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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

PODER JUDICIAL
Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Transito de
la Circunscripción Judicial del Estado Lara
Barquisimeto, siete de julio de dos mil veintitrés
213º y 164º
ASUNTO : KP02-V-2022-000704

DEMANDANTE: Ciudadano JOSXIER ALBERTO BARRIOS ABREU,


titular de la cédula de identidad N° 17.784.751.

AOPDERADOS JUDICIALES DE LA PARTE DEMANDANTE: Abogados


LENIN JOSÉ COLMENÁREZ LEAL, AMÍLCAR RAFAEL
VILLAVICENCIO LÓPEZ, JESÚS ALBERTO GARCÍA SÁNCHEZ y
ROGER JOSÉ ADAN CORDERO, inscritos en el I.P.S.A. bajo el N° 90.464,
90.413, 116.387 y 127.585, respectivamente.

DEMANDADO: Ciudadano JOSÉ LUIS PÉREZ GÓMEZ, titular de la cédula


de identidad N° V-31.204.319.

APODERADOS JUDICIALES DEL DEMANDADO: Abogados


LEONARDO JOSÉ NEGRETTE SOTO y LEONARD JESUS NEGRETTE
ARAUJO, inscritos en el I.P.S.A. bajo los Nos. 31.198 y 192.971,
respectivamente.

MOTIVO: CUMPLIMIENTO DE CONTRATO.

SENTENCIA: DEFINITIVA.

