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ESTUDIO 1.EG.33.3
ESTUDIOS SOBRE EMPLEO*
MARZO 2003
* Las opiniones expresadas en los Informes son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las
de las organizaciones.
Índice
Presentación de Informe.................................................................................................................3
1. Introducción.............................................................................................................................4
Anexo ...........................................................................................................................................53
H. Kantis; Creación y fortalecimiento de nuevas empresas; Estudio 1.EG.33.3 Componente E; Préstamo BID 2
925/OC-AR. Pre II.Coordinación del Estudio: Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretaría de
Política Económica, Ministerio de Economía de la Nación
Presentación del informe
Los términos de referencia de esta consultoría establecían que el objetivo de la misma es generar
información y análisis para identificar las líneas centrales de una estrategia de política pública que
se oriente a fomentar la creación de nuevas empresas, especialmente de Pymes centradas en
actividades basadas en el conocimiento, a través de un conjunto de acciones articuladas capaces de
generar un escenario de negocios propicio para promover y canalizar las vocaciones, aspiraciones e
inquietudes emprendedoras y empresariales en Argentina.
Los componentes centrales de este trabajo y las secciones del informe en las que se presentan son
los siguientes:
a) estudio del perfil de los nuevos emprendedores dinámicos que crearon empresas en estas
actividades (sección 2 del informe)
b) identificación de las dificultades, restricciones y limitaciones existentes en el proceso
emprendedor durante la etapa de gestación del proyecto (sección 3.1 del informe);
c) identificación de las dificultades, restricciones y limitaciones existentes en el proceso
emprendedor para poner en marcha la empresa (sección 3.2 del informe);
d) principales problemas que enfrentan en la etapa inicial de la empresa y estrategias exitosas con
los que los mismos son enfrentados (sección 3.3 del informe);
e) caracterización e identificación del papel de las redes en las cuales estas empresas se
desarrollan (secciones3.1; 3.2; 3,3 y 4 del informe);
f) proyecciones de desarrollo futuro y principales cursos de acción previstos (sección 4 del
informe);
g) identificación preliminar de ¨yacimientos¨ de potenciales emprendedores a tener en cuenta en
una estrategia de desarrollo emprendedor focalizada (sección 5 del informe);
h) ejes estratégicos para una acción pública eficaz orientada a promover la creación y desarrollo de
emprendimientos basados en el conocimiento (sección 6 del informe)
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1. Introducción
La creación de nuevas empresas se ha convertido cada vez más en un eje estratégico de las
políticas de desarrollo productivo. Ello es así debido a la existencia de crecientes evidencias acerca
de que hay una relación positiva entre el surgimiento de emprendedores y la diversificación del
tejido productivo; la creación de puestos de trabajo; la regeneración de los espacios regionales y,
por último, el crecimiento económico.
La relación ente la creación de nuevas empresas y el crecimiento económico ha sido sujeto
de numerosas investigaciones en los últimos años, en especial a partir de la generación y
disponibilidad de estadísticas comparables entre distintos países. Estas comparaciones permiten
observar que existe una relación positiva entre la tasa de actividad emprendedora y el crecimiento
en el PBI, similares resultados a los obtenidos en un estudio de la OCDE (Audretsch y Thurik 2001,
OCDE 2001). Estos autores señalan que la empresarialidad genera crecimiento económico debido a
que es un vehículo para la innovación y el cambio y, por lo tanto, facilita los procesos de derrame
de conocimiento.
Asimismo, el flujo de entrada de firmas en nuevos sectores de la economía y el de salida
desde las industrias declinantes es un proceso que genera mejoras en la productividad y facilita la
modernización de la estructura empresarial, dando lugar a incrementos en los volúmenes de
producción. Según Binks y Vale (1990) el impacto de la empresarialidad en el crecimiento
económico está asociado con el ingreso de distintos tipos de firmas a la economía: las que
introducen innovaciones al mercado y desplazan el espacio de negocios, las que asignan recursos a
la explotación de dichas innovaciones y, por último, las que realizan en forma más eficiente las
actividades preexistentes. Una adecuada combinación de estos distintos tipos de nuevas firmas
facilitará que la economía se ubique sobre una frontera de posibilidades económicas en permanente
expansión.
Las empresas basadas en el conocimiento, como por ejemplo aquellas que se dedican a las
tecnologías de la información y las comunicaciones o la biotecnología, cumplen un papel cada día
más importante en los países avanzados. No sólo por su contribución a la modernización de la
economía y al incremento de la productividad sino también por su capacidad de generar puestos de
trabajo de alta calidad.
De hecho, los nuevos enfoques en el campo de la economía industrial enfatizan el rol
creciente que juega el conocimiento en la actividad económica. En este contexto, las nuevas
empresas son vistas como agentes de cambio a través de su contribución a la actividad innovativa.
Tradicionalmente se pensaba que el grueso de la actividad innovativa se generaba en las
corporaciones. Sin embargo, en las últimas décadas, de la mano de la aceleración del cambio
técnico y de las nuevas tecnologías los procesos de innovación y de acumulación del conocimiento
técnico han abierto nuevos espacios para la irrupción de nuevas y pequeñas empresas innovadoras.
Acerca de las razones que explican el nacimiento de estas nuevas firmas se argumenta que,
dado que el conocimiento es inherentemente incierto y asimétrico surgen divergencias entre el
valor esperado de las nuevas ideas por parte de los emprendedores innovadores y los gerentes de las
empresas en las cuales trabajan. Así, se generan incentivos para que los primeros creen una nueva
firma con el propósito de comercializar el valor que ellos perciben como resultado de su
conocimiento e innovación. La creación de nuevas empresas es, precisamente, la forma a través de
la cual a veces son implementadas estas nuevas ideas que no encuentran cabida en las
organizaciones preexistentes debido a su mayor formalización/rigidez organizacional, por no ser
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suficientemente valoradas, por la carencia de una actitud más propensa al riesgo o simplemente por
el hecho de que la nueva idea no forma parte de su núcleo de competencias estratégicas (Audretsch
2001).
Durante una fase inicial estas nuevas empresas consiguen operar en escalas subóptimas
debido al aprovechamiento de su posición innovadora ventajosa. Pero con el tiempo, la
supervivencia de las nuevas empresas depende de un proceso de selección y sólo aquellas que
consigan alcanzar condiciones de producción eficientes y de realimentación del proceso innovativo
conseguirán crecer. En consecuencia no sólo es importante fomentar que estas empresas nazcan,
sino también que puedan crecer y desarrollarse. El propósito de este informe es dar cuenta del
fenómeno de nacimiento y desarrollo exitoso de nuevas empresas basadas en el conocimiento en
Argentina, destacando sus especificidades con respecto a las que se crean en otras actividades e
identificando elementos de interés para el diseño de una estrategia de desarrollo emprendedor.
En la primera sección se caracteriza el perfil básico de los emprendedores y de sus
empresas; de los obstáculos y restricciones que existen para su nacimiento y se identifican los
factores clave en los cuales debería hacer eje una estrategia orientada a promover a este tipo de
emprendedores y de empresas. Para llevar adelante este análisis el enfoque adoptado indaga en los
aspectos claves del proceso emprendedor que dio lugar a la creación de las firmas basadas en
conocimiento indagando en las fases de:
a) gestación del proyecto, es decir, desde que nace la motivación para emprender, se
identifica la oportunidad/idea del negocio y se elabora el proyecto;
b) start up, que incluye la evaluación y decisión de crear la empresa y las acciones
orientadas a su puesta en marcha y
c) temprana infancia, en la cual la empresa enfrenta los desafíos asociados al ingreso
al mercado y a la resolución de los problemas inherentes a los primeros años de vida.
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Las empresas analizadas son aquellas que evidenciaron cierto umbral de crecimiento y son
contrastadas con aquellas que no consiguieron el mismo dinamismo.1 Este enfoque ha sido
desarrollado y adoptado en un estudio previo realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo
(División de Micro, Pequeña y Mediana Empresa del Departamento de Desarrollo Sostenible), el
Banco de Desarrollo del Japón (Japan Economic Research Institute) y la Universidad Nacional de
General Sarmiento (Instituto de Industria) (Kantis, Ishida y Komori 2002).2
La información utilizada proviene de diversas fuentes. En primer lugar se aprovechó la base
de datos sobre nuevas empresas construida en el marco del mencionado proyecto BID/DBJ/UNGS
entre fines del año 2000 e inicios del 2001. En adición a ello se realizaron encuestas a
emprendedores que fundaron empresas dinámicas basadas en el conocimiento en Córdoba y
Rosario, ciudades en las cuales existe cierta concentración de nuevas firmas que operan en estas
actividades. Por último, se llevaron a cabo entrevistas telefónicas para actualizar la información
sobre las empresas encuestadas con el propósito de obtener algunas impresiones acerca de su
situación actual, proyecciones y dificultades.
Otra sección presentada en este informe se refiere a la identificación preliminar de
¨yacimientos de emprendedores¨. Las políticas de fomento a la creación de empresas suelen tener
dos tipos de enfoques diferenciados. Por un lado están las denominadas políticas genéricas (o de
volumen), que se orientan a promover el espíritu emprendedor en la población en general y tienen
como propósito expandir cuantitativamente la base empresaria, sin incluir mayores definiciones en
relación al perfil de los emprendimientos que se espera sean creados ni tampoco con respecto al de
los segmentos de la población a los que se dirigen las políticas. Del otro lado, las políticas de
¨nicho¨ o de ¨target¨ son aquellas que definen con mayor claridad el tipo de emprendimientos que se
desea promover así como también los ámbitos más fértiles para fomentar su creación, también
conocidos como ¨yacimientos de emprendedores¨. Aún cuando las estrategias de desarrollo
emprendedor suelen combinar actividades de uno y otro tipo, el fomento a las nuevas empresas
basadas en el conocimiento corresponde en particular al segundo tipo de enfoques, por lo cual su
promoción debe avanzar en la identificación de estos yacimientos.
Por último se presentan las conclusiones del estudio y algunos lineamientos estratégicos
para promover la creación y desarrollo de nuevas empresas basadas en el conocimiento.
1
La información disponible a la hora de seleccionar las empresas sólo permitía definir como empresa joven dinámica a aquella que
cuenta entre 3 y 10 años de vida y que alcanzó los 15 ocupados en tanto que las del grupo de control son aquellas que no llegaron a
alcanzar en el mismo lapso de tiempo los 10 ocupados.
