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GA 349: ”De la vida del ser humano y de la Tierra (10 conferencias).

Sobre el Ser del Cristo (4


conferencias)”. Conferencias dadas en Dornach a los obreros del Goetheanum entre el 17 de
febrero y el 9 de mayo 1923

11ª conferencia: 21 abril 1923: Dormir y velar. La vida después de la muerte. El Ser de Cristo - Los dos niños Jesús.
12ª conferencia: 5 de mayo 1923: Fundamentos de una astronomía científico-espiritual.
13ª conferencia: 7 de mayo 1923: Sobre el Ser de Cristo, Ahriman y Lucifer en relación con el ser humano.
14ª conferencia: 9 de mayo 1923: Sobre la Muerte, Resurrección y Ascensión del Cristo.

Conferencia del 9 de mayo 1923

Pregunta: ¿Podemos escuchar más detalles sobre la personalidad de Cristo-Jesús?

Dr. Steiner: Ustedes ven, la pregunta es de actualidad y entonces la trataré hoy. Pero tengo
que decir por anticipado, que lo que diré sólo será del todo comprensible para aquellos que ya
estuvieron desde hace más tiempo aquí, mientras que los señores que han llegado recién hoy,
tendrán que adentrarse poco a poco en lo que exponemos.

Así que la pregunta que me ha sido presentada y sobre la que hablaremos, es sobre la
personalidad de Cristo que ha llegado a los 33 años de edad y entonces murió.
“Al tercer día se levantó de la tumba, ha resucitado. ¿Cómo es eso y de dónde obtuvo esta personalidad la fuerza y
el poder? Y después por favor tenga la gentileza de hablar de su Ascensión después de cuarenta días.”

Dado que la época es la correspondiente lo hablaremos después de que hayamos dejado


preceder lo otro; pero, como ya les dije, sólo puede ser completamente comprensible para
aquellos que ya están aquí desde hace tiempo. Los otros también llegarán una vez hasta ese
punto, si nos reunimos a menudo aquí.

Bien, primeramente es así, que todo el asunto sobre la personalidad de Cristo y sus destinos
en los primerísimos tiempos después de que habían acontecido era, en realidad, bastante
desconocido. Ustedes no tienen que tomar el tema de tal manera como se lo mira hoy en día,
pues hoy uno tiene algo así como la sensación, de que los acontecimientos en Palestina que se
vinculan con la personalidad de Jesús, se hicieron conocer de golpe en todo el mundo. No fue
así, sino que el asunto es así, que en aquel entonces en el que tuvieron lugar los destinos del
Cristo Jesús, estuvo ampliamente difundido el así llamado Imperio Romano, un poderoso
imperio mundial, y Palestina pertenecía también a este poderoso imperio mundial romano.

Ustedes saben que de este Imperio Romano tenemos todavía una herencia bien
desafortunada, el así llamado Derecho Romano. Ustedes quizás sepan, que los estudiantes en
las universidades, para la erudición jurídica, tienen que estudiar durante mucho tiempo el
así llamado Derecho Romano. Pues bien, el Imperio Romano había sido pensado en una
época en la que las condiciones sociales eran completamente diferentes, de modo que el
Imperio Romano se ha vuelto algo sumamente inadecuado para la época actual. Pero sin
embargo todavía hoy se hace justicia en base al Derecho Romano.

Así es como de este Romanismo tenemos una herencia. Tenemos otras cosas más, pero esta
herencia, el así llamado Derecho Romano, es algo que puede llamar la atención a todos
ustedes.

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Esta dominación romana estuvo sumamente difundida. Sólo quiero darles un pequeño
concepto de cómo estuvo extendido el poderío romano. Sólo necesitan imaginarse el sur de
Europa: aquí tendrían a España (se dibuja), aquí Italia; allá entonces tenemos a Grecia, aquí el
Mar Negro. Después tenemos un gran número de pequeñas islas. Ahí se encuentra Asia
Menor y allá, más o menos, en la zona que voy a pintar así, allí estaba ese pequeño país
Palestina con Jerusalén, Nazareth y así sucesivamente.

El poderío romano entonces estaba extendido por sobre todos estos países. Los romanos
habían ocupado a todos estos países con su poder. ¡Es decir que fue un poderío romano muy
vasto! Roma está aproximadamente aquí. Obviamente en Roma tenía lugar todo lo que se
refería a las historias gubernamentales y así sucesivamente, es decir muy lejos de Palestina. Y
todo lo que había sucedido en Palestina, eso en aquel entonces había sido muy, pero muy
poco conocido. Y aquellos escritores que escribían en Roma ¡todavía no habían escrito nada
100 años después de los acontecimientos con Cristo Jesús en Palestina! Recién unos cien años
después se había captado este asunto que había tenido lugar en Palestina. Y en aquel
entonces en Roma no se lo trató más que diciendo: Pues bien, allá en Palestina fue crucificado
un hombre desconocido. - Ser crucificado eso significaba en aquel entonces algo así como más
tarde: ser ahorcado. Es decir que no provocaba un revuelo especial. Recién después, cuando
hubieron pasado cien años y el poderío romano se había vuelto cada vez más tiránico y
también cada vez más lujoso, ahí se mostró, que entretanto, mientras que la gente en Roma
estaba en su vida lujosa, se había ido extendiendo lentamente aquí poco a poco el
cristianismo, y en Roma recién se notaron por primera vez los cristianos. Y a los cristianos en
Roma les fue así, que primeramente no se los quería tolerar en absoluto. Quien era cristiano,
fue muy perseguido en Roma. Y ahora les tengo que explicar, por qué en Roma fueron
perseguidos los cristianos, pues, ¿no es cierto? ustedes sino no podrían comprender qué
concepción, qué parecer subyace a que en aquel tiempo emergió el punto de vista: Allá en
Palestina, en Jerusalén ha muerto un Dios. Ahí ustedes tienen que tener en claro cómo eran
en realidad los puntos de vista en el mundo de aquel entonces.

