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sobre la base de un trabajo detenido que iba mucho más allá de la mera
explotación y transcripción de unas fuentes, para construir, en definitiva,
8 EL PROCESO METODOLÓGICO Y LA DOCUMENTACIÓN un relato. En alguna manera, una investigación histórica debe responder
HISTÓRICA a un plan. En el curso mismo de la investigación, el diseño o plan primiti
vos serán con toda probabilidad profundamente modificados y el resulta
do final seguramente tendrá poco que ver con las presunciones iniciales.
Los textos, o los documentos arqueológicos, aun los
más claros en apariencia y los más complacientes, no
Pero así ocurre con todas las investigaciones en el campo de la ciencia
hablan sino cuando se sabe interrogarlos. natural o social. A ilustrar este proceso general del trabajo del historia
MARC BLOCH, Apologie pour l'Histoire ou métier d'historien dor se orientan las páginas que siguen.
Es indudable que uno de los grandes obstáculos para la consecución de El diseño de la investigación
una historiografía más sólida en sus fundamentos cognoscitivos, más
fiable en sus hallazgos y más explicativa en sus conclusiones, ha sido Rara vez una investigación histórica es planificada con cuidado. Y, es
siempre la escasa atención de muchos a los problemas del método his más, una de las más frecuentes imputaciones negativas que se hacen al
tórico. Ello ha sido así, y en buena parte sigue siéndolo, aun cuando trabajo historiográfico desde el punto de vista metodológico es la falta de
desde hace más de un siglo no han cesado los esfuerzos por constituir explicitación de sus presupuestos y la falta de previsión de sus desarro
definitivamente un método para la historiografía. El extraordinario peso llos. Es una herencia de la historiografía más pragmática y «cronística»
de la historiarelato sin ninguna prolongación ha seguido gravitando so que entendió siempre que la historia era la más simple transcripción en
bre el problema. un texto de aquello que las fuentes, los «documentos», decían. Esta
Hay muchas formas de llevar adelante una investigación histórica. Pero imagen del trabajo de la investigación histórica es completamente erró
existen también unos presupuestos, unas operaciones y unas cautelas nea y está, en las corrientes historiográficas más sólidas, ampliamente
sin las cuales realmente es difícil poder hablar de «investigación». Y la sobrepasada.
verdad es que todo ello constituye un procedimiento que coincide en sus En la escritura tradicional de la historia, en el pensamiento historiográfi
líneas generales con las particularidades de toda investigación social. El co más simple, se ha entendido siempre que la «descripción» histórica,
procedimiento por el que el historiador aborda el problema de construir el narrar los acontecimientos «como realmente han sido», poseía ya en
una representación de lo histórico y de explicar por qué los hechos son sí misma un carácter sintético, ordenado, explicativo, que bastaba para
como son obedece a la misma lógica que cualquier otro método científi dar cuenta de los porqués de los eventos. Se ha creído en una especie
co social. Sus «operaciones lógicas» son las mismas. de causalidad implícita. Por ello, el trabajo historiográfico tradicional se
entendió, durante mucho tiempo, como compuesto de dos partes esen
1. EL PROCESO METODOLÓGICO EN LA HISTORIOGRAFÍA ciales que reunirían en sí todo el método historiográfico:
1. La recolecta de los hechos, a los que, a veces, con notable impropie
Hasta hoy día, la investigación histórica es por lo común una aventura dad suele llamarse datos1. En la historiografía del siglo XIX la temática la
mucho más confiada a la improvisación, a la intuición y al buen sentido 1
Recuérdese la precisión que hemos hecho de que no puede hablarse de datos si no en
del investigador que a una preparación técnica rigurosa. Pero todas las relación con una o unas hipótesis. Datos no son informaciones sobre algo, sino intentos
dictaban muchas veces la mera disponibilidad de tales hechos. Los Como cualquier otra investigación practicada con intención de aportar
grandes progresos de la historiografía del siglo XIX se hicieron sobre el un conocimiento más allá del sentido común, la investigación histórica
supuesto metódico de que primero es el trabajo de archivo, la consulta debe de ir precedida de la aparición de un «tema», pero también de un
de los documentos y el acopio de información factual, y que sólo des proyecto, al menos en esbozo, del procedimiento para abordarlo. El his
pués de esta fase puede pasarse a la segunda, sin que ésta pueda co toriador tiene que establecer un «diseño» o un itinerario de manera ex
menzar antes... plícita, que sirva de guía a su trabajo y de orientación en la búsqueda de
2. La construcción del relato, la integración de los hechos en una trama conclusiones sobre un objeto histórico bien definido. Todas las investi
secuencial, cronológica, que en sí misma contendría su propia lógica, su gaciones sociales poseen un cierto diseño, una planificación, lo que se
propia inteligibilidad como curso de la historia. Sin «hechos» no podría consigue en un proceso que las metodologías propias de cada disciplina
haber historia y sin «documentos» no podría haber hechos. El relato, co procuran clarificar.