DELIMITACIÓN DE LA CONTROVERSIA
Inicia el presente proceso a través de libelo de demanda presentado por el
ciudadano JOSXIER ALBERTO BARRIOS ABREU, asistido por el abogado
ROGER JOSÉ ADÁN CORDERO, en fecha 27 de abril del año 2022,
alegando que en fecha 18 de febrero de 2021 suscribió una convención que se
denominó contrato de reserva y representación, con el ciudadano José Luis
Pérez Gómez, quien para ese momento era un adolescente y contaba con 16
años y 11 meses de edad, motivo por el cual, en el referido contrato, lo
suscriben sus padres en condición de representantes legales, tal como lo
dispone los artículos 347, 348 y 349 de la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes … en ese sentido, se debe destacar que por
previsión del artículo 100 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños,
Niñas y Adolescentes, se reconoce la capacidad laboral de los adolescentes
para celebrar válidamente actos, contratos y convenciones, por lo que, las
obligaciones estipuladas en dicho contrato, se constituyeron en ley entre las
partes contratantes,… así las cosas, se debe destacar que dicho contrato tiene
por objeto el manejo y representación del demandante, en todas las actividades
deportivas y publicitarias relacionadas con el béisbol, en las que el ciudadano
José Luis Pérez Gómez participe o tenga interés en contratar o participar
dentro y fuera del territorio nacional. Asimismo expone que, el motivo de la
firma del referido contrato, obedece a que el ciudadano José Luis Pérez
Gómez, se fue desarrollando como prospecto en la academia de béisbol
NATIONS BASEBALL SHOWCASE (NBS) durante muchos años,
entrenando desde su corta edad; motivo por el cual se le prestó dedicación
exclusiva en sitios adecuados para su entrenamiento en el béisbol profesional ;
y de la cual fue su director, posteriormente, se desempeñó como agente
contratante en la academia y como consecuencia el contrato suscrito me
fueron delegado todos los derechos de representación del deportista José Luis
Pérez Gómez, para su futuro y posible contratación por las diferentes
organizaciones del béisbol a nivel mundial, en especial a organizaciones de la
Major League Baseball (MLB)… además asevera que, el ciudadano José Luis
Pérez Gómez fue objeto de contratación por parte del equipo TAMPA BAY
RAYS de la Major League Baseball (MLB), la cual funciona en Venezuela
como Academia de Béisbol de Tampa Bay AC, en Carabobo… y recibió una
bonificación total de Ochenta mil Dólares americanos (USD $80.000,00) que
le fueron otorgados al ciudadano José Luis Pérez Gómez en cheque,
materializando el cobro del mismo sin el conocimiento del demandante,
generando el incumplimiento que aquí se demanda, se debe precisar que el
referido ciudadano José Luis Pérez Gómez, al firmar la referida convención,
se encontraba sujeto a las obligaciones derivadas del contrato de reserva y
representación suscrito con el demandante, por lo que violento de manera
flagrante el contrato de plena exclusividad, ya que gestionó y suscribió
personalmente, sin la intervención de Joxier Barrios, un convenio como
equipo de béisbol de Grandes Ligas. Por tal motivo, luego de obtenida la
contratación del ciudadano José Luis Pérez Gómez como pelotero profesional,
por estipulación pactada entre las partes en la cláusula décima y décima
primera del contrato de reserva y representación, el referido deportista tenía la
obligación de cancelar a mi persona, el 50% del valor total de la contratación
por concepto de contraprestación por el trabajo físico, personal y emocional
requerido por José Luis Pérez Gómez para lograr su proyección y desarrollo
de sus destrezas, logrando su objetivo como profesional en el béisbol con la
organización Major League Baseball (MLB); obligación a la cual, el hoy
demandado, hizo caso omiso y se encuentra en el cumplimiento de la misma
(folio 02 al 09).
Luego, el día 29 de abril del 2022, la demanda es admitida por este juzgado
(folio 21), en la que se ordenó el emplazamiento del demandado, cuyos
apoderados judiciales se dieron por citado en fecha 24 de octubre del año 2022
(folio 58 al 61), quienes presentaron contestación a la demanda, en fecha 31
de octubre del año 2022, y aducen que, José Luis Pérez Gómez, desde su
infancia ha jugado béisbol, y en ese tipo de escenario conoció al ciudadano
Josxier Alberto Barrios Abreu, quien le contactó y ofreció su servicio como
agente de la LMB, prometiéndole que bajo su patrocinio era más rápido para
que lo firmaran como prospecto, proponiéndole el cobro de un porcentaje por
concepto de representación que oscilaba en este momento en un 30% del
monto, en el caso de lograrse la firma ante cualquier club de béisbol a futuro
lo cual incluiría publicidad entre otros., y como contraprestación de ese
porcentaje, el demandado, menor de edad para ese momento, recibiría ayuda
de alimentación, ropa y artículos deportivos, lo cual el agente cumplió a
medias, teniendo que acotar que el menor de edad para esa fecha que por no
tener vivienda fija, vivía en residencia bajo su propio costo, ya que sus padres
están separados, pues bien hace un año, el demandado, menor de edad para esa
fecha y sin tener ningún tipo de orientación, fue contactado como prospecto
por la organización Tampa Bay, al enterarse de ello el ciudadano Josxier
Alberto Barrios, enseguida preparó un contrato, en donde estableció sin
discutirlo con nadie un porcentaje de 50% inmediatamente le tomó la firma a
los padres del menor, amenazándoles diciéndole o firmas el contrato o no vas
a la escuela en Maracay, a lo cual nuestro cliente, bajo coerción firmó dicho
contrato. Luego de ello, han surgido varios hechos en donde se ha visto
involucrado, es así que para el cobro del bono de la firma de ochenta mil
dólares americanos (USD $80.000,00) fue estafado por un compañero
prospecto de la misma organización a quien le depositó la confianza, en donde
hoy por hoy mediante la asistencia de la escuela se está haciendo los trámites
para que reintegre el dinero, actualmente por República Dominicana en donde
sucedieron los hechos. …el contrato que quiere hacer valer el ciudadano
Josxier Alberto Barrios Abreu, fue firmado hace más de un año, para lo cual el
ciudadano José Luis Pérez Gómez, tenía 17 años de edad, en donde él se negó
en reiteradas oportunidades a la firma por tener diferencia como el supuesto
agente, señaló supuesto ya que no presenta ninguna documentación de que lo
fuere, o que pertenezca a una organización de béisbol, que lo acredita como
tal; insistió, el porcentaje planteado, y de una manera u otra consiguió la firma
de los padres de José Luis Pérez, y y afirma que para dicha contratación se
debió buscar la asistencia o anuencia de un tribunal de menores, a fin de que
garantice y vele por los derechos del menor, cuestión que si se quiere es una
regla que se debe cumplir, a fin de proteger y ser garante del bienestar del
menor, en tal sentido invocó sentencia número 1308, de fecha 18 de
noviembre del año 2011 dictada por el tribunal superior en materia de
menores. Finalmente, oponen la validez del contrato por no reunir los
requisitos formales para la existencia de todo contrato, como lo es, el
consentimiento, objeto y causa, señalando que la acción de nulidad absoluta
del contrato, puede ser declarada de oficio por el mismo juez, pues están en
presencia de un contrato leonino contrario lo establecido en el artículo 08 de la
Ley de protección al consumidor y al usuario, y en contravención de los
artículos 89 y 108 de la Constitución Nacional (63 al 70).

