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AUTORAS

Prof. Lic. Miriam Di Loretto


Prof. Lic. Lorena Cecilia Gonzalez
Prof. Lic. Lilian Rivera

COLABORADORAS
Prof. Lic. María Cruz
Lic. Lucía Blengini

Febrero 2018
Prólogo

El inicio de una nueva materia, en una profesión elegida para estudiar,


será siempre una buena oportunidad para apropiarse de nuevos cono-
cimientos; que ampliaran la visión de quien se anima a ingresar en el
mundo nuevo o quizás discretamente conocido de la enfermería.
Según el Ministerio de Salud de la Nación hay 2 enfermeros cada 10.000
habitantes. Mientras que a nivel mundial, la relación médico-enfermero es
de 9 a 1, una proporción que según la OMS debería ser al revés: 9 enfer-
meros por cada médico.
Si bien esta profesión carga con un estigma del pasado, una imagen es-
tereotipada y poco valorada socialmente, nos encontramos en una época
avanzada tecnológicamente en el sistema de salud donde los enfermeros
cumplen un rol fundamental. Aunque la tarea de cuidado es fundamen-
tal en la carrera, hoy existe un amplio abanico en el que los egresados
pueden elegir otras orientaciones como la investigación, la docencia, lo
asistencial o la gestión.
El presente manual se trata de un material producido para el estudiante
de Licenciatura en enfermería, con recopilaciones actualizadas y aportes
de autores nacionales y extranjeros, dado que la enfermería es universal
y presenta pequeñas variaciones según el contexto.

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Consensuado en el encuadre general de la materia, con la experiencia de
de años anteriores, se adaptaron contenidos de acuerdo a las actuales
exigencias de demanda en enfermería en nuestro país y el mundo. En
la búsqueda de la objetividad del material de lectura, para mejor apro-
vechamiento del alumno, elaboramos este manual de “Fundamentos de
Enfermería” ordenando punto por punto cada aspecto que será analizado
en el desarrollo de las clases durante el cuatrimestre.
Para nosotras, las profesoras de primer año, es un honor poder facilitar
mediante este manual, el proceso de su aprendizaje.

A continuación, compartimos una reflexión de quien fue la pionera en


los avances y crecimiento de la profesión, representante emblemática de
la enfermería mundial:

“La observación indica cómo está el paciente; la reflexión indica qué


hay que hacer; la destreza práctica indica cómo hay que hacerlo. La
formación y la experiencia son necesarias para saber cómo observar y
qué observar; cómo pensar y qué pensar.”
Florence Nightingale, 1882

Las autoras

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UNIDAD 1
La profesión
de Enfermería

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Concepto de profesión

Ocupación con componentes éticos encaminados al incremento del bien-


estar humano y social. Posee un conjunto de conocimientos propios,
basados en principios sociales y científicos que han de ser desarrollados
y sometidos a la prueba de la experimentación.
Una profesión es una actividad especializada del trabajo dentro de la
sociedad, realizada generalmente por un profesional.
En un sentido más restrictivo, la profesión se refiere a menudo especí-
ficamente a los campos que requieren estudios universitarios de post-
grado o licenciatura, donde se adquieren los conocimientos especializa-
dos respectivos; tales como en la psicología, el derecho, la medicina, la
enfermería, la arquitectura, la contaduría o la ingeniería. En este sentido,
la profesión difiere de la ocupación u oficio, que se refiere generalmen-
te a la naturaleza del empleo de una persona. La profesión aborda el
desempeño de la práctica y la disciplina se preocupa del desarrollo del
conocimiento, enriqueciendo la profesión desde su esencia y profundi-
zando el sustento teórico de la práctica.

- Profesional: toda aquella persona que puede brindar un servi-


cio o elaborar un bien, garantizando el resultado con calidad
determinada. Puede ser una persona con un título universitario
o técnico, para el caso de las disciplinas de la ciencia y las artes;
un técnico en cualquiera de los campos de aplicación de la tec-
nología; o una persona con un oficio determinado.

El concepto profesión evolucionó a través del tiempo y es producto de


un desarrollo histórico, que ha creado y renovado mecanismos de diver-
sa índole, hasta llegar a los procesos modernos que se conocen hoy en
día. Los antecedentes sobre el origen de este concepto se encuentran en
antiguos textos hebreos, en donde se señala que esta palabra era usada
con relación a funciones sacerdotales, los negocios en servicio del rey o
de un funcionario real: puesto que el vocablo significa mandar o enviar,
lo que representaba realizar una misión. Sin embargo, el concepto en el
sentido actual no puede remontarse más allá de la época preindustrial,
puesto que es producto de la industrialización y de la división del tra-

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bajo. Más adelante, estudios realizados en la década de los sesenta, defi-
nían la profesión cuando existía un cuerpo específico de conocimientos
para actuar en una realidad social organizada.
Wilensky (1964) estableció que la profesión es una forma especial de
organización ocupacional, basada en un cuerpo de conocimiento siste-
mático adquirido a través de una formación escolar, y establece que una
actividad pasa a ser considerada profesión cuando supera las cinco eta-
pas del proceso de profesionalización, en donde el trabajo se convierte
en una ocupación de tiempo integral como consecuencia de la necesi-
dad social del surgimiento y ampliación del mercado laboral: se crean
escuelas para el adiestramiento y formación de nuevos profesionales;
se constituye la asociación profesional, en donde se definen los perfiles
profesionales; se reglamenta la profesión, asegurando así el monopolio
de competencia del saber y de la práctica profesional; y se adopta un
código de ética con la intención de preservar así a los “genuinos profe-
sionales” (Pacheco, 1994).
Por su parte, Schein (1970) estableció que las profesiones constituyen
conjuntos de ocupaciones que han desarrollado un sistema de normas
derivadas de su papel especial en la sociedad, en la cual el profesional
es distinto del aficionado, puesto que está dedicado de tiempo completo
a una ocupación que constituye su principal fuente de ingresos (Gómez
y Tenti, 1989).
Se presupone que quien tiene una profesión tiene una fuente de motiva-
ción y la ejerce en forma continua, además de poseer, un cuerpo espe-
cializado de conocimientos y habilidades adquiridos durante un periodo
prolongado de educación y entrenamiento. Por otra parte, en los años
ochenta, una profesión se definía como una ocupación que se regulaba a
sí misma mediante una capacitación sistemática y obligatoria en un ám-
bito universitario, basado en conocimientos especializados y técnicos, y
orientado más al servicio que hacia las utilidades pecuniarias, principio
consagrado en el código de ética (Starr, 1982).
En este contexto, la profesión era considerada como un fenómeno so-
ciocultural en el cual intervienen un conjunto de conocimientos y habi-
lidades, tradiciones, costumbres y prácticas que dependen del contexto
económico, social y cultural en el que surge y se desarrolla. En relación
al sentido de las profesiones, se mantuvo a lo largo de la historia una
visión de la profesión como la actividad especializada y permanente de

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un hombre que, normalmente constituye para él una fuente de ingreso y
por tanto, un fundamento económico, seguro de su existencia.
Sin embargo esta mirada es totalmente individualista, dejando ver que al
ser profesional solo se satisfacen necesidades individuales, especialmen-
te económicas. Con lo cual, se llega a la conclusión que una profesión
no es solo un instrumento individual, conseguir el dinero con el que
mantenerse, sino que bastante más, no se puede ver una profesión aisla-
da, sino que pertenece a una familia, país, ciudad y comunidad, brindar
a la sociedad un bien especifico(códigos éticos) donde necesariamente
se necesita vocación, más si relacionamos la profesión en relación a
la docencia, porque educar es enseñar a vivir y ello conlleva una gran
responsabilidad sobre nuestros hombros para con la sociedad, transmitir
conocimientos, estimular aprendizaje y lo más difícil entregar herra-
mientas para vivir en sociedad.

Criterios para una profesión

1. En su ejercicio, emplea un cuerpo especializado, bien definido y


bien organizado de conocimientos, en el nivel intelectual de la
enseñanza superior.
2. En una profesión el cuerpo de conocimientos crece en forma
constante y mejora su técnica y pedagogía mediante la aplica-
ción del método científico.
3. Encomienda la instrucción de sus practicantes a instituciones de
enseñanza superior.
4. Aplica su cuerpo de conocimientos a servicios prácticos vitales
para el bienestar humano y social.
5. Se desempeña en forma autónoma para la formulación de una
política profesional y, por consiguiente, para el valor de sus
prácticas.
6. Ejerce atracción sobre individuos con cualidades intelectuales y
personales que ponen al servicio por encima del beneficio perso-
nal, y que consideran su elección laboral como una vocación.
7. Se esfuerza por compensar a sus practicantes, proporcionándo-
les libertad de acción, oportunidad para el continuo crecimiento
profesional y seguridad económica.

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Aptitudes componentes del profesionalismo

1. Empleo de organizaciones profesionales como referentes princi-


pales.
2. Creencia en la autorregulación, se basa en la idea de que sola-
mente los profesionales especializados en una disciplina pueden
acometer los estándares de las prácticas.
3. Creencia en el servicio público, que comprende la escénica de la
profesión.
4. Sentimiento vocacional por la disciplina o responsabilidad con
la profesión, como importantes intereses y deseos que trascien-
den las recompensas monetarias.
5. Autonomía, dentro de la que se toman decisiones concernientes
a las prácticas sobre la base de los procedimientos estándares y
los códigos de ética.

La enfermería como profesión

Las disciplinas son modos de pensar y de asignar un sentido a la causa-


lidad, dominarlas es un proceso de aprendizaje que exige mucho tiempo
y que implica bastante más que la mera colección de datos acerca de un
tema; conocer la historia, el contexto actual, lo que piensan, creen y co-
nocen, además de las variables que guían la actuación de los enfermos,
son aspectos que deben ser estudiados y vivenciados por quienes deseen
comprender e integrarse a este cuerpo profesional.
La definición clásica de Florence Nightingale nos propone que enfermería
es “el acto de utilizar el entorno del paciente para ayudarle en su recupe-
ración”. Mientras que Virginia Henderson clarifica tal vez como ninguna
otra cual es la función de cuidar cuando hablamos de ello en un medio
sanitario: “Ayudar al individuo, sano o enfermo, en la ejecución de las
actividades que contribuyen a conservar la salud a su recuperación (o a
propiciar una muerte apacible y tranquila), lo que sin duda el sujeto lle-
varía a cabo el solo si dispusiera de la fuerza necesaria y de los indispen-
sables conocimientos, debiendo desempeñar esta función de tal manera
que le ayude además a lograr absoluta independencia cuanto antes”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a enfermería como

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“La atención autónoma y en colaboración dispensada a personas de to-
das las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o no, y en
todas circunstancias. Comprende la promoción de la salud, la prevención
de enfermedades y la atención dispensada a enfermos, discapacitados y
personas en situación terminal”.
El Consejo Internacional de Enfermería (CIE) le suma a la definición de
la OMS que “las funciones esenciales de la enfermería son la defensa, el
fomento de un entorno seguro, la investigación, la participación en la
política de salud y en la gestión de los pacientes y los sistemas de salud,
y la formación”.
La American Nurses Association (ANA) definió en 2003 a enfermería
como “la protección, promoción y optimización de la salud y las capa-
cidades, prevenciones de la enfermedad y las lesiones, el alivio del su-
frimiento a través del diagnóstico y tratamiento de la respuesta humana
y el apoyo activo en la atención de individuos, familias, comunidades y
poblaciones”.
Estas acciones positivas pueden llevarse a cabo por la enfermera/o cerca
del individuo o de un grupo necesitado de cuidados y se extienden desde
el nacimiento hasta la muerte.
Las enfermeras/os como expertos en proporcionar cuidados a la pobla-
ción, basan su actividad en cubrir las necesidades del individuo en todos
los aspectos del ser humano, considerándolo un todo indivisible y diri-
giendo su práctica a la atención integral individualizada.
El concepto de cuidado, como definidor de la labor de los enfermeros y,
en ocasiones, sinónimo de la propia acción de la disciplina, se compone
en los siguientes roles: asistencial, docente, investigadora y administra-
dora.
En los últimos años, el debate sobre la profesionalización de la enfer-
mería en la Argentina ganó en profundidad, y la afirmación profesional
de la carrera divisó un rumbo claro a partir del desarrollo del nivel de la
licenciatura. De esta forma, se ofreció a la sociedad un profesional con
mayor espíritu crítico y reflexivo, con capacidad docente y de conduc-
ción de grupos.
Sin embargo, y a pesar del creciente reconocimiento internacional, la
tradición sigue teniendo peso, señalando que poseer un título de gra-

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duación universitaria no es, evidentemente, lo mismo que sentirse un
profesional con todas las letras ni equivalente a “saberse percibido” so-
cialmente con ese estatus.

Situación actual de la enfermería en Argentina

La enfermería en la Argentina se introduce orgánicamente en el desa-


rrollo general del país y surge como un proceso inserto en el sistema de
salud; es parte, por lo tanto, de una nación caracterizada por el desen-
volvimiento del estado democrático, con fuertes políticas de ajuste en el
marco de la economía del mercado, que orientan las políticas sociales,
en especial de salud, en el mismo sentido. Las transformaciones habidas
en la práctica y organización de salud, como consecuencia de ello y de
las tendencias mundiales al respecto, viene también transformando las
prácticas de enfermería. El estado particular de la ciencia, la educación
y los sistemas administrativos -en el campo sanitario- se revelan en el
sector de enfermería a través de sus características de profesión depen-
diente.
De modo tal, en Argentina, como en la mayoría de los países de América
Latina, la enfermería tiene rasgos críticos de tipo cualitativo y cuantita-
tivo en la formación y en la práctica, así como en su oferta y demanda
y la organización de servicios.
El desarrollo actual de enfermería en Argentina se proyecta hacia el fu-
turo con un enfoque integral que compromete a enfermeros del ámbito
docente, de servicios y de asociaciones de clase de los sectores público
y privado. Así, la participación de los enfermeros en la trasformación
de los servicios y la formación del personal, ha permitido replantear su
contribución a la atención de salud de los habitantes del suelo nacional
y en este último quinquenio, no solo ha logrado incrementar el número
y la calidad de la fuerza de trabajo en enfermería, sino que ha desenca-
denado importantes procesos de movilización del grupo.

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SITUACIÓN DE ENFERMERÍA EN ARGENTINA

• 84.000 trabajadores de enfermería


• 2.21 trabajadores de enfermería por habitante
• 1.52 enfermeras/os por habitante
• 1.5 médicas/os por trabajador de enfermería

100.000
80.000
60.000
40.000
20.000 ENFERMERAS
0 MEDICOS
NEA NOA CENTRO CUYO SUR

Ministerio de Salud / Presidencia de la Nación

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Ley de enfermería en Argentina

La ley de enfermería 24004 es una norma jurídica dictada por una au-
toridad competente, que constituye una reglamentación del ejercicio
profesional para todos los profesionales de enfermería, la cual sirve de
marco jurídico para orientar a las provincias que carecen de legislación
o quieren actualizar o compatibilizar sus leyes existentes.

Ley 24.004 (Selección de artículo)

Régimen legal del ejercicio de la enfermería


BUENOS AIRES, 26 de Septiembre de 1991. Boletín Oficial, 28 de Octubre
de 1991. Vigentes. Decreto Reglamentario. Decreto Nacional 2.497/93.

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en


Congreso, etc. sancionan con fuerza de Ley:

• Capítulo 1
Concepto y alcances

Art. 1. - En la Capital Federal y en el ámbito sometido a la juris-


dicción nacional el ejercicio de la enfermería, libre o en relación
de dependencia, queda sujeto a las disposiciones de la presente
ley y de la reglamentación que en su consecuencia se dicte.

Art. 2. - El ejercicio de la enfermería comprende las funciones


de promoción, recuperación y rehabilitación de la salud, así
como la de prevención de enfermedades, realizadas en forma
autónoma dentro de los límites de competencia que deriva de
las incumbencias de los respectivos títulos habilitantes. Asimis-
mo, será considerado ejercicio de la enfermería: la docencia,
investigación y asesoramiento sobre temas de su incumbencia
y la administración de servicios, cuando sean realizados por las
personas autorizadas por la presente a ejercer la enfermería.

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Art. 3. - Reconócense dos niveles para el ejercicio de la enfermería:
a) Profesional: consistente en la aplicación de un cuerpo sistemático
de conocimientos para la identificación y resolución de las situacio-
nes de salud-enfermedad sometidas al ámbito de su competencia;
b) Auxiliar: consistente en la práctica de técnicas y conocimientos
que contribuyen al cuidado de enfermería, planificados y dis-
puestos por el nivel profesional y ejecutados bajo su supervisión.

Por vía reglamentaria, se determinará la competencia específica de cada


uno de los dos niveles, sin perjuicio de la que se comparta con otros
profesionales del ámbito de la salud. A esos efectos, la autoridad de
aplicación tendrá en cuenta que corresponde al nivel profesional el ejer-
cicio de funciones jerárquicas y de dirección, asesoramiento, docencia e
investigación. Asimismo, corresponde al nivel profesional presidir o in-
tegrar tribunales que entiendan en concursos para la cobertura de cargos
del personal de enfermería.

• Capítulo 2
De las personas comprendidas

Art. 4. - Queda prohibido a toda persona que no esté compren-


dida en la presente ley participar en las actividades o realizar
las acciones propias de la enfermería. Los que actuaren fuera de
cada uno de los niveles a que se refiere el artículo 3 de la pre-
sente ley serán pasibles de las sanciones impuestas por esta ley,
sin perjuicio de las que correspondieren por aplicación de las
disposiciones del Código Penal.
Asimismo las instituciones y los responsables de la dirección,
administración, o conducción de las mismas, que contrataren
para realizar las tareas propias de la enfermería a personas que
no reúnan los requisitos exigidos por la presente ley, o que
directa o indirectamente las obligaren a realizar tareas fuera de
los límites de cada uno de los niveles antes mencionados, serán
pasibles de las sanciones previstas en la ley 17.132, sin perjuicio
de la responsabilidad civil, penal o administrativa que pudiere
imputarse a las mencionadas instituciones y responsables.

Art. 5. - El ejercicio de la enfermería en el nivel profesional está


reservado solo a aquellas personas que posean:
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a) Título habilitante otorgado por universidades nacionales, pro-
vinciales o privadas reconocidas por autoridad competente;
b) Título de enfermero otorgado por centros de formación de nivel
terciario no universitario, dependientes de organismos naciona-
les, provinciales o municipales, o instituciones privadas recono-
cidos por autoridad competente;
c) Título, diploma o certificado equivalente expedido por países
extranjeros, el que deberá ser revalidado de conformidad con la
legislación vigente en la materia o los respectivos convenios de
reciprocidad.

Art. 6. - El ejercicio de la enfermería en el nivel auxiliar está


reservado a aquellas personas que posean el certificado de
Auxiliar de Enfermería otorgado por instituciones nacionales,
provinciales, municipales o privadas reconocidas a tal efecto por
autoridad competente. Asimismo podrán ejercer como Auxiliares
de Enfermería quienes tengan certificado equivalente otorgado
por países extranjeros, el que deberá ser reconocido o revalidado
de conformidad con la legislación vigente en la materia.

• Capítulo 3
De los derechos y obligaciones

Art. 9. - Son derechos de los profesionales y auxiliares de la


enfermería:
a) Ejercer su profesión o actividad de conformidad con lo estable-
cido por la presente ley y su reglamentación;
b) Asumir responsabilidades acordes con la capacitación recibida,
en las condiciones que determine la reglamentación;
c) Negarse a realizar o colaborar en la ejecución de prácticas que
entren en conflicto con sus convicciones religiosas, morales o
éticas, siempre que de ello no resulte un daño inmediato o me-
diato en el paciente sometido a esa práctica;
d) Contar, cuando ejerzan su profesión bajo relación de dependen-
cia laboral o en la función pública, con adecuadas garantías que
aseguren y faciliten el cabal cumplimiento de la obligación de
actualización permanente a que se refiere el inciso e) del artículo
siguiente.

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Art. 10. - Son obligaciones de los profesionales o auxiliares de la
enfermería:
a) Respetar en todas sus acciones la dignidad de la persona huma-
na, sin distinción de ninguna naturaleza;
b) Respetar en las personas el derecho a la vida y a su integridad
desde la concepción hasta la muerte;
c) Prestar la colaboración que le sea requerida por las autoridades
sanitarias en caso de epidemias, desastres u otras emergencias;
d) Ejercer las actividades de la enfermería dentro de los límites de
competencia determinados por esta ley y su reglamentación;
e) Mantener la idoneidad profesional mediante la actualización
permanente, de conformidad con lo que al respecto determine la
reglamentación;
f) Mantener el secreto profesional con sujeción a lo establecido por
la legislación vigente en la materia.

Art. 11. - Les está prohibido a los profesionales y auxiliares de la


enfermería:
a) Someter a las personas a procedimientos o técnicas que entrañen
peligro para la salud;
b) Realizar, propiciar, inducir o colaborar directa o indirectamente
en prácticas que signifiquen menoscabo de la dignidad humana;
c) Delegar en personal no habilitado facultades, funciones o atribu-
ciones privativas de su profesión o actividad;
d) Ejercer su profesión o actividad mientras padezcan enfermeda-
des infectocontagiosas o cualquier otra enfermedad inhabilitan-
te, de conformidad con la legislación vigente, situación que de-
berá ser fehacientemente comprobada por la autoridad sanitaria;
e) Publicar anuncios que induzcan a engaño del público. Particu-
larmente les está prohibido a los profesionales enfermeros actuar
bajo relación de dependencia técnica o profesional de quienes sólo
estén habilitados para ejercer la enfermería en el nivel auxiliar.

• Capítulo 8
Disposiciones Varias

Art. 24. - A los efectos de la aplicación de normas vigentes que,


para resguardo de la salud física o psíquica, establecen especiales

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regímenes de reducción horaria, licencias, jubilación, condiciones
de trabajo y/o provisión de elementos de protección, considerán-
dose insalubres las siguientes tareas de la enfermería:
a) Las que se realizan en unidades de cuidados intensivos;
b) Las que se realizan en unidades neuropsiquiátricas;
c) Las que conllevan riesgo de contraer enfermedades infectocontagiosas;
d) Las que se realizan en áreas afectadas por radiaciones, sean éstas
ionizantes o no;
e) La atención de pacientes oncológicos;
f) Las que se realizan en servicios de emergencia. La autoridad de
aplicación queda facultada para solicitar, de oficio o a pedido de
parte interesada, ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social,
la ampliación de este listado.

Datos de interés

Datos proporcionados por el Observatorio Federal de Recursos Humanos


en Salud y del Censo nacional datan que Argentina cuenta con el siguien-
te número de personal de enfermería, que dista mucho de ser el ideal:

Profesión 2013 2014 2016


Médicas/os* 166.187 (1) 172.502
Enfermeras/os* Auxiliares 86.073 82.278 82.274
Técnicas/os 73.373 78.570 87.172
Licenciadas/os 19.729 21.522 25.383
Enfermería Total 179.175 182.370 192.829

Porcentaje de 45.2 % Técnicos


enfermeras/os en edad
activa según mayor 13.2 % Licenciados
grado de titulación
(Junio 2016) 41.6 % Auxiliares

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Esta estructura ha variado, debido al fuerte proceso de profesionaliza-
ción, que se viene produciendo en todas las jurisdicciones del país, sin
embargo la fuerza de trabajo en enfermería no ha aumentado en relación
al crecimiento de la población y a la demanda de los servicios.
En relación con la formación de los enfermeros especialistas, aún no
existe un marco formal en las universidades, este se encuentra en pro-
ceso de desarrollo Quienes poseen título de grado pueden acceder a pro-
gramas multidisciplinares en aéreas como en educación o en gestión.
La mayor concentración de profesionales de enfermería se observa en las
unidades de cuidados críticos de los centros urbanos, existiendo reali-
dades diametralmente opuestas según se trate de la ciudad autónoma, el
interior del país, el ámbito privado o público.
Si bien, la ley 24.004 considera dos niveles para el ejercicio de la en-
fermería, y determina las incumbencias de cada uno de ellos, esto no
se refleja en la realidad, dado que existen instituciones de salud en las
cuales los pacientes están atendidos únicamente por el nivel auxiliar o
por el personal sin formación.
La posibilidad de acceso de las enfermeras/os a la formación y a la par-
ticipación en las actividades científicas también es mayor en los centros
urbanos, debiendo recorrer a veces distancias de más de 1.000Km. Los
enfermeros actualmente participan en sociedades científicas disciplina-
res o multidisciplinares en forma discontinua, fragmentada y poseen
poca autonomía en la toma de decisiones.
Debido a lo antes mencionado, existen dificultades para brindar un cui-
dado óptimo. Sin embargo, el inicio en la actividad científica, las publi-
caciones, el aumento de alumnos en los cursos de grado, la aprobación
de la ley de ejercicio profesional, la participación de enfermería en el
ámbito gubernamental, en organizaciones de control y asesoramiento
educativo e internacionales son indicadores de una evolución de la en-
fermería en los últimos diez años.
El trabajo desde las diferentes posiciones de nuestro país, para definir el
servicio y el rol que las enfermeras/os deben prestar en cada uno de los
diferentes puestos, se considera a través de criterios de eficacia, rentabi-
lidad y calidad, lo cual está dando contenido a la actuación enfermera y
al servicio que tiene que prestar a la sociedad.
Por tanto, es necesario formar una enfermería para abordar la realidad
de la Argentina de hoy; una enfermería que posea capacidad de cambio
para afrontar los posibles futuros escenarios, y para ello es indispensable

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el desarrollo de programas de posgrado en la disciplina que permitan
alcanzar en su máximo nivel el fortalecimiento de las relaciones con
nuestros pares de América del Sur y del mundo.

Funciones de Enfermería

En una de las unidades anteriores acordamos que los enfermeros son


profesionales expertos en cuidados, pero existen diversos puntos de vis-
ta teóricos sobre los cuidados ¿En qué se diferencian?, ¿es necesario
creer quien es la otra persona y su malestar para prestarle cuidados?, ¿el
paciente siempre percibe los cuidados de la misma manera?, ¿qué cua-
lidades debe reunir una persona para considerarse un buen enfermero?
En la práctica cotidiana los enfermeros realizamos actividades que
se pueden clasificar en independientes o interdependientes, pero ¿De
quién?, ¿qué significa cada uno de estos términos?

Actividades interdependientes e independientes

Las actividades independientes son aquellas que los enfermeros deciden


por cuenta propia que es necesario realizar, por sí mismas o delegando,
no requieren de indicación médica, corresponden a actividades propias
de la profesión y son ejemplo de este tipo de actividad: identificación de
problemas y formulación de diagnósticos de enfermería, planificación
y ejecución de cuidados, formación de futuras enfermeras, educación
continua, administración e investigación en enfermería. En este sentido,
podemos remitirnos a la ley del ejercicio profesional de la enfermería
24.004, en la reglamentación del artículo 3, menciona las competencias
de los enfermeros y de los auxiliares de enfermería.
Las actividades interdependientes son aquellas que se realizan junto a otros
miembros del equipo sanitario. No hay autonomía total. Son intervencio-
nes en las cuales se resuelven problemas multidisciplinarios y ayudan a
determinar que esas mismas intervenciones sean específicas para el mismo
paciente. Por ejemplo: decisiones conjuntas en problemas a tratar por va-
rios miembros del equipo. También la indicación médica que prescribe un
medicamento, o cuando el médico prescribe una indicación para el paciente
pero este no tiene los conocimientos, o la habilidad, o los medios para auto

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administrárselo, entonces el enfermero debe cumplir con esta tarea. Son ac-
ciones asumidas por la delegación de otros, bajo la dirección o supervisión,
como complemento de los restantes miembros del equipo de salud.

Funciones y Roles de Enfermería

A. FUNCIONES:

La enfermería contemporánea requiere que los enfermeros posean conoci-


mientos y habilidades en diversas áreas. Antiguamente el rol era destinado
principalmente a prestar cuidados y consuelo, sin embargo, los cambios
en la enfermería han ampliado la función para incluir un mayor énfasis
en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, así como la
preocupación del cliente como un todo. Los enfermeros contemporáneos
desempeñan las funciones interrelacionadas de cuidadores, tomadores de
decisiones clínicas y éticas, protectores y defensores del cliente, gestores
de casos, rehabilitadores, consoladores, comunicadores y educadores.

CUIDADORES:
Los enfermeros ayudan al ser humano a recuperar la salud mediante el
proceso de curación. La curación es mucho más que simplemente curar una
enfermedad específica, aunque las actividades de tratamiento que promue-
ven la curación física son importantes para las cuidadoras. Los enfermeros
cubren las necesidades de cuidados desde un punto de vista holístico, in-
cluyendo medidas para restaurar el bienestar emocional, espiritual y social.
En el papel de cuidador, se ayuda al cliente y a la familia a establecer
objetivos y cumplir los mismos con un costo mínimo de tiempo y energía.

TOMADORES DE DECISIONES CLÍNICAS:


Los enfermeros emplean las actividades de pensamiento crítico duran-
te el proceso enfermero para ofrecer unos cuidados efectivos. Antes de
implementar cualquier acción enfermera, ya sea valorar la situación del
paciente, prestar cuidados o evaluar los resultados de los cuidados, se
planifica la acción decidiendo el mejor planteamiento para cada indivi-
duo. Es decir, se toman decisiones en colaboración con el paciente y la
familia, en cada una de estas situaciones los enfermeros deben colaborar
y consultar con otros profesionales sanitarios (Keelling y Ramos 1995).

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PROTECTORES Y DEFENSORES:
Entre los ejemplos de la función de protectores, podemos mencionar
que los enfermeros ayudan a: mantener el entorno seguro para el clien-
te, tomar medidas para prevenir lesiones, proteger al paciente de po-
sibles efectos secundarios de las medidas diagnósticas y terapéuticas.
Asimismo, deben confirmar que un paciente no tiene alergia a un me-
dicamento y ofrecer inmunización frente a la enfermedad actuando de
forma comunitaria.
En la función de defensores, los enfermeros protegen los derechos hu-
manos y legales del individuo, y proporcionan ayuda para defender estos
derechos si surge la necesidad, respetando raza, credo y cultura.

GESTOR DE CASOS:
Un hospital o profesional de seguros puede contratar los servicios de un
gestor de casos, su función está centrada en los cuidados que se brin-
dan a los pacientes, ayudar en los retrasos como en las pruebas y en los
certificados del alta. Puede formar parte del departamento de mejora de
calidad y además identificar en el paciente si necesita ayuda adicional,
como por ejemplo, en relación con los planes post hospitalización.
Los enfermeros gestores de casos también pueden ayudar a los gestores
de casos del hospital en casos complejos según su nivel de pericia.

REHABILITADORES:
Ayudan a los pacientes a adaptarse a su nueva realidad lo mejor posi-
ble. La actividad de los cuidados de rehabilitación y recuperación varía
desde educar en la implementación de muletas para las caminatas, hasta
ayudarlos a afrontar cambios en el estilo de vida, que suelen asociarse
con la enfermedad crónica.

CONTENER AL QUE SUFRE:


Esta práctica es tradicional e histórica en la enfermería y continua siendo
importante hasta nuestros días, aún cuando los enfermeros han asumido
nuevas funciones. Los cuidados enfermeros deben dirigirse a la persona
completa, por lo que el consuelo y el apoyo emocional, ayudan al cliente
como un individuo con sentimientos y necesidades únicas, impulsando
a alcanzar los objetivos terapéuticos más que favorecer la dependencia
emocional o física.

25
COMUNICADORES:
La función de comunicadores es fundamental para todas las otras funcio-
nes enfermeras. La enfermería incluye la comunicación con los pacientes
y las familias, otros enfermeros y profesionales sanitarios, personas con
recursos y la comunidad. Sin una comunicación clara es imposible cui-
dar de una forma efectiva, tomar decisiones en conjunto con el paciente
y las familias, protegerlos de la amenaza a su bienestar, coordinar y diri-
gir los cuidados, ayudar en la rehabilitación, ofrecer consuelo o educar.
Por ello, la calidad de la comunicación es un factor crítico para satisfacer
las necesidades del individuo, la familia y la comunidad.

PROFESOR / EDUCADOR:
Explica a los pacientes conceptos y hechos sobre la salud, demuestra
procedimientos como las actividades de autocuidado, determinan que
el mismo entienda completamente, refuerza el aprendizaje o la conduc-
ta y evalúa el progreso en el aprendizaje. Otras actividades docentes
pueden estar planificadas y ser más formales, por ejemplo, cuando la
enfermera/o educa a un paciente con diabetes a auto administrarse las
inyecciones de insulina.
Los enfermeros emplean métodos docentes, combinando las capacidades
y las necesidades de cada individuo e incorporan, a su vez, otros recur-
sos, como la familia dentro de los planes educativos.

B. ROLES PROFESIONALES:

Son puestos o vías de trabajo específicos. Debido a las crecientes opor-


tunidades de formación para los enfermeros, el crecimiento de la enfer-
mería como profesión y una mayor preocupación por el enriquecimiento
laboral, la profesión enfermera ofrece roles ampliados y diferentes clases
de oportunidades profesionales.

ENFERMERA CLÍNICA O ASISTENCIAL


La mayoría de los enfermeros entran en la profesión con el objetivo de
prestar cuidados directos. Atender directamente al paciente es el caso
de la mayoría de profesionales enfermeros que ejercen. Esto se observa
en el entorno del hospital de cuidados agudos y, a su vez, a medida que
los cuidados se han vuelto a centrar en la atención domiciliaria, habrá

26
cada vez más oportunidades para que los enfermeros ofrezcan cuidados
directos domiciliarios.
El enfermero clínico atiende directamente, empleando el proceso enfer-
mero y las actividades de pensamiento crítico. El objetivo es recuperar y
curar. Este ofrece educación al paciente y a la familia para promover el
mantenimiento de la salud y el autocuidado. En colaboración con otros
miembros del equipo sanitario, se centra en devolver al sujeto al domi-
cilio y a su estado de salud habitual.
Los enfermeros pueden escoger trabajar en un medio médico-quirúrgico
o centrarse en un área específica de la práctica, como los cuidados crí-
ticos o de urgencias. La mayoría de las áreas de cuidados especializados
requieren cierta experiencia como enfermero médico-quirúrgico y una
formación adicional continuada o en servicio. En la Unidad de Cuidados
Intensivos o Terapistas (UCI - UTI) y servicios de urgencias se necesitan
muchos enfermeros para el entrenamiento en soporte vital avanzado car-
diaco y la certificación en cuidados críticos, enfermería de urgencias o
de traumatología. Asimismo, los enfermeros hospitalarios pueden elegir
trabajar en áreas específicas como trasplante, rehabilitación, oncología.
Por último, cabe mencionar que los centros médicos más grandes ofre-
cen más oportunidades para concentrar la práctica en una única área.

ENFERMERO EDUCADOR:
Trabaja especialmente en las escuelas de formación para enfermeros,
departamentos de desarrollo de personal de centros sanitarios y depar-
tamentos de educación de clientes. Un miembro del profesorado, en una
escuela de enfermería, prepara a los estudiantes para desempeñar fun-
ciones como enfermeros; este es el responsable de enseñar la práctica
enfermera actual y las habilidades necesarias en los entornos clínicos y
de laboratorio.
Por lo general, es un requisito que los enfermeros educadores sean gra-
duados y titulados en enfermería y que, además, posean una formación
adicional en el proceso educativo. Muchos suelen tener títulos adicio-
nales en administración y gestión, especialidades clínicas, investigación,
gestión comunitaria, doctorados y postdoctorados.
Su objetivo en un departamento de educación al cliente de una institu-
ción, es enseñar a los clientes enfermos o incapacitados y a sus familias
cómo prestar cuidados en el domicilio; estos enfermeros también pueden

27
ser especializados en cuidados de pacientes diabéticos, cuidados de osto-
mías, etc. Sin embargo, en las instituciones sanitarias, el presupuesto no
permite un departamento separado de educación al paciente. Por tanto,
la responsabilidad incide sobre la planilla de enfermeros para planificar
y ofrecer educación al cliente y a la familia.

ENFERMERO ADMINISTRADOR:
Se encarga de la atención y de la administración de servicios de en-
fermería en una institución sanitaria. Requieren específicamente de un
posgrado en gestión hospitalaria, y pueden tener grados avanzados de
formación como por ejemplo en administración de empresas, adminis-
tración de hospitales o en salud pública.

ENFERMERO INVESTIGADOR:
Estudia los problemas para mejorar los cuidados enfermeros y para defi-
nir y ampliar después el entorno de la práctica enfermera. El enfermero
investigador puede trabajar en un medio académico, hospitalario, profe-
sional independiente o en un centro comunitario.
La investigación en enfermería representa experiencia en recursos tec-
nológicos, que son necesarios en el proceso diagnóstico y terapéutico
para la atención de los pacientes. El requerimiento formativo mínimo
para ello es una maestría en investigación o un doctorado. La investiga-
ción forma parte del quehacer cotidiano de todo profesional, ya que no
constituye una actividad de elite o lujo, sino una necesidad.

Equipo de Enfermería y Equipo de Salud

Todos los cuidados y atenciones que un paciente precise durante su hos-


pitalización son brindados por el Equipo de Enfermería, el cual se en-
cuentra conformado por enfermeras/os y auxiliares de enfermería. Ade-
más de los cuidados propios de enfermería, el equipo también brinda
atención y apoyo a su familia, detecta las necesidades del paciente y
lleva a cabo acciones a fines de solucionar, paliar o prevenir los proble-
mas de salud o dichas necesidades.
Sin embargo, para completar un plan de cuidados, el Equipo de Enfer-
mería debe trabajar con todo el Equipo de Salud, el cual se encuentra
conformado por médicos, kinesiólogos, técnicos, etc.

28
Ambos equipos realizan en conjunto distintas actividades encaminadas
a promover y preservar la salud de la comunidad sobre la que actúan. Es
un trabajo coordinado y compartido, con un objetivo común predefinido
y conocido, basado en una comunicación eficaz y sincera.
Para cumplir el objetivo es necesario contar con un liderazgo eficaz en
el equipo, pero este nunca debe ser físico ni unilateral; al contrario debe
ser cambiante y dinámico en función de la tarea. Es decir, se debe elegir
un líder por actividad, por ejemplo: responsable de formación de vacu-
nas - enfermero-, niños sanos - enfermera/ pediatra-, parada cardiaca
-profesional con más experiencia y formación sobre el tema-.
Por tanto, los roles serán definidos y cambiantes, con la participación
activa de todos los miembros (quienes incorporan conocimientos, ha-
bilidades y recursos). El equipo de atención sanitaria comprende varios
tipos de profesionales como enfermeros, médicos y profesionales de la
salud afines, entre ellos se incluyen: terapeutas, técnicos, trabajadores
sociales, psicólogos y en la mayoría de los casos también religiosos. Sin
embargo, la atención del paciente se puede ver fragmentada debido a la
inclusión de los diferentes profesionales, en consecuencia, el enfermero
desempeña el puesto de coordinador e integrador, cuya función será arti-
cular los diferentes servicios dentro de un sistema de cuidados dirigidos.

