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INSTITUTO IDIP

“El sujeto bio-psico-social atravesado por una enfermedad


mental o social. Período 2000 – 2019”.

“Esquizofrenia”

Comisión: viernes de 18hs. A 19.30hs.


Alumna: Hernández Natalia Patricia
Mail: nataliahernandez@live.com.ar
Fecha de entrega: 29/10/21

Índice
Introducción………………………………………………………pag.3

DESARROLLO

1
Psicosis…………………………………………………………...pag.4

De la demencia precoz a la esquizofrenia……………………pag.5

Esquizofrenia descripciones generales……………………….pag.11

Síntomas………………………………………………………….pag.12

Causas……………………………………………………………pag.14

Diagnostico………………………………………………………pag.14

Tratamiento………………………………………………………pag.14

Factores de riesgo………………………………………………pag.15

Complicaciones…………………………………………………pag.16

Prevención………………………………………………………pag.16

Clasificación de los tipos de esquizofrenia………………….pag.16

Clasificación DSM-5……………………………………………pag.17

Afecciones relacionadas con la esquizofrenia………………pag.18

Tipos de clasificación del DSM-5……………………………..pag.19

Esquizofrenia en niños y adolescentes………………………pag.21

Herramientas del AT…………………………………………….pag.25

Conclusión……………………………………………………….pag.26

Bibliografía……………………………………………………….pag.27

Anexos……………………………………………………………pag.28

Introducción

La esquizofrenia es probablemente el trastorno mental más angustioso e


incapacitante que existe. Los primeros signos de la esquizofrenia tienden a
declararse en la adolescencia o al comienzo de la edad adulta. Los síntomas

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son confusos y pueden resultar alarmantes para la familia y los amigos. Las
personas con esquizofrenia pueden presentar alucinaciones, delirios,
pensamiento desordenado y formas peculiares de hablar o de comportarse. Los
síntomas afectan la capacidad del individuo de relacionarse con los demás y lo
apartan del mundo que les rodea.

El 50% de las personas que padecen esquizofrenia tiene además problemas de


alcoholismo u otras adicciones en algún momento de su enfermedad y esto
empeora el cuadro. El promedio de suicidios es del 10%, el riesgo es más alto
en los primeros años de la enfermedad.

Por ahora sigue sin identificarse un factor individual como único causante de la
esquizofrenia.

La esquizofrenia afecta al 1 - 2% de las personas. Está presente en todo el


mundo. Hombres y mujeres presentan el mismo riesgo de desarrollar el
trastorno, pero mientras la enfermedad tiende a declararse en los hombres entre
los 16 - 25 años de edad, la mayoría de las mujeres empieza a tener síntomas
entre los 25 - 30 años.

En Argentina 1 de cada 100 personas tienen dicha patología. Si bien es una


enfermedad que hoy tiene tratamiento, aún persiste un estigma que rodea a la
esquizofrenia donde pacientes y familiares sufren discriminación.

Desarrollo

Psicosis

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La Psicosis son la esquizofrenia, la paranoia, la melancolía y la psicosis
maníaco depresiva.

Las psicosis eran entendidas como un proceso relacionado con una posesión
divina. Recién en el siglo XVlll es considerada una cuestión de “enfermos”,
“lunáticos” (con temor al contagio y la condena al aislamiento) de esta manera el
“psicótico” paso a ser objeto de estudio. La psiquiatría intento transformar
racionalmente los síntomas en signos “objetivos”, dando lugar a la intervención e
investigación neurofisiológica y la psicofarmacológica.

En el siglo XX se intenta dar una perspectiva diferente como es el caso de


psicoanálisis, que lejos de reducir los signos o síntomas con que la clínica
psiquiátrica clásica intentaba capturar su objeto de conocimiento, privilegia la
escucha sobre la mirada.

En general se habla de psicosis (en plural) por que se incluye un abanico de


problemáticas (esquizofrenia, paranoia, melancolía, psicosis maniaco depresiva)

Desde el psicoanálisis las psicosis no son solo un conjunto de síntomas típicos,


muchas manifestaciones clínicas son observadas en otras afecciones, es un
posicionamiento con una lógica particular, por ejemplo, en la psicosis no se
registran una trama edípica, al modo que se pensaría en la neurosis.

La psicosis es una organización de la subjetividad en la que Freud ve una forma


específica de perdida de la realidad con regresión de la libido sobre el yo (vuelta
sobre el propio cuerpo) y con, eventualmente, la constitución de un delirio como
tentativa de curación. Es decir, la psicosis es principalmente el resultado de un
conflicto entre el yo y el mundo exterior (realidad exterior) excepto la melancolía
que es esencialmente una confrontación entre el yo y el superyó.

De la demencia precoz a la esquizofrenia

Como es sabido, la historia del concepto de esquizofrenia tiene su punto de


partida más conocido y definido en la descripción de la llamada Dementia
praecox por parte del psiquiatra alemán Emil Kraepelin (1856-1926). Sin embargo,

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la prioridad de esta descripción ha suscitado alguna controversia historiográfica,
pues la aparición del término demencia precoz se remonta al alienismo francés de
los años centrales del siglo XIX. En sus Études cliniques de 1852-53, Benedict
Augustin Morel (1809- 1873) presentó algunos casos de jóvenes alienados a los
que diagnosticó de démence stupide o stupidité aboutisant à la démence, y que
se caracterizaban por presentar una marcada estereotipia de actitudes, gestos y
lenguaje, así como un negativismo muy evidente; dicho cuadro evolucionaba
inexorable y rápidamente hacia una pérdida de las facultades mentales y, en
definitiva, hacia la demencia (Mahieu, 2004). Pero no fue hasta 1860, en su Traité
des maladies mentales –un intento de aplicación a la práctica psiquiátrica de la
teoría de la degeneración–, cuando Morel utilizó por primera vez el
término démence précoce para referir la siguiente observación:

