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Cátedra: Metodología de la investigación

Profesora: Julia Buffoni


Alumna: Ma. Julia Lacarra.

Actividad: Reflexión del concepto “Tecnociencia” a partir del Capítulo 2 y 3 del libro
“Ciencia Incierta” de Heler.

En la actualidad, la tecnociencia es la encargada de la producción social de conocimiento,


de la producción de conocimientos con utilidad social. Esta utilidad radica en que sus
productos brindan la capacidad (el poder) para solucionar problemas prácticos a través de
la capacidad de predicción de los fenómenos. Heler cuestiona a la secundariedad de la
utilidad social del conocimiento científico defendida por la historia oficial (versión
dominante). El concepto de tecnociencia cuestiona la separación entre la garantía de
verdad y la garantía de utilidad. El conocimiento no sería desinteresado, la búsqueda de
verdad por la verdad misma con la que se intenta caracterizar a la ciencia no es ingenua,
es mas bien la búsqueda de la verdad útil, que construye y que ha hecho posible
relevantes contribuciones sociales. La producción de la tecnociencia si bien es presentada
como la única verdad válida (como el único modo de conocimiento racional), también es
un modo peculiar que consiste en explorar soluciones a problemas prácticos. Las
soluciones practicas provistas por la tecnociencia parten de problemas sociales y resultan
útiles a ellos. Entonces, la verdad científica es una verdad útil por hacer factible el control
exitoso de los fenómenos, por su capacidad de predicción, y porque estas características
la dotan de poder para el control. Control de lo que se produce, de lo que se consume,
control de las creaciones modernas que componen y hacen ser a nuestro mundo
cotidiano. La garantía de utilidad de la ciencia de este modo no puede ser valorada como
un aspecto secundario, sino como el fin primordial por el que se intentan “controlar” los
fenómenos de interés social.
De acuerdo con la historia oficial, la garantía de verdad del conocimiento científico genera
como derivado secundario una garantía de utilidad, manteniendo la idea del conocimiento
por el conocimiento mismo. Heler dice que no es así, ya que la ciencia busca generar
instrumentos que produzcan una eficiencia económica. De ningún modo podemos hablar
(como propone la historia oficial), de un saber por el saber mismo. La ciencia es una
actividad que busca producir conocimientos que tengan consecuencias prácticas en
cuanto al dominio de los fenómenos. No puede separarse la ciencia pura de la ciencia
aplicada, por eso se habla de tecnociencia.
La tecnociencia tiene una relación con la sociedad, ya que la misma demanda nuevos
productos que serán producidos para cumplir con esas necesidades. La dirección de la
ciencia queda determinada por las demandas de la sociedad. Sin embargo, la utilidad (ser
eficaz = ser útil, producir efectos) queda relegada por la eficiencia, por el objetivo de la
ganancia.

Para la versión oficial, los méritos que hacen superior a la ciencia se atribuyen a sus
características internas, al tipo de conocimiento que produce y a la forma en que lo hace
(la excelencia epistemológica). En segundo lugar, su valor se reconoce en los usos
sociales de la tecnociencia, las posibilidades que ofrece para una mejor vida (garantía de
utilidad). La excelencia epistemológica se refiere a los méritos o virtudes de los resultados
de una actividad, a la cual la versión oficial la identifica con el "método hipotético-
deductivo". El método hipotético deductivo alude a la relación entre racionalidad y
experiencia, que es distintiva de la ciencia moderna.

La respuesta oficial traslada la validación de hipótesis desde la contrastación con los


hechos a la decisión de la comunidad científica. La aceptación de una hipótesis depende
de que la comunidad científica decida que la hipótesis debe ser aceptada como
verdadera, pasando así a formar parte provisoriamente del cuerpo de conocimientos
válidos de una ciencia. Una comunidad científica acepta o rechaza una hipótesis en
función del paradigma que rige a la ciencia en un momento determinado, este incluye una
teoría, aplicaciones y modelos de la teoría, procedimientos de investigación, modos de
seleccionar, plantear y resolver problemas, técnicas instrumentales, además de ideas
filosóficas y hasta cierta concepción metafísica. El paradigma constituye el modo de ver y
comprender la realidad desde el que se investiga y fundamenta, y desde el que se
perciben los problemas. Las consecuencias observacionales resultan verdaderas o falsas
en función de una serie de presupuestos que la comunidad científica comparte y que
conforma el paradigma. La garantía de verdad de un conocimiento entonces ya no
depende de la verdad, de la simple utilización del método sino del poder dominante de
una época que tienen una cierta ideología y que responden a intereses económicos,
políticos, y sociales. A un conocimiento ya no solo le bastará con ser verdadero sino que
además deberá ser útil (¿Para quien?¿Para quienes?). Se producen conocimientos por
conveniencia, se los valida por conveniencia, y se los reproduce y distribuye entre la
gente por conveniencia. La ciencia es como un campo de juego donde gana no el
conocimiento más verdadero, ni el más creativo, sino que gana el que responde a
intereses dominantes de una época. El que interesa y es útil al poder dominante. En el
juego científico cada miembro de la comunidad ocupa diferentes posiciones. De estas
posiciones derivan jerarquías desiguales dadas por los capitales individuales y que
conllevan a relaciones de dominación. En el juego siempre habrá dominantes y
dominados/subordinados. Pero los capitales individuales de los sujetos varían a través del
tiempo lo que implica que estas relaciones de poder son móviles y reversibles. Quiero
decir que en dicha competencia por la legitimidad cultural , por el reconocimiento de la
producción y productos científicos la aceptabilidad de una hipótesis será presentada como
una lucha por el conocimiento científico, una lucha por la dominación del campo que nada
tiene de neutra.

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