JUSTIFICACIÓN DE LA DECISIÓN
Esta Juzgadora, previo a pronunciarse sobre el mérito del presente juicio,
procede a establecer que la jurisdicción constituye una actividad propia del
Estado que presta a través de la Rama Judicial del Poder Público en la
República Bolivariana de Venezuela, por medio del Tribunal Supremo de
Justicia y los demás tribunales establecidos por la ley, cuyos órganos deberán
declarar el Derecho al caso en concreto para alcanzar la resolución pacífica de
los conflictos sustanciales que se puedan generar, y que se someten al
conocimiento de la jurisdicción, en ese sentido, la sentencia bajo el Nº 05980
dictada por la Sala Político-Administrativa en fecha 18 de octubre del año
2005, la cual juzgó lo siguiente:

“Por lo tanto, resulta forzoso para esta Sala declarar la jurisdicción de los
tribunales venezolanos para conocer el caso de autos, de conformidad con lo
previsto en el artículo 39 de la Ley de Derecho Internacional Privado, el cual
atribuye jurisdicción a los Tribunales venezolanos en los casos que la parte
demandada esté domiciliada en el territorio de la República. Así se decide.

La legislación venezolana establece ciertos límites a la derogatoria de la
jurisdicción, consagrados en el artículo 47 de la Ley de Derecho Internacional
Privado, el cual contempla tres supuestos en los cuales la jurisdicción de los
Tribunales de la República no podrá ser derogada convencionalmente, a saber:
a) controversias relativas a derechos reales sobre bienes inmuebles situados en
el territorio de la República; b) materias respecto de las cuales no cabe
transacción; y c) materias que afecten los principios esenciales del orden
público venezolano.
Esta inderogabilidad fija los casos en los que una vez establecida la
jurisdicción venezolana en virtud de alguno de los criterios atributivos, ésta no
puede ser sustraída por la voluntad de los litigantes mediante la sumisión a
tribunales extranjeros o a árbitros que resuelvan en el extranjero, y contempla
como supuesto de jurisdicción exclusiva el caso de los derechos reales sobre
bienes inmuebles situados en la República.”

El criterio expuesto, prevé los supuestos de inderogabilidad de la jurisdicción,


por otra parte, cabe agregar, que los artículos 44 y 45 de la Ley de Derecho
Internacional Privado prevén la forma cómo las partes pueden someter el
conocimiento de una determinada controversia a la jurisdicción de los
tribunales venezolanos o extranjeros, según sea el caso, y en tal sentido
disponen:

“Artículo 44. La sumisión expresa deberá constar por escrito.”


“Artículo 45. La sumisión tácita resultará, por parte del demandante, del hecho
de interponer la demanda y, por parte del demandado, del hecho de realizar en
el juicio, personalmente o por medio de apoderado, cualquier acto que no sea
proponer la declinatoria de jurisdicción u oponerse una medida preventiva.”

Según las normas transcritas supra, los particulares pueden escoger el tribunal
a cuyo conocimiento desean someter un asunto determinado, esta decisión
puede estar contenida en una de las cláusulas de un contrato, o puede ocurrir
la sumisión tácita de la jurisdicción, al respecto, la sentencia bajo el Nº 04541,
dictada por la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,
en Caracas, en fecha 21 de junio del año 2005, consideró lo siguiente:
“Por otra parte, en caso de no existir un acuerdo expreso, si las partes acuden
ante un tribunal, y realizan ciertos actos procesales tales como interponer una
demanda y contestarla (excepto en el caso que en la oportunidad de contestar
se alegue la falta de jurisdicción del tribunal o se oponga a una medida
cautelar), se entiende de manera tácita que ambas partes están de acuerdo en
que dicho órgano jurisdiccional conozca y decida el asunto.”

