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Algunas de las piezas que se unieron para generar la escuela son: la homología entre
escolarización y procesos educativos; la matriz eclesiástica; el uso del espacio y el tiempo; la
pertenencia a un sistema mayor; la condición de fenómeno colectivo; la constitución del
campo pedagógico y su reducción a lo escolar; el docente como ejemplo de conducta; una
especial definición de la infancia; una relación asimétrica entre docente y alumno; dispositivos
de disciplinamiento; la conformación de currículos y prácticas universales; la
descontextualización del contenido académico y la creación del contenido escolar; la creación
de sistemas de acreditación, sanción y evaluación escolar.
Con respecto a la regulación artificial se puede decir que la escuela diferencia marcadamente
los espacios destinados al trabajo y al juego, a los docentes y a los alumnos, y define ciertos
días y épocas aptos para la enseñanza, señalando ritmos y alternancias.
La pertenencia a un sistema mayor se refiere a formar parte de una red llamada “sistema
educativo”, donde se ordena respecto a las otras instituciones en forma horizontal y vertical,
por niveles primario, secundario como por distintas jerarquizaciones.
Gubernabilidad: Es una estrategia de corte económico para poder enseñar a muchos a la vez,
superando el viejo método preceptorial de la enseñanza individual.
A su vez, con respecto a los contenidos, la escuela selecciona los mismo de manera ajena a
sus receptores. La misma genera su currículo descontextualizando los saberes del universo
de producción y aplicación. El currículo puede funcionar como orientador de las prácticas, si
permite que se busquen alternativas en el “cómo” enseñar, o bien puede ser un regulador de
las prácticas, cuando busca mantener bajo control al que aprende y al que enseña.
A finales del siglo 19 los logros de los procesos de aprendizaje escolar quedó conformado por:
la concepción del alumno como ser pasivo y vacío, reductible a lo biológico y asocial. Se debe
controlar su cuerpo, inmovilizarlo y formar su mente; la concepción del docente reducido a un
“robot enseñante”; y la concepción de los saberes científicos como acabados y
nacionalizadores.
La aplicación de los principios psicológicos puede ser muy beneficiosa para la educación y la
enseñanza. Pero hay que tener cautela, ya que si bien la psicología de la educación tiene que
ver con la aplicación de los principios psicológicos a los fenómenos educativos, es mucho más
que una pura y simple aplicación.
Núcleo teórico conceptual: un conjunto de conocimientos que se debe aplicar sobre los
procesos psicológicos.
Prácticas educativas: Es el ámbito, la parcela de realidad donde se debe aplicar el
núcleo teórico conceptual.
Procedimientos de ajuste: Son procedimientos que permiten “ajustar” el conocimiento
teórico (descontextualizado) a las características propias de las prácticas educativas.
Es necesario que se establezcan procedimientos de ajuste que contextualicen los
conocimientos a aplicar en cada situación educativa concreta.
Entonces, es una disciplina puente ya que el núcleo teórico conceptual incluye (además de la
teoría propia de la psicología) conocimientos referidos al propio ámbito de aplicación, pero
para que esto suceda, la misma realiza procedimientos de ajuste para contextualizar los
conocimientos a aplicar en cada situación educativa específica. A su vez, es necesario que
mantenga una relación de interdependencia e interacción con otras disciplinas psicológicas,
contribuyendo a una mejor comprensión de los procesos educativos.
Pero si bien la psicología educacional puede funcionar como de naturaleza aplicada, hay
casos donde se cae en “aplicacionismo”.
Práctica de enseñanza constructivista: Considera al alumno desde una posición activa del
mismo, ellos casi siempre buscan y a menudo logran entender. La construcción de los
alumnos es genuina si está motivada por la búsqueda de sentido y a su vez, se ve facilitada
por interacciones tanto horizontales como verticales, así como también gracias al acceso a
una multiplicidad de fuentes de información.
Efectos de las prácticas y discursos psico - educativos clásicos:
Forma pautada, sistematizada, rígida: No hay lugar para lo novedoso. Esto sería la
modalidad del “experimento” donde todo está pautado de antemano, no hay reflexión,
simplemente se “da un tema”. Se replican las situaciones de enseñanza.
Experiencia educativa: La enseñanza da lugar a lo novedoso, a la reflexión, a la
sorpresa, a la participación. Cada situación educativa que se forme va a ser particular
y diferente de otras.
El experimento es propio de la ciencia, donde hay ideas claras, fijas, inmutables y eternas
EXPERIENCIA: Va de la mano del enfoque contextualista:
PROBLEMAS CENTRALES
Aparece la idea de una matriz evolutiva única que presume que todos los sujetos transitan un
mismo proceso de desarrollo. Por lo tanto, las diferencias entre sujetos quedan signadas
como desvíos de la norma: una diferencia no deseable es significada como un retraso/desvío
inquietante.