“Un padre desafortunado me consultó un día sobre el estado mental de su hijo de


13 o 14 años de edad. […] Una especie de torpeza próxima al embrutecimiento
(hébétement) había reemplazado su actividad habitual y, cuando lo volví a ver,
juzgué que la transición fatal al estado de demencia precoz estaba a punto de
operarse [...]. Tal es, en muchos casos, la funesta terminación de la locura
hereditaria. Una inmovilización súbita de todas las facultades, una demencia
precoz, indican que el joven sujeto ha alcanzado el término de su vida intelectual”
(Morel, 1860, pp. 564-565).

El término moreliano de demencia precoz, por tanto, hay que entenderlo en el


marco del más estricto degeneracionismo y, de hecho, cuando Morel describía
este tipo de pacientes no estaba aislando una entidad nosológica discreta, sino
explicando algunas formas características de las locuras hereditarias (Huertas,
1987). En concreto, la démence précoce constituía un ejemplo de la tercera clase
de alienaciones hereditarias, esto es, de las “locuras hereditarias con una
existencia intelectual limitada” (Morel, 1860, p. 562).

Años más tarde, Kraepelin propuso el término Dementia praecox con un horizonte
conceptual mucho más ambicioso, al pretender establecer una entidad nosológica
diferenciada con respecto a otras enfermedades mentales y a los estados
psicopáticos degenerativos (Hoenig, 1983; Beer, 1996). Aunque la homonimia ha

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dado lugar a algunas interpretaciones que postulan una relación genealógica más
o menos laxa entre Morel y Kraepelin (Baruk, 1974; Chandrasena, 1983), parece
evidente que este último no se limitó a latinizar el término moreliano y que, como
bien ha indicado José María Álvarez, no existe una correspondencia clara “entre
los apuntes deshilvanados de Morel y la descripción sistemática de Kraepelin”
(Álvarez, 2008, p. 349). En realidad, a poco que se indague sobre el caudal de
influencias que inspiraron la formulación de la Dementia praecox resulta fácil
descartar una relación lineal y unívoca entre ambos autores, pues, junto al
término moreliano, en la obra de Kraepelin cabe advertir también el rastro de la
idea de predisposición de Valentin Magnan (1835-1916), de las nociones de
endógeno y exógeno de Paul Moebius (1853-1907) o de la afinidad con el método
experimental de Wilhelm Wundt (1832-1920) (Colodrón, 1983; Hoff, 1994).

Con todo, no cabe duda que fueron las descripciones de Ewald Hecker (1843-
1909) de la llamada hebefrenia y de Karl Ludwig Kahlbaum (1828- 1899) de la
catatonía las que permitieron a Kraepelin reunir bajo un mismo epígrafe de
“procesos de deterioro” (Verblödungsprocesse) un conjunto de cuadros clínicos
formado por la Dementia praecox –más próxima a la hebefrenia de Hecker que a
la démence précoce de Morel–, la Katatonie y la Dementia paranoides. Estas tres
formas, agrupadas en la 5ª edición de su Lehrbuch (1896), fueron finalmente
consideradas una sola enfermedad –denominada justamente Dementia praecox–
a partir de la 6ª edición de 1899. Como es sabido, Kraepelin estableció entonces
dos grandes grupos de psicosis endógenas: la psicosis maniaco-depresiva,
curable, y la demencia precoz, incurable (Angst, 2002). Posteriormente, completó
esta clasificación diferenciando dos formas evolutivas de la demencia precoz: la
progresiva, que conduciría a un deterioro permanente, y la que cursaba con
brotes y sin un déficit irreversible. Con el tiempo, otra de las novedades
introducidas por el psiquiatra alemán fue el paulatino “arrinconamiento” de la
paranoia, hipertrofiando las “formas paranoides” de la Dementia praecox y
denominando parafrenias a los mismos casos que con anterioridad había
etiquetado de “formas fantásticas de la paranoia” (Álvarez, 1996). Aunque la
agrupación en una misma enfermedad de estas formas paranoides con la
hebefrenia y la catatonía resultaba algo forzada desde el punto de vista teórico y
fue muy criticada por los psiquiatras franceses (Séglas, 1900; Serbski, 1903-04),

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Kraepelin creía que se trataba de “un conjunto de cuadros clínicos que tienen la
particularidad común de conducir a estados de un deterioro psíquico
característico” (Kraepelin, 1899, p. 167). Y, de este modo, instituyó toda una serie
de síntomas deficitarios –deterioro afectivo (gemüthliche Verblödung), apatía,
indiferencia, desorganización del pensamiento, disgregación psíquica
(Zerfahrenheit), etc.– como las manifestaciones nucleares de la Dementia
praecox, a las que se asociaban un cortejo variable de síntomas accesorios como
ideas delirantes, alucinaciones o trastornos psicomotores.

