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RAZONES TEOLOGÍA DEL SIGLO XX

En el siglo XX, ha habido una expansión


impresionante de la teología en Europa. En
su mayor parte, en el ámbito académico.
Pero desde finales de siglo hasta ahora,
hay un declive igualmente impresionante.

—TEXTO Juan Luis Lorda

En realidad, el declive es de toda la vida cris-


tiana. La Iglesia en Europa, según las nacio-
nes, es entre un tres y un quince por ciento
de lo que fue hace sesenta años, en prácti-
ca religiosa y vocaciones. Esto afecta a las
facultades, a pesar de la inercia institucio-
nal. Grandes iconos de la teología del siglo
XX, como Le Saulchoir o la casa jesuita de
Lyon-Fourvière, se han desvanecido. Sigue
habiendo vocaciones en América latina y au-
mentan en muchos países africanos. Algunos
vienen a estudiar a Europa. Con la duda de
si la teología de un cristianismo en desapa-
rición puede ayudarles… Conviene aclararse.

Las causas de la crisis


Es muy importante, para la vida de la Iglesia,
llegar a una idea clara y justa de lo que ha
pasado. Entre otras cosas porque algunas ex-
plicaciones mal informadas son disolventes:
como suponer que la culpa la tiene la teolo-
gía del siglo XX (en mucha parte centrada y
valiosa) o el Concilio Vaticano II (una luz de
Dios en nuestra historia) o la reforma litúrgi-
ca (perfectamente legítima, como tantas an-
teriores). Pero no es el objeto de este artículo.
Al final la causa más profunda de la descris-
tianización (desde mi punto de vista) es que
Europa (y Canadá y los Estados Unidos) se ha
hecho muy rica; y, como ya advirtió el Señor,
es muy difícil que los ricos entren en el Reino
de los Cielos: no les interesa su mensaje y no
les interesa su salvación. Estaban dentro por
tradición, se salieron casi sin darse cuenta, y
no les tienta en absoluto volver. La salida se
inició con la separación de Iglesia y Estado,
que tenía algunas razones atendibles y otras
no. Se extendió con los desórdenes de la cri-
sis posconciliar; entre otros, desmontar tan
ingenuamente el cristianismo tradicional.
Y se consolidó con la sustitución de los cau-
ces tradicionales de la educación cristiana:
Facultad de Teología Católica los padres, los colegios católicos, las maes-
en Bressanone-Brixen. ©Ladislav Luppa tras cristianas y las catequesis parroquiales.

