticos que lo propiciaron.

 Crear un programa especial para la protección de integrantes de Marcha Patriótica que contemple
medidas individuales y colectivas, así como un enfoque diferencial. Al igual que adoptar medidas de
legitimación política a través de, por ejemplo, la implementación de un canal institucional y pautas
publicitarias en donde se legitime el importante rol de los defensores/as de DDHH, líderes y lideresas
sociales y populares. Así mismo, se hace necesaria la creación de espacios artísticos y culturales
para la paz. Prohibir y sancionar la estigmatización del movimiento social y de DDHH en Colombia,
así como a los grupos políticos de izquierda y aquellos que surjan del Acuerdo de Paz.

 Concentrar las investigaciones de los asesinatos de integrantes de Marcha Patriótica en las


unidades de Derechos Humanos y de lucha contra organizaciones pos paramilitares de la Fiscalía y
que se identifiquen y persigan los autores intelectuales y esclarezcan el contexto en el cual se
producen los hechos. Orientar las investigaciones en este sentido contribuirá a la implementación de

3
Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Informe sobre la situación de personas
defensoras de derechos humanos y líderes sociales en Colombia. 2019. Disponible en:
http://www.oas.org/es/cidh/informes/pdfs/DefensoresColombia.pdf
los Acuerdos en materia de verdad, justicia y reparación integral, así como al cabal cumplimiento de
las funciones del Tribunal Especial para la Paz.

 Sancionar a las unidades militares y a los agentes del Estado vinculados con la violación de DDHH
de integrantes de Marcha Patriótica.

 Levantar de oficio, con base en las disposiciones de la Ley 1820 de 2016 y el decreto reglamentario
277 de 2017, las medidas de aseguramiento y/o decretar la extinción de la responsabilidad penal de
cientos de Defensores de DDHH y líderes sociales y políticos, muchos de ellos integrantes de
Marcha Patriótica, que hoy están privados de la libertad en las cárceles colombianas4.

La CIDH avocó conocimiento de dicha solicitud y solicitó información al solicitante y al Estado, conforme con
el artículo 25.5 del reglamento, quienes enviaron sus observaciones el 20 de febrero y el 5 de marzo de 2018,
respectivamente. Luego de analizar los argumentos de hecho y de derecho presentados por las partes, la
Comisión consideró que los dirigentes del movimiento político y social Marcha Patriótica se encuentran en una
situación de grave riesgo, en la medida en que sus derechos a la vida e integridad personal enfrentan un
riesgo de daño irreparable.

En consecuencia, La Comisión Interamericana De Derechos Humanos, en resolución 30/2018,


específicamente en medida cautelar No, 210 – 17 en lo relativo a Dirigentes del Movimiento Político
y Social Marcha Patriótica respecto de Colombia, oportunidad en la cual, se expuso ante el
organismo internacional las circunstancias de tiempo, modo y lugar en especial se establecieron las
personas que tienen “un nivel de riesgo alto, los líderes estarían expuestos de forma permanente
por todo el territorio nacional, requiriendo en este sentido medidas de protección de carácter
individual y colectivo, sin cerrar la puerta a posibles ampliaciones”.5

Precisamente, en lo relativo al análisis sobre los elementos de gravedad, urgencia e irreparabilidad


en el contexto de las medidas cautelares en el sistema interamericano, integrando la función de la
Comisión de supervisar el cumplimiento con las obligaciones de derechos humanos establecidas en
el artículo 106 de la Carta de la Organización de Estados Americanos, funciones generales
establecidas en el Artículo 41 (b) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, recogido
también en el artículo 18 (b) del Estatuto de la CIDH y el mecanismo de medidas cautelares descrito
en el artículo 25 del Reglamento de la Comisión, se consagra que las medidas cautelares se
otorgaran en situaciones que son graves y urgentes, y en cuales tales medidas son necesarias para
4
Cristian Raúl Delgado Bolaños, coordinador de la Comisión Nacional de Derechos Humanos del
Movimiento Político y Social Marcha Patriótica (22 de mayo de 2017).) Solicitud de Medidas
Cautelares a favor del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica. EE. UU. Washington.
5
CIDH en su Resolución 30/2018 medida cautelar No. 210-17.
prevenir un daño irreparable a las personas.

