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Seguridad de espectáculos y actividades recreativas,

deportivas, musicales y sociales


(I) Aspectos Generales

RESUMEN PREVIO:

La seguridad es una parte más, de la gestión general de instalaciones y


actividades deportivas, a realizar por parte de los titulares de las primeras, y de
los organizadores de las segundas.

La actual gestión de la seguridad, requiere de un nuevo enfoque, basado en el


binomio NECESIDADES – SOLUCIONES de protección, según los diferentes
grupos de riesgo.

Todo ello supone la necesidad para los responsables de las instalaciones y


actividades, de una serie de conocimientos, cuya exposición y posterior
tratamiento, será el objeto de este artículo y de otros posteriores, que
juntos, completaran una serie sobre la nueva visión de la gestión de la
seguridad en el ámbito de la actividad deportiva.

La actual gestión de la seguridad en instalaciones y actividades deportivas, requiere por parte


de sus responsables, de ocho tipos de conocimientos:

1. Conocimiento de los posibles riesgos de daños.


2. Conocimiento de las obligaciones de protección.
3. Conocimiento de la legislación que establece dichas obligaciones.
4. Conocimiento necesario de la legislación.
5. Conocimiento de la responsabilidad por daños, en caso de incumplimiento de las
obligaciones.
6. Conocimiento de las necesidades de seguridad obligatorias: Medidas de seguridad
reglamentarias.
7. Conocimiento de las necesidades de seguridad según la estimación de los riesgos:
Medidas de seguridad necesarias, “más allá de las reglamentarias”
8. Conocimiento de las soluciones de seguridad adecuadas a cada tipo de riesgo.

1. Conocimiento de los posibles riesgos de daños:

La razón de ser de la seguridad, es la existencia de riesgos de daños, para las personas, bienes
y actividades.

Si existen riesgos de daños, la seguridad es necesaria.

Por ello el primer paso para plantear la gestión de la seguridad, es identificar los posibles riesgos
de daños, respecto a estos cuatro factores: determinantes

• Tipo de actividad.
• Lugar o espacio de celebración
• Tipo de concurrentes
• Número de ellos.

En función de ellos, habrá que estudiar la mayor incidencia de unos u otros tipos de riesgos,
entre los que a continuación se exponen en forma de catálogo:

1. Riesgos de daños por actos deliberados o incívicos.


2. Riesgos de graves daños colectivos.
3. Riesgos de accidentes personales de los concurrentes.
4. Riesgos para los derechos de los usuarios.
5. Riesgos laborales

Nota: Esta exposición de riesgos, no trata de ser exhaustiva, sino orientativa de los que
pueden presentarse en instalaciones y actividades deportivas.

2. Conocimiento de las obligaciones de protección:

En España, la seguridad, en general, es un derecho fundamental de los ciudadanos, recogido en


el artículo 17.1 de la propia Constitución que dice lo siguiente:

“Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad”.

A este derecho debe corresponderle, el correlativo deber de protección por parte de los
responsables del ámbito, lugar y actividad de que se trate, en este caso, dentro del ámbito de
los espectáculos y actividades recreativas, de los titulares de las instalaciones, recintos o
espacios, y de los organizadores de actividades, todos ellos deportivos.

Así, en las leyes de espectáculos y actividades recreativas de las distintas Comunidades


Autónomas de España, y en el Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y
Actividades Recreativas, a nivel estatal, se dice claramente que la responsabilidad de la
seguridad de las personas y los bienes, respecto a los diferentes tipos de riesgos de daños y
preservación de los derechos de los concurrentes, corresponde a los titulares de los lugares ya
los organizadores de las actividades.

En consecuencia, los titulares y organizadores están obligados por ley, a dotar, implantar y
aplicar las medidas de seguridad que correspondan, según los diferentes riesgos que puedan
producirse.

3. Conocimiento de la legislación que establece dichas obligaciones.

Dado que los riesgos de daños, para personas, bienes y actividades, pueden estar producidos
por diferentes causas, es necesario conocer los diferentes temas legislativos, en los que se
establece y regula la protección contra dichas causas.

