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Pablo Vázquez Piqueras La era del

selfie

La era del selfie


Pablo Vázquez Piqueras

Los seres humanos que pertenecen al primer mundo tienen la “suerte” de tener a su
fácil alcance las nuevas tecnologías, pasan una gran parte del día inmersos en las redes
sociales. En ellas se produce una constante invasión por selfies de personas de
entornos cercanos o personas conocidas, en las que intentan transmitir la felicidad de
todo lo que hacen aunque en la mayoría de las ocasiones sea inventada.
La sociedad ha adoptado el selfie como una carta de presentación online con la que el
resto pueda crearse las expectativas de tu persona, ya que en las redes sociales solo se
sube lo que quieres que el resto de personas vean y piensen sobre ti. Creándose así
una personalidad artificial vinculada con el resto de personalidad creadas de la misma
manera, entrando así en un circuito de la artificialidad ya que la relación entre esas
personas no existe en la realidad ya que se ha basado en unas personalidades creadas
al gusto.
Las personas se convierten en productores, distribuidores y exhibidores de la
personalidad creada a través de seflies, ya que son ellas mismas las que se hacen las
fotos, eligen en que redes sociales poner unas y en cual las otras y las muestran al
resto de personas, que se convierten en espectadores.
El concepto de la vergüenza ha cambiado, lo público es mucho más público que antes y
lo privado se ha convertido en público. Aún así sigue existiendo un nivel que al
superarlo se produce el sentimiento de vergüenza, el de romper con la coreografía
social que llevan el resto de personas, ya que al romperse eres diferente, y al ser
diferente eres aparto y tachado como tal. Romper con la coreografía social tiene un
alto coste afectivo.
Pero dentro de esa coreografía social si que se aceptan cosas que antes eran tan
privadas que era impensable que fuese algo público. Una de las cartas de presentación
más comunes, son la auto-sexualización que realizan muchas personas, sobre todo
porque este tipo de publicaciones son las que más comentarios reciben. Lo que se
utiliza para un falso intento de subida de autoestima; me siento mal con mi cuerpo,
subo una foto, me dicen cosas buenas sobre mi cuerpo, me sube la autoestima;
claramente mientras sea un cuerpo que entre dentro de los cánones de belleza de la
sociedad actual.
Pero aunque no lo parezca el mayor problema no es la sexualización de las redes
sociales, sino que en vez de entender lo que están haciendo y por qué lo están
haciendo, centran sus pensamientos en conseguir esos cuerpos o esos estilos de vidas,
aunque como ya he señalado, son cuerpos sexualizados buscando una aceptación
constante y unas personalidades creadas desde cero para complacer al resto.

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