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Jogo vital

La noche vera del sendero de la vida es más y mejor vía que el extravío del día. eso lo intuyo. No
en vano, pues aquí puedo dar fe de lo que les digo,

A la una de la mañana le dio un besito sonoro en la mejilla con la excusa de que le contaría un
secreto al oído –no es un secreto si lo dices le increpa ella. No podía refutar tal obviedad, ¿Qué
podía significar tal acto? Su significancia era simple, aunque no lo dijo en palabras, no podía, no
quería, temía el rechazo, temía perder las tardes en que quedaban exhaustos de tanto reír; temía
perder esos hermosos silencios formados a propósito de un buen chiste, temía que no le volviera a
hablar; lo temía todo, pero no podía no hacer algo. No pondría en juego nada así no perdería. Un
beso en la mejilla podía significar poco, salvo que para él a esa hora adquiría una mágica
significación, para él debía decirlo todo. Las mejillas lozanas de ella permanecieron confusas
atinando a recogerse un poquito dejando ver una sonrisita neutra, no era rechazo no era
aprobación. No es un secreto si lo dices. No es un secreto. Le pesaba tal secreto. Ya no lo es más.
Perdí mi secreto pensó para si. Se regresó al cuarto, puso alguna canción en portugués
intencionalmente por ser esta una lengua romance, así pudo dormir.

Durante las seis horas de sueño sintió que soñó algo alegre solo que no lo recordaba. Le vio la cara
a la hora del desayuno, sus ojos adormilados lo enfocaron. se dieron mutuo saludo y sonrisa. No
refirieron nada mientras comían, él sentía lo había dicho todo hacia unas horas, ella recordaba
seguro algún sueño o quería volver a la cama y terminarlo quizá. Terminaron de comer y se
perdieron, él debía acudir a su lugar de estudio, ella hacer algunas compras. No se verían hasta
pasado el mediodía

Llego él a la biblioteca se dirigió a A864 C827a los círculos de Cortázar le entretuvieron de manera
magnifica, fue durante ese instante que recordó el sueño alegre, le llegaron imágenes al principio,
unas mejillas lozanas se encogían un poquito dejando ver una sonrisita neutra, seguido le llegaron
unas frases sueltas. no es un secreto si lo dices. He perdido mi secreto. ¿Quién le había hecho
perder su secreto y qué secreto? ¿de quién serian esas mejillas? ¿cómo podía recordar frases
sueltas y no una imagen precisa de ese rostro? Intento dibujar esas mejillas. Dos cirulos más o
menos juntos no esclarecían nada. Elementos decía para si, elementos. Le llego… un cabello teñido
de rubio con raíces negras a la altura de los hombros. Era ella, solo ella era capaz de producir una
sonrisita neutra.

Todo desde ahí llego claro como el agua y sus antecedentes de sonambulismo le hicieron temer lo
peor -una vez sonámbulo saco al perro a pasear y cuando entro olvido entrar al mismo perro- ¿era
posible que hubiera tocado la puerta de ella a la una de la mañana solo para revelar su secreto?
¿Cómo se aseguraría de que no había sido solo un sueño? No iba solo a preguntarle, así solo se
expondría. Opto por buscar la respuesta en sus ojos caoba. Esa tarde al volver a casa empezaría a
escrutarla b.

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