2
http://www.iadb.org/sds/doc/IDBResumenfinal.pdf
http://www.iadb.org/sds/doc/IDBSpanishBookfinal.pdf
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2. Perfil básico de las empresas y de los emprendedores
La información disponible corresponde a 85 empresas del sector basado en el conocimiento
(software, telemática, servicios ligados a Internet) la que, a los efectos de identificar sus rasgos
distintivos y específicos, es contrastada con los datos de 96 empresas de manufacturas
convencionales (muebles, productos metálicos, alimentos, etc.).
Dos de cada tres empresas pertenecen al grupo de las más dinámicas y su edad, si bien
presenta una amplia dispersión entre los 3 y 10 años de antigüedad se ubica, en promedio, en torno
a los 7 años de vida.
La mayoría de las empresas estudiadas del sector basado en el conocimiento, dos de cada
tres, están localizadas en Buenos Aires y el resto en las ciudades de Córdoba y Rosario.
La inversión asociada a la creación de estas empresas basadas en el conocimiento, durante
el primer año de vida, no supera en la mitad de los casos los 100 mil pesos y en más del 80% es
inferior al medio millón de pesos. Estimaciones propias indican que para crear un puesto de trabajo
no han requerido más de 10 mil pesos.3
Se trata de empresas que nacen pequeñas, especialmente en Córdoba y Rosario, con niveles
de ventas promedio durante el primer año del orden de los 300 mil pesos (ver gráfico 2). Estos
valores iniciales equivalen a menos de la mitad de las ventas correspondientes a las firmas creadas
en el sector de manufactura convencional, pero, con el transcurso del tiempo, las empresas basadas
en el conocimiento revelaron una capacidad de crecimiento mayor. Al tercer año de vida sus ventas
se triplicaron, mientras que en el sector convencional no llegaron a duplicarse, y en el año 2000 ya
habían alcanzado niveles medios superiores a los de estas últimas (2,3 millones vs. 1,8 millones).
2500
Sector conocimiento
2000 Sector convencional
Miles de U$S
1500
1000
500
0
Al Inicio Al 3° Año Año 2000
En ambos sectores el empleo del primer año es de aproximadamente unas 10 personas, pero
las empresas basadas en el conocimiento tienden a crecer más y a crear, con el transcurso del
tiempo, más puestos de trabajo (41 vs. 28) (ver gráfico 3), a la vez que su productividad también
aumenta en forma más significativa.
3
Al momento de realización de la encuesta la paridad del peso con el dólar era aún de 1 peso igual a 1 dólar
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GRAFICO 3: OCUPADOS (PROMEDIO)
50
Sector conocimiento
40 Sector convencional
Ocupados
30
20
10
0
Al 1º Año Al 3° Año Año 2000
Sector Sector
conocimiento convencional
Graduado Universitario/Posgrado 71,0 44,8
Graduado en Economía/Negocios 11,3 15,5
Graduado en Ingeniería 24,2 6,9
Graduado en Otras carreras 12,9 13,8
Posgrado en Economía/Negocios 4,8 3,4
Posgrado en Ingeniería 1,6 0,0
Posgrado en Otras carreras 14,5 3,4
Universitario Incompleto 21,0 17,2
Economía/Negocios 1,6 3,4
Ingeniería 8,1 6,9
Otras carreras 11,3 6,9
Secundario Completo 6,5 25,9
Escuela secundaria 1,6 17,2
Colegio Técnico 4,8 8,6
Secundario Incompleto/Primario 1,6 12,1
Colegio Técnico Incompleto 0,0 1,7
Fuente: elaboración propia de la información de la base de datos entrepreneurship BID/UNGS
En otros términos, los nuevos emprendedores poseen en general un muy elevado nivel de
formación, pero este rasgo es significativamente más destacado entre quienes fundan empresas
basadas en el conocimiento. Esta característica se destaca también en una serie de trabajos
4
Casi uno de cada cinco tenía nivel de posgrado completo.
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realizados en otros países (Colombo y Delmastro, 2001; Fayolle y Ulijn, 2001; Litvak y Maule,
1976).
La mayoría de los fundadores son jóvenes procedentes de familias de clase media y media-
alta, que pasan por la universidad, adquieren conocimientos técnicos, trabajan algunos años en
empresas que les permiten conectarse con el mundo de los negocios y luego, entre los 26 y 35 años
fundan su primera empresa (edad promedio: 31 años). En el 37,3% de los casos se trata de
egresados de ingeniería y en el 23,2% de ciencias económicas (frente a 15,6% y 43,2%
respectivamente en los sectores convencionales).5
Estas diferencias en el perfil profesional de los emprendedores de uno y otro sector también
aparecen en el plano de la experiencia laboral previa. Entre los empresarios de firmas basadas en el
conocimiento la trayectoria más común es haber trabajado en (al menos) una empresa (75%), por lo
general una firma grande (alrededor de la mitad) y, en menor medida (un tercio) en una PyME (ver
tabla 2). Debido a la carencia en el país de una plataforma más amplia de empresas basadas en el
conocimiento es natural que estos emprendedores no hayan hecho su experiencia en empresas del
mismo sector, característica más frecuente en los países con mayor nivel de desarrollo tecnológico.
Sector Sector
conocimiento convencional
Empleado en una PyME
De un sector similar 16,1 22,4
De otro sector pero con una función similar 6,5 5,2
De un sector completamente diferente 16,1 13,8
5
En las empresas de Córdoba y Rosario la presencia de ingenieros es más elevada, revelando una base técnica más ¨dura¨ que en Buenos
Aires, donde predominan los profesionales de ciencias y económicas y de otras disciplinas.
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3. Restricciones, limitaciones y factores clave en las distintas
fases del proceso emprendedor
A continuación se presentan los aspectos clave de las distintas fases del proceso de creación
de las empresas basadas en el conocimiento.
La vocación y las competencias para emprender no son innatas sino que suelen forjarse a lo
largo de la vida formativa de las personas. La familia, el sistema educativo y el trabajo son ámbitos
fundamentales para ello.
La investigación permitió explorar un conjunto de 15 competencias que incluyen aspectos
actitudinales, conocimiento técnico específico, capacidades emprendedoras y de gestión.
La principal fuente formadora de la vocación por los negocios es la experiencia laboral (casi la
mitad) seguido en orden de importancia por la familia (poco más de un tercio, cifra similar a la
participación de los hijos de empresarios en el total). El análisis del resto de las competencias
confirma el papel fundamental de la experiencia laboral (primero en importancia en 14 de 15
competencias) y la contribución, más limitada, del contexto familiar a la adquisición de ciertas
capacidades actitudinales tales como el trabajo duro (60%), la capacidad para relacionarse con otras
personas (47%) y para tolerar el riesgo (45%) (ver tabla 4).
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TABLA 4: AMBITOS DE ADQUISICIÓN DE COMPETENCIAS DE LOS EMPRESARIOS (EN %)
A pesar de este papel fundamental que cumple la experiencia laboral, existe una brecha
importante con respecto a la universidad en lo que refiere al conocimiento técnico específico en
favor de las instituciones de educación superior (66% vs. 43%). Es muy probable que esta brecha
explique la insatisfacción de una parte significativa de los egresados universitarios con sus empleos,
operando como disparador de la motivación para emprender. En el enfoque de la opción
empresarial (Audretsch y Thurik 2002) se plantea que las personas crean emprendimientos basados
en el conocimiento debido a la existencia de asimetrías de información que generan una diferente
valoración de la idea del negocio entre el futuro emprendedor y la conducción de la empresa en la
cual trabaja. Este tipo de génesis de emprendedores es de esperar en contextos en los cuales existe
una importante plataforma de empresas del mismo sector al de la nueva firma, en las cuales estos
trabajaban antes de su fundación.
En países como Argentina, donde se carece de una estructura productiva con fuerte
presencia de empresas basadas en el conocimiento, la génesis empresarial parece originarse en
la sensación de frustración de los profesionales ante la imposibilidad de llevar sus
conocimientos a la práctica en empresas con limitada capacidad innovativa más que en un
problema de baja receptividad/valoración de la idea de negocio por parte de la firma
empleadora (Kantis y otros 2002).
Según se comentó, la universidad contribuye fundamentalmente a la adquisición del
conocimiento técnico, pero también debe destacarse que no lo hace de la misma manera en el resto
de las competencias necesarias para emprender.
La existencia de déficits es especialmente importante en lo que refiere a la formación de
emprendedores basados en el conocimiento. Sobre un total de 15 competencias analizadas, en 5 de
ellas (capacidad para solucionar problemas; negociación; creatividad; administración y
planificación) la contribución de la universidad fue significativamente menor que en el caso de los
emprendedores del sector convencional. Por el contrario, en ninguna de ellas se apreciaron
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diferencias en sentido inverso. Similar tendencia, aunque en forma menos marcada, se observa
también en el ámbito laboral y en el familiar.6
A pesar de ello, cabe señalar que la universidad argentina se destaca (positivamente) dentro del
contexto latinoamericano en lo que refiere a la formación de conocimiento técnico como
negativamente en lo que respecta a las demás competencias para emprender, indicando la existencia
de un amplio espacio, al menos potencial, para trabajar en favor del desarrollo de competencias
emprendedoras desde las universidades. Como se verá más adelante en la sección sobre
¨yacimientos de emprendedores¨, para que este papel de las universidades pueda desplegarse es
necesario, sin embargo, establecer políticas y cambios a nivel institucional que no son menores.
90
80 Sector conocimiento
70
% de respuestas
Sector covencional
60
50
40
30
20
10
0
t
s
es
es
l
s
ne
ra
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al
al
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In
D
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co
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es
s
ia
pe
ed
r
Ex
Fe
R
6
Aunque en ambos casos (trabajo y familia) un pequeño núcleo (16% y 6,4% respectivamente) destacó su contribución al desarrollo de
competencias para acceder a los recursos (frente a ninguno del sector convencional).
7
Este comportamiento se verifica especialmente entre los fundadores localizados en Buenos Aires.
