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Análisis del Modelo Educativo Conductista: Vínculos entre Pedagogía y Psicología en

Métodos de Enseñanza-Aprendizaje en Educación Superior

Introducción.

La psicología y la pedagogía tiene una relación estrecha. Así se sugiere desde las
conferencias Psicología para profesores (2005) de William James hasta los cursos de
psicología en planes de formación docente (Arancibia, Herrera & Strasser, 2008; Coll,
1989; Farrell, 2010). Esta relación ha ofrecido una importante discusión ontológica, a saber,
de la esencia del aprendizaje y la enseñanza. Algunas de estas discusiones, formuladas en
clave de pregunta por Hernández (2017), son las siguientes: ¿El aprendizaje es un
fenómeno psicológico o pedagógico? ¿La enseñanza en un fenómeno psicológico o
pedagógico? Y añade: “Es probable que los psicólogos tiendan a responder lo primero y
los pedagogos lo segundo, esto es esperable, al fin y al cabo, esas son ideas que se instauran
desde los programas de formación pregradual correspondientes” (p. 110).

Para Hernández (2017) esta discusión debe pensarse detenidamente, nos precisa que
“ni el aprendizaje ni la enseñanza son fenómenos puramente psicológicos o
pedagógicos, estos son determinados por la perspectiva teórica desde la que se
abordan” (p. 110), y se apoya en Lahire (2004) para afirmar que los “hechos, fenómenos
u objetos que el hombre estudia no son históricos, ni sociológicos, ni psicológicos, ni
pedagógicos en sí mismos, es la formación académica del hombre la que los
determinan” (p. 110). De esta manera, Hernández (2017) sugiere que la pregunta que
subyace en el fondo es por la de la enseñanza y el aprendizaje. Y que si se tratan cada uno
de estos componentes de manera aislada, terminaría por corresponderle cada una a un área
afín, así, los psicólogos intentarían responder por la naturaleza del aprendizaje y los
pedagogos por el de la enseñanza. Si esto termina siendo así, no se podrá hallar una
relación clara entre psicología y pedagogía. Por eso Hernández (2017) afirma que de lo que
se trata es de “preguntarse por la forma en que estos aprendizaje y enseñanza se
entienden desde la psicología o la pedagogía, ¿cómo entienden los pedagogos el
aprendizaje y la enseñanza?, ¿cómo lo entienden los psicólogos? En esas respuestas
es donde puede encontrarse la relación entre ambos saberes.” (p. 110).
Aún con las precisiones que ofrece Hernández, el tema es complejo. Tanto la
psicología como la pedagogía mantienen discusiones internas, esto es, la formación de
corrientes y enfoques. Así se habla de distintas corrientes psicológicas o distintas
corrientes pedagógicas, o de diferentes enfoques psicológicos o diferentes enfoques
pedagógicos. Y aquí la relación entre pedagogía y psicología se complejiza, porque no se
entenderá esta relación de manera lineal sino multidimensional.

Contrario a la pedagogía, la psicología de la educación ha abordado de manera


insuficiente la enseñanza y el papel del maestro en el acto pedagógico. Contrariamente, con
la exageración de las premisas del enfoque constructivista del aprendizaje, se está
generando un efecto contrario, como si se estuviera desplazando al maestro de su función
principal de enseñar. En estos enfoques, se le asigna al maestro roles más cercanos a la
facilitación o a la guía del aprendizaje, ya que los psicólogos que comúnmente se
reconocen como precursores del constructivismo, como Jean Piaget y Lev Vigotsky, no
exploraron detenidamente la dimensión de la enseñanza, tal como sugiere Hernández
(2017) analizando los planes de pregrado de Lancaster (1807) y la educación centrada en el
niño de Pestalozzi (1969).

Siguiendo a Hernández (2017), la psicología educativa contemporánea, ha ido en


aumento el interés por explorar las conversaciones de la pedagogía. De manera gradual, se
está reconociendo que, junto con el conocimiento científico derivado de la investigación
experimental sobre el aprendizaje humano, resulta crucial considerar la experiencia diaria
del maestro y las circunstancias contextuales para comprender lo que sucede en las
instituciones educativas. En la actualidad, existen modelos que han superado tanto el
"psicologismo", entendido como la explicación individual de los fenómenos psicológicos
en situaciones educativas, como el "aplicacionismo", que reduce la pedagogía a un mero
campo de aplicación de teorías psicológicas (Hernández, 2016). Quizás esta perspectiva
aún no es plenamente reconocida entre los pedagogos (p. 113).