Dicho conjunto de temas legislativos, es el siguiente:

1. Accesibilidad
2. Aseguramiento.
3. Código Técnico de la Edificación (CTE)
4. Código Civil: “Naturaleza y efecto de las obligaciones” y “de las obligaciones que nacen
de culpa o negligencia”.
5. Derecho al honor, a la intimidad personal y a la propia imagen.
6. Emergencia y evacuación (evacuación asistida)
7. Espectáculos públicos y actividades recreativas.
8. Condiciones higiénico-sanitarias de piscinas de uso colectivo
9. Protección contra incendios
10. Protección de datos de carácter personal.
11. Protección jurídica del menor.
12. Riesgos laborales.
13. Seguridad de utilización (CTE)
14. Seguridad privada.
15. Seguridad ciudadana
16. Violencia, xenofobia, racismo e intolerancia en el deporte

4. Conocimiento necesario de la legislación.


El conocimiento de toda la legislación existente, que es de aplicación en materia de seguridad
de instalaciones y actividades deportivas, es extenso y complejo.

Por ello en muchos de los casos de incumplimiento, la razón del mismo, es el desconocimiento
de la legislación que hay que aplicar.

Sin embargo en España, el Código Civil, es muy claro al tratar la cuestión de alegación de
desconocimiento para no cumplir con las Leyes, y así en su artículo 6 se dice lo siguiente:

“La ignorancia de las Leyes no excusa de su cumplimiento”.

Esto supone una necesidad de conocimiento de la legislación aplicable en materia de seguridad,


por parte de titulares y organizadores, o de búsqueda de profesionales que les asistan en esta
materia, al igual que cuentan con asesores fiscales, laborales o de otras áreas del conocimiento.

Por que lo cierto es, que el incumplimiento de las leyes en materia de seguridad, como en otras
materias, pueden suponer la comisión de infracciones, que pueden conllevar diversas sanciones,
administrativas, económicas, etc. y la indemnización económica por daños, si estos se producen
por negligencia o morosidad, entre otras posibles causas.

5. Conocimiento de la responsabilidad por daños, en caso de incumplimiento de las


obligaciones:

Como se ha expuesto en el punto anterior, cuando se producen daños en personas, bienes o


actividades, por incumplimiento de las obligaciones, en este caso de seguridad, el Código Civil
en España, establece lo siguiente:

De la naturaleza y efecto de las obligaciones

• Artículo 1101. Quedan sujetos a la indemnización de los daños y perjuicios causados los
que en el cumplimiento de sus obligaciones incurrieren en dolo, negligencia o
morosidad, y los que de cualquier modo contravinieren al tenor de aquéllas.

• Artículo 1104. La culpa o negligencia del deudor consiste en la omisión de aquella


diligencia que exija la naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de
las personas, del tiempo y del lugar.

Cuando la obligación no exprese la diligencia que ha de prestarse en su cumplimiento,


se exigirá la que correspondería a un buen padre de familia (*)

(*) Detrás de esa expresión se esconde la obligación de actuar de manera diligente


y con el debido cuidado en todo aquello que hacemos, extremando todas las
precauciones con la finalidad de que nadie sufra daño alguno a causa de nuestras
acciones.

De las obligaciones que nacen de culpa o negligencia.

• Artículo 1902. El que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o
negligencia, está obligado a reparar el daño causado.

• Artículo 1903. La obligación que impone el artículo anterior es exigible, no sólo por los
actos u omisiones propios, sino por los de aquellas personas de quienes se debe
responder.

Lo son igualmente los dueños o directores de un establecimiento y empresa respecto de


los perjuicios causados por sus dependientes en el servicio de los ramos en que los
tuvieran empleados, o con ocasión de sus funciones.
Las personas o entidades que sean titulares de un Centro docente de enseñanza no
superior responderán por los daños y perjuicios que causen sus alumnos menores de
edad durante los períodos de tiempo en que los mismos se hallen bajo el control o
vigilancia del profesorado del Centro, desarrollando actividades escolares o
extraescolares y complementarias.