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Con respecto a las redes personales de los emprendedores es posible destacar varios aspectos de
interés, debido a que se trata de un factor ampliamente considerado en la literatura internacional
especializada (Autio 1997). En este aspecto se observan diferencias en la composición de los
contactos utilizados en esta fase y en la estabilidad de estos vínculos. Si bien en ambos sectores son
por lo general otros profesionales, empresarios de PyMEs y ejecutivos de empresas en el sector
basado en el conocimiento es mayor la importancia relativa de los contactos con profesionales
(35,8% vs18,2%) y significativamente menor la interacción con empresarios de PyMEs (25,4% vs.
38%) y con ejecutivos de grandes empresas (13,4% vs. 23,1%) (ver tabla 5).
Adicionalmente, para un núcleo de los encuestados también fue más importante la interacción
con empleados de otras empresas (12,7% vs. 5%). Este menor desarrollo de contactos con el mundo
empresario constituye una debilidad para estas nuevas empresas, impresión que se confirma al
verificar la menor estabilidad de estos vínculos y la naturaleza de aquellos que perduraron. Más de
la mitad (54,4% vs. 45%) indicó que no existe ningún vínculo con la empresa y en los casos en que
sí existe se trata fundamentalmente de sus socios (77%), es decir que esa mayor presencia de
colegas y empleados en las redes iniciales estaba relacionada con el proceso mismo de
conformación del equipo emprendedor o bien se trataba de contactos que no se mantuvieron.
Esta situación contrasta con la del sector convencional, en el cual cerca de la mitad de los
contactos (frente a menos del 20%) corresponden a clientes y, en menor medida, a proveedores de
la nueva empresa. Es decir, que en el caso del sector basado en el conocimiento, la nueva
empresa nace menos vinculada a redes de producción y sus contactos están más limitados a la
relación con sus futuros socios. Esta debilidad indica la necesidad de construir puentes entre
los aspirantes a emprendedores y sus potenciales demandantes a los efectos de facilitar la
identificación de la idea/oportunidad y su inserción en redes de negocios que faciliten la
creación y desarrollo de la empresa.
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competidores (57,6% vs. 78,6%), canales de distribución (59,6% vs. 83%) y tamaño del mercado
(51,7% vs. 64,9%). Es muy posible que este déficit de información esté relacionado con el que
también se comprobó al analizar sus redes de contacto, las cuales suelen considerarse fuentes de
información importantes, aunque probablemente también refleje el perfil más técnico de estos
emprendedores. En Córdoba y Rosario, por ejemplo, donde la presencia de ingenieros es más
marcada, las limitaciones en este tipo de información son también mayores.
La mayoría de estos emprendedores no elaboraron planes de negocio. La práctica más común
(77,4%) es la realización de estimaciones aproximadas de costos y ventas, el cálculo de los ingresos
personales esperados (50%) y del flujo de ingresos y egresos para los primeros años (50%) (ver
tabla 6).
Sector Sector
Herramientas utilizadas
conocimiento convencional
Plan de negocio 41,9 56,9
Flujo de caja proyectado para los primeros años 50,0 41,4
Cálculo de tasa interna de retorno 37,1 37.9
Cálculo del período de tiempo necesario para recuperar la inversión 38,7 44,8
Estimación de ventas y de costos 77,4 72,4
Estimación del ingreso personal esperado 50,0 46,6
Comparación del ingreso personal esperado con lo que obtendría como
empleado
Fuente: elaboración propia de la información de la base de datos entrepreneurship BID/UNGS
En suma, el acceso a la información comercial y la elaboración del proyecto son fases del
proceso en las cuales los emprendedores exhibieron ciertas debilidades.
8
Inclusive, apenas un tercio (frente a cerca de la mitad en el otro sector) manifestó que el lapso para poner en marcha la empresa, una vez
adoptada la decisión, llevó más tiempo del deseado.
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comerciales frente a los vínculos personales, lo cual es natural, debido al carácter más específico del
recurso.
Las redes institucionales juegan un papel mucho menos destacado y, por lo general, más
circunscripto al acceso a la información. Ello a pesar de que uno de los aspectos que distinguen a
las redes de los emprendedores basados en el conocimiento es una mayor presencia de las mismas
con respecto a las del sector de manufactura convencional. Poco menos de un tercio reconoció este
aporte, especialmente de la universidad (uno de cada cinco), tratándose fundamentalmente de los
emprendedores de Córdoba y Rosario (en el acceso a la tecnología). Las demás instituciones, como
las cámaras empresarias o las instituciones públicas, cumplen roles mucho menos significativos.
Otro rasgo distintivo de los emprendedores basados en el conocimiento en relación a los del
sector convencional es la menor contribución de los proveedores, especialmente locales y también
de sus parientes y conocidos. Por el contrario, es mayor la contribución de los colegas (en el acceso
a la tecnología). Como se trata de sectores de escaso desarrollo y articulación en el país, los
emprendedores compensan la debilidad de sus redes de producción y la menor capacidad
contributiva de sus redes sociales, a través de la mayor interacción con otros colegas y, en menor
medida, con la universidad. En ausencia de una plataforma productiva y tecnológica más
sofisticada, es fundamental potenciar el papel del sistema institucional de apoyo y sus vinculaciones
con redes del exterior.
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b) Las fuentes de financiamiento
Sector Sector
Fuentes
conocimiento convencional
Al Primeros Al Primeros
inicio años inicio años
Internas 82,3 53,2 91,4 69,0
Ahorros personales de los fundadores 82,3 48,4 87,9 60,3
Parientes y amigos 11,3 9,7 22,4 15,5
Tarjeta de crédito personal (fundadores) 17,7 12,9 8,6 10,3
Externas 32,3 29,0 34,5 48,3
Inversores privados 16,1 6,5 1,7 3,4
Empresas de capital de riesgo 9,7 0,0 3,4 1,7
Bancos – Préstamos 9,7 16,1 20,7 34,5
Bancos – Sobregiro en cuenta corriente 9,7 17,7 22,4 31,0
Préstamos Instituciones públicas nacionales 1,6 1,6 3,4 6,9
Subsidios Instituciones públicas nacionales 1,6 1,6 0,0 0,0
Prestamos Gobiernos Locales 1,6 1,6 0,0 3,4
Subsidios Gobiernos locales 1,6 1,6 3,4 5,2
Otras 41,9 38,7 86,2 87,9
Clientes (adelantos) 24,2 19,4 19,0 15,5
Proveedores (crédito comercial) 22,6 21,0 65,5 74,1
Factoring 0,0 8,1 1,7 1,7
Atraso en el pago de impuestos 4,8 8,1 15,5 17,2
Atraso en el pago de servicios 4,8 4,8 8,6 6,9
Atraso en el pago de salarios 4,8 4,8 3,4 1,7
Compra de máquinas y equipos usados 11,3 6,5 51,7 41,4
Fuente: elaboración propia de la información de la base de datos entrepreneurship BID/UNGS
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Inclusive para obtener sobregiros en cuenta corriente existen diferencias significativas (10% vs. 22,4%)
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En contraposición, un grupo de emprendedores del sector consiguió acceder al capital de
riesgo (19,4%), especialmente de inversores privados (¨ángeles de negocio¨) (16,1%) y, en menor
medida de fondos inversores (9,7%). Sin embargo, estas fuentes han tendido a disminuir
abruptamente en el país y es difícil imaginar una pronta recuperación, al menos de los fondos de
capital de riesgo. En el caso de los ángeles, cabe ser más optimista debido al efecto riqueza
generado por la devaluación, la existencia de fondos ociosos y la emergencia de nuevas
oportunidades de negocios como consecuencia del cambio en los precios relativos.
El cuadro de restricción financiera y de brecha respecto del sector convencional tiende a
acentuarse durante los primeros años de vida, cuando las empresas necesitan financiar su desarrollo.
La proporción de emprendedores del sector convencional que pudo acceder a un préstamo bancario
más que duplica a la que corresponde a las actividades basadas en el conocimiento (34,5% vs.
16,1%), brecha que es aún mayor en el caso del apoyo de proveedores (74,1% vs. 21%).
Acerca de las razones del no uso del financiamiento de terceros sólo uno de cada cinco
manifestó no haber necesitado fondos adicionales. Si bien dos de cada tres reclamaron ante la
inadecuación de la oferta, uno de cada tres indicó haber preferido evitar la búsqueda de
financiamiento por razones de control del negocio o por falta de confianza en las instituciones
financieras, especialmente en Córdoba y Rosario. Es decir, que junto con la existencia de
limitaciones del lado de la oferta de financiamiento también deben considerarse los obstáculos del
lado de la demanda.
Para el 75% de los encuestados, el no haber accedido al financiamiento tuvo algún tipo de
implicancia para la empresa. En la mayor parte de los casos debieron comenzar con una escala de
negocio menor a la deseable para ser competitivo (59%), mientras que en otros debieron acudir al
apoyo de proveedores y/o clientes (43%), comenzar más tarde (37,5%) o con un nivel tecnológico
menor al deseable (37,3%). En Córdoba y Rosario fue mayor la proporción que comenzó con un
menor nivel tecnológico.
En resumen, los emprendedores basados en el conocimiento enfrentan mayores
restricciones para financiar sus emprendimientos que los del sector convencional y ello incide
negativamente sobre las condiciones de arranque de la empresa. Superar esta restricción es
fundamental para su desarrollo. Para ello debe tenerse en cuenta que junto con las limitaciones del
lado de la oferta existen también problemas del lado de la demanda que deben ser considerados por
los decisores de las políticas.
Sector Menos
Clientes
conocimiento dinámicos
Grandes empresas
Manufactureras 29,4 18,8
Productores de servicios 41,2 8,3
Comercios minoristas 9,8 10,4
Comercios mayoristas 11,8 16,7
Otros 7,8 0,0
PyMEs
Manufactureras 13,7 22,9
Productoras de servicios 19,6 0,0
Comercios minoristas 13,7 20,8
Comercios mayoristas 11,8 22,9
Otros 2,0 6,3
Fuente: elaboración propia de la información de la base de datos entrepreneurship BID/UNGS
Este perfil de la oferta y de la demanda ayuda a comprender porqué las nuevas empresas del
sector han estado poco orientadas a la exportación. Si bien un tercio de las mismas exportaba, en el
2000, sólo una de cada cinco colocaba fuera del país más del 5% de sus ventas. Su nacimiento
aparece vinculado con las demandas domésticas de grandes empresas en expansión durante
los noventa, a las cuales vendían bienes/servicios adaptados a sus necesidades específicas, en
un contexto en el cual los niveles de precios internos eran poco ventajosas para salir al
exterior. Sin embargo, como se verá más adelante, el cambio en los precios relativos (estímulo
positivo) y la caída abrupta de la demanda de estos grandes actores privados (estímulo negativo)
plantea un escenario completamente diferente al de los noventa, tanto para las firmas jóvenes
encuestadas como para los nuevos proyectos de emprendimientos basados en el conocimiento. Una
estrategia exportadora debería explorar la posibilidad de aprovechar las relaciones desarrolladas con
estas grandes empresas para atender, desde el país, a otras plazas en las cuales éstas se encuentran
radicadas.