Vean ustedes, para un romano en ese primer siglo cristiano, o sea para un romano en el que
escribía - en aquel entonces todavía no se escribía, se contaba según el calendario romano,
pero si ya hubiese estado nuestro cálculo del tiempo, entonces se hubiera escrito digamos 1 ó
10 ó 50 -, así que si en esa época se hubiese preguntado a un romano: ¿Quién es pues Dios?
Entonces hubiera contestado: Augusto, o: Tiberio. Así como todavía hoy en día el chino,
cuando le preguntan ¿Quién es pues Dios? señalaría al Emperador de la China. Así que ustedes
tienen que tener en claro, que en aquel entonces para los romanos, el soberano, el
gobernante era al mismo tiempo su Dios. Y esto era lo que los romanos enseguida notaron en
los cristianos, lo que primero percibieron en los cristianos, que los cristianos no creían que un
ser humano en la Tierra pueda ser un Dios general. Los romanos únicamente sabían: cualquier
ser humano que está sentado en el trono, que tiene una soberanía poderosa, ese es el Dios,
ese es lo más excelso que hay que idolatrar. Fue también una especie de adoración lo que los
romanos profesaban a su gobernante.

Sí, así fue en todo el mundo de antaño. Allá en el Oriente, donde estuvieron una vez los
grandes reinos, el imperio persa, el asirio, el babilónico y así sucesivamente, ahí también fue
así, que el soberano era Dios: “Dios” no significaba otra cosa que aquel al que uno se dirigía
cuando se necesitaba algo. Él era el supremo. Se lo consideraba como el salvador, el que
ayuda. Pero no siempre fue un salvador.

Les llamo la atención sobre esto, porque ustedes posiblemente conocerán la palabra “Dios”
(Gott) en su lengua. Cuando los niños son bautizados, entonces personas tiene que ser
padrinos. Pero hay regiones, yo creo que también aquí en Suiza, donde al hombre se le da el

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nombre “der Herr Götte” = el señor padrino y a la mujer “die Frau Gottel” =la señora
madrina. Esto significa que aquellos que apadrinan al niño, tienen que brindar ayuda. Es el
mismo “Gott” =Dios. Y el Dios sólo era aquel que de este modo era el “padrino universal”
(Weltengott =Dios del mundo). Cuando uno quiere entender los tiempos pasados, entonces
hay que retrotraerse a esas épocas anteriores. Por lo tanto el Dios era el padrino universal
general. El nombre de Goethe, el nombre del poeta alemán, también proviene de la misma
palabra.

Y esto fue lo primero lo que se escuchó de los cristianos, que los cristianos no creían que un
ser humano en la Tierra pudiese ser un Dios generalizado. Eso era algo que los romanos no
podían entender. Esa gente terrible que no hace valer al emperador como Dios, esa es gente
sumamente peligrosa. Y los cristianos a su vez, se remitían a la expresión: Dad al César lo que
es del César, y a Dios lo que es de Dios. - Así que ustedes ven, en la sentencia de Jesús ahí está
separada la cuestión César y Dios. Dios es lo invisible. Dios es lo que no vive en un ser visible
aquí en la Tierra. Esto afirmaban los cristianos. Y esta era la gran diferencia entre los romanos
y los cristianos. Y la consecuencia fue, que los romanos consideraban a los cristianos como a
las personas de lo más peligrosas, que socavaban el poder estatal porque no llevaban ofrendas
al Emperador en el templo. Las ofrendas en los templos, esas eran llevadas al Emperador por
la gente. Pues bien, los cristianos, ellos ofrendaban a un Dios que había muerto en Palestina,
que no se lo ve por ningún lado. Eso era algo que los romanos no podían comprender. Y por
eso los primeros cristianos tuvieron que celebrar sus sacrificios subterráneamente, bajo la
tierra. Y estos pasadizos subterráneos que excavaban, en los que enterraban a sus muertos,
en los que celebraban sus sacrificios, a esos se los llama catacumbas. Hay en Roma, en general
en Italia, esas muy extensas catacumbas bajo la tierra, como pequeñas ciudades. Allí han
celebrado los primeros cristianos sus servicios cultuales en los primeros siglos, en tanto que
arriba los romanos tenían grandes circos, circos enormes. Y ahí por ejemplo en esos circos
había resultado una diversión especial, que a una persona que se despreciaba, la ataban con
una soga a un poste, y después de pintarla con pez la encendían y quemaban viva. Y eso se
miraba en el circo, así como hay es día se miran las corridas de toros. Eso era algo totalmente
común y corriente.