mo forma arquetípica y casi exclusiva del discurso histórico, se ha basa Planificar una investigación es, en alguna manera, prever los momentos
do en una información abundante casi siempre y ha tenido además que cognoscitivos y técnicos por los que el trabajo habrá de pasar. Pero, de
poseer una amplia perspectiva temporal desde la que poder enjuiciar los forma más práctica, planificar sería la previsión de adaptación del traba
acontecimientos, con sus antecedentes y sus consecuentes. jo a los problemas concretos del objeto investigado. Una planificación
En su fundamentación general, esta concepción es completamente erró tendría que atender a tres niveles: el de lo que se quiere conocer, el de
nea. Pero con mayor o menor sofisticación, imaginación, variedad de te cómo conocer y el de la comprobación de lo conocido. Ello conllevaría la
mas y auxilio de otras metodologías, todos los narrativismos historiográ previsión del conjunto de problemas relacionados a investigar «por qué
ficos, antiguos y modernos, han obedecido a esta concepción del discur un proceso es como es», sus límites cronológicos y la inteligibilidad y
so histórico y a este esquema de trabajo. Tan sumarias ideas son la he justificación de ellos y la pregunta que hay que formular. El cómo articu
rencia, sin duda, de los preceptistas historiográficos del siglo XIX. Pocas lar una investigación habría de atender a las fuentes, la organización de
son la escuelas historiográficas posteriores que han hecho algo de for la información, su tipología y su uso, así como la relación con otras in
ma sistemática por eliminar esta falsa idea de que un discurso histórico vestigaciones. Ninguna investigación puede permanecer aislada de las
de garantía sólo estaba obligado a tener buenas fuentes de información. demás de su misma área. Pues bien, el diseño es la planificación que se
En realidad, no hay ninguna práctica del conocimiento social serio que hace una vez que tenemos claro el problema y sus fuentes, el método
proceda de esta manera, ni siquiera aquellas que más se asemejan a lo y la técnica. Los trabajos escolares se suelen planificar. Paradójicamen
histórico: la descripción etnológica, por ejemplo. El clásico esquema He te, muchas investigaciones profesionales no.
chosSíntesis, herencia del inductivismo positivista más ingenuo que Pero esta suposición de que la investigación histórica puede ser orienta
impregnó las ideas historiográficas del XIX: primero los «datos», des da y sustancialmente mejorada en función del rigor del procedimiento de
pués las «síntesis», ha tenido una larga persistencia. Pero, a sus res trabajo debe ser matizada en los dos sentidos siguientes:
pectivos niveles, muchos autores, que pueden ejemplificarse desde el Primero, en el de que lo dicho no supone promover ni recomendar que
metodólogo K. R. Popper al historiador Edward H. Carr, han expuesto la investigación de la historia, o de cualquier otra materia social, haya de
que el trabajo del descubrimiento en la realidad natural y en la social estar sujeta a «corsés» para poder garantizar alguna productividad.
nunca procede así. Segundo, en el de que el diseño de una investigación tiene que servir no
sólo a la optimización del trabajo, sino a la riqueza de las conclusiones.
de «evidenciar algo».
