Breve análisis sobre la construcción de la represa

La parota desde una perspectiva jurídica

Existen varios puntos relevantes en la lucha contra la construcción de la represa La Parota en
Guerrero, México. En primer lugar, se contextualiza la situación y se menciona la formación
del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras (CECOP) en respuesta a la construcción
de la represa sin los debidos permisos ni consulta a la comunidad. La resistencia comunitaria
se resalta como un elemento crucial, donde las comunidades afectadas han exigido la retirada
de la maquinaria y han mantenido su unidad a pesar de los desafíos y los intentos de reingreso
por parte del gobierno.
En el ámbito socioeconómico, se subraya que el proyecto parece beneficiar principalmente a
bancos internacionales y empresas de construcción, en detrimento de las comunidades
locales. Además, se menciona la venta de energía a empresas extranjeras como un aspecto
preocupante. La preocupación ambiental es otro punto importante, ya que se destaca el
impacto negativo de la represa en el cambio climático y se señala su ubicación en una zona
sísmica, lo que aumenta los costos y los riesgos asociados con el proyecto.
La necesidad de llevar a cabo estudios exhaustivos de impacto ambiental y de consultar
adecuadamente a las comunidades afectadas se enfatiza como un requisito esencial. Además,
se hace hincapié en el derecho a la autodeterminación de las comunidades indígenas y su
capacidad para incidir sobre su propio desarrollo.
El reconocimiento y apoyo internacional al movimiento contra la represa son destacados,
incluyendo recomendaciones de la ONU y visitas de Relatores Especiales. Se denuncian
posibles violaciones de derechos humanos, especialmente en los ámbitos económicos,
sociales y culturales, debido al proyecto de la represa, y se hace un llamado urgente a la
cancelación del proyecto en razón de las múltiples violaciones de derechos y normativas.
La lucha legal y la importancia de la organización y la unidad en la resistencia contra
megaproyectos impulsados por intereses internacionales se resaltan como elementos clave.
Se concluye con un llamado a mantener la atención y el apoyo continuos para el movimiento
de resistencia y luchas similares.
Las fechas relevantes que se deben tomar en cuenta en este análisis son las siguientes:
13 de diciembre de 2004: La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(SEMARNAT) aprobó en forma condicionada el Manifiesto de Impacto Ambiental del
proyecto hidroeléctrico La Parota
3 de julio de 2006: Fecha de inicio de la construcción de la presa La Parota.
Enero de 2011: Se estimaba que la operación comercial de la presa La Parota iniciaría en este
mes
29 de agosto de 2019: La SEMARNAT anunció que la presa La Parota no se construiría
4 de mayo de 2022: Se menciona que a dos años de que inició el movimiento opositor a la
presa hidroeléctrica La Parota, empieza a subir el nivel de violencia
Los actores públicos y privados que participaron en estos sucesos relacionados con la lucha
contra la construcción de la represa La Parota en Guerrero, México, son diversos. Entre los
actores públicos, destaca la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que desempeñó un
papel central al iniciar la construcción de la represa sin obtener los permisos adecuados ni
llevar a cabo una consulta adecuada con la comunidad local. Esta acción gubernamental
precipitó la formación del movimiento de oposición.
Asimismo, se hace referencia a la SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos
Naturales) como la agencia ambiental responsable de aprobar las evaluaciones de impacto
para varios proyectos, incluyendo la represa La Parota. Sin embargo, se la acusa de no
cumplir plenamente con sus propias regulaciones y leyes en el proceso de aprobación.
En cuanto a los actores privados, se mencionan varias categorías. En primer lugar, se hace
alusión a bancos internacionales, sugiriendo que estos podrían ser los principales
beneficiarios del proyecto de la represa La Parota, lo que insinúa su posible participación en
el financiamiento o respaldo del proyecto. También se destacan las empresas de construcción,
que podrían estar involucradas en la ejecución y desarrollo de la infraestructura de la represa.
Además, se señala un aspecto relevante relacionado con la venta de energía generada por la
represa. Se menciona que la represa La Parota podría estar destinada a vender energía a
empresas privadas extranjeras, lo que indica la presencia de actores privados internacionales
en el sector energético y su interés en este proyecto.
Para abordar el caso de la lucha contra la construcción de la represa La Parota en Guerrero,
México, es importante considerar una serie de normas jurídicas idóneas que pueden ser
relevantes:
En primer lugar, las normas nacionales son esenciales. Esto incluye la Constitución
mexicana, que establece los derechos fundamentales de los ciudadanos, incluyendo los
derechos a la consulta y al consentimiento previo, así como los derechos económicos,
sociales y culturales. También, las leyes ambientales y de uso de suelo deben aplicarse para
garantizar que cualquier proyecto, como la represa, cumpla con las regulaciones y estándares
ambientales y territoriales.
En el ámbito internacional, los tratados y acuerdos pueden ser relevantes. Por ejemplo, el
Convenio 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales establece el derecho a la consulta
y al consentimiento previo de las comunidades indígenas en proyectos que afecten sus tierras
y recursos. Por otro lado, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales protege los derechos económicos, sociales y culturales, que pueden verse
amenazados por proyectos de desarrollo como la represa.
El Derecho Internacional Ambiental también es relevante. Acuerdos como el Protocolo de
Kioto y el Acuerdo de París se centran en la mitigación del cambio climático, lo que podría
estar vinculado a proyectos que generen energía, como una represa. Adicionalmente, el
Principio de Precaución es fundamental en casos donde la viabilidad ambiental de un
proyecto está en disputa.
Finalmente, es importante considerar las recomendaciones y resoluciones de organismos
internacionales, como la Comisión y Corte Interamericana de Derechos Humanos y el Comité
de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU, que pueden emitir opiniones y
recomendaciones sobre casos específicos y derechos humanos.

Para abordar adecuadamente este caso, se requiere un marco legal que incluya nuestras
normas nacionales, los tratados internacionales sobre derechos humanos y medio ambiente,
y las recomendaciones de organismos internacionales. Como ya se ha mencionado, estas
normas garantizan la protección de los derechos fundamentales de las comunidades
afectadas, como el derecho a la consulta, al consentimiento previo y a un medio ambiente
sano, así como el respeto a los derechos económicos, sociales y culturales.
La aplicación adecuada de estas normas proporciona un marco legal sólido para evaluar
proyectos de desarrollo, proteger los derechos de las comunidades y garantizar la
sostenibilidad ambiental. Además, la lucha contra la represa La Parota destaca la importancia
de la movilización social y la defensa de los derechos humanos en la promoción de un
desarrollo sostenible y equitativo.
En este contexto, la labor del derecho tiene como propósito salvaguardar el bienestar no solo
de los individuos que se ven directamente afectados por la construcción de dicha represa,
sino además, se percibe la defensa del patrimonio natural mexicano frente a los intereses
económicos de las grandes transnacionales implicados en este asunto. Sin duda, es en
acciones como estas en las cuales el derecho cumple con su vocación más profunda y noble,
que es la de buscar el bien legítimo de quienes son acreedores a este. No es que se esté en
contra a priori de iniciativas cuyo propósito sea el desarrollo tecno científico. Lo que aquí se
cuestiona no es el qué sino el cómo. El derecho tendrá pues que evaluar la viabilidad y la
pertinencia social, económica, ambiental de un proyecto de con tales características, para así,
tomar la decisión que resulte más conveniente para todas las partes involucradas.