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El documento presenta varios extractos de escritos de Sri Aurobindo sobre temas espirituales como el silencio, la evolución espiritual, la transformación a través de la paz, la fuerza y la luz, el desarrollo del alma y la personalidad psíquica, el yoga de la voluntad inteligente, y cómo la naturaleza prepara el crecimiento espiritual del hombre a través de la religión, el ocultismo, el pensamiento y la experiencia espirituales. También incluye breves secciones sobre la base del K
El documento presenta varios extractos de escritos de Sri Aurobindo sobre temas espirituales como el silencio, la evolución espiritual, la transformación a través de la paz, la fuerza y la luz, el desarrollo del alma y la personalidad psíquica, el yoga de la voluntad inteligente, y cómo la naturaleza prepara el crecimiento espiritual del hombre a través de la religión, el ocultismo, el pensamiento y la experiencia espirituales. También incluye breves secciones sobre la base del K
El documento presenta varios extractos de escritos de Sri Aurobindo sobre temas espirituales como el silencio, la evolución espiritual, la transformación a través de la paz, la fuerza y la luz, el desarrollo del alma y la personalidad psíquica, el yoga de la voluntad inteligente, y cómo la naturaleza prepara el crecimiento espiritual del hombre a través de la religión, el ocultismo, el pensamiento y la experiencia espirituales. También incluye breves secciones sobre la base del K
“Nuestro yoga comienza allí donde los demás yogas terminan”
Sri Aurobindo
La triple transformación
El descenso de la Paz, el descenso de la Fuerza o el Poder, el
descenso de la Luz, el descenso de Ananda, estas cuatro cosas son las que transforman la naturaleza. Sri Aurobindo
A medida que prosigue la evolución, la Naturaleza va intentando
manifestar las partes ocultas de nuestro ser; nos lleva a dirigir la mirada cada vez más hacia nuestro interior, y empieza a mostrar en la superficie mensajes y formaciones de estos elementos ocultos más reconocibles. El alma en nosotros, el principio psíquico, ha empezado ya a tomar forma secretamente; ella crea y desarrolla una personalidad psíquica, un ser psíquico diferenciado para representarla. Este ser psíquico permanece todavía velado en la parte subliminal de nuestro ser, igual que la mente verdadera, el vital verdadero, o el ser físico verdadero o sutil en nuestro interior: pero, como ellos, actúa en la vida de superficie mediante las influencias y las indicaciones que él ha hecho llegar hasta la superficie; estas influencias e indicaciones vienen a sumarse al agregado de superficie que es producto del conglomerado de influencias y surgimientos del interior, la formación y superestructura visible que generalmente sentimos y consideramos que somos nosotros mismos. En esta superficie ignorante percibimos vagamente algo que podríamos llamar un alma y que es distinto a la mente, la vida y el cuerpo; no sólo la sentimos como nuestra idea mental o el vago instinto que tenemos de nosotros mismos, sino como una influencia sensible en nuestra vida, nuestro carácter y nuestra acción. La influencia de la psique se reconoce de forma habitual, aunque no únicamente, por una serie de signos generales y característicos: por un cierto sentido de la sensibilidad por todo lo que es verdadero, bueno y bello, refinado, puro y noble, por una respuesta a estas cosas, por una presión sobre la mente y la vida para que las acepten y las formulen en nuestros pensamientos, en nuestro sentimientos, en nuestra conducta y en nuestro carácter. Del hombre que no tiene este elemento en él o que no responde en nada a sus incitaciones, decimos que no tiene alma. Pues es esta influencia la que podemos reconocer más fácilmente como la parte más sutil o incluso más divina en nosotros, y la más poderosa para que nos orientemos lentamente hacia algún objetivo de perfección en nuestra naturaleza.
LA EVOLUCION ESPIRITUAL. pp.95,96
Sri Aurobindo
El Yoga de la voluntad inteligente
Hay, dice la Gita, dos clases de inteligencia en el ser humano. La
primera es concentrada, equilibrada, unificada, homogénea, dirigida solamente a la Verdad; la unidad es su característica, la fijeza concentrada, su ser mismo. En la otra no hay voluntad única, ni inteligencia unificada, sino solamente un infinito número de ideas con múltiples ramificaciones, corriendo de aquí para allá, es decir, en esta o aquella otra dirección, en pos de los deseos que le propone la vida y el medio ambiente. Buddhi, la palabra utilizada, significa, propiamente, el poder mental de la comprensión, pero es, con toda evidencia, aplicada por la Gita, en un vasto sentido filosófico, a toda acción de la mente que discrimina y decide; es la mente la que determina tanto la orientación y el uso de nuestros pensamientos como la orientación y el uso de nuestros actos; el pensamiento, la inteligencia, el juicio, la elección perceptiva y la meta quedan incluidos todos ellos en este funcionamiento. Porque la característica de la inteligencia unificada no es sólo la concentración de la mente que conoce, sino especialmente la concentración de la mente que decide, y persiste en su decisión, vyavasaya, mientras que el rasgo de la mente derrochada no es tanto, el aspecto vagabundo de las ideas y las percepciones, como el aspecto vagabundo de los fines y los deseos y, por consiguiente, de la voluntad. Así pues, la voluntad y el conocimiento son las dos funciones de budddhi. La voluntad inteligente unificada se halla afirmada en el alma iluminada, está concentrada en un conocimiento interior de sí; la voluntad inteligente múltiplemente ramificada y variada, ocupada en infinidad de cosas, y descuidando la única necesaria, está, por el contrario, sometida a la actividad sin tregua y vagabunda de la mente, dispersa en la vida exterior, en las obras y en sus frutos.
