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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

ESPECIALIZACIÓN EN LENGUAJE Y COMUNICACIÓN DIGITAL

IDENTIDADES EMERGENTES Y SUBJEVIDADES ESTÉTICAS

Selfies y redes sociales. Una reflexión sobre la construcción ¿social? del yo.

Autora: Natalia Amani Cánovas

Docentes responsables:
- Dra. María Eugenia Boito
‐ Dra. María Belén Espoz Dalmasso
Abril 2022
Selfies y redes sociales. Una reflexión sobre la construcción ¿social? del yo.

A mediados del año 2004, la marca de producto de higiene personal “Dove” inició
una campaña publicitaria bajo el slogan “La belleza real” proponía revalorizar la imagen de
cuerpos reales en los medios de comunicación. Con el paso del tiempo este concepto se hizo
extensivo a las redes sociales tales como Facebook, Instagram y Twitter, entre otras.

Independientemente de los objetivos de marketing y del indudable fin comercial que


guarda dicha campaña, lo cierto es que esa afirmación nos lleva a la pregunta por las
imágenes de los cuerpos que circulan por las redes sociales, por la construcción de las
subjetividades a través de la publicación de selfies individuales o grupales, especialmente en
Instagram y en Twitter que son las aplicaciones más populares en la actualidad.

Antes de comenzar con nuestra reflexión es importante aclarar algunas ideas sobre la
construcción del yo desde el plano psicológico. Para la psicología social la construcción del
yo se origina en el autoconocimiento, que se desarrolla mediante la búsqueda de la respuesta
a ¿quién soy yo?

Así las personas nos valemos de diferentes estrategias, una de ellas reside en la
creación de una imagen que necesita de la mirada de un “otro” para ser confirmada. En otras
palabras, depende del reconocimiento de alguien más para afianzar aquello que el sujeto
desea proyectar. Este es un proceso individual, pero a la vez social en la medida que se
produce en el marco de las relaciones interpersonales. De este modo, durante mucho tiempo
la persona generaba, en el marco de sus relaciones “in presentia”, el estilo de vida que era
validado por su grupo de referencia.

En la actualidad, la situación es bastante diferente porque la realización de este


proceso, en gran medida y cada vez desde más temprano, ha pasado a hacerse de manera
digital, por lo que las imágenes digitales y su circulación en las redes sociales virtuales se han
constituido en un aspecto muy importante para la construcción del yo.

Para Leonor Arfuch (2005:24) la identidad sería una construcción abierta a la


temporalidad, la contingencia, la posicionalidad relacional, temporariamente fijada en el
juego de las diferencias.

Por su parte, Paula Sibilia en su libro “La Intimidad como Espectáculo” (2008)
argumenta que Internet y las nuevas tecnologías dieron lugar a una nueva forma de
sociabilidad denominada “Sociedad del Espectáculo” en la que lo único que importa es lo que
se ve y los usuarios son los protagonistas. De este modo la sociedad y los grandes medios
poseen la misma importancia y el objetivo es “reafirmar el Yo”. Para esto, Sibila afirma que
hace falta ser visible a los demás, porque en definitiva son ellos quienes confirman si uno es
real o no. Actualmente, aquello que no se ve, no importa y la mirada del otro valida la
existencia.

Pero veamos más detenidamente las características de este fenómeno, en el 2012 la


revista Time seleccionó a la palabra selfie como una de las diez expresiones de moda. Ese
mismo año, la palabra fue incluida en la versión on line de los diccionarios de inglés más
populares: el Oxford English Dictionary y el diccionario Cambridge.

Ahora bien, ¿a qué llamamos selfie? es una fotografía tomada por uno mismo,
mediante un dispositivo con cámara digital. Con frecuencia se trata de un teléfono celular y
que muchas veces es compartida luego en alguna red social. Es decir que es una autofoto en
la que un sujeto o varios pueden mostrar qué hacen, dónde, con quién y algunas veces se
busca expresar las emociones que acompañan el momento (euforia, melancolía, etc).

Teniendo en cuenta esta definición, es importante destacar que las selfies por sus
características han irrumpido en las últimas dos décadas como una práctica masiva. No hace
falta más que pensar de qué manera ha quedado relegado el rol del fotógrafo profesional en
eventos sociales públicos y privados como casamientos, fiestas de quince años, graduaciones
y actos escolares. Sibila así lo refiere también en su libro:

“Así, entre las imágenes y los comentarios sobre grandes hitos y catástrofes ocurridos
en el mundo a lo largo de doce meses, aparecían fotos de casamientos de personas
“comunes”, bebés sonriendo, vacaciones en familia y fiestas de cumpleaños (…)” (2008:12)

Ahora todos pueden registrar imágenes a su antojo, y además las pueden modificar y
eliminar si así lo desean. Por otro lado, la selfie utiliza planos y encuadres cuando menos
“extravagantes” con el fin de seducir y captar la mirada de los espectadores. Los gestos,
actitudes corporales, exhibición de tatuajes y utilización de filtros eliminan “imperfecciones”
cumplen también esta función. Así, cualquiera que posea una boca, una nariz o un cuerpo que
no sean percibidos como “correctos” ya sea por el individuo o fundamentalmente, por los
demás, puede realizarse una cirugía para poder exhibirlos a los demás. En las redes sociales
lo visual y lo estético son “corregidos” por herramientas que permiten modificar todo lo que
se vaya a publicar.
Autor: VladimirFLoyd | Crédito: Getty Images/iStockphoto Derechos de autor: VladimirFLoyd

