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TEMA I. EL MODERNISMO. CARACTERÍSTICAS. LA


REPERCUSIÓN DE RUBÉN DARÍO Y EL MODERNISMO EN
ESPAÑA.

1.1. El Modernismo: definición y características.


1.- MARCO HISTÓRICO Y CULTURAL.

A finales del siglo XIX se producirán en España acontecimientos que marcarán


una nueva etapa. Uno de los más importantes fue la guerra con Estados Unidos
(1898) que supuso la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

El “desastre del 98” originó propuestas de regeneración del país. Se


emprendieron reformas económicas, laborales y sociales. En 1917 se produce la crisis
del régimen y en 1923 tendrá lugar la dictadura de Primo de Rivera. En 1930 dimitió
el dictador, el rey se tuvo que exiliar y se proclamó la II República.

2.- IDEOLOGÍAS Y CULTURA.

A finales de siglo se pierde la confianza en el positivismo y se da paso a las


corrientes vitalistas e irracionalistas.

Ahora el pensamiento gira en torno a la existencia humana, que es dolor,


angustia, o al individualismo y los valores vitales y la fuerza de voluntad. Los
pensadores que influyen en estos momentos son: Schopenhauer, Kierkegaard ,
Freud o Nietzsche.

A finales de siglo confluyen diferentes movimientos artísticos como:

Impresionismo: Se presentan las figuras desintegradas a través de manchas


de color, que observadas a distancia, se hacía posible su reconstrucción. Se centran
en la percepción sensorial. Artistas: Monet, Renoir, Sorolla o Ruiseñol.

Esteticismo: Se trata de hacer de la existencia una obra de arte, de


consagrarse a la belleza. Estos artistas se refugian en la bohemia.

Decadentismo: Se llamaban así a los bohemios amorales de París.


Reivindicaban a los poetas marginados y perseguidos, exaltándose lo raro, lo
extravagante y lo refinado. Sus temas más importantes son las manifestaciones
eróticas y prohibidas por las normas sociales y la búsqueda de los paraísos artificiales.
Para ellos la vida significaba un abismo y estaba llena de inseguridad y miedo.

3. EL MODERNISMO.

Nace en Hispanoamérica y tiene como precursores a José Martí y Gutiérrez


Nájera y alcanza su apogeo con Rubén Darío. Se trata de un movimiento de carácter
irracional y antirrealista que supone una profunda renovación temática y estética de la
literatura en lengua española.

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Se inspira en los movimientos poéticos y artísticos franceses de la segunda


mitad del siglo XIX. Domina el gusto del arte por el arte, la sensualidad enfermiza,
erotismo morboso, el refinamiento aristocrático o la búsqueda de la inocencia y la
plenitud de la bohemia frente a la depravación burguesa:

Parnasianismo: toma como lema “el arte por el arte” y se inclina por una
poesía despojada de los impulsos románticos, en la que domine la perfección moral y
la elaboración estética de temas históricos, mitológicos o exóticos.

Simbolismo: es un movimiento irracionalista que busca los sentimientos y


estados de ánimo que hay más allá del mundo sensible. Las imágenes físicas
representan lo abstracto e irracional, los sueños y misterios que se esconden tras la
realidad. Poetas importantes de este movimiento fueron Baudelaire, Verlaine o
Rimbaud, entre otros.

3.1. CARACTERÍSTICAS:

➢ Los modernistas buscan nuevas fuentes de inspiración.


➢ Poesía cosmopolita. Necesitan evadirse de la realidad y para ello recurren a
lugares como París, con su bohemia, sus cabarés, etc.
➢ Les gusta lo lejano y exótico. Los modernistas crearon un mundo ideal que les
permitía afrontar la rutina del día a día.
➢ El paganismo de la mitología clásica, con múltiples referencias a sus temas y
personajes, sobre todo los de tipo erótico; y de las culturas indígenas
hispanoamericanas.
➢ Lo legendario e histórico, con la recreación fantasiosa de la Edad Media, el
Renacimiento italiano o el ambiente versallesco del siglo XVIII francés.
➢ Exaltación de todo tipo de sensaciones, para componer una atmósfera
envolvente que penetra por los cincos sentidos, y del sensualismo erótico, que
va desde la insinuación galante de la aventura lujuriosa.
➢ Renovación de la métrica y el lenguaje. Los modernistas pretenden renovar
el lenguaje poético. Enriquecieron el idioma con vocablos extranjeros,
arcaísmos y neologismos. También buscan los efectos impresionistas, por
medio de sensaciones, recrean un estilo sensorial, colorista y sonoro, que trata
de reproducir a lo vivo las notas de color y luz, las sensaciones táctiles o
gustativas. Recuperan viejas formas como el hexámetro clásico o el tetrástrofo
monorrimo. Agilizan los metros conocidos y crean nuevos metros e intentan ser
libres métricamente.