Ética de los cuidados

El cuidado de otros seres humanos protege, refuerza y preserva la dig-


nidad humana. Watson (1988) sugiere que los cuidados, como idea mo-
ral, proporciona la posición desde la cual una persona interviene como
enfermera. Esta posición es crítica para garantizar que las enfermeras
apliquen estándares éticos, de buena conducta, carácter y motivación.
El término ético se refiere al ideal de comportamiento correcto y erróneo.
En cualquier encuentro con el paciente, un enfermero tiene que saber
cuál es el comportamiento éticamente apropiado. Tradicionalmente, la
corrección ética se basa en los estándares de la práctica y las directrices
éticas de beneficencia, no maleficencia, justicia y autonomía. La ética
de los cuidados es única, en el sentido de que las directrices de la toma
de decisiones profesionales no se basan solamente en principios intelec-

29
tuales o analíticos. En lugar de ello, la ética del cuidado los coloca en el
centro de la toma de decisiones. Por ejemplo: ¿se tiene que cuidar a un
individuo indigente?, ¿los cuidados consisten en ingresar a un familiar
discapacitado en una institución sanitaria durante periodos prolongados?
La ética de los cuidados se refiere a las relaciones entre el enfermero
(carácter y actitud) y las personas con respecto a los demás. Por ello,
para obtener conocimientos de cuidados se necesita un compromiso per-
sonal y emocional con otros, y a su vez, acompañarlos en sus esfuerzos
morales (Cooper 1991). En este sentido, los profesionales que funcionan
a partir de una ética de cuidados, son sensibles a relaciones desiguales
que pueden conducir al abuso de poder de una persona sobre otra, ya sea
intencionado o de otro tipo. En las instituciones sanitarias, los clientes y
sus familias, a menudo siguen un ritmo de desigualdad con los profesio-
nales, debido al malestar, falta de información, regresión provocada por
el dolor, el sufrimiento y las circunstancias inusuales. En consecuencia,
la ética de los cuidados coloca al enfermero como abogado del cliente,
resolviendo dilemas éticos, atendiendo a las relaciones y dando priori-
dad a la personalidad única de cada ser humano.

Competencias éticas
Los cuidados son el producto de la cultura, los valores, la experiencia y
las relaciones con los demás. Es por ello que las personas que no experi-
mentan los cuidados en su vida, a menudo, encuentran difícil ofrecerlos.
Los enfermeros tratan con la salud y el malestar a diario, y es así como
crece su capacidad para ofrecer cuidados. Los profesionales en enferme-
ría tienen la capacidad de diferenciar entre salud, malestar y enferme-
dad; son capaces de ver a cada paciente en su propio contexto, inter-
pretar sus necesidades y ofrecer relaciones de cuidados que mejoran la
salud del paciente.

A continuación se describen las competencias éticas:

a) Audiencia:
Ofrecer audiencia es tener un encuentro persona a persona,
genera contacto, sensación de proximidad y seguridad. La
capacidad de desarrollar esta competencia, es decir, estar con
otra persona de forma que perciba la humanidad compartida de

30
uno, es un elemento esencial de la enfermería como práctica de
cuidados (Benner, 1989).
Audiencia es mucho más que simple compañía física, aunque la
proximidad física es importante; también significa “estar en sin-
tonía” con otros, ser sensible a la exclusividad de cada individuo
(Simons, 1987).
Cuando el enfermero establece una audiencia, el contacto visual,
el lenguaje corporal, el tono de voz, la actitud de escuchar y
adoptar una actitud positiva y animadora, actúan conjuntamente
para crear franqueza y comprensión. El mensaje transmitido es
que la experiencia del otro es importante para el que está pres-
tando cuidados (Swason, 1991). Ser capaz de establecer audien-
cia con el cliente también refuerza la capacidad del enfermero
de aprender del paciente. Como resultado de ello, se refuerza la
capacidad de proporcionar cuidados enfermeros adecuados y
apropiados.

b) Bienestar:
Los pacientes se dirigen a los enfermeros para obtener bienestar,
el cual proporciona una calma emocional y física.
El uso del tacto es un planteamiento de bienestar en el que el
enfermero entra en contacto con los pacientes para comunicar
interés y/o apoyo. Este puede efectuarse al sujetar la mano, dar
un masaje en la espalda, o colocar cuidadosamente cualquier
parte del cuerpo. Puesto que el tacto puede transmitir muchos
mensajes, tiene que utilizarse con discreción.
Un procedimiento enfermero es más eficaz cuando se administra
cuidadosamente y considerando cualquier preocupación de las
personas. Si un paciente tiene miedo de cualquier procedimiento
que se le va a aplicar, como la inserción de una sonda nasogás-
trica, el enfermero lo reconforta con una explicación sobre cómo
se realiza este procedimiento y lo que va a sentir. Además, el
bienestar se asocia con la confianza expresada por los enferme-
ros de ser capaces de realizar el procedimiento de forma segura
y correcta.

31
c) Escucha:
Los cuidados implican una interacción personal, que es mucho
más que dos personas simplemente charlando. En una relación
de cuidados, el enfermero establece una confianza, de esta ma-
nera abrirá líneas de comunicación y escuchará lo que el otro
tenga que decir. Cuando una persona enferma escoge contar una
historia, está alargando la mano a otro ser humano. Es por ello,
que los enfermeros oirán y compartirán una gran variedad de
historias de los pacientes.
Dentro de una relación clínica hay una jerarquía de necesidades,
las historias de las personas gravemente enfermas tienen prio-
ridad. Los enfermeros pueden contar parte de sus propias histo-
rias, pero solo en respuestas a la historia de las personas enfer-
mas. Dar el regalo de la escucha es apreciar el regalo de acoger
la historia del individuo enfermo. El tiempo que uno toma para
escuchar vale la pena, tanto por la información obtenida, como
por lo que refuerza la relación enfermero-paciente. Escuchar
implica prestar atención especial a cada una de las palabras, al
tono de la voz y, a su vez, entrar en su entorno de referencia.

d) Conocimiento del cliente:


Conocer a un paciente significa que los enfermeros deben evitar
suposiciones, centrándose en el individuo y poniendo en marcha
una relación de cuidados que revela información e indicios que
facilitan el pensamiento crítico y los juicios clínicos. Al estable-
cer una relación de cuidados, la mutualidad que se desarrolla
ayuda a los enfermeros a conocer mejor a los pacientes como
individuos únicos, y a partir de ese momento escoger los trata-
mientos enfermeros más adecuados y eficaces.
Esta competencia ética es más que una simple recogida de datos
sobre la sintomatología clínica y la condición física. Por su-
puesto, esta información se tiene que recoger, pero el éxito en el
conocimiento del paciente radica en la relación que se establece.
Conocer es entrar en un proceso social de cuidados que genera
una “conexión” en la que el individuo se siente reconocido por
el enfermero (Lamb y Stempel 1994). Esta conexión condiciona
el paso por las fases de “trabajo” y “cambio”, permitiendo que el

32
enfermero ayude al cliente a involucrarse en sus propios cuida-
dos y aceptar ayuda cuando lo necesite.

e) Cuidado espiritual:
La salud espiritual se alcanza cuando una persona encuentra el
equilibrio entre sus propios valores vitales, sus objetivos y su
sistema de creencias y los de los demás. Diversas investigacio-
nes han demostrado una conexión entre la mente, el cuerpo y
el espíritu. Es por ello que las creencias y expectativas de un
individuo pueden tener, y tienen, efectos sobre el bienestar físico
de una persona.
Watson (1979) describe la relación de cuidados en un sentido es-
piritual. La espiritualidad ofrece un sentimiento de colectividad
tanto intrapersonal (conectado con uno mismo), interpersonal
(conectado con los demás y el entorno) y transpersonal (conec-
tado con un ser superior, invisible, Dios).

f) Cuidado familiar:
La familia es un recurso importante, con frecuencia, el éxito
de la intervención de enfermería depende de la voluntad de la
familia de compartir información sobre el enfermo; en este sen-
tido, su aceptación y comprensión de los tratamientos, es decir,
si las intervenciones encajan bien con las prácticas diarias de la
familia, puede ayudar y ofrecer los tratamientos recomendados.
Cuando el enfermero demuestra interés por la familia, y preocu-
pación por el paciente, se crea una sinceridad que permite que se
establezca una relación y conexión. El cuidado familiar, de esta
manera, tiene en consideración el contexto de la enfermedad del
cliente y el estrés que ello impone a todos sus miembros.

Concepto de Salud

La salud es un estado de la existencia que las personas definen en rela-


ción a sus propios valores, personalidad y estilo de vida. Cada persona
tiene un concepto propio de la salud y eso hace que la definición no sea
una tarea sencilla.

33
Pender (1996) explica que “los puntos de vista de la salud de los indivi-
duos pueden variar entre diferentes grupos de edad, sexo, raza y cultura”.
Con este concepto demuestra que todas las personas libres de enferme-
dades no están igualmente saludables.
Para ayudar a los usuarios a identificar y alcanzar los objetivos de salud,
la enfermera/o debe descubrir y utilizar información sobre sus concep-
tos de salud fijando objetivos individuales. Pender sugiere que para la
mayoría de las personas lo que define la salud, más que los estados pa-
tológicos, son las condiciones de vida, las cuales pueden tener efectos
positivos o negativos sobre la salud. Estas condiciones pueden incluir
variables socioeconómicas como el ambiente, la dieta y las prácticas o
las elecciones del estilo de vida, así como muchas otras variables fisio-
lógicas o psicológicas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define salud como:

“Un estado de bienestar físico, mental y social completo,


no simplemente la ausencia de enfermedad o dolencia”

(OMS, 1947).

La salud y la enfermedad deben definirse en palabras del individuo, aun-


que la definición de la primera puede incluir condiciones anteriormente
consideradas como enfermedad. Por ejemplo, una persona con epilepsia,
que ha aprendido a controlar las crisis con medicación y que funciona
en el trabajo y en el hogar, puede dejar de considerarse a sí misma como
enferma.
Las actitudes de las enfermeras/os hacia la salud y la enfermedad deben
tener en cuenta a la persona en su conjunto, así como al entorno donde
vive, para individualizar los cuidados enfermeros.

34
Concepto de Enfermedad

La enfermedad puede describirse como una alteración de las funciones


orgánicas debido a una reducción de las capacidades o a un acortamien-
to de la esperanza de vida normal. Tradicionalmente, el objetivo de las
intervenciones de los profesionales de la atención primaria era eliminar
o aliviar los procesos de la enfermedad. Los seres humanos primitivos
pensaban que la causa de la enfermedad eran “fuerzas” o espíritus, más
tarde esta creencia fue sustituida. En la actualidad, se considera que son
varios los factores que interaccionan para producir la enfermedad y para
determinar la respuesta de la persona al tratamiento.
La causa de la enfermedad se denomina etiología. La descripción de
la etiología de una enfermedad incluye la identificación de todos los
factores causales que intervienen en la producción de una enfermedad
concreta.

Existen muchas formas de clasificar las enfermedades, una de las más


frecuentes es en agudas y crónicas:

- Las enfermedades agudas se caracterizan por síntomas graves


de una duración relativamente corta. A menudo, los síntomas
se manifiestan de manera brusca y ceden con rapidez y, de-
pendiendo de la causa, pueden requerir o no la intervención de
los profesionales sanitarios. Algunas enfermedades agudas son
graves, pero muchas otras se curan sin intervención médica o
con ayuda de medicamentos de venta libre. Tras una enfermedad
de este tipo, la mayoría de las personas recuperan su grado de
prosperidad normal.
- Una enfermedad crónica es la que dura un tiempo prolongado,
en general seis meses o más, y a menudo toda la vida de la per-
sona. Las enfermedades crónicas suelen comenzar de forma len-
ta y suelen tener períodos de remisión, en los que los síntomas
desaparecen, y de exacerbación, en los que vuelven a reaparecer.

35
La atención de las enfermedades crónicas y agudas debe centrarse en el
logro del mayor grado posible de independencia, sensación de control
y prosperidad. Habitualmente, los pacientes necesitan modificar sus ac-
tividades de la vida diaria, sus relaciones sociales y la percepción de sí
mismos y de su imagen corporal. Además, muchos otros deben aprender
cómo vivir con limitaciones físicas y molestias crecientes.

Concepto de factor de riesgo

Un factor de riesgo es cualquier situación, hábito, clase social o entorno,


estado fisiológico o psicológico, grado de desarrollo intelectual o varia-
ble espiritual, o de otro tipo, que aumenta la vulnerabilidad de un indi-
viduo, o de un grupo, hacia una enfermedad o accidente. La presencia
de factores de riesgo no significa específicamente que una enfermedad
se desarrolle, pero sí aumentan las posibilidades de que el individuo la
experimente.
Las enfermeras/os y otros profesionales sanitarios se interesan por los
factores de riesgo, a veces llamados riesgos de salud, por varias razones.
Estos desempeñan un papel importante en la identificación del estado
de salud de un usuario por parte de la enfermera/o. Si una persona es
consciente de su presencia, también puede influir en las creencias y
prácticas de salud.

Los factores de riesgo pueden situarse en las siguientes variables inte-


rrelacionadas:

a. Factores genéticos y fisiológicos: incluyen el funcionamiento


físico del organismo. Ciertos estados físicos como el embarazo o
el sobrepeso, aumentan la tensión de algunos sistemas fisiológi-
cos y, con ello, aumentan la susceptibilidad a la enfermedad en
esas áreas. El factor de riesgo físico más importante es la predis-
posición hereditaria o genética a enfermedades específicas. Por
ejemplo, una persona con antecedentes familiares de diabetes
mellitus tiene riesgo de desarrollar la enfermedad a lo largo de
su vida. Otros factores de riesgo genéticos documentados inclu-
yen: antecedentes familiares de cáncer, enfermedad cardiaca,
enfermedad renal o enfermedad mental.

36
b. Edad: aumenta o disminuye la susceptibilidad a ciertas enferme-
dades (por ejemplo: el riesgo de enfermedad cardiaca aumenta
con la edad en ambos sexos y el riesgo de defectos del naci-
miento y complicaciones del embarazo aumenta en las mujeres
que tienen hijos después de los 35 años). Con frecuencia, los
factores de riesgo por la edad están estrechamente asociados
con otros factores de riesgo como los antecedentes familiares y
los hábitos personales. Por ello, los enfermeros deben educar a
los usuarios sobre la importancia de realizarse chequeos para su
grupo de edad regularmente.
c. Entorno físico: el lugar donde una persona trabaja o resida
puede aumentar la probabilidad de que se produzcan ciertas
enfermedades (por ejemplo: algunos tipos de cáncer y otras
enfermedades tienen mayor posibilidad de desarrollarse cuando
los trabajadores industriales están expuestos a ciertas sustancias
químicas o cuando la población vive cerca de lugares de recogi-
da de desechos tóxicos).
La investigación de factores de riesgo basados en el entorno está
dirigida a los efectos causados por su exposición a corto y largo
plazo. Por ejemplo, en el hogar el entorno puede incluir ele-
mentos que ponen en riesgo a un individuo o familia, como una
vivienda sucia, con mal sistema de calefacción o refrigeración, o
superpoblada. Estos elementos pueden aumentar la posibilidad de
contraer y propagar infecciones, además de otras enfermedades.
Blackburn (1994) explica que los investigadores han demostrado
cómo los ingresos bajos actúan como un riesgo clave para la sa-
lud a través de un aumento de la exposición a riesgos sanitarios,
ejemplo de ello podría ser: la vivienda inadecuada; la contami-
nación del aire, agua, ruido; la falta de áreas de juego seguras y
la red de apoyo social de baja calidad.
d. Estilo de vida: muchas actividades, hábitos y prácticas impli-
can factores de riesgo. El estilo de vida y los comportamientos
también pueden tener efectos positivos o negativos sobre la
salud. Las prácticas con posibles efectos negativos son facto-
res de riesgo como, por ejemplo, el exceso de alimentación o la
mala nutrición, el descanso y el sueño insuficientes y la mala
higiene personal. Otros hábitos que ponen en riesgo de enfermar
a las personas incluyen el hábito de fumar, el abuso de alcohol o

37
drogas y las actividades que implican riesgo de lesión, como los
saltos de esquí, o la escalada de montañas.
Algunas costumbres son factores de riesgo para enfermedades
específicas, por ejemplo, tomar sol en exceso aumenta el riesgo
de cáncer de piel y ser obeso aumenta el riesgo de enfermedad
cardiovascular. Estos factores de riesgo consiguieron en los
últimos tiempos un aumento de atención, dado que se sabe que
muchas de las causas de muerte están relacionadas con pautas o
hábitos del estilo de vida; lo cual representa un impacto enorme
para la economía de los sistemas sanitarios.
Por lo tanto, es importante comprender el impacto de las con-
ductas del estilo de vida sobre el estado de salud. Las enferme-
ras/os pueden educar a los usuarios y a la población en compor-
tamientos saludables, siendo así promotores del bienestar.

El objetivo de la identificación de los factores de riesgo es simplemente


ayudar a los usuarios a visualizar las áreas de su vida que pueden mo-
dificarse, o incluso eliminar para fomentar el bienestar y prevenir en-
fermedades. Pueden realizarse valoraciones más extensas de los riesgos
para la salud, utilizando una gran variedad de formas de valoración de
riesgos disponibles, para estimar las amenazas específicas para la salud
de una persona según la presencia de varios factores de riesgo (Edelman
y Mandle, 1998).
Es importante comprender que la puesta en práctica de una valoración
de los riesgos para la salud debe estar vinculada a programas educativos
y otros recursos de la comunidad para realizar cambios necesarios de
estilo de vida y reducir riesgos (Pender, 1996).

Etapas del proceso Salud- Enfermedad

Para Milton Terris (1964) salud es “un estado de bienestar físico, mental
y social, con capacidad de funcionamiento, y no solo la ausencia de
afecciones o enfermedad”.
De esta manera, suprime del concepto de la OMS el término completo
por ser irreal, e incluye la capacidad de funcionamiento como criterio
que permite cuantificar el nivel de salud. En los años 1970, Terris desa-

38
rrolla su modelo en el que salud y enfermedad forman parte de un conti-
nuo. En este modelo, la muerte (sobre todo la acaecida prematuramente)
se encuentra en un polo, mientras que el estado de salud óptima se sitúa
en el opuesto (como las sensaciones de frío y calor en un termómetro)
existiendo una gradación entre los extremos; en donde, los niveles de
salud y de enfermedad en realidad miden lo mismo, ya que son comple-
mentarios. Es decir, la capacidad de funcionamiento disminuye con la
pérdida de la salud.

Historia natural de la enfermedad

La historia natural de la enfermedad es la evolución que sigue esta en


ausencia de intervención. Este proceso, con los diferentes niveles de pre-
vención, se resume en la siguiente figura:

Historia natural de la Enfermedad del Hombre

Antes que el hombre esté enfermo, Curso de la enfermedad en el HOMBRE


existe interacción de:
Defecto Daño
o daño Crónico
AGENTE HUÉSPED Horizonte Signos y
Clínico Síntomas INCAPACIDAD

RECUPERACIÓN
Cambios
AMBIENTE
tisulares

PERIODO PERIODO
PRE-PATOGENO PATOGENO

Prevención Prevención Prevención


primaria secundaria terciaria

39
1. El periodo pre patogénico es el momento en que las causas de la en-
fermedad (ambientales y de la persona) actúan hasta iniciar el proceso.

2. El período patogénico consta de dos fases:

a. Una etapa en que la enfermedad no se detecta clínicamente (es


sub- clínica) o fase de latencia.
b. Una etapa de evidencia clínica, en la que los síntomas sobrepa-
san el umbral de detección (el horizonte clínico, cambiante entre
las personas) y se hace aparente la enfermedad. La enfermedad
termina en esta fase, ya sea por curación (la clínica desciende
por debajo del horizonte clínico), cronificación o muerte.

En todas estas fases es posible intervenir: la prevención primaria actúa


sobre las causas o determinantes de la enfermedad, e intenta evitar que
esta aparezca; la prevención secundaria busca detectar la enfermedad
antes de que sea aparente clínicamente para que, al tratarla en esta fase,
se alcance un mejor pronóstico que al hacerlo cuando ya es aparente;
por último, la prevención terciaria intenta mejorar también el pronóstico
y con un tratamiento correcto se busca disminuir el número de compli-
caciones y secuelas.

Prevención Primaria, Secundaria y Terciaria

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define tres niveles de pre-


vención: Prevención Primaria, Secundaria y Terciaria, mencionados an-
teriormente, que suponen técnicas y objetivos diferentes, al considerar
como criterio el conjunto salud-enfermedad, según sea el estado de sa-
lud del individuo, grupo o comunidad a las que están dirigidas.

Por ello, a la hora de la prevención de cualquier enfermedad se habla de:

- La prevención primaria: evita la adquisición de la enferme-


dad (vacunación antitetánica, eliminación y control de riesgos
ambientales, educación sanitaria, etc.). Previene la enfermedad o
daño en personas sanas.

40
- La prevención secundaria: va encaminada a detectar la enfer-
medad en estadios precoces, en los que el establecimiento de
medidas adecuadas puede impedir su progresión.
- La prevención terciaria: comprende aquellas medidas dirigidas al
tratamiento y a la rehabilitación de una enfermedad para ralen-
tizar su progresión y, con ello, la aparición o el agravamiento de
complicaciones e intentando mejorar la calidad de vida de los
pacientes.
- En ocasiones existe la presencia de prevención cuaternaria que
tiene que ver con las recaídas.

Estos niveles preventivos no son incompatibles entre sí, se complemen-


tan, enriqueciéndose mutuamente en su implementación conjunta para
mejorar la calidad de vida de la gente y la sociedad en su conjunto.

Diagnóstico
Fomento Prevención Limitación
precoz y Rehabilitación
de salud específica del daño
tratamiento
- Educación - Inmunización - Exámenes - Hospitalización - Hospitales
sanitaria específica clínicos especializados
selectivos - Cirugía de rehabilita-
- Alimentación - Saneamiento ción
y estado ambiental - Exámenes de - Tratamiento
nutricional laboratorio con - Psicoterapia
adecuado - Higiene medicamentos
personal - Consulta con - Colonias para
- Deportes especialidades - Atención personas con
- Prevención de domiciliaria discapacitad
- Vivienda accidentes de - Tratamiento total
trabajo específico - Psicoterapia
- Recreación - Ayuda
- Educación - Seguimiento socioeconó-
- Exámenes sanitaria del paciente mica al núcleo
periódicos de familiar
salud

PREVENCIÓN PREVENCIÓN PREVENCIÓN


PRIMARIA SECUNDARIA TERCIARIA

PERIODO PERIODO
PRE-PATOGÉNICO PATOGÉNICO

41
Variables que influyen en la percepción de la salud, en
las creencias y las prácticas de salud

Hay variables internas y externas que pueden influir en cómo piensa


y actúa una persona en relación con la salud. Como se ha mencionado
anteriormente, las creencias de salud generalmente influyen en la con-
ducta o en las prácticas que se realizan en relación a esta, y así mismo
afectan en forma positiva o negativa al estado de salud de una persona.
Por tanto, la comprensión de los efectos de estas variables permite a la
enfermera/o planificar y prestar cuidados individualizados.

Variables internas

1. Etapa del desarrollo: las pautas de pensamiento y de conducta


de una persona cambian a lo largo de su vida. El concepto de
enfermedad en un niño, adolescente o adulto depende de la eta-
pa de desarrollo del individuo. Por ello, la buena comunicación
durante las explicaciones, adecuadas a la edad, con el propósito
de aumentar la comprensión y el conocimiento de las personas
sobre la enfermedad o los procedimientos, proporciona la base
para un tratamiento eficaz.
El desarrollo emocional también puede influir en las creencias
personales sobre los temas relacionados con la salud. El cono-
cimiento de las etapas de crecimiento y desarrollo ayuda a la
enfermera/o a predecir la respuesta de las personas a una en-
fermedad actual o a la amenaza de una enfermedad futura, por
tanto, la planificación de los cuidados enfermeros se adapta a
estas expectativas, así como las capacidades del cliente para
participar en los autocuidados.

2. Capacidad intelectual: las creencias de una persona acerca de


la salud están formadas, en parte, por el conocimiento (o infor-
mación errónea) de las funciones y las enfermedades del orga-
nismo, la educación y las experiencias pasadas. Estas variables
influyen en cómo una persona piensa sobre la salud. Asimismo,
las capacidades cognitivas determinan la manera en que una
persona piensa (en relación a la etapa de desarrollo en que se
encuentre), incluyendo la capacidad para entender factores

42
implicados en la enfermedad y para aplicar conocimientos de
salud-enfermedad a las prácticas personales.

3. Percepción de funcionamiento: la manera como la persona per-


cibe su funcionamiento físico afecta sus creencias y prácticas de
salud. Cuando las enfermeras/os valoran el estado de salud de
los pacientes reúnen datos subjetivos sobre la manera en que es-
tas perciben el funcionamiento físico, como el estado de fatiga,
la dificultad en la respiración o el dolor. También obtienen datos
objetivos como, por ejemplo, el funcionamiento real, la tensión
sanguínea, la estatura y la valoración de sonidos pulmonares.

4. Factores emocionales: el grado de serenidad o de estrés de una


persona pueden influir en las creencias o las prácticas de sa-
lud. La manera en que un sujeto domina el estrés durante cada
fase de su vida influirá en cómo reacciona en la enfermedad.
Por ejemplo, una persona que generalmente es muy tranquila
durante una enfermedad puede tener una pequeña respuesta
emocional, mientras que un individuo incapaz de enfrentarse
emocionalmente a la amenaza de una enfermedad puede reac-
cionar demasiado ante una enfermedad y asumir que su vida
está amenazada o negar la presencia de síntomas y no realizar
acciones terapéuticas.

5. Factores espirituales: la espiritualidad se refleja en cómo una


persona vive su vida, incluyendo los valores y las creencias ejer-
cidas, las relaciones con su familia y sus amigos, y la capacidad
para encontrar esperanza y significado a la vida. Sirve, además,
como tema integrador en las vidas de las personas.
Las prácticas religiosas son una manera de ejercer la espiritua-
lidad. Existen algunas religiones que restringen la aplicación
de determinados tratamientos médicos. Debido a ello, las en-
fermeras/os deben comprender las dimensiones espirituales de
los pacientes para implicarlos de manera eficaz en los cuidados
enfermeros. En muchos casos, la hospitalización puede precipitar
la angustia, por tanto, deben satisfacerse las necesidades espiri-
tuales, dado que esta dimensión es importante para la obtención
de un sentido global de salud, bienestar y calidad de vida. En

43
algunas instalaciones de cuidados a largo plazo se introdujo el
concepto de un programa de bienestar espiritual. En este progra-
ma, la plantilla se basa en una propuesta holística de cuidados
para satisfacer las necesidades de los residentes más ancianos,
de los miembros de sus familias y de los profesionales. Mientras
que el modelo médico tradicional se centra en la salud física, el
modelo social/relacional identifica la identidad central de una
persona para proporcionar el cuidado que esta necesita.

Variables externas

1. Prácticas familiares: la manera en que una familia utiliza los


servicios sanitarios, generalmente, afecta las prácticas de salud
de sus integrantes. Sus percepciones de la gravedad de las en-
fermedades y su historia de conductas de salud preventivas (o la
ausencia de estas) pueden influir en lo que las personas piensen
acerca de la salud.

2. Factores socioeconómicos: los factores sociales y psicosociales


pueden aumentar el riesgo de enfermedad e influir en la manera
en que la persona define y reacciona ante esta. Las variables psi-
cosociales influyen en la estabilidad de la relación matrimonial
o íntima, sus hábitos y su entorno ocupacional. Generalmente,
una persona busca la aprobación y el apoyo social (vecinos,
compañeros y colaboradores) y este deseo de aprobación y de
apoyo afecta las creencias y las prácticas de salud.
Las variables sociales determinan parcialmente cómo los siste-
mas sanitarios proporcionan los cuidados médicos. En tanto, las
variables económicas pueden afectar el estado de salud de las
personas aumentando el riesgo de enfermedad e influyendo en
cómo o en qué punto entra en el sistema sanitario.
Asimismo, la conformidad de una persona con el tratamiento
diseñado para mantener o mejorar su salud se ve afectada por el
estado económico. Por ejemplo, una persona con muchas fac-
turas por pagar, familia numerosa e ingresos bajos tiende a dar
una prioridad más alta a la comida y al abrigo que a tratamien-
tos costosos o alimentos caros para regímenes especiales.

44
3. Cultura: la cultura influye en las creencias, los valores y las
costumbres. También, influye en la entrada al sistema sanitario,
a las prácticas personales de salud y a la relación enfermera/o
– usuario, y en las creencias del individuo sobre las causas de
la enfermedad, así como en los remedios o las prácticas para res-
tablecer la salud.
Las diferencias culturales pueden afectar la dinámica de los cui-
dados sanitarios, ya que una de las características principales de
cada cultura es la manera en que tratan el dolor, el sufrimien-
to y la muerte. Si las enfermeras/os no son conscientes de las
pautas culturales de conducta y de lenguaje propias, y de otros,
pueden no ser capaces de reconocer y comprender las conduc-
tas y creencias del paciente; esto podría dificultar relacionarse
con el enfermo. Por ello, al igual que las variables familiares y
socioeconómicas, las variables culturales deben incorporarse al
plan de cuidados del paciente.

Tríada Ecológica

Cuando la afección es infecciosa, los factores que intervienen son más


de uno y se los conoce como “Tríada Ecológica”. Estos son: el agente, el
huésped y el ambiente; el estado de salud o enfermedad de las personas
va a depender de cómo sea el equilibrio y la interacción entre ellos.
Se considera al agente como el responsable absoluto para que la enfer-
medad se produzca. Así, por ejemplo, en una gastroenteritis bacteriana
o virósica el agente causal sería la bacteria o el virus que ha causado, en
este caso, la enfermedad. Como aclaración, vale decir que a este tipo de
bacterias se las llama “patógenas”.
Hay otro factor que en toda enfermedad es imprescindible, para que se
desarrolle debe existir un huésped. Se trata de la existencia de un indivi-
duo donde se aloja el agente y por sus características biológicas facilita
que evolucione cómodamente la enfermedad. Ejemplo de huésped son
mayoritariamente los ancianos, los niños y los inmunodeprimidos, que
están más sensibles a padecer una enfermedad infecciosa.
Finalmente, el último factor de la tríada ecológica es el ambiente. El
cual está determinado por un conjunto de factores del entorno que pre-

45
disponen, positiva o negativamente, para el desarrollo y manifestación
de la enfermedad. Entre los factores influyentes ambientales se pueden
mencionar, por ejemplo, el consumo de agua de fuentes no seguras y/o
la existencia de plagas en la cocina.
Para poder visualizar claramente qué es una tríada ecológica, tomemos
como ejemplo el episodio de una diarrea infantil aguda. Aquí el agente
podría ser un rotavirus, el huésped un niño desnutrido y el ambiente el
agua contaminada.
La “tríada ecológica” es útil para plantear de manera simplificada el pro-
blema, pero esta representa solo una parte de la multicausalidad de las
enfermedades, de las cuales son parte integrantes otros enfoques como
los sociales, culturales y económicos.

AGENTE

HUÉSPED AMBIENTE

46
Bibliografía / Lecturas recomendadas

1. POTTER, P. y PERRY, A. (2001). Fundamentos de Enfermería (5ta ed.).


España: S.A. ELSEVIER.
2. BERMAN, SNDYDER, KOZIER y ERB. (2008).
Fundamentos de Enfermería (Vol I). Madrid. Ed. Pearson.
3. Ley 24.004. Régimen legal del ejercicio de la enfermería. BUENOS AIRES,
26 de Septiembre de 1991. Boletín Oficial, 28 de Octubre de 1991. Vigentes.
Decreto Reglamentario. Decreto Nacional 2.497/93.
4. GONZÁLEZ GÓMEZ, I. C. y HERRERO ALARCÓN, A. (2009).
Técnicas y procedimientos de enfermería.
Madrid, España: Editorial Difusión y Avances en Enfermería.
5. Diario INFOBAE. (2017). La enfermería en Argentina: la falta de profesionales
se agudizará hacia 2020, de INFOBAE Sitio web: https://www.infobae.com/
salud/2017/10/17/la-enfermeria-en-argentina-la-falta-de-profesionales-se-
agudizara-hacia-2020/
6. Elaboración OFERHUS con base en datos de la Red Federal de Registros de
Profesionales en Salud, Dirección Nacional de Regulación Sanitaria y Calidad
en Servicio de Salud. 2016

47
48
UNIDAD 2
Enfermería
y el Sistema
de Salud

49
Composición del Sistema de Salud en Argentina

“Un sistema de salud es la suma de todas las organizaciones, institucio-


nes y recursos, destinados a promover, mantener y mejorar la salud de
una población”. (OMS)

El sistema de salud de la República Argentina está compuesto por tres


subsistemas claramente diferenciados con sus propios esquemas de fi-
nanciamiento y con una población destinataria específica: el subsector
público, el de las obras sociales y el privado.
Subsistema Destinatarios Fuentes de Financiamiento
Universal. Aunque atiende en Impuestos o recursos fiscales. Se ejecutan a
Público su mayor parte a los sectores través de los gobiernos, en los tres niveles juris-
de baja renta. diccionales (Nación, provincias y Municipios).
Contribuciones sociales transferidas a las
obras sociales; tanto nacionales, provinciales,
Seguro Sectores medios, integrados municipales u otras pertenecientes, por ejemplo,
Social al mercado formal de trabajo. a universidades o cuerpos legislativos.
El 5% constituye el aporte patronal y el 3%
aporte del trabajador.(*)

Los grupos de mayor ingreso Gasto privado o gasto de las familias, que está
que se proveen de servicios constituido por pagos directos (desembolsos
Privado a través de la compra directa directos) o de cuotas de seguros voluntarios
y voluntaria en el mercado, o (primas), teniendo una cobertura según el
contratan los seguros privados. aporte voluntario.

En estos tres subsistemas, se realizan acciones de salud pública (como,


por ejemplo, acciones de prevención, promoción y protección) y asisten-
ciales, en distinto grado, y están dirigidas a resolver los problemas de
mayor significación para su población. Todas estas acciones requieren de
la totalidad de funciones en las que se descompone el cuidado.

SISTEMA DE DISTRIBUCIÓN

SALUD ARGENTINO 53 % Obras sociales Prov. Nac. Pami

Los datos corresponden al informe 2010 de la 10 % Sistema privado


consultora de mercado Key Market sobre el
gasto de salud en la Argentina
37 % Sistema público

50
Teorías y Modelos de Enfermería

Las raíces históricas de la enfermería permiten a los estudiantes y a los


profesionales de la práctica prepararse para las necesidades de atención
sanitaria del siglo XXI. La enfermería requiere de conocimientos de cien-
cias físicas, humanidades, ciencias sociales y competencias clínicas para
poder satisfacer las necesidades individuales de los pacientes y sus fa-
milias. Debido al conocimiento de la historia de la profesión, aumenta la
conciencia de la enfermera/o y favorece la comprensión de los orígenes
sociales e intelectuales de la disciplina. Aunque los objetivos generales
de la enfermería han sido relativamente los mismos durante siglos, los
avances de la ciencia han influido en la práctica enfermera y en las ne-
cesidades cambiantes de la sociedad.
Las teóricas de la enfermería dedicaron mucho tiempo de su vida para
echar luz sobre esta profesión y esa tarea influye en nuestro quehacer
cotidiano, debiendo ser reconocida y aprovechada.

1. La teoría del entorno naturalista


de Florence Nightingale.

La primera escuela de enfermería se crea


en 1860. Nightingale está considerada
como la fundadora de la enfermería mo-
derna, así como la primera teórica de la
profesión. Su trabajo no tuvo continui-
dad en otras enfermeras hasta pasados
más de 100 años. Nos dejó una obra im-
portante, donde resaltan los escritos: “Notas sobre enfermería”, publicado
en 1852 .gy que aún hoy sigue teniendo gran éxito, y “Notas sobre hos-
pitales” publicado en 1859. Las bases teóricas que la influenciaron fueron
la educación, la observación y la experiencia directa. Por ello, su teoría se
centra en el medio ambiente, que nunca fue definido por la autora especí-
ficamente, pero sí identificó cinco elementos esenciales para conseguir que
este fuese adecuado para que la naturaleza trabajase en pro de la salud:
aire puro, agua pura, desagües eficaces, limpieza e higiene y luz adecuada.
El objetivo de la enfermería para Florence Nightingale fue facilitar los
procesos de reparación de una persona, controlando el entorno.

51
Metaparadigma:

- Persona: ser humano afectado por el entorno, al que identifica


como paciente.
- Entorno: no lo define específicamente, aunque toda su teoría
gire en torno a él.
- Salud: sensación de sentirse bien y la capacidad de utilizar al
máximo todas las facultades de la persona.
- Enfermería: la que colabora para proporcionar un entorno
adecuado, facilitando la preparación de la salud de una persona
por parte de la naturaleza. Nightingale consideraba que todas
las mujeres ejercían como tal alguna vez en su vida, pero que la
formación podría diferenciar a las profesionales del resto.

2. Teoría de las relaciones interpersonales:


Hildegarde Peplau

En 1952 publicó un libro llamado “Relaciones inter-


personales en enfermería”, donde explica las bases de
su teoría. Ocupó la presidencia de la American Nur-
se Associations en 1970-1972 y brindó conferencias
hasta el momento de su muerte, en 1999. Recibió el
premio Cristiane Reimanny póstumo, el premio más
prestigioso de la profesión. Su principal colaboración al mundo de la
enfermería fue en el campo de la salud mental, dado su perfil profesional
y formativo.
Su influencia teórica está basada en las ciencias de la conducta. Peplau
fue la primera autora enfermera que incorporó a la enfermería las teorías
científicas de otros campos de investigación.
Su modelo se denomina psicológico y está basado en la relación enfer-
mera - paciente, cuyo objetivo es ayudar en el desarrollo de la persona-
lidad del individuo para que sea productivo e independiente.

52
H. Peplau describe cuatro fases, en ese proceso
de relación enfermera - paciente:

1. Orientación: la enfermera ayuda al paciente a reconocerse, a


entender y valorar su situación.
2. Identificación: la enfermera ayuda al paciente a comprender sus
sentimientos para ayudarlo a sobrellevar la enfermedad.
3. Aprovechamiento: el paciente intenta sacar el mayor beneficio
posible de lo que se le ofrece a través de la relación.
4. Resolución: las antiguas metas se van despejando gradualmente,
a medida que se adoptan otras nuevas.