Se corre el riesgo de formular respuestas que clausuren preguntas: El riesgo radica en que el
discurso psicológico produzca un efecto de clausurar el problema de la subjetividad, el
desarrollo o la construcción del conocimiento.
Hace unos años el psicólogo educativo Paul Pintrich subrayó la existencia de un cambio de
paradigmas y metáforas en la comprensión de los procesos de desarrollo y aprendizaje: giro
contextualista o situacional, que contempla los efectos que poseen las prácticas
psicoeducativas y que manifiesta una crítica histórica-filosófica. Esta perspectiva
contextualista apunta a algunos aspectos centrales del paradigma clásico. Las premisas de
Vigotsky tomadas como punto de partida son:
Las unidades de análisis son el recorte de un problema que se juzga pertinente y suficiente
para su abordaje. El recorte permitirá una comprensión teórica del fenómeno y arrojará pistas
sobre las posibilidades de intervención.
Concepto de Educabilidad
Este giro contextualista o situacional pondrá bajo cuestión las explicaciones del paradigma
dominante centrado en el individuo como unidad de análisis de la explicación psicológica.
Cuando se trata del fracaso escolar, ante un sujeto cuasi natural que debería aprender de
modo natural en un espacio naturalmente dispuesto a esos fines, si éste no aprende según los
ritmos esperados es natural sospechar de su naturaleza (la naturaleza de su cerebro, su CI,
etc.) Se juzga su educabilidad como la capacidad individual de ser educado y no como la
potencialidad de las situaciones educativas de promover desarrollo. Las características
individuales sólo definen una parte del problema, y no la naturaleza misma del problema.
Desde el giro propuesto, la educabilidad es entendida como una propiedad más de las
situaciones de los sujetos a título sólo individual. El paradigma situacional considera que los
cambios en el individuo sólo pueden explicarse como efecto de reconocer al sujeto en una
situación mayor, que concibe la interacción con un mundo objetivo y social.
Esto no implica que se suprima la singularidad de los sujetos, sino que la posibilidad de
producir singularidades es también efecto de estas situaciones. No hay posibilidades de
explicar la subjetividad por fuera del lazo social y la mediación semiótica.
El experimento escolar aborda el disciplinamiento de los cuerpos, hace una lectura individual
de los hechos desde el modelo médico hegemónico. Ej: el que no aprende es porque tiene
problemas. En cambio, considerar el aprendizaje como una “experiencia” educativa implica
que los docentes puedan llevar a cabo una lectura situacional, teniendo en cuenta las
experiencias personales y escolares a la hora de enseñar, con una vuelta reflexiva, con un
análisis multidimensional.
La experiencia educativa considera una confianza en las relaciones pedagógicas para que
haya intercambio y un proyecto colectivo. Toma sujetos activos, que pueden recuperar sus
experiencias de vida, y se busca que sean autónomo.
ENGESTROM
el sujeto
los instrumentos utilizados en la actividad, especialmente los semióticos
el objeto a apropiarse u objetivo que regula la actividad
una comunidad de referencia donde se insertan la actividad y el sujeto
normas/reglas de comportamiento que regulan las relaciones sociales de dicha
comunidad
división de tareas regulada por reglas.
VIGOTSKY
Vigotsky explica que es la actividad intersubjetiva, por medio de la mediación semiótica -el
habla- la que produce desarrollo. La crítica desde su parte es hacia el formato escolar mismo,
más allá de los dilemas que plantea el plano didáctico.
Propone el concepto de zona de desarrollo proximal como la distancia entre dos niveles: un
nivel de desarrollo real o actual (lo que los sujetos son capaces de resolver de forma
autónoma) y un nivel de desarrollo potencial o proximal (lo que los sujetos son capaz de hacer
con la colaboración de un adulto o un par más capaz). Es la actividad conjunta en
colaboración la que produce el pasaje del nivel real al potencial.
Explica la categoría de interiorización, como aquella que da lugar a ese “pasaje” del nivel de
desarrollo potencial al real, es decir, del funcionamiento conjunto al autónomo. Todo proceso
psicológico superior aparece dos veces en la vida del sujeto: Una, en el plano interpsicológico
o social y otra en el plano intrapsicológico o individual. Todo proceso psicológico superior se
origina como relaciones entre personas, o sea, el primer momento de constitución es en el
plano social.
Esta es el pasaje del plano social al individual. Vigotsky define a la interiorización un proceso
de reconstrucción interior mediante el uso de signos, de las operaciones construidas en el
plano interpsicológico. Es decir, el sujeto interioriza un concepto o conocimiento externo, de
afuera hacia adentro.