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- La gestión de la nueva empresa
Los primeros años son críticos en la vida de las empresas. Es en ellos en los que se registran
las mayores chances de muerte. Por tal motivo, es fundamental conocer cuales son los problemas
principales que enfrentan las empresas.
Las respuestas de los empresarios permitieron completar el siguiente ranking de
dificultades: 1º) conseguir nuevos clientes; 2º) equilibrar el flujo de caja; 3º) contratar empleados
calificados; 4º) gerenciar la empresa y 5º) conseguir proveedores adecuados y obtener información
de mercado (ver tabla 10).
De esta agenda de problemas los que más específicamente les distinguen de los fundadores
del sector convencional son gerenciar la empresa y obtener información de mercado y los más
persistentes, es decir, aquellos más difíciles de superar, son equilibrar el flujo de caja, conseguir
clientes y obtener información de mercado. Por otra parte, al compararse con los competidores las
principales desventajas competitivas identificadas remiten a la gestión de marketing y el
financiamiento.
TABLA 10: PRINCIPALES PROBLEMAS EN LOS PRIMEROS AÑOS POR GRUPO (EN %)
Sector Sector
Problemas
conocimiento convencional
Conseguir nuevos clientes 77,4 71,9
Financiar y gerenciar el flujo de fondos 72,6 66,7
Contratar empleados calificados 64,5 56,1
Conseguir proveedores apropiados 41,9 52,6
Conseguir equipamiento apropiado 24,2 61,4
Adaptar los productos 38,7 43,9
Gerenciar las operaciones de planta 38,7 49,1
Gerenciar la empresa 53,2 36,8
Manejar las relaciones con grandes clientes 38,7 36,8
Obtener información del mercado 41,9 29,8
Certificar estándares de calidad 24,2 35,1
Contratar gerentes 24,2 17,5
Fuente: elaboración propia de la información de la base de datos entrepreneurship BID/UNGS
En el otro extremo, los 3 problemas menos mencionados fueron contratar gerentes, comprar
equipos y certificar estándares de calidad, aunque en este último caso es posible que ello se deba a
que buena parte de las firmas aún no había encarado este desafío al momento de la encuesta.
Este perfil de problemas se corresponde con el perfil técnico de muchos de estos
empresarios, siendo sus principales deficiencias las que tienen que ver el gerenciamiento, el
desarrollo comercial y la gestión financiera.
La mayoría de los emprendedores del sector basado en el conocimiento enfrentó estos
problemas con apoyo externo (57%) (ver tabla 11). Sin embargo, es preciso hacer una distinción
entre el caso de las empresas fundadas en Buenos Aires y las que se crearon en Córdoba y Rosario,
destacándose las primeras por la existencia de una menor red de apoyo que en el segundo caso
(52,8% vs. 65,2%). Estas diferencias se explican fundamentalmente por la mayor vinculación de las
empresas del interior a otros colegas (30,4% vs. 11,1%) y, en cierta medida, a las consultoras
(34,8% vs. 22,2%) y a la universidad/agencias de investigación locales (21,7% vs. 13,9%). Por el
contrario, es menor el apoyo de proveedores/clientes (26,1% vs. 36,1%).
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TABLA 11: FUENTES DE APOYO UTILIZADAS POR GRUPO (EN %)
Sector Sector
Fuentes de apoyo
conocimiento convencional
Sólo recursos internos 43,5 35,1
Con apoyo externo de:
Instituciones públicas 1,6 8,8
Cámaras empresarias 4,8 22,8
Firmas de consultoría 25,8 19,3
Proveedores y clientes 32,3 38,6
Colegas 19,4 14,0
Parientes y amigos 8,1 14,0
Universidades e instituciones de investigación 16,1 12,3
Fuente: elaboración propia de la información de la base de datos entrepreneurship BID/UNGS
Al comparar la información entre ambos sectores se observa que las diferencias sectoriales
son menores que las observadas a nivel espacial. En otros términos, son mayores entre las empresas
del mismo sector de Buenos Aires y el interior que con respecto al sector convencional. Solamente
es posible destacar, en este sentido, la existencia de cierta menor presencia de las cámaras
empresarias en las actividades basadas en el conocimiento. En las ciudades de Rosario y Córdoba,
por ejemplo, era muy inferior (4,8%) era muy inferior a la observada entre los empresarios del
sector convencional (22,8%). Es muy posible que esta situación haya cambiado en la medida en que
durante los últimos años han surgido iniciativas institucionales para aglutinar y potenciar el
desarrollo de las firmas del sector en ambas ciudades del interior (Cluster Córdoba Technology y
Polo Tecnológico de Rosario).
La encuesta también consultó a los emprendedores acerca de sus redes informales de tipo
comunicacional, conformadas con aquellas personas con las que discutían sus problemas de gestión
en los primeros años de la empresa. Las respuestas obtenidas indican que estas redes resultan muy
positivas para los emprendedores en lo que refiere a obtener información del contexto (87%), estar
tecnológicamente informados (58%), desarrollar productos (53%) o conseguir clientes (56%). Sin
embargo, su efectividad es mucho menor en otras áreas de la gestión como desarrollar negocios de
exportación (10%), contratar buenos empleados (42%) o para conseguir proveedores y
subcontratistas. En este último aspecto las diferencias con respecto a las empresas del sector
convencional son significativas (44,6% vs. 64%). La efectividad de las redes para conseguir
clientes, proveedores y empleados es menor en Córdoba/Rosario que en Buenos Aires.
En el caso de las empresas del interior también se obtuvo información sobre el tipo de
vínculos que mantienen con sus 3 principales clientes y proveedores así como también sobre la
existencia de alianzas. Con respecto a sus clientes y proveedores la información colectada indica
que constituyen básicamente vinculaciones de negocios, especialmente los clientes. Menos del 10%
de los clientes constituyen una fuente de apoyo para la resolución de problemas o para obtener
información tecnológica o de mercado. En el caso de los proveedores, el 56% de las vinculaciones
son estrictamente transaccionales, uno de cada cuatro indicó que son fuente de información
tecnológica y uno de cada cinco de información comercial. Es decir que se trata de redes débiles. A
pesar de ello consideraron que constituyen fuentes potenciales para desarrollar negocios conjuntos.
Por último, tres de cada cuatro cuenta con alianzas con otras empresas, siendo sus objetivos
principalmente la exportación (88%), desarrollar actividades conjuntas a nivel
productivo/tecnológico (76%), complementarse productivamente (75%) o realizar actividades de
capacitación (59%). Sus contrapartes son empresas el país así como también del exterior.
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En resumen, la mayoría de las empresas enfrenta sus problemas y desafíos a través de la
interacción con los miembros de sus redes de contacto (especialmente con otros empresarios y
profesionales). Es decir que se trata de empresas más orientadas al trabajo en redes y alianzas que el
tradicional empresario PyME. Sin embargo, también se han observado algunas debilidades tanto
en lo que refiere al menor desarrollo de sus redes con proveedores y clientes como a la baja
efectividad de las redes comunicacionales para determinados propósitos (p. ej: desarrollar
negocios de exportación, conseguir proveedores o empleados). Es posible que las alianzas que
establecen con otras firmas intentan complementar algunas de las deficiencias de sus redes
informales.
10
De todas formas no es posible descartar que la composición de las empresas respondientes contenga algún sesgo hacia aquellas con
mayor capacidad de respuesta frente a la crisis.
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También se incrementó la actividad exportadora. En cerca de la mitad de los casos las
exportaciones aumentaron, tanto en valor como en su proporción sobre las ventas, situación que
contrasta con la respuesta de las empresas del sector convencional (16%). En el 42% de los casos
estas mayores exportaciones estuvieron asociadas a un aumento en el número de países a los que
exportan, en su mayoría pertenecientes a América Latina, mientras que poco menos de la mitad de
quienes lo hicieron avanzó sobre otros países fuera de la región.
La sustitución de importaciones no es, al menos aún, una conducta frecuente. Por el
contrario, apenas uno de cada diez desarrolló ventas a través de la sustitución de importaciones.
Tampoco la composición de sus compras revela un proceso avanzado de sustitución de
importaciones (18%). Esta situación pone en evidencia la magnitud de la caída de la demanda local
asociada al comportamiento de la inversión. De cada al futuro apenas una de cada cinco indicó
inclinarse por este curso de acción.
Casi todas las empresas están intentando exportar. Tres de cada cuatro empresas indicó
que aumentaron sus oportunidades de hacer negocios de exportación frente a apenas un tercio en el
mercado doméstico. En coherencia con esta percepción, el 90% manifestó que piensa aumentar las
exportaciones, la mayoría (75%) profundizando la inserción de sus productos actuales en los
mercados en los cuales ya opera y la mitad en nuevos mercados. Dos de cada tres, sin embargo,
indicaron que piensan exportar productos nuevos, tanto en mercados actuales (54,5%) como
ingresando a nuevas plazas internacionales (51%). Estos resultados indican que son las empresas
que ya contaban con cierta posición exportadora las que llevan la delantera, en primer lugar
intentando colocar mayores volúmenes de los bienes que ya producían en los mercados en los que
operaban. Pero también proyectan su salida al exterior con productos nuevos, a plazas nuevas y
también lo hacen aquellas empresas que no venían exportando.
11
En el caso de los productores de software esto coincide con los resultados de estudios sectoriales (Chudnovsky D., Lopez A. y Melitsko
S. 2001)
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La mayoría de las empresas piensa invertir para acompañar su estrategia y muchas ya
lo están haciendo. Para sostener estas estrategias casi el 90% piensa invertir y casi todas ellas
(90%) ya han comenzado a hacerlo. Los mayores esfuerzos están concentrados en el mejoramiento
de la calidad y/o el diseño, el desarrollo de nuevos productos y las actividades de promoción
comercial . Sólo el 27% piensa invertir para expandir su capacidad instalada y otro tanto para ganar
productividad.