La concepción kraepeliniana de la Dementia praecox tuvo una amplia difusión en


las primeras décadas del siglo XX, aunque los procedimientos de su artífice,
basados en criterios supuestamente objetivos como la etiopatogenia, la clínica y
la evolución resultaron pronto excesivamente rígidos para el desarrollo del
conocimiento psiquiátrico (Lantéri- Laura, 2000). Así las cosas, en 1911 el
psiquiatra suizo Eugen Bleuler (1857-1940) publicó su Dementia praecox oder
Gruppe der Schizophrenien, donde ofrecía una caracterización del cuadro no a
partir de su evolución, sino de lo que consideraba su rasgo psicopatológico
fundamental: la escisión del yo. Esta nueva perspectiva llevó a Bleuler a introducir
el neologismo “esquizofrenia” (literalmente, “mente escindida”) para denominar la
entidad aislada por Kraepelin, pero su propuesta no se limitaba a sugerir una
mera variación terminológica, sino que se derivaba de una nueva mirada al loco y
su locura en la que la clínica –sintomatología y evolución– pasaba a un segundo
plano y la interpretación psicopatológica asumía una importancia central (Gruhle,
1913).

En este sentido, resulta particularmente interesante señalar las notables


diferencias existentes entre el proceder, las influencias y, muy especialmente, el
contexto de observación en que Kraepelin y Bleuler realizaron sus aportaciones.
El primero estaba en Heidelberg cuando vieron la luz la 4ª, la 5ª y la 6ª edición de
su Lehrbuch, pero las ediciones anteriores aparecieron durante su estancia en la
clínica psiquiátrica de la Universidad de Dorpat (Estonia), donde había ejercido
entre 1886 y 1890. La barrera idiomática existente entre el médico alemán y la
mayoría de sus pacientes, que sólo hablaban dialectos eslavos, debió
desempeñar un papel importante en su método de exploración, pues limitó

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ostensiblemente el interés de Kraepelin por los testimonios de unos pacientes a
los que apenas comprendía. Por el contrario, Bleuler había ocupado la dirección
del Hospital suizo de Rheinau entre 1886 y 1898, antes de asumir la cátedra de
psiquiatría en su Zurich natal y la dirección de la clínica universitaria de Burghölzli.
Su trato con los pacientes fue así muy distinto, ya que no sólo pudo comunicarse
en su propia lengua, sino que se afanó en establecer con ellos un contacto
afectivo y un vínculo personal muy cercano (Ellenberger, 1976). Por lo demás,
Bleuler acusó la influencia de toda una serie de autores como Wilhelm Griesinger
(1817- 1869), Jean-Martín Charcot (1825-1893), Sigmund Freud (1856-1939) o
Pierre Janet (1859-1947) que le animaron a cultivar el análisis psicológico de la
enfermedad mental, a pesar de que –también en el caso de la esquizofrenia–
nunca dejó de tener por segura la intervención de causas orgánicas en su
desencadenamiento y dinámica inicial (Bleuler, 1926; Bovet y Seywert, 1995;
Stotz-Ingen-lath, 2000).

Pues bien, en estas coordenadas clínicas y científicas, Bleuler revisó la obra de


Kraepelin y “descubrió” una serie de “síntomas fundamentales” que, como ha
señalado Jean Garrabé, “no constituyen una sintomatología propiamente dicha,
es decir, un conjunto de fenómenos que se pueda describir u observar
directamente en la clínica, sino más bien una hermenéutica, la interpretación
psicopatológica que se puede dar a estos fenómenos” (Garrabé, 1996, p. 57).
Estos síntomas fundamentales (las célebres cuatro A de Bleuler) incluían, por
este orden, trastornos de las asociaciones (los pacientes operan con ideas y
conceptos que no tienen relación y pierden su continuidad, produciendo
asociaciones “ilógicas” y formalmente incoherentes), trastornos afectivos (con
gran tendencia al retraimiento y aplanamiento emocional o a la aparición de una
afectividad incongruente), ambivalencia (presencia simultánea de pensamientos,
sentimientos o actitudes contradictorias) y autismo (una manifestación particular y
característica consistente en el predominio morboso de la vida interior sobre la
vida de relación). A su juicio, dichos síntomas eran los constantes y exclusivos del
esquizofrénico, que podría presentar además otros más llamativos pero
“accesorios” como delirios, alucinaciones, perturbaciones de la memoria o
trastornos del lenguaje. Asimismo, y con el fin de “comprender la enfermedad
esquizofrénica”, Bleuler propuso distinguir los síntomas surgidos directamente del

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“proceso patológico” (los “síntomas primarios”) de aquellos “síntomas secundarios
que sólo comienzan a operar cuando la psique enferma reacciona” (Bleuler, 1961,
p. 361). Y, por último, estableció un total de cinco formas clínicas, coincidiendo en
tres de ellas con las formas kraepelinianas (subgrupos paranoide, catatónico y
hebefrénico) y añadiendo una forma simple (caracterizada por presentar
únicamente los síntomas fundamentales) y otra “latente”, compensada o
paucisintomática.

En cualquier caso, lo que en su opinión definía el proceso esquizofrénico era,


como ya hemos señalado, una “escisión” (Spaltung) de las funciones psíquicas
resultante de la acción de “complejos” independientes o cadenas de
representaciones con un determinado tono afectivo que, al dominar
sucesivamente la personalidad, comprometían su unidad. Inspirado en los
estudios psicométricos de su asistente Carl Gustav Jung (1875-1961) sobre los
trastornos de las asociaciones de ideas (Jung, 1906) y en las primeras
explicaciones de Freud sobre los mecanismos rectores de las formaciones
inconscientes, Bleuler creía que en la esquizofrenia actuaba una debilidad
asociativa primaria que impedía una integración adecuada de los contenidos de la
conciencia y conducía así a la desorganización del psiquismo característica de la
enfermedad. Y, de este modo, pudo proponer –si bien de una forma muy
imprecisa– una suerte de trastorno generador de sus manifestaciones
psicopatológicas que, como han recordado algunos autores, guarda una gran
semejanza con los mecanismos disociativos descritos por Janet en relación con la
histeria (LeBlanc, 2001).