Es necesario que el historiador haga siempre explícitos sus procedi El «problema» histórico
mientos de trabajo de forma que procure, como procura cualquier prácti
ca científica, presentar una imagen exhaustiva de los elementos de la La raíz de una investigación histórica puede encontrarse, lógicamente,
argumentación y de las fuentes de sus «evidencias» que le conducen en muy diversas motivaciones. No existen textos que enseñen al histo
a determinadas conclusiones. O, dicho en otras palabras, que tampoco riador a diseñar un proceso de investigación una vez que se han hecho
sonarán nuevas: para que un discurso pueda considerarse científico de las primeras aproximaciones a un problema y, por tanto, a un tema. Pe
be presentar siempre la posibilidad de que sus propias conclusiones ro al propio diseño precede ciertamente al problema.
puedan ser rebatidas. La investigación histórica surge de «hallazgos» de nuevas fuentes, de
La práctica de la investigación histórica tiene que ajustarse a la defini nuevas conexiones entre las cosas, de comparaciones o surge de insa
ción clara de problemas, la formulación de hipótesis, la construcción de tisfacciones con los conocimientos existentes, in satisfacciones que, a
los datos, la elaboración de explicaciones lo más consistentes posible y su vez, están provocadas por la aparición de nuevos puntos de vista, de
la construcción de mecanismos para «probar» comparativamente la nuevas «teorías», o de nuevas curiosidades sociales. «Temas de inves
adecuación de sus explicaciones. Es visible que la investigación norma tigación», como decimos en la jerga académica, existen muchos. Nadie
lizada en la ciencia social parte de unos presupuestos o «estados de la puede negar que la puesta en marcha de un tema de investigación, o
cuestión», identifica unos objetos de investigación y no se confunde con supuestamente tal, sigue teniendo muchas veces un origen ideológico,
la mera descripción de unos hechos. Una investigación tiene un «tema», político o de otro género bastante ajeno a los intereses de la ciencia. Pe
pero la problemática de tal tema no se resuelve, evidentemente, en el ro temas relevantes existen muchos menos que estos que suelen ser fo
acopio de informaciones sobre él. mentados desde instancias no científicas.
La investigación de un determinado proceso histórico no puede empren Por lo demás, una disciplina madura distingue plenamente entre la «ex
derse con garantías científicas si no está instrumental y conceptualmen posición normalizada» de los conocimientos, los tratados o síntesis, y la
te bien definida. Es cierto que en el punto de partida es difícil que exista, aparición de «investigaciones nuevas», de aportaciones más o menos
y normalmente no existe, una correcta definición y planteamiento de un decisivas. Las disciplinas seleccionan la producción por la relevancia de
problema y de los instrumentos para su resolución; sólo el propio proce los temas y la validez de la investigación. En la «buena ciencia» ambas
so de investigación va perfilando esas definiciones. Pero tal perfil no cosas deben ir estrechamente unidas. Temas de enorme relevancia his
puede progresar si el investigador no es consciente de cuáles son sus tórica, de los que pueden citarse muchos ejemplos, pueden estar franca
objetivos y cuáles sus medios o instrumentos. Es decir, por sumario que mente mal estudiados, aunque se estudien de manera insistente. Debe
sea, un proyecto de investigación tiene que tener una estructura clara, distinguirse entre la verdadera aportación de nuevos conocimientos y el
pero abierta, y naturalmente perfectible, donde queden fijados objetivos simple «amateurismo» u oportunismo.
y medios, donde se pueda ir introduciendo cada vez mayor diversifica
ción y diferenciación y, a un tiempo, mayor coherencia2. Si el historiador trabaja con el rigor metodológico adecuado, ha de dis
tinguir muy cuidadosamente entre lo que es la aparición de campos his
tóricos nuevos sobre los que la investigación no se ha concentrado ante
2
Resulta especialmente peregrina la proposición de que la «investigación histórica» y riormente, es decir, nuevos campos temáticos, de aquellos otros que
el «método histórico» son dos cosas distintas. Esa proposición procede de un libro en sí son los espacios de investigación sobre los que se vuelve de nuevo, es
mismo peregrino y con pretensiones didácticas, el ya citado de B. Escandell, Teoría, pp.