La mayoría de las empresas tiene proyectos conjuntos con clientes, proveedores y
colegas. Según los encuestados, a pesar de la crisis, el clima de colaboración con clientes,
proveedores y colegas no ha desmejorado e inclusive ha tendido a mejorar, especialmente entre los
colegas (casi la mitad) pero también con proveedores y clientes (alrededor de un tercio). En ese
contexto, 73% cuenta con proyectos conjuntos con clientes, 64% con proveedores y 55% con otros
colegas. Es decir que sus iniciativas no constituyen esfuerzos exclusivamente individuales.
Poco más de la mitad conoce a alguien que está pensando en crear otra empresa (una
de cada dos ya en curso). Casi todas corresponden al mismo sector basado en el conocimiento y
tienen como propósito exportar.
Las firmas jóvenes basadas en el conocimiento son las que más activamente estarían
iniciando acciones estratégicas, especialmente orientadas hacia la exportación. La comparación
entre los distintos cursos de acción de las empresas basadas en el conocimiento con las del sector
convencional confirman el mayor activismo estratégico de las primeras. Por ejemplo en el aumento
de las exportaciones (82% vs. 64%), especialmente para ingresar con nuevos productos; de las
inversiones (79% vs. 56%) fundamentalmente para mejorar la calidad e intensificar la promoción
comercial o en la búsqueda de acuerdos estratégicos con otras empresas (58% vs. 20%).
La mayoría de las empresas del sector (tres de cada cuatro) ve con buenas
perspectivas el 2003, frente a menos de uno de cada diez que se manifestó pesimista. La
proporción de empresas optimistas es superior a la observada en el sector convencional (56%).
En resumen, la crisis trajo aparejada una evolución desfavorable en el grupo más numeroso
de empresas con relación al año 2000. Sin embargo, este comportamiento dista de ser excluyente.
También existe un núcleo de firmas que si bien no es mayoritario tampoco es marginal y que
manifestó haber mejorado su situación, en alguna medida, mientras que un tercer grupo logró
mantenerse. Adicionalmente, el cuadro financiero parece indicar que para la mayoría de las
empresas su compromiso frente a terceros mejoró o al menos no empeoró. En este contexto los
empresarios parecen estar realizando importantes esfuerzos para adaptarse al nuevo escenario,
especialmente explorando y avanzando en la capitalización de las nuevas oportunidades que le
plantea la exportación. De hecho la cantidad de empresas que están exportando, los valores y
coeficientes de exportación y el número de países atendidos es mayor que en el año 2000 así como
también sus esfuerzos en otros campos asociados (I +D; nuevos productos; marketing). Este
activismo estratégico se ve acompañado de una mirada optimista para el 2003. La proporción de
encuestados que manifestó conocer a alguien que está pensando/encarando la creación de una nueva
empresa del sector es coherente con esta perspectiva.
La impresión que dejan estos resultados, que sólo pueden ser considerados como
preliminares y parciales -debido al momento en que fue captada la información y a la
cantidad de observaciones- es que al menos una parte importante de este segmento de firmas
que nació y se desarrolló en forma dinámica durante los 90 ha conseguido sobrevivir a la
crisis en condiciones básicas que permiten pensar, en presencia de políticas activas favorables
a su replanteo estratégico, en un relanzamiento de las mismas. Es necesario sin embargo
interpretar estos resultados con cautela dado que, es muy probable, que expresen la direccionalidad
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de las intensiones de las empresas y de sus esfuerzos y no necesariamente sus logros futuros, aún
cuando deba reconocerse que han ajustado velozmente su agenda estratégica al nuevo escenario.
Desde esta perspectiva es importante considerar las áreas de apoyo en las cuales las
empresas más énfasis colocaron. Las tres principales fueron el acceso al financiamiento (82%), a la
información sobre mercados externos y el apoyo para la búsqueda de socios estratégicos (en ambos
casos el 73%). Poco menos de la mitad indicó necesitar asistencia técnica/consultoría (42%)
mientras que alrededor de un tercio (36%) requiere el aporte de socios capitalistas e información
tecnológica. La demanda más específica al sector, al compararla con las de las firmas
convencionales, es la búsqueda de socios estratégicos (73% vs. 28%). Las empresas parecen estar
indicando que la magnitud del desafío que enfrentan difícilmente podrán encararlo solas.
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4. Visión de conjunto sobre las potencialidades y restricciones de
las nuevas empresas basadas en el conocimiento
La información presentada a lo largo del informe permitió identificar el perfil distintivo de
las empresas basadas en el conocimiento en relación a las del sector convencional destacándose su
mayor capacidad para generar puestos de trabajo de alta calificación, proyectos de empresa basados
en la innovación y con capacidad de crecimiento.
A pesar de ello pudieron identificarse ciertas debilidades en las distintas fases del proceso
emprendedor que aportan elementos de interés para el diseño de políticas. En primer lugar deben
destacarse aquellas referidas a los ámbitos de formación de los emprendedores. Allí se destacó que
buena parte de los mismos adquieren competencias en instituciones de conocimiento como las
universidades y realizan experiencias en empresas, especialmente grandes firmas. La información
presentada permitió comprobar la debilidad relativa de estos ámbitos en la formación de los
emprendedores basados en el conocimiento vis a vis su aporte a los del sector convencional. Una
consideración más detenida de las universidades y de las grandes empresas en su carácter de
yacimientos de potenciales emprendedores se expondrá en la próxima sección.
Otro tanto puede decirse en relación a las redes que contribuyen a la creación y desarrollo
de las empresas. La información reveló la debilidad de las redes de producción e institucionales vs.
otras redes con profesionales y contactos de tipo social. Ello se verificó a través de la composición
de los contactos que facilitaron la identificación de la oportunidad de negocios (fuertemente
concentrada en quienes después serían sus socios), de su debilidad a la hora de facilitar su acceso a
la tecnología y a otros recursos físicos, así como también en el apoyo para resolver problemas y
superar desafíos en los primeros años de la empresa. Aún las redes comunicacionales se mostraron
menos efectivas que en el caso de los emprendedores del sector convencional.
Sin embargo, es importante tener en cuenta la necesidad de distinguir entre las redes como
estructuras o sistemas de la actividad de desarrollo de redes como conducta de los emprendedores.
La información disponible indica que estas debilidades se originan mayormente en el primer plano.
Por el contrario, los indicadores disponibles acerca de la intensidad de la vinculación establecida
por los emprendedores (por ej.: número de contactos) no permite concluir que exista una baja
propensión al desarrollo de redes por parte de los mismos con respecto a los del sector
convencional. En consecuencia, las debilidades observadas en la composición de sus redes deben
ser atribuidas a limitaciones propias de los ámbitos de formación de emprendedores (universidades
y empresas) para favorecer el desarrollo de redes específicas pero también a las restricciones que
imponen otras cuestiones estructurales en un país de desarrollo industrial y tecnológico limitado y
con un sistema de innovación débil.
En este contexto de deficiencias en los ámbitos de formación y vinculación pudieron
detectarse debilidades asociadas a las mismas en distintos planos: la formación de vocaciones
empresarias, el nivel de logro económico perseguido por los emprendedores y el desarrollo de
competencias, las cuales a su vez se manifestaron a la hora de identificar oportunidades, acceder a
información comercial, elaborar el proyecto y desarrollar la gestión comercial y financiera de la
empresa. Por último, las restricciones financieras. Si bien se trata de un problema generalizado entre
los emprendedores, más allá de su actividad, es claramente más limitado el acceso a distintas
fuentes para las empresas del sector basado en el conocimiento. No sólo por la existencia de
dificultades estructurales para acceder al crédito bancario, aún en el contexto de los noventa, sino
también por la ausencia de un mercado de capital de riesgo (tanto formal como informal) y la menor
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posibilidad de valerse de otros recursos como el financiamiento de proveedores y la adquisición de
equipamiento usado.
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5. Identificación preliminar de yacimientos de emprendedores
Las iniciativas de política para fomentar la creación de empresas suelen estar basadas en
dos tipos de enfoques:
a) Genéricos o de volumen
b) De ¨nicho¨
Son aquellas que definen con mayor selectividad el tipo de emprendimientos que se desea
promover así como también los ámbitos más fértiles para fomentar su creación, también conocidos
como ¨yacimientos de emprendedores¨. El fomento a la creación de nuevas empresas basadas en el
conocimiento corresponde, en particular, al segundo tipo de enfoques. Por lo tanto, la creación de
nuevas empresas de este perfil debe considerar con particular énfasis la necesidad de identificar
estos yacimientos y analizar sus ¨condiciones de fertilidad¨. Un análisis en profundidad de las
mismas excede el alcance de este informe, el cual se limitará a su consideración preliminar.
5.1 Universidades
Las secciones anteriores permitieron conocer las debilidades de las universidades a la
formación de los emprendedores basados en el conocimiento al comparar las respuestas de los
encuestados de uno y otro sector. A continuación se analizan las universidades como yacimientos
de emprendedores.
Para analizar este yacimiento es necesario distinguir entre:
a) la población universitaria
b) el proceso educativo y el contexto institucional universitario
La población universitaria constituye ¨la materia prima¨ para el proceso emprendedor desde
la perspectiva de análisis adoptada y está compuesta por estudiantes, egresados, investigadores y
docentes. Buena parte de la política de promoción a la creación de empresas basadas en el
conocimiento en los países industrializados está dirigida a esta población. En este sentido es
importante tener presente algunas distinciones al interior de esta población que poseen implicancias
para la definición de políticas.
A diferencia de lo que ocurre en otras latitudes, la mayor parte de las universidades
argentinas están orientadas a la docencia mientras que la investigación no constituye una actividad
de similar importancia.
Adicionalmente, la proporción de docentes que investigan y que se dedican full time a la
actividad académica es reducida. Estas características constituyen una limitación de la universidad
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argentina y restringen la posibilidad de confiar, al menos en forma generalizada, en una política
centrada en los investigadores y docentes universitarios como destinatarios principales de las
políticas de fomento al nacimiento de emprendedores y de empresas. Ello no significa omitir la
posibilidad de que existan iniciativas de apoyo en esta dirección que beneficiarían a aquellas
universidades en las cuales estos núcleos de investigación y docencia más estables y dedicados
existen (ver sección sobre instituciones con base de conocimiento técnico más abajo).