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1.2. La repercusión del Modernismo en España: Rubén


Darío y el Modernismo en Valle- Inclán.

1. RUBÉN DARÍO

Nació en Nicaragua. Se dedicó al periodismo y la literatura. Viajó por América,


España, Francia, etc. En París asimiló las novedades de los grandes movimientos del
momento y sació sus ansias de cosmopolitismo y de búsqueda de los mundos
paganos, exóticos o legendarios que poblaban el arte y la literatura de moda en
Europa. Llevó una vida agitada entre el alcohol, las grandes pasiones, la pobreza, etc.

En la primera etapa de su producción publica Azul (1888), cuyas canciones a


las cuatro estaciones y sonetos alejandrinos reflejan una nueva sensibilidad, en la que
se mezclan el sentimiento de la naturaleza y la estética de la poesía francesa.

La segunda etapa está representada por Prosas Profanas, que supone la


culminación del Modernismo. Está poblada de ambientes, personajes y motivos
representativos de la nueva estética, en medio de un lenguaje y una métrica
profundamente innovadores en la poesía hispana.

Una tercera etapa se puede distinguir en torno a Cantos de vida y esperanza,


que supone el paso de la preocupación estética y el oropel formal al mundo real de su
propia vida, dominada por la desilusión y de amargura.

2. MODERNISMO EN ESPAÑA.

Hacia finales del XIX y principios del XX se produce la influencia del


Modernismo en España. Fue importante para ello la segunda visita de Rubén Darío a
Madrid.

Las circunstancias que vivía el país propició la actitud de rebeldía propia de los
modernistas.

El ambiente poético también necesitaba un cambio. Sólo el intimismo de


Bécquer constituía una excepción.

Antes de la llegada de Rubén Darío, algunos poetas, como Salvador Rueda y


Francisco Villaespesa, mantenían contacto con los principales autores
hispanoamericanos. El cambio se puede observar en revistas literarias como Electra,
que publicaron poesía y escritos modernistas. En 1903 aparece una de las más
importantes, Helios.

Muy importante fue el Modernismo catalán. Fue antiimperialista y se opuso al


Estado español que reprimía las nacionalidades. Se inició hacia 1890 y destacan
Santiago Rusiñol, Joan Maragall o Gaudí.

El Modernismo español está influenciado, sobre todo, por el simbolismo y por la


poesía intimista de Bécquer. También se crea una poesía cívica, centrada en el mundo
exterior y en los problemas de la gente, en la que se utiliza un lenguaje directo.

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Podemos dividir a los poetas en dos grupos:

A) Los que lo toman como principio poético de toda su obra: Marquina,


Villaespesa o Manuel Machado.
B) Los que se sienten atraídos en un principio por el modernismo, pero que luego
evolucionan hacia una poética personal. Son, por ejemplo, Antonio Machado, o
Juan Ramón Jiménez.

Ramón María del Valle- Inclán.

Ramón María del Valle-Inclán fue un autor gallego nacido en la


localidad pontevedresa de Vilanova de Arousa en el año 1866, que estudió la
carrera de Derecho en la ciudad de Santiago de Compostela, a la que siempre
permaneció muy ligado. Sin embargo tras acabar la carrera se instaló en
Madrid y fue colaborador de “El Globo”. Posteriormente se fue a América y
trabajó como periodista y sacó a la luz sus primeros relatos para
posteriormente volver a España para vivir en Pontevedra, hasta que años más
tarde regresó a la capital de España y trabó amistad con algunas de las
principales figuras de la literatura nacional del momento a las que conoció en
las tertulias, en las que el gallego destacaba por su extravagancia.

Tras haber estado de nuevo en México regresó otra vez a España y se


opuso directamente a la dictadura de Primo de Rivera. Ramón María del Valle-
Inclán murió en el año 1935 en la capital gallega, Santiago de Compostela.

El modernismo de Valle ya se puede apreciar en sus primeras novelas,


Femeninas (1895) y Epitalamio (1897), donde destacan la delicadeza y el preciosismo
asociados con este movimiento. Este estilo modernista, que abarcó,
aproximadamente, desde 1898 hasta 1910, se corresponde con su primera época. Fue
un modernismo puro, de preocupación formal, en busca del arte por el arte, del color y
la musicalidad. Cultivó una prosa refinada y preciosista y creó un mundo decadente,
señorial y arcaico, donde el recuerdo nostálgico ocupa un lugar central. Será en las
cuatro Sonatas, que constituyen su aportación más valiosa en esta etapa, donde
encontraremos los mejores ejemplos de prosa modernista de la literatura española.