Represéntense una vez esta imagen, arriba los salvajes romanos en los circos que
quemaban vivas a las personas embadurnadas de pez y atadas con sogas. Eso los divertía
muchísimo. Y abajo los cristianos que en las catacumbas celebraban sus oficios divinos. Esa era
una diferencia entre lo debajo de la tierra y lo por encima de la tierra, como más aguda es
imposible de pensar. Esto hay que tenerlo ante la vista.

Es correcto ciertamente, que las cosas en la Edad Media después fueron terribles con la
Inquisición. Pero tan terrible como se comportaron los romanos en el florecimiento de su
período de los Césares, tan terriblemente no se comportaron a pesar de todo los cristianos
más tarde. Eso tenemos que retenerlo. Eso es ciertamente verdad.

O sea que lo primero que se escuchaba en Roma era: Los cristianos, ellos no quieren
reconocer a un Dios visible. Obviamente que se fue haciendo cada vez más conocido lo que en
realidad tenía que ver con este Cristo Jesús, y ya les he contado más de una cosa al respecto.
Por ejemplo les he llamado la atención, que en realidad hubo dos Niños Jesús - de los que uno
murió muy temprano - y que fueron por decirlo así compañeros de juegos, niños
extraordinariamente capaces, talentosos.

Ahora vean ustedes, este relato, que todos ustedes conocen de la Biblia, cómo el Jesús de
doce años instruye en el Templo a los eruditos, eso es algo que se fundamenta absolutamente
en una verdad. Sólo que ahora ustedes obviamente no tienen que decir: si un niño de doce

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años va hoy a la universidad entonces ningún colegiado de profesores le demostraría respeto.
Las enseñanzas actuales no se pueden comparar con las de antaño. Ustedes de verdad no
tienen que creer que defiendo una convicción conservativa, o incluso una reaccionaria, pero
tengo que contarles los hechos así como son. ¿No es cierto? hoy nosotros obviamente
tenemos que mandar a nuestros hijos a la escuela. Ahí justamente los niños talentosos
aprenden muchísimo de lo que todavía no se sienten cómodos. Hay que - como lo hacemos
en la escuela Waldorf - preparar las cosas de tal modo, que los niños se sientan cómodos. Pero
en general los niños aprenden extraordinariamente mucho de lo que no se corresponde con
ellos. Eso, lo que no los hace sentir cómodos, eso obviamente lo saben mucho mejor los
adultos que los niños. Pero lo que a los niños se les quita con eso, que los niños aprendan la
manera moderna de leer y escribir, sí, señores míos, a eso la gente no le presta atención. Los
niños le dicen a uno, cuando se los escucha correctamente, muchas cosas sumamente
inteligentes. Eso se lo han traído desde el mundo espiritual antes de haber descendido a la
Tierra. Y este uno de los Niños Jesús, este había traído extraordinariamente mucho. Y debido a
que ambos niños eran compañeros de juegos, siempre sabían en el fondo lo mismo. Entonces
el uno murió. Y así los Evangelios ahora - porque eso le ha gustado más a la gente - únicamente
cuentan de un Niño Jesús. Pero con eso no se entienden los Evangelios. Lean no más hoy el
evangelio de Mateo y el de Lucas, ambos se contradicen. Toda la ascendencia de Jesús en el
Evangelio de Mateo se describe diferentemente a la del Evangelio de Lucas. ¿Por qué? Sí,
porque las cosas se refieren realmente a dos Niños Jesús.

Les había dicho que de verdad me he ocupado durante años con esta cuestión desde el
punto de vista científico-espiritual, y que he llegado a lo siguiente: se trata de dos Niños Jesús.
El Evangelio de Mateo, éste trata de otro Niño Jesús que el del Evangelio de Lucas.

Después uno ha fallecido a los doce años de edad. El otro quedó. Cuando en el Evangelio
dice: “Jesús aumentó en sabiduría, espíritu y fuerza”, entonces eso se refiere sólo a ese uno.

Vean ustedes, eso lo encontré hace mucho tiempo, como les había dicho, que hay dos de
esos Niños Jesús. No se sabía que en algún lado en la historia se hubiese revelado algo así.
Hasta que una vez estando en el norte de Italia nos topamos con un cuadro. Ahí está
representada esta historia de Jesús en el Templo donde instruye a los eruditos. Y allí
curiosamente está este segundo Niño Jesús. Éste se está yendo. ¡El uno, ése instruye, y el otro
que se está retirando, no es el Niño Jesús habitual que se conoce! De modo que se puede
decir, que en ciertos siglos la gente todavía sabía: ha existido un segundo Niño Jesús. Éste se
va. Cuando lo encontré, recién entonces pude saber que este segundo Niño Jesús había sido
representado. Ustedes ven, durante siglos se había sabido esto. Pero la Iglesia en realidad
nunca permitió que emerjan tales cosas que corresponden a la verdad real.