El auge del positivismo en los estudios sobre el ser humano y la sociedad tuvo
consecuencias notables: se buscó otorgarle un estatus científico, llevando a la incorporación
de métodos propios de las ciencias naturales (Moore, 2010). En el ámbito de la psicología,
este impulso se tradujo en el establecimiento de corrientes experimentales que rechazaban
cualquier noción cercana a la "especulación" filosófica. La producción intelectual debía
cumplir con los rigores de la evidencia y la verificación a través del método científico
tradicional. En este contexto, la psicología empezó a identificarse a sí misma como una
ciencia del comportamiento, destacando su fuerte aplicabilidad (Hernández, 2017). Por su
parte, la pedagogía, también intentó incorporar esos mismos métodos, pero su éxito fue
relativo. Desde la perspectiva de la psicología experimental, se evidencia que la pedagogía
ha estado históricamente dividida en dos grandes campos: como una ciencia y como un
arte. Aunque ha tomado inspiración de algunas ideas clásicas, especialmente en el
pensamiento de Johan Herbart (1776-1841), con el tiempo ha mostrado limitaciones. La
adopción rigurosa del método científico ha empobrecido la pedagogía al convertirla en una
práctica instrumental, omitiendo tanto la condición humana como su capacidad intrínseca
de generar pensamiento.

La presente investigación no busca agotar las corrientes y modeles existentes, se


analizará el modelo conductista buscando entender mejor cómo la pedagogía (la forma en
que enseñamos) y la psicología (cómo funciona nuestra mente) se entrelazan. Siguiendo la
idea de Thorndike (1913) de la Ley del Efecto, que sugiere que las respuestas a un estímulo
afectan nuestro aprendizaje, se profundizará en cómo los métodos de enseñanza influyen en
lo que aprendemos. Además, se orienta a responder interrogantes cruciales sobre la eficacia
de estos métodos a nivel local, específicamente en universidades que tienen programas de
psicología y pedagogía.

Al explorar este terreno, no solo se busca desentrañar los métodos preferidos en


diferentes contextos, sino también identificar aquellos que han demostrado tener un
impacto duradero y significativo. La amalgama entre el análisis del modelo conductista y la
evaluación de métodos de enseñanza-aprendizaje constituye un pilar esencial para
comprender la complejidad educativa actual y propone vías para mejorar la calidad de la
enseñanza superior en un mundo en constante evolución.
Objetivo General.

Analizar de manera integral el modelo conductista en la educación superior, explorando la


interacción entre la pedagogía y la psicología, y evaluando los métodos de enseñanza-
aprendizaje utilizados, con el fin de comprender su impacto y eficacia.

Objetivos Específicos.

- Revisar las teorías psicológicas que respaldan el modelo conductista, con un enfoque en
la observación y medición objetiva del comportamiento.

- Identificar y clasificar los métodos de enseñanza utilizados en las universidades,


centrándose en aquellos alineados con el modelo conductista.

- Analizar estudios e investigaciones que evalúan el impacto de diferentes métodos de


enseñanza, identificando aquellos que han demostrado ser más efectivos y aquellos con
menor impacto.

- Investigar cómo la pedagogía y la psicología interactúan en el contexto universitario,


analizando la forma en que estas disciplinas influyen mutuamente en la comprensión del
aprendizaje y la enseñanza.

- Investigar y describir los métodos de enseñanza-aprendizaje más empleados en


instituciones de educación superior en Colombia, destacando sus características y
tendencias.

- Analizar prácticas y métodos de enseñanza-aprendizaje utilizados a nivel internacional,


identificando aquellas que han demostrado ser exitosas y que podrían ofrecer perspectivas
útiles para el contexto colombiano.

- A partir de los hallazgos, sugerir recomendaciones específicas para mejorar la calidad de


la enseñanza en instituciones de educación superior, considerando tanto aspectos
pedagógicos como psicológicos.
Bibliografía.

 Arancibia, V., Herrera, P., & Strasser, K. (2008). Manual de psicología


educativa. Santiago de Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile.
 Coll, C. (1989). Conocimiento psicológico y práctica educativa. Introducción a
las relaciones entre psicología y educación. Barcelona: Barcanova.
 Dewey, J. (1899). The school and society. Chicago: Southern Illinois University Press.
 Farrell, P. (2010). School psychology: Learning lessons from history and moving
forward. School psychology international, 31(6), 581-598.
 Hernández, O. (2016). La exacerbación de los saberes psicológicos en contextos
escolares. En M. Riaño, J. Torrado, & Carrillo, S. (Comps.), Fronteras educativas
desde la perspectiva psicológica: escuela, familia y tecnología. Aliados en educación
(pp. 71-72). Cúcuta: Universidad Simón Bolívar.
 Hernández, O. G. (2017). Paradojas de la relación entre psicología y pedagogía.
Revista Tesis Psicológica, 12(1), 108-115. Pp. 108-115
 Lahire, B. (2004). El hombre plural: Los resortes de la acción. Barcelona: Bellatera.
Lancaster, J. (1807). Improvements in education. New York: Darton & Harvey.
 Moore, W. (2010). The professions: roles and rules. New York: Sage.
 Pestalozzi, J. (1969). The education of man: aphorisms. Westport: Greenwood Press.

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