131 y ss.
decir, de aquellos otros tipos de temas ya estudiados pero que se some
ten a revisión con nuevos instrumentos de método o nuevas informacio tuiciones» previas del investigador, pueden verse muy ayudados por la
nes, de viejos problemas que aparecen ahora como no adecuadamente clarificación de la tipología formal y material mismas a las que de hecho
resueltos. se suelen adoptar las investigaciones históricas. Veamos cómo puede
Unas veces se indaga acerca de problemas reales que por alguna razón hacerse, en efecto, una tipología de las investigaciones históricas posi
habían permanecido intratados. El conocimiento de la periferia y el con bles.
texto de tales problemas es siempre fundamental. A veces, la falta de
tratamiento de un asunto evidencia que no había capacidad teórica para En el objetivo de una investigación sociohistórica pueden distinguirse,
ello. Otras, puede reflejar una carencia de datos decisiva. En estas si al menos, cuatro planos:
tuaciones los ensayos explicativos previos pueden jugar papeles muy
distintos: desde ser claves hasta ser absolutamente desorientadores. - el de la secuencia temporal
La aparición de nuevas fuentes, de enfoques nuevos de problemas anti - el del espacio o espacio socio histórico
guos, de nuevas posiciones «interpretativas» acerca de fenómenos co - el de la sociedad global
nocidos, tienen tanta o más importancia para el progreso historiográfico - el de los fenómenos socio históricos particulares
que la rotulación de nuevos campos de investigación. De hecho, al con
fluir en lo historiográfico estos dos tipos de aportaciones al conocimiento A su vez, la investigación de la realidad histórica, bien comprenda los
de la historia, los territorios de la investigación se hacen inagotables, en cuatro planos antes citados o cualquier combinación posible de ellos,
contra de la opinión de los viejos preceptistas que creían en la posibili puede abordarse desde una o varias de estas aproximaciones o pers
dad del agotamiento de un campo de estudio al llegar a la exploración pectivas formales e instrumentales:
completa de sus fuentes3.
Todas las ciencias, las naturales y las sociales, se vierten sobre estos - la espacial (territorial), que atiende preferentemente a la «amplitud»
dos territorios de la investigación: los nuevos temas y la reinvestigación física o social de un asunto;
de los viejos. En modo alguno es solamente la historia la que se escribe - la cronológica, que atiende sobre todo al ritmo temporal;
de nuevo en cada generación, según se ha dicho muchas veces. Todos - la sistemática, que atiende a «temas» bien individualizados.
los campos de la actividad humana son continuamente reinvestigados.
Lo importante es no confundir las meras innovaciones temáticas con En términos absolutos, del entrecruzamiento, o de la combinación orde
progresos metodológicos. nada de esos planos y esas aproximaciones se deriva toda una maraña
de «historias» plausibles distintas, de especializaciones, de investigacio
La dicotomía «historia general»/«monografía sectorial» nes posibles y de complejidad metodológica, en suma, de la historiogra
La aparición de un cierto «problema» histórico a investigar y el intento fía. No sería ociosa una mínima clarificación de esas conceptuaciones.
de diseñar una planificación, de proyectar en el trabajo unas ciertas «in A modo de ejemplo, sin agotar enteramente la clasificación que, por lo
demás, es sencilla de establecer, puede verse que las investigaciones
3
Esta ingenua posición manifestaban Langlois y Seignobos con referencia a la historia historiográficas pueden tener carácter de historia general o historia sec
antigua que ellos suponían que no estaba lejos de ser conocida «completamente» en
cuanto se descubrieran todas las fuentes existentes. Esta sola afirmación es por sí torial, historia nacional, regional o local (historias territoriales), historia
misma expresiva de la idea que se hacen de la historia y la historiografía los grandes global o historia monográfica, historia sistemática o historia cronológica.
preceptistas de la historiografía clásica de comienzos del siglo XX. Cf. C. Langlois y C.
Seignobos, Introduction, cap. 1.
Una «historia» no queda nunca definida, en principio, sin la explicitación La historia general es un trabajo de síntesis histórica que pretende dar
del lapso cronológico en que ocurre. Lo histórico lleva dentro el tiempo, cuenta de las determinaciones totales de un fenómeno histórico al que
y puede llevar distintos tipos de él. La cronología es la denominación re se accederá desde el conjunto de esas perspectivas. La articulación de
ferencial y simplificada de la temporalidad. Una «historia», por otra par determinaciones y perspectivas para que una historia general pueda ser
te, tiene siempre un espacio de desarrollo, o, como hemos dicho, de in historia total es un problema abierto de la teoría de la historiografía. La
teligibilidad; puesto que una historia trata de un proceso social que no es historia monográfica es la historia de un sector de la sociedad, de un fe
universal ha de ser ubicada de forma que señale el espacio físico donde nómeno particular en el seno de un conjunto, del que se hace un análi
ocurre, bien un territorio un Estado, una región, un municipio o lo que sis sistemático, antes que cronológico o territorial. Las historias cronoló
hemos llamado un espacio socio histórico cuando la historia no tiene gicas y territoriales no son sino limitaciones de la historia general busca
una determinación territorial, sino que tiene carácter institucional inqui das por el investigador, impuestas a veces por las posibilidades mismas
sición, masonería, beneficencia, por ejemplo o es historia intelectual, de la investigación. Existe, en definitiva, una investigación «monográfi
etc. ca» y existe una necesaria construcción de «historias generales» que
Estas dos delimitaciones, la cronológica y la espacial, se hallan presen constituyen la presentación más completa del estado de la ciencia histo
tes en todas las historias de una u otra manera; pero hay unas historias riográfica en un momento dado.
