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PERTINENCIA EN LA VARIACIÓN DE LOS INSTRUMENTOS DE

EVALUACIÓN

Lina Yisela Paladines Sarria


Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales

Si bien sabemos, la evaluación consiste "en un proceso de delinear, obtener,


procesar y proveer información válida, confiable y oportuna sobre el mérito y valía
del aprendizaje de un estudiante con el fin de emitir un juicio de valor que permita
tornar diversos tipo de decisiones" (Ahumada, 2003), sin embargo estas no
siempre resultan efectivas para algunos docentes, además suele ser la parte que
menos les gusta, ya que es frustrante pasar horas corrigiendo y calificando para al
final darse cuenta que el estudiante no ha aprendido nada o por el contrario, sabe
más de lo que demuestra. De acuerdo a lo anterior, es necesario conocer sobre
los diferentes instrumentos de evaluación y aplicarlos, para esto se debe siempre
buscar ser objetivos pues este es uno de los principales problemas al momento
de diseñar o escoger un instrumento de evaluación.

Si se toma en cuenta el dicho popular “en la variedad está el gusto” en toces para
evaluar se puede utilizar una gran variedad de actividades, instrumentos y
técnicas teniendo claro que estos no son los protagonistas, Sino sólo son un
medio para alcanzar distintos objetivos. (Sanmartín, 2007, p.100), permitiéndole al
docente evidenciar que el estudiante llegue al saber y saber hacer como procesos
de su aprendizaje.

Dentro del proceso de enseñanza que debe llevar el docente, es muy importante
que se tenga claro el objetivo de la evaluación, esto con el fin de elegir el
instrumento adecuado, puesto que son de gran utilidad para lograr la
comprensión de conceptos o temáticas por parte del estudiante, de ahí la
pertinencia, de tener los objetivos y criterios definidos, para ser más específicos
debemos preguntarnos si este ¿Mide aquello que queremos medir? ¿En qué
grado lo mide? ¿Proporciona la información necesaria para nuestros propósitos
evaluativos? (Marcha, 2008, p.22).
Hay que reconocer que antes de aplicar un instrumento, los criterios de evaluación
deben estar bien especificados y consensuados, así el instrumento será válido
porque se evalúa lo que realmente se quiere evaluar, teniendo en cuenta la
finalidad didáctica y que permita generar evaluaciones de tipo inicial, de la
representaciones los objetivos, de anticipación y planeación, de la percepción de
los criterios de evaluación y los resultados de aprendizaje. No cabe duda que la
calidad de la evaluación depende de su elaboración, por lo tanto no deben ser
improvisadas. Así que la elección de los instrumentos exige pensar
detalladamente en los aspectos que permitan detectar lo que verdaderamente el
estudiante sabe y que no siempre lo evidencia.

Por otro lado estos instrumentos deben ser adaptados a la diversidad de estilos
motivacionales y de aprendizaje de los estudiantes, sin olvidar los objetivos de la
evaluación y el tipo de contenido que se desea evaluar, así como de su
interrelación con los demás componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje
que también suelen ser variadas para el docente.

Debe quedar claro como docentes que no hay instrumentos de evaluación


"buenos" o "malos" Sólo se debe hablar de instrumentos adecuados o no a las
afinidades de su aplicación, lo más apropiado es que la actividad de evaluación
sea coherente con sus objetivos didácticos y que este a su vez permita recoger la
información necesaria y que estimule determinadas habilidades, adaptándose a
los estilos de aprender y de enseñar , por lo que variándolos hay más opciones de
aumentar las cualidades de todos y favorecer el desarrollo de las que no se tienen.

De manera que el instrumento de evaluación también se convierte en un


instrumento de aprendizaje porque a partir de él se puede reflexionar y tomar
decisiones si son necesarias, siempre y cuando sean bien utilizados. Además hay
que evitar que pierda su interés y sobretodo que no se transforme en algo
rutinario, de manera que el docente debe conocer sobre nuevos instrumentos que
permitan despertar nuevas habilidades y razonamientos que ayuden al estudiante
a pensar, a tomar conciencia de sus dificultades y decida sobre cómo superarlas
estimulando la metareflexión.
En conclusión, debe existir pertinencia entre el instrumento de evaluación y los
respectivos criterios y objetivos a evaluar, para alcanzar los resultados esperados,
teniendo en cuenta que no todos los niños tienen los mismo procesos o la mismas
velocidades de aprendizaje por tanto se debe recordar que la evaluación lo que
mide no solamente es el saber sino el progreso en el saber y el saber hacer, Por
último que no se debe desconocer que no hay ningún instrumento que pueda
desecharse, o ninguno que cubra todas las necesidades de la evaluación.

Referencias
Ahumada, P. (2003). La Evaluación en una concepción de Aprendizaje
significativo. Ediciones Universitarias de Valparaíso. Chile (Segunda Edición).
March, A. F. (2008). La formación inicial del profesorado universitario: el título de
Especialista Universitario en Pedagogía Universitaria de la Universidad Politécnica
de Valencia. Revista interuniversitaria de formación del profesorado, 22(3), 161-
187.
Sanmartí, N. (2007). 10 ideas clave: Evaluar para aprender. Colección ideas clave
(España).

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