Un concepto muy importante dentro de la enfermería psicodinámica es


la noción de la propia personalidad de la enfermera, la cual puede mar-
car una diferencia sustancial en el desarrollo de su actuación sobre el
paciente.

Metaparadigma:

- Persona: definida como un individuo por la autora, no incluye


ni a las familias ni a las comunidades. Es un organismo en desa-
rrollo que se esfuerza por reducir la ansiedad provocada por las
necesidades; según Peplau, la persona vive en equilibrio inesta-
ble.
- Entorno: según la autora, que no lo define de forma explícita, la
enfermera debe tener en cuenta la cultura y los valores cuando
acomode al paciente dentro del ambiente hospitalario, pero en
este punto no trata las posibles influencias ambientales sobre el
paciente.
- Salud: está descrita como un movimiento dirigido de la persona-
lidad y otros procesos propios del hombre, constructiva, comu-
nitaria, productiva y madura.
- Enfermería: para Peplau es un proceso significativo, terapéutico
e interpersonal que actúa de forma conjunta con otros procesos
humanos que posibilitan la salud. Es una relación humana entre
un individuo que está enfermo o que siente una necesidad y una
enfermera que está preparada para reconocer y responder a la
necesidad de ayuda.

53
3. Modelo de las necesidades humanas
de Virginia Henderson

Nació el 30 de Noviembre de 1897 en Kansas, y falle-


ció el 19 de Marzo de 1996.
La autora desarrolla sus ideas motivada por la
preocupación en la indefinición de las funciones de
enfermería y la situación jurídica de esta. Su obra ha
tenido un gran impacto en la enfermería española.
Entre sus publicaciones debemos destacar: “Los principios de la práctica
en enfermería” (1955), donde podemos encontrar por primera vez una
definición de enfermería en la quinta edición, y la “Naturaleza de la
enfermería” (1966), donde identifica las 14 necesidades básicas del ser
humano y tres niveles de relación entre la enfermera y paciente.
Los conceptos, como base teórica del modelo de Henderson, tienen cierta
correlación con los definidos por Maslow en su teoría de las necesidades
humanas. Según la autora: “La única función de la enfermera consiste
en ayudar al individuo, sano o enfermo, a realizar las actividades que
contribuyen a su salud o recuperación (o a una muerte tranquila), que
llevaría a cabo sin ayuda si contara con la fuerza de voluntad o conoci-
mientos necesarios, haciéndolo de tal modo que se le facilite la consecu-
ción de independencia lo más rápidamente posible”.
Además de la definición de enfermería, otras contribuciones que hizo a
la profesión fueron la determinación de las funciones autónomas de las
enfermeras, los conceptos de independencia y la identificación de los
objetivos de interdependencia del paciente.
Según Henderson, la persona es un todo complejo formado por 14 nece-
sidades básicas, las cuales son las mismas para todos los seres humanos
y existen independientemente de la situación en la que se encuentre
el individuo y se pueden ubicar en los cinco niveles de la pirámide de
Maslow:

54
AUTOREALIZACIÓN
Moralidad, creatividad, espontaneidad,
falta de prejuicios, aceptación de los hechos,
resolución de problemas.

RECONOCIMIENTO
Autorreconocimiento, confianza, respeto,
éxito.

AFILIACIÓN
Amistad, afecto, intimidad sexual.

SEGURIDAD
seguridad física, de empleo,
de recursos, moral, familiar, de salud,
de propiedad privada.

FISIOLOGÍA
Respiración, alimentación,
descanso, sexo, homeostasis.

En condiciones normales, las personas deben conseguir satisfacer estas


necesidades; pero no ocurre así cuando existe una de las siguientes con-
diciones:

• Falta de fuerza: puede ser física e intelectual. En el primer caso,


se trata de los aspectos relacionados con el poder hacer, que
incluye la fuerza y el tono muscular, y la capacidad psicomotriz.
En el segundo caso, se refiere a la capacidad sensorial e intelec-
tual, es decir, para procesar información y que le ayude a tomar
decisiones.
• Falta de conocimientos: se refiere a la situación de salud, a cómo
manejarla y a los recursos internos y externos disponibles, saber
qué hacer y cómo hacerlo.
• Falta de voluntad: implica querer realizar las acciones adecuadas
para recuperar, mantener o aumentar la independencia y com-
prometerse a hacerlas durante el tiempo que sea necesario.

55
Según la autora, el objetivo de la enfermera debía ser ayudar a las perso-
nas a ser lo más independientes posible o a morir dignamente, adquiriendo
los papeles de sustituta (compensar lo que le falta al paciente), ayudante
(en las actividades de los cuidados clínicos) y compañera (fomentando la
relación terapéutica). De acuerdo con el modelo de Virginia Henderson,
los cuidados básicos son aquellos que llevan a cabo las enfermeras en
cumplimiento de su función propia. Asimismo, decía que la formación
enfermera debe ser universitaria para que los profesionales puedan ejercer
como expertos por derecho propio, usando un enfoque científico, por ello,
en su propuesta de plan de estudios se incluían tres niveles:

1. Primer nivel: los objetivos eran conocer las necesidades del


paciente, planificar los cuidados de enfermería y asistir al indivi-
duo para que cubra sus necesidades básicas.
2. Segundo nivel: ayudar al paciente a satisfacer sus necesidades
básicas durante estados patológicos, realizando las modificacio-
nes pertinentes en el plan de cuidados. Para ello, es necesario
poseer conocimientos científicos.
3. Tercer nivel: el alumno estudiará al paciente, así como a su
familia y a la comunidad en general.

Metaparadigma:

- Persona: es un ser integral con componentes biológicos, psico-


lógicos, socioculturales y espirituales que interactúan entre sí y
tienden al máximo desarrollo del potencial.
- Entorno: no lo define claramente, es un concepto que ha evo-
lucionado según ha progresado en sus estudios, pasando de ser
algo estático, al inicio, a definirlo como algo dinámico.
- Salud: es una cualidad de la vida, es básica para el funciona-
miento del ser humano. Esta requiere independencia de la per-
sona para satisfacer las necesidades básicas. Por ello, considera
que el fomento de la salud es más importante que el cuidado de
la enfermedad.
- Enfermería: es un servicio de ayuda y se orienta a suplir la
autonomía del paciente o a completar lo que le falta mediante
el desarrollo de fuerza, conocimiento y/o voluntad, así como
ayudarle a morir dignamente.

56
4. Teoría del déficit de autocuidado
de Dorothea Orem

Sus publicaciones más importantes son “Nursing:


conceptos de la práctica” (1971) y, un año des-
pués, “Conceptos de formación en enfermería,
procesos y productos”.
En sus bases teóricas no se puede destacar ningu-
na influencia importante, más que el conjunto de
todas las enfermeras con las que estuvo en con-
tacto y la experiencia de las mismas, ello le sirvió de fuente teórica.
Sus conceptos fundamentales están compuestos, a su vez, por tres teorías
relacionadas entre sí: teoría del autocuidado, teoría del déficit de auto-
cuidado y teoría de los sistemas de enfermería.
Para Dorothea Orem, la razón de ser de la profesión radicaba en las per-
sonas que requerían atención de enfermería, cuando no podían satisfacer
los requisitos de su autocuidado, específicos de cada período de la vida.
La teoría del autocuidado describe el porqué y el cómo las personas cui-
dan de sí mismas, llevando a cabo cuidados informales. Dentro de los
conceptos que abarca esta teoría encontramos:

Autocuidado: incluye las actividades que un individuo realiza delibera-


damente por sí mismo para garantizar el mantenimiento de la vida, la
salud y/o el bienestar. Puede ser definido como “una forma consciente de
cubrir cada individuo sus necesidades básicas”.

Agencia de autocuidado: la capacidad humana para involucrarse en el


cuidado de sí mismo y está condicionado por la edad, las experiencias
vividas, el aprendizaje, la salud, la influencia sociocultural y los recursos
disponibles.

Agente de cuidado dependiente: es la totalidad de acciones de cuidados


que deben realizarse por un cierto periodo de tiempo, con el fin de cumplir
con los requisitos de cuidados (autocuidados) de personas dependientes
a un individuo, para ayudarles a conseguir que lleguen a autocuidarse.

Requisitos de autocuidados: conjunto de acciones necesarias para el


funcionamiento y desarrollo humano correcto. Los encuadra en tres ca-

57
tegorías: universales (son los básicos para preservar el funcionamiento
integral del individuo), de desarrollo (asociados a los procesos de desa-
rrollo de la vida) y desviaciones en el estado de salud (derivados de una
enfermedad o lesión).

Teoría del déficit del autocuidado: en esta teoría la autora describe y


explica las causas que pueden provocar dicho déficit. Los individuos
sometidos a limitaciones por causas de salud, relacionadas con ella, no
pueden asumir el autocuidado o el cuidado de una persona dependien-
te; es en este tipo de situaciones donde la enfermera debe ayudar a los
pacientes a restituir sus requisitos de cuidados, ejerciendo el papel de
agencia de autocuidado.

Identifica, de esta manera, cinco métodos de ayuda:


• Actuar por y para la persona
• Guiar
• Apoyar
• Proporcionar un entorno que promueva el desarrollo personal,
en relación a satisfacer necesidades futuras
• Enseñar a la persona

Metaparadigma:

- Persona: Orem concibe al ser humano como un organismo bio-


lógico, racional y pensante. Los seres humanos tienen la capaci-
dad de reflexionar sobre sí mismos y su entorno, capacidad para
simbolizar lo que experimentan y usar creaciones simbólicas
(ideas, palabras) para pensar, comunicarse y guiar los esfuerzos
para hacer cosas que son beneficiosas para sí mismos y para
otros. Define, de esta manera, los cuidados de enfermería como
el ayudar al individuo a llevar a cabo y mantener acciones de
autocuidado para conservar la salud y la vida, recuperarse de la
enfermedad y afrontar las consecuencias de esta.
- Entorno: es entendido en este modelo como todos aquellos
factores físicos, químicos, biológicos y sociales, ya sean estos
familiares o comunitarios, que pueden influir e interactuar en la
persona.

58
- Salud: es definido como un estado que, para la persona, signi-
fica cosas diferentes en sus distintos componentes y cambia a
medida que se modifican las características humanas y biológi-
cas de la persona.
- Enfermería: es la disciplina encargada del suministro de cui-
dados, fomentando el cuidado en la ayuda a los pacientes para
lograr la satisfacción de sus requisitos de autocuidado.

5. Modelo de los seres unitarios


de Martha Rogers

Nació en Dallas en 1914 y se diplomó en enfer-


mería en el año 1936. En su teoría considera al
individuo (ser humano unitario) como un campo
de energía que coexiste dentro del universo. En
dicha teoría, el individuo está en continua inte-
racción con el entorno, es un todo unificado, que
posee una integridad personal y manifiesta unas
características que son más que la suma de las partes. Para la autora, el
ser humano unitario es un “campo de energía de cuatro dimensiones,
identificado por un modelo y por la manifestación de características
específicas del todo, por lo cual no puede predecirse a partir del conoci-
miento de las partes”.
Para M. Rogers, la atención de enfermería debe presentarse donde exis-
tan individuos que demuestren problemas reales, o potenciales, de falta
de armonía o irregularidad en su relación con el entorno. Aquí, el objeti-
vo de la enfermera es ayudar a los individuos para que puedan alcanzar
su máximo potencial de salud y los cuidados de enfermería se prestan
a través de un proceso planificado que incluye: la recogida de datos, el
diagnóstico de enfermería, el establecimiento de objetivos a corto y lar-
go plazo, y los cuidados más indicados para alcanzarlos.
En líneas generales, se admite que el modelo de los seres unitarios es
eminentemente filosófico e impulsa a las enfermeras a extender su inte-
rés hacia todo lo que pueda afectar al paciente como ser humano.

59
Las cuatro dimensiones utilizadas en la teoría de Martha Rogers son:

a) Campo energético: se caracteriza por ser infinito, unificador e


irreducible. Es la unidad fundamental, tanto para la materia viva
como para la inerte.
b) Universo de sistemas abiertos: dice que los campos energéticos
son abiertos e innumerables y, a la vez, se integran unos en otros.
c) Patrones: son los encargados de identificar los campos de ener-
gía y las características distintivas de cada campo.
d) Tetradimensionalidad: es un dominio no lineal y sin atributos
temporales o espaciales, se aboga porque toda realidad es así.

Todas esas dimensiones se utilizan para deducir principios relacionados


con el desarrollo humano.
Rogers contempla a la enfermería principalmente como una ciencia, por
lo cual está comprometida con la investigación enfermera y el desarrollo
de la teoría. Por eso, incorpora el conocimiento de las ciencias básicas y
la fisiología, así como el conocimiento enfermero:
“La ciencia de la enfermería tiende a proporcionar un cuerpo de co-
nocimientos abstractos que procede de la investigación científica y el
análisis lógico, que es capaz de ser traducido a la práctica enfermera. El
elemento de los conocimientos científicos de la enfermería es muy es-
pecífico para la enfermería… la enfermería es una ciencia humanística”.

Metaparadigma:

- Persona: es un sistema abierto que interacciona constantemente


con otro sistema abierto, el cual es el entorno. Lo define como
ser humano unitario e integrado con campos de energía infinitos
y pandimensionales o eterna energía.
- Entorno: es un campo de energía irreductible y pandimensional.
Cada campo del entorno es específico de un campo humano,
por lo cual ambos evolucionan continuamente, interaccionando
entre sí.
- Salud: lo define como un concepto que dependerá de la defini-
ción o percepción que le ofrezca cada persona o cultura, y esto
dependerá, a su vez, de las circunstancias y experiencias a lo

60
largo de la vida de cada ser humano y la capacidad de este para
lidiar y alcanzar la salud, según los sistemas de valores existen-
tes a considerar.
- Enfermería: la describe tanto como una ciencia y como un arte.
Impulsa la enfermería como ciencia ya que el objetivo de esta es
fomentar y promover la salud y el bienestar, buscando el ba-
lance y armonía entre el hombre y su entorno. Se centra en la
totalidad de la persona de modo humanístico, abstracto, juicioso
y compasivo, sin perder la creatividad y la inventiva en cada
intervención.

6. Teoría de la adaptación
de Sor Callista Roy

Callista Roy nació el 14 de octubre de 1939 en los


Ángeles California y estudió enfermería en 1963
en Mount Saint Mary´s College. Comenzó a traba-
jar como enfermera en pediatría, donde observó la
gran capacidad que tenían los niños en adaptarse
a cambios físicos y psicológicos importantes, esto
la impactó de tal manera que lo consideró como
un marco conceptual para la enfermería.
Su teoría de la adaptación contempla al cliente como un sistema adap-
table. Según el modelo de Roy, el objetivo de la enfermería es ayudar a
la persona a adaptarse a los cambios de sus necesidades fisiológicas e
incluye el concepto de sí mismo, la función de su papel y las relaciones
interdependientes durante la salud y la enfermedad. En este sentido, la
necesidad de los cuidados de enfermería surge cuando el paciente no
puede adaptarse a las exigencias del entorno interno y externo.

Según Roy todos los individuos tienen que adaptarse a las siguientes
demandas:

• Satisfacción de las necesidades fisiológicas básicas.


• Elaboración de un concepto positivo de sí mismos.
• Realización de los roles sociales.
• Alcanzar un equilibrio entre dependencia e independencia.

61
La enfermera/o debe determinar cuáles son las necesidades que están
causando problemas al cliente y valorar hasta qué punto el individuo se
está adaptando a ellas, entonces el cuidado de enfermería será dirigido a
ayudar al paciente a adaptarse.

Metapardigma:

- Persona: Roy define a la persona como un ser holístico y adap-


table. Un ser biopsicosocial (ser participativo en las esferas
biológicas, psicológicas y sociales), en constante interacción con
el entorno cambiante, que usa mecanismos innatos y adquiri-
dos para afrontar los cambios y adaptarse a ellos en los cuatro
modos adaptativos: fisiológicos, autoimagen, dominio del rol
e interdependencia. Es el receptor de los cuidados enfermeros,
desempeñando un papel activo en dichos cuidados.
- Entorno: en él incluye todas las condiciones, circunstancias e
influencias que rodean y afectan al desarrollo y a la conducta de
las personas y los grupos. Consta de ambiente interno y externo,
que proporcionan entrada en forma de estímulos. Siempre está
cambiando y en constante interacción con la persona. Es decir,
el entorno cambiante es el que empuja a la persona a reaccionar
para poder adaptarse.
- Salud: proceso de ser y llegar a ser una persona integrada y to-
tal; es la meta de la conducta de una persona y la capacidad de
esta de ser un organismo adaptativo. No solo se trata de curar la
enfermedad al paciente sino de entregar las herramientas nece-
sarias para que se integre a la sociedad de mejor manera, y en el
caso de pacientes con enfermedades terminales o catastróficas,
educándolo y brindándole ayuda tanto en lo psicológico, social
y en lo relacionado con su calidad de vida.
La salud no consiste en liberarse de la muerte, las enfermedades,
la infelicidad y el estrés; sino en la capacidad de combatirlos del
mejor modo posible.
- Enfermería: es requerida cuando la persona gasta más energía en
el afrontamiento, dejando muy poca energía para el logro de las
metas de supervivencia, crecimiento, reproducción y dominio.
En resumen:
• Utiliza los cuatro modos de adaptación para incrementar

62
el nivel de adaptación de una persona en la salud y la
enfermedad.
• Realiza actividades que promueven respuestas de adapta-
ción efectivas en las situaciones de salud y enfermedad.
• Es una disciplina centrada en la práctica, dirigida a las
personas y a sus respuestas ante los estímulos y la adap-
tación al entorno.
• Incluye valoración, diagnóstico, establecimiento de metas,
intervención y evaluación.
• Para planificar los cuidados, propone un proceso de solu-
ción de problemas de seis pasos:
1. Valorar la conducta del enfermo/usuario.
2. Valorar los factores influyentes.
3. Identificar los problemas.
4. Fijar los objetivos.
5. Seleccionar las intervenciones.
6. Evaluar los resultados.

Todos los conceptos mencionados están relacionados entre sí. Los sis-
temas, los mecanismos de afrontamiento y los modos de adaptación
son utilizados para tratar estos elementos. Para Roy, los sistemas son
un conjunto de componentes organizados, relacionados para formar un
todo; son más que la suma de sus partes, reaccionan como un todo e
interactúan con otros sistemas del entorno.

Bibliografía / Lecturas recomendadas

1. POTTER, P. y PERRY, A. (2001). Fundamentos de Enfermería


(5ta ed.). España: S.A. ELSEVIER.
2. BERMAN, SNDYDER, KOZIER y ERB. (2008). Fundamentos
de Enfermería. Madrid. Ed. Pearson.
3. HUNSILLOS, A., LINARES,, M., PRIETO, E. (2013). AMIR
Enfermería. “Historia de la enfermería y Teorías y modelos
de enfermería” (1ra Ed.). España: Marban.
4. MOLINA, M. T. (1973). “Historia de la Enfermería”
(2da Edición). Buenos Aires: Inter-Médica.

63
64
UNIDAD 3
Las Necesidades
Humanas

65
El hombre y sus necesidades:
concepto, teorías, distintos enfoques y perspectivas

La noción del cuidado ha sido desarrollada por diversos teóricos de la


Enfermería. Las diferentes teorías y modelos intentan aproximarse a una
definición del objeto de estudio de esta disciplina. El discurso sobre la
delimitación del campo de estudio de la Enfermería es antiguo, pero aún
no queda suficientemente claro. En este sentido, la diversidad de teorías
que actualmente existen denota una característica común: el problema
de la ambigüedad existente en la propia noción del cuidado (objeto de
estudio de la disciplina enfermera). Se deduce de esto una necesidad de
ahondar en dicho concepto. Al estudiarlo, se encuentra la referencia a la
satisfacción de las necesidades humanas y, en consecuencia, al concepto
de necesidades básicas. Por consiguiente, teóricas como Orem, Hender-
son, Leininger, Abdellah, Levine, Watson, King y Roy desarrollan sus
modelos planteando a la persona como un ser con “necesidades”, utili-
zando términos como, por ejemplo, requisitos de autocuidado, factores
cuidativos, modos de adaptación, principios de conservación o proble-
mas de enfermería; pero todos ellos referidos al concepto de necesidad,
entendida como “las actividades requeridas por un individuo para su
supervivencia”. Parece deducirse, de todo lo mencionado, la necesaria
aproximación teórica al concepto de necesidad humana básica para lle-
gar a definir el cuidado enfermero, pues es un componente fundamental
del marco conceptual de la enfermería.
El concepto de necesidad aparece ya definido en 1892, en el Oxford
English Dictionary de Murray como “la necesidad de hacer algo y la
demanda imperativa de tener algo”. En 1929, este mismo diccionario
da una tercera acepción al concepto de necesidad: “un estado de ca-
rencia fisiológica o psicológica que motiva el comportamiento hacia su
satisfacción”. Luego, se produce en los años 60 una resurrección de la
discusión sobre las necesidades con autores como Maslow y Fromm. En
resumen, podemos afirmar que existe un consenso en dotar al hombre de
unas necesidades básicas que le son innatas por el hecho de ser hombre,
pero que vienen contextualizadas por la cultura. Así mismo, la cultura
se enmarca como una necesidad básica, sin la que no se puede vivir ni
sobrevivir. En este sentido, el concepto de satisfacción de las necesida-
des básicas queda más determinado por la cultura, una vez aceptada la

66
existencia de la necesidad y su carácter universal, solo queda imponer
un cierto relativismo al modo de satisfacerlas.
Según el enfoque humanista existencialista de Maslow, el hombre tiene
necesidades y estas son universales. Él establece un sistema jerárquico
de necesidades; así, para que aparezca una necesidad superior primero
se han tenido que satisfacer las inferiores.

El hombre y sus necesidades

Abraham Maslow (Nueva York, 1908 - Califor-


nia, 1970). Psiquiatra y psicólogo estadounidense.
Impulsor de la psicología humanista, basada en
conceptos como la autorrealización, los niveles
superiores de conciencia y la trascendencia; creó
la teoría de la autorrealización que lleva su nom-
bre. En obras como Motivación y personalidad
(1954), Psicología del ser (1962) y La Psicología
de la ciencia (1966), Maslow postuló que cada individuo tiene unas ne-
cesidades jerárquicas-fisiológicas, afectivas, de autorrealización, que de-
ben quedar satisfechas, y que el objetivo fundamental de la psicoterapia
debe ser la integración del ser. Cada nivel jerárquico domina en cada
momento de consecución y las necesidades inferiores en la jerarquía
(comida, refugio o afecto), en caso de no quedar suplidas, impiden que el
individuo exprese o desee necesidades de tipo superior.
La teoría de la autorrealización de Maslow se sitúa dentro del holismo y
la psicología humanista, y parte de la idea de que el hombre es un todo
integrado y organizado, sin partes diferenciadas. Cualquier motivo que
afecta a un sistema afecta a toda la persona.
Llevó a cabo una crítica a las teorías sobre la motivación de Freud y
Hull. Según Maslow, el modelo de Freud solo describe los comporta-
mientos neuróticos de sujetos que no toleran las frustraciones, mientras
que la teoría de Hull trata exclusivamente de organismos movidos por
una situación de déficit.
La jerarquía de las necesidades de Maslow sugiere que el individuo actúa
en niveles ascendentes, en los cuales las necesidades de un nivel deben
ser satisfechas cuando menos parcialmente antes que las personas con-
sideren necesidades de un nivel más alto. No existen líneas divisorias

67
bien definidas entre estos niveles; algunas veces, la persona considera
que tiene necesidades que deben ser satisfechas en diferentes niveles al
mismo tiempo, a pesar de que algunas de ellas son más importantes para
él que otras. Al ascender en línea jerárquica, el individuo se preocupa
menos de sí mismo y participa más en sus relaciones con los demás.

NECESIDADES
DE AUTORREALIZACIÓN

NECESIDADES
DE ESTIMA
Ser respetado, valorado,
de amar y ser amado

NECESIDADES DE PERTENENCIA
Ser parte de un grupo

NECESIDADES DE SEGURIDAD
Sentirse seguro y a salvo, fuera de peligro

NECESIDADES FISIOLÓGICAS
Hambre, sed, excreción, respiración, cansancio, sueño, etc

68
1. Necesidades fisiológicas o de supervivencia.

Entre las necesidades fisiológicas básicas como, por ejemplo: oxígeno,


alimentación, líquidos, eliminación de desechos corporales, actividades
y descanso, y satisfacciones sexuales; el oxígeno es la más importante de
todas. La actividad y el descanso por lo general hacen pensar solo en el
movimiento físico, pero también deben tomarse en cuenta la actividad y
el descanso mental, ya que se presentan durante el transcurso de nues-
tras vidas en forma continua y afectan la satisfacción de otros impulsos
fundamentales.
Una persona promedio intenta satisfacer sus necesidades, pero en oca-
siones hay problemas, enfermedades o preocupaciones que impiden el
buen desempeño de sus labores; por ejemplo, el hambre por no haber
desayunado, por falta de un refrigerio, quizá la pérdida de sueño por la
enfermedad de un familiar o por una reunión. El bienestar físico, aunque
no es indispensable para sobrevivir, afecta en forma directa la capaci-
dad del individuo para satisfacer otras necesidades básicas. Por ejemplo,
la irritación de garganta afecta la facultad de la persona para ingerir
alimentos y líquidos, o bien una dieta demasiado estricta puede fatigar
fácilmente al trabajador.

2. Necesidad de seguridad o protección.

Este grupo de necesidades incluye la seguridad económica y laboral,


la emocional y espiritual, y la personal. Todos deben confiar en algo o
alguien, predecir con cierta seguridad lo que le pasará y saber lo que
otros sienten por él. En otras palabras, se debe estar satisfecho de su se-
guridad para desarrollar toda su capacidad. El sentimiento de seguridad
es resultado final de haber satisfecho la necesidad de ser reconocido, de
pertenecer, de ser comprendido y de nuevas experiencias. Por ello, las
personas que se sienten seguras enfrentan los problemas de la vida con
ecuanimidad y los resuelven con pocas dificultades.

3. Necesidad de pertenecer o de afecto.

Estas necesidades se expresan por el deseo de tener amor, consideración


y afecto de otros, y de sentirnos parte de una familia o grupo. Al fun-
cionar en este nivel, el individuo comienza a dar a los demás, así como

69
a recibir de ellos. Todo individuo desea ser parte de un grupo, esto va
más allá del solo deseo de estar con gente. Para satisfacer la necesidad de
pertenecer, debemos sentir que somos aceptados por otro y que le sim-
patizamos. Es decir, el individuo desea ser aceptado por el grupo porque,
por esta filiación, obtiene el prestigio que se le otorga al grupo como tal.
En el grupo de enfermería, cada una de las personas al cuidado de los
pacientes es importante para el enfermero. La enfermera/o jefe debe ase-
gurarse de que las cualidades y habilidades de cada persona se empleen
de manera adecuada. Aquí, el empleo de la palabra nuestro en lugar de
mío o suyo destaca que cada persona es miembro importante del grupo.
Son necesarias su ayuda, su estímulo y su ejemplo para que cada perso-
na entienda que se lo necesita y quiere.
Por ello, es importante estimular y proporcionar oportunidades para que
participe en las actividades del grupo. Además, se debe sugerir a otros
miembros del grupo que lo incluyan en las conversaciones, y se le soli-
cite y ofrezca ayuda cuando sea conveniente.

4. Necesidad de reconocimiento o estima.

Todos deseamos expresarnos para que otros comprendan nuestros pro-


blemas, limitaciones, temores, esperanzas y deseos. La necesidad de
comprender a los demás también es importante. De igual modo, toda
persona desea saber que se espera de ella, cuáles son sus responsabilida-
des y como está cumpliendo con las mismas.
Estas necesidades se relacionan con las explicadas en el nivel anterior.
La posición social y reputación dentro del grupo también son importan-
tes. Sin embargo, la satisfacción de ser reconocido y las necesidades de
autoestima dependen del nivel de madurez emocional que cada uno de
nosotros logra obtener; es decir, en la etapa de convertirnos en lo que
hemos alcanzado.
¿Qué pensamos de otras personas y cómo valoramos nuestras propias
capacidades? Cuando alcanzamos la madurez emocional, la satisfacción
de las necesidades deriva del sentido de superioridad y capacidad propia
en nuestra vida diaria y trabajo. Asimismo, nos interesamos más por las
personas y las respetamos como individuos. De igual manera, el auto-
respeto que tengamos depende del respeto y reconocimiento que otros
tengan por nosotros.
Como enfermeras/os tenemos un importante papel en satisfacer las nece-

70
sidades de otras personas. La capacidad para satisfacerlas depende de la
habilidad para comprender y ser comprendidos. Si uno siente compasión
de sí mismo y si cree que nadie lo comprende a usted y sus problemas, su
soledad y resentimientos se transmitirán a sus compañeros. Los cuales,
por su parte, sentirán que no los comprenden a ellos ni a sus problemas.
No obstante, debe tener interés especial por cada persona. Algunas veces
lo único que se necesita es una frase amable, como “muchas gracias”,
por ejemplo, cuando se lo expresa directamente a un miembro de su
personal, indicándole que reconoce sus intenciones y agradece su ayuda.
En ocasiones se observa que los estudiantes y enfermeras/os de un staff
se quejan y manifiestan que: “nadie presta atención cuando hacemos
algo correcto, solo cuando cometemos un error”. Vinculado al concepto
tratado en este párrafo, podemos afirmar que en muchos de estos casos,
la queja está justificada porque se ha olvidado su necesidad de ser reco-
nocida y de sentimiento de amor propio.
El deseo de “ser alguien” es saludable mientras se mantenga dentro de
los límites normales; si este llega a exagerarse, el individuo se interesa
demasiado en sí mismo y muy poco por los demás, buscando siempre la
oportunidad de atraer la atención. En su conversación y pensamiento,
las palabras: yo, a mí, mío se vuelven importantes.
El sentimiento de amor propio y autoestima están relacionados con la
necesidad de progreso personal, así como la adquisición de nuevos co-
nocimientos para tener nuevas ideas, resolver problemas más difíciles y
aprender otras habilidades. En este estímulo nace el aburrimiento, y con
el aburrimiento la falta de interés para hacer un buen trabajo.
La necesidad del estímulo varía de una persona a otra, pero siempre
existe deseo de tener nuevas experiencias. Algunos individuos se sienten
más contentos cuando sus ocupaciones le imponen la realización de las
mismas actividades continuamente. Una persona de este tipo puede te-
ner inteligencia limitada o sentimiento de inferioridad e inseguridad. En
ambos casos es probable que se muestre inquieta e infeliz si se enfrenta
a nuevas situaciones.
Proporcionar las oportunidades para satisfacer el deseo de superación
personal de cada uno de los miembros del equipo es un reto que en-
frenta la enfermera líder. Se debe planear cuidadosamente a realizar
una vigilancia estrecha de las personas que, en su afán de tener nuevas
experiencias, pudieran irreflexivamente realizar actividades que, por la
seguridad del paciente, no deben llevarse a cabo. Por lo cual, necesitará

71
todo su poder de persuasión para ayudar a esas personas y comprender
la importancia de las tasas de “rutina”, relacionadas con la asistencia
global del paciente y, asimismo, la necesidad de mostrarles métodos para
aumentar su experiencia y aptitudes, mientras realizan estas ocupacio-
nes. Por ejemplo, algunos estudiantes de enfermería o enfermera/o a
cargo de un cliente, en ocasiones, se aburren de bañar a los pacientes
porque creen que otros aspectos de cuidados son más interesantes; en
estos casos, necesitan que se les ayude a comprender que la importancia
no es dar el baño en sí, sino proporcionar al paciente el tiempo necesario
para que exponga sus problemas.

5. Necesidad de autodeterminación y realización personal.

El nivel más alto de las necesidades se refiere a la capacidad de cada


persona de ser independiente, en vez de depender de otros para satisfa-
cer las necesidades propias. Al alcanzar dicho nivel, uno se vuelve in-
dependiente y cae dentro de una fase de autosatisfacción y creatividad.
Maslow considera este nivel como el estado de ser uno mismo o de haber
alcanzado la madurez; la meta del proceso de llegar a ser.
No todas las personas son capaces de alcanzar el nivel más alto de logro
y las que lo hacen no permanecen siempre ahí. Conforme a las situa-
ciones de la vida cambian, las necesidades cambian a su vez. También,
la forma de satisfacerlas puede ser modificada por nuevos problemas o
sucesos imprevistos, causando cambios visibles en el comportamiento
que pueden, o no, ser aceptables o normales según las normas de la so-
ciedad. Por ejemplo, algunas personas que padecen enfermedades graves
tratan de llamar la atención, hablando en voz alta o comportándose de
manera agresiva, existiendo constantemente servicio de otras personas.
En ocasiones, sustituyen una necesidad que pueden satisfacer ellos mis-
mos por otra que no, como sucede con el comilón compulsivo que busca
alimentos como sustituto de amor y cariño. Es posible que a veces se
dé demasiada importancia o se niegue por completo una necesidad, por
ejemplo, una persona puede requerir constantemente la aprobación de
los demás mientras que otra, por la misma necesidad, pasa por alto la
opinión ajena.
Todas estas necesidades son importantes y cada enfermera debe recono-
cer las diferentes formas en que los individuos, ya sean colaboradores o
pacientes, las satisfacen.

72
Necesidades fuera de la jerarquía

1. Necesidad de saber y comprender.


Estas necesidades de orden cognoscitivo no tienen un lugar
específico dentro de la jerarquía, pero a pesar de ello fueron tra-
tadas por Maslow. Estas serían derivaciones de las necesidades
básicas, expresándose en la forma de deseo de saber las causas
de las cosas y de encontrarse pasivo frente al mundo.

2. Necesidades estéticas.
Las necesidades estéticas están relacionadas con el deseo del
orden y de la belleza. Estas incluyen: necesidad por el orden;
necesidades por la simetría; la necesidad de llenar los espacios
en las situaciones mal estructuradas, de aliviar la tensión produ-
cida por las situaciones inconclusas y la necesidad de estructurar
los hechos.

Ventajas:
Maslow establece la primera sistematización de las necesidades huma-
nas, las cuales poseerían una raíz biológica. De este modo, se escapa de
realizar un simple catálogo de supuestos instintos que tendría el hom-
bre, intento erróneo que olvida las diferencias existentes entre el mun-
do animal (donde existirían, supuestamente, tales instintos) y la especie
humana.
Maslow fue uno de los primeros en afirmar que una necesidad satisfecha
no es fuente de apatía; junto a esto, reniega de los modelos homeostá-
ticos de la motivación, sino que postula la existencia de una tendencia
positiva al crecimiento, que se expresaría en las distintas necesidades de
origen instintoide que surgen sucesivamente tras la satisfacción de ne-
cesidades de nivel inferior. Todo esto dio una nueva base a los estudios
sobre motivación.
Los estudios de Maslow se basan en el estudio sobre personas sanas - o
actualizadas - y no sobre enfermos, tal como lo hacen Freud o Horney,
lo que nos daría una perspectiva más adecuada para comprender cómo
se logra y qué significa la “salud mental”, más allá de definirla como la
“ausencia de enfermedad”.

73
Desventajas:
Si bien, se han obtenido pruebas para algunos aspectos específicos del
modelo, no se ha encontrado una forma de estudiar el modelo como un
todo; sin embargo, la jerarquía es ampliamente aceptada por su atractivo
intuitivo.
Se puede deducir que cada persona es un universo distinto, cada uno
busca satisfacer sus necesidades en la medida de sus posibilidades; ya
que si hablamos de igualdad, somos todos distintos, tenemos distinta
religión, distinta ideología y distintos sueños, todo ello se liga en la mo-
tivación y deseos que tenga cada ser humano. Es así, como Maslow pro-
pone que a partir de esta motivación, anhelo, ansia o carencia, que pre-
senta cada ser humano, se componen los diferentes niveles que propone
en dicha pirámide, por lo cual, se concluye que cada jerarquización de
necesidad variará de acuerdo a la potencia de dicho deseo o motivación.
Es así como estas necesidades se incrementan según el desarrollo de
cada individuo, van de la mano con lo que entrega una familia como
pilar fundamental o una familia disfuncional. Si se toma como ejemplo
estos dos casos mencionados, se puede deducir que el ser humano, de
acuerdo a patrones culturales e ideológicos, podrá lograr en su vida
distintos tipos de necesidades; ya que los valores entregados no son de
condiciones iguales. Por lo tanto, creemos que dicha teoría podría ser
aplicable a cada individuo, según su nivel socio económico, educativo y
cultural, debido a que dependiendo de dichos factores llegarán a cumplir
los niveles propuestos.
Maslow plantea que son pocas las probabilidades de llegar a la cúspide
de la pirámide, ya que las primeras etapas son de necesidad básicas, por
lo que las personas tienden a vivir solo con estos cuatro peldaños pri-
mordiales; los cuales son difíciles de mantener, y es por ello que difícil-
mente el ser humano logra llegar a desarrollar la AUTORREALIZACIÓN.
Por último, según lo desarrollado se puede constatar que la teoría de
Maslow es bastante válida ya que la motivación, las necesidades, y los
deseos juegan un rol fundamental en el desarrollo de la personalidad de
los seres humanos. Además, se cree que los sujetos están constantemente
en busca de la satisfacción personal para llegar a la autorrealización,
aunque muchas veces no lo consiguen porque no tienen los medios para
superar la etapa en que se encuentran. Sin embargo, se puede decir que
el paso de una etapa a otra no es tan rígido, debido a que se puede pasar
de una etapa a otra sin satisfacer la anterior totalmente.

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La comunicación interpersonal es necesidad básica en la relación hu-
mana y esencial en la práctica enfermera, por ello ocupa un espacio
transversal.
Para los diferentes momentos del crecimiento y desarrollo de las perso-
nas puede utilizarse el mismo modelo (Modelo de Maslow) para evaluar
las necesidades básicas, sin embargo, variarán los patrones considerados
normales de acuerdo a la etapa a la que estemos haciendo referencia.
Necesitamos hacer un recorrido por las características particulares de
cada una de estas etapas, para posteriormente analizar en profundidad
como planificar cuidados para personas con alteraciones de estas nece-
sidades.