En este punto, no podemos dejar de valorar, aunque sea muy brevemente, la


deuda de Bleuler con Sigmund Freud y el psicoanálisis, que –como era de
esperar– ha sido objeto de apreciaciones divergentes. Así, si para algunos
autores “el punto de partida y la originalidad de las concepciones de Bleuler se
deben a su enfoque psicoanalítico de los síntomas esquizofrénicos” (Bercherie,
1986, p. 154), para otros dicha influencia resulta más difícil de establecer, pues la
impronta psicoanalítica le llegó a Bleuler a través de Jung y estuvo muy matizada
por la psicología asociacionista de Wundt y Theodor Ziehen (1862-1950)
(Colodrón, 1983). Sea como fuere, y aunque la influencia del psicoanálisis

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desempeñó un papel importante en la elaboración inicial del concepto de
esquizofrenia, lo cierto es que la doctrina de Bleuler se alejó paulatinamente de
los principios freudianos y, de hecho, en 1926 presentó en el Congreso de
Alienistas en Lengua Francesa una ponencia en la que reconocía ser “un adepto
a las ideas de Freud”, pero –añadía– “no puedo admitir su teoría de la evolución
del instinto sexual y aún menos la del origen puramente psicógeno de la
esquizofrenia” (Bleuler, 1996, p. 675).

Así pues, y a pesar de que con el tiempo Bleuler fue asumiendo una visión más
restrictiva de la esquizofrenia como una única enfermedad (y no un grupo de
trastornos como sugería el título de su monografía de 1911) de base orgánica, la
categoría asumió en sus manos una amplitud mucho mayor que la de la demencia
precoz kraepeliniana, de modo que una de las consecuencias más notables de su
obra fue justamente su extensión a la práctica totalidad de los cuadros psicóticos
y, por tanto, una problemática generalización de su uso (Hoenig, 1983). En esas
circunstancias, el empeño de los psiquiatras alemanes se diversificó en las
décadas siguientes entre el análisis exhaustivo de la psicopatología
específicamente esquizofrénica –esfuerzo que culminaría en un importante y hoy
poco conocido volumen colectivo aparecido en 1932 (Wilmanns, 1932)– y la
identificación clínica de aquellos signos o síntomas que permitieran un diagnóstico
más circunscrito y fiable. En este sentido, el autor que se distinguió de un modo
más notable fue, sin duda, Kurt Schneider (1887-1967), que asumió en 1946 la
prestigiosa cátedra de Heidelberg y proporcionó una influyente caracterización de
los síntomas esquizofrénicos. Eludiendo toda referencia a la evolución o al
pronóstico y creyendo que la mera observación clínica (esto es, desprovista de
cualquier consideración teórica) era suficiente para establecer el diagnóstico,
Schneider invirtió la jerarquía entre los síntomas fundamentales y accesorios de
Bleuler y aisló una serie de experiencias psicóticas que denominó de “primer
rango” por su utilidad para detectar la presencia de lo esquizofrénico. Tal como
formuló a partir de 1950 en su Psicopatología clínica, estos síntomas incluían “la
sonorización del pensamiento, la audición de voces que opinan y replican al
sujeto, la audición de voces que comentan sus acciones, las experiencias
corporales de influencia, el robo del pensamiento y otras influencias ejercidas
sobre el pensamiento, la difusión del pensamiento, la percepción delirante y la

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convicción de ser influenciado en los sentimientos, tendencias y voliciones”
(Schneider, 1997, p. 171).

A pesar de su deseo de mantenerse en los márgenes estrictos de la clínica,


Schneider no pudo evitar reconocer que la mayoría de los síntomas de primer
rango compartían un rasgo fenomenológico común, y que éste consistía en una
pérdida de los límites del yo o un aumento mórbido de la permeabilidad en la
barrera entre el yo y el mundo. Más concretamente, los síntomas de primer rango
destacaban justamente por abarcar todas las manifestaciones de lo que los
alienistas franceses habían definido como “xenopatía”, esto es, la experiencia de
la propia actividad psíquica (lenguaje, pensamientos, sentimientos, intenciones,
etc.) como ajena o impuesta. Y, de este modo, la aportación de Schneider
suministró el tercer gran pilar sobre el que sigue descansando en la actualidad el
concepto de esquizofrenia (Andreasen, 1997; Peralta y Cuesta, 2000), añadiendo
al deterioro kraepeliniano y a la desorganización bleuleriana los llamados
“trastornos del yo” (Ich-Störungen) como eje central de sus manifestaciones
clínicas (Ramos, 1992).

Esquizofrenia descripciones generales

“esquizofrenia” ( del griego skhizo “hendir, escindir, separar”, y phren “mente”).


Síntoma fundamental: incoherencia del pensamiento, de la acción y de la
afectividad (discordancia, disociación, disgregación), la separación de la realidad
con replegamiento sobre sí mismo y predominio de una vida interior entregada a
las producciones de la fantasía, actividad delirante más o menos acentuadas. La
amenaza de escisión es vivida como amenaza de catástrofe, de aniquilación del
mundo exterior (vivencia del fin del mundo) o de desintegración de la
personalidad.

Suele ser una enfermedad de carácter crónico que evoluciona con ritmos diversos
hacia un deterioro intelectual y afectivo, conduce a menudo a estados de aspecto
demencial.

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La esquizofrenia es un trastorno mental grave por el cual las personas interpretan
la realidad de manera anormal. La esquizofrenia puede provocar una combinación
de alucinaciones, delirios y trastornos graves en el pensamiento y el
comportamiento, que afecta el funcionamiento diario y puede ser incapacitante.

