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El siglo XX se abre con un fuerte rechazo del Realismo decimonónico a través del
Modernismo y la Generación del 98.
Así, a finales del siglo XIX se producen en toda Europa una serie de discrepancias
respecto a las convicciones existentes, que afectan no solo al arte, sino a la moral, el
sentimiento religioso y la ideología política. En el arte, se tiende a liberar las formas, a
hacer que el lenguaje no sirva solo para comunicarse sino que él mismo sea seductor;
el sonido y la palabra deben seducir por sí mismos, por su brillante combinación, por
las emociones estéticas que sugieren.
2. EL MODERNISMO:
D. RASGOS ESTILÍSTICOS:
E. RUBÉN DARÍO:
Félix Rubén García Sarmiento, nació en 1867 en Nicaragua. Vivió en varios países
latinoamericanos, en España, en Francia. Ejerció como corresponsal, embajador y
director de varias publicaciones.
Es la figura clave del Modernismo. Fue considerado el líder del movimiento en España,
a raíz de su viaje en 1892, en el que trabó amistad con jóvenes escritores. Cuando
regresó en 1898 fue recibido como un ídolo que supo integrar en un estilo original y
deslumbrante las más diversas influencias y dar un aire totalmente nuevo a la poesía
en castellano.
Azul es el ejemplo completo de la estética modernista: una poesía sonora, colorista y
preciosista que huye de la realidad para crear un mundo paralelo de fantasía
desbordada. El azul era para Darío el color del ensueño, del arte, del océano y del
firmamento. En esta obra hay cuentos en prosa, estampas narrativo-descriptivas,
poemas dedicados a las estaciones, sonetos y retratos de personajes célebres en
verso.
F. EL MODERNISMO EN ESPAÑA:
En 1892, Darío visita España y planta la semilla del primer modernismo, el más
esteticista y parnasiano, que cuajará en Salvador Rueda y en las primeras obras de
Manuel Machado.
Comparte con el Modernismo el rechazo contra el atraso del país, así como un anhelo
de renovación estética en la literatura. Pero los escritores noventayochistas optaron
por creaciones más reflexivas en las que, con estilo sobrio, dan salida a sus
inquietudes sociales e individuales.
Los autores del 98 conocen las corrientes filosóficas de su tiempo y se nutren también
del regeneracionismo y del krausismo, los movimientos ideológicos más avanzados a
finales del siglo XIX en España. Así se diagnostican los males del país: corrupción,
caciquismo, atraso social y económico; y se proponen soluciones políticas: mejora de
la educación, reforma agraria, cambio en el sistema político.
Se conocía como Grupo de los Tres a: Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y Azorín. Más
tarde, este último acuñó el término de Generación del 98, para incluir a Miguel de
Unamuno, Ángel Ganivet, y algunas obras de Antonio Machado y Valle-Inclán.
Pese a la heterogeneidad de estos autores, se pueden apreciar una serie de rasgos en
común que justifican su consideración de “generación”:
- Sus circunstancias vitales:
. Tienen una edad aproximada y se relacionan entre sí con frecuencia, comparten
publicaciones.
. Comparten una ideología crítica con el atraso nacional aunque su ideología fue
evolucionando.
- Temas y preocupaciones:
. La regeneración de España. Entendida como la necesidad de un cambio para
modernizar el país con ideas prácticas. Más tarde buscan recuperar los valores
espirituales y éticos de nuestro país indagando en los mejor de nuestra tradición y
nuestra historia.
. El existencialismo. Las teorías filosóficas de Nietzsche y Schopenhauer calan en
ellos. El enfrentamiento entre la fe y la razón, o la búsqueda del sentido de la vida son
temas que angustian y ocupan las obras de estos autores.
. La influencia del paisaje en el carácter. La sobriedad despojada de los campos de
Castilla, que imprimen carácter.
- Lenguaje y estilo:
. Natural y sobrio, con escaso adorno. Beben en los clásicos españoles y el habla
tradicional castellana, de la que rescatan términos y expresiones cargados de
significado.
. Buscan la precisión pero manteniendo una expresión rica y viva.
. Se alejan del realismo y están al tanto de las nuevas corrientes literarias de la
modernidad internacional.
Vida:
Nació en Sevilla, a los ocho años se trasladó a Madrid y se educó en la Institución
Libre de Enseñanza. En 1907, obtuvo la cátedra de francés en el Instituto de Soria. Se
casó con Leonor Izquierdo en 1909, pero ella murió en 1912. En 1927 fue elegido
miembro de la Real Academia Española. En 1928 conoce a Pilar Valderrama, con la
que tuvo amores que se reflejaron en sus poemas con el nombre de Guiomar.
Partidario de la República, tras la Guerra Civil se ve obligado a huir del país. Se
establece en el pueblo francés de Colliure, conde murió el 22 de febrero de 1939.
Obra poética:
La obra de Machado se asocia en torno a tres grandes libros:
. Soledades (1903), ampliado y reimpreso en 1707 con el título de Soledades,
galerías y otros poemas. El joven Machado queda deslumbrado por la arrolladora
personalidad de Rubén Darío pero, a pesar de verse influido por el nicaragüense,
sigue un camino bien distinto, no quiere quedarse en las palabras brillantes, sonoras y
coloridas, sino ahondar en las galerías de su propio ser y ponerse en íntimo diálogo
con el mundo. Utilizará un lenguaje simbólico muy sencillo (fuentes, caminos, puestas
de sol, niños…) para reflexionar sobre las preocupaciones fundamentales del ser
humano: el paso del tiempo, la soledad, los recuerdos, el sentido de la vida… Así, sus
temas son recuerdos infantiles, presagios de muerte, melancólicos sentimientos de
amor… Impresiones y emociones inolvidables, expresadas con emotiva sencillez.
. Nuevas canciones (1925). Tras sus dos primeros libros de poemas, Machado no
aporta grandes novedades a su poesía. En su última etapa, se ve influido, por un lado,
por la moda de rescatar la poesía folklórica y, por otro, por la búsqueda de una poesía
más compleja formalmente que, sin embargo, no alcanza las cotas de emoción de sus
primeras producciones.