Las Sonatas

Las Sonatas están escritas como las memorias amables de un donjuanesco


marqués. La primera en aparecer fue la Sonata de otoño en 1902. Se sabe que tienen
ascendencia francesa, que llegan a Valle a través de Rubén Darío.

Se nos ofrecen como un conjunto de cuatro libros, destinados cada uno a una
estación del año, representando así la vida del marqués. Cada sonata alegoriza un
estado de ánimo en correspondencia indisoluble con la edad del personaje. Hay una
clara interferencia entre lo sensual y lo psicológico.

Valle vuelve la vista al ayer y quiere entresacar del pasado cuatro episodios
amables, sin más pretensión que el de una elegíaca añoranza. Son memorias

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amables, en las que el pecado es el eje central del acaecer. La unidad se mantiene a
través de las cuatro sólo por el personaje principal.

Como obra modernista aparece una aristocracia integral, que hace que la
obra se diferencia de lo vulgar. Todas las aventuras se deslizan en un clima de
lujo, un hilo de vetusta antigüedad pasa a lo largo de toda la obra. Así en la de
otoño aparece en toda ella el sentido de la genealogía. Llega incluso a insistir
con machaconería erudita en esta aristocracia. Esta conciencia de la aristocracia
conlleva otras cualidades, como lo es la arrogancia y el orgullo. El sentirse con
esta superioridad es lo que le lleva a exagerar su valentía, que adquiere
caracteres de apoteosis en la invernal, cuando le cortan el brazo.

Valle es quien más aristocratiza el paisaje. Lo poetiza. Partiendo de


paisajes cercanos, inventa el paisaje de las Sonatas y elabora un fondo de jardín
clásico, noble y antiguo. La sensación de antigüedad aparece a lo largo de toda
la obra. Es un paisaje elaborado dentro de un canon, dentro de una estética
preconcebida. Pero este paisaje vive.

Dentro de esta manera modernista mencionaremos, en poesía, Voces de


gesta, Aromas de leyenda y El Pajajero; también contamos con un libro de
estética, La lámpara maravillosa. Modernistas son también las tres novelas de
La guerra carlista y libros de cuentos como Jardín Umbrío u obras dramáticas
como las Comedias bárbaras, Cuento de abril o La Marquesa Rosalinda,
cuya protagonista, refinada, bella, lánguida y al tiempo frívola, es una estilización
modernista de una dama del siglo XII.
Su modernismo se nutre del simbolismo y del parnasianismo, y además admite
componentes aparentemente contradictorios, como decadentismo y vitalismo,
satanismo, esoterismo, panteísmo y cristianismo, refinamiento y primitivismo,
estilizaciones de grandiosidad mítica y otras de un edulcoramiento preciosista que
ya linda con lo cursi. Algunos otros rasgos son:
- Estética de la belleza, placentera y exornada.
- Sintaxis: períodos oracionales que suelen tener una fluidez de adagio
musical, es decir, sintaxis pausada, llena de reiteraciones que subrayan la
índole musical de su prosa. Aparición de elementos arcaizantes en la
sintaxis o en la fonética y la morfología.
- Modernismo en su variante decadente y preciosista, que no desprecia la ironía
elegante.
- Modernismo de interiorización, esto es, buscador de valores ideales -míticos,
heroicos, espirituales-. A veces busca lo místico y lo esotérico y, en alguna
obra, lo satánico y decadente dentro de un esteticismo idealizador.

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RUBÉN DARÍO.
INVIERNO.

En invernales horas, mirad a Carolina.


Medio apelotonada, descansa en el sillón,
envuelta con su abrigo de marta cibelina
y no lejos del fuego que brilla en el salón.

El fino angora blanco junto a ella se reclina,


rozando con su hocico la falda de Aleçón,
no lejos de las jarras de porcelana china
que medio oculta un biombo de seda del Japón.

Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño:


entro, sin hacer ruido: dejo mi abrigo gris;
voy a besar su rostro, rosado y halagüeño

como una rosa roja que fuera flor de lis.


Abre los ojos; mírame con su mirar risueño,
y en tanto cae la nieve del cielo de París.

ANTONIO MACHADO.
RECUERDO INFANTIL

Una tarde parda y fría


de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco


truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil


va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».

Una tarde parda y fría


de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.

(…)

Antonio Machado, Soledades. Galerías. Otros poemas (1907)

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JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.


Otoño ( Sonetos espirituales ) Primera etapa.

Esparce octubre, al blando movimiento


del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.

Qué noble paz en este alejamiento


de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!

¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,


en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!

En una decadencia de hermosura,


la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.

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