Las personas que padecen esquizofrenia necesitan recibir tratamiento durante


toda la vida. El tratamiento temprano puede ayudar a controlar los síntomas antes
de que se desarrollen complicaciones más graves y puede mejorar el pronóstico a
largo plazo.

Síntomas

La esquizofrenia implica una serie de problemas de pensamiento (cognición),


comportamiento y emociones. Los signos y síntomas pueden variar, pero
generalmente implican fantasías, alucinaciones o habla desorganizada, y reflejan
una capacidad deficiente de vivir normalmente. Entre los síntomas se pueden
incluir los siguientes:

 Fantasías. Son creencias falsas que no tienen base en la realidad. Por


ejemplo, crees que estás siendo perjudicado o acosado; ciertos gestos o
comentarios se dirigen a ti; tienes una habilidad o fama excepcionales; otra
persona está enamorada de ti; o está a punto de ocurrir una catástrofe
importante. Las fantasías se producen en la mayoría de las personas que
tienen esquizofrenia.

 Alucinaciones. Por lo general implican ver o escuchar cosas que no existen.


Sin embargo, para la persona con esquizofrenia, tienen toda la fuerza y la
repercursión de una experiencia normal. Las alucinaciones pueden implicar
cualquiera de los sentidos, pero escuchar voces es la alucinación más
común.

 Pensamiento desorganizado (discurso). El pensamiento desorganizado se


infiere a partir del habla desorganizada. La comunicación eficaz se puede ver

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afectada y las respuestas a preguntas pueden no relacionarse con estas de
manera parcial o completa. En raras ocasiones, el habla puede incluir el
agrupamiento de palabras sin sentido que no se puedan entender, lo cual
suele conocerse como ensalada de palabras.

 Comportamiento motor extremadamente desorganizado o anormal. Esto


puede mostrarse de varias maneras, desde la tontería infantil hasta la
agitación impredecible. El comportamiento no está enfocado en un objetivo,
así que es difícil hacer las tareas. El comportamiento puede incluir
resistencia a seguir instrucciones, postura inadecuada o extraña, una
completa falta de respuesta o movimiento inútil o excesivo.

 Síntomas negativos. Esto se refiere a la capacidad limitada para vivir de


manera normal, o a la falta de ella. Por ejemplo, la persona puede descuidar
su higiene personal o parecer que carece de emociones (no hace contacto
visual, no cambia las expresiones faciales o habla en un tono monótono).
Además, la persona puede perder interés en las actividades cotidianas,
retraerse socialmente o carecer de la capacidad de experimentar placer.

Con el paso del tiempo, los síntomas pueden variar con respecto al tipo y la
gravedad, con periodos de empeoramiento y remisión de los síntomas. Algunos
síntomas pueden estar siempre presentes.

En los hombres, los síntomas de la esquizofrenia suelen comenzar entre


principios y mediados de los 20 años. En las mujeres, los síntomas suelen
comenzar a finales de los 20 años. Es poco común que a los niños se les
diagnostique esquizofrenia y poco común para los mayores de 45 años.

Causas

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No se conocen las causas de la esquizofrenia, pero los investigadores piensan
que la combinación de la genética, la química del cerebro y el ambiente
contribuye al desarrollo de este trastorno.

Los problemas con ciertos químicos del cerebro que se producen naturalmente,
como los neurotransmisores llamados dopamina y glutamato, pueden contribuir a
la esquizofrenia. Los estudios de imágenes cerebrales muestran las diferencias
en la estructura del cerebro y el sistema nervioso central de las personas con
esquizofrenia. Si bien los investigadores no están seguros de la importancia de
estos cambios, estos indican que la esquizofrenia es una enfermedad mental.

Diagnóstico

La mayoría de los trastornos psiquiátricos son muy difíciles de diagnosticar y la


esquizofrenia no es la excepción. El diagnóstico depende de la eliminación de
otras causas que podrían hacer aparecer síntomas parecidos a los de la
esquizofrenia (consumo de drogas, epilepsia, tumores cerebrales y disfunción
tiroidea).

Tras excluir otras causas, el médico tendrá que hacer un diagnóstico basado
solamente en los síntomas observados en el paciente, y en los comentarios del
paciente y de su familia. Los síntomas deberán estar presentes durante un
mínimo de 6 meses.

Tratamiento

En general, los pacientes van a tratamiento porque los delirios y las


alucinaciones disparan conductas perturbadoras.

Si los medicamentos se toman regularmente y conforme a lo prescrito, se


pueden reducir y controlar los síntomas. No obstante, en algunas personas los
tratamientos disponibles no surten efecto, o puede que los pacientes los
interrumpan antes de tiempo debido a efectos secundarios desagradables, como
el aumento de peso o la intolerancia a la medicación.

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El tratamiento temprano permite comenzar el proceso de recuperación, el
consumo de drogas puede reducir también la eficacia del tratamiento.

El pronóstico de la esquizofrenia es difícil de predecir. La mayoría de las veces,


los síntomas mejoran con medicamentos. Sin embargo, algunas personas
pueden tener dificultad para desempeñarse y están en riesgo de episodios
repetitivos, especialmente durante las etapas iniciales de la enfermedad.

Las personas con esquizofrenia pueden necesitar apoyo en el hogar,


rehabilitación ocupacional y otros programas de apoyo comunitario. Las
personas que sufren las formas más graves de este trastorno pueden ser
incapaces de vivir solas y pueden necesitar hogares comunitarios u otros
lugares estructurados a largo plazo para vivir.