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Auge y declive
de la teología académica europea
Primero, el nacimiento de la televisión los que podríamos llamar de término: la teología, En los dos últimos siglos, el rigor académi-
superó completamente. Después, la acción la medicina y el derecho (civil y canónico). co ya no es el de la lógica clásica, sino el de las
laicista de los Estados. Después, las redes. Como explica Kant en su libro El conflicto de ciencias experimentales que tienden a des-
En paralelo, los movimientos cristianos se las facultades (1798), así se formaba lo que calificar los saberes humanísticos. Y genera
desfondaron en gran parte por la politización necesita la sociedad: en teología, los predica- otro problema más grave. En el mundo anti-
marxista del momento. dores que cuidan del alma; en medicina, los guo, la fe cristiana tenía un estatuto recono-
Así, en dos generaciones, el sistema entero médicos que cuidan del cuerpo; y en derecho cido, sabiendo que fe y razón son fuentes dis-
de transmisión del espíritu cristiano de las los abogados que cuidan del orden social. tintas, y que la fe se basa en una revelación.
naciones católicas europeas colapsó. Esto Pero eso ya no vige en la universidad moder-
coincidió con la invasión de una civilización Las paradojas de la teología académica na, donde muchos estudiosos consideran que
del consumo, con menos valores, pero con Poner la teología junto a los otros saberes hu- la revelación cristiana es una pretensión in-
grandes entretenimientos. Desde entonces, manos fue y es una gran ventaja. Primero, demostrable e incluso dañina. Esto produce
para la mayoría de la población de los anti- porque puede establecerse (o no) un diálogo una inmensa presión cultural sobre la teolo-
guos países cristianos, la gran cuestión sobre evangelizador. Después, porque obliga a pen- gía académica, y empuja a la enseñanza y a
el cristianismo no es si es verdadero, sino si sar con rigor. Aunque todo tiene los defectos las publicaciones teológicas hacia la asepsia.
sirve para algo. Pregunta que, por cierto, con- de sus virtudes. El rigor académico de la esco- Es decir, a que no manifiesten la fe, sino solo
vendría que llegara a la teología. lástica medieval dio lugar a la Suma Teológi- los datos históricos (el discurso indirecto).
ca de santo Tomás de Aquino. Pero también Por ejemplo, es académicamente aceptable
Sobre la teología académica condujo a un logicismo sin sentido, del que sintetizar lo que san Agustín dijo sobre la
La Teología es una reflexión sobre la fe, que huyeron los humanistas; y criticó áspera- Trinidad (discurso indirecto). Lo que no es
cualquier persona puede hacer en cualquier mente Juan Luis Vives en su De disciplinis. aceptable es declarar que la Trinidad exis-
momento. No es necesario que sea académi- te (discurso directo). Pero ¿cómo podemos
ca. La primera época de la teología no lo fue, hacer teología, si no confesamos que Dios
sino más bien pastoral y dedicada a la evan- es Trinidad? Y ¿cómo vamos a comprender
gelización, llena de notables obispos-teó- Para seguir leyendo realmente a san Agustín?
logos, como san Basilio o san Agustín. Los La presencia de la teología entre los sabe-
cristianos cultos de los cinco primeros siglos res civiles hoy es pocas veces la ocasión de
se formaron, en general, en las academias o
Antropología evangelizar, y muchas, la de quedar mimeti-
escuelas filosóficas de tradición literaria y
Bíblica. De Adán zada entre la historia y la filología o los “es-
pagana. Solo Orígenes (y Clemente de Ale-
a Cristo tudios culturales”. El colapso de la Iglesia en
Juan Luis Lorda
jandría) destacó por poner en marcha algo Alemania, con una teología tan académica y
368 páginas
parecido a una academia cristiana. tan bien pagada, modelo e inspiración para
Palabra, 2005
Muchos representantes del Humanismo la teología en tantos lugares, también puede
cristiano europeo, como Juan Luis Vives, servir de reflexión.
santo Tomás Moro o el propio Erasmo, tam-
poco trabajaron en un ambiente universita- Más paradojas
rio, aunque tuvieron formación académica El mundo moderno ha crecido de una mane-
y fuertes relaciones. Y en nuestra época, ra exponencial; nunca ha habido tanta gente,
mucha obra de teólogos importantes se ha Avanzar tantas universidades, tantos libros, tantas
hecho fuera de la Universidad. Así más de la en teología. revistas. La producción académica es des-
mitad de la obra de Guardini o Daniélou (pre- Presupuestos y comunal, también porque viene exigida por
dicación y charlas para jóvenes), la entera horizontes del los estándares académicos. Muchos creen
obra de Von Balthasar (escritor, pero no aca- trabajo teológico en la especialización y publican suponien-
démico), o mucha parte de los trabajos de De Juan Luis Lorda do que la síntesis del saber se produce sola,
Lubac y Congar, excluidos disciplinarmente 248 páginas quizá cuando se acumulan los materiales en
de la enseñanza durante muchos años. Palabra, 1999 las bibliotecas, como los ríos en el mar. Pero,
Pero la universidad europea nació desde claro, no es así. Y además choca con un prin-
el siglo X con la teología dentro y, en cierto cipio clásico y fundamental de la teología: la
modo, para servir a la teología. La estruc- teología es una. Por eso, propiamente, no se
tura clásica, que duraría hasta el siglo XIX, El fermento puede dividir entre las ramas de la teología,
comprendía unos estudios extensos previos de Cristo. o entre moral y dogmática y espiritualidad
de Humanidades latinas y, menos, griegas. La eficacia del y teología bíblica. Quien no sabe de todo, en
Después, la facultad de Artes (liberales), que cristianismo realidad no sabe bien de nada. Esto se entien-
incluía la filosofía con todo lo que podía con- Juan Luis Lorda de mejor al concretar.
siderarse saber humano. Y las tres facultades 224 páginas PASA A PÁGINA 40 à
Rialp, 2003