6. Conocimiento de las necesidades de seguridad obligatorias: Medidas de seguridad


reglamentarias.

Las diferentes leyes, reglamentos de desarrollo de las mismas, y demás textos legislativos,
establecen una serie de medidas de carácter obligatorio o reglamentario.

Dichas medidas son disposiciones destinadas a realizar acciones para prevenir o evitar, disuadir
o intervenir, respecto a determinadas causas de riesgos de daños y su posible materialización..

Dichas medidas pueden ser explícitas o implícitas.

• Son explícitas, cuando por ejemplo, en una ley o reglamento de desarrollo, se dice de
manera expresa, que es obligatorio disponer de una medida de control de acceso de los
asistentes o espectadores.

• Son implícitas, las medidas que no se citan de manera expresa como obligatorias, pero
sin embargo es necesaria su adopción, implantación y aplicación como forma de evitar lo
que se considera como una infracción.

Un ejemplo podemos encontrarlo en la actual Ley 17/1997 de Espectáculos y Actividades


Recreativas de la Comunidad de Madrid.

En su artículo 8.4, se dice que en las licencias de funcionamiento, se harán constar, entre
otros datos, el aforo máximo permitido, y sin decir en el resto del articulado, que sea
obligatorio el control del aforo, se llega al Capítulo II. Régimen sancionador, en el que se
expone que la superación del aforo máximo permitido cuando comporte un grave riesgo
para la seguridad de personas y bienes, será una infracción muy grave (artículo 37.11),
y solamente grave, cuando no comporte un grave riesgo (artículo 38.11).

Con ello, no se dice expresamente que sea obligatorio el control de aforo, pero es
evidente, que la forma de evitar la comisión de una infracción por
exceso de aforo, es disponer de un control del mismo.

7. Conocimiento de las medidas de seguridad que puedan ser necesarias, “más allá de
las reglamentarias”.

Las medidas de seguridad de carácter obligatorio, tiene un carácter de mínimos, es decir se


establecen para que exista un mínimo de protección ante la existencia de determinados riesgos
considerados.

Ahora bien, si la cuantificación del riesgo lo requiere, será preciso implementar las medidas
reglamentarias, con otras que proporcionen el nivel de seguridad que la gravedad de los riesgos
hace necesario.

La determinación de las medidas necesarias “más allá de las reglamentarias” vendrá dada por
lo que se conoce como estudio de la cuantificación de los riesgos, que se compone de
identificación, análisis y evaluación.

Según los resultados de la cuantificación, se adoptaran, implantaran y aplicaran las medidas que
sean necesarias.

8. Conocimiento de las soluciones de seguridad adecuadas a cada tipo de riesgo.


Las necesidades de seguridad, que serán la suma de las medidas reglamentarias, y aquellas
otras “mas allá de las reglamentarias”, determinadas por la cuantificación de los riesgos, tienen
que contar con las correspondientes soluciones de satisfacción.

Dichas soluciones ya estén establecidas reglamentariamente, o deban establecerse, para poder


llevar a cabo la implantación de las diferentes medidas, constan de:

• Procedimientos (Criterios de aplicación de las medidas).

• Medios (Recursos que posibilitan la implantación y aplicación de las medidas de


seguridad):

o Humanos
o Materiales
▪ Físicos
▪ Electrónicos

• Servicios (Asistencia que se presta para posibilitar el empleo de los medios.

Todos ellos deben establecerse como un conjunto estructurado y coordinado entre si, para que
funcione como un todo y no como una agrupación de partes sin conexión alguna entre ellas.

En un operativo de seguridad, debe existir un nexo de unión de los componentes y una


conjunción entre ellos, sin lo cual no es posible el resultado final de una protección efectiva.

Ese conjunto estructurado y coordinado de medidas, procedimientos, medios y servicios, es lo


que se denomina Plan, que debe recogerse en un documento que permita su conocimiento, su
seguimiento y sirva de constancia escrita de porqué, para que y como se ha diseñado un
operativo de seguridad.