Factores de riesgo

A pesar de que se desconoce la causa exacta de la esquizofrenia, ciertos factores


parecen aumentar el riesgo de desarrollar o desencadenarla, entre ellos los
siguientes:

 Antecedentes familiares de esquizofrenia

 Algunas complicaciones durante el embarazo y el nacimiento, como


malnutrición o exposición a toxinas o virus que pueden afectar el desarrollo
del cerebro

 Consumo de drogas que alteran la mente (psicoactivas o psicotrópicas)


durante la adolescencia y la juventud.

Complicaciones

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Si no se trata, la esquizofrenia puede dar lugar a graves problemas que afectan a
todos los ámbitos de la vida. Las complicaciones que la esquizofrenia puede
causar o con las que esta puede estar asociada incluyen las siguientes:

 Suicidio, intentos de suicidio y pensamientos de suicidio

 Trastornos de ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

 Depresión

 Abuso de alcohol o de otras drogas, incluida la nicotina

 Incapacidad para trabajar o asistir a la escuela

 Problemas financieros y falta de vivienda

 Aislamiento social

 Problemas de salud y médicos

 Victimizarse

 Comportamiento agresivo, aunque es poco común

Prevención

No hay una manera segura de prevenir la esquizofrenia; sin embargo, seguir el


plan de tratamiento puede ayudar a prevenir las recaídas o el empeoramiento de
los síntomas. Además, los investigadores esperan que, al obtener mayor
información sobre los factores de riesgo de la esquizofrenia, se puedan generar
un diagnóstico y un tratamiento más rápidos.

Clasificación de los tipos de esquizofrenia

La clasificación de los tipos de esquizofrenia cambió en la actualización de 2013


del manual que usan los profesionales de salud mental para diagnosticar
afecciones de salud mental. A este se le llama Manual Diagnóstico y Estadístico
de Trastornos Mentales (DSM, en inglés).

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La versión anterior, DSM-IV, describía los siguientes cinco tipos de esquizofrenia:

 tipo paranoide

 tipo desorganizado

 tipo catatónico

 tipo no diferenciado

 tipo residual

La versión actual, DSM-V, ya no usa estas categorías. Las características de


estos tipos, incluyendo paranoia, habla y comportamientos desorganizados, y la
catatonia, siguen siendo características de un diagnóstico de esquizofrenia, pero
los expertos ya no las consideran subtipos diferentes.

El comité de DSM tomó esta decisión debido a que reconocen que los distintos
tipos anteriores tenían síntomas que coincidían y había poca precisión en el
diagnóstico.

Cuando se realiza un diagnóstico de esquizofrenia, un profesional de salud mental


anotará los síntomas específicos de una persona y la gravedad de cada síntoma
para determinar el mejor plan de tratamiento.

Clasificación DSM-5

El DSM-5 ayuda a los profesionales de la salud mental a diagnosticar la


esquizofrenia al describir los síntomas clave.

Pueden diagnosticar esquizofrenia si una persona tiene al menos dos de los


siguientes síntomas durante un período significativo de tiempo (usualmente más
de 1 mes):

 delirios

 alucinaciones

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 habla desorganizada

 comportamiento muy desorganizado o catatónico

 síntomas negativos, como expresión emocional reducida

Para que una persona reciba un diagnóstico de esquizofrenia, al menos uno de


sus síntomas debe ser delirios, alucinaciones o habla desorganizada. Los
síntomas también deben interferir con su vida laboral, la escuela, la vida social o
las capacidades de cuidado personal.

La gravedad de la esquizofrenia de una persona dependerá de la cantidad,


frecuencia y gravedad de cada uno de estos síntomas.

Si experimentan catatonia, pueden recibir un diagnóstico de esquizofrenia con


catatonia.

La esquizofrenia es extremadamente rara en niños, afectando a


aproximadamente 0.04 por ciento de los niños en EE.UU. Las personas pueden
referirse a esta como esquizofrenia de inicio en la infancia o esquizofrenia de
inicio temprano.

Los profesionales de salud mental usan los mismos criterios para diagnosticar la
esquizofrenia en adultos y niños.

Afecciones relacionadas con la esquizofrenia

La esquizofrenia es la afección más bien conocida de su tipo, pero existe una


variedad de afecciones que involucran psicosis y otros síntomas similares a la
esquizofrenia.

El DSM-5 enumera la esquizofrenia junto con una serie de otras afecciones,


llamadas espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

Estas incluyen los siguientes:

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 Trastorno esquizotípico de la personalidad: Este involucra molestia con
las relaciones cercanas, alteraciones en la cognición o percepciones y
comportamiento excéntrico.

 Trastorno delirante: Este involucra que la persona tenga delirios durante


1 mes, pero sin otros síntomas psicóticos.

 Trastorno psicótico breve: Este ocurre cuando los síntomas de la


psicosis duran más de un día, pero menos de un mes.

 Trastorno esquizofreniforme: Este ocurre cuando los síntomas de la


esquizofrenia duran menos de 6 meses.

 Trastorno esquizoafectivo: Este involucra principalmente síntomas de la


esquizofrenia, pero también involucra síntomas de estado de ánimo
significativos, como manía o depresión.

 Trastorno psicótico inducido por sustancias o medicamentos: Los


síntomas psicóticos pueden surgir debido al alcohol, cannabis,
alucinógenos o el uso de sedantes o por tomar medicamentos como
anestésicos, anticonvulsivos, medicamentos para el corazón,
medicamentos para la quimioterapia o antidepresivos.

 Trastorno psicótico debido a otra afección médica: Este se debe con


más frecuencia a afecciones endócrinas, metabólicas o autoinmunes no
tratadas, o epilepsia del lóbulo temporal.