Entretanto ya les había dicho, que sencillamente hay ciertas cosas en la vida del ser humano,
donde se dice que sobreviene una iluminación. Naturalmente que la gente no le da crédito a
eso. Pero vean ustedes, tales iluminaciones - que simplemente las hay - de tales
iluminaciones se puede hablar, y les quiero relatar un ejemplo que ayer me fue transmitido
por un miembro de aquí. Les podría contar cientos de ejemplos, pero les quiero relatar este
ejemplo más reciente.

Hay un químico muy importante, Kekulé, un erudito inobjetable, simplemente un verdadero


químico que ha escrito muchos libros sobre química. Hay dos puntos de vista científicos
importantes que provienen de este Kekulé. No necesito entrar en detalles sobre estos puntos
de vista ya que nos llevaría horas, no se trata de eso ahora. Estos dos importantes puntos de
vista químicos se refieren a cómo están conformadas las sustancias en sus componentes más
pequeños, por ejemplo el benceno. Y estos puntos de vista que ha erigido Kekulé, juegan un

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rol importantísimo en la química. Quien conozca la química, sabe que hoy se habla por doquier
de la Teoría de Kekulé.

Pues bien ¿qué vivenció Kekulé mismo? Kekulé cuenta, que estuvo una vez en Londres, ahí
vivía bastante alejado - ahí no había puesto todavía nada en pie de sus teorías - y a la noche
siempre tenía que viajar en ómnibus al otro extremo de la ciudad. Ahí tenía un conocido al que
visitaba a la noche. Por eso tenía que trasladarse tan lejos. Una vez volvía a casa después de
haber hablado mucho con su conocido, que también era químico, sobre temas químicos. Con
el zumbido del ómnibus empezó a dormitar. Y mientras estaba durmiendo arriba en el
ómnibus, ahí sueña: ahí hay un átomo, allí hay otro, más allá un tercer átomo; y entonces esos
pequeños átomos son mantenidos reunidos por el grande (se dibuja). Soñaba de las sustancias
y la materia hasta que llegó a casa. Eso lo soñaba arriba en el ómnibus. Cuando llega a casa
anota detalladamente todo. Esa fue su primera teoría. Vean ustedes, ella lo ha soñado. Le fue
inspirada, una teoría totalmente materialista.

Lo segundo es la así llamada teoría del benceno. Esa la soñó en otra ocasión, aunque no en
Londres sino cuando se durmió en otra localidad.

Sí, señores míos, ustedes ven, ahí un químico totalmente materialista tuvo que confesar, que
con su pensar, con el elucubrar no hubiera llegado a las conclusiones, sino que las recibió en el
sueño, ambas teorías. Una iluminación, una verdadera inspiración fue todo.

Y ahora yo quisiera saber, por qué entonces uno se opone, cuando se dice que el Jesús, que
quedó, a los treinta años se convirtió en un ser humano totalmente diferente. Obviamente que
Kekulé no se convirtió enseguida en una persona totalmente diferente porque su inspiración
había sido por cierto una pequeña. Pero en el Jesús entró el saber de todo el cosmos cuando
cumplió los treinta años. En aquellos tiempos de antaño eso era algo absolutamente posible, y
cosas parecidas todavía son posibles hoy en día. Por lo tanto ustedes sólo tienen que
representarse, que el Jesús de Nazaret que había quedado, a la edad de treinta años fue
iluminado con todo aquello que se denomina el Cristo. Él entró en él, así como la teoría del
benceno entró en Kekulé. Con eso él se convirtió en un ser humano completamente diferente.
Y aquellos que entendían algo de las cosas, decían: Los romanos, ellos tienen un Dios en el
trono. El Dios en el trono, decían ellos, él ha llegado a serlo por los poderes terrenales
comunes. - Tales Dioses en el trono, tampoco tienen habitualmente iluminaciones; al menos la
mayoría ¿no es cierto?; ellos no tienen tales iluminaciones a los treinta años.

Pues bien, los cristianos decían: Nuestro Dios no ha sido instituido por seres humanos, él ha
sido instituido por los poderes cósmicos mismos.

Pero entonces tuvieron que decir otra cosa más. No fue tan indeterminado lo que se decía
antaño de Jesús, como lo que les estoy transmitiendo ahora. Yo tengo que comunicárselos
lentamente y paulatinamente, por eso ¿no es cierto? el asunto se hace indeterminado. Pero
todavía era más determinado de la manera siguiente. Vean ustedes, hoy tenemos - para que
algunas personas se hagan inteligentes según el punto de vista de nuestra época - escuelas
superiores, universidades. Después de haber pasado primero mucho tiempo en las escuelas
secundarias, ya sean humanistas o técnicas, se llega a la escuela superior. Ahí a uno le es dado
el pulido de la inteligencia. Pero ustedes no siempre encontrarán que las personas que salen
de las universidades se hayan convertido en otras personas en la universidad, sino que ellas
han aprendido externamente algo.