Necesidades humanas de las familias

El concepto de persona-familia constituye, junto con la salud y el entor-


no, uno de los pilares fundamentales de la profesión enfermera.
La persona como receptora de los cuidados se concibe, tanto sana como
enferma, como un ser global que tiene necesidades y características in-
dividuales y comunes, que experimenta cambios y que es capaz de inte-
ractuar con el entorno y con los otros seres humanos, por lo que puede
ser considerada en forma individual o como integrante de un grupo
(comunidad o familia).
Los componentes filosóficos más relevantes de la persona son su con-
cepción humanística (ser activo con recursos y potencialidades) y la vi-
sión holística (totalidad e integración de los aspectos que la componen:
bio-psico- socioculturales y espirituales).
Cuando hablamos de holismo, estamos haciendo referencia a adoptar
una visión de la salud teniendo en cuenta el bienestar emocional y espi-
ritual, así como otras dimensiones del individuo, como aspectos impor-
tantes del bienestar físico.
La estructura familiar y los patrones de funcionamiento afectan la salud
de los miembros de la familia y a esta en su conjunto. Se puede señalar
que el impacto de la familia en la salud presenta tres vertientes: lugar
donde se aprenden conductas relacionadas con la salud; espacio físico y
relacional que protege o precipita la enfermedad; y el ámbito donde se
reciben cuidados de salud.

75
En este sentido, es importante definir el término familia: “la familia
puede definirse legalmente como una red social con lazos e ideologías
personalmente construidos”
Para algunas personas, la familia puede incluir solo a personas relaciona-
das por el matrimonio, el nacimiento o la adopción. Para otros puede in-
cluir tías, tíos, amigos íntimos, personas en cohabitación e incluso puede
considerarse a los animales de compañía como integrantes de la familia.
Es por ello que las creencias personales de la enfermera/o no tienen por
qué coincidir con las del paciente. Para proporcionar una atención indi-
vidualizada, la enfermera/o debe comprender que las familias adoptan
numerosas formas y que poseen diversas orientaciones culturales y étni-
cas. En otras palabras, la enfermera/o puede considerar a la familia como
un grupo de relaciones que el paciente identifica como la familia o como
una red de individuos con influencias mutuas en sus vidas.

Formas de Familia

Las formas de familia son los patrones de las personas, considerado por
los miembros familiares, para ser incluidos en el grupo familiar. Aunque
todas las familias tienen cosas en común, cada forma familiar cuenta con
problemas y fortalezas exclusivos. La enfermera/o debe ser receptiva/o a
la hora de considerar lo que constituye una familia, para no desperdiciar
posibles recursos y preocupaciones.

1. Familia nuclear: está formada por marido y mujer (y quizás uno


o más hijos).
2. Familia ampliada: incluye a los parientes (tías, tíos, abuelos y
primos), además de la familia nuclear.
3. Familia con un solo padre: se constituye cuando uno de los cón-
yuges abandona la familia nuclear debido a fallecimiento, divor-
cio o abandono, o cuando una persona decide tener o adoptar
un niño.
4. Familia mixta: se constituye cuando los padres aportan niños no
emparentados, bien sea por adopción, por relaciones conyugales
previas a una situación de vida en común.
5. Modelos alternativos de relaciones: estas relaciones incluyen
hogares con múltiples adultos, familias con “salto generacional”

76
(abuelos que cuidan de los nietos), grupos sociales con niños,
“no familias” (adultos que viven solos), parejas en cohabitación
y parejas homosexuales.

Tendencias actuales y nuevas formas de familia

Aunque la institución familiar continua siendo sólida, la propia familia


está cambiando. La familia típica de dos padres biológicos e hijos ya no
es habitual. Las personas se casan más tarde, las mujeres retrasan la ma-
ternidad y las parejas deciden tener menos hijos o ninguno. Asimismo,
el número de personas que viven solas está aumentando rápidamente
y representa aproximadamente el 25% de todos los hogares. Las tasas
de divorcio se triplican desde los años cincuenta, el intervalo de tiempo
entre matrimonio y divorcio es de 3 años y es más probable que vuelvan
a casarse los hombres que las mujeres, las personas más jóvenes que las
más viejas y las personas divorciadas más que las viudas y viudos. Por
último, las segundas nupcias suelen originar una mezcla familiar con un
grupo complejo de relaciones entre padrastros, hijastros, hermanastros
y hermanastras.
El equilibrio entre trabajo y vida familiar origina una gran variedad de
retos en cuanto al cuidado de los hijos y tareas domésticas. La preocupa-
ción sobre si el empleo materno es perjudicial para los niños ya no tie-
ne fundamento. Sin embargo, encontrar una niñera de confianza es un
problema importante para los padres. Las tareas domésticas bien pueden
ser un problema principal. Así, se ha demostrado que, aunque la división
equitativa del trabajo suele aceptarse siempre de forma verbal, la mayo-
ría de las tareas domésticas continúan siendo “trabajo de mujeres”. Por
último, es importante mencionar que existe algún indicio de que el rol
paternal está cambiando.
El número de familias con un solo padre se ha duplicado, la mayoría
de estas familias, están conformadas por madres, aunque las familias
compuestas solo por el padre también están aumentando. En relación a
lo expuesto, se constató que un tercio de los niños que viven en familias
monoparentales de madres solteras son consecuencias de embarazos ju-
veniles. Este incremento es una preocupación creciente y a ello se suma
que la mayoría de estas adolescentes continúa viviendo con sus familias.

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En la actualidad, las personas homosexuales pueden casarse legalmen-
te, aunque muchas de estas parejas define su relación en términos fa-
miliares, aproximadamente la mitad de todas las parejas homosexuales
masculinas viven juntas, comparado con tres cuartos de las parejas de
lesbianas. Estas uniones se han vuelto más abiertas sobre sus preferen-
cias sexuales y han reclamado sus derechos legales. Algunas familias
homosexuales tienen hijos, bien mediante la adopción o la inseminación
artificial, o bien de una relación anterior.
Se observa que el grupo de edad que crece más rápido es a partir de
los 65 años de edad. Por primera vez en la historia, existen más padres
vivos que hijos y es más probable que los niños tengan abuelos vivos e
incluso bisabuelos. Este envejecimiento ha influido en el ciclo de vida
familiar, quizás de una forma muy importante para la generación media.
Este grupo de individuos se encuentra con que deben equilibrar las ne-
cesidades de su descendencia y las necesidades de sus padres ancianos.
El cuidado de un padre débil o crónicamente enfermo es una preocupa-
ción primaria para un número creciente de familias, y no es raro que las
personas de sesenta y setenta años se cuiden mutuamente, así como a
sus propios padres ancianos.
Los abuelos también están destinados cada vez más a criar a sus nietos.
Esta responsabilidad parental se debe a varios factores sociales; al au-
mento de la tasa de divorcios, a las familias con dobles ingresos y a la
paternidad única.
Las familias afrontan numerosos retos, como estructuras cambiantes y
roles en el estado económico variable de la sociedad. En este contexto,
se observa una falta de control parental, modificación de las funciones y
una interacción positiva con adultos afectuosos, ya que cada vez existen
más padres solos o familias con dobles ingresos que pasan la mayoría
del tiempo en el trabajo. Además de los retos de la familia relacionados
con el divorcio, las estructuras y los roles cambiantes, y el envejecimien-
to de sus miembros más ancianos.

Existen cinco tendencias que los científicos sociales identifican como


amenazas o preocupaciones para la familia:
1. Cambio en la situación económica (por ejemplo: disminución de
los ingresos familiares o falta de acceso al sistema sanitario)
2. Familias sin hogar

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3. Violencia familiar
4. HIV y enfermedades crónicas
5. Adicciones

La integralidad del cuidado humano


y su valor para la salud mental

La enfermedad nunca es un hecho vital aislado. El paciente y la familia


deben enfrentarse con los cambios resultantes de la enfermedad y del
tratamiento. Cada persona responde de una manera diferente y, por tan-
to, deben individualizarse las intervenciones enfermeras. En este sentido,
es frecuente que el paciente y la familia experimenten cambios de con-
ducta y emocionales, así como cambios en las funciones, en la imagen
corporal, en el concepto de sí mismos y en la dinámica familiar.
Debido a que es un estado en el que el funcionamiento físico, emocional,
intelectual y social, de desarrollo o espiritual de una persona está dis-
minuido o alterado, en comparación con la experiencia previa, incluye
trastornos que tienen efectos sobre el funcionamiento y el bienestar en
todas las dimensiones. Alterando, de esta manera, el nivel de satisfac-
ción de las necesidades básicas de las personas.

Cambios conductuales y emocionales:

Las personas reaccionan de formas diferentes a la enfermedad o a la


amenaza de una enfermedad. Las reacciones conductuales y emocionales
de un individuo dependen de la naturaleza de la enfermedad, de la acti-
tud de la persona hacia ella, de la reacción de los otros y de las variables
de la conducta de enfermedad.
Las enfermedades a corto plazo, que no ponen en peligro la vida, pro-
vocan pocos cambios de conducta en el funcionamiento del paciente
y su familia. Un marido y padre con un resfriado, por ejemplo, puede
carecer de la energía y paciencia para compartir actividades en familia,
estar irritable y preferir no relacionarse con ella; esto es un cambio de
conducta, pero el cambio es sutil y de corta duración. Algunos, incluso,
pueden considerar que un cambio de este tipo es una respuesta normal
a la enfermedad.

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Una enfermedad grave, especialmente una que ponga en peligro la vida,
puede conducir a cambios emocionales y conductuales más amplios,
como ansiedad, shock, negación, ira y retracción. Estas son respuestas
habituales al estrés de la enfermedad. Dado que generalmente el factor
estresante no puede cambiarse, la enfermera/o puede desarrollar inter-
venciones para ayudar al paciente y a la familia a afrontar y adaptarse
a este estrés.

Impacto sobre la imagen corporal:

La imagen corporal es un concepto subjetivo del aspecto físico. Algunas


enfermedades provocan cambios en el aspecto físico, en este punto, los
pacientes y las familias reaccionan de maneras diferentes a los cambios.

Las formas de reaccionar dependen de:


• El tipo de cambios (ej.: pérdida de un miembro o de un órgano)
• La capacidad de adaptación
• La velocidad con que se han producido los cambios
• Los servicios de apoyo disponibles

Generalmente, cuando se produce un cambio en la imagen corporal,


como el producido por la amputación de una pierna, el paciente se ajusta
a las siguientes fases: shock, retracción, reconocimiento, adaptación y
rehabilitación. Inicialmente, el paciente puede estar conmocionado por
el cambio o por el cambio inminente, puede despersonalizarlo y hablar
de él como si le hubiera pasado a otra persona. A medida que el paciente
y su familia reconocen la realidad, sienten ansiedad y pueden retraerse,
rechazando hablar de ello. Es importante mencionar que la retracción
es un mecanismo de defensa adaptativo, que puede ayudar a la perso-
na a realizar una modificación. A medida que el paciente y la familia
reconocen el cambio, se mueven hacia un período de duelo. Al final de
la fase de reconocimiento, aceptan la pérdida. Durante la rehabilitación,
el paciente está preparado para aprender a adaptarse al cambio en su
imagen corporal mediante el uso de prótesis o cambiando los estilos de
vida y los objetivos.

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Impacto en el concepto de uno mismo:

El concepto de uno mismo es una autoimagen mental de las fortalezas y


de las debilidades en todos los aspectos de la personalidad. Este depende
en parte de la imagen corporal y de los roles, pero también incluye otros
aspectos psicológicos y espirituales.
Este concepto es importante en las relaciones con los miembros de la
familia. Una persona, cuyo autoconcepto cambia a causa de la enfer-
medad, puede no satisfacer las expectativas de la familia, provocando
tensión o conflictos. Como resultado, los miembros de la familia pueden
cambiar sus relaciones con el paciente. Durante el suministro de los cui-
dados, la enfermera/o es capaz de observar cambios en el autoconcepto
del paciente (o en los miembros de la familia) y desarrollar un plan de
cuidados para ayudarlos a ajustarse a los cambios resultantes de la en-
fermedad.

Impacto en los roles familiares:

Las personas desarrollan muchos roles en la vida, entre ellos: ganar un


salario, tomar decisiones, ser un profesional, un hijo, un hermano o un
padre. Cuando se produce una enfermedad, los padres y los hijos inten-
tan adaptarse a los principales cambios provocados por la enfermedad
de un miembro de la familia. Con frecuencia, se origina una inversión de
roles, por ejemplo, si el padre de un adulto enferma y no puede realizar
las actividades habituales, a menudo el hijo adulto asume muchas de las
responsabilidades paternas y, en esencia, se vuelve padre del padre. Una
inversión de una situación habitual de este tipo puede provocar estrés y
conflicto de responsabilidades para el hijo adulto o un conflicto directo
en la toma de decisiones.
Un cambio de este tipo puede ser sutil y a corto plazo, o bien drástico
y a largo plazo. En general, un individuo y la familia se adaptan más
fácilmente a los cambios sutiles. En la mayoría de los casos, los indivi-
duos saben que el cambio de roles es temporal y no precisarán fases de
ajuste prolongadas. Sin embargo, los cambios a largo plazo precisan de
un proceso de ajuste parecido al proceso de duelo; es por ello que, a ve-
ces, el paciente y la familia necesitan consejo específico para ayudarlos
a afrontar los cambios de roles.

81
Impacto en la dinámica familiar:

La dinámica familiar es el proceso mediante el cual la familia funciona,


toma decisiones, da soporte a sus miembros individuales, afronta los
cambios y los desafíos del día a día. Con frecuencia, a causa de los efec-
tos de una persona enferma, esta dinámica varía. Por ejemplo, si en una
familia el padre enferma, es frecuente que las actividades familiares y la
toma de decisiones se interrumpan mientras los miembros restantes de
la familia esperan que pase la enfermedad, o bien que retrasen la acción
porque no quieren asumir el rol o las responsabilidades de la persona
enferma. Es por ello que la enfermera/o debe considerar a la familia en
conjunto, como una única persona con estrés y planificar los cuidados
para ayudar a la familia a recuperar el grado máximo de funcionamiento
y de bienestar.

Teoría de la Comunicación

Es el proceso mediante el cual los humanos cubren sus necesidades de


supervivencia, establecen relaciones y experimentan emociones. La co-
municación constituye una opacidad crítica para la enfermería y a su
vez es un proceso dinámico, usado para recoger datos de evaluación,
enseñar, persuadir, y expresar afecto y comodidad.
El término comunicación tiene varios significados, dependiendo del con-
texto en el que se usa. Se define como el intercambio de información,
ideas o pensamientos entre dos o más personas. Utiliza métodos como el
habla, escucha, escritura, lectura, gestos o acciones corporales. Dado que
la comunicación es un proceso, tiene dos objetivos principales: influen-
ciar a otros y obtener información.
La comunicación puede llegar a tener una connotación más personal que
el intercambio de ideas o pensamientos. Es decir, puede transmitir senti-
mientos o una interacción más personal o social entre personas.
Es un componente básico de las relaciones humanas, incluyendo la en-
fermería. Esto se debe a que, si la comunicación es efectiva, las enfer-
meras/os son más capaces de recoger datos de evaluación, iniciar la in-
tervención, evaluar los resultados de las intervenciones, iniciar cambios
que favorecen la salud y prevenir problemas legales relacionados con la
práctica de enfermería.

82
Sistemas de Comunicación

En enfermería se utilizan diferentes sistemas de comunicación. Las ha-


bilidades de comunicación de la enfermera/o necesitan incluir técnicas
que reflejen la competencia en cada sistema:

a. Comunicación intrapersonal
Es una forma de comunicación que se produce dentro de un
individuo. Este sistema también es llamado autoconversación,
autoverbalización, autoeducación, introspección y diálogo inte-
rior. Los pensamientos de cada uno influyen en las percepciones,
los sentimientos, la conducta y el autoconcepto.
Este tipo de sistema crea un conjunto de condiciones, a través
de las cuales se experimenta la vida. En enfermería es primordial
ser conscientes de la naturaleza y el contenido del pensamiento
e intentar sustituir los pensamientos negativos por positivos, ya
que la autoconversación positiva puede usarse como una herra-
mienta para mejorar la salud y la autoestima de la enfermera y
el paciente.

b. Comunicación interpersonal
Es una interacción de uno a uno entre la enfermera/o y otra
persona que suele producirse cara a cara. Es el sistema que se
utiliza con mayor frecuencia, tiene lugar en un contexto social e
incluye todos los símbolos y elementos empleados para dar y re-
cibir significado. Dado que el significado reside en las personas,
y no en las palabras, los mensajes recibidos pueden ser diferen-
tes de los mensajes enviados.
La comunicación interpersonal significativa y efectiva origina
un intercambio de ideas, resolución de problemas, expresión de
sentimientos, toma de decisiones, logro de objetivos, construc-
ción de un equipo y crecimiento personal.

c. Comunicación transpersonal
Es la interacción que se produce dentro del dominio espiritual de
una persona. Generalmente las personas utilizan las plegarias,

83
la meditación, la reflexión guiada y los rituales religiosos para
comunicarse con su poder superior.

d. Comunicación en un grupo pequeño


Es la interacción que ocurre cuando un pequeño número de per-
sonas se encuentran juntas. Este tipo de comunicación suele ser
dirigida por objetivos y requiere de una dinámica grupal.
Los grupos pequeños son más efectivos cuando tienen un tama-
ño que permite trabajar, tienen un entorno de encuentro adecua-
do, y cohesión y compromiso entre los miembros del grupo.

e. Comunicación pública
Es la relación con una audiencia, requiere adaptaciones espe-
ciales en el contacto ocular, los gestos, la inflexión de la voz y
el empleo de medios materiales para comunicar los mensajes de
forma efectiva.

Elementos básicos en el proceso de la Comunicación

En su forma más simple, la comunicación es un proceso bidireccional


en el que intervienen el emisor y el receptor de un mensaje. Puesto que,
la finalidad de la comunicación es provocar una respuesta, el proceso
es continuo, dinámico y multidimensional; el receptor del mensaje se
convierte en emisor de una respuesta y el emisor original se convierte
en receptor.

• Referente: el referente motiva a una persona a comunicarse


con otra. En situación de atención sanitaria las visitas, sonidos,
olores, mensajes, objetos, emociones, sensaciones, ideas y otros
elementos inician la comunicación.
• Emisor: es la persona que elabora y emite el mensaje. Pone ideas
o sentimientos en una forma que puede ser transmitida y es res-
ponsable de la fidelidad de su contenido y el tono emocional. El
mensaje que transmite actúa como un referente para el receptor.
• Receptor: es la persona que recibe y decodifica el mensaje. El re-
ceptor es responsable de atender, traducir y responder al mensaje
del emisor.

84
Cuanto más tienen en común el emisor y el receptor y mas
estrecha es su relación, más probable es que perciban correcta-
mente el significado del otro y que respondan de acuerdo a él.
• Mensaje: es el contenido de la comunicación. Puede contener
lenguaje verbal, no verbal y simbólico. Los mensajes son in-
terpretados por los que los reciben, a través de percepciones
personales que pueden o no deformar el significado pretendido
por el emisor.

CODIFICAR Mensaje DECODIFICAR

Mensaje
DECODIFICAR (Respuesta) CODIFICAR

• Canales: son medios de transmitir y recibir mensajes a través


de los sentidos, estos pueden ser visual, auditivo y táctil. Las
expresiones faciales envían mensajes visuales, las palabras ha-
bladas viajan a través de los canales auditivos y el tacto emplea
los canales táctiles. Cuantos más canales utiliza el emisor para
transmitir el mensaje, más claro suele comprenderse.
• Retroalimentación: es el mensaje devuelto por el receptor. Indica
si el significado del mensaje del emisor ha sido comprendido.
Los emisores necesitan buscar retroalimentación verbal y no
verbal para garantizar que se ha producido una buena comuni-
cación.
• Variables interpersonales: son factores del emisor y receptor que
influyen en la comunicación. La percepción es una variable que
proporciona una visión personal única de la realidad, formada
por las propias expectativas y experiencias. Cada persona siente,
interpreta y comprende los hechos de forma diferente. Otras va-
riables incluyen grados educativos y de desarrollo, antecedentes

85
socioculturales, valores y creencias, emociones, sexo, estado de
salud física, y funciones y relaciones.
• Entorno: es el ámbito de la relación emisor-receptor. Para una
comunicación efectiva, el entorno debe satisfacer las necesidades
del participante, de comodidad y seguridad física y emocional.
En este sentido, el ruido, las temperaturas extremas, distraccio-
nes y la falta de privacidad o espacio pueden crear confusión,
tensión y malestar.

Formas de Comunicación

Los mensajes son transmitidos verbal y no verbalmente, concreta y sim-


bólicamente. Cuando las personas se comunican, se expresan mediante
palabras, movimientos, inflexión de voz, expresiones faciales y a través
del espacio. Estos elementos pueden trabajar de manera armoniosa para
potenciar un mensaje o de forma conflictiva cuando otro lo contradice
y lo confunde.

• Comunicación Verbal: es en gran parte consciente, debido a que


las personas eligen las palabras que utilizan. El léxico empleado
varía entre los individuos, según la cultura, la edad y la edu-
cación. Se puede usar una gran abundancia de palabras para
la formación de mensajes, además cuando las personas hablan
pueden transmitir una amplia variedad de sentimientos.

- Vocabulario: la comunicación no tiene éxito si emisores y


receptores no pueden traducir las palabras y las frases del
otro. Esto se da especialmente en el caso de las personas
que hablan otras lenguas/idiomas, o lo mismo sucede
cuando las personas hablan en un dialecto determinado y
utilizan variaciones subculturales de algunas palabras.
- Significado denotativo y connotativo: una palabra puede
tener varios significados. El significado denotativo es
compartido por personas que utilizan un lenguaje co-
mún y el significado connotativo es la interpretación
que proporcione el significado de una palabra influido

86
por pensamientos, sentimientos o ideas que las personas
tienen sobre el término.
- Ritmo: la conversación tiene más éxito si se produce con
una velocidad o un ritmo adecuados. Hablar rápidamente
y empleando pausas inoportunas, o hablar de forma lenta
y prudente puede transmitir un mensaje que no se preten-
de. Las pausas largas y los cambios rápidos a otro tema
pueden dar la impresión de que la persona oculta algo.
El ritmo mejora si se piensa antes de hablar y si se tiene
conciencia de la velocidad de la propia forma de hablar.
- Entonación: el tono de voz afecta de forma muy impor-
tante el significado del mensaje. En este sentido, depen-
diendo de la entonación, una pregunta o una afirmación
simple puede expresar entusiasmo, enfado, preocupación
o indiferencia.
- Claridad y brevedad: la comunicación efectiva es simple,
breve y directa; es decir, pocas palabras producen menos
confusión. La claridad se consigue hablando lentamente,
pronunciando con claridad y utilizando ejemplos para
hacer las explicaciones más fáciles y comprensibles.
También, repetir las partes importantes de un mensaje
clarifica la comunicación. En cuanto a la brevedad, esta
se consigue empleando frases cortas y palabras que ex-
presan una idea simple y directa.
- Momento y relevancia: el momento es crítico en la comu-
nicación, en ocasiones, aunque un mensaje sea claro, un
mal momento puede hacer que no sea efectivo. El mejor
momento para la relación es cuando un sujeto expresa
interés en la comunicación. Si los mensajes son relevan-
tes o importantes para la situación de que se trata, son
más efectivos.

• Comunicación No Verbal: es la transmisión del mensaje a través


del lenguaje corporal, sin emplear palabras. Incluye expresiones
faciales, elementos vocales, contacto ocular, gestos, posturas,
tacto, olor, aspecto físico, vestimenta, silencios, y el uso del
espacio, tiempo y objetos. Suele revelar los sentimientos verda-

87
deros porque es difícil de controlar. Además, los elementos no
verbales añaden profundidad a los mensajes verbales.

- Aspecto personal: incluye características físicas, la expre-


sión facial, la forma de vestir y de arreglarse, y los com-
plementos. Estos factores ayudan a comunicar bienestar
físico, personalidad, clase social, ocupación, religión, cul-
tura y autoconcepto. Las primeras impresiones se basan
generalmente en la apariencia.
- Postura y modo de andar: son forma de autoexpresión.
La forma cómo una persona se siente, está de pie y se
mueve refleja actitudes, emociones y estado de salud.
- Expresión facial: la cara es la parte más expresiva del
cuerpo. Las expresiones faciales transmiten emociones,
como sorpresa, miedo, enfado, felicidad y tristeza. En
ocasiones, algunas personas pueden no darse cuenta de
los mensajes que transmiten sus expresiones.
- Contacto ocular: hace referencia a la mirada y fijación de
la misma en las personas. Mantener el contacto durante
una conversación muestra respeto y predisposición para
escuchar. La falta de este tipo de contacto puede indicar
ansiedad, posición defensiva, incomodidad o falta de
confianza durante la comunicación.
- Gestos: resaltan, puntúan y aclaran las palabras expre-
sadas. Los gestos solos tienen significados específicos y
pueden, también, crear mensajes con otros elementos de
comunicación.
- Sonidos: ya sean suspiros, quejidos, gemidos o sollozos
también comunican sentimientos y pensamientos. Combi-
nados con otras comunicaciones no verbales, los sonidos
ayudan a enviar mensajes claros pero, también, pueden
interpretarse de diversas formas.
- Territorialidad y espacio personal: la territorialidad es la
necesidad de ganar, mantener y defender el propio dere-

88
cho al espacio. El territorio es importante porque propor-
ciona a las personas un sentido de identidad, seguridad y
control.

• Comunicación Simbólica: la buena comunicación requiere ser


consciente de la comunicación simbólica, el simbolismo verbal
y no verbal utilizado para transmitir significados. El arte, la mú-
sica, los sueños, los dibujos, el lenguaje metafórico y los juegos
son formas de comunicación simbólica.

• Comunicación Electrónica: muchas instituciones de atención


sanitaria están utilizando los registros de enfermería electró-
nicos, donde se documentan las valoraciones e intervenciones
realizadas durante la práctica de enfermería. El correo electróni-
co (e-mail) se puede utilizar con fines de programación y con-
firmación de citas, comunicación de: resultados de laboratorios,
instrucciones, educaciones para los individuos y seguimientos de
los pacientes dados de altas.
Es importante que la enfermera/o conozca las ventajas y desven-
tajas de estas nuevas herramientas de comunicación para asegu-
rar la confidencialidad del paciente.

Ventajas: el correo electrónico proporciona rapidez y efi-


ciencia para la comunicación. Indicando un registro de la
hora y día del mensaje, por lo que mejora la continuidad
del cuidado del paciente.

Desventajas: la institución sanitaria que utilice este método


debe contar con un sistema de encriptación para fines de
seguridad, lo cual es muy costoso; otra desventaja es que
no todos los pacientes cuentan con esta herramienta en su
domicilio.

89
Las relaciones profesionales y la comunicación

La comunicación efectiva entre las profesiones sanitarias es tan im-


portante como la promoción de la comunicación terapéutica entre la
enfermera/o y el paciente.

a. Relación entre enfermería/paciente: en estas relaciones la


enfermera/o asume la función de ayudante profesional y llega a
conocer al paciente como un individuo que tiene necesidades de
salud, respuestas humanas y modelos de vida únicos. La relación
es terapéutica, favoreciendo un clima psicológico que facilita el
cambio y el crecimiento positivo. La enfermera/o establece, diri-
ge y asume la responsabilidad para la relación, y las necesidades
del paciente se vuelven prioritarias.
Una relación entre ambos se crea con cuidados y pericia, y se
construye sobre la confianza. Para ello, se debe tener en cuenta
un componente inicial importante de la comunicación: la socia-
lización, debido a que, ayuda a las personas a conocerse mutua-
mente y a relajarse, ya que es fácil, superficial y no profunda-
mente personal.
b. Relación enfermería/familia: los mismos principios que guían las
relaciones individuales también se aplican cuando el paciente es
una unidad familiar, aunque la comunicación en las familias pre-
cisa una comprensión adicional de la complejidad de la dinámica
del grupo nuclear, sus necesidades y sus relaciones. Las relaciones
que se forman entre la enfermera/o y la familia son la base para
hacer un cambio positivo y que la curación se vea favorecida.
c. Relación enfermería/equipo profesional sanitario: la comunidad
de enfermería suele desempeñar roles que requieren una interac-
ción con múltiples profesionales sanitarios. Muchos de los ele-
mentos de la relación entre la enfermera y el paciente también
se aplican a las relaciones entre colegas de salud, centrándose en
el cumplimiento laboral y los objetivos de la situación clínica.
La comunicación, en estas relaciones, puede articularse para
la construcción del equipo de salud, facilitando el proceso del
grupo: colaboración, consulta, delegación, supervisión, liderazgo
y dirección.

90
d. Relación enfermería/comunidad: muchos grupos de enfermería
establecen relaciones con la comunidad al participar en organi-
zaciones locales, ya sea siendo voluntarios para servicio comu-
nitario o políticamente activos. Cuando se participa en conjunto,
con la comunidad, deben establecerse relaciones con la misma
para ser agentes de cambios efectivos. La comunicación en estos
casos se produce a través de canales como hojas informativas
del barrio, panfletos/boletines públicos, diarios, radio, televisión,
etc. Y su objetivo es compartir información o debatir temas im-
portantes para la salud comunitaria.

Para establecer formalidad y la competencia de la enfermera/o son im-


portantes el aspecto, la conducta y la actuación profesionales, nada daña
más la imagen profesional de un enfermero que un aspecto o una con-
ducta inapropiada.
La conducta profesional debe reflejar calidez, amabilidad, confianza y
competencia; transmitiendo mensajes con una voz clara y bien modula-
da, empleando gramática correcta, escuchando a los demás y apoyando
a los miembros del equipo de salud. Para ello, se deben tener en cuenta
los siguientes aspectos:

a. Cortesía: habla de la cordialidad y respeto hacia la otra persona.


Ser descortés causa una sensación de insensibilidad.
b. Uso de los nombres: la autopresentación es primordial, cuando
un profesional de enfermería no se presenta puede ocasionar
incertidumbre en la interacción y transmitir una falta imperso-
nal de compromiso o cuidado. Asimismo, dirigirse a los demás
por su nombre transmite respeto, aunque es importante pregun-
tarle a los pacientes si desean que se los llame por su nombre o
apellido. Por último, hay que evitar referirse al paciente por su
diagnóstico, el número de habitación u otros atributos, ya que es
degradante y genera una sensación de despreocupación.
c. Intimidad y confidencialidad: mantener la confidencia es un
aspecto importante en la conducta profesional. Es esencial poder
salvaguardar el derecho del paciente a la intimidad, protegiendo
cuidadosamente la información. Compartir información personal
sobre los demás viola los códigos éticos.

91
d. Honradez: confiar es fiarse de alguien sin dudas o preguntas,
ser honrado significa ayudar a los demás sin dudar cuando es
necesario. Para favorecer la confianza es importante comunicarse
con calidez y demostrar coherencia, responsabilidad, honestidad
y competencia. Confiar en otra persona supone un riesgo y vul-
nerabilidad, pero también favorece una comunicación abierta e
incrementa la expresión de sentimientos, pensamientos y necesi-
dades. Ocultar conscientemente información importante, mentir o
deformar la verdad viola los estándares prácticos legales y éticos.
e. Autonomía y responsabilidad: es la capacidad de autodirigirse
para el logro de los objetivos y responder por los demás. En en-
fermería, la autonomía refleja la responsabilidad de los propios
pensamientos, sentimientos y conductas.
f. Asertividad: significa defender los propios derechos sin violar
los de los demás. Las personas asertivas expresan sentimientos y
emociones de forma confidencial, espontánea y honesta. Tam-
bién, toman decisiones y controlan sus vidas de forma más efec-
tiva que los individuos no asertivos, pueden enfrentarse mejor a
las críticas y a la manipulación de los demás, y aprenden a decir
“no”, establecen límites y resisten las culpas impuestas intencio-
nadamente.

Factores que influyen en la comunicación

a. Contexto psicofisiológico: factores internos que influyen en la


comunicación.
1. Estado fisiológico: dolor, hambre, debilidad, disnea.
2. Estado emocional: ansiedad, enfado, desesperación, euforia.
3. Estado de crecimiento y desarrollo: edad, etapas del desa-
rrollo.
4. Necesidades no cubiertas: seguridad, protección, amor,
pertenencia.
5. Actitudes, valores y creencias: significado de la experien-
cia de la enfermedad.

92
6. Percepciones y personalidad: optimismo, pesimismo, in-
troversión y extroversión.
7. Autoconcepto y autoestima: positivo o negativo.

b. Contexto relacional: naturaleza de la relación entre los partici-


pantes.
1. Relación social, de ayuda o de trabajo.
2. Confianza entre los participantes.
3. Autorrevelación entre los participantes.
4. Historia compartida de los participantes.
5. Equilibrio de poder y control.

c. Contexto situacional: motivo de la comunicación.


1. Intercambio de información.
2. Consecución de objetivos.
3. Resolución de problemas.
4. Expresión de sentimientos.

d. Contexto del entorno: entorno físico en el que tiene lugar la


comunicación.
1. Privacidad.
2. Ruido.
3. Bienestar y seguridad.
4. Distracción.

e. Contexto cultural: elementos socioculturales que afectan la inte-


racción.
1. Grado educativo de los participantes.
2. Lenguaje y modelos de autoexpresión.
3. Costumbres y expectativas.

93
Comunicación enfermero - paciente

Para establecer una comunicación adecuada con el paciente, deben de-


terminarse las deficiencias o barreras de la comunicación y el estilo de
comunicación. Es importante recordar que la cultura puede influenciar
en cuándo y cómo habla un paciente, también el lenguaje empleado
puede variar, de acuerdo con la edad y el desarrollo. Por ejemplo, en el
caso de los niños, se debe prestar atención a los sonidos, gestos y voca-
bulario.

a. Factores físicos y emocionales: en la valoración del paciente es


importante centrarse en los factores psicofisiológicos que in-
fluyen la comunicación. Hay muchos estados de alteración de
la salud y de respuestas humanas que limitan la comunicación,
ya sea personas con afectación auditiva, visual, un traumatis-
mo facial, un cáncer laríngeo o una intubación orotraqueal. Por
ejemplo, un paciente con oxigenoterapia se verá limitado en el
habla por su alteración respiratoria, también aquellas personas
que presentan alteraciones neurológicas, enfermedades mentales,
o aquellos que están con sedoanalgesia.
La historia clínica y la exploración física pueden documentar
barreras físicas para hablar, deficiencias neurológicas y una
fisiopatología que afecta la audición o la visión. La revisión del
registro de medicación también es importante. (opiáceos, antide-
presivos, neurolépticos, hipnóticos o sedantes). Además de ello,
comunicarse directamente con los pacientes proporciona infor-
mación sobre su capacidad de atender, interpretar y responder
a los estímulos. Aquellos que no pueden comunicarse de forma
efectiva, tendrán con frecuencia dificultad para expresar sus
necesidades y responder de forma adecuada al entorno. Si hay
barreras que dificultan la comunicación directa con el paciente,
la familia o los allegados se convierten en fuentes de datos im-
portantes sobre los patrones y las capacidades de comunicación
del usuario.

b. Factores de desarrollo: los aspectos de crecimiento y el desarro-


llo influyen en la interacción del paciente y enfermero. Es decir,

94
se deben adaptar las técnicas de comunicación según su desa-
rrollo, por ejemplo, en el caso de las necesidades especiales de
los lactantes y niños, se puede incluir a los padres como fuentes
de información sobre la salud del infante. La edad por sí sola
no determina la capacidad de un adulto para la comunicación,
sin embargo, a medida que aumenta la edad de la persona, su
capacidad para comunicarse puede verse afectada por diversos
factores. Los cambios normales de la edad incluyen: disminución
en la audición, la visión, la fuerza y resistencia.

c. Factores socioculturales: la cultura influye en el pensamiento,


el sentimiento, el comportamiento y la comunicación. En rela-
ción a ello, las enfermeras/os necesitan ser conscientes de los
patrones típicos de interacción que caracterizan a las diversas
culturas. Es posible que las personas nacidas en el extranjero
no hablen, o no entiendan, el idioma que maneja el equipo de
salud y esto genera que experimenten dificultades con la au-
toexpresión.

d. Sexo: es un factor que influye también en el pensamiento, la


actuación, el sentimiento y la comunicación. Los modelos de
comunicación masculinos y femeninos tienden a ser diferentes.
Los hombres tienden a emplear la comunicación para conseguir
objetivos, establecer su situación y su autoridad, y competir por
la atención y el poder. Prefieren hablar de temas que no expo-
nen sus sentimientos personales. Por el contrario, las mujeres
tienden a usar la comunicación para crear conexiones con los
demás, incluirlos y cooperar, responder, mostrar interés y apo-
yarlos. Estas disfrutan comentando sentimientos y cuestiones
personales, encuentran proximidad en el diálogo, expresan críti-
cas y órdenes en forma de alabanzas o imprecisiones para evitar
causar ofensas o herir sentimientos.

La mayor parte de los individuos tienen dificultades con algunos as-


pectos de la comunicación, algunas personas aunque estén libres de en-
fermedad o discapacidad pueden carecer de habilidades para atender,
escuchar, responder o autoexpresarse.

95
Una vez identificada la naturaleza de la disfunción de la comunicación
del paciente, se deben tener en cuenta diversos factores a la hora tra-
bajar para reestablecerla. En este sentido, la motivación es un factor
que mejora la comunicación, los pacientes necesitan que se los anime a
intentar diversos planteamientos que suponen un cambio significativo.
Es importante implicar a la persona enferma, junto a su familia, en las
decisiones acerca del plan de cuidados para determinar si los métodos
sugeridos son aceptables.

Técnicas de comunicación

Para llevar a cabo un plan de cuidados, se necesitan emplear técnicas de


comunicación que sean apropiadas para las necesidades de cada indi-
viduo. Las principales intervenciones están orientadas a las técnicas de
comunicación terapéutica, que son respuestas específicas que animan a
la expresión de sentimientos e ideas y transmiten la aceptación.

a. Escucha activa: significa escuchar atentamente con todo el ser


(mente, cuerpo y espíritu). Incluye escuchar los temas de conver-
sación, reconocer, responder, dar la retroalimentación apropiada
y prestar atención a la comunicación completa de la otra per-
sona, incluyendo el contenido, la intención y los sentimientos
expresados.
b. Compartir observaciones: realizar observaciones al comentar
como mira, habla o actúa la otra persona. Las observaciones
afirmativas suelen ayudar al paciente a comunicarse sin necesi-
dad de preguntas, enfoques o aclaraciones extensas.
c. Compartir empatía: la empatía es la capacidad de comprender y
aceptar la realidad de otra persona, para percibir correctamente
sus sentimientos y para comunicar esta comprensión al otro. La
comprensión empática requiere de sensibilidad e imaginación.
d. Compartir esperanza: la esperanza es esencial para la curación,
aprender a comunicar una “sensación de posibilidad” es muy
importante para el paciente que atraviesa un momento de estrés,
tristeza, ansiedad, etc. Animar de forma adecuada y el refuerzo
positivo fomentan la esperanza y la autoconfianza para ayudar
a las personas a alcanzar su potencial y conseguir sus objetivos.