Muchas veces la incitación a la creatividad personal y la excentricidad da espacio a la


publicación de situaciones controversiales y muchas veces moralmente cuestionables como la
realización de selfies junto a personas moribundas o en situación de abandono en las calles.

https://www.guioteca.com/fotografia/fotos-selfies-con-indigentes-polemica-tendencia-genera-enojo-en-redes-sociales/

https://ar.cienradios.com/me-gustaron-las-hablo-la-cirujana-polemica-selfie-quirofano/

Otro de los aspectos a tener en cuenta, es que antes la exhibición masiva de las
fotografías estaba restringida a personalidades del ámbito público, ya sea político o del
espectáculo. El acceso generalizado a las tecnologías necesarias ha hecho posible que un
individuo que tenga un celular, sin ser una celebridad o alguien reconocido pueda compartir
sus experiencias a través de imágenes igual que cualquiera. Esto surge de la
“democratización” de los medios de comunicación. No obstante, la realidad indica que el
concepto de “inclusión digital” es por demás optimista, aún en la segunda década del siglo
XXI. Ya que no todos poseen acceso a esas tecnologías que posibilitan el ser visibles al
mundo y esas desigualdades parecen ir en aumento. En este sentido, no cualquiera tiene
acceso a Internet.
http//ww.upsocl.com/mundo/ninos-querian-tomarse-una-selfie-pero-no-tenian-camara-le-sonrieron-a-una-chancla-para-lograrlo-

Como ya lo adelantamos en la definición propuesta, el principal objetivo de las selfies


es el de ser compartidas por los usuarios de las redes sociales (Instagram, Facebook y
Twitter), a la espera de recibir la mayor cantidad de “likes” posibles, y si estos no llegan todo
habrá sido en vano. Esto es así porque la lógica de circulación de imágenes ha producido
cambios no solo en las interacciones sociales, sino también en la percepción del tiempo y el
espacio. De este modo, la autofoto comienza a ser parte de la experiencia y no como era
antes, un recuerdo para ser rememorado y mostrado después en el ámbito de la intimidad.
Ahora, la selfie de una situación no solo forma parte, sino que modifica la situación misma. Y
al compartirla puede completarse con lo ausente, con quien no está físicamente, pero realiza
un comentario.

Fotos de Instagram
El 'selfie' más sucio que arrasa en Twitter

Una joven estadounidense subió a su perfil una foto para enseñar su vestido, pero los usuarios no se fijaron en eso precisamente.
Fuente: https://www.libertaddigital.com/chic/entretenimiento/2017-01-12/el-selfie-mas-sucio-que-arrasa-en-twitter-1276590501/

Ante la necesidad de exhibir todo cuanto tiene que ver con la privacidad, podemos
observar cómo las redes se invaden de vidas perfectas que despiertan ansiedad e
insatisfacción en quienes miran. La exposición de diversos aspectos de la vida privada,
implica al mismo tiempo la posibilidad de ser juzgados por otros usuarios y muchas veces los
comentarios o tweets dan cuenta de los resultados negativos de esa exposición.

¿Cuáles son los sentidos de estas prácticas de exhibición de la intimidad? Para ello es
necesario tener en cuenta aspectos políticos, económicos y culturales que impulsan estas
subjetividades. La pérdida de certezas, el descentramiento del sujeto, aportó una
revalorización de los pequeños relatos a riesgo de disolver las identidades colectivas en pos
de una mirada sobre lo individual. En medio de procesos de globalización de los mercados y
de la sociedad y la cultura mediatizadas, en donde los límites entre lo público y lo privado
son cada vez más difusos, observamos que los usos de las redes sociales serían estrategias
que los sujetos ponen en acción en respuesta a los nuevos patrones socioculturales,
banalizando nuevas formas de ser y estar en el mundo (Sibilia, 2008: 28). En otras palabras,
el rasgo que prevalece en el espacio mediático es precisamente la “escalada” de la
subjetividad en términos de Arfuch (2005: 40).

La experiencia subjetiva se ha transformado, de acuerdo con Sibila (2008:20), las


subjetividades son formas de ser y estar en el mundo, lejos de cualquier esencialismo que
remita al ser humano como una entidad ahistórica. La subjetividad está encarnada en un
cuerpo y embebida en una cultura intersubjetiva. Cuando se altera el campo de las
interacciones, la experiencia intersubjetiva también se altera.
Bibliografía:

ARFUCH, L. (2005) “Problemáticas de la Identidad”. En: Identidades, sujetos y


subjetividades, Buenos Aires: Prometeo.

DEBORD. G. (2003) Comentarios de la Sociedad del Espectáculo. España: Anagrama.


(Selección de fragmentos)

SIBILIA, P. (2008) La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: Fondo de Cultura


Económica. Selección de fragmentos.

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