que tienen como referente las sociedades globales, es decir, realidades La investigación monográfica tiene, a su vez, dos orientaciones básicas
analizadas como globalidad4, como sistema5, y otras que lo tienen en fe distintas. O es una historia «temática» que corresponde también a las
nómenos particulares, que forman parte, como subsistemas, de otra rea habituales especializaciones historiográficas de acuerdo con las espe
lidad superior, realidad esta que es tenida como marco de referencia en cializaciones de las ciencias sociales en el estudio de la sociedades: las
el proceso metodológico. historias política, económica, social, cultural, etc., y todas sus múltiples
Las determinaciones de la materia histórica en el espacio, el tiempo y el subespecializaciones posibles, o es una historia «territorial» que repre
nivel de globalidad se conjugan, a su vez, con tres posibles maneras de senta el intento de globalización del proceso histórico sobre un determi
acercamiento metódico que atenderán de forma especial a cada una de nado territorio, que en el caso de la orientación monográfica ha de ver
tales determinaciones. Las historias territoriales son aquellas que adop sar sobre un campo territorial razonablemente abarcable por el investi
tan un enfoque determinado por el espacio de desarrollo de un fenóme gador.
nos sociohistórico; las historias cronológicas son las determinadas por
el lapso cronológico; las historias sistemáticas analizan fenómenos parti Indudablemente, como está a la vista, los tipos de fenómenos, situacio
culares atendiendo a la naturaleza misma del fenómeno, en función del nes y episodios históricos susceptibles de convertirse en objeto de in
cual habrá de establecerse su marco cronológico y espacial. vestigación son innumerables. De hecho, infinitos. Pero, como toda dis
ciplina establecida, la historiografía presenta en cada momento de su
desarrollo unas concretas «costumbres» para hacer las taxonomías de
4
los «terrenos» de la investigación. Las prácticas historiográficas estable
No parece preciso insistir en que la globalidad es una categoría relativa. Casi cualquier
entidad puede ser tenida como un todo o considerada como parte de otra que la
cidas identifican los problemas a investigar de acuerdo con una división
engloba. El alcance de la globalidad es una decisión epistémica y metodológica, bajo convencional de los campos. El propio estado de desarrollo de una dis
ciegas condiciones, del investigador. ciplina marca muchas veces las posibilidades de surgimiento de cam
5
Como «sistema emergente», o con propiedades emergentes, si prestamos atención a
las sugerencias de M. Bunge, Mente, pp. 130 y ss.
pos, temas, método e investigaciones nuevas. El «paradigma científico»
en el que se desenvuelve la interpretación de la realidad también. De produce es parte de la cultura de una época y forma parte, pues, de la
ahí la decisiva importancia de corrientes e investigaciones que significan historia de esa época.
«rupturas». Lo dicho podría esquematizarse en un cuadro como este:
Las operaciones lógicas de la investigación histórica
15
Las de Droysen, Meyer, Langlois-Seignobos, Bernheim, Bauer, Halphen, Halkin, P.
Salmon, etc., entre las de tradición positivista. De otra índole son las de Berr, Bloch,
Topolsky, Cardoso-Pérez Brignoli o Vilar. Pero véase, en todo caso, la bibliografía final.