Soy beneficiario de medidas cautelares otorgadas a dirigentes de Marcha Patriótica por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) desde 2018 y en aquella oportunidad, se reunían
prima facie los requisitos de gravedad, urgencia e irreparabilidad contenidos en el artículo 25 de su
Reglamento. En consecuencia, la Comisión Interamericana solicitó al Estado de Colombia que:

“a) adopte las medidas necesarias para proteger los derechos a la vida e integridad
personal de los dirigentes del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica; b)
concierte las medidas a implementarse con los beneficiarios y sus representantes; y c)
informe sobre las acciones llevadas a cabo tendentes a investigar los presuntos
hechos que dieron lugar a la adopción de esta resolución y evitar así su repetición.”

Sin embargo, hasta el momento El Estado colombiano ha incumplido de manera evidente las
solicitudes realizadas por la CIDH en dicha medida Cautelar. Durante el periodo de la presidencia de
Iván Duque (7 de agosto de 2018 hasta la fecha), solo se han realizado dos reuniones formales de
seguimiento al proceso de concertación de las medidas cautelares ordenadas por la CIDH.
Adicionalmente, ante el estancamiento del proceso, desde la Marcha Patriótica se adoptó la
modalidad de aceptar reuniones con la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, el
Director General de la Unidad Nacional de Protección y la Fiscalía General de la Nación. Es
importante destacar que, pese a los compromisos adquiridos, en el proceso de concertación, a
marzo de 2022, no se ha celebrado una reunión entre los beneficiarios de la medida cautelar con la
participación de la Unidad Especial de Investigación, ni con delegados de la Dirección de Seguridad
Ciudadana, ni con la Unidad de apoyo a la investigación para la seguridad ciudadana de la Fiscalía
General de la Nación.

III) Deber de protección del Estado Colombiano


El derecho a la vida constituye la base sobre la cual descansan los otros derechos, es decir, se
configura como presupuesto indispensable para la materialización de los demás derechos humanos,
razón por la cual, se encuentra protegido en el ordenamiento jurídico internacional mediante
instrumentos como la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, entre otros.
Conforme a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos aplicable como
precedente a los casos y/o controversias en el ordenamiento jurídico colombiano y en virtud del
control de convencionalidad, el derecho a la vida debe ser entendido como un derecho humano
fundamental cuyo goce pleno es un prerrequisito para el disfrute de todos los demás derechos
humanos.
De no ser respetado el derecho a la vida todos los derechos carecen de sentido. En
razón de dicho carácter, no son admisibles enfoques restrictivos del mismo. De
conformidad con el artículo 27.2 de la Convención este derecho forma parte del
núcleo inderogable, pues se encuentra consagrado como uno de los derechos que
no puede ser suspendido en casos de guerra, peligro público u otras amenazas a la
independencia o seguridad de los Estados Partes. (Negrilla fuera de texto original)
En el mismo sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha afirmado que el Estado
tiene una obligación de doble naturaleza, como consta, “ Por una parte, el deber de no privar
arbitrariamente de la vida a ninguna persona (obligación negativa); y de otro lado, a la luz de su
deber de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos, la adopción de medidas
apropiadas para proteger y preservar el derecho a la vida (obligación positiva)”. (Negrilla fuera de
texto original)
De acuerdo a multiplicidad de pronunciamientos, esta obligación de garantía va más allá de toda
relación entre las autoridades estatales y las personas sometidas a su jurisdicción, abarcando
asimismo el deber de prevenir que terceros afecten los bienes jurídicos tutelados es decir, “Los
Estados tienen la obligación de garantizar la creación de las condiciones necesarias para que no se
produzcan violaciones de ese derecho inalienable, así como el deber de impedir que sus agentes, o
particulares, atenten contra el mismo.” (Negrilla fuera de texto original)
En similar sentido, el Tribunal Europeo en el caso Osman vs Reino Unido estableció que, “Para que
surja esa obligación positiva, debe ser establecido que al momento de los hechos las autoridades
sabían, o debían haber sabido, de la existencia de un riesgo real e inmediato para la vida de un
individuo identificado o de algunos individuos respecto de actos criminales de terceros, y que tales
autoridades no tomaron las medidas dentro del alcance de sus poderes que, juzgadas
razonablemente, podían esperarse para evitar dicho riesgo”6
En síntesis, el deber de protección demanda un actuar diligente por parte del Estado, en especial en
los territorios con grupos sociales a los cuales históricamente se les ha vulnerado sus derechos. La
Comisión Interamericana de Derechos Humanos concluyó la limitada presencia del Estado, a pesar
de la violencia que, aún en el año 2020, sigue cobrando la vida de los defensores de derechos
humanos y en especial, defensores de derechos del campesinado colombiano,
“Se destaca la intersección entre los territorios donde tienen lugar los asesinatos y
masacres y el perfil de las víctimas. Sobre eso, la CIDH resalta que esas personas
pertenecen, mayoritariamente, a grupos sociales que histórica y estructuralmente
padecen la vulneración de sus derechos, particularmente campesinos, pueblos
indígenas, personas afrodescendientes, mujeres, niñas, niños y adolescentes, entre
otros. Asimismo, destaca que estos hechos transcurren, preponderantemente, en
territorios caracterizados por la presencia de grupos armados ilícitos, con la
presencia de actividades vinculadas a las economías ilegales, una limitada
presencia del Estado y en la vulneración de los derechos económicos, sociales,
culturales y ambientales de buena parte de la población que los habita.”