Un ejemplo lo tenemos en los Planes de Autoprotección, que agrupan habitualmente todos los
componentes de seguridad contra riesgos de graves daños colectivos, como pueden ser los
incendios, las explosiones de gas o los derrumbes, entre otras posibles causas de emergencia y
evacuación.

El binomio necesidades-soluciones está siendo el eje principal del contenido de gran parte de las
actuales acciones formativas sobre seguridad, que se vienen desarrollando en distintas
Comunidades Autónomas, respondiendo al triple criterio de: Informar – Formar - Asistir, en
lo cual vengo participando.

(II): el Plan de Seguridad

INTRODUCCION

La seguridad contra los riesgos de daños para personas, bienes y actividades, por actos
antisociales, requiere una serie de acciones que excede con mucho, de la contratación y
disposición de servicios de seguridad privada y de control de accesos.

Los servicios de seguridad privada y de control de accesos, son efectivos, que forman parte de
los medios que posibilitan la implantación y aplicación de medidas de seguridad. Medidas que a
su vez deben establecerse en función del imprescindible estudio de riesgos, generado por la
interacción del triple componente: Actividad-Lugar de celebración-Asistentes.

Por lo tanto, los servicios de seguridad privada y de control de acceso, siendo esenciales, no
pueden ser establecidos sin tener en cuenta el proceso que conduce a su establecimiento, junto
a otros componentes de protección, ya que los mencionados servicios, por si solos, no pueden
ser suficientes para una seguridad eficaz, eficiente y efectiva.
Accidente en el estadio de El Sadar, por caída de una valla
debido al exceso de aforo en esa zona del graderío

REFERENTES:

Dada la enorme heterogeneidad de los espectáculos y actividades recreativas y deportivas, y


sus diferentes situaciones, para facilitar su comprensión, vamos a exponer el esquema siguiente:

Esquema de Actividades

Entendiendo a los espectáculos como las actividades en las que los concurrentes acuden para
asistir como espectadores (concurrencia pasiva), y a las actividades recreativas, aquellas a las
que los concurrentes acuden para practicar o intervenir (concurrencia activa), todo ello con
independencia de que las actividades sean deportivas, musicales, sociales o de otra
naturaleza.
Vigilantes de Seguridad Privada

Controladores de Accesos

Dado que el diseño de la seguridad, según habíamos expuesto anteriormente, debe realizarse
teniendo en cuenta el análisis y evaluación de riesgos, y ambos requieren la previa identificación
de dichos riesgos, a continuación se propone un catálogo de los mismos, que sin tratar de ser
exhaustivo, permite ver una dimensión general de estos.

Catálogo de riesgos por actos antisociales

1. Alteración del orden.


2. Alteración del normal desarrollo de la actividad.
3. Agresión.
4. Deterioro intencionado de las instalaciones.
5. Violencia (Agresiones multitudinarias).
6. Vandalismo (Destrozos masivos)
7. Intrusión
8. Sabotaje.
9. Atentado.
10. Robo.
11. Hurto.
12. Venta y/o consumo de sustancias prohibidas

Algunos de ellos, como el atentado o amenaza del mismo, pueden constituir situaciones de
emergencia y dar lugar a evacuaciones, que deben de estar recogidas en el Plan de
Autoprotección o en el Plan de emergencia y evacuación, según sea aplicable o no, la Norma
Básica de Autoprotección, pero esto no quita que el estudio de riesgos y las acciones preventivas
y reactivas, formen parte del Plan de seguridad.
Alteración del normal desarrollo del espectáculo deportivo, por la irrupción de una exhibicionista

Evidentemente el desarrollo de un Plan de seguridad, hay que desarrollarlo, implantarlo y


aplicarlo, para lo cual se requiere una preparación y experiencia adecuados, lo cual nos lleva a
tres posibles acciones a realizar según la “matriz IFA” (Información-Formación-Asistencia).