Rogoff plantea una crítica ya que observa una fractura o escisión, al fin clásica, entre las
esferas del individuo y lo social. Como si estos niveles fueran interpretados como momentos
temporales y separados en su funcionamiento. La variación de las unidades de análisis
implica entender lo social y lo individual como mutuamente constituidos. La autora propone el
concepto de apropiación participativa poniendo en cuestión la frontera entre lo externo y lo
interno. La apropiación es un proceso de transformación y no un prerrequisito para la
transformación, es el cambio que resulta de la propia participación de una persona en una
actividad.
Diferencias generales entre los enfoques socio – culturales y los cognitivos clásicos
En aprendizaje se produce en la situación porque es ella quien produce y significa los cambios
(el desarrollo, el aprendizaje, el estancamiento o el fracaso). Es la situación la que produce o
no nuevas formas de comprensión y participación.
Quienes aprenden debe tener una oportunidad para diseñar e implementar en la práctica una
salida, un nuevo modelo de actividad. Los alumnos deben poder producir una nueva manera
de hacer el trabajo escolar, deben aprender algo que todavía no está allí. Ellos aprenden la
actividad mientras la crean.
Nace históricamente como institución optativa dirigida a las clases altas, sólo la nobleza tenía
acceso a ella, dejando por fuera a los campesinos. Pero a partir de la revolución industrial,
surge la chance de poder ir a la misma por parte de distintos sectores de la sociedad. La
migración del campesino a la ciudad genera la necesidad de que los niños sean cuidados (ya
que los padres estaban en las fábricas trabajando). Se metía a los niños en una institución
que tenía por objetivo controlarlos, buscaba “disciplinar los cuerpos” inquietos, vigilar mientras
los padres no podían. Luego, se decide enseñar en dichos espacios, para que de la escuela
salgan buenos obreros y ciudadanos que sepan comportarse civilizadamente, o sea, para que
las industrias reciban personas formadas. Con el tiempo, los contenidos de enseñanza se
fueron modificando.
El lugar escolar, dependiendo también de las diversas pedagogías, tenderá a ser más o
menos denso o difuso, centrípeto o centrífugo.
El tratamiento que cada escuela da al tiempo está en función, por un lado, de factores
objetivos y, por otro lado, de la pedagogía que asuma, del modelo de escuela en que pretenda
encuadrarse.
La regla es que lo escolar suponga una segmentación del tiempo social. Se va durante un
tiempo hasta un determinado momento de la vida. Todo está cronometrado con tiempos
estipulados para aprender. La temporalidad de la escuela marca los tiempos de la vida,
incluso para los adultos (se activa el país cuando comienza la escuela).
* Definición de los roles de docente y discente. La colectividad que es la escuela está formada
por una asimetría: la de quienes van a aprender y la de quienes van a enseñar. Son roles
asimétricos, perfectamente diferenciados, sin embargo son inseparables, no se pueden dar el
uno sin el otro, se definen mutuamente.
Si bien es verdad que el concepto de escuela exige la presencia de ambos, es claro que las
dos funciones no presuponen necesariamente a la escuela.
La figura de maestro la del alumno y la relación entre los dos, se singularizarán según el tipo
de escuela de que se trate, según la época y el lugar y según la pedagogía que se asuma.
Hoy en día, se busca que aprendan conjuntamente, rompiendo con la estructura del docente
por detrás de un escritorio que vigila y tiene el control, para poder generar un vínculo con el
estudiante.
La forma de asumir esta descontextualización del aprendizaje es algo que se puede variar
según los diferentes modelos o proyectos escolares.
Lo que distingue a la escuela no es una sola de estas características, sino el hecho de que en
ellas se materializan todas, o, al menos, la mayor parte.
Negación de la escuela como lugar
La escuela es ante todo un sitio, un lugar, un edificio, un local. Llamamos escuela a una de las
parcelas que resultan de la segmentación del espacio social. La función expresa de este lugar
es que en él tenga lugar la enseñanza, es el lugar donde se instruye y educa a varios niños a
la vez.
Una escuela es más escuela en la medida en que por su apariencia visual es más
identificable, en la medida en que las fronteras que limitan su espacio resultan más evidentes.
Hay escuelas que aunque tengan gran vocación de serlo, no se acreditan por su forma.
La fisonomía del espacio escolar acredita su identidad y su cometido. Pero frente a esta
escuela que tiende a autoidentificarse, se encuentra una escuela que se va negando para
hacerse irreconocible, que rompen los códigos de las arquitecturas escolares y no se toman
interés por construir unos nuevos, lo que persiguen no es readaptar la función de la escuela,
sino acabar con ella.
Más que una vocación, el aislarse es para la escuela una necesidad propia de sus objetivos.