En consecuencia, si alguna de las partes a pesar de haber establecido


contractualmente, una jurisdicción determinada, pero una de las partes
demanda ante otra jurisdicción y la otra parte no opone excepción alguna
relativa a la falta de jurisdicción, se entiende que, ambas partes ha decidido
tácitamente someterse a la jurisdicción que conoce de la causa judicial, y no la
pactada en el contrato, lo cual sucedió en el caso de marras, en el que a pesar
de que el contrato cuyo cumplimiento se demanda, prevé en la cláusula
décima octava, que se someten a la jurisdicción de la República Dominicana,
la parte demandada no se excepcionó mediante la falta de jurisdicción de
conforme el ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil.
Así se establece.

Sin embargo, lo que si excepcionó la representación judicial de la parte


demandada es la existencia de falta de competencia, indicando que este juicio
debería ser dirimido ante los juzgados competente en materia de protección de
niños, niñas y adolescentes, ya que, el demandado de auto, al momento de
suscribir el contrato no había alcanzado la mayoría de edad.

Ahora bien, es básico comprender que, toda causa judicial debe ser
sustanciada y decidida en observancia del derecho al debido proceso,
establecido en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, que establece lo siguiente:

“El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y


administrativas; en consecuencia:
1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo estado y
grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene derecho a ser
notificada de los cargos por los cuales se le investiga, de acceder a las pruebas
y de disponer del tiempo y de los medios adecuados para ejercer su defensa.
Serán nulas las pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso.
Toda persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con las
excepciones establecidas en esta Constitución y la ley.
2. Toda persona se presume inocente mientras no se pruebe lo contrario.
3. Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier clase de proceso, con las
debidas garantías y dentro del plazo razonable determinado legalmente, por un
tribunal competente, independiente e imparcial establecido con anterioridad.
Quien no hable castellano o no pueda comunicarse de manera verbal, tiene
derecho a un intérprete.
4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces naturales en las
jurisdicciones ordinarias, o especiales, con las garantías establecidas en esta
Constitución y en la ley. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio sin
conocer la identidad de quien la juzga, ni podrá ser procesada por tribunales
de excepción o por comisiones creadas para tal efecto.
5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o declarar contra
sí misma, su cónyuge, concubino o concubina, o pariente dentro del cuarto
grado de consanguinidad y segundo de afinidad. La confesión solamente será
válida si fuere hecha sin coacción de ninguna naturaleza.
6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones que no fueren
previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes preexistentes.
7. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los mismos hechos en
virtud de los cuales hubiese sido juzgada anteriormente.
8. Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o reparación de
la situación jurídica lesionada por error judicial, retardo u omisión
injustificados. Queda a salvo el derecho del o de la particular de exigir la
responsabilidad personal del magistrado o de la magistrada, del juez o de la
jueza; y el derecho del Estado de actuar contra éstos o éstas.”

En efecto, se entiende que, el debido proceso está compuesto por un conjunto


de derechos procesales, entre los cuales se destaca el derecho al juez natural,
cuya garantía constitucional, abarca una serie de elementos que deben ser
concurrentes para la concreción del mismo, el cual comprende: que dicho juez
sea competente, que esté predeterminado por la ley, que sea imparcial, idóneo,
autónomo e independiente.

Por lo tanto, el contenido y alcance del derecho al juez natural comprende lo


siguiente: 1) ser independiente, en el sentido de no recibir órdenes o
instrucciones de persona alguna en el ejercicio de su magistratura; 2) ser
imparcial, lo cual se refiere a una imparcialidad consciente y objetiva,
separable como tal de las influencias psicológicas y sociales que puedan
gravitar sobre el juez y que le crean inclinaciones inconscientes; 3) tratarse de
una persona identificada e identificable; 4) preexistir como juez, para ejercer
la jurisdicción sobre el caso, con anterioridad al acaecimiento de los hechos
que se van a juzgar, es decir, no ser un Tribunal de excepción; 5) ser un juez
idóneo, como lo garantiza el artículo 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, de manera que en la especialidad a que se refiere su
competencia, el juez sea apto para juzgar; en otras palabras, sea un especialista
en el área jurisdiccional donde vaya a obrar.