CRITERIOS TAXONÓMICOS: Los caracteres taxonómicos de los tipos de fuentes
posicional (fuentes directas o indirectas) La clasificación por criterios específicos que tienen que ver con la natu
intencional (fuentes voluntarias o no voluntarias) raleza interna de las fuentes y no meramente con la forma en que han
cualitativo (fuentes materiales o culturales) de ser «leídas», o sea, por la forma en que se extrae de ellas la informa
formal cuantitativo (fuentes seriadas o no seriadas o seriables y ción escritas, orales, arqueológicas, etc., permite una gran flexibilidad.
no seriables). Así, un ejemplo de clasificación por aplicación simultánea de los cuatro
criterios podría procuramos una fuente que fuese, por ejemplo:
Esa taxonomía permitiría una variación, más bien formal, que atendiera material/involuntaria/seriada/directa, con lo que nos encontraríamos, jus
a la posición, la intención, la información cuantitativa y la información tamente, ante uno de los mejores tipos de fuentes pensables, o
cualitativa. verbal/no narrativa/seriada/indirecta, que respondería a un tipo de fuente
Todo esto podría expresarse gráficamente en el siguiente cuadro: como la judicial, verbigracia, aplicable al estudio de la evolución del len
guaje oficial. En definitiva, estos criterios, y las correspondientes catego
rías complejas que de ellos se desprenden, tienen ante todo un valor
técnico al favorecer de modo especial la observación, crítica y evalua
ción documentales, que es de lo que se trata. Son, como decimos, crite
rios combinables en la búsqueda de la correcta ubicación taxonómica de
una fuente.
La clasificación de las fuentes tiene también interés, cuando menos, por
el criterio orientativo que facilita en la búsqueda de las fuentes idóneas
para el estudio de determinadas situaciones históricas, teniendo en
cuenta siempre que el ideal de una gran investigación es el uso de las
más variadas fuentes posibles y la confrontación sistemática entre ellas.
Aun así, sería posible encontrar, claro está, fuentes de clasificación du
dosa o imposible.
Una clasificación de fuentes, por lo demás, que se limitara a distinguir
entre materiales o arqueológicas y todas las demás lo que no es raro
tendría por sí misma una utilidad técnica bastante limitada. Una buena
taxonomía de las fuentes no es, en definitiva, una cosa fácil. Cualquier
CUADRO 6 clasificación plantea siempre problemas que muestran cuán decisivo es
Criterios para la clasificación de las fuentes históricas el criterio mismo del investigador a la hora de procurarse una documen
tación idónea para el establecimiento de conclusiones. Señalemos,
pues, las características fundamentales de estas clasificaciones y algu
nas de las dificultades en cuanto a los criterios de clasificación.
1. El criterio posicional conceptos relacionados con la pertinencia metodológica que a la forma
de reunir la información.
Fuentes directas y fuentes indirectas. El asunto clave implicado en el cri Por fin, el criterio posicional nos lleva al problema del carácter de las
terio posicional se refiere justamente a la cuestión de las fuentes direc fuentes en relación con los periodos históricos de los que tratamos. Ca
tas e indirectas, que, una vez más, pueden interpretarse también como da periodo tiene algunas fuentes enteramente típicas. Compárese el
primarias o secundarias. ¿Cómo establecer el criterio distintivo? ¿Según asunto de las fuentes antes de la aparición de la escritura y después, o
la procedencia de la fuente, su contenido, el grado de relación con el nú el tipo de fuentes históricas que generan las sociedades preindustriales
cleo central de lo investigado? En historia agraria, por ejemplo, imagíne en relación con las industriales. Por ello, en definitiva, la teoría de las
se la diferencia entre un catastro de la propiedad agraria y una informa fuentes según criterios posicionales, nos lleva a contemplar las fuentes
ción sobre las costumbres festivas rurales en relación con la recolecta históricas estrechamente ligadas a la historia que se pretende investigar.