Esto no fue absolutamente así en tiempos antiguos. En tiempos pretéritos no había


diferencia alguna entre iglesias y teatros y escuelas, sino que todo eso era uno, y a eso se los

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denominaba Misterios. Ahí se formaba antaño a la gente. Y lo más importante que se les
enseñaba a la gente en los Misterios, eso era el así llamado Saber del Sol.

Vean ustedes, ya les había hablado de todos los asuntos de las Ciencias Naturales, les he
dicho siempre, qué influencia tiene el sol sobre todo lo que sucede en la Tierra. Las plantas no
crecen meramente porque son empujadas desde abajo del suelo, sino porque el sol las hace
salir. En todos nosotros está igualmente la fuerza del sol del mismo modo como la fuerza de la
Tierra. Y ya les he llamado la atención, que esta fuerza del sol no es meramente una fuerza
muerta, sino una fuerza sabia, viviente. Les había presentado muchos ejemplos. Ustedes han
podido ver, que aquello que sucede entre los animales, sucede sabiamente, inteligentemente,
comprensivamente. Sí, cuando se mira hacia arriba al sol, los eruditos se representan que es
una bola de gas. Señores míos, eso es más o menos tan inteligente como si todos nosotros en
conjunto una vez pudiésemos - no se puede, pero supongamos que podemos hacerlo como lo
ha contado Jules Verne - sentarnos en un gran avión y viajar a la luna, buscar en la luna
nuestro trabajo y yo les diría: Señores míos, vean ahí abajo, ahí está la Tierra. La Tierra es un
cuerpo - ahí no hay nada encima. - Ustedes no me creerían, señores míos, porque subieron
allá conmigo. Ustedes creerían que allí ciertamente hay seres humanos. Seres humanos que
tienen almas están en la Tierra.

Pero justamente así lo hacen los eruditos con el sol hoy. Uno está sentado aquí en la Tierra,
mira hacia arriba al sol y dice: Ahí arriba no hay más que gas ardiente. - Pero eso es un
verdadero absurdo. El sol - si bien no por personas tales que se puedan ver con los ojos - está
habitado, pero está habitado.

Y este Saber del Sol, esto es lo que se ha enseñado principalmente a los discípulos en los
antiguos Misterios. Y por eso se han denominado a estos discípulos los discípulos solares. Se
decía: Allí arriba en el sol, ahí están las fuerzas, las fuerzas primaverales, las fuerzas solares,
ahí está lo que hace salir todo de la Tierra. Y así a uno, que en el tiempo antiguo había
aprendido esto, lo que son los secretos del sol, se lo llamaba un discípulo del sol, y después un
maestro solar, cuando había sido formado. Y lo que ahora a los treinta años supo de repente el
Jesús de Nazaret, eso fue esta sabiduría del sol. Esta sabiduría del sol le había sobrevenido.
Ahora ustedes quizás ya vieron, cuando las plantas están bajo la Tierra, en el sótano, que
sobre la Tierra están hermosamente verdes, magníficas, que en el sótano se ponen
blanquecinas y como paralizadas. Bueno, ahí en ellas no entra la fuerza solar. Esta fuerza solar
en el sentido espiritual más elevado, esta entró en el Jesús. Y los que lo entendieron dijeron:
Ahora ha entrado el Cristo en el Jesús.

Vean ustedes, ahora justamente pasó esta cosa peculiar. Los judíos, que vivían
especialmente aquí en Palestina (se dibuja) ellos habían oído desde mucho tiempo atrás de sus
profetas, que una vez había de suceder algo así, que la Tierra pueda ser instruída a partir del
espacio cósmico mismo. Pero ustedes pueden estar seguros que si hoy alguien escribiese un
“Guillermo Tell” como lo escribió Schiller, y se lo representara en el teatro, que la gente diría:
esto es un bulo, esto es algo muy malo. No lo aceptarían. Y el “Guillermo Tell” justamente fue
aceptado primero por esas pocas personas que conocían a Schiller; después se ha difundido. Es
así nomás en nuestro orden social, así ha sido siempre, que la mayoría de las personas se han
tirado de la propia coleta. Así los judíos también se han tirado de la propia coleta y entonces,
cuando aconteció esto y ellos ya no estuvieron más conducidos por los Misterios, sino que
apareció uno que tenía este saber solar, que entonces dijeron: ¡Ahí hay uno que empero
afirma, que es verdad todo lo que puede decir! - Ustedes ya saben lo que se hace con esas
personas que dicen una verdad que todavía no es conocida entre la gente. Esa fue una magna
verdad y sabiduría que tenía que anunciar el Jesús de Nazaret en el que ahora vivía el Cristo.
Pues bien, y entonces se lo crucificó. Y él pasó verdaderamente por la muerte.

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Y ahí llego ahora a la pregunta que me ha sido formulada concretamente. Vean ustedes,
los actualmente teólogos esclarecidos, la mayoría posiblemente peor que los no-esclarecidos -
los no-esclarecidos dicen: Pues bien, entonces al Cristo lo colocaron en la tumba, y después de
tres días resucitó en carne y sangre así como era. - Entonces los esclarecidos obviamente
dijeron: Eso no lo creemos porque nadie sale de la tumba. - Empero, yo diría, al menos hay
algo de lo que uno profesa. Será discutible, pero es algo por lo que uno profesa.