Los síntomas de la esquizofrenia pueden coincidir con los del trastorno bipolar,
que es una afección que causa cambios en el estado de ánimo, energía, actividad
y comportamiento.

Tipos de clasificación del DSM-5

El DSM-IV clasificó los siguientes tipos de esquizofrenia como afecciones


separadas, pero los expertos ya no las reconocen como categorías de diagnóstico
desde la publicación del DSM-V en 2013.

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Tipo paranoide

La esquizofrenia paranoide se caracterizaba por estar preocupado por uno o más


delirios o tener alucinaciones auditivas frecuentes. Esta no incluía el habla
desorganizada, comportamiento catatónico o la falta de emociones.

Los delirios y alucinaciones todavía son elementos de un diagnóstico de


esquizofrenia, pero los expertos ya no lo consideran como un subtipo distinto.

Tipo desorganizado

La esquizofrenia desorganizada se caracterizaba por un comportamiento


desorganizado y habla sin sentido. Otra característica visible era la poca
afectividad o afectividad inapropiada.

El habla y los pensamientos desorganizados todavía son elementos de un


diagnóstico de esquizofrenia, pero los expertos ya no consideran que sea un
subtipo distinto.

Tipo catatónico

La esquizofrenia catatónica se caracterizaba por la catatonia. Esta hace que una


persona experimente movimientos excesivos, llamado entusiasmo catatónico, o
menos movimientos, conocidos como estupor catatónico.

Por ejemplo, es posible que no pueda hablar (mutismo), que repita las palabras
de otra persona (ecolalia) o imitar acciones (ecopraxia).

La catatonia puede ocurrir con la esquizofrenia y una diversidad de otras


afecciones, incluyendo el trastorno bipolar. Por este motivo, los profesionales de
salud mental ahora consideran que es un determinante de la esquizofrenia y otros
trastornos del estado de ánimo, en lugar de un tipo de esquizofrenia.

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Tipo indiferenciado

La esquizofrenia no diferenciada involucraba los síntomas que no se adaptaban a


la esquizofrenia paranoide, desorganizada o catatónica.

Tipo residual

En la esquizofrenia residual, una persona podría tener varios síntomas de


esquizofrenia, pero no mostraría delirios, alucinaciones, desorganización o
comportamiento catatónico evidente.

Podría tener síntomas leves como creencias extrañas o percepciones inusuales.

Esquizofrenia en niños y adolescentes

Cuando se diagnostica a los adolescentes antes de los 18 años, se denomina


esquizofrenia de inicio temprano. Los niños menores de 13 años también pueden
desarrollar esquizofrenia, conocida como esquizofrenia de inicio en la infancia,
pero esto es muy poco común.

La esquizofrenia tiende a aparecer antes en los hombres que en las mujeres. En


el caso de los hombres, suele ser entre los 18 y los 25 años y en las mujeres,
entre los 25 y los 35 años.

Signos y síntomas de la esquizofrenia en niños y adolescentes


Signos tempranos
Cuando comienza la esquizofrenia, puede notar problemas como los siguientes:

Pensamiento

 Pensamientos y habla confusos

 Dificultad para concentrarse

 Ideas, pensamientos o declaraciones extraños

21
 No ser capaz de distinguir entre la realidad y la televisión o los sueños

Emociones

 Mal humor excesivo

 Depresión o irritabilidad severas

 Pensamientos suicidas

 Falta de emoción

 Ansiedad y miedo paralizantes

 Sospecha extrema de los demás

Comportamiento

 Tener nuevos problemas en la escuela

 Alejarse de la familia y los amigos

 Aumento del aislamiento

 Comportamiento inmaduro

 Cambios notables en la personalidad o el comportamiento

 Problemas con amigos o compañeros

 No mantener la higiene personal

¿Cómo se diagnostica la esquizofrenia en niños y adolescentes?


El pediatra puede ser el primer proveedor de atención médica que consulte ante
le preocupación de un padre por que su hijo tenga esquizofrenia. Pueden
descartar otras causas de los síntomas en el niño o adolescente, como otra
enfermedad mental, una afección médica o el consumo de drogas o alcohol.

Hay que tener en cuenta que diagnosticar esquizofrenia puede ser un proceso
largo, especialmente en niños y adolescentes. Antes de hacer un diagnóstico de

22
esquizofrenia, es importante que el médico esté totalmente seguro de que no esté
sucediendo alguna otra cosa.

¿Cómo se trata la esquizofrenia en niños y adolescentes?


Si un niño o adolescente es diagnosticado de esquizofrenia, necesitará
tratamiento por el resto de su vida. Un psiquiatra infantil con experiencia en el
tratamiento de niños con esquizofrenia probablemente estará a cargo del cuidado
del paciente. Seguramente también habrá otros miembros del equipo, tales como
enfermeros y terapeutas.

Los tratamientos para la esquizofrenia en niños y adolescentes

Los tratamientos incluyen:

Medicamentos
Los medicamentos antipsicóticos son la base del tratamiento para niños y
adolescentes con esquizofrenia. Estos medicamentos son del mismo tipo que se
utilizan para los adultos con esquizofrenia. Ayudan con síntomas psicóticos tales
como alucinaciones y delirios.

Como todos los medicamentos, el objetivo es mantener los síntomas del paciente
al mínimo utilizando la dosis más baja posible del medicamento. El médico puede
tardar un tiempo en determinar qué medicamento (o combinación de
medicamentos) funciona mejor y en qué dosis. Es posible que el niño o
adolescente también necesite otros medicamentos, como ansiolíticos o
antidepresivos.