En este contexto, los estudiantes y egresados universitarios pasan a constituirse en
destinatarios de primer orden de importancia para una política de fomento a la creación de
empresas. Esta afirmación puede también obtenerse como conclusión a partir de la literatura
internacional que explora la relación entre la educación y la creación de firmas (Kantis y otros
2002). Por un lado, aparecen aquellos estudios que sobre la base de muestras de la población
general, encuentran una relación positiva entre el nivel educativo de los individuos y su propensión
a emprender (Borjas y Bronars, 1989; Cowling y Taylor, 2001; Delmar y Davidsson, 2000; Gill,
1988; Karcher, 1998; Lafuente y Salas, 1989; Rees y Shah, 1986; Robinson y Sexton, 1994).
Este interés en el estudio de la relación entre la educación y el nivel educativo de los
emprendedores, las características de sus negocios y sus perspectivas de éxito, evidencia la
importancia cada vez mayor que tienen los graduados y estudiantes universitarios como
“yacimientos de empresarios”, especialmente si se quiere impulsar el surgimiento de nuevas
empresas basadas en el conocimiento y la tecnología (Veciana, 2002). En esta línea, durante los
últimos años distintos gobiernos han instrumentado diferentes programas e iniciativas orientadas a
desarrollar el potencial que existe en las universidades e institutos de investigación para la creación
de este tipo de empresas 12/.
El importante rol de las nuevas empresas creadas por egresados universitarios, al que se
hacía referencia anteriormente, es especialmente crucial en los países emergentes como Argentina
(y América Latina en general) ya que la estructura industrial está compuesta por firmas de sectores
tradicionales caracterizados por un relativamente bajo o moderado contenido tecnológico y que no
juegan un rol importante como “organizaciones incubadoras” de nuevos emprendedores dinámicos.
Argentina aparece como un país con gran potencial para el surgimiento de este tipo de
empresarios de base universitaria, debido al crecimiento en la cantidad de alumnos dentro del
sistema universitario en los últimos 20 años. Según estadísticas oficiales, el número de estudiantes
en el nivel superior cada 10.000 habitantes creció de 149 en 1980 a 478,8 en el 2000, un 221%
(Marquina y Straw, 2002). Del mismo modo, el porcentaje de estudiantes universitarios sobre el
total de la población entre los 18 y los 24 años de edad, creció desde un 18,2% en 1985 a un 21,8%
diez años más tarde, estimándose para el año 2002 en un 27,7%, casi diez puntos por encima del
promedio latinoamericano. 13 En otros términos, la masa de población universitaria y las
universidades constituyen, al menos potencialmente, un formidable yacimiento – al menos a nivel
potencial - para el surgimiento de emprendedores.
Un estudio recientemente realizado por investigadores de la Universidad Nacional de
General Sarmiento y de San Andrés aporta algunas evidencias acerca del perfil distintivo de las
empresas fundadas por emprendedores de base universitaria, confirmando el carácter de yacimiento
de estas instituciones (Kantis y otros 2002). A continuación se comentan algunos resultados de
dicha investigación que resultan de interés:
3 Las empresas fundadas por emprendedores de base universitaria (EBU) presentan
rasgos distintivos que deben ser especialmente destacados. En primer lugar se observa
12
Algunos ejemplos de estas acciones son las llevadas a cabo por diferentes regiones en Alemania en el marco del Programa EXIST, las
desarrolladas en Escocia como parte de la Business Birth Rate Strategy o las encaradas en Irlanda dentro de la Estrategia Enterprise 2010.
13
Según el Statistical Yearbook de 1999 de la UNESCO, el promedio regional para América Latina y el Caribe era de 19,4%.
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una mayor presencia de equipos compuestos por un mayor número de emprendedores
con habilidades y roles especializados y complementarios que entre los no
universitarios (ENU). Esta característica coincide con resultados de otras
investigaciones realizadas en Canadá (Litvak y Maule, 1976) indicando que las
universidades, constituyen ámbitos que favorecen la conformación de equipos.
3 En segundo lugar, también es mayor la cantidad de empleados que son ingenieros y
técnicos. En otras palabras, el perfil de recursos humanos es claramente más calificado
con respecto al resto de las nuevas firmas. Del mismo modo, es muy superior la
contribución de los EBU a la creación de firmas en nuevos sectores de TICs (48,8% vs.
12,5%), que están basadas en la innovación (42,5% vs. 17,9%) más que en competir por
precios. También es mayor su productividad relativa (50% superior con relación a las
del grupo ENU).
3 Su cartera de clientes iniciales estuvo más orientada a sectores que, en esos años,
revelaron un gran dinamismo (grandes empresas de servicios y de comercio)14. De
hecho, sus niveles de facturación promedio hacia el tercer año de vida duplicaban a los
del sector convencional, expansión que estuvo acompañada por un aumento del 60% en
el plantel de ocupados.
3 En suma, al igual que lo que se observa en trabajos similares para el caso europeo, los
EBU fundan empresas con perfiles de negocio más innovadores, en sectores más
intensivos en tecnología, crean oportunidades de empleo de mayor calidad y exhiben un
mejor desempeño que el resto de las nuevas empresas (Colombo y Delmastro, 2001;
Levie y otros, 2001; Lüthje y Franke, 2002; Richter y Schiller, 1994).
¿Pero qué sabemos de los emprendedores de base universitaria? ¿quiénes son? ¿ en qué
medida su perfil se corresponde con el de la mayoría de los estudiantes universitarios? ¿ o se trata
por el contrario de un segmento diferenciado de estudiantes cuyos antecedentes o experiencias post-
universitarias son diferentes a las del promedio? ¿En que medida la aparición de estos
emprendedores se relaciona con los procesos de formación que experimentan en las universidades y
cuanto de ello ocurre como consecuencia de otras variables? La información disponible para
responder a estas preguntas es muy limitada, aunque es posible efectuar algunas consideraciones de
todas formas a partir de la comparación de algunas características personales muy elementales.
Los emprendedores de base universitaria son mayormente estudiantes de sexo masculino
que provienen de hogares de clase media y media alta, es decir que, al menos en este sentido,
responden al perfil predominante en la población estudiantil. Pero presentan dos rasgos distintivos:
su composición según género y extracción social. La presencia de mujeres entre los emprendedores
apenas supera el 12%. Esta participación es muy inferior a la que les corresponde en el total de los
egresados de las Universidades públicas en Argentina, aproximadamente el 41% (Ministerio de
Educación, Ciencia y Tecnología, 2002). Por otra parte, la extracción social de estos emprendedores
tiende a ser un poco más elevada en relación a los fundadores de las otras empresas, fenómeno que
no parece ser exclusivo de Argentina ya que en el caso canadiense se observan similares resultados
(Litvak y Maule, 1976). La presencia de hogares de clase media-baja y baja (16,1%) es menor a la
que le corresponde en el total de la población estudiantil (36%) (Marquina y Straw, 2002). Es decir
que existe una subrepresentación de este grupo dentro de los emprendedores de base universitaria o,
dicho de otra forma, una mayor presencia de jóvenes provenientes de hogares de clase media-media
y media-alta en relación al promedio.
14
El crecimiento del PBI per cápita y del consumo, la privatización de las empresas de servicios públicos y la expansión de las grandes
cadenas comerciales minoristas explica el dinamismo de estos segmentos del mercado.
H. Kantis; Creación y fortalecimiento de nuevas empresas; Estudio 1.EG.33.3 Componente E; Préstamo BID 31
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Sin embargo, ambas diferencias constituyen una cuestión que debe ser debidamente tenida
en cuenta para favorecer la mayor participación de estos segmentos de estudiantes en la creación de
empresas y distan de cuestionar la consideración de las universidades como potenciales
¨yacimientos de emprendedores¨.15
15
De hecho también a nivel internacional se observa este tipo de diferencias entre quienes emprenden y las poblaciones a las que
pertenecen, dando lugar a estrategias focalizadas en favorecer la elevación de su participación en la creación de empresas.
16
En un estudio sobre nueve países, Vesper y Gartner (1997) muestran que el número de universidades con cursos de entrepreneurship
creció de 16 en 1970 a 400 en 1995.
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La gran mayoría de ellas comenzaron a actuar en este campo en los últimos años y se carece
aún de un relevamiento en profundidad que de cuenta del alcance de las mismas, de sus obstáculos
y potencialidades. El Ministerio de Educación está desarrollando actualmente una encuesta en el
marco de un programa de OEA en tanto que en otro estudio la Universidad Nacional de General de
Sarmiento está analizando aspectos complementarios como parte de una actividad desarrollada con
la cooperación japonesa. Ambos estudios seguramente aportarán elementos de interés.
En ausencia de dicha información existen sin embargo evidencias fragmentarias y parciales
obtenidas del conocimiento directo de algunos casos así como también de estudios sobre
experiencias universitarias realizados en otros países, revelan el tipo de dificultades que estas
iniciativas enfrentan. Sin desmerecer la importante contribución que efectúan alentando las
vocaciones emprendedoras es posible destacar algunas de las debilidades existentes en muchos
casos:
H. Kantis; Creación y fortalecimiento de nuevas empresas; Estudio 1.EG.33.3 Componente E; Préstamo BID 33
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En resumen, las universidades constituyen yacimientos de emprendedores cuyo rol en
cualquier estrategia de fomento a la creación de nuevas empresas debería ser clave. Los
emprendimientos surgidos de las universidades se distinguen de los demás por su mayor
capacidad de contribuir a la innovación, al empleo de recursos humanos calificados y al
crecimiento. Ello no significa desconocer el carácter embrionario de la mayoría de las
iniciativas existentes en este campo y los obstáculos que suelen enfrentar quienes desde las
universidades trabajan en estos temas, muchas de las cuales fueron enunciadas más arriba. Es
fundamental que las mismas consigan articularse en torno a programas más integrales y de
tipo interinstitucional, que les permitan alcanzar un mayor impacto sobre la población
universitaria y sobre el medio en el que operan. Una estrategia de desarrollo emprendedor
debería brindar apoyo a estos ¨emprendedores institucionales¨.