6
Disponible en: https://www.corteidh.or.cr/tablas/r26724.pdf
La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos “OACNUDH” ha
determinado y en el mismo sentido lo ha asimilado la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos y demás organismos de carácter internacional, que: lo que permite atribuir a una persona
o grupo de personas la condición o estatus de defensor de derechos humanos, viene determinado
por la actividad misma de promoción por ellos y ellas realizada, independientemente de si dicha
labor se ejerce a cambio de una remuneración o de su pertenencia a alguna organización 7 y el
derecho a defender derechos humanos conlleva el ejercicio de distintos derechos que se
interrelacionan entre sí, en atención a los principios, ampliamente desarrollados, de
interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos8
Con respecto al derecho a defender derechos humanos, la Corte IDH en sentencia sobre el Caso
Defensor de derechos humanos y otros vs. Guatemala, hace referencia expresa al derecho en
cuestión, en relación con las actividades del defensor, reconociendo en ese sentido que: “(…) existe
un consenso internacional respecto a que las actividades realizadas por las defensoras de derechos
humanos son las de promoción y protección de los derechos humanos, entre otras. En este sentido
se han pronunciado la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el
Consejo de la Unión Europea, la Asamblea Parlamentaria de la Unión Europea y la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos”9

Se debe considerar igualmente lo contenido en el artículo 1 de la Declaración sobre Defensores, el


cual establece que: “(…) toda persona tiene derecho, individual o colectivamente, a promover y
procurar la protección y realización de los derechos humanos y las libertades fundamentales en los
planos nacional e internacional”10

En el ordenamiento jurídico nacional, el día 10 de diciembre del año 2019 día Internacional de los
Derechos Humanos, diferentes plataformas de DDHH y organizaciones de la sociedad civil
INTERPUSIMOS una acción tutela para la declaración de un Estado de Cosas Inconstitucional frente
a la violencia contra líderes y lideresas sociales, junto con otras víctimas y líderes/as del país,
expusimos las necesidades, la necesidad de la efectiva participación de la sociedad civil y los
diversos contextos que dejaron entrever las necesidades reales de las personas defensoras de
derechos humanos, de modo que debe considerarse lo estipulado en La Decisión del Tribunal
Superior de Bogotá - Sala Primera Civil, la cual, reconoció el derecho a defender derechos en la
cual, se establecieron procederes y obligaciones a la Unidad Nacional de Protección con la finalidad
de proteger este importante derecho.
Al respecto, la Constitución Política de Colombia, en su artículo segundo, ordena a las autoridades
de la República proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes,
7
CIDH, Segundo informe sobre la situación de las y los defensores de derechos humanos en las Américas” 31 de
diciembre de 2012, párr.12, Disponible en: http://www.ohchr.org/Documents/Publications/FactSheet29sp.pdf.
8
Corte IDH. Caso defensor de derechos humanos y otros vs. Guatemala. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de agosto de 2014. Serie C No. 283. Párr. 129
9
Corte IDH. Caso defensor de derechos humanos y otros vs. Guatemala. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de agosto de 2014. Serie C No. 283.
10
Ibid.
creencias y demás derechos y libertades, entre los cuales, la vida, la integridad, la libertad y la
seguridad personal, cobran especial relevancia ya que permiten el disfrute de los demás derechos.
Realizadas las anotaciones pertinentes en relación con la obligación de garantía del Estado, en
virtud de la cual los Estados debe poner en marcha todas las medidas encaminadas a la protección
de los defensores de derechos humanos, se concluye que el deber la Unidad Nacional de Protección
no puede ser otro que establecer o reforzar las medidas que amparen de manera efectiva, MI
DERECHO A LA VIDA, MI DERECHO A DEFENDER DERECHOS HUMANOS, en especial, si se
considera lo establecido en el decreto 4065 de 2011, por medio del cual se creó la Unidad Nacional
de Protección y se instauró el objetivo y estructura de dicha entidad, en los siguientes términos:

“El objetivo de la Unidad Nacional de Protección (UNP) es articular, coordinar y


ejecutar la prestación del servicio de protección a quienes determine el Gobierno
Nacional que por virtud de sus actividades, condiciones o situaciones políticas,
públicas, sociales, humanitarias, culturales, étnicas, de género, de su calidad de
víctima de la violencia, desplazado, activista de derechos humanos, se encuentren
en situación de riesgo extraordinario o extremo de sufrir daños contra su vida,
integridad, libertad y seguridad personal o en razón al ejercicio de un cargo público
u otras actividades que pueden generar riesgo extraordinario, como el liderazgo
sindical, de ONG y de grupos de personas desplazadas, y garantizar la
oportunidad, eficiencia e idoneidad de las medidas que se otorgan” (Negrilla fuera
de texto original).
En el mismo sentido, el artículo cuarto (4°) del decreto precitado estableció en virtud de las
funciones de la Unidad Nacional de Protección:
“1. Articular y coordinar la prestación del servicio de protección con las entidades
competentes a nivel nacional y territorial.
2. Definir, en coordinación con las entidades o instancias responsables, las
medidas de protección que sean oportunas, eficaces e idóneas, y con enfoque
diferencial, atendiendo a los niveles de riesgo identificados.
3. Implementar los programas de protección que determine el Gobierno Nacional,
de competencia de la Unidad, dirigidos a salvaguardar los derechos a la vida, la
libertad, la integridad y la seguridad personal.
4. Hacer seguimiento y evaluación a la oportunidad, idoneidad y eficacia de los
programas y medidas de protección implementadas, así como al manejo que de las
mismas hagan sus beneficiarios y proponer las mejoras a que haya lugar.
5. Brindar de manera especial protección a las poblaciones en situación de riesgo
extraordinario o extremo que le señale el Gobierno Nacional o se determine de
acuerdo con los estudios de riesgo que realice la entidad.
6. Realizar la evaluación del riesgo a las personas que soliciten protección, dentro
del marco de los programas que determine el Gobierno Nacional, de competencia
de la Unidad, en coordinación con los organismos o entidades competentes” 11

IV) Disposiciones en contra de los derechos convencionales y constitucionales contenidas


en la resolución No. 00000277 del año 2022

El artículo 2.4.1 2.46 del Decreto 1066 de 2015, adicionado y modificado, dispone que: El respectivo
Comité recomendará al director de la Unidad Nacional de Protección, al director de Protección y
Servicios Especiales de la Policía Nacional, o al respectivo comandante, la finalización de las
medidas de Protección, en los siguientes casos: “(...) 8. Por imposición de medida de aseguramiento
o pena privativa de la libertad que se cumpla en establecimiento de reclusión o con el beneficio de
detención domiciliaria”

Sin embargo, es evidente que el acto administrativo en mención, compromete de manera


desfavorable mis derechos humanos fundamentales y se encuentra en contravía de la Constitución
Política, al desconocer el carácter imperativo de la obligación del estado frente a la garantía de la
vida. La Corte Constitucional ha sostenido que:

“la seguridad personal adquiere especial relevancia cuando es invocada por sujetos
que, con ocasión de su actividad social o de su pertenencia a ciertos grupos
vulnerables, están sometidos a riesgos desproporcionados, como es el caso de
defensores de derechos humanos, minorías étnicas, líderes de oposición y/o minorías
políticas. En estos eventos se amplía considerablemente el espectro de derechos
fundamentales y principios involucrados, a tal punto que su amenaza compromete
seriamente la vigencia del sistema democrático.” 12 (negrita fuera de texto original).