de los frutos. Por fin, un asunto muy clásico relacionado con la clasificación posicional
La distinción entre fuentes directas e indirectas resulta bastante clásica. es el de esa posición en sentido cronológico. La «cercanía» o «aleja
Pero en su forma clásica esta distinción era aplicable más que a la cate miento» de un determinado tipo de fuentes en relación con la situación
goría misma de fuente a la naturaleza del testimonio contenido en ella. de la que dan cuenta ha planteado en la historiografía tradicional el em
Una fuente clasificada de directa era un escrito o relato de algún testigo brollo de la distinción entre documentación y bibliografía, o entre fuentes
presencial de un hecho, de un protagonista, de una documentación, a primarias y secundarias. Y, sin embargo, esas diferencias no obedecerí
veces, que emanaba directamente del acto en estudio. Una fuente indi an en realidad a un criterio posicional, sino más bien intencional. «Docu
recta era una fuente mediata o mediatizada, una información basada, a mentación» es la información no elaborada, no discursiva. «Bibliografía»
su vez, en otras informaciones no testimoniales. En definitiva se trataba define más bien el contexto científico, el «estado de la cuestión», en el
de un criterio clasificador aplicable a los escritos cronísticos, a las me que nos movemos. Así, se plantearía el problema: ¿una crónica es do
morias, a los reportajes. Las fuentes eran de uno u otro tipo según la cumentación o es bibliografía?; ¿tiene sentido aquí emplear un criterio
manera en que la información era recogida, según la «cercanía» de la cronológico como distinción y ayuda a la clasificación? Parece claro que
fuente a los hechos narrados. no. La distinción debe establecerse entre lo que es crónicatestimonio o
Pero hoy la categorización directa/indirecta, sin abandonar del todo esa lo que es estudio historiográfico.
noción referente al grado de «originalidad» información, diríamos, de
primera mano o no, debe atender primordialmente a la funcionalidad o 2. El criterio intencional
idoneidad de una fuente en relación con el tipo de estudio que se pre
tende. Se traslada así el criterio de clasificación desde la naturaleza de Fuentes testimoniales y fuentes no testimoniales. Son precisamente
la información al tipo de investigación que se emprende. De esta forma, unas observaciones hechas por Marc Bloch en su clásico libro las que
unas fuentes pueden ser directas para un determinado asunto e indirec permiten fijar uno de los grandes puntos de vista para discriminar en el
tas para otro. Así, ciertos documentos históricos muestran una extrema campo de las fuentes un carácter que resulta básico en su evaluación: el
da polivalencia. Las vidas de santos informan sobre todo del simbolismo de la voluntariedad. Según que los testimonios que el historiador maneja
religioso puesto que intentan «edificar» al fiel, pero al mismo tiempo son se hayan generado de forma voluntaria o de forma no pretendida explíci
fuente inestimable sobre las costumbres de una época, por ejemplo. Es tamente, su carácter ha de ser tenido, en principio, como enteramente
te criterio de clasificación de las fuentes, por tanto, deja actuar más a los diferente. O, dicho de otra forma, es radicalmente diferente que una cre
acto intencionado y no testimoniales a las fuentes involuntarias. En fun
ción de esa primera distinción es posible elaborar un cuadro como el
que aparece en la página 344. (cuadro 9)
El conocimiento de la forma de producción de un documento es, natural
mente, esencial en cualquier análisis de la información que transmite.
Por ello, la clasificación de las fuentes según el carácter y proceso de su
producción tiene un innegable interés para el ejercicio de la crítica fon
tal, con independencia de las propias características intrínsecas que
conceda al documento el «destino» con que se produce. A través de
una hermenéutica nada complicada parece fácil diferenciar la problemá
tica crítica que presentarían fuentes, por ejemplo, como una inscripción
conmemorativa de algo y las cuentas de una explotación minera. En ca
si todos los aspectos atendibles en el proceso de su producción, estos
dos tipos de fuentes muestran una diferencia radical.
En definitiva, el mecanismo de producción de un documento de cual
quier tipo empleado como fuente de información histórica, mecanismo
en el que habría de considerarse desde la «intención» hasta el material
mismo de que está hecho el documento, es esencial en la evaluación de
las fuentes. Un testimonio que fue producido para crear una forma de
«memoria histórica» por ejemplo, los lugares de la memoria de los que
ha hablado Pierre Nora16 no puede tener el mismo tratamiento y valor
que el producto material de la actividad cotidiana del hombre, como es,
por ejemplo, una lista de asistentes a un banquete, o una inscripción
censal.
Depuración de información:
Coherencia interna de la fuente (rastreo de interpolaciones).
Comprobación externa de la información.
Investigación por encuesta o cuestionarios comparativos.