17
Se agradece la colaboración del Lic. Gustavo Baruj en la conformación del anexo que incluye un listado tentativo de instituciones
18
A los efectos de duplicar comentarios se incluyen en esta sección y no en la de universidades.
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creación de empresas frente a la más tradicionalmente orientada a su transferencia a empresas
existentes.
En el caso argentino, es muy probable que la debilidad de la infraestructura de investigación
instalada (presupuestarias, de dotación de recursos humanos, etc.) y del ciclo de formación de
capital intelectual lleve a considerar a estas instituciones principalmente como proveedoras de
conocimientos para emprendedores más que como yacimientos de emprendedores.19 En el corto
plazo es fundamental potenciar entre otros aspectos, la vinculación de estos investigadores y sus
investigaciones con el contexto de formación de emprendedores, facilitando la identificación de las
ideas innovadoras, apoyando su desarrollo, acercando a través de foros específicos y otras
instancias de relacionamiento a los investigadores con los emprendedores, estableciendo incentivos
y reglas claras para le generación y transferencia de conocimientos. Cada uno de estos aspectos
debe ser evaluado en un estudio en profundidad de las instituciones de ciencia y técnica.20
Buena parte de las nuevas empresas basadas en el conocimiento fueron fundadas por
profesionales que salieron de grandes firmas para crear su propia compañía.
Adicionalmente, la experiencia internacional y una vasta literatura asociada dan cuenta de
los denominados ¨spin offs¨, es decir, de nuevas empresas creadas como desprendimientos o por
individuos que aprovechan conocimientos y/o contactos adquiridos en las empresas en las que
trabajaban anteriormente. Mientras los casos más típicos de spin offs de PyMEs son aquellos que
crean empresas en sectores convencionales son muy frecuentes los que emergen de grandes firmas
para fundar empresas basadas en el conocimiento. La pertenencia a departamentos de investigación
y desarrollo, oficinas técnicas, áreas comerciales en contacto con el mercado definen la plataforma
organizacional básica en la cual se forja el proceso de creación de la nueva firma. De allí que
puedan ser conceptualizados como ¨yacimientos¨ de emprendedores.
Estos emprendimientos pueden ser de diverso tipo según la relación con la empresa madre y
con el mercado/clientes: a) spin offs competitivos; b) spin offs neutrales o c) spin offs
complementarios. Los primeros son aquellos que nacen imitando la oferta de la empresa madre y
compiten en base a precios. Los spin offs neutrales son aquellos que ofrecen bienes o servicios que
son funcionales a su expertise pero que no están en la línea de actividades en la que la empresa
compite. Por último, los complementarios son aquellos en los cuales la nueva empresa provee
bienes/servicios que la firma madre por razones de escala, especialización, flexibilidad no desea
atender, conviniéndole la posibilidad de que una nueva empresa desprendida de la misma pueda dar
cuenta de esa demanda. También es el caso de aquellas empresas que en períodos de declinación se
forman como resultado de la estrategia de focalización de la firma madre en su corazón
competitivo. En buena parte de estos casos la nueva empresa nace con una plataforma básica de
lanzamiento facilitada por la firma madre, a la cual abastecen de sus bienes/servicios.
Este último es el caso de interés en el cual nos concentraremos dadas las actuales
condiciones del contexto argentino. En los últimos tiempos las grandes firmas han tendido a
desprenderse de recursos humanos altamente calificados configurando una situación compleja desde
el punto de vista de la pérdida de capital humano para el país. Cómo transformar este grave
problema en una oportunidad para que, al menos una porción de estos profesionales, se transforme
19
Un estudio comparado del sistema de innovación argentino y el canadiense abonan este argumento (Chudnvosky D., Niosi y Bercovich
N. 1998)
20
Una investigación de este tipo forma parte de la agenda de investogación del Instituto de Industria de la Universidad Nacional de Gral.
Sarmiento.
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en emprendedores que capitalicen sus conocimientos en la creación de una nueva empresa
constituye a la vez un interrogante y un desafío que debe ser debidamente considerado. En buena
medida porque no existe certeza de que este proceso de ¨racionalización¨ haya concluido pero
también debido a que una estructura empresarial más descentralizada puede tener beneficios
económicos y sociales asociados si da lugar a la creación de nuevas empresas dinámicas, que
alimenten a la vez la renovación y renacimiento de la base empresarial.
Una primera actividad llevada a cabo tuvo como propósito dimensionar en términos muy
generales este ¨yacimiento¨ (número de empresas, cantidad de profesionales, etc.). La proposición
básica es que existen numerosas empresas grandes, con algún nivel de intensidad en conocimiento,
que efectuaron procesos de formación de recursos humanos profesionales y técnicos durante la
década de los 90 que podrían constituir una fuente de potenciales emprendedores a tener en cuenta
desde la perspectiva de un programa de desarrollo emprendedor.
Para ello se ha definido como ¨gran empresa con base de conocimiento¨ a toda aquella con
más de 200 ocupados y con una proporción de ingenieros y técnicos sobre dotación total de al
menos el 10%. Esta definición operativa parte de reconocer que la mayoría de las empresas no
realiza grandes inversiones en investigación y desarrollo, lo cual sin lugar a dudas establece una
limitación al surgimiento de nuevas empresas basadas en el conocimiento. Sin embargo, desde una
perspectiva más amplia, es posible discriminar entre nuevas empresas basadas en la investigación y
nuevas empresas basadas en el conocimiento. Naturalmente, la existencia de departamentos e
inversiones significativas en investigación y desarrollo constituye un factor positivo pero no
excluyente. Aún en condiciones menos favorables que en el primer caso, la existencia de bolsones
de conocimiento técnico combinados con la experiencia empresarial, suele dar lugar al surgimiento
de emprendedores, como en el caso de los estudiados al inicio de este informe.
Una primera estimación basada en información de la encuesta tecnológica para 1996, que
podrá actualizarse en breve, y restringida al sector manufacturero indica la existencia, sin tener en
cuenta el factor de expansión muestral, de unas 150 empresas como parte de un panel de 1500
empresas encuestadas. Las mismas reunían entre 35 y 45 mil profesionales, de los cuales tres de
cada cuatro eran ingenieros y/o técnicos. Por otra parte el gasto de capacitación desembolsado por
las empresas en el quinquenio 1992-1996 ha sido ligeramente superior a los 150 millones de
dólares. Estas cifras dan una primera indicación acerca de la existencia de una plataforma de
recursos humanos para direccionar una estrategia de desarrollo emprendedor más selectiva.
Sin embargo, se trata de información que sólo puede ser considerada como preliminar, no
sólo por su grado de desactualización sino porque las condiciones para que este ¨yacimiento¨ pueda
ser efectivamente aprovechado desde el punto de vista de una estrategia requiere confirmar algunas
cuestiones a nivel empírico:
a) que efectivamente existen recursos humanos con cierto potencial para transformarse en
emprendedores;
Si bien el desarrollo de capacidades emprendedoras entre los mismos podría ser el foco de
un programa de fomento a la creación de empresas, interesaba indagar en que medida los nuevos
enfoques de recursos humanos se están aplicando en la firma contribuyendo a la formación de
capacidades funcionales a la actividad emprendedora. Estos enfoques tienden, por ejemplo, a
reemplazar el concepto de plan de carrera por el de autodesarrollo y a priorizar ciertas competencias
en la etapa de selección y capacitación de personal tales como la iniciativa, el riesgo, la resolución
de problemas, el liderazgo, la creatividad, el trabajo en equipo, la innovación, entre otras). En la
medida en que ello hubiera tenido lugar en los últimos años, el contexto cultural y organizacional
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habría contribuido a forjar recursos humanos con potencial emprendedor, definiendo un punto de
vista más favorable para el fomento a la creación de empresas.
b) que las empresas podrían estar interesadas en acompañar, de alguna manera, una estrategia de
este tipo
Por ejemplo en los últimos tiempos algunas consultoras de recursos humanos que brindan
servicios de outplacement desarrollaron áreas orientadas a apoyar la carrera emprendedora de
quienes perdieron su puesto de trabajo. Un informe reciente (Rosado y Kantis 2003) da cuenta de
algunos casos interesantes de profesionales y ejecutivos de grandes empresas que, con el apoyo de
este tipo de servicios de outplacement crearon su propia empresa en lugar de buscar su reinserción
en empresas existentes. Estas historias de vida confirman que es cada vez más frecuente el caso de
profesionales que perciben al trabajo en la gran empresa como altamente inestable, así como
también los riesgos asociados al corte abrupto de la carrera profesional en etapas de la vida laboral
en las cuales la reubicación es muy difícil.21 En este contexto, los costos de oportunidad de
emprender son, en consecuencia, menores.
Para indagar estas cuestiones se realizaron entrevistas con gerentes de recursos humanos de
diez grandes empresas cuya identidad se resguarda por razones de confidencialidad.22 Las firmas
fueron seleccionadas teniendo en cuenta la existencia de áreas de concentración de recursos
humanos profesionales con orientación tecnológica. Los resultados de dichas entrevistas se
enuncian a continuación:
21
Este tipo de percepción aparece presente también en la experiencia reciente de los emprendedores coreanos
22
Se agradece la colaboración en la realización de estas entrevistas de la Lic. Liliana Rosado.
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estrategia de desarrollo emprendedor debería contemplar el caso de estos recursos humanos como
fuente de potenciales emprendimientos. Aún cuando no sea mayoritaria la proporción de los
mismos que tenga condiciones para crear empresas intensivas en conocimiento, las cifras
involucradas indican que en cualquier caso el potencial existente es significativo y que la
posibilidad de articular programas con las grandes empresas debe ser analizado más detenidamente
en base a propuestas concretas.
A tal efecto es importante tener presente que además de las indemnizaciones percibidas por
estos profesionales, numerosas empresas ofrecen servicios de outplacement. Se trata en ambos
casos de recursos financieros que podrían ser direccionados hacia el proceso emprendedor, tanto a
nivel directo por parte de los trabajadores como hacia programas de apoyo a los mismos por parte
de las empresas, en el segundo caso. Un programa de ese perfil debería tener como propósito
trabajar sobre las competencias emprendedoras, el desarrollo de vinculaciones con redes y ámbitos
de asistencia técnica, la conformación de equipos de proyectos, entre otros aspectos. También está
el caso de los profesionales que ya han sido desvinculados de estas empresas. En muchos casos aún
conservan el capital de sus indemnizaciones y están interesados en explorar la alternativa de
emprender pero carecen de marcos institucionales ajustados a sus necesidades, capaces de
integrarlos a equipos emprendedores con ideas de negocio y que requieren ver complementadas sus
capacidades de gestión y de capital.