¿Pero qué dicen los teólogos esclarecidos? Vean ustedes, uno de los teólogos más
esclarecidos, que es muy conocido y citado, es Harnack. ¿Qué dice éste sobre la resurrección?
Vean ustedes, Harnack dice: Lo que ha acontecido al tercer día en el jardín de Getsemaní - allá
estuvo la tumba - eso no se puede saber. Así dice de este modo el teólogo esclarecido: Lo que
ahí ha acontecido en el tercer día en el jardín de Getsemaní, eso no se puede saber. Pero con
el tiempo mucha gente ha ido creyendo que allá resucitó el Cristo. Por lo tanto ésta es la fe
pascual, y nosotros suponemos que habría que atenerse a esta creencia pascual.

Vean ustedes, esta cuestión la presenté una vez – hace ya mucho tiempo – en la Asociación
“Giordano Bruno” de Berlín. Allí había un presidente erudito que estaba convencido de saber
mucho de estas cosas, y él dijo: ‘Eso no pudo haberlo afirmado de esta manera Harnack, pues
eso sería así como si Harnack afirmase que no se debe creer en lo que de verdad sucedió, sino
solamente en lo que la gente cree sobre eso. Eso sería como con el Manto Sagrado de Trier,
donde también la gente dice: En fin, si el Manto Sagrado en Trier es realmente el que ha usado
Cristo, eso no se sabe, pero de todos modos muchos lo creen y por lo tanto nosotros también
lo creemos. ’ - Así hablaba el protestante sobre la fe católica en el Manto Sagrado de Trier. U
otro ejemplo es el del hueso de san Antonio. Cuando se lo examinó concienzudamente era un
hueso de ternero. Entonces la gente que creía en él no se hizo mala sangre, sino que dijeron:
no depende que sea realidad, sino que la gente lo crea.

Pero para nada depende de eso, sino que depende de lo que ha sucedido! Pues bien, en la
Biblia en realidad se narra de una manera maravillosa, sólo que la gente no le pone atención
en cómo se narra. En la Biblia no se cuenta que ha sucedido esto y aquello, sino que siempre
se cuenta: esto y aquello han visto las personas, lo han visto verdaderamente. Eso es lo que se
narra.

De modo que se narra, que las mujeres salieron y lo que ellas han visto en la sepultura; se
cuenta que el Cristo se había encontrado con los discípulos en Emaús, y así sucesivamente, que
el Cristo había sido visto, eso se narra.

Y ahora recuerden, que les había dicho que el ser humano consta no sólo de este cuerpo
material substancial que se coloca en la tumba, sino que el ser humano consta todavía además
del cuerpo etéreo, cuerpo astral y yo. Se los he descrito muy minuciosamente. Pues bien,
resulta que el cuerpo físico del Jesús de Nazaret fue realmente depositado en la tumba. Me he
ocupado mucho de esta cuestión, y es sumamente significativo que se haya dicho ahí en el
Evangelio mismo, que hubo un terremoto. Hubo un terremoto. Eso hizo una grieta y el cuerpo
fue acogido por la Tierra, así que de verdad no estaba más ahí. Y los discípulos no vieron a este
cuerpo físico, sino al cuerpo etéreo, al cuerpo suprasensible. Las mujeres y los discípulos han
visto al Cristo en el cuerpo etéreo, no más al Jesús de Nazaret, sino al Cristo, aquello que ahora
era el ser humano interior transformado.

Naturalmente que ustedes tienen que imaginarse que lo que allí había acaecido, que eso
para los discípulos fue algo extraordinariamente grandioso. Tienen que imaginarse nomás, si
entre ustedes hay alguno con quien tengan una amistad pero muy profunda, y que se lo
arranquen por medio de una crucifixión – hoy se diría, por la horca, por el patíbulo – ustedes

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están profundamente ligados a él – eso les provocará un estado de ánimo. Y este estado de
ánimo justamente hizo clarividentes a los discípulos para estas cosas. Y ellos vieron y siguieron
viendo en los primeros días - con más frecuencia que de lo que se detalla en los Evangelios -
verdaderamente al Cristo. Pero era el Cristo suprasensible.

Y vean ustedes, si leen en las Cartas de Pablo, entonces leen del famoso acontecimiento en
Damasco, que Pablo experimentó en las cercanías de Damasco: le sobrevino como una especie
de estado de sueño, entonces le apareció en las nubes el Cristo. Y pongan atención cómo lo
narra Pablo. Él dijo una vez: No me pueden quitar más la fe/creencia en Cristo, pues yo lo he
visto así como los otros Apóstoles.