Contextualización:
Técnicas de clasificación documental. estricto o demanda de la opinión pública, necesidades ideológicas, «mo
Análisis de « series» o «familias» de documentos. das intelectuales», etc. La relación entre tema y fuentes es siempre dia
Comparación de fuentes diversas. léctica y es ella la que explica y condiciona el diseño de una investiga
ción. La dialéctica entre problemas, hipótesis y fuentes es también la
La crítica documental, en definitiva, ha de echar mano de muchos tipos que plantea la necesidad de un estudio de la adecuación.
de técnicas: filológicas, estadísticas, de laboratorio, etc. Pero siempre Podemos decir que son fuentes adecuadas para un tema aquellos con
las tareas de evaluación de una fuente han de atender en primer lugar a juntos documentales capaces de responder a mayor número de pregun
establecer la historia de la fuente misma El origen, vicisitudes y trayec tas, con menos problemas de fiabilidad, de menos equivocidad o mejor
toria de una fuente hasta llegar a nuestras manos puede ser una extra adaptación a los fines de la investigación y susceptibles de usos más
ordinaria información para proceder desde ella a la crítica. Conocida la cómodos. Por desgracia, el problema de la adecuación no se presenta
«historia» de la fuente es posible proceder ya a su observación. Exami como mera posibilidad y necesidad de opción entre unos tipos de fuen
nanda adecuadamente una fuente, puede pasarse a su análisis interno. tes u otras. Raro es, o poco exigente, el investigador que se encuentra
Este tipo de análisis será más claro y ordenado si se guardan precaucio satisfecho de sus fuentes. Pasado un cierto umbral elemental de ade
nes para que el análisis clasifique la fuente en cuanto al tipo de informa cuación es decir, descartando la absoluta disparidad entre la informa
ciones que es capaz de ofrecer. La crítica utiliza, pues, unos medios ción, por ejemplo, extraible de una contabilidad y la pregunta por las cre
propiamente técnicos y otros de análisis histórico. El tipo de fuentes ante encias religiosas del contable... las fuentes pueden responder a diverso
las que nos hallemos harán prevalecer unos procedimientos sobre otros. género de preguntas y dar respuestas a ellas directas o indirectas de
Bien críticas textuales, bien análisis complejos arqueológicos con ayuda ahí la clasificación de ese tipo que hemos hecho.
de técnicas auxiliares, valoración de fondos archivísticos, valoración de El problema de la adecuación es más bien el que se relaciona con la ne
testimonios orales, etc. cesaria «cantidad de información» para poder decir que un problema es
resoluble y de la necesaria «variedad de la información» que permita dar
La adecuación. El análisis de la adecuación es ya una tarea de mayores generalidad a las respuestas. Las fuentes son adecuadas cuando, pasa
contenidos teóricos que técnicos, según hemos dicho, pero que forma do ese umbral mínimo a que aludimos de relación entre lo que se pre
parte del proceso de evaluación de las fuentes. En el terreno práctico, tende preguntar y a qué o quién se le pregunta, hay de ellas suficiente
de forma absoluta, el diseño de una investigación puede provenir de la cantidad y variedad formal y de contenidos y cuando han superado
definición, o el intento de ello, de un problema para cuya resolución, en una suficiente evaluación de su fiabilidad.
principio, carecemos de fuentes de información, o puede provenir tam
bién de todo lo contrario: del hallazgo de nuevas fuentes aplicables al Una evaluación de la adecuación requeriría, pues, prestar atención a
estudio de problemas ya conocidos y definidos o, incluso, del hallazgo cuestiones como:
de documentaciones de cualquier tipo de cuya exploración primaria se
deduce que pueden ser aplicadas al estudio de alguna cuestión nueva o Demanda de información:
ya planteada anteriormente. Establecimiento de los tipos de documentos requeridos se
Ninguna cosa como el origen de una investigación social e histórica se gún criterios taxonómicos explícitos.
presta tanto a la presencia de una casuística variadísima que depende Cantidad de información precisa.
de multitud de factores: estado de los conocimientos, interés intelectual Variedad de los soportes y los contenidos.
Recopilación documental:
Acopio exhaustivo de fuentes.
Búsqueda de fuentes contrastables y comparables.
Posibilidades de análisis de tales fuentes.
Selección:
Jerarquización de las fuentes.
Confrontación con las primeras presuposiciones.
Nuevas búsquedas en función del resultado de las confronta
ciones.