En tal sentido, se concibe que, la concreción del derecho al juez natural, como
una garantía común a todos los procesos, implica que nadie puede ser
sustraído de los jueces a los cuales la ley le atribuye un determinado asunto, al
respecto, se destaca la sentencia N° Nº 144, dictada por la Sala Constitucional,
en fecha 24 de marzo 2000, reiterada en sentencia N° 209, de fecha 12 de
marzo del año 2018, que consideró lo siguiente:

“…que el juez sea competente por la materia. Se considerará competente por


la materia aquel que fuera declarado tal al decidirse un conflicto de
competencia, siempre que para la decisión del conflicto se hayan tomado en
cuenta todos los jueces que podrían ser llamados a conocer, situación que no
ocurrió en este caso; o creando en la decisión del conflicto no se haya
incurrido en un error inexcusable en las normas sobre competencia (...).
De manera que la garantía constitucional del juez natural implica que,
formalmente, sea un juez con competencia predeterminada en la Ley el que
administre justicia en cada caso concreto, y sustancialmente, que ese juez sea
idóneo, independiente e imparcial para que asegure que será justa y conforme
a derecho la decisión judicial. Por tanto, se trata de una garantía jurisdiccional,
es decir, inherente al ejercicio de la función de administración de justicia.’…”.
De modo tal que, cuando el Juez actúa con manifiesta incompetencia y
procede a dictar sentencia de mérito, incurre en una evidente trasgresión del
numeral 4 del artículo 49 de la Constitución, ya que carece de aptitud o
cualidad para juzgar, por ende, un juez incompetente nunca podrá ser el Juez
natural de la causa, de allí la relevancia de la cuestión previa prevista en el
ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil.

Ahora bien, en el caso concreto, delata el demandado de auto que la presente


causa judicial debe ser sustanciada y decidida por un tribunal competente en
materia de protección de niños, niñas y adolescentes, pues el demandado de
auto, no había alcanzado la mayoría de edad al momento de la suscripción del
contrato, sin embargo, en la fecha de la presentación de la demanda si había
cumplido 18 años de edad, y así se evidencia del propio libelo de demanda y
la copia de cédula de identidad inserta al vuelto del folio cincuenta y nueve
(59), aunado que, el artículo 3 del Código de Procedimiento Civil prevé que
“La jurisdicción y la competencia se determinan conforme a la situación de
hecho existente para el momento de la presentación de la demanda, y no
tienen efecto respecto de ellas los cambios posteriores de dicha situación,
salvo que la ley disponga otra cosa.”, además que, el artículo 177 de la Ley
Orgánica de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, dispone que la
competencia del Tribunal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes
corresponderá en cualquier asunto judicial, en el cual los niños, niñas o
adolescentes sean legitimados activos o pasivos en el proceso.

En consecuencia, esta juzgadora considera que este órgano jurisdiccional es


competente para conocer y decidir esta litis; por consiguiente, resuelto los
puntos previos, procede esta Juzgadora a valorar las pruebas que constan en
auto, en los términos en que a continuación se exponen:

• Contrato suscrito entre el demandante de auto Josxier Alberto Barrios Abreu,


y los ciudadanos José Luis Pérez y Lissette Isabel Gómez Torrealba, titulares
de la cédula de identidad número 7.411.793 y 11.261.060, respectivamente, en
representación del entonces adolescente José Luis Pérez Gómez, quien es su
hijo conforme acta de nacimiento número 728, de fecha 23 de abril del año
2004, emanada del Registro Civil del municipio Palavecino del Estado Lara,
documental privada que se valora conforme el artículo 1.363 del Código Civil,
y la misma evidencia la veracidad de la relación sustancial que vincula a las
partes del presente juicio, que se concreta en el contrato de reserva y
representación, en el que efectivamente los agentes se comprometen a entrenar
y ejercitar al adolescente deportista así como a darle alojamiento y
alimentación con el propósito de procurar la firma del deportista por alguna
organización de béisbol profesional, a cambio del 50% del valor total de la
firma (folio 10 al 13).

• Constancia suscrita por el demandante, la cual se desecha por quebrantar el


principio de alteridad de la prueba, que consiste en que la prueba debe emanar
de la otra parte o de un tercero, y no de la propia parte promovente (folio 14).

