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2. El mundo al revés
Se menciona desde el principio de la novela con el epígrafe a L. Carroll « que nos acoge en su mundo al revés ».
Alicia escapa a la realidad en un mundo bajo tierra donde impera la imaginación y el sueño que no la realidad.
CMG se inspira de este personaje cuando cuenta cómo ella misma se encierra en el cuarto de atrás en el piso de
Salamanca para librarse de lo que no le gusta y poder hacer lo que le gusta. En efecto, si (cap VI pen el mundo de
los adultos reinaba el orden, la anticipación, el silencio, en el cuarto de atrás, « reinaban el desorden y la
libertad, se permitía cantar a voz en cuello, cambiar de sitio los muebles, saltar encima de un sofá desvencijado
[…] era un reino donde nada estaba prohibido » . 255). Vemos aquí que lo que le gusta a MG es precisamente lo
contrario de lo que pasa en el resto del piso de sus padres, es decir una forma de vida al revés, de mundo al revés,
como para Alicia. También lo recuerda el cuadro del pasillo (cap.1 p.93).
3. La desproporción
Alicia vive en un mundo concebido como un ajedrez, figura que aparece también en nuestra novela y que
permite indicar cierta proporcionalidad mediante los cuadros y la rayas. Así, en el cap.2 p.104 « un
gigantesco tablero de ajedrez » le permite notar la desproporción de la cucaracha que quiere « cortarme el
paso » dice CMG p.104. Compara la cucaracha con una pieza de ajedrez evocando aún más a Alicia: « una
cucaracha desmesurada […] como segura de ocupar el casillero que le pertenece» p.104. La desproporción
aquí del insecto remite al miedo incontrolable de MG que le impide devolver al insecto su proporción de
insecto inofensivo.
4. La magia y la imaginación
MG vincula en su novela la creación literaria a la potencia creativa de la imaginación. Así, en el cap.2, p.132,
escribe que en sus libros anteriores « despertaba de los sueños para pactar con la historia » explicando así su
miedo a lo imaginario. De la misma manera, a continuación escribe: « la literatura es un desafío a la lógica ».
En el cap. VI, p.235, escribe hablando de su amiga del colegio: « Hay un momento en que la literatura de
misterio franquea el umbral de lo maravilloso, y a partir de ahí, todo es posible y verosímil » y más adelante
« vamos por el aire como en una ficción de L. Carroll, planeando sobre los tejados ».
3. Las obras del patrimonio
literario
a. Don Quijote / El elogio de la locura, Erasmo, 1511
Ambas obras, separadas por un siglo, evocan la relatividad del concepto de locura. En efecto, Erasmo critica
Roma y el clero por condenar a hombres y mujeres que, según ellos, diferían de las prescripciones de la
Iglesia y Cervantes crea un personaje que vive en otro tiempo criticando las travesuras del suyo. Ambos
muestran que la cordura y la locura dependen de los criterios que las definen. De la misma manera, para
MG, el orden y el desorden dependen de criterios subjetivos. Por ejemplo, cuando habla del piso de sus
abuelos en Madrid, todo está en el orden que dictan sus abuelos: cap 3: « se me propagaba todo el bostezo
de la casa con su insoportable tic tac de relojes y su relucir inerte de plata y porcelana, templo del orden » p.
156-157. De hecho, ella, de niña, no soporta este orden y para librarse de él lee lo que provoca la reacción
de su abuela que la mira como si estuviera fuera de la norma, de su norma: « le gusta mucho estudiar. »
[decía la madre] « Demasiado -decía la abuela- no sé a qué santo tanta cavilación. » De hecho, en su novela
MG menciona su gusto por el desorden, por ir fuera de la norma, varias veces. En el mismo capítulo,
escribe: « Me horrorizan las cocinas de ahora, asépticas, lujosas e impersonales » criticando la moda (p.152)
como norma. Más adelante: « mi desobediencia a las leyes del hogar […] mis primeras rebeldías frente al
orden y la limpieza » (p.153).
b. Robinson Crusoé, Daniel Defoe, 1719
La isla, el refugio
Nada más hablar de Robinson es lo que se nos ocurre de este personaje que vive aislado y retirado del
mundo aunque a pesar suyo. CMG recurre a esta idea varias veces para ilustrar su necesidad de
libertad frente al mundo sea de los adultos en su casa de Salamanca, sea al franquismo de la
posguerra que quita libertad a las mujeres. Así, utiliza la literatura, mediante su imaginación, para
alejarse de esta opresión. En el cap. 6, imagina con su amiga una isla , Bergai, para expresar su deseo
de libertad. Escribe: « lo mismo que le pasó R. Crusoé cuando llegó a la isla » p.248. Escribe en un
cuaderno: « Isla de Bergai. Primera mención a Robinson Crusoé. Sueños de evasión. » (p.247) «Bergai
fue mi primer refugio » (p.251).
De la misma manera, el cuarto de atrás también es un refugio simbólico y efectivo frente a la falta de
libertad: « parecía de mala educación aislarse tanto, me ponía a dibujar, a recortar figurines de
señoritas viejos » (cap.3 p.156), « el cuarto de atrás tan revuelto y acogedor » p.142-143). También
Cúnigan evoca este refugio: « evidentemente Cúnigan era un lugar mágico y único » cap.3 p.158.
Varias veces MG menciona la literatura como refugio. Pregunta al hombre de negro: « ¿Ud cree que yo
tomo la literatura como refugio? » cap.2 p. 132
4. La novela rosa
MG la menciona muy a menudo como lectura de juventud. No se trata en absoluto de
una mirada crítica sino benevolente. Desde en capítulo 2, cuando está con el hombre
de negro, se le ourre una frase sacada de una novela rosa (con comillas): « -Oh,
Raimundo, contigo nunca tengo miedo. » (p.116). Eso muestra el lugar previsto que
la mujer debía ocupar e,n la sociedad franquista y la imposibilidad para ella de
encontrarse ahí donde no la esperaran. También CMG alude al título de novelas
rosas que leía de joven y nota la cantidad de veces que la palabra « amor » viene en
ellos: « el título de las novelas (El corazón no cambia, Las trampas del corazón,
Corazones intrépidos) ¡Cuánto se hablaba de amor! ». Estas numerosas alusiones a la
novela rosa indica lo que las mujeres solían leer en tiempos de Franco: una literatura
especial para ellas, en la que abundaban las historias de amor como si hubiera sido
imposible que leyesen otras historias. Quizá MG explique con eso la dificultad para
las mujeres de la época de crear su propia literatura y la necesidad pues de imaginar
y escribir.