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6. Conclusiones, implicancias de política y lineamientos para la
creación de empresas basadas en el conocimiento
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El contexto empresarial argentino presenta situaciones diferenciadas según el área
geográfica y el sector que se analice. Pero en general y, más allá de estas diferencias, existen
condiciones que limitan el desarrollo emprendedor. En consecuencia es necesario adoptar una
estrategia integral que de cuenta en forma articulada de los distintos factores que inciden sobre el
proceso emprendedor y, en consecuencia, de las necesidades específicas de los emprendedores y de
sus emprendimientos en las distintas fases de su ciclo de vida, desde su misma gestación. Ello
supone actuar en áreas tales como las que se enuncian a continuación:
La estrategia debe habilitar espacios muy importantes para la activación de las iniciativas de
base regional. Ello sin desmedro de que, en aquellos ámbitos en los que la base empresaria e
institucional es muy débil, sea necesario explorar fórmulas que incluyan una participación y
colaboración más activa de los niveles centrales en el diseño de programas y en el desarrollo de las
capacidades estratégicas y de gestión a nivel local. En estos casos se requerirá además fortalecer la
vinculación de las redes locales con las extra-locales para favorecer la difusión de modelos de rol, la
captación de oportunidades de negocio y el desarrollo de experiencias enriquecedoras del tejido
preexistente.
Tal como se sostuvo más arriba es necesario promover una amplia participación del sector
privado y de distintas instituciones de la sociedad civil en el diseño e implementación de una
estrategia de desarrollo emprendedor. También se debe involucrar a las grandes empresas. Muchas
de ellas cuentan con fundaciones que podrían ver con simpatía su aporte a iniciativas de desarrollo
emprendedor. Pero también es importante establecer programas conjuntos con las mismas de modo
de fomentar la capacidad emprendedora entre sus profesionales, tanto en beneficio de las
corporaciones como de aquellos que no pueden ser retenidos pero que podrían dar lugar a la
creación de empresas. Programas de este tipo podrían contar con la participación de universidades y
otras instituciones de formación de emprendedores capaces de favorecer su desarrollo de
competencias y sus redes de contacto.
Una estrategia integral debe basarse en la identificación y evaluación de aquellas iniciativas
que, en forma embrionaria, han comenzado a implementarse en el país tanto por parte de
instituciones públicas como privadas en distintas áreas del fomento de la empresarialidad. Evaluar
estas experiencias y capitalizar las mejores prácticas a través de su escalamiento y réplica
contribuirá a avanzar en forma más acelerada en la implementación de una iniciativa de desarrollo
emprendedor. Contar con una visión estratégica integral permitirá capitalizar dichas iniciativas y
adecuarlas a un contexto de implementación ampliada así como también impulsar nuevos
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programas y medidas en las áreas vacantes. Asimismo es muy importante promover el
fortalecimiento de las instituciones que operen en este campo a través de actuaciones en el plano de
los recursos humanos y el cambio organizacional.
a.5 La promoción de la empresarialidad debe incluir un fuerte impulso al desarrollo de las redes de
apoyo a los emprendedores
Buena parte de las estrategias que se están llevando a cabo en otros países así como también
un estudio reciente sobre el proceso de emergencia y desarrollo de empresarios exitosos en
Argentina dan cuenta de la necesidad de fomentar el establecimiento de redes con otros
emprendedores, con empresarios consolidados, con profesionales y con instituciones de apoyo. Este
tipo de iniciativas favorecen el aprendizaje empresarial, la captación de oportunidades de negocios,
la legitimación y perfeccionamiento del proyecto empresario, el acceso a recursos y la superación
de los desafíos que enfrentan las empresas jóvenes.
b. En base a los principios enunciados se plantean las siguientes pautas específicas para fomentar
la creación y desarrollo de empresas basadas en el conocimiento:
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En resumen, una estrategia integral de desarrollo emprendedor con énfasis en la creación de
empresas intensivas en el conocimiento debería basarse en un diseño institucional que combine las
ventajas de flexibilidad y compromiso asociadas a un esquema descentralizado de tipo bottom-up
con los beneficios de escala y de impacto que requieren ciertas áreas de actuación y que deben ser
trabajados conjuntamente por el sector público y privado a nivel central. Hoy existe una gran
oportunidad para avanzar en una estrategia de este tipo, capaz de enfrentar los desafíos, superar las
debilidades y explotar las potencialidades existentes contribuyendo al relanzamiento socio-
económico del país.
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Principales instrumentos de política propuestos para favorecer la creación
de empresas, su articulación y aspectos institucionales.
A continuación se analizan los principales instrumentos de nivel central dado que la estrategia
incluye en su diseño un amplio espacio de protagonismo para las regiones. En consecuencia, su
contenido dependerá de las estrategias que se presenten al fondo concursable.
Este núcleo básico del consorcio deberá articularse además con otras instituciones (públicas y
privadas) de la sociedad, capaces de aportar a la construcción de una cadena de valor que fomente la
creación y desarrollo de empresas. Estas estrategias deberán dar cuenta de los distintos factores que
obstaculizan la creación de empresas en el área de influencia a cuyos efectos deberán estar basadas
en un diagnóstico de los mismos y en una identificación precisa de las iniciativas y programas que
se proponen para su superación. En una primera fase el nivel central del programa desarrollará
acciones para sensibilizar a los actores institucionales de las regiones a través de ciclos de difusión
del programa, capacitación básica en aspectos ligados al proceso de creación de empresas, así como
también en la elaboración de las estrategias que deberán presentar al concurso. Las estrategias serán
evaluadas por un comité de notables independientes del poder político. Se constituirá un foro de
evaluación, aprendizaje y difusión de buenas prácticas con el propósito de fomentar el surgimiento
de nuevas iniciativas en las regiones que no consigan acceder a recursos del fondo en la primera
fase de presentaciones.
Crear en el ámbito del Ministerio de Educación una comisión que tenga como propósito la
implementación en la curricula de cursos, laboratorios y otras actividades que tengan como
propósito la formación de competencias emprendedoras de los estudiantes en los distintos niveles
del sistema educativo. Esta comisión estará integrada por autoridades, educadores, expertos en
creación de empresas, empresarios. Deberá elaborar una propuesta de actuación en este campo que
incluya además la capacitación docente, la elaboración de materiales pedagógicos básicos de apoyo
y un sistema de acreditación que otorgue puntaje a los educadores por la capacitación en este
campo. El proceso de elaboración deberá incluir la generación de debates y foros en los ámbitos
institucionales descentralizados a los efectos de ir promoviendo el consenso y el compromiso de los
actores concretos que tendrán finalmente la responsabilidad última del éxito de estas iniciativas.
- Adaptar los instrumentos existentes en el ámbito de la SECTIP para su utilización por los
emprendedores. Existen distintos instrumentos en la actualidad (algunos deben aún volver a
estar operativos cuestión que se encontraría en evaluación) que podrían ser muy útiles en la
medida en que su campo de beneficiarios no esté limitado a las empresas ya constituidas y con
cierta trayectoria, permitiendo su utilización por quienes desean crear una empresa o recién han
creado una. Este conjunto de instrumentos existentes incluye, por ejemplo, apoyos al desarrollo
de planes de negocio, al desarrollo de prototipos y a la realización de investigaciones en
asociación entre empresas demandantes de innovaciones y laboratorios, consejerías
tecnológicas, capacitación. La adaptación de estos instrumentos debe incluir su fortalecimiento
financiero de modo de poder dar cuenta de la ampliación de la masa de beneficiarios
potenciales que resulta de la inclusión de este nuevo target de política.
- Adaptar la normativa que regula las inversiones de las AFJP para que puedan destinar una
pequeña porción de sus fondos al desarrollo de fondos de capital de riesgo.
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- Establecer subsidios al costo de los fondos de garantía cuando se trata de fondos solicitados por
nuevas empresas. Promover la inclusión de las nuevas empresas entre los sujetos beneficiarios
de las garantías (revisión de los estatutos de las instituciones garantizadoras).
Constituir un comité parlamentario (tanto a nivel nacional como provincial) que identifique y revise
las normas que inciden negativamente sobre la creación de empresas, particularmente aquellas que
afectan los procesos de registración y habilitación pero también el más amplio campo de
regulaciones cuya existencia pueda inhibir el desarrollo de nuevos negocios. El comité deberá
operar en consulta directa con representantes del ámbito de los negocios y profesionales para
relevar estas normas cuya modificación se requiere (por ejemplo cámaras empresarias,
emprendedores jóvenes, consejos de ciencias económicas).
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Política Económica, Ministerio de Economía de la Nación
Anexo: Algunas instituciones de ciencia y técnica
Listado de instituciones a considerar desde la perspectiva del análisis de potenciales
yacimientos de emprendedores y de los instrumentos de promoción de la innovación.
* CONICET:
H. Kantis; Creación y fortalecimiento de nuevas empresas; Estudio 1.EG.33.3 Componente E; Préstamo BID 56
925/OC-AR. Pre II.Coordinación del Estudio: Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretaría de
Política Económica, Ministerio de Economía de la Nación
83 INTEMA Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (Mar del Plata,
Buenos Aires)
84 INTEQUI Instituto de Investigaciones en Tecnología Química (San Luis, San Luis)
85 IQUIFIB Instituto de Química y Físico-Química Biológicas (Capital)
86 IQUIMEFA Instituto de Química y Metabolismo Fármaco (Capital)
87 IQUIOS Instituto de Química Orgánica y de Síntesis (Rosario, Santa Fe)
88 M.A. C.N. “BERNARDINO RIVADAVIA” Museo Argentino de Ciencias Naturales
“Bernardino Rivadavia” (Capital)
89 PLAPIQUI Planta Piloto de Ingeniería Química (Bahía Blanca, Buenos Aires)
90 PROIMI Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (San Miguel de Tucumán,
Tucumán)
H. Kantis; Creación y fortalecimiento de nuevas empresas; Estudio 1.EG.33.3 Componente E; Préstamo BID 57
925/OC-AR. Pre II.Coordinación del Estudio: Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretaría de
Política Económica, Ministerio de Economía de la Nación