96
e. Compartir humor: el humor es un recurso importante ya que
ayuda a disminuir la ansiedad, la depresión y perturbación del
paciente. Puede ser planificado o espontáneo, pero se deben
establecer la competencia profesional y los cuidados antes de
emplear humor, atendiendo primero las necesidades de bienestar
y seguridad. Para ello, es importante comprobar la receptividad
al humor con dosis pequeñas y seguras, ya que un humor negro
y negativo después de situaciones difíciles o traumáticas tiene
un elevado riesgo de ser malinterpretado como cruel.
f. Compartir sentimientos: las emociones son sentimientos subje-
tivos que derivan del propio pensamiento y las propias percep-
ciones. Si los sentimientos no se expresan, el estrés y la enfer-
medad pueden empeorar. Por ello, se debe ayudar a los pacientes
a expresar sus emociones, liberando pensamientos o deseos.
Cuando se brinda un cuidado se debe tener conciencia de las
propias emociones, en este sentido, es apropiado compartir las
emociones de un profesional siempre que exista un control sobre
esa expresión, de forma que no agobie al paciente ni rompa la
confidencialidad.
g. Usar el tacto: el tacto es una de las formas más poderosas de co-
municación, a través de él se transmiten muchos mensajes, como
afecto, apoyo emocional, ánimo, ternura y atención personal. El
tacto confortable como, por ejemplo, sostener una mano, es im-
portante para los pacientes vulnerables que están experimentan-
do enfermedades graves. A veces, hay que evitar el contacto en
el caso de personas muy suspicaces o enfadadas, ya que pueden
responder de forma negativa o incluso violenta.
h. Usar el silencio: la mayoría de las personas tienen tendencia
a llenar los espacios vacíos con palabras, pero a veces lo que
estos espacios necesitan es tiempo para la observación entre la
enfermera/o y el paciente, o también para expresar sentimientos,
pensamientos y consideraciones. El silencio es especialmente
útil cuando los individuos se enfrentan a decisiones que requie-
ren ser meditadas, también, permite a la enfermera/o prestar
atención especial a los mensajes no verbales como expresio-
nes preocupadas y pérdida del contacto ocular. Permanecer
en silencio demuestra la paciencia y la buena voluntad de la
enfermera/o para esperar una respuesta.

97
Algunas técnicas de comunicación pueden impedir o dañar las relaciones
profesionales, estas técnicas específicas se consideran no terapéuticas y,
a menudo, ocasionan que los receptores activen defensas para evitar ser
perjudicados. Estas técnicas también tienden a inhibir la expresión de los
sentimientos e ideas, y puede originar respuestas o conductas negativas:

a. Hacer preguntas personales: cuando no son relevantes, sino que


se utilizan simplemente para satisfacer una curiosidad personal,
no son apropiadas. Son preguntas entrometidas, invasivas e
innecesarias.
b. Dar opiniones personales: cohíbe la espontaneidad, retrasa la
resolución de problemas y crea dudas. Las opiniones personales
deben diferenciarse del consejo profesional. En el caso de pre-
sentar sugerencias, por pedido de los pacientes, deben tomar la
decisión final ellos mismos.
c. Cambiar de tema: hacerlo cuando la persona está intentando
comunicar algo importante es brusco y muestra falta de empatía.
Tiende a bloquear la comunicación posterior y el emisor puede
abstenerse de enviar mensajes importantes o no conseguir ex-
presar abiertamente sus sentimientos.
d. Respuestas automáticas: los estereotipos son creencias generali-
zadas sobre las personas, hacer observaciones de este tipo sobre
los demás refleja un escaso criterio y puede amenazar en la
relación entre el paciente y el enfermero.
e. Falsas promesas: ofrecer promesas no basadas en los hechos rea-
les puede generar más daño que beneficio. Tiende a bloquear la
conversación y a desanimar la posterior expresión de los senti-
mientos.
f. Pedir explicaciones: los pacientes interpretan las preguntas como
acusaciones, o piensan que la enfermera/o conoce el motivo
del hecho y que simplemente lo están probando. Este pedido de
explicaciones puede causar resentimiento, inseguridad y descon-
fianza.
g. Discusión: contradecir o discutir las percepciones niega que sean
reales y válidas para la otra persona. Supone que el otro miente,
está mal informado o mal educado.

98
Bibliografía / Lecturas recomendadas

1. POTTER, P. y PERRY, A. (2001). Fundamentos de Enfermería (5ta ed.).


España: S.A. ELSEVIER.
2. FREEDMAN, G. (1980). Family and environment: an ecosystem perspective.
Minneapolis: Ed. Burgess Publishing Co.
3. WILLIAMS, N. (1987). Estudio acerca del clima familiar en una muestra
de familia con hijos estudiantes universitarios.
Caracas: Ed. Universidad Simón Bolívar.
4. SORRENTINO, S., REMMERT, L. y GOREK, B.(2011)
Fundamentos de Enfermería Práctica. 4ta edición. España: Ed. ELSEVIER.
5. BERMAN, SNDYDER, KOZIER y ERB. (2008). Fundamentos de Enfermería.
Ed. Pearson. Madrid.

99
100
UNIDAD 4
Proceso
de Atención
en Enfermería (PAE)

101
Con el propósito de suministrar cuidados de enfermería profesionales
y eficaces, se requiere un método que ayude a la enfermera/o a tener
juicio del estado de salud del paciente mediante una base de datos con
buenos fundamentos. Con esta base, y un juicio clínico correcto, pueden
planearse e implementarse cuidados para que los pacientes preserven su
salud o regresen a un estado de bienestar de alto nivel.
Este método se conceptualiza como el Proceso de Atención de Enferme-
ría (PAE) por diversos autores, en un esfuerzo por descubrir un método
lógico, con organización y base científica para resolver problemas en la
práctica de la enfermería.
Se define como Proceso a un conjunto de acciones que conducen a una
meta en particular, siempre centrado en un objetivo. El PAE es un en-
foque sistemático empleado por las enfermeras/os para: recoger datos
del paciente, examinar y analizar críticamente esos datos, identificar
la respuesta del paciente al problema de salud, designar los resultados
esperados, poner en práctica la acción apropiada, y después, evaluar si
la acción es efectiva.
El PAE consta de cinco etapas: valoración, diagnóstico, planificación,
intervención y evaluación.
La metodología aplicada en este proceso corresponde al método cientí-
fico. Este método se basa en la recopilación de datos, su ordenamiento
ideando una hipótesis y su posterior análisis a través de confrontaciones
experimentales que permiten llegar a una conclusión; lo cual permite al
enfermero prestar cuidados de calidad de forma racional y lógica. Si bien
el proceso de atención de enfermería debe tener cimientos científicos, se
diferencia del Método Científico.

Método Científico PAE

• Identificar el problema • Recolección de datos (subjetivos y objetivos)


• Recoger datos sobre el problema • Definición de problemas
• Formular una hipótesis • Planeación de la intervención
• Comprobar la hipótesis • Implementación de la intervención
• Evaluar la hipótesis • Evaluación de la intervención

102
Los objetivos principales del PAE son:

• Preservación de la salud
• Prevención de las enfermedades
• Promoción de la recuperación
• Restauración del bienestar y la función máxima

Etapas del PAE

1. Valoración

Revisión e identificación de las respuestas humanas a problemas de sa-


lud de tipo potencial o real. Se define como el acto de revisar el estado de
salud de una persona mediante la información que esta le proporcione
y de otras fuentes. Implica recoger toda la información posible sobre el
paciente, a través de la historia clínica, historia familiar, resultados de
pruebas e historias médicas anteriores. La observación es crucial, y es
importante utilizar los sentidos (el olfato, la vista, el oído, el tacto) para
recoger la información. Al finalizar la primera etapa de la valoración,
el enfermero deberá poder responder las preguntas acerca del estado de
salud del paciente que está asistiendo.

La valoración debe incluir datos recogidos de las siguientes áreas:

Historia Enfermera: de la función cardiopulmonar normal y actual del


paciente, problemas en el pasado de la función circulatoria o respiratoria
y medidas que el cliente pueda usar para la oxigenación.

La historia referida a la función cardíaca debe incluir:


• Dolor: la presencia de dolor torácico se debe evaluar en pro-
fundidad en relación con la localización, duración, radiación y
frecuencia.
• Disnea: es un signo clínico de hipoxia y se manifiesta como una
dificultad respiratoria. Es una sensación subjetiva de respiración
difícil o incómoda.

103
• Ortopnea: es la dificultad para respirar en posición decúbito
supino o al estar acostado.
• Fatiga: es una sensación subjetiva en la que el cliente refiere
una pérdida de la resistencia.
• Factores de riesgo: la enfermera/o debe investigar los factores de
riesgo familiares y ambientales.
• Existencia de alteraciones cardíacas anteriores o actuales.

La historia referida a la función respiratoria debe incluir:

• Presencia de Tos: expulsión súbita y ruidosa de aire de los


pulmones. Es un reflejo protector para aclarar la traquea, los
bronquios y los pulmones de sustancias irritantes y secreciones.
• Dificultad respiratoria.
• Sibilancias: se caracterizan por un sonido musical de tono alto
causado por un movimiento rápido del aire a través de una vía
respiratoria estrechada.
• Dolor.
• Exposiciones ambientales: la exposición a muchas sustancias
inhaladas está estrechamente ligada a las enfermedades respira-
torias. Se deben investigar las exposiciones en el domicilio y en
el trabajo.
• Frecuencia de infecciones respiratorias.
• Historial de tabaquismo.
• Medicamentos: se deben describir todos los medicamentos que el
cliente usa, ya sean prescriptos, adquiridos en farmacia, los fito-
terapeúticos, terapias alternativas y drogas o sustancias ilegales.
• Estrés: los factores estresantes afectan la oxigenación, algunas
personas pueden hiperventilar en respuesta al estrés, también
pueden presentar mareos, adormecimiento y hormigueo en los
dedos de las manos y de los pies.

104
Temas importantes en la valoración

• Información biográfica.
• Razón para solicitar atención médica.
• Expectativas del paciente.
• Enfermedad actual.
• Antecedentes de historia de salud anterior, familiar, ambiental y psicosocial.
• Salud espiritual.
• Datos diagnósticos y de laboratorio.
• Valoración de enfermería: examen físico y control de signos vitales.
• Evaluar la hipótesis

Tipos de datos que son incluidos en la valoración: un dato es una infor-


mación concreta y relevante de la persona cuidada. La información pue-
de reunirse de diversas maneras y son necesarios para brindar cuidados
individualizados y adecuados a cada paciente.
• Subjetivos: son las percepciones de los pacientes sobre sus pro-
blemas de salud. No se pueden medir y son propios del sujeto de
atención.
• Objetivos: observaciones o mediciones realizadas, perceptibles
para los sentidos y para diversas personas. Pueden ser medidos
por varias escalas o instrumentos.

Fuentes de datos:
• Subjetivos: los brindan el paciente (fuente primaria), la familia y
allegados (fuente secundaria) y miembros del equipo de salud.
• Objetivos: se dan mediante exploración física, pruebas diagnós-
ticas y pruebas de laboratorio.

Método de recolección de datos:


• Entrevista
• Historia clínica
• Exploración física
• Resultados de laboratorio: muestras de esputo, gasometría arte-
rial, hemograma, etc.
• Pruebas diagnósticas: electrocardiograma, monitorización Holter,
pruebas de función pulmonar, radiografía de tórax, etc.

105
La entrevista consiste en una conversación con un propósito, por lo
general cara a cara, y en la que participan al menos dos personas. An-
tes de realizar una entrevista, es importante preparar adecuadamente el
ambiente donde se va ha recibir a la persona.

Pasos de la entrevista:

1. Inicio de la entrevista
En una entrevista de adulto, el profesional y la persona debieran estar
sentadas la una frente a la otra, mirándose a los ojos, a la misma altura,
frente a frente (si está acostada, puedes acercar una silla a la cama). La
distancia entre ambos no sea mayor a un metro y medio.
Se puede adoptar una postura relajada o la misma postura de la persona
entrevistada. Esto se denomina sintonizar. El inicio de la entrevista im-
plica el establecimiento de la relación entre el profesional y el usuario.
Es importante presentarse, usar el nombre de pila del usuario e interac-
tuar socialmente. Para demostrar atención durante toda la entrevista, se
debe usar señales verbales o guías mínimas, dentro de las cuales están
los movimientos de cabeza, inclinarse hacia adelante y el tono de la voz.

2. Desarrollo de la entrevista
Aquí se debe comenzar a recolectar información para identificar cuál
es el problema de la persona. Demostrar comprensión del mensaje, con
otras palabras, y asegurarse de utilizar preguntas abiertas, así se da la
oportunidad de que la persona se explaye.
Otro punto importante es enfocarse en los sentimientos que el individuo
expresa.
A medida que se va recolectando información, también nos ayuda a
que la persona clarifique el problema. Recuerde que trabajamos junto
a ella para encontrar posibles soluciones, por lo tanto, la idea es que se
obtenga la perspectiva desde la persona. Sin embargo, se podrá dar una
opinión propia acerca de lo que refiere, para demostrar comprensión y
colaborar en la clarificación.
En esta etapa se debe asegurar de definir el problema. Intentar conocer
cuáles son las expectativas que tiene la persona acerca de los resultados
que obtendrá.

106
3. Cierre de la entrevista
La última etapa de la entrevista es el cierre. Durante esta etapa se co-
mienza a terminar la entrevista. Se trata de encontrar, junto a la persona,
las estrategias a seguir para ayudarla a solucionar su problema. Se debe
observar que comienza a asegurarse la exactitud de la información que
se le ha entregado a la persona. Sería conveniente entregar la informa-
ción que se tenga al respecto.
Antes de terminar la entrevista, es conveniente que se ayude a la persona
en la ejecución de la decisión que haya tomado. Para lograrlo se puede
hacer uso de la retroalimentación y la validación.

Entrevista de Valoración

Problemas respiratorios actuales Descripción del esputo


¿Ha notado cambios en su patrón de respi- ¿Cuándo se produce el esputo?
ración (por ej.: sensación de falta de aire, ¿Cuál es su cantidad, color, espesor u olor?
dificultad para respirar, necesidad de estar en ¿Estuvo o está manchado de sangre alguna
posición vertical para respirar o respiración vez?
rápida y superficial)?
En ese caso ¿cuál de sus actividades provo-
caría la aparición de estos síntomas?
¿Cuántas almohadas usa para dormir por la
noche?

Historia de enfermedades respiratorias Presencia de dolor torácico


¿Ha tenido resfríos, alergias, asma, tubercu- ¿Cómo le afecta salir a la calle cuando hace
losis, bronquitis, neumonía o enfisema? frío o calor?
¿Con qué frecuencia? ¿Cuánto duraron? ¿Tiene dolor al respirar o realizar alguna
¿Qué tratamiento se usó? actividad?
¿Ha estado expuesto a algún contaminante? ¿Dónde se localiza el dolor?
Describa el dolor, ¿cómo lo siente?
¿Se presenta cuando inspira o cuando espira?
¿Cuánto dura, y cómo afecta su respiración?
¿Tiene algún otro síntoma cuando aparece el
dolor (por ej.: nauseas, sensación de falta de
aire o dificultad para respirar, obnubilación,
palpitaciones)?
¿Qué actividades preceden el dolor?
¿Qué hace para aliviar el dolor?

107
Entrevista de Valoración

Estilo de vida Presencia de factores de riesgo


¿Fuma? En caso afirmativo, ¿cuánto? En caso ¿Tiene antecedentes familiares de cáncer de
negativo, ¿ha fumado antes y cuándo lo dejó? pulmón, enfermedad cardiovascular o tuber-
¿Fuma algún miembro de su familia? culosis?
¿Hay humo de cigarrillos u otros contami- La enfermera/o también anotará el peso, el
nantes (por ej.: humos, polvo de carbón o patrón de actividad y la evaluación dietética
asbesto) en su lugar de trabajo? del paciente. Los factores de riesgo son obesi-
¿Bebe alcohol? En caso afirmativo, ¿cuántas dad, sedentarismo y dieta rica en grasas.
copas (combinados, vasos de vino o cerveza)
toma normalmente cada día o cada semana?
Describa sus patrones de ejercicio ¿Con qué
frecuencia hace ejercicio y durante cuánto
tiempo?

Presencia de tos Historia de medicamentos


¿Con qué frecuencia y cuánto tose? ¿Ha tomado o toma medicamentos de venta
¿Es productiva, es decir, se acompaña de con o sin receta para la respiración (por ej.:
esputo, o es no productiva, es decir, es seca? broncodilatadores, inhaladores o narcóticos)?
¿Se presenta la tos al realizar una actividad En caso afirmativo, ¿cuáles? ¿Con qué dosis,
determinada, o a determinadas horas del día? cuántas veces y con qué resultados, incluidos
los efectos secundarios?

El examen físico tiene como principal fin el reunir datos inherentes a la


salud del cliente mediante técnicas específicas. El mismo será útil a la
hora de realizar diagnósticos de enfermería, o también para evaluar los
resultados y la evolución de un paciente/cliente. Consiste en una explo-
ración semiológica que permite confirmar los datos obtenidos durante
la historia clínica.
Se denomina Maniobras Semiológicas a los procedimientos efectuados
de manera directa o con instrumentos simples que, con base en la senso-
percepción del enfermero, permiten reconocer en el paciente elementos
que orienten al diagnóstico de enfermería. Obtendremos datos como, por
ejemplo: estatura, peso, signos vitales, valoración del estado de concien-
cia, etc.

108
Técnicas de las que se vale el enfermero para realizar el examen físico,
empleando los sentidos.

a. Inspección: proceso de observación utilizado para detectar


características normales, signos físicos significativos, y hallaz-
gos anómalos. Se deben considerar factores como edad y sexo,
y también tener en cuenta los siguientes principios: zonas bien
expuestas, comparación de las mismas y el tiempo. Debe ser
estática (observando al paciente inmóvil) y dinámica (observán-
dolo en movimiento).

b. Palpación: empleo de las manos y los dedos para recoger infor-


mación mediante el tacto de ciertas características de las estruc-
turas anatómicas, por debajo de la piel:
- Tamaño
- Forma
- Textura
- Temperatura
- Humedad
- Pulsos
- Vibraciones
- Consistencia
- Movilidad

Cuadrantes de palpación abdominal Formas de palpación

109
c. Percusión: significa golpear un cuerpo con la punta de los dedos
produciendo vibraciones que generan ondas sonoras. Para deter-
minar tamaño, límites, consistencia o presencia de líquidos en
cavidades. Características y tipos de sonidos:
- Las ondas sonoras se oyen como “tonos de percusión”
(resonancia).
- La intensidad de los tonos de percusión está determina-
da por la densidad del medio a través del que viajan las
ondas sonoras.
- El tono de percusión es intenso sobre aire, menos inten-
so sobre líquido y leve sobre las zonas sólidas.
- Timpánico (intensidad fuerte, por ejemplo cámara de
aire del estómago).
- Resonante (intensidad fuerte, por ejemplo tejido pulmo-
nar sano.)
- Mate (intensidad entre ligera y moderada, por ejemplo
sobre el hígado).
- Plano (intensidad ligera, por ejemplo sobre músculo).

Formas de percusión

d. Auscultación: Consiste en escuchar los sonidos producidos por


los órganos del cuerpo. Esta técnica se emplea para determinar
las características de los ruidos cardiacos, pulmonares e intes-
tinales, de los cuales se describe frecuencia, intensidad, calidad
y duración. Algunos ruidos se escuchan directamente y otros
requieren el uso de fonendoscopio. Es preciso que se realice en
un ambiente silencioso y se debe colocar la campana del fonen-
doscopio sobre la piel desnuda.

110
Formas de auscultación

Valoración de piel:

• Color: cianosis, pálida, vitíligo, ictericia...


• Hidratación: seca, hidratada, sudorosa.
• Temperatura: tibia, caliente, fría.
• Textura: suave, áspera, delgada, gruesa.
• Turgencia: elasticidad.
• Vascularidad: petequias, zonas enrojecidas.
• Edema: causa.
• Lesiones: angiomas, lentigos, verrugas, entre otras.
• Integridad: cicatrices.

Examen general:

• Posición: horizontal, fowler, decúbito.


• Postura: derecho, sentado, con soporte.
• Actitud: abierta, rechazo, retraimiento.
• Facie: relajada, dolor, ansiosa.
• Conciencia: consciente, inconsciente, soporoso.
• Forma de andar: solo, vacilante, movimientos coordinados.
• Movimientos Corporales: tics, temblor, inmóvil.
• Altura, peso y perímetros: índice de masa corporal (IMC), estado
nutricional, cambios de peso.
• Constitución: asténico, pícnico, atlético.
• Higiene y arreglo: cabello, piel, uñas, ropa (considerar nivel de
cultura y nivel socioeconómico).

111
• Signos vitales: pulso, T°, T.A., respiración.
• Cuero cabelludo: inspeccionar en busca de lesiones, descama-
ción, sensibilidad y presencia de parásitos.
• Cabello: inspeccionar el cabello, describiendo color, cantidad,
textura y distribución.
• Cara: simetría, color, presencia de lesiones, manchas y lunares.
Inspeccionar presencia de movimientos, “tic” y temblores. Palpar
arterias temporales.
• Ojos: expresión, agudeza visual, uso de lentes, prótesis, reacción
pupilar, diplopía, fotofobia, movimientos, esclerótica, conjunti-
vas, dolor, infección y picazón.
Examinar párpados observan-
do color, ptosis, edema, orzuelo,
exoftalmio; y observar también
movimientos oculares; posición y
alineamiento. Por último, inspeccio-
ne: conjuntivas (observando color,
hidratación, exudado y lesiones),
esclerótica (observando color, pig-
mentación, vascularización) y pupi-
las (observando tamaño, simetría y
reflejo al rayo de luz).
• Boca: olor, capacidad para hablar, tragar y morder. Inspeccio-
nar labios, lengua, (movimiento) mucosas y encías (retracción),
observando color, hidratación, edema, inflamación, lesiones y
sangramiento. Por último, observar paladar (forma, prominen-
cias) e inspeccionar dentadura: número de dientes, caries, estado
del esmalte, sensibilidad al calor y frío, prótesis y dolor.
• Garganta: evaluar características de la voz, tono, ronquera o
pérdida de esta. Examinar glándulas salivales, observando tama-
ño, color, sensibilidad, secreción y dolor.
• Cuello: movilidad, dolor, nódulos, arteria carótidas (pulsación),
venas, yugulares (dilataciones, durezas), alineamiento de la ti-
roides y tráquea. Observar simetría de esternocleidomastoideo y
trapecios en posición anatómica e hiperextensión.
Además, evaluar pigmentación, lesiones, masas, pliegues, edema,
describiendo localización, forma y tamaño

112
• Ganglios linfáticos: generalmente, los ganglios linfáticos no de-
ben ser palpables. Cuando su palpación es positiva, significa que
están aumentados de volumen, lo que podría implicar la existen-
cia de un proceso inflamatorio o tumoral.
• Tórax: inspeccionar las características generales (tamaño, sime-
tría, deformaciones). Palpar músculos torácicos y esqueléticos,
evaluando contracturas, abombamientos, depresiones y frémi-
tos subcutáneos. Asimismo, examinar características de la piel:
color, hidratación, turgencia, cicatrices, erupciones, edema y
distribución del vello.
• Tronco: observar características de los pezones: color, forma,
tamaño, lesiones, cicatrices, glándulas, inversión, sangrado,
exudado (color, cantidad, consistencia). En el caso de la mujer,
luego de inspeccionar las características de la piel, corresponde
efectuar la valoración de las glándulas mamarias. Por último, se
debe observar tamaño, simetría, forma, color, cicatrices, dolor,
masas y posibles depresiones.
• Corazón: con el uso de un estetoscopio, inspeccionar pericardio
en busca de latido visible, cicatrices e implantación de marcapaso.
Además, palpar el ápex, identificando el punto de máxima
intensidad, su localización (5º espacio intercostal, línea media
clavicular izquierda) y movimientos o turbulencias anómalas.
• Valorar el sistema vascular periférico: simetría e igualdad de
pulso, integridad de la piel, flebitis, varices, fracturas, yeso.
• Síntomas de deterioro circulatorio: dolor, entumecimiento, ede-
ma, cianosis.
• Pulmones: se inicia con la evaluación del patrón respiratorio:
frecuencia respiratoria, ritmo, profundidad y utilización de mus-
culatura accesoria. Se recomienda realizarlo en posición sentada,
con la espalda descubierta.

113
Para auscultar los pulmones pedirle a la persona que respire
pausadamente por la boca. Cuando la persona respire profunda y
continuamente, debe observarla atentamente ya que puede ma-
rearse. Preguntarle cómo se siente y, por último, observar forma,
movilidad, alineamiento, masas y lesiones
• Sistema renal: se inicia evaluando el patrón de eliminación uri-
nario, para luego realizar el examen renal.
Valorar patrón de eliminación urinaria, determinando cantidad,
color, olor, frecuencia, dolor, hematuria, urgencia miccional,
goteo, incontinencia y nicturia.
Examen renal: realizar el movimiento de peloteo renal iden-
tificando, principalmente, tamaño y presencia de dolor en los
riñones.
• Recto: se debe pedir a la persona que adopte la posición de Sims
o litotomía. Se inicia con el examen del esfínter anal.
Evaluar patrón de eliminación intestinal: cantidad, frecuencia,
color, consistencia, olor y presencia en las deposiciones (sangre,
moco, pus, cuerpos extraños, gusanos).
• Extremidades superiores: inspeccionar tamaño, forma, simetría,
temperatura, color, pigmentación, cicatrices, hematomas, contu-
siones, erupciones, ulceraciones, paresias, plejias, inflamación,
prótesis, dolor y edemas.
Evaluar amplitud de movimiento, rigidez, contracturas y presen-
cia de fracturas; fuerza, tono muscular, deformidades.
Por último, evaluar axilas, manos y uñas: refleja estado de
nutrición, ocupación, autocuidado, estado psicológico y enfer-
medades.
• Extremidades inferiores: inspeccionar tamaño, forma, simetría,
temblores, paresias, plejias, amplitud de movimiento, tono y
fuerza muscular, rigidez y presencia de fracturas.
Observar temperatura, color, pigmentación, cicatrices, hemato-
mas, contusiones, erupciones, ulceraciones, inflamación, próte-
sis, dolor, edema.
Del mismo modo, evaluar irrigación sanguínea, observando
llenado capilar, palpando el pulso, presencia de várices, edema y
flebitis. Por último, evaluar talones (color e integridad).

114
Signos Vitales

Las mediciones más frecuentes obtenidas por los profesionales de la sa-


lud son: la temperatura, el pulso, la tensión arterial, el ritmo respiratorio
y la saturación de oxígeno. La medición de los signos vitales propor-
ciona datos para determinar el estado de salud habitual del paciente
(datos basales), identificar problemas indicando cambios en la función
fisiológica, o para evaluar la respuesta del paciente a una intervención.
La valoración de los mismos, nos permite identificar diagnósticos para
poner en práctica las intervenciones de enfermería.
Para determinar los signos vitales se utilizan las técnicas básicas de ins-
pección, palpación y auscultación.

Pulso

Es la expansión y contracción repentina de una arteria, producida por


ondas de presión y provocadas por la eyección de la sangre del ventrí-
culo izquierdo durante la sístole cardiaca.
Las características del pulso dependen de las diferentes variables:
- volumen de sangre expulsado
- distensibilidad de la aorta y de las principales arterias
- viscosidad de la sangre
- frecuencia de eyección (gasto cardiaco)
- resistencia arterial periférica

Factores que influyen en Aumentándolo Disminuyéndolo


la frecuencia del pulso
Ejercicio A corto plazo A largo plazo
Temperatura Fiebre y calor Hipotermia y frío
Emociones Dolor agudo y ansiedad Dolor severo que aumenta la
Por estimulación simpática estimulación parasimpática
Medicamentos Cronotrópicos positivos como Cronotrópicos negativos
la adrenalina como los digitálicos
La pérdida de sangre aumen- ---
Hemorragia ta la estimulación simpática
Cambios posturales De pie o sentado Acostado
Condiciones pulmonares Enfermedades que producen ---
mala oxigenación

115
Frecuencia del pulso:

Es el número de pulsaciones en la unidad de tiempo (un minuto). En


circunstancias normales varía con la edad, el sexo, la actividad física y
el estado emocional. Esta se determina contando las pulsaciones durante
60 segundos: si el pulso es regular, contar el ritmo durante 30 segundos
y multiplicar el total por 2; si el pulso es irregular, contar el ritmo du-
rante 60 segundos, valorar la frecuencia y la pauta de la irregularidad.
Normalmente, en el adulto en estado de reposo es de 60 a 100 pulsacio-
nes por minuto, cabe mencionar que para una misma edad, la frecuencia
es un poco mayor en las mujeres que en los hombres.
La correlación entre frecuencia cardiaca y número de pulsaciones pue-
de verificarse realizando simultáneamente la auscultación cardiaca y la
palpación del pulso. En pacientes con pulso lento es necesario contar por
lo menos durante un minuto, y en los pacientes con arritmias la frecuen-
cia del pulso es aproximada y debe registrarse promediando dos o tres
determinaciones de un minuto cada una.

Clasificación del pulso, según frecuencia:


- Bradicardia: < 60 latidos por minuto
- Normocardia: 60-100 latidos por minuto
- Taquicardia: > 100 latidos por minuto

Carácter del pulso:

a. Velocidad o frecuencia: se refiere a la cantidad de latidos perci-


bidos durante un minuto. Una frecuencia del pulso mayor a 100
latidos por minuto se denomina taquifigmia y una frecuencia
inferior a 60 se denomina bradifigmia.
b. Ritmo: normalmente entre cada pulso o latido cardiaco se
produce un intervalo regular. Un intervalo interrumpido por un
latido inicial o tardío, o por un latido perdido indica un rit-
mo anómalo o arritmia. Esta última amenaza la capacidad del
corazón para proporcionar un gasto cardiaco adecuado, espe-
cialmente si se produce de manera repentina. Las arritmias se
identifican palpando una interrupción en ondas sucesivas del
pulso o auscultando una interrupción entre tonos cardiacos. Si
hay una arritmia, debe valorarse la regularidad de su ocurrencia.

116
c. Fuerza: la fuerza o amplitud de un pulso refleja el volumen de
sangre eyectado contra la pared arterial con cada contracción
cardiaca, y el estado del sistema vascular arterial que conduce
a la zona del pulso. En este sentido, la fuerza del pulso puede
describirse como: fuerte o débil.
d. Igualdad: deben valorarse los pulsos de ambos lados del sistema
vascular periférico, para comparar las características de cada uno.
En muchos estados de enfermedad como, por ejemplo: formación
de trombos, vasos sanguíneos aberrantes o disección de aorta, un
pulso en una extremidad puede ser desigual en fuerza o estar au-
sente. Todos los pulsos simétricos pueden valorarse simultánea-
mente a excepción del pulso de la carótida, dado que una presión
excesiva puede ocluir el aporte sanguíneo hacia el cerebro.

Registro de pulso:

El pulso se valora por la palpación y hay muchas zonas del cuerpo don-
de puede detectarse. Las zonas son: radial, femoral, carotideo, braquial,
poplíteo, dorsal pedio, tibial anterior, temporal, apical y cubital.
Generalmente en el control cotidiano, se utilizan los pulsos periféricos,
los más frecuentes son el radial y el braquial.

• El pulso radial se toma en la parte interna de la muñeca, del


lado del pulgar, donde la arteria radial pasa sobre el radio. Co-
locamos los dedos (segundo, tercero y cuarto) suavemente sobre
el sitio en que pasa la arteria sobre el hueso, en estos casos,
no debe usarse el dedo pulgar porque se puede confundir las
pulsaciones de la propia arteria radial. Esta es la zona habitual
para valorar periféricamente el carácter del pulso y el estado de
circulación de la mano.
Se cuentan las pulsaciones durante un minuto, también se pue-
den contar durante 30 segundos y multiplicar el resultado por
dos, si el pulso es regular. Si el pulso es irregular lo correcto es
tomar el pulso apical. El paciente debe sentarse o acosarse, en el
caso de haber realizado actividad física debe hacer reposo 5 a 10
minutos.

117
• En ocasiones es necesario medir la frecuencia por el latido
apical, se considera que este sitio es de impulso máximo. Se
localiza entre el cuarto o quinto espacio intercostal en la línea
clavicular media izquierda.
• El pulso carotideo es una zona fácilmente accesible utilizada
durante un shock. Su localización es a lo largo del borde me-
dio del músculo esternocleidomastoideo, en el cuello. Hay que
tener mucho cuidado para no suprimir o disminuir seriamente la
circulación carotidea y la frecuencia cardiaca, para ello, no hay
que hacer una presión excesiva y palpar una sola arteria caróti-
da por vez.
• Pulso temporal, se encuentra sobre el hueso temporal de la ca-
beza, encima y lateral al ojo. Es una zona fácilmente accesible,
utilizada para valorar el pulso en niños.
• Pulso braquial, se detecta entre los músculos bíceps y tríceps en
la fosa anterior cubital. Esta zona es utilizada para valorar el
estado de circulación hacia la parte inferior del brazo.
• Pulso cubital, se localiza del lado cubital del antebrazo de la
muñeca. Es una zona utilizada para valorar el estado de la circu-
lación hacia la mano y para utilizar la prueba de Allen.
• Pulso femoral, se palpa debajo del ligamento inguinal, entre la
sínfisis del pubis y la espina iliaca anterior superior. Esta zona es
utilizada para valorar el carácter del pulso durante un estado de
shock o un paro cardiaco cuando otros pulsos no son palpables,
utilizada para valorar el estado de circulación de la pierna.
• Pulso poplíteo, se ubica detrás de la rodilla en la fosa poplítea.
Es una zona utilizada para valorar el estado de la circulación
hacia la parte inferior de la pierna.
• Pulso posterior de la tibia, se localiza en el lado interior del to-
billo, debajo del maleolo interno. Zona utilizada para valorar el
estado de la circulación hacia el pie.
• Pulso dorsal del pie, se encuentra a lo largo de la parte superior
de pie, entre los tendones extensores de los dedos gordos y pri-
mero. Esta zona es utilizada para valorar el estado de la circula-
ción hacia el pie.

118
Auscultación

La auscultación del sistema cardiovascular debe incluir la valoración


de los ruidos normales (R1 y R2) y las características de cualquier ruido
anómalo. Por su parte, la auscultación de los ruidos pulmonares implica
escuchar el movimiento del aire a través de todos los campos pulmona-
res, anterior, posterior y lateral.
El ruido respiratorio normal es el murmullo vesicular, en cambio, los
ruidos respiratorios adventicios se dan con el colapso de un segmento
pulmonar, presencia de líquidos o estrechamiento u obstrucción de la
vía respiratoria.

Tensión arterial (T.A)

Es la fuerza sobre las paredes de una arteria que ejerce la sangre bom-
beada a presión desde el corazón. La T.A es medida en mmHg (milíme-
tros de mercurio). La tensión sistólica (máxima) es la presión ejercida

119
contra la pared arterial cuando los ventrículos se contraen, mientras que
la tensión diastólica (mínima) es la presión mínima ejercida contra la
pared arterial, producida cuando los ventrículos se relajan.
La presión arterial debe medirse sentado o en decúbito dorsal, con el bra-
zalete del esfigmomanómetro cubriendo dos tercios de la extensión del
brazo derecho, en ambiente tranquilo, temperatura agradable y después
de reposar, al menos 5 minutos. El mango debe rodear completamente la
circunferencia del brazo, cubriendo el 75% de su longitud.
Puede ser registrada en condiciones básales, de reposo, o bien casuales.
Se estima que las condiciones son basales cuando la determinación se
realiza después de una noche de sueño y antes de realizar las activida-
des diarias. Las condiciones de reposo son cuando el paciente ha per-
manecido quieto entre 10 y 20 minutos en una habitación oscurecida.
Por último, el registro casual de la tensión arterial es el que se realiza
habitualmente en cualquier examen de rutina en un consultorio, estos
valores pueden ser superiores a los de reposo y basales.
En pacientes “emotivos” es conveniente efectuar dos o tres registros an-
tes de obtener una conclusión.

Categoría Sistólica (mmHg) Diastólica (mmHg


Óptima Menor a 120 Menor a 80
Normal Menor a 130 Menor a 85
Normal Alta 130 - 139 85 - 89
Hipertensión
Estadio 1 (Leve) 140 a 159 90 a 99
Estadio 2 (Moderado) 160 a 179 100 a 109
Estadio 3 (Grave) 180 o más 110 o más

Escala de valores según la OMS (2007)

120
Valoración de las extremidades inferiores

La ropa, el yeso, los catéteres intravenosos, las fístulas, entre otros, pue-
den hacer inaccesibles las extremidades superiores, en estos casos se
mide la tensión arterial en extremidades inferiores.
La zona de auscultación es la arteria poplítea, palpable detrás de la ro-
dilla en el espacio poplíteo. El paciente debe estar en posición prono, si
esta posición es imposible, se le pide que flexione ligeramente la rodilla
para facilitar el acceso a la arteria. El maguito se coloca 3 cm. por en-
cima de la arteria poplítea, con la cámara encima de la cara posterior
del muslo. Finalmente, el procedimiento es igual al que se realiza en la
auscultación de la arteria braquial.
Generalmente la tensión sistólica de las piernas es de 10 a 40 mmHg
superior a la de la arteria braquial, pero la tensión diastólica es la misma.

Dispositivos automáticos de tensión arterial

Muchos dispositivos electrónicos pueden determinar automáticamente la


tensión arterial. Estos dispositivos se utilizan cuando se requiere valo-
raciones frecuentes, como en el caso de pacientes en estado crítico, que
son inestables hemodinámicamente, durante o después de procedimien-
tos invasivos, o cuando los pacientes requieren medicación intravenosa
para la función cardiaca o para control de la tensión arterial.

Medición invasiva de la presión arterial: junto con la técnica de me-


dición indirecta y convencional de la presión arterial, existe la medi-
ción invasiva. Se trata de la medición continua de la presión arterial
en diferentes secciones de vasos arteriales. Para ello, se introduce en la
arteria un catéter que se conecta mediante un sistema de tubuladuras a
un dispositivo llamado transductor de presiones (sensor de presión), el
mismo se traducirá electrónicamente en valores numéricos y visibles en
la pantalla de un monitor. Cabe mencionar que este procedimiento de
medición es invasivo, requiere una técnica estéril, habilidad y experien-
cia para el operador, además, el criterio de empleo de la técnica está re-
servada únicamente para sectores de cuidados intensivos de diagnóstico
y tratamiento y de cirugía.