• Carta de autorización suscrita por los ciudadanos José Luis Pérez y Lissete
Isabel Gómez Torrealba, titulares de las cédulas de identidad Nos.
V-.7.411.793 y V-11.261.060, respectivamente, en el que autorizan el pago de
cuarenta mil dólares americanos (USD $40.000,00) de la cuenta bancaria a su
nombre o en conjunto correspondiente al pago de los honorarios profesionales
de Josxier Alberto Barrios Abreu, en razón de fungir como agente deportivo
del hijo de estos, José Luis Pérez Gómez, quien logró realizar un acuerdo de
béisbol profesional con el equipo Tampa Bay Rays por un monto de ochenta
mil dólares americanos (USD $80.000,00), y que según lo pactado entre las
partes corresponde al 50% de la bonificación (folio 15), se valora conforme el
artículo 1.363 del Código Civil.

• Formulario de investigación del jugador, el cual se valora como documento


privado conforme el artículo 1.363 del Código Civil, y el mismo evidencia que
la relación sustancial a que se contrae el presente juicio no se trata de una
relación laboral (folio 16 al 20).

• Documento autenticado ante la Notaría Pública de Cabudare del estado Lara,


en fecha 9 de septiembre del año 2022, bajo el número 11, tomo 34, folio 32
hasta 34, que se valora conforme el artículo 1.359 del Código Civil, y
evidencia el carácter de apoderado judicial de los abogados Leonardo José
Negrette Soto y Leonard Jesús Negrette Araujo, respecto del demandado de
auto, ciudadano José Luis Pérez Gómez (folio 59 al 61).

Ahora bien, analizada cada una de las pruebas que constan en el expediente, y
considerando que la presente controversia se delimita en el cumplimiento de
un contrato de agente deportivo, esta sentenciadora procede a establecer las
siguientes consideraciones jurídicas:

La figura de los agentes deportivos es reciente; anterior a esto, eran los


mismos deportistas quienes negociaban sus intereses, pero dado el desarrollo
del ámbito deportivo profesional, y la considerable connotación económica
implícita en el mismo, emergen los agentes deportivos.

Actualmente, todos los deportistas profesionales, en especial béisbol, fútbol y


baloncesto, tienen un representante quien se encargan de negociar, desde sus
contratos con sus empleadores, sus patrocinios, su explotación de imagen,
hasta aspectos de carácter tributario, laboral o inclusive sobre aspectos
personales, al respecto, se destaca la concepción de Silvio Bogliari, en la obra
“De agentes de FIFA a agentes nacionales: las normas actuales para los
agentes deportivos”, en la que expuso lo siguiente:

“Las actividades realizadas principalmente por los agentes son dos: garantizar
un contrato de trabajo para sus representados, los futbolistas, o un
determinado club de fútbol o concretizar un contrato de transferencia de un
futbolista de un club a otro. Sin embargo las funciones desempeñadas por el
agente no se limitan a las transacciones de mercado, ya que el intermediario es
un profesional que desempeña funciones no exclusivamente durante las dos
sesiones anuales del mercado de fichajes.
El agente asume cada vez más funciones accesorias, desde la negociación de
contratos no relacionados con la esfera puramente deportiva hasta la
administración de las actividades cotidianas del futbolista.”

La anterior definición del agente deportivo, si bien alude al fútbol, y no al


béisbol que es el caso en estudio, permite comprender la relevancia del agente
deportivo, dado que la representación es un fenómeno jurídico que permite
que el interesado en un negocio jurídico no siempre tenga que estar frente a la
negociación, celebración e inclusive ejecución de un contrato, permitiéndole
que delegue alguno, varios o todos.

En materia deportiva, la representación deportiva es naturalmente


representativa por lo que siempre estaremos frente a una representación
directa. No es posible que la negociación deportiva la realice el agente a
nombre de él, ya que implicaría que el mismo agente sea el deportista de alto
rendimiento sobre el cual se está negociando o renegociando el contrato de
trabajo o de transferencia, lo que desconocería el elemento subjetivo del
contrato de agente deportivo o intermediarios que es ser una persona natural o
jurídica que representa a jugadores en el marco de la negociación deportiva.

Dentro del mandato, la procura puede ser general, cuando el mandante lo


otorga para la celebración de todos sus negocios, o especial, cuando se otorga
para la realización de uno o más negocios específicos. El contrato de
representación deportiva se entiende que es el mandatario tiene una procura
especial toda vez que abarca únicamente las transacciones sobre negociación o
renegociación de contratos de trabajo o negociación de contratos de
transferencia.