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RAZONES TEOLOGÍA ACADÉMICA

à VIENE DE PÁGINA 39 la Iglesia. Y viene muy bien recordar las sen- Escritura puede ser estudiada de una manera
La teología, tremenda obviedad, trata de satas consideraciones de Ortega y Gasset so- aséptica, como un conjunto de escritos de
Dios. En concreto, de la revelación histórica bre la Misión de la universidad. Se planteaba autores y épocas distintas. Esto lleva inme-
de Dios, donde se muestra a sí mismo. Ese es el problema del exceso de material (entonces diatamente a la división y multiplicación de
su tema y su centro. Por eso, el objetivo del mucho menor que ahora), y recordaba que los problemas históricos y filológicos en cada
trabajo teológico no es saber más sobre san el criterio de medida para la enseñanza uni- texto, con una todavía mayor multiplicación
Agustín, sino saber más sobre Dios. Saber versitaria es, precisamente, lo que necesita de hipótesis generalmente incomprobables.
sobre san Agustín sirve cuando nos ayuda y puede aprender el alumno. Sabio criterio. Hay quien cree que cuando se reconstruya
a saber sobre Dios; y si no, no sirve y no es Hay que enseñar la teología de acuerdo con sobre ese heterogéneo material una base his-
teología. Especializarse en san Agustín, y no las capacidades y necesidades de los alum- tórica se podrá empezar a estudiar la Escri-
en Dios, es un error fatal, fatídico, para un nos. Dar medida y formar al saber con ese tura. Naturalmente, es imposible.
teólogo. Pero es frecuente en la teología aca- criterio es la tarea creativa del profesor. Para que el estudio de las Escrituras pueda
démica, por la asepsia de que hablábamos y Hay que notar aquí otra paradoja. La teo- ser el alma de la Teología, tiene que conservar
por las exigencias de la especialización. logía ha crecido mucho en una historia tan su propia alma. ¿Dónde está? Las Escrituras
larga; por la multitud de opiniones y dificul- no son la “revelación” de Dios, sino el testi-
La teología, ciencia de la fe tades. Esto ha producido que sus tratados monio de una revelación que ha sucedido en
La teología estudia la revelación. La acepta hayan acumulado, especialmente en el últi- la historia y que ha creado al propio Israel
con la fe y la incorpora como verdad. Esto mo siglo, un volumen de material histórico y, después, a la Iglesia. El alma y corazón de
tiene una doble vertiente. En primer lugar, y crítico inmenso e imposible de transmitir. las Escrituras es, precisamente, esa “Historia
personal, respecto al propio teólogo: ¿cómo Además, precisamente por eso, los manuales Sagrada”, que va desde la creación y Alianza
podrá pensar en la revelación de Dios quien y la enseñanza no se centran en las bellezas con Abraham hasta Jesucristo y la Iglesia. Ese
no la cree? de la fe, sino en los problemas. Esto es eviden- hilo argumental de la revelación es el que da
La auténtica enseñanza de la teología, por- te en las materias principales como el tratado unidad a la Escritura y criterio a toda la teolo-
que trata de Dios, requiere el discurso direc- de Dios, la Trinidad, o el de Jesucristo (Cristo- gía. Sin ese hilo, que es su alma, los estudios
to: testimoniar una revelación auténtica de logía y Soteriología). Los temas que deberían bíblicos se despistan a sí mismos y despis-
Dios. Esa enseñanza se dirige, ante todo, a ser más hermosos resultan, precisamente, tan todo lo que tocan, por más erudición que
quienes se preparan para el sacerdocio, a fu- los más controvertidos y problemáticos. añadan. n
turos confesores de la fe. Sería paradójico y Se necesitan tres procesos intelectuales
racionalmente inconsistente proporcionar para rehacerlos. El primero, centrarlos en la
una enseñanza histórica aséptica o incluso confesión de fe, manifestando la fuerza inte-
problematizada, porque el profesor, en el fon- rior, la unidad y la belleza de los misterios de
do, no confiesa su fe o no ha sido capaz de la fe, y recogiendo la teología de los santos.
resolver sus dificultades. Luego, sintetizar el material histórico, distin-
Por otra parte, la fe es eclesial. Una de las guiendo lo relevante hoy y dejando el resto a
tentaciones de la teología del siglo XX ha sido los especialistas. Y, en tercer lugar, incorporar
enorgullecerse de su aportación y convertirse lo mejor de la teología del siglo XX, cosa que,
en un Magisterio. La mayoría de los grandes en muchos casos, todavía está por hacer. Y to-
teólogos han sido muy conscientes de su pa- do con la proporción de lo que un alumno (un
pel y lo han ejercido con mucha responsabili- evangelizador) necesita. Así hizo, por cierto,
dad. Otros, en cambio, se han convertido, por santo Tomás con la Suma Teológica, como
iniciativa propia o de otros, en autoridades explica en su famoso prólogo.
irrebatibles.
Pero al teólogo le toca expresar lo suyo pro- La Sagrada Escritura como alma de la
pio como “opinión” personal (esa es también teología
su libertad), evitando pontificar. Y el Magis- Se repite, con razón, que la Escritura es el al-
terio, en cambio, habla en nombre de la Igle- ma de la teología. Pero conviene observar lo
sia, evitando precisamente el personalismo. que ha pasado. Los estudios bíblicos han co-
Esta distinción también ha de reflejarse en nocido una inmensa expansión y una todavía La auténtica enseñanza de la teología,
la enseñanza, donde se transmite de distinta más inmensa dispersión, aparte de algunos porque trata de Dios, requiere el discur-
manera lo que enseña la Iglesia y lo que opina problemas doctrinales (en el fondo, proble- so directo: testimoniar una revelación au-
(legítimamente) el profesor. mas de fe). A la inmensa expansión le debe- téntica de Dios.
mos mucha erudición y muchas ideas útiles.
La teología y sus alumnos A la inmensa dispersión, le debemos bas- En los dos últimos siglos, el rigor académi-
Desde su origen, el fin de las facultades, y por tante despiste, porque promete lo que no co ya no es el de la lógica clásica, sino el de
tanto de toda la teología universitaria, es for- puede dar. En parte se debe al criterio aca- las ciencias experimentales que tienden
mar a los alumnos en la fe y para la misión de demicista que hemos señalado. La Sagrada a descalificar los saberes humanísticos.

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