• Información sobre necesidades y propuesta de solución de Plan de seguridad, mediante


trabajos como el presente.
• Formación mediante cursos para preparar a profesionales propios de entidades públicas
y privadas, con el fin de capacitarlos para la triple acción de elaboración-implantación-
aplicación de los Planes de seguridad.
• Asistencia técnica externa, a entidades públicas y privadas, para llevar a cabo las
mencionadas acciones de elaboración-implantación-aplicación, o de auditoría o
evaluación de los planes o memorias de seguridad existentes.

Evidentemente no es lo mismo un Plan de seguridad para un gran evento de masas, ya sea


deportivo o musical, que para las actividades habituales de un polideportivo municipal, o un
gimnasio de barrio, o la organización de un congreso o la organización de un maratón popular.

Pero es obvio que la seguridad requiere mucho mas que la disposición de un servicio de vigilancia
y de control de accesos, comenzando porque aunque disponer de ratios de efectivos humanos,
sea un referente orientativo, el número de dichos efectivos no puede estar solo en función del
aforo, sino que debe estarlo en función de otros muchos factores mas, tal y como se ha expuesto
en el esquema anterior de Plan de seguridad.

Solo teniendo en cuenta un dispositivo de vigilancia y de control de accesos, con un número


aleatorio de efectivos, y no otros aspectos fundamentales como los criterios de aplicación y los
protocolos de actuación, suceden en ocasiones casos, como el del Madrid-Arena en noviembre
de 2012, en el que todos lamentamos el fallecimiento de cinco jóvenes.

Avalancha mortal en el Madrid-Arena


(III): Responsabilidades de los organizadores

PROLOGO

Los organizadores de espectáculos y actividades recreativas, tienen una responsabilidad por la


seguridad de las personas que convocan y reúnen, tanto por
la propia organización, como por las condiciones y estado de los lugares en que se celebra.

La responsabilidad respecto a las condiciones y estado de los lugares y recintos de celebración,


afecta en cualquier caso al organizador, incluso aunque no sea el propietario de los mismos, ya
que aunque dichas condiciones y estado le corresponden al titular, el organizador debe
comprobar que el lugar en el que reúne a las personas, es seguro para ellas.

INTRODUCCIÓN

Comenzaremos por acotar el ámbito de aplicación de este trabajo.

Se trata de los espectáculos y actividades recreativas, respecto a los que conviene recordar
la diferencia que existe entre ellos.

Podemos decir lo siguiente:

• Espectáculos, son las actividades organizadas con el fin de congregar al público en


general para presenciar actividades, representaciones o exhibiciones de naturaleza:
o Deportiva: Competiciones deportivas en sus diversas modalidades cuya
finalidad es el espectáculo.
o Artística: Conciertos y festivales, etc.
o Cultural: Conferencias y congresos, etc.
o Otros.

• Actividades recreativas, son las actividades dirigidas al público en


general, destinadas a la práctica, cuyo fin sea el esparcimiento, ocio, recreo y diversión
del mismo, entre ellas:
o Práctica de deportes en sus diversas modalidades, cuya finalidad es la
práctica con fines recreativos.
o Baile: Discotecas, salas de baila, salas de juventud.
o Ocio: Parques de atracciones, ferias, etc.
o Otros.

En el ámbito autonómico, se hace una diferenciación entre:

• Lugares, recintos e instalaciones destinados a espectáculos y recreos públicos


• Organización de los espectáculos y actividades recreativas

Respecto a los cuales se encontrarán, los titulares de los primeros y los organizadores de los
segundos, que pueden ser o no ser los mismos.

Es necesario que se prevean con carácter general, o se especifiquen en las licencias de


construcción, apertura y funcionamiento de los lugares e instalaciones en que se celebren sus
espectáculos, así como a mantener unos y otros en perfecto estado de uso y funcionamiento.

Conviene reparar en la utilización de los dos términos de “seguridad” y “tranquilidad”, en lo


que se entiende como una clara alusión a medidas de seguridad respecto a condiciones y
estado de los lugares e instalaciones, y las medidas de tranquilidad respecto a evitar la
alteración del orden y la del normal desarrollo de la actividad.

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