Es decir, que Pablo no dice, los otros apóstoles han visto al Cristo en el cuerpo físico; sino él
tendría que afirmar, también él habría visto al Cristo en el cuerpo físico. Él afirma
expresamente, que vio al Cristo en las nubes, al Cristo suprasensible, y al decir, él y los otros
apóstoles han visto al Cristo, ya está indicando que los otros apóstoles, tal como él mismo, han
visto al Cristo en el cuerpo suprasensible. Y ¿no es cierto? ahí la gente cree, que sea una
objeción a que Tomás el incrédulo tuvo que poner las manos en las llagas. Eso meramente
quiere decir: la presencia, que el Cristo estaba ahí, esta vivencia era tan intensa, que Tomás
mismo pudo tener la fuerte creencia que lo tocaba. O sea que todo está referido a lo
suprasensible.

¿No es cierto? Los llagas eran algo que a los discípulos, especialmente a los apóstoles, les
llegó muy profundamente al corazón (zu Herzen gehen: llegar al alma/ al corazón, impresionar hondamente, tomar
algo a pecho) . Hubiese sido mucho menos gráfico, si no se hubiese contado que justamente las
llagas podían ser tocadas. ¿Por qué justamente las llagas? ¿Por qué no ponerle las manos en la
cara o a algo parecido? También se hubiese sentido que hay algo. Colocó sus dedos en las
llagas, porque las llagas habían hecho una impresión especial, y que realmente dependía de la
visión superior lo que ahí los discípulos verdaderamente llegaron a percibir del Cristo.

De modo entonces que se puede decir: cuarenta días seguidos los discípulos tuvieron la
certeza: el Cristo está todavía.

Y de allí se originó entonces la enseñanza cristiana – la que es la enseñanza cristiana original,


a lo que se empalma lo que les dije el lunes pasado - de allí se originó entonces la enseñanza
cristiana: Cuando Cristo es enterrado, entonces en la tumba está meramente el cadáver que
desaparece; lo inmortal nos lo ha mostrado en sí mismo el Cristo; en lo suyo Inmortal
deambuló durante cuarenta días. Nosotros lo hemos visto. Y al Pablo hasta se le apareció
mucho más tarde. Por lo tanto Él siempre está.

Y así podemos decir también hoy: Él siempre está. Sólo que los discípulos, porque la fuerza
del ver en ellos había desaparecido, no lo vieron más después de cuarenta días. Entonces
dijeron: Ahora él se fue de nuestro lado: Ascensión (Himmelfahrt= Viaje al cielo). Este es un
acontecimiento que naturalmente llenó de gran pesar a los discípulos. Se dijeron: A pesar de
que ha muerto, a pesar de que los enemigos lo han crucificado, estuvo todavía durante
cuarenta días entre nosotros. Ahora ya no está entre nosotros. Ahora ha vuelto otra vez a las
vastedades del mundo.

Y entonces se pusieron verdaderamente tristes. No con una tristeza común, sino con una
tristeza muy profunda. Y los diez días - de los que ahora se está hablando [fue justamente ese tiempo
en 1923 – nota de NP], - estos diez días fueron para los discípulos y apóstoles algo, donde se
sumieron profundamente en sus almas/corazones auscultándose, donde reflexionaron
considerando con fuerza interior todo lo que Cristo alguna vez les había dicho. Estos diez días

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alcanzaron a que después pudieran decirse: Sí, todo eso también lo podemos saber nosotros;
esta sabiduría – se dijeron por la intensa impresión – esta sabiduría está en nosotros mismos. Y
sintieron ahora después de diez días la fuerza de también enseñar esta sabiduría. Las lenguas
de fuego – es una imagen para ello – recibieron en sus cabezas. Eso es Pentecostés, el
pensamiento/idea de Pentecostés, las lenguas ígneas. Por este gran duelo, donde volvieron a
reflexionar sobre todo, que ni siquiera volverían a divisar al Cristo, se sumieron de tal forma en
su interior, que ellos mismos fueron capaces de enseñar.

Y hermosamente se narra, que ahora comenzaron “a hablar en todas las hablas”. Pero ahí
hay que tener un poco en claro, cómo se hablaba ahí en épocas antiguas. No deben pensar
ustedes naturalmente, que allí se afirma que los apóstoles empezaron a hablar en chino,
japonés o hasta en alemán, sino que, de acuerdo a la manera de expresarse en aquellos
tiempos, ellos ahora por todo lo que habían reflexionado en los diez días entre Ascensión y
Pentecostés, fueron despertados. Ahora para ellos ya no hubo más la diferencia de las
religiones, sino que ellos anunciaban una religión para todos los seres humanos. Esto es lo que
se quería decir con eso, que pudieron hablar en todas las hablas: una religión para todos los
seres humanos.

Y éste es el pensamiento de Pentecostés más hermoso, la religión para todos los seres
humanos. Vean ustedes, lo que más ha perjudicado a los seres humanos es siempre el
fanatismo en la religión, la exclusividad en la religión, que se tenga ahí cristianismo y budismo
y judaísmo y de todo. ¿Por qué es así que se tengan tantas religiones? Que haya tantas
religiones eso proviene a que estas religiones son religiones terrenales, justamente religiones
terrenales.