121
Factores que influyen en la tensión arterial

a. Edad: los valores de la tensión arterial varían a lo largo de la


vida, aumentan durante la infancia. El valor de la tensión arte-
rial de un niño o de un adolescente se valora en función de su
tamaño corporal y de su edad. Y la tensión arterial de un adulto
tiende a aumentar con la edad. Es por ello que los ancianos tie-
nen un aumento de la tensión arterial sistólica, relacionado con
una disminución de la elasticidad de los vasos.
b. Estrés: la ansiedad, el miedo, el dolor y el estrés emocional pro-
vocan una estimulación simpática que aumenta el ritmo cardia-
co, el gasto cardiaco y la resistencia vascular periférica, estos
efectos aumentan la tensión arterial.
c. Raza: la tasa de hipertensión (tensión arterial alta) es más alta
entre los afroamericanos que entre los americanos de origen
europeo. Se cree que los factores genéticos y ambientales son
factores que contribuyen a que se genere esta variable.
d. Medicación: algunas medicaciones pueden afectar directamen-
te o indirectamente a la tensión arterial como, por ejemplo, los
analgésicos narcóticos que pueden disminuir la tensión arterial.
Durante la valoración de la tensión arterial el profesional debe
preguntarle al paciente si está tomando antihipertensivos u otras
medicaciones que pueden afectar su tensión arterial.
e. Variación diurna: la tensión arterial es inferior en las primeras
horas de la mañana, aumenta gradualmente durante la mañana
y la tarde, y llega a su punto máximo al final de la tarde.
f. Sexo: no hay diferencias clínicamente significativas entre hom-
bres y mujeres. Después de la pubertad, los hombres tienden a
tener lecturas de tensión arterial superiores; luego de la meno-
pausia, las mujeres tienden a tener valores superiores que los
hombres en edades similares.

122
Alteraciones de tensión arterial:

Hipertensión: es un factor principal subyacente a la muerte por acciden-


tes cerebro vasculares y de los infartos de miocardio.
El diagnóstico de hipertensión en adultos se realiza cuando la presión
sistólica es de 140 mmHg o mayor y presión diastólica de 90 mmHg o
mayor. Una medición de tensión arterial elevada no se califica como
un diagnóstico de hipertensión, se deben realizar diversas mediciones
durante varios días y semanas antes de diagnosticar e iniciar un trata-
miento.
La hipertensión está asociada con el engrosamiento y la pérdida de elas-
ticidad de las paredes arteriales, dentro de estos vasos gruesos y poco
elásticos la resistencia vascular periférica aumenta.
Por último, los factores de riesgo como: antecedentes familiares de hi-
pertensión arterial, obesidad, hábito tabáquico, consumo elevado de al-
cohol, alta ingesta de sal, sedentarismo y estrés, están relacionados con
la hipertensión arterial.

Hipotensión: se produce cuando la tensión arterial sistólica disminuye


hasta 90 mmHg o por debajo.
La hipotensión se origina a causa de la dilación de las arterias en el lecho
vascular, la pérdida de una cantidad sustancial de volumen de sangre
(hemorragia) o la insuficiencia del músculo cardiaco para bombear co-
rrectamente (infarto de miocardio).
La hipotensión ortostática, también llamada postural, se produce cuando
una persona con tensión normal desarrolla síntomas y tensión arterial
baja cuando se levanta hacia una posición de pie. En un individuo sano,
se debe a la contracción de los vasos sanguíneos periféricos de las pier-
nas que se contraen. Asimismo, en pacientes que tienen una disminución
del volumen sanguíneo, a causa de anemia, hemorragias, deshidratación
o tiempo prolongado en cama, cuando se pone de pie hay una dismi-
nución de la tensión arterial con un aumento del ritmo cardiaco para
compensar la disminución del gasto cardiaco.
Las mediciones de los signos vitales ortostáticos incluyen la medición de
la tensión arterial y del pulso del paciente en posición supina, sentado
y de pie. Las lecturas se obtienen de 1 a 3 minutos después de que el
paciente cambia de posición.

123
Errores frecuentes en la valoración de la tensión arterial:

• Manguito envuelto demasiado flojo.


• Desinflado del manguito demasiado lento.
• Desinflado del manguito demasiado rápido.
• Brazo por debajo o encima de la altura del corazón.
• Brazo no apoyado.
• Repetición demasiado rápida de las valoraciones.

Frecuencia Respiratoria

Es la cantidad de ciclos respiratorios que aparecen en un individuo en un


minuto. La valoración de la respiración consta de la medición y requiere
de observación y palpación.
ES EL ÚNICO SIGNO QUE NO SE LE INFORMA AL PACIENTE QUE SE LE
HA DE CONTROLAR.
La frecuencia ventilatoria se debe observar en una inspiración y una
espiración completa.
En cuanto a la frecuencia respiratoria normal de un adulto, que esté en
reposo, oscila entre 12 y 20 respiraciones por minuto.

Saturación de oxígeno

El principio del funcionamiento de este equipo se sustenta en la absor-


ción de rayos de luz de determinada sustancia. En este caso, el objetivo
es saber cuál es, en medidas porcentuales, la carga o “saturación” de
oxígeno de la hemoglobina de la sangre arterial.

El sensor de oximetría consta de dos partes:

- Emisor: es el encargado de emitir rayos de luz específicos, que


serán absorbidos en mayor medida cuando la hemoglobina esté
más saturada de oxígeno.
- Receptor: es el encargado de recibir los rayos que no fueron
absorbidos por los tejidos y la sangre arterial.

124
Es importante recordar que el emisor y el receptor se posicionan de ma-
nera enfrentada, y que todo lo interpuesto entre ellos absorberá en ma-
yor o menor medida, de acuerdo con sus características físicas (espesor,
tamaño, densidad y color) estos rayos específicos.
En cuanto a la sangre arterial, el principio de medición se sustenta en asu-
mir que solo la sangre arterial pulsátil absorbe rayos; la sangre arterial
no pulsátil queda también como constante. La variación pulsátil es la que
provee el saturómetro en una forma de onda denominada pletismográfica.

Alteraciones de la función respiratoria

Las tres alteraciones principales de la respiración son la hipoxia, las al-


teraciones de los patrones respiratorios y la obstrucción total o parcial
de las vías respiratorias.

• Hipoxia: es una situación en la que el oxígeno es insuficiente


en cualquier zona del cuerpo, desde el gas inspirado hasta los te-
jidos. Puede estar relacionado con cualquiera de los componen-
tes de la respiración (ventilación, difusión de gases o transporte
de gases en la sangre) y se debe a cualquier afección que altere
una o más partes del proceso. A su vez, presenta como manifes-
taciones clínicas: el pulso rápido, respiraciones rápidas y super-
ficiales, sensación de mareo, aleteo nasal y/o tiraje intercostal.

Alteraciones de los patrones respiratorios

El término patrones respiratorios se refiere a la frecuencia, volumen,


ritmo y facilidad o esfuerzo, relativo s de la respiración.

• Eupnea
• Taquipnea
Según la Frecuencia
• Bradipnea
Patrones • Apnea
Respiratorios • Hiperventilación
Según el Volumen
• Hipoventilación
• Cheyne-stokes
Según el Ritmo
• Kussmaul

125
• Estridor: agudo durante inspiración
(obstrucción de laringe)
• Estertor: ronca y sonora
Audibles sin (obstrucción parcial de vías altas)
amplificación • Jadeo: silbante en las inspiración
Ruidos (estenosis árbol bronquial)
Respiratorios • Burbujeo Gorgoteo
(aire a través de las secreciones)
• Sibilantes
Audibles con • Crepitantes: seco y crujiente
estetoscopio • Roce pleural
• Roncus: crujido seco

126
En el examen físico, evaluando la función respiratoria, se valorará:

- Cabeza y cuello: valorar color, una piel rosada (raza caucásica)


es un indicador de normalidad. Una cianosis, palidez o rubefac-
ción indican alguna anormalidad.
- Labios: una cianosis o labios fruncidos indican patologías.
- Nariz: se puede observar aleteo nasal, signo de distress respira-
torio.
- Cuello: uso de músculos accesorios para respirar.
- Piel: presencia de edemas, cianosis y temperatura.
- Dedos de las manos y los pies: cianosis.
- Estado circulatorio: constantes vitales.
- Secreciones y tos: cantidad y consistencia, tos productiva o no
productiva.
- Movimientos torácicos: retracción intercostal, uso de músculos
accesorios.

Temperatura corporal

Grado o intensidad de calor que presenta el cuerpo. La temperatura nor-


mal es el resultado del equilibrio establecido entre el calor producido y
el calor perdido por el organismo.

La temperatura se puede medir en tres partes del cuerpo:

• La boca: se coloca el termómetro bajo la lengua y se cierra la


boca. La persona debe respirar a través de la nariz y utilizar los
labios para mantener el termómetro bien fijo en su lugar. Se
debe dejar el termómetro en la boca por tres minutos o hasta
que se escuche la señal electrónica del dispositivo.
• El recto: este método es recomendable para bebés y niños pe-
queños que no son capaces de sostener el termómetro en la boca
con seguridad. Se debe lubricar el bulbo del termómetro con
vaselina. Se coloca al niño boca abajo en una superficie plana
o sobre el regazo; se separan los glúteos y se inserta el extremo
del bulbo del termómetro un poco más de 1 a 2 cm (1/2 a 1’) en
el canal anal, teniendo cuidado de no introducirlo demasiado.

127
No se debe permitir que el niño forcejee, dado que esto puede
empujar accidentalmente el termómetro más adentro. Final-
mente, se debe retirar el termómetro después de tres minutos o
cuando se escuche la señal electrónica del dispositivo.
• La axila: se debe colocar el termómetro en la axila con el brazo
presionado contra el cuerpo por 5 minutos antes de leerlo. Este
es el método menos exacto para usar un termómetro de vidrio.

Categoría Temperatura (°C)

Hipotermia < a 35°


• Leve 35° - 32.5°
• Moderada 32.5° - 28°
• Severa < 28°
Normal 36° - 37°
Febrícula 37.1° - 37.9°
Fiebre
• Moderada 38° - 39°
• Severa 39° - 41°
• Hiperpirexia + 41°
Daño cerebral, Convulsiones, Muerte > 43°

Valoración del estado de conciencia

• Alerta o Vigil
• Somnolencia, Letargia
• Obnubilación
• Estupor
• Coma
• Estado Vegetativo

128
Valoración de la orientación temporo-espacial

• Valoración de la orientación: capacidad para reconocerse a sí


mismo y ubicarse de forma consciente en el lugar y momento
concreto.

• Determinantes: atención, comprensión, pensamiento racional,


percepción y memoria.

• Orientación personal:
- ¿Quién es y cómo se llama? Valoración personal, situacio-
nal y general.
- ¿Qué edad tiene?
- ¿En qué año nació?
- ¿Cuándo es su cumpleaños?

• Orientación temporal:
- ¿Qué día de la semana es hoy?
- ¿En qué mes estamos?
- ¿En qué año estamos?

• Orientación situacional:
- ¿Dónde se encuentra?
- ¿Sabe dónde está este lugar?

• Orientación general:
- ¿Quién es el presidente?
- ¿Dónde está situada la capital?

129
Al finalizar la valoración total del paciente el enfermero/a debería tener
respuestas a esta guía de preguntas:

Capacidad de respuesta

¿El paciente puede apretarle los dedos con ambas manos?


¿Puede mover los brazos y las piernas?
¿Son sus movimientos temblorosos o espásticos?
¿El paciente se queja de rigidez o dolor articular

Ojos, oídos, nariz y boca

¿Hay algún drenaje procedente de los ojos? ¿De qué color es?
¿Tiene los párpados cerrados? ¿Permanecen abiertos?
¿Están los ojos enrojecidos?
¿El paciente refiere que ve manchas, destellos o tiene visión borrosa?
¿Es sensible a las luces brillantes?
¿Hay algún drenaje procedente de los oídos? ¿De qué color es?
¿El paciente oye bien? ¿Es necesario repetirle lo que se le dice? ¿Responde las
preguntas adecuadamente?
¿Hay algún drenaje procedente de la nariz? ¿De qué color es?
¿El paciente puede respirar a través de la nariz?
¿Le huele mal el aliento?
¿Se queja de tener mal sabor en la boca?
¿Se queja de dolor de encías o dientes?

Movimiento

¿El paciente puede apretarle los dedos con ambas manos?


¿Puede mover los brazos y las piernas?
¿Son sus movimientos temblorosos o espásticos?
¿El paciente se queja de rigidez o dolor articular?

130
Respiraciones

¿Ascienden y descienden ambos lados del tórax de la persona con las respiraciones?
¿Es ruidosa la respiración?
¿El paciente se queja de dolor o dificultad para respirar?
¿Cuál es la cantidad y el color del esputo?
¿Con qué frecuencia tose? ¿La tos es seca o productiva?

Dolor o malestar

¿Dónde esta localizado el dolor?


(Pida al paciente que señale el punto de localización del dolor)
¿Se desplaza el dolor a algún otro lugar?
¿Cómo puntúa la intensidad del dolor: leve, moderado o intenso?
¿Cómo puntúa el paciente el dolor en una escala del 0 a 10?
¿Cuándo comenzó el dolor?
¿Qué estaba haciendo el paciente cuando comenzó el dolor?
¿Cuánto dura el dolor?
¿Cómo describe el paciente el dolor?
• Agudo
• Intenso
• Punzante
• Sordo
• Urente
• Persistente
• Intermitente
• Variable con la posición
¿Se administró un analgésico?
¿Consiguió alivio del dolor con el analgésico? ¿Todavía siente dolor?
¿El paciente puede dormir y descansar?
¿Qué postura le resulta cómoda?

131
Intestinos y vejiga

¿El abdomen está firme o blando?


¿El paciente se queja de gas intestinal?
¿Cuáles son la cantidad, el color y la consistencia de las deposiciones?
¿Cuál es la frecuencia de las deposiciones?
¿El paciente puede controlarlas?
¿Tiene dolor o dificultad al orinar?
¿Qué cantidad de orina micciona?
¿De qué color es la orina?
¿Es la orina clara? ¿Tiene partículas de suspensión?
¿Tiene la orina un olor desagradable?
¿El paciente puede controlar la micción?
¿Con qué frecuencia orina?

Piel

¿Tiene la piel pálida o congestionada?


¿Tiene la piel fría, ligeramente caliente o muy caliente?
¿Tiene la piel húmeda o seca?
¿De qué color tiene los labios y los lechos ungueales?
¿Tiene la piel intacta? ¿Hay áreas erosionadas? Si así fuera, ¿dónde?
¿Hay áreas con úlceras o enrojecimiento?
¿Hay moretones? ¿Dónde?
¿El paciente refiere picor? Si así fuera, ¿dónde?

132
Apetito

¿Al paciente le gusta la comida que le sirven?


¿Qué porción de la ración servida consume?
¿Qué alimentos le gustan?
¿Puede masticar los alimentos?
¿Cuál es su ingesta de líquidos?
¿Qué líquidos le gustan?
¿Con qué frecuencia bebe líquidos?
¿Puede tragar alimentos sólidos y líquidos?
¿Tiene náuseas?
¿Cuál es la cantidad y el color del vómito?
¿Tiene hipo?
¿Eructa?
¿Tose al tragar?

Observaciones que hay que comunicar de forma inmediata:

• Un cambio en la capacidad de respuesta del paciente:


- Un paciente que respondía, ya no lo hace
- Un paciente que no respondía, ahora responde
• Un cambio en la movilidad del paciente:
- No puede mover una parte del cuerpo
- En la actualidad es capaz de mover una parte del cuerpo
• Quejas de dolor brusco e intenso
• Un área dolorida o enrojecida en la piel
• Quejas de un cambio brusco de la visión
• Quejas de dolor o dificultad para respirar
• Respiraciones anormales
• Quejas o signos de dificultad para tragar
• Vómitos
• Sangrado
• Constantes vitales fuera de los límites normales.

133
2. Etapa diagnóstica: Diagnóstico de enfermería

El diagnóstico de enfermería es el planteamiento de un problema real o


potencial para el estado de salud de una persona, que un profesional de
enfermería está calificado y autorizado para tratar.

Otras definiciones…

• El D.E. es un juicio clínico acerca de un individuo, familia o gru-


po, que deriva de un proceso sistemático y deliberado de recogi-
da y análisis de datos (Shoemaker, 1984).
• El D.E. es un enunciado definitivo, claro y conciso del estado de
salud y de los problemas del paciente que pueden ser modifica-
dos por la intervención de la enfermera/o (P. Baker, 1986).
• El D.E. describe los problemas de salud reales o potenciales que
las enfermeras en virtud de su educación y experiencia están
capacitadas y autorizadas a tratar (Gordon, 1982).

Clasificación:

a. Diagnósticos posibles o potenciales: son aquellos problemas que


aún no manifiestan alteraciones del estado de salud, pero que lo
serán si no se toma las medidas adecuadas. Describe las respues-
tas humanas a situaciones de salud/ procesos vitales que pueden
desarrollarse en un futuro próximo en una persona, familia o
comunidad. Su identificación se apoya en la presencia de facto-
res de riesgo, que contribuyen a aumentar su vulnerabilidad.

Consta de dos partes:

- Enuncia una alteración del estado de salud potencial.


- Los factores de riesgo con los cuales el problema se en-
cuentra relacionado.

Ambas partes se unen mediante la frase “en relación con” o


“relacionado con”.
Por ejemplo: riesgo potencial de alteración + en relación
con + los factores de riesgo.

134
b. Diagnósticos reales: son aquellos problemas de salud, o alte-
raciones de las necesidades básicas manifiestas, detectados en
la valoración y posibles de ser tratados. Describe la respuesta
actual de una persona, familia o comunidad ante una situación
de salud o a un proceso vital.
Su identificación se apoya en la existencia de características
definitorias (datos objetivos y subjetivos) que las mismas derivan
del proceso de valoración.
La forma de expresarlo es la siguiente:

- Es la alteración detectada
- Factor/es que influyen
- Signos y síntomas

Estas tres partes se unen con las frases “relacionado con (que
identifica la ideología o causa del problema)” y luego “manifes-
tado por (que expresa los signos y síntomas)”.
Ejemplo: Alteración + en relación con + factores que contribu-
yen + manifestado por + signos y síntomas.

Diferencias entre diagnóstico enfermero y diagnóstico médico:

Diagnóstico de enfermería Diagnóstico médico

• Plan de cuidados del paciente • Identifica patologías


• Describe una respuesta humana • Describe una enfermedad concreta
• Puede variar • Permanece invariable durante el proceso
• Implica cuidados de enfermería • Implica tratamiento médico
• Puede aplicarse a individuos y grupos • Se suele aplicar solo a individuos

Taxonomía NANDA:
En 1982 la North American Nursing Diagnosis Association (NANDA) ha
desarrollado un sistema de clasificación de diagnósticos de enfermería,
que se editan en forma bianual. La taxonomía se utiliza para la clasi-
ficación de diagnósticos de enfermería, siendo un lenguaje enfermero

135
reconocido, lo que indica que el sistema es aceptado para la práctica
enfermera al proporcionar una terminología clínicamente útil.

• Ventajas:
- Facilita la comunicación
- Prioriza las necesidades
• Limitaciones:
- Lenguaje impreciso

Etiquetas diagnósticas de Diagnóstico de Enfermería NANDA


(North American Nursing Diagnosis Association):

A. Oxigenación
• Alteración del patrón respiratorio
• Disminución del gasto cardiaco
• Deterioro del intercambio gaseoso
• Limpieza ineficaz de las vías aéreas
• Patrón respiratorio ineficaz
• Dificultad para mantener la ventilación espontánea
• Respuesta disfuncional al destete respiratorio
• Alto riesgo de asfixia
• Alto riesgo de aspiración

B. Nutrición/Hidratación
• Alteración de la nutrición por exceso
• Alteración de la nutrición por defecto
• Alteración potencial de la nutrición por exceso
• Exceso del volumen de líquidos
• Déficit de volumen de líquidos
• Alto riesgo de déficit de volumen de líquidos
• Déficit de autocuidado de alimentación
• Deterioro de la deglución
• Lactancia materna ineficaz
• Lactancia materna interrumpida
• Lactancia materna eficaz
• Patrón de alimentación infantil inefectivo

136
C. Eliminación
• Alteración de la eliminación urinaria
• Estreñimiento
• Estreñimiento subjetivo
• Estreñimiento crónico
• Diarrea
• Incontinencia fecal
• Urinaria, alteración de la eliminación
• Incontinencia urinaria de esfuerzo
• Incontinencia urinaria refleja
• Incontinencia urinaria de urgencia
• Incontinencia urinaria funcional
• Incontinencia urinaria total
• Retención urinaria
• Riesgo de estreñimiento
• Déficit de autocuidado del uso del orinal

D. Movilización
• Alto riesgo de síndrome de desuso
• Trastorno de la movilidad física
• Alto riesgo de disfunción neurovascular periférica
• Intolerancia a la actividad
• Fatiga
• Alto riesgo de intolerancia a la actividad
• Riesgo de lesión perioperatoria
• Dificultad para manejar la silla de ruedas
• Dificultad para caminar
• Dificultad para movilizarse en cama
• Dificultad en la habilidad para trasladarse desde la silla de ruedas

E. Reposo y sueño
• Alteración del patrón del sueño
• Deprivación del sueño

F. Vestirse y elegir ropa adecuada


• Déficit de autocuidado de vestido/acicalamiento

137
G. Temperatura
• Alto riesgo de alteración de la temperatura corporal
• Hipotermia
• Hipertermia
• ermorregulación ineficaz

H. Higiene/piel
• Alteración de la perfusión mística (especificar) renal, cerebral,
cardiopulmonar, gastrointestinal, periférica
• Deterioro de la integridad hística
• Alteración de la membrana mucosa oral
• Deterioro del tejido cutáneo
• Alto riesgo de deterioro de la integridad cutánea
• Déficit de autocuidado de baño/higiene

I. Seguridad
• Alto riesgo de infección
• Disreflexia
• Alto riesgo de lesión
• Alto riesgo de intoxicación
• Alto riesgo de traumatismo
• Alteración de la protección
• Alteración de los procesos familiares
• Sobreesfuerzo en el rol del cuidador
• Alto riesgo al sobreesfuerzo en el rol de cuidador
• Afrontamiento defensivo
• Negación ineficaz
• Afrontamiento familiar inefectivo: incapacitante
• Afrontamiento familiar inefectivo: comprometido
• Manejo inefectivo del régimen terapéutico
• Alteración del crecimiento y desarrollo
• Síndrome de estrés por traslado
• Dolor
• Dolor crónico
• Duelo disfuncional
• Duelo anticipado
• Alto riesgo de violencia: autolesiones, lesiones a otros

138
• Alto riesgo de automutilación
• Respuesta post-traumática
• Síndrome traumático de violación: reacción compuesta
• Síndrome traumático de violación: reacción silente
• Ansiedad
• Temor

J. Comunicación
• Trastorno de la comunicación verbal
• Deterioro de la interacción social
• Aislamiento social
• Disfunción sexual
• Alteración de los patrones de sexualidad
• Afrontamiento individual: ineficaz
• Alteraciones senso-perceptivas (especificar) visuales, auditivas,
cinestésicas, gustativas, táctiles, olfatorias

K. Religión y creencias
• Sufrimiento espiritual
• No seguimiento del tratamiento (especificar)
• Conflicto en la toma de decisiones (especificar)
• Desesperanza
• Impotencia

L. Trabajar y realizarse
• Alteración en el desempeño
• Trastorno de la adaptación
• Conductas generadoras de salud (especificar)
• Dificultades en el mantenimiento del hogar
• Alteración en el mantenimiento de la salud
• Trastorno de la imagen corporal
• Trastorno de la autoestima
• Déficit de autoestima: crónico
• Déficit de autoestima: situacional
• Trastorno de la identidad personal

139
M. Actividades lúdicas
• Déficit de las actividades recreativas

N. Aprender
• Afrontamiento familiar ineficaz
• Déficit de conocimientos.

3. Planificación de cuidados

La valoración y la formulación de diagnósticos son esenciales para la


fase de planificación del proceso enfermero. La planificación es una ca-
tegoría de conductas enfermeras, en la cual se establecen los objetivos
centrados en el cliente y los resultados de los cuidados.
Durante la planificación se establecen prioridades. Además de colaborar
con el cliente y la familia, la enfermera/o consulta con otros miembros
del equipo sanitario, revisa la bibliografía pertinente, modifica los cui-
dados y registra información sobre las necesidades de salud y control
clínico del cliente.

1. Establecimiento de prioridades:

Luego de formular diagnósticos de enfermería concretos, se debe utilizar


el pensamiento crítico para establecer prioridades en relación con los
diagnósticos ya planteados, ordenándolos según su importancia. Estas
prioridades sirven a la enfermera/o a anticipar y secuenciar las inter-
venciones cuando un cliente tiene problemas o alteraciones múltiples.
La selección de las mismas dependerá de los deseos y necesidades del
paciente.
La jerarquía de necesidades de Maslow es una guía útil para designar
prioridades, ya que organiza las necesidades básicas en cinco categorías.
Las prioridades se clasifican como:
• Altas: son aquellas que pueden perjudicar al paciente y poner en
riesgo su vida.
• Intermedias: afectan las necesidades no urgentes, sin peligro para
la vida del cliente.
• Bajas: son las necesidades del cliente que posiblemente no estén
relacionadas con una enfermedad concreta o con el pronóstico.

140
2. Establecimiento de objetivos:

Antes de administrar cualquier tipo de cuidado se deben desarrollar ob-


jetivos adecuados y resultados esperados, para ello la enfermera/o tiene
que evaluar críticamente los diagnósticos de prioridad preestablecidos,
la urgencia de los problemas y los recursos del cliente.
Los objetivos y resultados esperados son formulaciones específicas, uti-
lizadas para indicar el comportamiento previsto del cliente o sus res-
puestas a los cuidados del enfermero/a. El propósito de estos objetivos
y resultados es doble: primero, proporcionar una guía para las interven-
ciones enfermeras individualizadas; y segundo, formular estándares para
determinar la eficacia de las intervenciones. Cada formulación de obje-
tivos y resultados debe tener un tiempo para la evaluación, y el tiempo
dependerá de la naturaleza del problema, la etiología, el estado general
del cliente y el establecimiento del tratamiento.
A su vez, los objetivos no deberían solamente buscar la satisfacción de
las necesidades inmediatas del cliente, sino que deberían también conlle-
var un esfuerzo hacia la prevención y la rehabilitación. Se desarrollarán,
de esta manera, dos tipos de objetivos para el cliente:
• A corto plazo: es el que se espera alcanzar en poco tiempo, nor-
malmente menos de una semana.
• A largo plazo: es el que se espera alcanzar en un período más
largo de tiempo, normalmente semanas o meses.

Ejemplos de objetivos en diagnósticos reales:

• Mejorar • Disminuir
• Reestablecer • Mantener
• Aliviar • Recuperar
• Mitigar • Rectificar
• Restituir • Atenuar
• Asegurar • Reparar
• Regular • Ajustar

141
Ejemplos de objetivos en diagnósticos potenciales:

• Prevenir • Promover
• Evitar • Reconocer
• Disminuir • Detectar

Un resultado esperado es una finalidad específica que, paso a paso, lleva


a alcanzar un objetivo y la resolución de una etiología para el diag-
nóstico enfermero. Es un cambio medible en el estado del cliente, en
respuesta a los cuidados brindados, determinan cuando se ha alcanzado
un objetivo específico (centrado en el paciente) y más tarde ayudan a
evaluar la respuesta de un cuidado enfermero. Incluye la conducta ob-
servable del cliente y los criterios medibles para cada objetivo.

4. Intervención

Esta etapa corresponde a la puesta en práctica del plan de atención ela-


borado. El cual se lleva a cabo a través de las acciones o intervenciones
de enfermería, es decir, aquellas medidas que ayuden a solucionar los
problemas de salud del paciente.

Las intervenciones realizadas durante la ejecución del plan serán de tres


tipos:
• Independientes: iniciadas por la enfermera
• Dependientes: iniciadas por el médico
• Interdependientes: de colaboración.

Las acciones realizadas tendrán diferentes finalidades:


• Controlar el estado de salud
• Reducir los riesgos
• Resolver, prevenir o manejar un problema
• Facilitar la independencia o ayudar con las actividades de la vida
diaria
• Promover una sensación óptima de bienestar físico, psicológico y
espiritual.

142
5. Fundamentación

Las intervenciones y acciones de enfermería realizadas al paciente debe-


rán ser justificadas científicamente.

6. Evaluación

Aunque está presente en todas ellas como la actividad más constante y


determinante del proceso, se define como la comparación del estado de
salud del paciente y los resultados esperados tras la aplicación de unas
determinadas actividades enfermeras, tiene como finalidad mejorar el
PAE. Tras la evaluación, se pueden obtener los siguientes resultados:

Positivos
Cumplimiento de los objetivos

Negativos
No se logran los objetivos

Inesperados
Complicaciones no valoradas en un principio, que surgen durante la
aplicación del PAE, pero que no tienen relación con las intervenciones
de enfermería.

Si los resultados son negativos o inesperados precisaremos de una nueva


valoración de la situación y elaboración, en muchos casos, de un nuevo PAE.

Registros de enfermería

El registro de enfermería es un documento específico que forma parte de


la historia clínica, en el cual debe describirse cronológicamente la situa-
ción, evolución del estado de salud en intervenciones de promoción de la
vida, prevención de la enfermedad, tratamiento y rehabilitación que los
profesionales de enfermería brindan a la persona, familia y comunidad.
A pesar de la variedad, existen documentos comunes en su finalidad y

143
aunque puedan tener distintos diseños, deben cumplir con las siguientes
normas de OMS: ser permanentes, con limitaciones, deben tener una
identificación que permita su recuperación y localización cuando sea
necesario, deben tener continuidad, es decir que debe existir la intención
de realizar anotaciones sucesivas a medida que se precise el seguimiento.

Características de los registros de enfermería:

• Completos: debe incluir todas y cada una de las actuaciones en


relación al paciente. No deben omitirse anotaciones que puedan
ser relevantes. Datos de mayor relevancia que no deben faltar
son, por ejemplo, caídas y otros problemas de seguridad de los
pacientes, errores de medicación, fallas en la información, en el
control y en la realización de los procedimientos de enfermería.
• Deben tener información objetiva que se ajuste a los hechos.
Para ello es de gran utilidad anotar conductas, especialmente la
inadaptada y los comentarios del paciente. En la medida de lo
posible, hay que evitar los juicios e interpretaciones y si se hacen
no personalizar con adjetivos desagradables para el paciente.
• Coherentes: las anotaciones deben ser precisas, que no den lugar
a interpretaciones sin fundamento fáctico. Dado que las contra-
dicciones en los registros, dentro de una misma historia clínica,
la cubren con un manto de duda.
• Diligentes: mo deben dejarse espacios en blanco. Hay que respe-
tar el orden, llenando todos los ítems requeridos.
• Legibles: deben ser claros, es decir que su lectura textual no dé la
oportunidad de hacer diferentes interpretaciones y que ofrezca
seguridad a quien continuará con la prestación del servicio.
• Como se mencionó anteriormente, no deben existir espacios en
blanco entre anotaciones, no se deben eliminar páginas, corregir
los errores de forma que no se pueda confundir con alteraciones
o falsificaciones, lo cual restaría credibilidad a los registros. Es
importante no olvidar realizar las anotaciones luego de la ad-
ministración de medicamentos (hora de administración), cuando
se haya dejado de administrar algún medicamento y la razón; y
también tras la comunicación al médico de aspectos relevantes
en el estado de los pacientes.

144
• Con Fecha, Hora y Firma: estos datos formales dan al registro el
carácter de documento privado, identifican al autor de cada ano-
tación y precisan el momento en el que cada profesional involu-
crado interviene. Existe un principio general de derecho, según el
cual cada persona responde por sus propias acciones u omisiones.

Los indicadores clínicos que se aplican son del proceso y resultado, que
se entienden como:

• Indicador del proceso: Mide la actividad llevada a cabo, de forma


directa o indirecta durante el proceso de atención, esta se basa
en sucesos relacionados estrechamente con los resultados obte-
nidos en los pacientes.
• Indicador de resultado: Mide el éxito alcanzado en el paciente, es
decir, si hemos conseguido lo que pretendíamos con las activida-
des realizadas durante el proceso de atención.

Estos indicadores permiten evaluar la eficacia de los informes e incluir cri-


terios de calidad, previamente definidos, que permiten identificar los pro-
blemas existentes y ampliar conocimiento de los informes de enfermería.

Normas de bioseguridad

Uno de los mayores peligros con los que convivimos en la labor cotidia-
na, como trabajadores sanitarios, son los agentes patógenos, capaces de
causar infecciones y enfermedades. Entre ellos se encuentran: las bacte-
rias, virus, hongos y parásitos.
El contagio puede producirse por contacto directo con sangre o secrecio-
nes del paciente infectado; por vía aérea a través de microgotas, cuando
el paciente tose o estornuda; o de modo indirecto al contacto con agujas
o apósitos contaminados con sangre. Otra forma es la transmisión vía
oral (fecal-oral), al llevarnos a la boca elementos contaminados, o las
manos sucias, luego de haber tenido contacto con elementos como las
chatas u orinales mal higienizados.
Para evitar la transmisión de enfermedades existen normas de biosegu-
ridad: aquellas medidas que protegen la salud y la vida de los profesio-
nales de la salud, durante el contacto con el paciente.

145
• Precauciones Universales para el contacto con pacientes en
general: significa asumir que la sangre y secreciones corporales
de todos los pacientes que toman contacto con los diferentes
elementos sanitarios están contaminados, por lo cual, con todos
ellos se deben seguir las mismas conductas de bioseguridad.
- Para prevenir el contacto de la piel y mucosas del traba-
jador de la salud con sangre o secreciones del paciente,
se deberán utilizar guantes resistentes, el protector ocular
(antiparras) cuando se sospeche la posibilidad de salpica-
duras y barbijo en caso de pacientes con infecciones de las
vías respiratorias.
- Deberán utilizarse camisolines impermeables en aquellas
citaciones en las que se pueda tener contacto con líquidos
orgánicos del paciente que pudieran afectar las propias
vestimentas.
- Los trabajadores de la salud que presenten heridas no
cicatrizadas o lesiones dérmicas, deberán cubrirlas debi-
damente antes de tener contacto directo con el paciente o
manipular instrumental médico.

• Elementos de Barrera: guantes, barbijos, protectores oculares


(antiparras), camisolín, cofia (gorro) y botas.

• Materiales descartables: aquellos que deben ser destruidos o des-


cartados una vez utilizados, previniendo el contagio por contac-
to con sangre o secreciones del paciente (por ejemplo: agujas,
jeringas, guantes, barbijos, camisolín, etc.).

Infecciones intrahospitalarias:

Las infecciones intrahospitalarias se clasifican como infecciones que se


asocian a la provisión de servicios de asistencia en un centro sanitario.
Estas infecciones pueden aparecer durante la estancia de un paciente en
un centro o manifestarse después del alta. Los microorganismos hospi-
talarios también pueden ser adquiridos por el personal sanitario que tra-
baja en el centro y causar enfermedades significativas y bajas laborales.

146
Los microorganismos que causan infecciones hospitalarias pueden origi-
narse en los propios pacientes (como fuente endógena) o del ambiente y
el personal hospitalario (fuente exógena). La mayoría de las infecciones
hospitalarias, por lo general, parecen asociarse a fuentes endógenas.
Existen varios factores que contribuyen a las infecciones hospitalarias,
aunque no todas son prevenibles. Por ejemplo, un factor muy importante
que contribuye a la aparición de infecciones hospitalarias es el huésped
inmunodeprimido, es decir, un paciente cuyas defensas normales han
disminuido debido a una intervención quirúrgica, una enfermedad o me-
dicación.
Las manos del personal sanitario son un vehículo común para la propa-
gación de los microorganismos. Una limpieza insuficiente de las manos
es un factor contribuyente muy importante a la diseminación de los
microorganismos hospitalarios.

Utilización de elementos de barrera


(guantes, barbijo y camisolines):

Dado que tanto la sangre como los fluidos corporales de los pacientes
son considerados agentes infecciosos, independientemente de su diag-
nóstico y enfermedad de base, se utilizan medidas de precaución con
el fin de reducir la posibilidad de contaminación o transmisión de una
infección.
La precaución y medidas que se tomen deben ser bidireccionales, esto
quiere decir que se brinda protección tanto al personal sanitario como a
los pacientes.

Para la utilización de los elementos de barrera debemos tener en cuenta:

1. Lavado de manos: es por excelencia la medida más simple,


importante y eficaz para la reducción de riesgos de transmisión
de microorganismos desde un paciente a otro o desde un sitio a
otro en un mismo paciente.
2. Equipo de protección personal: se denomina así al conjunto de
elementos de barrera requeridos para brindar atención a pacien-

147
tes de acuerdo con la forma de transmisión de la enfermedad
que se trate.
a. Guantes: se utilizan por diversas razones, principalmen-
te protegen las manos cuando es probable que el perso-
nal de enfermería maneje sustancias corporales, ya sea
sangre, orina, heces, esputos y piel que no está intacta.
Otra razón es que los guantes reducen la probabilidad
de que las manos del personal sanitario transmitan mi-
croorganismos de un paciente a otro, así como también
los guantes reducen la posibilidad de que el personal de
enfermería transmita sus propios microorganismos a los
sujetos de atención.
Importante

• No debe tocarse la cara o el equipo de protección personal con los


guantes contaminados.
• Cambiarse los guantes cuando se han roto o contaminado, y siempre
entre pacientes.
• Los guantes son el último elemento del equipo de protección personal
en colocarse, van sobre el camisolín y no por debajo.
• Al quitárselos, se debe desmontar sobre la mano, enrollando el guante
hacia fuera y armar una bolsa que contenga los dos guantes, luego
descartar.
• Las manos deben lavarse cada vez que se retiran los guantes, ya que
los mismos pueden tener imperfecciones o dañarse durante su uso de
manera que permitan la entrada de microorganismos.
• Las manos pueden contaminarse durante la remoción de guantes.
• No deben lavarse las manos con los guantes puestos ya que no hay
seguridad de que los microorganismos puedan ser removidos, además,
no puede asegurarse la integridad posterior del guante.

b. Camisolín: está especialmente indicado en procedimien-


tos en los que resulte necesario proteger al cuerpo de
salpicaduras o bien para prevenir la contaminación de
uniformes frente a fluidos corporales o sangre. Es muy

148
importante, también, su utilización en pacientes con
aislamiento.
c. Barbijo quirúrgico: el barbijo debe cubrir perfectamente
la nariz y la boca, pueden ser cónicos o rectangulares.
Si son rectangulares deben tener ajuste nasal, triple ta-
bleado, tres capas (ya que una es repelente de líquidos),
y las tiras ubicadas hacia arriba. El barbijo debe quedar
bien ajustado, de modo que no se produzcan ángulos
a los costados de la cara, ya que a través de estos se
filtran microorganismos. Son útiles en los aislamientos
respiratorios por gotitas.
d. Barbijos N 95: filtran partículas inferiores a 1 micrón,
con un 95% de eficacia. El cierre facial no deja escapar
más del 10% del aire que debe filtrar.