La Unidad Nacional de Protección, tiene el deber de garantizar las medidas de protección que
estime adecuadas y suficientes para evitar que el riesgo extraordinario o extremo sobre una persona
se materialice. La adopción de dichas medidas debe ser oportuna y ajustada a las circunstancias del
caso particular.13 Con fundamento en ello, las circunstancias del caso en concreto son; i) soy líder
social y defensor de derechos humanos, ii) Soy beneficiario de medidas cautelares otorgadas por la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, iii) La UNP, conoce los niveles elevados de riesgo
y los graves incidentes de seguridad en contra de mi vida e integridad personal durante los últimos
años, iv) La UNP conoce los hechos delictivos que se han cometido en mi contra, los cuales atentan
de manera directa contra mi vida e integridad personal y la de mi familia y finalmente, la UNP es la

11
Disponible en: http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/decreto_4065_2011.html
12
Corte Constitucional. Sentencia T – 439 del año 2020. Disponible en:
https://www.corteconstitucional.gov.co/Relatoria/2020/T-439-20.htm
13
Corte Constitucional. Sentencia T – 439 del año 2020. Disponible en:
https://www.corteconstitucional.gov.co/Relatoria/2020/T-439-20.htm
responsable competencialmente de asegurar mi vida e integridad personal.

El presente recurso de reposición se fundamenta en que la medida adoptada por la Unidad Nacional
de Protección, no solo desconoce derechos fundamentales, sino que desconoce principios del
derecho internacional de los derechos humanos, dado que, la decisión de finalizar con mis medidas
de protección es una medida altamente regresiva, puesto que: “si lo que se procura es un aumento
en el nivel de satisfacción de los derechos sociales, por principio sería inválida cualquier medida
que, antes que incrementar su protección, la disminuya injustificadamente”14

En este sentir, la Corte Constitucional ha dispuesto que: “por disposición del artículo 228 Superior,
las formas no deben convertirse en un obstáculo para la efectividad del derecho sustancial, sino que
deben propender por su realización. Es decir, que las normas procesales son un medio para lograr
la efectividad de los derechos subjetivos y no fines en sí mismas”.

En síntesis, la decisión adoptada contraviene normas de carácter superior, contenidas en la


Constitución Política de Colombia, los precitados instrumentos internacionales de protección y
normas de carácter consuetudinario. Esto en la medida que conduce a la desatención de un deber
de protección de carácter internacional por parte del Estado Colombiano, dado que, al ser
beneficiario de medidas cautelares de la CIDH, y ante la certeza de la persistencia de un riesgo
grave y con la potencialidad de concretarse en perjuicios irremediables contra mis más elementales
derechos humanos, las medidas de protección que me fueron asignadas no pueden ser disminuidas.

Por otra parte, las consecuencias derivadas de la medida impugnada, constituyen una clara afrenta
al derecho fundamental a la presunción de inocencia, dado que esta es de carácter cautelar y no
punitivo, como está claramente decantado por la jurisprudencia de la Corte Constitucional y la Sala
Penal de la Corte Suprema de Justicia. Por lo tanto, se erige como una justificación insuficiente
frente a la prevalencia de los derechos antes mencionados:
El principio de inocencia construye una presunción en favor del acusado de un delito,
según el cual éste es considerado inocente mientras no se haya establecido su
responsabilidad penal mediante una sentencia firme. De este modo, para
establecer la responsabilidad penal de un imputado, el Estado debe probar su
culpabilidad más allá de toda duda razonable.
La presunción de inocencia se relaciona, en primer lugar, con el ánimo y actitud del
juez que debe conocer de la acusación penal. El juez debe abordar la causa sin
prejuicios y bajo ninguna circunstancia debe suponer que el acusado es
culpable. Por el contrario, su responsabilidad reside en construir la responsabilidad
penal de un imputado a partir de la valoración de los elementos de prueba con los
que cuenta.15
14
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General No. 3, La índole de las
obligaciones estatales, doc. E/1991/23, 1990, párr. 9.
15
Disponible en: http://www.cidh.oas.org/annualrep/95span/cap.iii.peru10.970d.htm
Ahora bien, la persona detenida sigue gozando de la presunción de inocencia, pero permanece a
disposición de la administración de justicia, siendo claro que precisamente la circunstancia de
hallarse éste en curso acredita que el juez competente todavía no ha llegado a concluir si existe
responsabilidad penal. Es decir, el detenido preventivamente debe seguir siendo tratado como una
persona inocente en todos los ámbitos pues el hecho de que en su contra se haya dictado una
medida de aseguramiento privativa de la libertad no equivale en modo alguno a una condena o una
declaratoria de responsabilidad penal que se encuentre ejecutoriada y en firme.