ENSAYOS SOBRE LA GITA. pp. 118, 119
Cómo prepara la Naturaleza el crecimiento del hombre espiritual
La Naturaleza ha seguido cuatro direcciones principales en su esfuerzo
por abrir el ser interior: la religión, el ocultismo, el pensamiento espiritual, la realización espiritual y la experiencia interior. Las tres primeras son vías de aproximación; la última es la puerta de entrada decisiva. Estas cuatro fuerzas han trabajado simultáneamente y de una manera más o menos coordinada, a veces colaborando juntas, más o menos estrechamente, a veces disputando entre sí, y otras de un modo separado e independiente. La religión ha admitido un elemento «oculto» en su ritual, en sus ceremonias y en sus sacramentos; se ha apoyado en el pensamiento espiritual, sacando de éste a veces un credo o una teología y otras el fundamento de una filosofía espiritual –en Occidente se ha seguido generalmente el primer método en tanto que en Oriente se ha seguido el último–; pero la experiencia espiritual es el objetivo y el logro final de la religión, su horizonte supremo y su cumbre. Cada uno de estos medios o vías de acceso corresponde a algo existente en nuestro ser total y por tanto a algo necesario para el propósito total de su evolución. Cuatro cosas son en efecto necesarias para que el hombre pueda proseguir el proceso de expansión de su ser, si es que no debe seguir siendo lo que es actualmente en su naturaleza exterior o fenoménica, es decir, un ser de la ignorancia superficial buscando oscuramente la verdad de las cosas y recogiendo y sistematizando solamente fragmentos y partes de conocimiento, una pequeña criatura limitada y torpe de la Fuerza cósmica. Debe ante todo conocerse a sí mismo, y descubrir y utilizar sus propias potencialidades; pero para conocerse totalmente a sí mismo y conocer totalmente el mundo debe ir hasta detrás de lo que considera como exterior a sí mismo y de lo que considera que le pertenece como propio; debe sumergirse profundamente por debajo de su propia superficie mental y por debajo de la superficie física de la Naturaleza. Esto sólo puede hacerse conociendo su propio ser interior, mental, vital, físico y psíquico, y sus poderes y movimientos, y las leyes y los procesos universales de la Mente oculta y de la Vida oculta que actúan detrás de la fachada material del universo; ése es el campo del ocultismo, tomando este vocablo en su significación más vasta. El hombre debe conocer también el Poder o los Poderes escondidos que controlan el mundo; si existe un Ser-en-Sí o Espíritu Cósmico, o un Creador, el hombre debe ser capaz de establecer algún tipo de relación con Él o con Eso, ha de ser capaz de permanecer en cualquier contacto o comunión que sea posible, de conseguir algún tipo de sintonía con los Seres que rigen el universo o con el Ser universal y Su voluntad universal, o con el Ser supremo y su suprema voluntad. Debe ser capaz de seguir en su vida y en su conducta la ley que este Ser le impone y de ir en pos del objetivo que le asigna o revela; debe, en su vida presente o en su futura existencia, elevarse hasta la cumbre más alta que este Ser le señala y cuya coronación le exige; y, si este Espíritu, este Ser universal o supremo, no existe debe saber qué es lo que realmente existe y cómo ascender hasta ello, cómo salir de su actual imperfección e impotencia. Ésta es la función de la religión, su meta es unir lo humano a lo Divino y, como consecuencia de eso, sublimar el pensamiento, la vida, el cuerpo físico, de tal manera que puedan admitir la autoridad del alma y del Espíritu. Pero este conocimiento debe ser algo más que un credo o que una revelación mística; la mente pensante tiene que poder aceptar este conocimiento y constatar su vinculación con el principio fundamental de las cosas y con la verdad observable del universo. Tal es la labor de la filosofía, y en el ámbito de la verdad del Espíritu esta tarea sólo puede ser realizada por medio de una filosofía espiritual, bien sea ésta intelectual o intuitiva en su método. Pero ningún conocimiento y ningún esfuerzo pueden producir fruto alguno si no se transforman en experiencia y no se convierten en una parte integrante de la consciencia o de sus operaciones o actividades normales. En el ámbito espiritual todos estos conocimientos y esfuerzos, de carácter religioso oculto o filosófico deben pues para ser fecundos culminar en una apertura de la consciencia espiritual, en experiencias que fundamenten esa consciencia y la eleven, la expandan, y la enriquezcan constantemente, y en la creación de una vida y una acción que concuerden con la verdad del Espíritu; tal es la obra de la experiencia y la realización espirituales.