• El barbijo quirúrgico debe ser descartado después de su uso y no debe


llevarse colgado sobre el uniforme de trabajo o guardarse en el bolsillo
para volver a utilizar.
• Prueba de ajuste: una vez colocado el barbijo N 95 se deben ubicar
ambas manos frente al respirador, cubriéndolo totalmente, al inhalar el
respirador deberá colapsarse y al exhalar inflarse levemente.
• El barbijo N 95, al igual que el barbijo quirúrgico, debería colocarse
siempre antes de ingresar a la habitación y retirarse después de haber
salido de la misma.
• El N 95 tiene una duración aproximada entre 8 y 12 horas continuas.

e. Protección ocular o antiparras: deben utilizarse con to-


dos los procedimientos que puedan generar salpicaduras
con algún tipo de fluido corporal, con el fin de prevenir
dicha salpicadura a la mucosa ocular. Se lavan con agua
y jabón, se enjuagan y se secan. Si se salpican, deben
limpiarse con detergente enzimático y se desinfectan
con una solución de hipoclorito de sodio al 1%.

149
Colocación y retirada del equipo de protección personal:

Equipo: guantes, bata/camisolín, barbijo y protección ocular.


El uso de equipo de protección personal (EPP) es idéntico para todos los
profesionales sanitarios. Los miembros del equipo sanitario son respon-
sables de la realización adecuada de estas técnicas por ellos mismos y
por los otros.

Objetivo: proteger a los profesionales sanitarios y a los pacientes de la


transmisión de materiales potencialmente infecciosos.

Valoración: considerar qué actividades serán necesarias mientras el pro-


fesional de enfermería está en la habitación del paciente en ese momen-
to. Esto determinará qué equipo es necesario.

Planificación: la aplicación y retirada de equipos de protección personal


puede llevar tiempo. Está indicado priorizar la asistencia y disponer per-
sonal para la asistencia de sus otros pacientes. Además, determinar qué
material está disponible dentro de la habitación del paciente y cuál hay
que llevar. Por último, considerar si está indicado un manejo especial
para la retirada de muestras u otros materiales de la habitación.

Aplicación:
• Preparación: retirar o asegurar todos los objetos sueltos como
identificaciones o joyas.

• Realización
1. Antes de realizar la intervención, presentarse y verificar la iden-
tidad del paciente usando el protocolo de la institución. Explicar
al paciente lo que se va a hacer, por qué es necesario y cómo
puede colaborar.
2. Realizar una higiene adecuada de las manos.
3. Colocarse un camisolín limpio:
a. Agarrar un camisolín limpio y desplegarlo delante de
nuestro cuerpo, no dejando que toque ninguna zona
manchada con sustancias corporales.
b. Deslizar los brazos y las manos a través de los puños.

150
c. Ajustar los lazos del cuello para mantener la bata colo-
cada.
d. Solapar el camisolín por detrás todo lo posible y ajustar
los cordones o el cinturón. Este solapamiento cubre con
seguridad el uniforme por detrás, el lazo de la cintura
mantiene el camisolín pegado al cuerpo, con lo que evita
que el uniforme se manche de forma inadvertida.
4. Colocarse el barbijo:
a. Localizar el borde superior del barbijo, colocar dicho
borde sobre el puente de la nariz y atar los dos cordones
superiores en la parte posterior de la cabeza. Si el barbi-
jo posee una tira metálica, ajustarla firmemente sobre el
puente de la nariz.
b. Asegurar el borde inferior por debajo de mentón y atar
los dos cordones inferiores en la nuca.
5. Colocarse protecciones oculares si no están combinadas con la
mascarilla.
6. Ponerse guantes descartables limpios, siempre por encima del
camisolín cubriendo las muñecas.
7. Para retirar el EPP sucio, quitarse los guantes primero porque
son los más sucios.
a. Quitarse el primer guante agarrándolo sobre su superfi-
cie palmar, teniendo en cuenta de tocar solo guante con
guante. Sacar completamente el primer guante invirtién-
dolo. Continuar manteniendo el guante sacado invertido
con los dedos de la otra mano enguantada.
b. Colocar los primeros dos dedos de la mano desnuda
dentro del puño del segundo guante.
c. Tirar del segundo guante hasta los dedos, volviendo su
cara interna al exterior. Esto introduce el primer guante
dentro del segundo.
d. Usando la mano desnuda, continuar retirando los
guantes, que ahora tendrán la cara interna por fuera y
depositarlos en el contenedor de residuos.
8. Realizar la higiene adecuada de las manos.
9. Retirar la protección ocular y depositarla en el lugar adecuado o
ponerla en un recipiente idóneo para su limpieza.

151
Lavado de Manos

La correcta técnica de lavado de manos tiene como finalidad reducir


diferentes tipos de objetivos:

1. El número de microorganismos en las manos.


2. El riesgo de transmisión de microorganismos a los pacientes.
3. El riesgo de contaminación cruzada entre pacientes.
4. El riesgo de transmisión de microorganismos infecciosos a uno
mismo.

Es importante valorar previamente, en los pacientes a los que les brin-


damos cuidados de enfermería, la presencia de factores que aumenten
la susceptibilidad a la infección o la posibilidad de una infección no
diagnosticada (como por ejemplo el VIH), la utilización de medicamentos
inmunosupresores, intervenciones o tratamientos que generen ruptura
en la continuación de la piel o de una cavidad corporal, el estado nu-
tricional actual del paciente, y también aquellos signos y síntomas que
indiquen la presencia de una infección.
Antes de aplicar la técnica del lavado de manos, las mismas también de-
ben valorarse. Esto quiere decir que se deben reconocer las uñas cortas,
dado que cuando permanecen largas aumenta la probabilidad de alber-
gar microorganismos, arañar al paciente o perforar los guantes. Además
deben quitarse las joyas que tengamos en los dedos o muñecas, ya que
en ellas también pueden alojarse microorganismos y, a su vez, dificulta
la limpieza adecuada de los miembros superiores. La presencia de daños
en la piel de las manos hace que el enfermero/a sea susceptible a la ad-
quisición o transmisión de una infección, motivo por el cual las heridas
deben ser bien cubiertas.
El equipo a utilizar para el correcto lavado de manos es: jabón, agua
corriente y toallas desechables. El lavado debe durar 60 segundos.
En el caso de la utilización de alcohol en gel para la higienización, la
técnica debe durar entre 20 y 30 segundos. Frente a la suciedad visible
las manos deben lavarse, NO higienizarse con alcohol.

152
153
154
Cinco momentos para la higiene de manos

Según la OMS, se establecieron cinco etapas en las que el lavado de


manos debe ser preciso y obligatorio con el fin de proteger al paciente y
protegerse uno mismo de la transmisión de microorganismos:

155
Protección del huésped susceptible:

La resistencia de un paciente a la infección mejora cuando la enfermera/o


protege las defensas normales del organismo contra la infección. La
enfermera/o interviene para mantener el proceso reparador normal del
organismo, pero también debe protegerse a sí misma y a los demás re-
curriendo al aislamiento.

• Protección de los mecanismos de defensa normales:


- Los baños periódicos eliminan los microorganismos
transitorios de la superficie de la piel.
- La higiene bucal periódica elimina las proteínas de la
saliva que atraen a los microorganismos.
- Manteniendo un consumo ade-
cuado de líquidos se facilitará la
formación de orina, la cual lava
la vejiga y el interior de la uretra
de microorganismos.
- En los clientes dependientes o
inmovilizados, se debe estimular
la tos y las respiraciones profun-
das para mantener las vías aéreas
bajas libres de moco.
- También, se debe estimular una adecuada inmuniza-
ción, mediante la vacunación, de los niños y/o adultos
que quedan expuestos a determinados microorganismos
infecciosos.

• Precauciones de aislamiento: el riesgo de transmitir una infec-


ción nosocomial o una enfermedad infecciosa entre los pacientes
es elevado. Cuando un paciente tiene una infección sospechada
o conocida, los profesionales sanitarios reciben indicaciones de
control de infecciones.
La mayoría de los microorganismos que provocan infecciones
nosocomiales se encuentran en las sustancias corporales colo-
nizadas de los pacientes, independientemente de si se ha confir-
mado una infección mediante un cultivo. Las sustancias orgá-
nicas como heces, saliva, moco y secreción de heridas siempre

156
contienen microorganismos potencialmente infecciosos. Por esta
razón, las precauciones de aislamiento o de barreara incluyen el
uso continuo de camisolines, guantes, barbijos y otros dispositi-
vos o ropa protectores.

Sitios de colonización

El aislamiento hace referencia a las medidas diseñadas para evitar la


propagación de infecciones o microorganismos potencialmente infeccio-
sos al personal sanitario, los pacientes y los visitantes.
Algunas patologías requieren la utilización de más de un tipo de aisla-
miento. Por este motivo, los pacientes que se encuentran en aislamiento,
están identificados con un código de color que señala el tipo de precau-
ción que debe utilizarse para su cuidado. Los colores de identificación
son los siguientes:
• Rojo: máximas precauciones de contacto.
• Verde: precauciones de contacto.
• Azul: precauciones respiratorias de largo alcance.
• Amarillo: precauciones respiratorias de corto alcance.
• Violeta: precauciones para pacientes neutropénicos.

Precauciones de contacto: se utilizan guantes, camisolín e


higiene de las manos. Para pacientes con enfermedades que se
transmiten por contacto, como por ejemplo: herpes simple, virus
sincicial respiratorio, rotavirus, infección o colonización por
gérmenes resistentes a los antibióticos

Máximas precauciones de contacto:


Acinetobacter baumanni, Enterococcus vancomicino
resistente, Clostridium difficile
• Habitación individual. Puede compartir habitación con paciente infectado
ROJO o colonizado por igual germen.
• Lavado de manos (antiséptico jabonoso o alcohol gel).
• Camisolín: colocarlo para ingresar a la habitación.
• Guantes limpios: para ingresar a la habitación. Descartar los guantes antes
de salir de la habitación.
• Estetoscopio, termómetro y tensiómetro: de uso individual.

157
Precauciones de contacto:
Bacilos gram negativos multi resistentes, Staphylococcus
aureus meticilino resistente, Vírus Sincicial respiratorio.
• Habitación individual. Puede compartir habitación con paciente infectado o
colonizado por igual germen.
VERDE
• Lavado de manos (antiséptico jabonoso o alcohol gel).
• Camisolín: colocarlo para ingresar a la habitación.
• Guantes limpios: para el contacto con el paciente y el medio ambiente.
Descartar los guantes antes de salir de la habitación.
• Estetoscopio, termómetro y tensiómetro: de uso individual.

Precauciones respiratorias de corto alcance: se utiliza barbijo


quirúrgico. Para pacientes con enfermedades que se transmiten
por partículas que se eliminan al hablar, toser o estornudar;
entre ellas: influenza, meningitis meningococcica y otros virus
respiratorios.

Precauciones respiratorias de corto alcance (gotas):


Virus respiratorios, meningococcus.
AMARILLO • Habitación individual. La puerta puede permanecer abierta.
• Usar barbijo quirúrgico si se aproxima a menos de un metro del paciente.
• Colocar barbijo quirúrgico al paciente si debe abandonar la habitación.

158
Precauciones respiratorias de largo alcance: se utiliza respirador
de partículas. Para pacientes con enfermedades que se transmi-
ten por partículas < 5 µm que se diseminan a largas distancias
con el movimiento del aire, como por ejemplo: tuberculosis
pulmonar o laringea, sarampión, varicela.

Precauciones respiratorias de largo alcance (aéreas):


Tuberculosis, varicela zoster en huésped inmunocomprometido,
sarampión.
• Habitación individual. Mantener la puerta cerrada.
AZUL
• Colocarse barbijo N 95 antes de ingresar a la habitación.
• Retirar el barbijo al egreso, luego de cerrar la puerta.
• Colocar barbijo quirúrgico al paciente si debe abandonar la habitación.

Precauciones para neutropenia:


VIOLETA • Habitación individual.
• Lavado de manos con solución jabonosa antiséptica o alcohol en gel.
• Retirarse el guardapolvo, si no es posible usar camisolín.

159
Atención en Primeros Auxilios

Los países con sistemas de salud desarrollados y personal sanitario bien


formado y equipado están mucho mejor preparados para los desastres.
Cuando una comunidad está bien preparada, se pueden salvar muchas
vidas en las primeras horas de una emergencia, antes de la llegada de la
ayuda exterior.

Emergencia

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), emergencia es aquel


caso en que la falta de asistencia conduciría a la muerte en minutos y
en el que la aplicación de primeros auxilios por cualquier persona es de
importancia vital. También se dice que en una emergencia, la persona
afectada puede llegar hasta a la muerte en un tiempo menor a una hora.

Algunos ejemplos son:

• Pérdida de conciencia
• Hemorragia severa
• Posibles fracturas óseas
• Heridas profundas
• Síntomas típicos de un ataque al corazón
• Dificultad respiratoria
• Toser o vomitar sangre
• Debilidad y cambios en la visión abruptos

Urgencia

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), urgencia se puede


definir como la aparición fortuita en cualquier lugar o actividad de un
problema de causa diversa y gravedad variable, que genera la conciencia
de una necesidad inminente de atención por parte del sujeto que lo sufre
o de su familia. También es definida como la patología cuya evolución
es lenta y no necesariamente mortal, pero que debe ser atendida en seis
horas como máximo, para evitar complicaciones mayores.

160
Algunos ejemplos son:

• Hipertensión
• Traumatismos
• Quemaduras
• Disrritmias
• Vómitos y diarrea severos

El socorrista, que está presente en el lugar del accidente, debe actuar con
dominio de la situación manteniendo la serenidad. La continuidad entre
la vida y la muerte no solo de la víctima/s y el rescatador/es es la cinemá-
tica. Por ello, se debe evaluar la situación rápidamente, sin precipitarse.
Si hay testigos, es él (el socorrista) quien toma la iniciativa pidiendo
ayuda. De esta manera, se puede actuar con eficacia e impedir actuacio-
nes nefastas de testigos bien intencionados pero incompetentes.

La actuación del socorrista es triple (“PAS”):

• Proteger: (prevenir la agravación del accidente). Es necesario,


ante todo, retirar al accidentado del peligro sin sucumbir en el
intento.
• Alertar: la persona que avisa debe expresarse con claridad y
precisión. Informar desde dónde llama e indicar exactamente el
lugar del accidente.
• Socorrer: hacer una primera evaluación: comprobar si respira o
sangra; hablarle para ver si está consciente; tomar el pulso (en
lo posible, en la carótida), si cree que el corazón no late.

161
En conclusión, la actuación del socorrista está vinculada a:

- Hacer frente a un riesgo inmediato y vital:


(Ej.: parada respiratoria, cardíaca, hemorragia intensa...).
- Evitar o disminuir el riesgo de complicaciones posteriores al ac-
cidente. (Ej.: parálisis por una manipulación inadecuada de una
fractura de un miembro o de la columna vertebral).

Emergencias/Urgencias y tratamiento

1. Lipotimia: pérdida súbita del conocimiento de corta duración (2-3


minutos).

Tratamiento:
• Aflojar la ropa alrededor del cuello y
cintura.
• Traslado a un ambiente de aire puro.
• Tumbar a la persona en posición hori-
zontal con las piernas elevadas.
• Verificar si tiene traumatismos.
• Rotar su cuerpo a 90° o lo suficiente
para que la lengua no se interponga en
la vía aérea superior.

2. Epilepsia: afección crónica de diversa etiología caracterizada por


crisis convulsivas.

Tratamiento:
• Despejar el entorno de cualquier objeto
que pueda herir al enfermo.
• Deslizar una manta o ropa debajo del
afectado para amortiguar los golpes.
• Aflojar la ropa alrededor del cuello.
• Poner un trozo de madera/pañuelo entre los
dientes para evitar que se muerda la lengua.
• Rotar al paciente de forma lateral.

162
3. Insolación: accidente provocado por la exposición prolongada al sol.

Tratamiento:
• Poner al afectado a la sombra.
• Aflojar la ropa.
• Aplicar compresas frías y proporcionarle
agua si está consciente.
• Si está inconsciente, se pondrá en posición
lateral de seguridad y se procederá a su eva-
cuación al hospital.

4. Hemorragias: salida o derrame de sangre fuera o dentro del orga-


nismo como consecuencia de la rotura accidental o espontánea de uno o
varios vasos sanguíneos.

Ante cualquier tipo de hemorragia se debe actuar de la siguiente


forma:
• Tumbar al accidentado en posición horizontal con los miembros
inferiores elevados.
• Buscar una hemorragia externa, a veces oculta por la ropa, dete-
niéndola mediante compresión o torniquete.
• Arropar al accidentado y evitar cualquier movimiento.
• Avisar al servicio de Emergencias (SAME 107).

Se clasifican en:

a. Hemorragias externas:

Tratamiento:
• Con el herido tendido se hace
compresión local en el punto
que sangra, ya sea con uno o
dos dedos o con la palma de la
mano, en función de la exten-
sión de la herida.
• Si la hemorragia cesa, procede-
remos a colocar un vendaje compresivo.

163
• Si no se detiene, habrá que hacer compresión a distancia
en los siguientes puntos:
- CUELLO: carótida.
- HOMBRO: retroclavicular.
- BRAZO: arteria humeral (cara interna del brazo).
- MUSLO: arteria femoral (ingle).
- PIERNA: arteria poplítea.
• Aplastar siempre la arteria o vena contra el hueso lo más
cerca posible de la herida.
• No aflojar nunca el punto de compresión.
• Mantener al herido echado horizontalmente.

Torniquete: solo se utilizará en los siguientes casos:


• Cuando el socorrista está solo y debe atender a otros
accidentados de extrema gravedad.
• En caso de miembros seccionados o aplastados.
Método de colocación:
- Se coloca por encima del codo o por encima de la
rodilla, entre el corazón y la herida.
- Una vez colocado no debe aflojarlo nunca.
- Debe permanecer a la vista, colocándole un rótulo
indicando nombre, hora y minuto de colocación.

164
b. Hemorragias internas:

Tratamiento:
• Vigilar al accidentado para detectar signos de colapso
como palidez, sed, ansiedad, frío o taquicardia.
• Tenderlo horizontalmente.
• Abrigarlo.
• Tranquilizarlo.
• EVACUAR CON EXTREMA URGENCIA.

5. Heridas: una herida es toda lesión de la piel, o de los diferentes ór-


ganos, producida por corte, desgarro, rasguño, contusión, etc.

Se clasifican en:
a. Incisas: originadas por objeto cortante.
b. Especiales:
- Mixtas o inciso contusas.
- Punzantes.
- Por mordedura.
- Con arrancamiento.

Heridas simples: son las


que el socorrista puede
tratar, desinfectándolas y
colocando el apósito corres-
pondiente.

Tratamiento:
• El socorrista se debe lavar
las manos concienzuda-
mente con agua y jabón
abundantes.
• Limpiar la herida, partiendo
del centro al exterior, con
jabón o líquido antiséptico.
• Colocar apósito o vendaje
compresivo.

165
Heridas graves:

Tratamiento:
• La actuación se resume en tres palabras: EMBALAR, AVISAR,
EVACUAR, para lo cual:
- Taponar la herida con gasas limpias o con compresas
estériles, si se disponen de ellas.
- Aplicar una venda sobre la herida, más o menos apre-
tada en función de la importancia de la hemorragia,
cuidando de no interrumpir la circulación sanguínea.
- Si es un miembro superior, colocar un cabestrillo.
- AVISAR.

Heridas del tórax:

Tratamiento:
• Colocar al herido sentado o acostado sobre el lado herido, cabe-
za y hombros algo incorporados, evacuándolo de esta manera.
• Cubrir la herida con varias capas de compresas grandes, de ser
posible, estériles.
• No dar de beber ni comer.

Heridas del abdomen:

Tratamiento:
• Pequeña: poner una compresa grande y sujetarla con esparadrapo.
• Ancha: no poner compresas; si el intestino sale no intentar
meterlo, solo cubrir la herida con un paño húmedo muy limpio
y si es posible estéril. Si algún objeto permanece clavado (cuchi-
llo, punzón, etc.) no quitarlo, evacuar al herido moviéndolo lo
menos posible.
• No dar de beber ni comer.

166
Mordedura de animales:

Tratamiento:
• Carecen de toxicidad y se tratarán como cualquier otra herida,
lavando la zona y aplicando cualquier antiséptico (povidona
yodada).
• Se deberá vigilar al animal para descartar la presencia de rabia.

6. Quemaduras:

a. Quemaduras térmicas: son lesiones de la piel y otros tejidos,


provocadas por diferentes causas como el calor, la electricidad,
productos químicos, etc.

Se clasifican en:

• Quemaduras de primer grado: la piel está enrojecida


(eritema).

• Quemaduras de segundo grado: la parte interior de la


piel (dermis) se quema, formándose ampollas (flictena)
llenas de un líquido claro.

167
• Quemaduras de tercer grado: la piel está carbonizada y
los músculos, vasos y huesos pueden estar afectados.

La gravedad de las quemaduras depende de:


• Su extensión.
• Localización.
• Suciedad, o no, de la misma.
• Fragilidad del quemado (niños, ancianos, etc.).

Tratamiento y conducta a seguir:


• Eliminar o suprimir la causa: si la ropa está en llamas,
impedir que el accidentado corra, enrollarlo en una
manta o abrigo o hacerlo rodar por el suelo.
• Enfriar la quemadura: rociar las regiones quemadas con
abundante agua a una temperatura entre 10 y 20ºC,
durante 10 o 15 minutos.
• Cubrir las quemaduras: proteger las quemaduras con
sábanas limpias y si es posible con compresas estériles.
• Cubrir al herido: con una manta, o similar, al fin de
evitar el enfriamiento general.
• Posición horizontal del quemado: generalmente de espal-
das o en posición lateral si tiene quemada la espalda, o
boca abajo si tiene quemados los costados y la espalda.
• No dar de beber ni comer al quemado grave.
• Avisar a los servicios de urgencias.
• Evacuación inmediata.

168
b. Quemaduras eléctricas: la corriente eléctrica, sea generada ar-
tificialmente o natural (rayos), ocasiona lesiones muy diversas
que van desde quemaduras pequeñas, traumatismos múltiples y
hasta la muerte.

Tipos de lesiones:
• Quemaduras superficiales por calor y llamas.
• Quemaduras por arco o fogonazo.
• Quemaduras llamadas propiamente eléctricas por la
acción de la corriente a través del organismo, ya que
lesionan planos más profundos y a menudo destruye
músculos y altera órganos internos, llegando incluso a
producir paradas cardiorrespiratorias e incluso la muerte.

Ante una electrocución se debe actuar de la siguiente


manera:
• Cortar la corriente eléctrica antes de tocar al acciden-
tado; en caso de que esto no sea posible, aislarlo utili-
zando un objeto que no sea conductor de la electricidad
(ejemplo: un palo, papel de periódico, etc.).
• No emplear objetos metálicos.
• En caso de parada cardiorrespiratoria, iniciar resucita-
ción cardiopulmonar sin interrupción hasta la llegada
del personal sanitario de urgencia, al cual debe avisarse
inmediatamente.

169
Tratamiento:
• Es similar al que se lleva a cabo en las quemaduras tér-
micas, ya que la corriente eléctrica al paso por el orga-
nismo produce calor lesionando los tejidos.

c. Quemaduras químicas: ocurre cuando la piel se pone en contacto


con un ácido o una base potente, de uso común en productos de
limpieza, procesos industriales y laboratorios.

Tratamiento:
• Tranquilizar al paciente.
• Lavar con abundante agua la zona afectada.
• Cubrir la zona quemada con paños limpios.
• Trasladar al paciente al hospital.

170
7. Urgencias otorrino y oftalmo:

a. Por ingestión: los tóxicos pueden ser:

• Alcalinos: lejía, amoniaco, sosa cáustica, etc.

Tratamiento:
- Dar rápidamente un vaso de agua para diluir el
tóxico.
- Añadir vinagre o jugo de limón a un segundo
vaso de agua.
- Después le daremos leche, aceite de oliva o clara
de huevo.
- ¡¡NO PROVOCAR EL VÓMITO!!

• Ácidos: ácido acético, clorhídrico, nítrico, etc.

Tratamiento:
- Dar rápidamente un vaso de agua para diluir el
tóxico.
- Después se le da un vaso de leche o bicarbonato.
- Tras ese vaso le daremos aceite de oliva o clara de
huevo.
- ¡¡NO PROVOCAR EL VÓMITO!!

• Otros tóxicos.

Tratamiento:
- Diluir el tóxico.
- Provocar el vómito.
- Cuando el tipo de tóxico es desconocido
se usa como antídoto:
- Una taza de té fuerte.
- Varias cucharadas de leche de magnesia.
- Dos rebanadas de pan tostado.

171
b. Por inhalación: el mayor número de intoxicaciones por inhala-
ción son producidas generalmente por monóxido de carbono,
aunque existen numerosos tóxicos que se absorben por el apara-
to respiratorio.

Tratamiento:
- Aislar a la víctima de la atmósfera tóxica y hacerle res-
pirar aire puro.
- Si se observa parada respiratoria, practicarle las manio-
bras de resucitación en el ambiente exterior del mismo
lugar del accidente.
- Para llevar a cabo el rescate de la víctima se tomarán las
siguientes precauciones:
- No intentarlo jamás estando solo.
- Si son dos socorristas solamente, uno entra y el
otro permanece en el exterior.
- Atarse a la cintura una soga que permita, al que
permanece en el exterior, extraer a su compañero
a la menor señal de alarma.
- Si es posible, se debe penetrar en la zona tóxica
con una máscara antigás.
- Tomar a la víctima por la cintura y sacarla al
exterior.

c. Por inoculación: se produce generalmente por mordeduras de


animales, serpientes, culebras, insectos, etc.

Mordeduras de serpiente: pueden provocar graves in-


toxicaciones e incluso ser mortales.

Tratamiento:
• Colocar un torniquete, no muy apretado, por encima de
la mordedura para evitar su difusión por el organismo.
• Introducir la parte mordida en agua helada o colocar
compresas de hielo sobre las lesiones.
• Practicar una incisión en forma de X sobre cada una de

172
las dos huellas paralelas y puntiformes, que habrá origi-
nado la mordedura de la víbora o sobre la picadura del
alacrán o escorpión.
• Succionar sin temor, aplicando la boca sobre las heri-
das producidas, escupiendo a continuación la sangre y
veneno extraídos.
• Después, colocar sobre la herida hielo triturado o agua
fría y vendar.
• Evacuar al accidentado al hospital más cercano.

Picaduras de insectos:

Tratamiento:
• Si se percibe el aguijón, extraerlo.
• Aplicar sobre la picadura un trozo de tela empapado en
amoniaco o agua muy fría.
• Si no es posible extraer el aguijón, se aplicará una pasta
hecha con bicarbonato sódico y agua.
• En caso de múltiples picaduras:
- Sumergir al paciente en un baño de agua fría bi-
carbonatada durante 15 minutos.
- Envolverlo en una sábana y trasladarlo urgente-
mente al hospital.

d. Traumatismo del Pabellón Auricular (Orejas):

Tratamiento:
• Colocar al paciente en posición sentado.
• Aplicar compresas heladas.
• Si existe alguna porción desprendida, conservarla para
posible reimplante. Se conservará en unas gasas estériles
o, en su defecto, limpias, empapadas en suero fisiológico
o agua helada.
• Trasladar al hospital.

173
e. Hemorragias en ORL (Otorrinolaringología):

Tratamiento:
• Localizar la hemorragia.
• Detenerla mediante:
- Taponamiento.
- Compresión local.
- Aplicación de compresas frías.
- Posición elevada de la zona sangrante, salvo en
epistaxis (hemorragia por la nariz) que habrá que
mantener la cabeza baja.
- Si no cesa, evacuar al hospital, vigilando pulso y
nivel de conciencia.

f. Causticaciones en ORL (Otorrinolaringología):

Tratamiento:
• Tranquilizar al paciente.
• Lavar con abundante agua la zona lesionada.
• Cubrir con paños limpios o estériles la zona.
• Trasladar al hospital.

g. Heridas en ORL (Otorrinolaringología):

Tratamiento:
• Valoración de la herida.
• Hemostasia.
• Limpieza de la herida.
• Colocar apósito.
• Si la herida es muy extensa, evacuar al hospital.

h. Cuerpos Extraños en ORL (Otorrinolaringología):

Tratamiento:
• Localización del cuerpo extraño; si es en la garganta
y tiene síntomas de asfixia, extraer el cuerpo extraño
mediante el método de HEIMLICH.
• Averiguar tipo de cuerpo extraño.

174
• Limpiar la zona.
• Trasladar al hospital para su extracción.

i. Lesiones oculares producidas por sustancias químicas: la mayor


parte de las sustancias químicas producen efectos nocivos sobre
los ojos al contacto directo con los tejidos oculares.

Tratamiento:
• Lavado ocular abundante.
• No friccionar el párpado.
• Irrigar de manera inmediata y prolongada el ojo durante
al menos 20 minutos con agua o suero fisiológico.
• No tapar el ojo para que las lágrimas continúen limpian-
do cualquier sustancia química residual.
• Evacuar al hospital más cercano, donde se informará
sobre el producto causante de la quemadura.

8. Fracturas: es la ruptura de un hueso. Pueden ser Cerradas o Abiertas.

175
Síntomas principales:

• Impotencia funcional.
• Dolor.
• Chasquido o crepitación.
• Hinchazón-tumefacción.
• Presencia de moretones (hematomas).

Tratamiento general:

• Cortar la hemorragia, si existe.


• Cubrir la herida.
• nmovilizar la fractura.

a. Fractura de los huesos de la nariz:

Tratamiento:
- Aplicar compresas heladas.
- Detener la hemorragia mediante pinzamiento o taponamiento.
- Posición lateral de seguridad.
- Evacuar al hospital más cercano.

b. Fracturas del tronco (columna vertebral, cuello):

Tratamiento:
- No mover al lesionado, dejarlo tendido en el suelo.
- Traslado inmediato al hospital. Este se hará en plano duro, evi-
tando que flexione la columna vertebral ni que pueda flexionar-
la durante el traslado, Si no se dispone de camilla se improvisa-
rá, con tablones, una puerta, etc.

c. Fractura de extremidades (inmovilización):

• Antebrazo: desde la raíz de los dedos a la axila, codo a 90° y


muñeca en extensión.
• Muñeca: desde la raíz de los dedos al codo, muñeca en extensión.

176
• Dedos de la mano: desde la punta de los dedos a la muñeca,
dedos en semiflexión.
• Fémur y pelvis: desde la raíz de los dedos a las costillas, cadera y
rodillas en extensión; tobillo a 90°.
• Tibia y peroné: desde la raíz de los dedos a la ingle, rodilla en
extensión, tobillo a 90º.
• Tobillo y pie: desde la raíz de los dedos a rodilla, tobillo a 90°.
En resumen, una fractura se inmoviliza con férula que abarque
una articulación por arriba y otra por debajo de la lesión.

La inmovilización se improvisa con:

• Férulas de madera.
• Bastones, ramas de árboles, tablillas, revistas, etc., sujetas con:
vendas, tiras de sábanas, cintas, ligas, pañuelos, cinturones,
cuerda, etc.
• En fracturas de miembro inferior puede servir de férula el miembro
sano extendido y atado, o vendado juntamente con el lesionado.
• En las fracturas de brazo puede servir el tronco, fijándolo al mis-
mo con vendas, bufandas, etc.

9. Esguince: desgarro incompleto de la cápsula articular o ligamentos,


sin rotura.

Tratamiento:
- Frío.
- Inmovilización.

177
10. Contusiones: son las lesiones de las partes blandas o del tejido
muscular que no se acompaña de pérdida de continuidad de la piel.

Tratamiento:
- Frío para reducir la tumefacción.
- Reposo.

11. Traumatismo de cráneo: suelen ir acompañados de pérdida de


memoria y en ocasiones del conocimiento.

Tratamiento:
- Mantenerlos acostados, vigilados y abrigados, con la cabeza baja
y vuelta hacia un lado.
- Traslado al hospital de la misma forma que a los fracturados de
columna vertebral.

Traslado de pacientes

Después de los primeros auxilios se debe asegurar el traslado en las me-


jores condiciones.

Los peligros de un transporte incorrecto son:

a. Agravamiento del estado general.


b. Riesgo de provocar lesiones vasculares o nerviosas.
c. Convertir fractura cerrada en abierta, o incompleta en completa.
d. Provocar mayor desviación de la fractura.

El transporte deberá hacerse siempre en camilla y si no disponemos de


ella, se improvisará. La colocación del herido sobre la camilla se puede
hacer de las siguientes formas:

a. Método de la cuchara:

• Tres socorristas se colocarán al lado de la víctima, arrodillando


una pierna e introduciendo sus manos por debajo del cuerpo del

178
accidentado, izándolo a la vez, mientras que el cuarto coloca la
camilla por debajo del cuerpo, o en caso de faltante se procede a
trasladar en bloque.

b. Método del puente:

• Se necesitan cuatro personas. Tres de ellas se deben colocar de


forma que el herido, tendido en el suelo, QUEDE ENTRE SUS
PIERNAS.
• Luego pasarán sus manos por debajo de las pantorrillas y mus-
los, otro por debajo de la cintura y región lumbar, y el tercero
por debajo de hombros y nuca.
• Al mismo tiempo, IZARÁN LOS TRES A LA VEZ el cuerpo como
un todo rígido, mientras que la cuarta persona introduce la
camilla por debajo del cuerpo del accidentado y entre las piernas
de los socorristas.
• A continuación, y siempre con movimientos sincronizados, se
depositará el cuerpo en la camilla.

179
Reanimación cardiopulmonar básica (RCP)

La Reanimación Cardio Pulmonar básica (RCP) es un conjunto de técnicas


y procedimientos de emergencia utilizados para salvar vidas, aplicado a
las personas que han dejado de respirar o el corazón ha cesado de palpitar.
La respiración boca a boca suministra oxígeno a los pulmones de la
persona, mientras que las compresiones cardíacas mantienen la sangre
oxigenada circulando hasta que se puedan restablecer la respiración y
las palpitaciones cardíacas.
Un individuo puede sufrir daño permanente en el cerebro, o morir en
cuestión de minutos si el flujo sanguíneo se detiene; por lo tanto, es muy
importante que se mantenga la circulación y la respiración hasta que
llegue la ayuda médica capacitada.

Para lograr una Reanimación efectiva y de calidad, el tiempo de


compresiones es de al menos 100 compresiones por minuto, la
cual se divide de la siguiente forma:

• En adultos: 30 compresiones x 2 respiraciones x 5 ciclos.


• En niños: 15 compresiones x 2 respiraciones x 5 ciclos.
• En lactantes: 15 compresiones x 2 respiraciones x 5 ciclos.

Causas:

180
Técnica de RCP

1. ASEGURAR el lugar de los hechos: eliminar los peligros que


amenacen su seguridad, la del paciente o la de las personas que
estén en ese lugar.

2. COMPROBAR el estado de CONSCIENCIA de la víctima:


a. Arrodíllese a la altura de los hombros, sacudiéndolos
con suavidad.
b. Acercarse a la cara y en voz alta preguntar: “¿Se en-
cuentra bien?”.
c. Si responde, deje a la víctima en la posición en que la ha
encontrado, pase a realizar una valoración secundaria y
ponga solución a los problemas que vaya detectando.
d. Si no responde…

3. Sin abandonar a la víctima PEDIR AYUDA y colocarla en POSI-


CIÓN DE REANIMACIÓN (boca arriba con brazos y piernas ali-
neados sobre una superficie rígida, y con el tórax descubierto).

4. ABRIR LA VÍA AEREA realizando la maniobra frente-mentón.


Con esta maniobra evitamos que la base de la lengua impida el
paso del aire a los pulmones.

5. Manteniendo la vía aérea abierta, COMPROBAR si la víctima RES-


PIRA normalmente (ver, oír, sentir, durante no más de 10 seg.)
Si la víctima respira normalmente:
a. Colocarlo en posición lateral de seguridad.
b. Llamar a emergencias (107/911) o buscar ayuda.
c. Comprobar periódicamente que sigue respirando.
6. Si la víctima no respira normalmente, pedir ayuda a los
números de emergencia, e INICIAR 30 COMPRESIONES
torácicas en el centro del pecho.

7. Con la vía aérea abierta (frente-mentón) REALIZAR DOS INSU-


FLACIONES. Si el aire no pasa en la primera insuflación, nos

181
aseguraremos de que estamos haciendo bien la maniobra frente-
mentón y realizamos la segunda insuflación entre o no entre aire.

8. Alternamos compresiones – ventilaciones en una SECUENCIA


30:2 (30 compresiones y 2 ventilaciones), a un ritmo de 100
compresiones por minuto.

9. NO INTERRUMPIR salvo que la víctima inicie respiración espon-


tánea, el socorrista se agote o llegue ayuda especializada.

182
Bibliografía / Lecturas recomendadas

1. GONZÁLEZ GÓMEZ, I. C. y HERRERO ALARCÓN, A. (2009). Técnicas y procedi-


mientos de enfermería. Madrid, España: Editorial difusión y avances en enfermería.
2. POTTER, P. y PERRY, A. (2001). Fundamentos de Enfermería (5ta ed.).
España: S.A. MOSBY.
3. COMITÉ CIENTÍFICO DE ENFERMERÍA NEONATAL (2009). Cuidados en enfer-
mería neonatal. Hospital de pediatría S.A.M.I.C. Prof. Dr. J. P. Garraham (Tercera
Edición). Bs. As, Argentina: Ediciones Journal.
4. LUIS RODRIGO, M.T. (2013). Los diagnósticos enfermeros Revisión crítica y guía
práctica (9. ªed.). España: Elsevier Masson.
5. SORRENTINO, S., REMMERT, L. y GOREK, B. (2011). Fundamentos de Enfermería
Práctica. España: Ed. ELSEVIER MOSBY, evolve Learning system.
6. Etiquetas diagnósticas de Diagnóstico de Enfermería NANDA.
Recuperado de: www.nanda.org
7. GOMIS, D. (2008). Manual de Enfermería (Tercera Edición).
Buenos Aires, Argentina. Ed. AKADIA
8. GOMIS, D. (2008). Manual de Enfermería (Teoría + Práctica).
Buenos Aires, Argentina: Editorial AKADIA.
9. BERMAN, SNDYDER, KOZIER y ERB (2008). Fundamentos de Enfermería.
Ed. Pearson. Madrid.
10. Precauciones estándares en la atención de la salud. Organización Mundial de la
Salud (OMS). Octubre 20017. Recuperado de: http://www.who.int/es/
11. CALAFT, M. y SANTAMARÍA, R. (1992). Razones para utilizar los Registros de
Enfermería. Barcelona, España: Nursing.
12. CAMACHO OJEDA, A. y LLANES MONTERO, E. (1998). Informe de Enfermería al
Alta. Barcelona, España: Revista Rol de Enfermería.
13. GARCÍA, E.I. (1997). Monitorización y evaluación de las actividades de calidad.
La calidad aplicada al campo de la enfermería.
Cádiz, España: Editorial Colegio Oficial de Diplomado en Enfermería.
14. LUQUIERE, R. (1989). Seis causas frecuentes de Responsabilidad de Enfermería.
Barcelona, España: Nursing.
15. CABALLERO, E., BECERRA, R. y HULLIN, C. (2010). Proceso de enfermería e in-
formática para la gestión del cuidado. Santiago de Chile: Editorial Mediterráneo.
16. Normas y recomendaciones para el control de Infecciones Intrahospitalarias del
Departamento de Epidemiología e Infectología. Clínica del Hospital Universitario
Fundación Favaloro.