Con base en las razones anteriormente expuestas, considero que la norma invocada como
fundamento de la decisión impugnada, deriva en efectos contrario a preceptos de carácter
constitucional e internacional, orientadas a proteger mis derechos humanos, en especial mi derecho
a defender derechos y a la participación política. Esto en la medida que me supone desmejorar mi
protección por razones diferentes a la neutralización del riesgo.

Usted, señor director, es por vía indirecta guardián de la Constitución Política de Colombia, razón
por la cual, es su deber aplicar la excepción de inconstitucionalidad, o control constitucional por vía
de excepción, en atención a que, puede cualquier autoridad, ya sea judicial o administrativa, hacer
uso de esta excepción con el ánimo de respetar normas de carácter convencional.

La jurisprudencia constitucional ha definido que ‘la excepción de inconstitucionalidad como un deber


en tanto las autoridades no pueden dejar de hacer uso de ella en los eventos en que detecten una
clara contradicción entre la disposición aplicable a un caso concreto y las normas constitucionales’.
En consecuencia, esta herramienta se usa con el fin de proteger, en un caso concreto y con efecto
inter partes, los derechos fundamentales que se vean en riesgo por la aplicación de una norma de
inferior jerarquía y que, de forma clara y evidente, contraría las normas contenidas dentro de la
Constitución Política.16

V) Peticiones

Por las razones previamente expuestas, se solicita respetuosamente al director de la Unidad


Nacional de Protección;

1. REPONER la resolución No. 00000277 del año 2022, y, por ende, dejarla sin efectos jurídicos,
con fundamento en los argumentos expuestos en este recurso, con el objetivo de asegurar de
manera efectiva el goce de mis derechos humanos fundamentales y en especial mi derecho a
defender derechos humanos.
2. APLICAR la EXCEPCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD, de acuerdo las disposiciones de
carácter convencional, constitucional y legal expuestas en la parte considerativa del presente
16
Disponible en: https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=82335#:~:text=De
%20manera%20que%20la%20excepci%C3%B3n,que%20no%20tiene%20vocaci%C3%B3n%20de
recurso.
3. ANALIZAR la totalidad de incidentes reportados ante la Unidad Nacional de Protección, en
especial las amenazas que he recibido en contra de mi vida e integridad personal, las cuales
evidencian el riesgo latente, constante y grave de un atentado en contra de mi vida.
4. SOLICITO a la Unidad Nacional de Protección que valore la situación actual de violencia en el
territorio de Córdoba, en el cual, yo ejerzo la labor de activismo social y defensa de los
derechos humanos.
5. REQUIERO que de manera inmediata se reestablezca el esquema de protección
correspondiente a mi nivel de EXTRAORDINARIO DE RIESGO y se decrete a mi favor el
restablecimiento de mi esquema de protección, el cual se encuentra conformado por un (1)
vehículo blindado y (2) hombres de protección, un (1) medio de comunicación, un (1) chaleco
blindado y un (1) botón de apoyo.

NOTIFICACIONES

Correos electrónicos: presidencia.anzorc@gmail.com y josedavidortegaruiz@gmail.com


notificacioneslitigio@coljuristas.org

Comedidamente;

Arnobi De Jesús Zapata Martínez


CC. 78.590.521

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