¿Qué opino al decir: religiones terrenales? Pues bien, vean ustedes, hay una época, si por
ejemplo nos retrotraemos digamos – hoy tenemos 1923 – a la época de las que les he contado,
en que Cristo Jesús había vivido en Palestina, en el cambio de los tiempos (Zeitenwende: cambio de los
tiempos, giro de los tiempos ) . Ahora vayamos más atrás, digamos al año 3500 antes de Cristo Jesús,
es decir de vuelta a la Antigüedad, ahí hay allá abajo en Egipto personas que alrededor del
3000 ó 3500 antes de Cristo también habían hablado de su Dios, sólo que en palabras antiguas.
Lo llamaron por ejemplo Ra. Habían hablado de su Dios, pero habían dicho: El Dios, él está en
la ciudad de Tebas por ejemplo, y en la ciudad de Tebas había una especie de edificio con una
construcción parecida a un sepulcro especialmente artístico. Allí dentro moraba el Dios. Esa
fue la forma más antigua en la que se veneraba al Dios, en que estaba en un determinado
lugar.

Sí, señores míos, si alguien morara ahí donde ahora estamos morando nosotros, ése
probablemente no hubiese dicho: el Dios, él está en Tebas; pues eso era algo donde no
solamente no se llegaba hasta allá, sino que ni siquiera se lo conocía. No se sabía nada de
Tebas. Es decir que los que estaban aquí abajo en Egipto, donde fluye el Nilo, estos decían: el
Dios mora en Tebas. Y los que estaban aquí, en nuestra región, también tenían deidades
locales. Así por ejemplo había una deidad local en la actual Alsacia o en Münster. O sea que las
personas veneraban a Dios en una localidad determinada. Sí, eso condiciona, eso hace que
haya diferentes religiones: la religión tebana, la región alsaciana, la religión münsteriana. Ahí
se dividen, se escinden las religiones.

Y más tarde, cuando entonces las personas habían peregrinado más por la Tierra, entonces
ya no podían aceptar cualquier lugar para el Dios, pues entonces se hubiesen contradicho.
Ellos se mudaron y ya no consideraron más como Dios al lugar, sino a la persona que los
encabezaba. Y así paulatinamente fue pasando la dignidad divina al emperador y a los
príncipes. A su vez fueron para un pueblo el soberano. O se originaron muchos soberanos.

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Ustedes ven que en Roma todavía había algo de estas religiones, en tanto que los romanos
todavía veneraban a su César como un Dios.

¿Pero qué era el cristianismo? El cristianismo no decía nada de todo eso. No de un lugar en la
Tierra, no en una persona en la Tierra está lo que se debe venerar como lo divino, enlazado,
sino a la fuerza solar, la vida (Lebendigkeit: vivacidad, viveza, vida, actividad, expresión) solar, que el Cristo
había acogido en sí. Y el sol es justamente omni-humano. Pues ninguna persona puede decir
en Europa, cuando el sol alumbra su cráneo, que ese es otro sol que el sol de los egipcios o de
los chinos o de los australianos. Quien verdaderamente reconoce que la fuerza del Cristo
proviene del sol, ése debe reconocer la religión general para todos los seres humanos.

Fue la religión general para todos los seres humanos, aun cuando no siempre toda la gente
lo entendió. Y a los apóstoles eso se les hizo perfecta y totalmente claro, que está la religión
solar. Eso se expresa al decir, que pudieron hablar en todas las hablas. Podían traer una
religión de reconciliación, una religión de tolerancia para todos los seres humanos. Este es el
pensamiento/idea pentecostal. Pero ustedes saben, que el pensamiento/idea pentecostal hoy
no se ha cumplido todavía. Y tiene que cumplirse. Todavía tiene que llegar a ser claro, que lo
que el Cristo trajo a la Tierra no depende en absoluto de una enseñanza, sino de un hecho.

Cuando hoy los misioneros europeos llegan a un indio o a un chino, entonces exigen de ellos
que crean en lo se dice en Roma del Cristo. Y a eso no se pueden decidir los indios o los chinos,
pues eso se ha formado a partir de las condiciones europeas. Con eso no se gana a la gente.
Pero si lo dijeran de tal manera como yo se los dije hoy a ustedes, podría brindarse en toda la
Tierra. Pues lo que para todos los seres humanos es válido, eso es el pensamiento pentecostal.

Ahora he intentado un poco explicarles la idea de la Ascensión así como hay que tomarla, y
la idea de Pentecostés, lo que quería saber el señor que había anotado la pregunta. Me dio
mucho gusto que pude exponerles esto, porque justamente estamos en la época de Ascensión
y en diez días seguirán los días de Pentecostés. [Nota de NP: días de Pentecostés, porque en Suiza y Alemania se
celebran el domingo y el lunes; lo mismo acontece en Pascua, y Navidad].

Ahora tengo que viajar a Noruega. Les haré saber cuándo será la próxima conferencia. ¡Hasta
la vuelta!

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Traducción (sin pulir) de Norma Priemer – de la última de las 4 conferencias que hace 100 años Rudolf Steiner
brindó sobre el Cristo a los obreros del Goetheanum.

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