LA EVOLUCION FUTURA DEL HOMBRE. pp.87-89
Sri Aurobindo
La base del Karmayoga. RISHABCHAND
El Karmayoga o Yoga de las Obras Divinas parte del fundamento de
una fe o percepción interior de que el Divino no es solamente el Absoluto sin características, incomunicable, con quien puedes estar unido en virtud de la abolición de la propia individualidad y de tu existencia temporal, sino también la Realidad omnipresente, la Persona eterna omnicreadora, omniconstitutiva y omnidesbordadora, a la vez trascendente, universal e individual, que debe ser realizada en todos sus estatus y aspectos en una unión simultáneamente estática y dinámica. El hecho de estar unido con Él solamente en su inefable trascendencia no constituye una unión integral puesto que excluye su universalidad y su individualidad. El hecho de estar unido con Él en su devenir universal es también una realización parcial, puesto que deja afuera Su trascendencia atemporal, y te mantiene vinculado a la fórmula cósmica y a relaciones espaciotemporales. Estar identificado con Él en todo tiempo y lugar y más allá del tiempo, y en todos los estados y modos del propio ser, es la consumación suprema y la más alta coronación de la vida humana. El Testigo eterno es también el Hacedor eterno de todas las acciones en el universo. Él es el Creador, el Preservador y el Destructor de todos los nombres y de todas las formas. Karmani varta eva ca, (yo estoy, en verdad, ocupado con la acción), dice Él, aunque Él no tiene deberes que le incumban y ninguna obligación que cumplir. Él es visvaskarma, el hacedor de todas las acciones, pues, Él dice que todos estos mundos se partirían en piezas si Él no ejecutara la acción, si permaneciera inmóvil en su silencio inactivo. Su acción es la de mantener los mundos unidos, la de movilizar y coordinar las energías universales para el cumplimiento de Su voluntad y propósito, y manifestar Su gloria más y más perfectamente en cada ser y criatura. En uno de sus capítulos más espléndidos, la Gita describe, con palabras de fuego, la Suprema Divinidad como el Espíritu universal que demanda al alma humana una participación consciente y obediente en su acción en el mundo. Sri Krishna le dice a Arjuna antes de darle la visión reveladora de su forma universal: “Tu verás mis centenares y millares de formas divinas, de diversas clases, configuradas en estructuras y tonos distintos; verás los Adityas y los Rudras y los Maruts y los Aswins; hoy verás la totalidad del mundo relacionada y unificada en mi cuerpo, y cualquier otra cosa que tu quieras contemplar”. Sri Krishna hace entonces visible a Arjuna Su forma universal. “Es la de la Divinidad infinita cuyos rostros están por todas partes y en quien están todas las maravillas de la existencia, quien multiplica sin fin toda la multitud de revelaciones maravillosas de su ser, una Divinidad más vasta que el mundo que ve con innumerables ojos, que habla con innumerables bocas, que dispone para las batallas de un sin fin de elevados armamentos, gloriosa con ornamentos divinos de belleza, ataviada con celestiales vestimentas de deidad, con hermosas guirnaldas de flores divinas, fragantes con perfumes divinos. Tal es la luz de este cuerpo de Dios como si mil soles hubieran despuntado a la vez en el cielo. La totalidad del mundo multitudinariamente dividido y sin embargo unificado es visible en el cuerpo del Dios de los Dioses. Arjuna lo ve, ve a Dios magnífico y hermoso y terrible, el Señor de las almas que ha manifestado en la gloria y grandeza de su espíritu este mundo salvaje y monstruoso, y ordenado y maravilloso y dulce y terrible, y sobrecogido por el asombro y el gozo y el temor se postra, y adora con respeto reverencial la tremenda visión ”Yo veo,” proclama, todos los dioses en Tu cuerpo, oh Dios, y diversos tipos de seres; Brahma el señor creador asentado en el Loto, y los Rishis y las serpientes divinas. Y vi innumerables brazos y vientres y ojos y rostros, yo vi Tus infinitas formas por doquier, pero no pude ver Tu fin ni Tu punto medio ni Tu comienzo, oh Señor del universo, oh forma universal. Yo te vi coronado con Tu maza y Tu disco, difícil de identificar porque Tu eres una masa luminosa de energía por doquier en torno a mí, una llamarada envolvente, un resplandor solar, una hoguera luminosa Inconmensurable. Tú eres el supremo Inmutable a quien tenemos que conocer, Tú eres el más alto fundamento y el habitáculo del universo. Tú eres el guardián imperecedero de las leyes eternas, Tú eres el alma sempiterna de la existencia”.
Obras escogidas de Tertuliano: Apología contra los gentiles. Exhortación a los mártires. Virtud de la paciencia. La oración cristiana. La respuesta a los judíos
Sesgos Cognitivos: Una Fascinante Mirada dentro de la Psicología Humana y los Métodos para Evitar la Disonancia Cognitiva, Mejorar sus Habilidades para Resolver Problemas y Tomar Mejores Decisiones