Los antipsicóticos tienen posibles efectos secundarios y riesgos para la salud. Los
efectos secundarios en niños y adolescentes pueden ser diferentes y más graves
que en los adultos. El médico controlará los efectos secundarios de ciertos
medicamentos. Se debe llevar un registro de efectos secundarios que observe e
informe al médico si son graves o no desaparecen.

Terapia cognitivo-conductual (CBT)


La psicoterapia, también conocida como terapia de conversación, es otra parte
fundamental del tratamiento de un niño o adolescente. Un tipo de terapia que es
buena para tratar la esquizofrenia es la terapia cognitivo-conductual (cognitive

23
behavioral therapy, CBT). Puede ayudar al paciente a sobrellevar las
alucinaciones y los delirios, así como también a trabajar en los comportamientos.
También le ayuda a aprender a manejar los desafíos y el estrés que puede
generar la esquizofrenia.

Otros tratamientos psicosociales


Existen otros tratamientos que también pueden mejorar la vida del niño o
adolescente. Por ejemplo, la terapia familiar puede estimular la comunicación de
la familia y ayudarle a aprender más sobre lo que está enfrentando el niño o
adolescente.

El entrenamiento en habilidades sociales puede ayudar al paciente a desarrollar


habilidades para relacionarse y mejorar sus problemas de memoria y atención.

El niño o adolescente también puede beneficiarse de los servicios de educación


especial en la escuela. Esto puede ser en forma de un 504 o un programa de
educación individualizada (individualized education program, IEP). Un programa
federal llamado Empleo sustentado puede ayudar a su hijo a conseguir y
mantener un trabajo.

Hospitalización
Puede haber ocasiones en las que el niño o adolescente necesite ser
hospitalizado para evitar que se ponga en peligro a sí mismo o a los demás. Esto
puede suceder cuando sus síntomas son graves y necesita cuidados adicionales
y un lugar seguro. Una vez que los síntomas del paciente estén mejor
controlados, podrá volver a casa. También puede buscar programas de
hospitalización parcial o de tratamiento residencial.

Herramientas del AT

 Estar atento a lo que dice el paciente y a lo que me quiere decir.

24
 No contestar si no estoy seguro
 Trabajar el aseo y cuidado personal.
 Estar atento a la toma de medicación.
 Antes de hacer una salida preguntar al paciente si está de acuerdo o en
condiciones de hacerla.
 Las salidas deben ser poco estresantes.
 Las salidas deben tener un solo objetivo.
 Al volver de la salida indagar como se sintió el paciente y si algo lo incomodo
no repetirlo.
 Controlar cambios bruscos de humor en el paciente.
 Ayudar al paciente a sostener su rutina.
 Apuntar a un proyecto vital de vida.

Conclusión

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La esquizofrenia es una enfermedad de la cual no hay una información cultural
certera, si no que la sociedad en su mayoría desconoce y por lo tanto discrimina y
a veces maltrata.

Si bien esta enfermedad se da generalmente en adultos, también puede darse en


niños y para poder reconocer los síntomas hay que poder conocer sobre esta
enfermedad.

En síntesis creo que es muy importante que la enfermedad tenga difusión


informativa más masivamente para poder tener conciencia y poder sobre todo si
se trata de un niño o adolescente, reconocer alguno de sus síntomas.

La esquizofrenia no diagnosticada es peligrosa para el que lo padece, para su


entorno y para los otros, ya que sin tratamiento el brote psicótico puede ser no
solo peligroso sino determinante en la vida del paciente.

En esta enfermedad el rol del AT es sumamente importante para ayudar no solo


al paciente a controlar la enfermedad y a acompañarlo a transcurrirla, sino que
para que la familia pueda acompañar al paciente y entender a lo que se enfrenta.

Bibliografía

26
 “Apuntes y conocimientos generales de psicopatología para
Acompañantes Terapéuticos”; Daniel González, Mariano Iusim; Centro
Psicosocial Argentino.
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Academy of Pediatrics; 2001;
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 “Esquizofrenia”; Mayo Foundation for Medical Education and Research;
1998-2021.
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 Salud Mental; Argentina.gob.ar. https://www.argentina.gob.ar/salud/mental-
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 Sobre la historia de la esquizofrenia; Pablo Malo Ocejo; Psiquiatria general;
2018. https://psiquiatria.com/bibliopsiquis/blog.php?wurl=sobre-la-historia-
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 El Síndrome de Kraepelin-Bleuler-Schneider y la Conciencia Moderna: Una


Aproximación a la Historia de la Esquizofrenia; Clínica y
Salud; vol.21 no.3; Madrid; 2010. https://scielo.isciii.es/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S1130-52742010000300002

Anexos

27
 “Día de la esquizofrenia: Inclusión y concientización sin etiquetas”

https://www.sobretiza.com.ar/2021/05/24/dia-de-la-esquizofrenia-inclusion-

y-concientizacion-sin-etiquetas/

 “Enfermedad mental en jóvenes”

https://fundacionasamfamilia.org/centro-de-ayuda/jovenes?
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 Esquizofrenia: un novedoso tratamiento evita significativamente las


recaídas de pacientes; infobae.
https://www.infobae.com/salud/2017/10/20/esquizofrenia-un-
novedoso-tratamiento-evita-significativamente-las-recaidas-de-
pacientes/
 Afirman que siete de cada diez personas con esquizofrenia no
logra acceder a tratamientos adecuados; Telam.
https://www.telam.com.ar/notas/202105/555244-afirman-que-siete-
de-cada-diez-personas-con-esquizofrenia-no-logra-acceder-a-
tratamientos-adecuados.html

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