183
184
UNIDAD 5
Introducción
a los Programas
de Salud

185
Programas de salud

Todas las definiciones que se manejan hoy en día de Salud plantean,


implícita o explícitamente, que la salud es un componente básico y vital
del bienestar humano, a cuyo logro debieran estar orientados todos los
esfuerzos productivos de un país.
En consecuencia, el logro de un alto nivel de salud es componente, pero
además y principalmente, finalidad del desarrollo.
Un Plan de Salud y su expresión programática tiene por objeto elevar el
nivel de salud de una comunidad, satisfaciendo cualitativa y cuantitativa-
mente las necesidades de dicha área en la población. Este objetivo se logra
haciendo mayor la cobertura de los servicios, aumentando el rendimiento
de estos y elevando la calidad de los resultados de la atención, medida
que afecta indirectamente mediante la mejoría de los indicadores de salud.
La formulación de planes y programas, desde una perspectiva diferente a
la tradicional, hace necesario el planteamiento de una serie de reflexiones.
Los servicios de Salud Pública deben ser considerados hoy en día no
solo como un conjunto de medidas de carácter médico, sino cada vez
en mayor grado como un elemento importante de los sistemas socio-
económicos en los que intervienen todas las actividades en las que se
basa la sociedad humana, en cualquier etapa de su desarrollo.
En muchos países donde se ha intentado seriamente iniciar y desarrollar
la planificación sanitaria, se ha planteado desde el nivel central y en un
ámbito nacional. La experiencia en estos casos ha demostrado que los
planes de salud formulados desde un nivel exclusivamente central, sin la
participación efectiva de los niveles locales, son planes que de ninguna
manera reflejan la realidad regional, como tampoco contemplan los pro-
blemas de salud de la comunidad a la cual van dirigidos; frecuentemen-
te, a efectos de su implementación, existe un olvido total de los servicios
sanitarios locales existentes.
Las estadísticas sanitarias han proporcionado en el transcurso de los
años una rica información, referente a las acciones dirigidas a mejorar
los denominados factores condicionantes (medio ambiente, nivel de vida
y otros) y la decisiva contribución que han logrado en elevar el nivel de
salud de las comunidades. Pero así mismo, los servicios de Salud Pública
no han logrado formular intervenciones en estos sectores por sobrepasar
y/o transferir su propio campo de acción.

186
Como consecuencia de lo anterior, estos planes, en general, no han sido
formulados en términos intersectoriales y multidisciplinarios, y por tan-
to no han logrado dejar siquiera reflejado en el plan que el nivel de salud
es el resultado de factores condicionantes, que trasciende el ámbito de
actuación del sector sanitario responsable de la salud.
La planificación sanitaria se ha caracterizado, por tanto, en formula-
ciones en términos exclusivamente sectoriales (entiéndase, salud) o con
tentativas muy parciales de articulación con otros sectores. Ello ha con-
ducido a planes que corresponden a una visión vertical o parcial de una
determinada realidad, sea esta local, regional o nacional, que nada tiene
que ver con una visión correcta de esa realidad, incluyendo sus carac-
terísticas socio-económicas y culturales, lo que haría posible abordar
dicha situación de forma horizontal e integrada.
Los resultados obtenidos y el análisis de estos errores han significado
un avance muy importante en la planificación sanitaria actual. No está
demás recordar que la planificación en salud es un proceso que tiene po-
cos años de existencia. En la actualidad, tiende a desarrollarse tomando
en cuenta dos grandes líneas de actuación: el análisis multisectorial e
integrado de una comunidad, y la participación más amplia y completa
de todos los sectores involucrados.
Por último, es conveniente resaltar que los objetivos en salud comenta-
dos en párrafos anteriores difícilmente puedan ser alcanzados si los pla-
nes de salud no se contemplan desde la perspectiva de una formulación
del desarrollo integral de un área y/o un país.
En otro orden de cosas, el proceso de planificación no constituye un
requisito fundamental para solucionar los problemas de salud de las
comunidades. Para ello es necesario que se den una serie de condiciones
plenamente justificadas, a efectos de su implantación.

En nuestro medio, la planificación sanitaria ha irrumpido como una im-


periosa necesidad, dándose una serie de condiciones que así la justifican:

- Una ley básica de Sanidad, que en cierta medida presenta


profundos cambios con respecto al pasado, citando, entre otros
hechos: unas actividades integradas de salud aplicadas mediante
programas sanitarios, una estructuración que identifica los dis-
tintos niveles de asistencia, una potenciación del nivel primario

187
y la puesta en funcionamiento de su estructura básica, el centro
de salud, y otros.
- Los problemas que aquejan a nuestras comunidades relacionados
con la salud y que requieren de una atención altamente prioritaria.
- Las importantes ramificaciones políticas de los problemas, que
hacen que se imponga con urgencia un análisis y una concep-
ción de estrategias sanitarias aún con más énfasis que de cos-
tumbre.
- Los problemas o las estrategias planteadas para reducirlos, que
presentan un carácter nuevo y/o desacostumbrado, en el sentido
de que estos raramente han sido manejados por los mecanismos
sanitarios existentes.
- Las estrategias planteadas, que requieren de los esfuerzos combi-
nados de varios ministerios, de los gobiernos de las autonomías
y/o de los organismos de desarrollo comunitario.

En resumen, la planificación sanitaria tiene unas características que me-


recen ser destacadas:
- La planificación tiene como meta la Salud, tanto se trate de pro-
gramas de salud, proyectos o servicios.
- La planificación establece por adelantado lo que se pretende
hacer en el futuro, decidiendo entre diferentes estrategias que
solucionen los desajustes entre las necesidades de la población y
los recursos para satisfacerlas.
- La formulación de un plan de salud y su expresión en un docu-
mento no es suficiente.

Este plan debe ser puesto en marcha y esto significa que se inicia un pro-
ceso dinámico, un proceso continuo que implica necesariamente un mé-
todo de evaluación que (mediante la comparación de lo formulado y los
resultados obtenidos) contribuya a corregir las desviaciones observadas.
La planificación necesita de los conocimientos de muchos especialistas,
por ello es multidisciplinar, y al mismo tiempo resume en sí misma to-
das las disciplinas de Salud Pública. Asimismo, debe realizar propuestas
acordes a la Política Sanitaria vigente.
Por último, los programas de salud resultantes del proceso de planifi-
cación exigen en sus diversas actividades el trabajo de un Equipo de

188
Salud. Dichos programas consisten en un conjunto de actividades que
deben efectuarse en un plazo determinado para cumplir las metas en
salud propuestas en el Plan, y tienen su origen en reconocer la realidad
de los problemas locales de salud, que pueden ser muy diferentes de una
población a otra.
Todas las consideraciones antes expuestas llevan a una conclusión muy
importante:
Los planes y su expresión programática exigen la participación activa
de todos los profesionales sanitarios. La ausencia de cualquiera de ellos
conducirá, de forma inevitable, si no al fracaso de los programas, a no
alcanzar los objetivos fijados en salud.

Planificación sanitaria

Hoy en día se aplican diversas metodologías de planificación, algunas de


ellas altamente complejas y con exigentes requisitos en cuanto a la ca-
lidad y cantidad de información requerida; otras, igualmente exigentes,
pero más flexibles y aparentemente más sencillas con el fin de adecuar-
se a cada realidad. Sean unas u otras, todas ellas coinciden en etapas
fundamentales, en la formulación de planes y programas integrados de
salud y bajo claros criterios de eficacia y eficiencia.

La metodología de planificación toma como punto de partida los pro-


blemas de salud de la población. Pero, ¿cómo se pueden identificar los
problemas de salud? Se debe seguir una serie de etapas lógicamente
dispuestas que se describen a continuación:

1. Diagnóstico de la situación de salud


1.1. Descripción de la situación de salud.
1.1.1. Nivel de salud.
1.1.2. Factores condicionantes.
1.2. Identificación de los problemas de salud.
1.3. Pronóstico.
1.4. Prioridades.

189
2. Formulación de Planes, Programas y Proyectos
2.1. Definición de objetivos y metas operacionales.
2.2. Estrategias.
2.2.1. Definición de actividades.
2.2.2. Definición de normas de atención, cobertura y
rendimiento.
2.3. Estimación de recursos y expresión presupuestaria.
2.4. Requisitos y obstáculos.
3. Estudio y Aprobación
4. Ejecución
5. Evaluación

Programas y Planes de Salud Nacionales


Ministerio de Salud de la Nación

1. Programa Nacional de Control del Tabaco

El Programa Nacional de Control del Tabaco del Ministerio de Salud de


la Nación fue implementado con un enfoque integral desde fines del
2003 y aprobado por la Resolución 1124 de agosto de 2006. Sus objeti-
vos son prevenir el inicio al consumo de tabaco, disminuir el consumo,
proteger a la población de la exposición al humo de tabaco ambiental y
promover la cesación.
Este Programa abarca los aspectos principales que determinan el alto
consumo de tabaco en Argentina, en particular, la elevada accesibilidad
a los productos de tabaco, la imagen colectiva positiva sobre el consu-
mo, la alta exposición al humo de tabaco ambiental y la escasa capa-
cidad de respuesta de los servicios de salud para la cesación tabáquica.
Comprende un conjunto de líneas de intervención que operan sobre es-
tos cuatro determinantes principales y que están articuladas para lograr
el control de la problemática del tabaco involucrando la prevención pri-
maria, la protección de la población frente a la exposición al humo de
tabaco y la cesación:
a. Regulación de la accesibilidad al tabaco
b. Promoción de estilos de vida sin tabaco
c. Promoción y regulación de ambientes libres de humo
d. Desarrollo de servicios e incentivos a la cesación

190
Asimismo, el Programa tiene una función rectora que se origina, desa-
rrolla y sustenta dentro del marco del Ministerio de Salud, y se fortalece
a través de la creación de una red de equipos y programas dependientes
de los Ministerios de Salud de las Provincias; que desarrollan y llevan
a cabo en sus jurisdicciones las diversas estrategias propuestas y acor-
dadas a nivel general en el marco del Plan Federal de Salud. Si bien,
Argentina aún no ha ratificado el Convenio Marco para el Control del
Tabaco (CMCT) de la OMS, la estrategia de intervención del programa
sigue de cerca las medidas que establece el mismo.

Las acciones estratégicas que atraviesan las líneas de acción y contribu-


yen al desarrollo del Programa y su sostenibilidad son:
a. Participación social, intersectorial e intergubernamental
b. Formación y capacitación
c. Comunicación social
d. Promoción de proyectos locales
e. Estudios e investigaciones
f. Vigilancia

2. Programa de Equipos Comunitarios

El Programa de Equipos Comunitarios (PEC), creado bajo la resolución


1653/2016, implementa desde el año 2004 una política de fortalecimien-
to de recursos humanos para el Primer Nivel de Atención, cuyo propósito
es contribuir a fortalecer la estrategia de Atención Primaria de la Salud
como política de Estado en el marco de la Cobertura Universal de Salud.

Objetivos específicos:
a. Fortalecer a los equipos de salud del primer nivel de atención,
a través del otorgamiento de becas de apoyo económico para la
capacitación en servicio a agentes comunitarios, profesionales y
no profesionales de distintas disciplinas.
b. Capacitar a profesionales y no profesionales en Salud Social y
Comunitaria, en herramientas de gestión, planificación y abor-
daje de problemáticas sociosanitarias prevalentes y emergentes.
c. Llevar a cabo acciones de protección y promoción de la salud en
el primer nivel de atención, garantizando la accesibilidad y la
integralidad en la atención.

191
d. Contribuir a la formación de una ciudadanía activa respecto
del cuidado de la salud, fortaleciendo el trabajo intersectorial y
la construcción de redes comunitarias para dar respuesta a los
problemas de salud de la población.
e. Asegurar la optimización de todos los recursos disponibles,
articulando los programas de salud nacionales, provinciales y
municipales en los efectores de salud públicos donde desarrollan
las actividades los agentes de salud comunitarios.

La estrategia consiste en:


a. Reforzar los equipos de salud incorporando perfiles competentes
a los efectores del primer nivel de atención, a través del otorga-
miento de becas de apoyo económico y de formación.
b. Implementar capacitaciones en Salud Social y Comunitaria y en
Atención Primaria de la Salud, con modalidad teórica y práctica
en servicio, direccionada a la intervención interdisciplinaria y al
trabajo en equipo.

Para ello, el PEC impulsa y desarrolla la Educación Permanente en Servi-


cio, que implica la participación de un proceso de aprendizaje continuo
en el lugar de trabajo, ya sea un centro de salud, un centro integrador
comunitario o una posta sanitaria. Para llevarla adelante, se identifican,
en articulación con cada jurisdicción, los temas de salud prioritarios
para capacitar a los agentes de salud comunitarios, partiendo de las es-
pecificidades de cada Sistema de Salud Público Local. Luego, se planifi-
can las correspondientes capacitaciones, junto con organismos públicos
y de la sociedad civil, sean estos nacionales, provinciales o municipales,
fundaciones, instituciones, entre otros.

3. Enfermedades poco frecuentes y anomalías congénitas

A medida que los defectos congénitos comenzaron a tener más impacto


en la mortalidad infantil, el tema se jerarquiza en el Ministerio de Salud,
entendiéndose que constituye un problema importante de Salud Pública.
A partir de una consultoría efectuada a la Organización Panamericana
de la Salud(OPS), que aconseja el diseño de una “Red Nacional”, se rea-
liza una primera convocatoria a expertos en el tema y se crea la “Comi-
sión Nacional de Genética” (Resolución 149/05).

192
Esta Comisión plantea el abordaje de toda la problemática: lo asistencial,
lo docente, la investigación básica, clínica y epidemiológica, la biotec-
nología y los aspectos éticos, jurídicos y sociales de los defectos congé-
nitos. Como paso inicial, se constituyó un grupo de trabajo para la or-
ganización de una Red de Genética (Resolución 1494/07), integrado por
profesionales del Ministerio de Salud, del Centro Nacional de Genética
Médica (CNGM) que depende de la Administración Nacional de Labora-
torios e Institutos de Salud (ANLIS), del Hospital de Pediatría “Garrahan”
y del Hospital de Clínicas.
Este Grupo inició su actividad a partir de dos antecedentes: un Censo de
Recursos en Genética Médica realizado en el 2004 por el CNGM1 y un Es-
tudio Multicéntrico, llevado a cabo por el Servicio de Genética del Hospital
“Garrahan”. A partir del trabajo realizado se propuso la creación de un Pro-
grama, que se efectivizó por medio de la Resolución 1227 en el año 2008.
En diciembre de ese mismo año el Programa fue presentado en el Consejo
Federal de Salud (COFESA), designándose en 2009 a la Dra. Rosa Liascovich
como coordinadora técnica del Programa (Resolución Secretarial 33/09).
En este contexto, el Programa de Genética se inició en 2009 con el objetivo
de “organizar una Red Nacional de Genética Médica que deberá contribuir
a la racionalización de los recursos existentes, propiciar un incremento de
los RRHH y técnicos en las regiones que lo necesiten, como así también
impulsar la investigación y la docencia, en el marco de la equidad, garan-
tizando la accesibilidad en las áreas más desfavorecidas.” Sus componen-
tes son: asistencial, para organizar y fortalecer servicios de genética en
las provincias; capacitación, para capacitar en genética a agentes de salud
de primer nivel y hospitales; investigación epidemiológica, para organizar
un registro de anomalías o defectos congénitos; y promoción de la salud,
para promover acciones de prevención en la comunidad.
Hoy, el Programa depende de la Dirección de Medicina Comunitaria,
Subsecretaría de Salud Comunitaria y de la Secretaría de Salud Co-
munitaria. El organismo nacional que lleva adelante la coordinación
científico-técnica de las actividades es el CNGM (ANLIS) del Ministerio
de Salud de la Nación. A su vez, en el marco de la organización de la
Red, diferentes Servicios de Genética de distintas instituciones públicas
nacionales y provinciales participan en el diseño y ejecución de las dis-
tintas actividades. Desde el año 2013 comparte actividades en una fuerte
articulación con el área de EPF.

193
4. Programa nacional de detección y control de enfermedad celíaca

La celiaquía es considerada la enfermedad intestinal crónica más fre-


cuente. A pesar de que no hay registro de casos, estudios preliminares en
nuestro país indican una prevalencia de aproximadamente 1: 200. Sin
embargo, actualmente se calcula que 1 de cada 100 personas es celíaca
(habría aproximadamente 400.000 celíacos en Argentina). Por lo tanto,
400.000 familias deben adaptarse al estilo de vida del integrante celíaco.
Los síntomas de la celiaquía suelen ser variados y pueden remitir a otras
enfermedades, situación que produce dificultades para el diagnóstico
precoz de la enfermedad. Otras veces la enfermedad adopta forma si-
lente y el paciente no evidencia síntomas. En ambos casos resulta difícil
arribar al diagnóstico temprano. En tal sentido, el Ministerio de Salud
de la Nación se propone realizar las acciones necesarias para evitar o
minimizar las secuelas que la detección o intervención tardía producen
en el estado de salud de las personas.

Propósito: incluir en el Sistema de Salud acciones que favorezcan la


atención y cuidado integral de las personas con enfermedad celíaca.

Objetivo: contribuir a la detección temprana de la enfermedad celiaca y


al fortalecimiento del Sistema Nacional de Control de Alimentos, espe-
cialmente en lo referente a los alimentos libres de gluten.

Objetivos específicos:
1- Promover el conocimiento y la divulgación masiva de las carac-
terísticas de la enfermedad celíaca.
2- Apoyar a las jurisdicciones para garantizar el acceso al diagnós-
tico oportuno.
3- Propiciar la capacitación de los equipos de salud.
4- Estimular el desarrollo de la investigación.
5- Fortalecer la capacidad técnica y analítica del Sistema Nacional
de Control de Alimentos en la temática.
6- Organizar un Registro Nacional de la Enfermedad Celíaca en
nuestro país.

194
Alcance: el programa está dirigido al fortalecimiento del sector de salud,
en articulación con el Ministerio de Desarrollo Social, para el desarrollo
de acciones que contribuyan a mejorar la atención de las personas con
enfermedad celíaca en todo el país.

5. Programa Federal INCLUIR SALUD

El Programa Federal Incluir Salud es un Sistema de Aseguramiento Público


de Salud que garantiza el acceso a los servicios de salud a madres de siete
o más hijos, personas con discapacidad y adultos mayores de 70 años titu-
lares de Pensiones No Contributivas (PNC), entre otros grupos, generando
condiciones de equidad para el ejercicio del derecho a la salud en todo el
territorio nacional a través de los gobiernos de las 24 jurisdicciones.

Incluir asiste a las provincias con los costos incrementales para:


• Ayudar a garantizar a los titulares el acceso a los medicamen-
tos del Plan Médico Obligatorio y a los de alto costo, como por
ejemplo: los medicamentos biológicos y oncológicos.
• Facilitar la incorporación a dispositivos de rehabilitación e in-
clusión.
• Brindar tratamiento dialítico crónico (hemodiálisis) y realizar
trasplantes.
• El desarrollo de actividades de promoción y prevención en el
ámbito comunitario.

Con el objetivo de promover una gestión eficiente y un abordaje inte-


gral, Incluir Salud trabaja de manera articulada con CUS Medicamentos,
para la entrega de medicamentos del botiquín y con los programas Su-
mar y Redes, para fortalecer la Atención Primaria de Salud.
Gracias al fuerte compromiso y al trabajo conjunto entre la Nación y las
Provincias el programa alcanza a más de un millón de titulares, brin-
dando un acompañamiento continuo de la condición de salud de la per-
sona y de la comunidad. La inversión del Estado Nacional no se destina
solamente a la cobertura de la atención a la enfermedad, sino que busca
intervenir en la realidad socio-sanitaria para que nuestro pueblo viva
con bienestar, en el ejercicio pleno de sus derechos.

195
6. Programa nacional de CHAGAS

A 100 años de haber sido descripta por primera vez, la infección por
Trypanosoma cruzi o enfermedad de Chagas continúa siendo un grave
problema de salud pública en muchos países de América Latina. Por pér-
dida de calidad de vida por discapacidad (AVAD), esta enfermedad ocu-
paba el quinto lugar de importancia entre las enfermedades infecciosas,
en general en las Américas y el Caribe en 2001. La principal vía de trans-
misión del parásito es a través del vector Triatoma infestans (vinchuca).
Sin embargo, la vía congénita ha ido aumentando su incidencia a medi-
da que mejoró el control de la transmisión vectorial y la transfusional.
El Programa Nacional de Chagas (PNCh) comenzó a funcionar en 1961,
luego de más de una década de investigación y desarrollo de varios
programas pilotos de control del vector. Entre 1961 y 1980, el PNCh
llegó a contar con 2.000 técnicos distribuidos en 19 provincias, con
un presupuesto superior a los 100 millones de dólares americanos. La
intervención contra las transmisiones vectorial y transfusional produjo
un descenso de la prevalencia de infección por T. cruzi en los varones
reclutados en el servicio militar obligatorio desde el 10% en 1969 al
6% en 1981 y al 2% en 1993. A pesar de estas mejoras, se han seguido
registrando casos agudos vectoriales de enfermedad de Chagas por falta
de un sistema sostenido de vigilancia entomológica y reinfestación de
las viviendas tratadas.
A partir de 2000 se observó una tendencia creciente en el número de
casos agudos vectoriales en el país, debido a la disminución de las acti-
vidades de control del vector (la tasa anual de rociado de viviendas con
insecticidas bajó de 140.000 viviendas en 1994 a menos de 65.000 entre
1998 y 2008) y a la baja cobertura de las acciones sostenidas de vigi-
lancia (menos del 40% de las viviendas de área endémica), todo esto a
consecuencia de reducciones de presupuesto y de la capacidad operativa
del Programa por déficit de recursos humanos, materiales y una gestión
inadecuada.
Otros factores que contribuyeron al recrudecimiento de la endemia fue-
ron: la crisis socioeconómica de 2001, la insuficiente atención al pro-
blema, a la promoción y la prevención en los sistemas de salud y los
cambios de gestión en los programas.

196
Para interrumpir la transmisión, es necesario optimizar las actividades de
control vectorial y no vectorial, con una vigilancia activa permanente y
con el diagnóstico y tratamiento oportuno de las personas infectadas. La
estrategia apropiada para lograr este objetivo es una descentralización
operativa local que involucre a las diferentes instancias de gestión y ser-
vicios locales de salud, con la conducción, normatización y supervisión
técnica del nivel central nacional; y el compromiso y la responsabilidad
compartidos entre los niveles nacional, provincial y municipal.

7. Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación

Este Programa tiene como misión promover la igualdad de derechos, la


equidad y la justicia social; así como contribuir a mejorar la estructura
de oportunidades para el acceso a una atención integral de la salud se-
xual y reproductiva.

El Programa se propone alcanzar los siguientes objetivos:


• Alcanzar para la población el nivel más elevado de salud sexual
y reproductiva, con el fin de que pueda adoptar decisiones libres
de discriminación o violencia.
• Disminuir la morbimortalidad materno infantil.
• Prevenir embarazos no deseados.
• Promover la salud sexual de los adolescentes.
• Contribuir a la prevención y detección precoz de enfermedades de
transmisión sexual, VIH/sida y patologías genitales y mamarias.
• Garantizar a toda la población el acceso a la información, orien-
tación, métodos y prestaciones de servicios referidos a la salud
sexual y procreación responsable.
• Potenciar la participación femenina en la toma de decisiones
relativas a su salud sexual y procreación responsable.

8. Programa para el desarrollo del Proyecto de Fortalecimiento


de la Estrategia de Atención Primaria de la Salud

El Proyecto se enmarca dentro del Plan Federal de Salud del Ministerio


de Salud de la Nación (MSAL), que tiene como objetivo principal conso-

197
lidar un modelo basado en la atención primaria de la salud (APS).
Este Programa es producto de una donación de la Unión Europea, y llega
a su concreción mediante la suscripción del Convenio de Financiación
Número ALA/2005/17-606, firmado entre la Unión Europea y la Repú-
blica Argentina en Diciembre de 2005.

Objetivos:
Su objetivo general es contribuir a mejorar la salud integral de los habi-
tantes de siete provincias de las regiones NOA y NEA, a partir del forta-
lecimiento del sistema de salud.
Su objetivo específico es fortalecer el modelo de gestión y de atención
de salud pública en siete provincias de las regiones NOA (Catamarca,
Jujuy, Santiago del Estero y Tucumán) y NEA del país (Corrientes, Chaco
y Misiones), en un período de cuatro años, a partir de la Estrategia de
Atención Primaria de la Salud de la EAPS.

Zona de intervención y beneficiarios


El Proyecto se centra en las siete provincias mencionadas y sus sistemas
públicos de salud.
Los beneficiarios finales (grupo meta) del Proyecto son los habitantes
pertenecientes a la zona de influencia de estos efectores y que se ubican
en la franja de la población con necesidades básicas insatisfechas (NBI).

9. SUMAR

En el año 2012, el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Salud


de la Nación, puso en marcha el Programa SUMAR, la ampliación del
Plan Nacer, que en el año 2004 inició un camino innovador en la gestión
sanitaria en Argentina, consolidando políticas públicas más inclusivas
y equitativas.
En base a los resultados y logros del Plan Nacer, el Gobierno Nacional y
las Provincias avanzan en la búsqueda de mejorar la calidad de atención
y en profundizar el acceso y el ejercicio de los derechos de la salud de la
población a partir de la cobertura universal de salud.
Este Programa brinda cobertura a la población materno-infantil, niños/as
y adolescentes de 6 a 19 años y a las mujeres y hombres hasta los 64 años.

198
Con SUMAR, se reafirma y profundiza la gran alianza federal constituida
con el Plan NACER para fortalecer los sistemas provinciales de salud a
través de un novedoso modelo de política pública. De esta manera, se
aumenta la inversión para el sector público, se desarrollan los Seguros
Provinciales de Salud, se trazan nuevas prioridades y objetivos que serán
monitoreados y evaluados de manera sostenida.
El Programa se lleva adelante con un claro enfoque de derechos, que se
propone brindar identidad a las personas frente al sistema de salud y ex-
plicitar los servicios que conforman su derecho, asignándole contenido
y alcance preciso. Sus objetivos priorizados son generar conciencia en la
población acerca de la importancia del cuidado de la salud, empoderarla
para el ejercicio efectivo de su derecho, y potenciar su vínculo con el
sistema de salud.

Objetivos:
• Continuar disminuyendo las tasas de mortalidad materna e in-
fantil.
• Profundizar el cuidado de la salud de los niños/as en toda la
etapa escolar y durante la adolescencia.
• Mejorar el cuidado integral de la salud de la mujer, promoviendo
controles preventivos y buscando reducir la muerte por cáncer
de útero y de mama.
• Mejorar el cuidado integral de la salud del hombre, promoviendo
controles preventivos y buscando reducir la muerte por cáncer
colorrectal.
• Crear y desarrollar los Seguros de Salud Provinciales, destinados
a la población más vulnerable.

10. PROSANE

El Estado Nacional, desde una clara perspectiva de derechos humanos,


desarrolla políticas públicas tendientes a la inclusión. En este sentido, los
derechos a la salud y a la educación constituyen dos derechos humanos
básicos que se buscan garantizar activamente.
En el marco de la Ley N°26.061 de Protección Integral de Derechos de
Niños, Niñas y Adolescentes, PROSANE se desarrolla como una “Política
Integrada de Cuidado para niños, niñas y adolescentes”.

199
Tiene como misión desarrollar y fortalecer políticas integradas de cui-
dado entre Salud y Educación, dar respuesta activa a las necesidades
de atención de los niños, niñas y adolescentes en edad escolar dando
impulso a acciones de prevención de enfermedades y promoción de la
salud, fortaleciendo la articulación entre los Ministerios de Salud y Edu-
cación.
Son destinatarios del Programa Nacional de Salud Escolar los niños,
niñas y adolescentes del nivel inicial, primario y/o secundario de las
escuelas públicas y privadas de todo el territorio nacional.
Por Resolución 11/2015, las jurisdicciones a través del nuevo convenio
adhieren a la reformulación de los objetivos del programa, así como la
redefinición del concepto de Salud Escolar.

Son objetivos específicos del Programa Nacional de Salud Escolar:


• Enmarcar al Programa Nacional de Salud Escolar dentro de la
estrategia de Atención Primaria de la Salud.
• Identificar el estado de salud de los niños, niñas y adolescentes
de las cohortes seleccionadas, mediante un Control Integral de
Salud contemplando el seguimiento y la resolución de las pro-
blemáticas detectadas.
• Propiciar la accesibilidad de la población objetivo al Primer Ni-
vel de Atención y la articulación con el Segundo y Tercer Nivel
de Atención.
• Coordinar acciones conjuntas entre el Ministerio de Salud y el
Ministerio de Educación, a nivel Nacional, Provincial y Local,
para fortalecer la Salud Integral de los niños, niñas y adolescen-
tes.
• Propiciar la conformación y fortalecimiento de las mesas inter-
sectoriales de gestión local, destinadas a impulsar “Políticas de
Cuidado para los niños, niñas y adolescentes”.
• Impulsar y desarrollar acciones de promoción de la salud con
la comunidad educativa para propiciar el aprendizaje y desa-
rrollo humano integral, el mejoramiento de la calidad de vida
y el bienestar colectivo de niños, niñas y adolescentes y demás
miembros de la comunidad.

200
11. Programa Nacional de Epidemiología
y Control de Infecciones Hospitalarias (VIHDA)

Las infecciones hospitalarias constituyen un problema sanitario cuya


magnitud, distribución y mecanismos causales es necesario investigar
para su control, tal como lo revela la experiencia nacional e internacional.
El PROGRAMA NACIONAL DE EPIDEMIOLOGÍA Y CONTROL DE INFEC-
CIONES HOSPITALARIAS comenzó sus actividades hace casi tres déca-
das (Res. MS 2885/83), bajo la responsabilidad del Instituto Nacional de
Epidemiología “Dr. Juan H. Jara” (INE) de la Administración Nacional de
Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS), con el propósito de “Contri-
buir a la disminución de la morbimortalidad por IH y a la mejora de la
calidad de atención médica en los hospitales del país”.

Objetivos
Son objetivos generales del Programa Nacional de Epidemiología y Con-
trol de Infecciones Hospitalarias:
a. La investigación de los distintos aspectos relacionados con las
infecciones en los establecimientos asistenciales.
b. Elaborar propuestas para la normatización del control.
c. La capacitación y adiestramiento del personal para tareas de
investigación y aplicación de normas de control.

Ejes de trabajo
El Programa Nacional de Epidemiología y Control de Infecciones Hos-
pitalarias trabaja sistemática e ininterrumpidamente desde su creación
en seis ejes:
• Docencia
• Investigación
• Normatización
• Vigilancia
• Asesoramiento
• Educación para la salud

201
12. Proyecto de Funciones Esenciales y Programas de Salud Pública II

El Proyecto de Funciones Esenciales y Programas de Salud Pública II


(FESP II) surge en el contexto de la preparación del nuevo Plan Federal
de Salud 2010-2016 (PFS) y en el marco de una exitosa implementación
de los dos primeros años del Proyecto FESP I.
El Proyecto FESP II, en sus cinco años de duración (2011-2016), tuvo el
propósito de fortalecer el rol de gerenciamiento del Ministerio de Salud
de la Nación (MSN), introducir estrategias para promover mejores estilos
de vida y medidas preventivas respecto de determinadas enfermedades
crónicas, mejorar la gestión de la cobertura de salud de las poblaciones
vulnerables y asegurar la coordinación institucional entre los niveles
nacional y provincial.

Objetivos del FESP II


1. Mejorar el gerenciamiento del sistema de salud pública nacional
y provincial.
2. Aumentar la cobertura, la seguridad, calidad y eficacia de los
servicios de salud de un grupo de siete enfermedades y progra-
mas priorizados de salud pública.

Grupo priorizado de enfermedades y programas nacionales de salud:


1. Enfermedades no Transmisibles
2. Enfermedades Inmunoprevenibles
3. Enfermedades Vectoriales
4. VIH/SIDA
5. Sangre segura
6. Tuberculosis
7. Incluir Salud*

*Programa Incluir Salud: el programa está dirigido a dar cobertura en salud a los
grupos vulnerables de la población que incluyen mujeres con siete o más hijos y sus
familias, así como también los discapacitados y adultos mayores de 70 años de edad
sin cobertura social. En el marco del Proyecto FESP II, el programa Incluir Salud
sustentará la creación de una carta de derechos para la mujer para asegurar que
las mismas tengan conocimiento de su derecho a la cobertura de salud. Además, se
llevarán a cabo dos experiencias piloto provinciales (Misiones y Tucumán), donde se
establecerán las garantías explícitas para dar derecho a las beneficiarias de Incluir
Salud a servicios de prevención de salud, tales como cáncer de cuello uterino, salud
reproductiva, y VIH/SIDA e ITS.

202
Alcance poblacional:
Los beneficiarios directos del Proyecto son alrededor de 4,26 millones de
personas, incluidas las personas que participan o que cumplen los requi-
sitos para participar en los siete programas de salud pública selecciona-
dos. Además, 13 millones de personas se beneficiarán indirectamente del
Proyecto, incluidas la población objetivo para la reducción de factores
de riesgo global seleccionados, a través de campañas de prevención y los
programas prioritarios.

13. Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas (PNCC)

El Programa Nacional de Cardiopatías Congénitas del Ministerio de Sa-


lud de la Nación garantiza la resolución quirúrgica a todos los niños y
niñas del país con diagnóstico de cardiopatía congénita que no tienen
obra social.
Uno de cada cien recién nacidos presenta alguna cardiopatía congénita,
es decir, una malformación del corazón que se produce durante la vida
fetal. En la Argentina, nacen al año unos 7 mil niños y niñas con esta
patología.
Alrededor del 50 por ciento de estos niños requieren cirugía en el pri-
mer año de vida y dos terceras partes son solucionables con diagnóstico
oportuno y tratamiento.
El PNCC es el encargado de coordinar la derivación, traslado, tratamien-
to y seguimiento de niños sin obra social que padecen cardiopatías con-
génitas en las 24 jurisdicciones del territorio nacional.

Cómo se trabaja
El Programa cuenta con un Centro Coordinador que tiene sede en el
Hospital de Pediatría “Prof. Dr. Juan P. Garrahan”, en donde trabajan
cardiólogos pediatras de distintos hospitales públicos que proporcionan
atención telefónica personalizada durante los 365 días del año en hora-
rio de 8 a 20 hs. para brindar el tratamiento oportuno y el seguimiento
adecuado de estos casos.
Para el desarrollo de esta actividad, se trabaja en forma articulada con
equipos de salud de todo el país.
En las provincias existe al menos un Centro Asistencial de Referencia

203
con sede en el hospital de mayor complejidad pediátrica donde trabaja
un cardiólogo referente, que es el encargado de hacer el diagnóstico y
notificar el caso al Centro Coordinador.
Luego, el Centro Coordinador se encarga de derivar al niño/a a un Centro
Tratante acorde a la necesidad específica de la patología. Actualmente, el
programa cuenta con una decena de instituciones de salud que reciben
estas patologías.
El PNCC es la autoridad que administra la asignación de casos de pa-
cientes portadores de cardiopatías congénitas de acuerdo a criterios de
urgencia, distancia y en función de la capacidad de respuesta de los
establecimientos con el objetivo de disminuir la mortalidad específica
por esta causa.
El programa depende de la Subsecretaría de Salud Comunitaria del Mi-
nisterio de Salud de la Nación. Asimismo, la mayoría de los niños/as
operados en este marco cuentan con la cobertura del Plan SUMAR.

Objetivos
El PNCC se propone contribuir en la disminución de la tasa de morta-
lidad infantil. Desde el inicio se incrementó el número de cirugías de
niños y niñas portadores de cardiopatías por debajo del año de vida.
Estas acciones permitieron reducir la mortalidad infantil por esta causa.

Asimismo, se propone:
• Mejorar el diagnóstico prenatal y postnatal de las cardiopatías
congénitas.
• Contribuir a la estabilización correcta en las Unidades de Terapia
Intensiva Neonatal.
• Favorecer la derivación oportuna y segura a los centros de refe-
rencia.
• Regionalizar la atención: organización de la red.
• Crear el Registro Nacional de Cardiopatías Congénitas (RNCC).

Principales líneas de acción


• Asesoramiento médico y administrativo en Centros de Referen-
cia provinciales.
• Capacitación local y nacional para Centros de Referencia en
diagnóstico.

204
• Capacitación del grupo humano de Centros Tratantes para mejo-
rar los resultados.
• Desarrollo de una Red Perinatal para derivar a las mujeres
embarazadas a las que se les detecte un feto con Cardiopatía
Congénita.
• Reacreditar los Centros Tratantes de acuerdo a los Indicadores
establecidos.

Bibliografía / Lecturas recomendadas

1. Programas y Planes. Ministerio de Salud de la Nación.


Recuperado de: http://msal.gob.ar/index.php/programas-y-planes/
2. HANLON, J.H. Principios de Administración Sanitaria. 3ª Ed.
(Trad. de la 5ª ed. en inglés). (1954). La Prensa Médica Mexicana.
3. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (1978).
Programación sanitaria por países. Ginebra: OMS.
4. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (1981). Elaboration d’indicateurs
pour la surveillance continue des progrès réalisés dans la voie de la Santé pour
tous d’ici l’an 2.000. Ginebra: OMS.
5. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (1981).
L’évaluation des programmes de santé: principes directeurs. Ginebra: OMS.
6. PINEAULT R. (1987). La planificación sanitaria.
Barcelona: Masson S.A. y Salud y Gestión.
7. SAN MARTÍN H. (1981). Salud y Enfermedad (3ª ed).
México: La Prensa Médica Mexicana.

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