El contrato de representación deportiva al estar inmerso en una negociación de


carácter particular, será la autonomía de las partes la que imponga el
contenido de la relación negocial, cuyos puntos esenciales sin los cuales no se
puede entender que el contrato de representación deportiva se ha
perfeccionado haciendo énfasis en los elementos relativos a: el nombre de las
partes, la duración y la remuneración debida al agente de jugadores, las
condiciones generales de pago, la fecha de conclusión y la firma de las partes.

En efecto, en el contrato de representación deportiva debe existir claridad


sobre quién pagará y cómo se pagará los honorarios al agente, que en principio
será el propio jugador quien está llamado a cancelar el valor de los honorarios
de su agente, pues el principal derecho que tienen los agentes o intermediarios
es a obtener la remuneración u honorario, en la forma y cuantía que se haya
pactado en el contrato.

En consecuencia, los agentes deportivos tienen una especial relevancia en el


deporte actual, toda vez que por medio de estos se realizan todas las
negociaciones relacionadas con este deporte, generando una necesidad de
estos para la concreción de los objetivos deportivos y económicos de los
deportistas profesionales.

Ahora bien, en el caso concreto se observa que si bien es cierto el demandado


al comprometerse mediante contrato de agente de representación con el
ciudadano Josxier Alberto Barrios Abreu, era menor de edad, también es
cierto, que en tal acto fue asistido por sus padres, lo que denota que el contrato
cuyo cumplimiento se demanda, se efectuó en observancia del régimen de
protección de niños, niñas y adolescentes, en especial en atención al régimen
de la patria potestad y capacidad laboral del adolescente.

Asimismo, en razón de que el aludido contrato de agente de representación


alcanzó a concretar la firma para jugar en el beisbol profesional con la
organización de TAMPA BAY RAYS, demuestra la materialización de la
finalidad del contrato de agente de representación y el cumplimiento de las
obligaciones contractuales por parte del ciudadano Josxier Alberto Barrios
Abreu.

En definitiva, del análisis exhaustivo de las pruebas, en especial del contrato


cuyo cumplimiento se demanda no se desprende elemento alguno que permita
dilucidar que el mismo es nulo a tenor de lo establecido en el artículo 1.142
del Código Civil, ni se desprende elemento alguno que demuestre la
ocurrencia de alguna violación del régimen de protección económica al
consumidor como lo aseveró la representación judicial de la parte demandada
en la perentoria contestación.

En consecuencia, es forzoso para instancia judicial declarar con lugar la


demandada, dado que están plenamente demostrados los hechos constitutivos
de la pretensión a tenor de lo establecido en el artículo 254 del Código de
Procedimiento Civil. Así se decide.

DISPOSITIVA

Por los fundamentos de hecho y derecho antes expuestos y debidamente


analizados, este Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y
del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Lara, en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, DECLARA:

PRIMERO: CON LUGAR la pretensión de cumplimiento de contrato


contenida en la demanda presentada por el ciudadano JOSXIER ALBERTO
BARRIOS ABREU titular de la cédula de identidad N° 17.784.751, asistido
por el abogado ROGER JOSÉ ADÁN CORDERO, inscrito en el I.P.S.A. bajo
el N° 127.585, en consecuencia, se condena al ciudadano JOSÉ LUIS PÉREZ
GÓMEZ, titular de la cédula de identidad N° V-31.204.319, a pagar la
cantidad de CUARENTA MIL DÓLARES AMERICANOS (USD 40.000,00),
por concepto de contraprestación derivado del contrato de agente deportivo
que resultó en la firma del demandado en el béisbol profesional,
específicamente en la organización TAMPA BAY RAYS.

SEGUNDO: Conforme el artículo 274 del Código de Procedimiento Civil, se


condena a la parte demandada ciudadano JOSÉ LUIS PÉREZ GÓMEZ, titular
de la cédula de identidad N° V-31.204.319, al pago de costas procesales por
haber resultado totalmente vencido en el presente juicio.

TERCERO: La presente decisión fue publicada y dictada dentro delm lapso


procesal correspondiente.

Publíquese, incluso en el portal https://lara.tsj.gov.ve, déseje copia y


regístrese.
Dada, Firmada y Sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Tercero de
Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito del estado Lara, en la
ciudad de Barquisimeto a los siete (07) días del mes de Julio del año dos mil
veintitres. Años 213° de la Independencia y 164° de la Federación.-

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