Cuando existe una aceptación del presente como expresión de un pasado y plataforma
imprescindible de un futuro, la escuela deberá romper el aislamiento, entrometerse en su
entorno y en última instancia negarse a sí misma como lugar.
Dos trayectorias opuestas para la escuela: 1) hacia el aislamiento despreciando lo que existe
en la misma época, donde se distinguen dos especímenes: la que tiene como objetivo un
tiempo pasado y la que tiene como objetivo lo futuro; en cualquiera de los dos casos su
cumplimiento total es imposible, nunca tiene lugar un aislamiento total. 2) Conduce a la
escuela a romper al máximo su aislamiento, ejerce la crítica a su realidad sin desmarcarse de
ella, su cumplimiento es su suicidio, deberá acabar diluyéndose en ella. La crítica que realiza
en su entorno incluye la crítica a su propia existencia, ya que es aquel quien le asigna
funcionalidad y la hace posible.
La escuela generalizada, real y existente, sin alcanzar ninguno de los dos polos, va
graduándose entre ellos.
Escolarizar la realidad
En la mayoría de las escuelas no existe ningún contacto, ni con el mundo real ni con cosas
reales. El contacto parcial que se puede establecer en algunas escuelas con la realidad tiene
lugar a pesar de la escuela, o la escuela por ser precisamente lo que es niega la posibilidad
de tal contacto.
Dos maneras de vincular escuela y realidad: una haciendo que la realidad se introduzca en el
espacio de la escuela; otra extendiendo la escuela en la realidad.
* De afuera a dentro
Los métodos intuitivos suponían la necesidad de ver, tocar, sentir, lo que se había de
aprender, partir de las cosas mismas. Las propuestas de las metodologías activas exigen
hacer, practicar, experimentar, descubrir, la vinculación del aprendizaje con sus objetos
propios.
* De adentro a afuera
El lugar escolar recibe palos de todas partes. Escolarizar al máximo el espacio escolar: la
tecnología actual le presta sus valiosos medios. Las posibilidades de desarrollo pedagógico
que surgen a partir de las aportaciones tecnológicas suponen primero el cuestionamiento de la
exclusividad del espacio escolar y segundo la misma negación de la escuela como lugar fijo.
Frente a una pedagogía que todo lo quiere escolarizar se vislumbra otra donde late, más que
nada inconsciente, un proyecto desescolarizador. La escuela sale de su territorio, no para
poblar de escuela su exterior, sino para lograr fuera lo que dentro no es posible.
* De hijo a escolar
La parcelación del espacio social y la segmentación del tiempo global que establece cierta
pedagogía en forma de escuela implica un status específico para sus usuarios: los niños, y el
rol que ejercen cuando se encuentran dentro de este tiempo y lugar es el de escolares. El otro
rol que adopta la infancia es el de hijo, que resulta de la dependencia de la otra institución
fundamental: la familia. El niño es alternativamente hijo y escolar, y tal alternancia se repite
periódicamente.
La despedida del hijo en su 1º día de escuela y la bienvenida que ésta le depara son
momentos casi iniciáticos, el niño adquiere una nueva dimensión. Sin embargo, diariamente
van repitiéndose la transformación y los ritos que la acompañan.
Frigerio habla de las desigualdades con el fin de denunciarlas como la única oferta que la
sociedad actual le brinda a grupos poblacionales cada vez más amplios, y remarca la
importancia de desnaturalizar esas desigualdades, dando cuenta del carácter político de las
formas y adjetivos con los que se marca al otro (pobre, marginal, excluido). Se debe
cuestionar toda certeza y ponerla en duda.
Si se da cuenta del carácter político del dolor que genera la desigualdad, se podrá pensar en
qué decisiones, acciones y actos de poder podrán realizarse para una constituir un mundo
sensible.
Lo diverso no es un discapacitado, sino que somos todos, todos somos diferentes. Cada uno
posee distintos niveles de aprendizaje, de memoria, de vinculación, etc.
La igualdad como punto de partida de la educación implica sostener que ningún sujeto de la
palabra está imposibilitado, ni inhabilitado, en el territorio de lo común, para ser par, para
formar parte, para tener su parte.
Define educación como una actividad jurídica, como co-responsable de la inscripción de cada
sujeto en el socius, se trata de una responsabilidad en el trabajo de la filiación simbólica sin el
cual seríamos siempre cachorros humanos, nunca sujetos.
Esto significa atribuirle a la educación una función económica, entendiendo por tal el trabajo
político y repartir la herencia, el capital cultural o tesoro común.
La ruptura del historicismo teológico, designa el final de aquella creencia que fundaba
nuestras sociedades y que se expresaba por una gran esperanza en un futuro mejor,
inalterable, en una suerte de mesianismo científico que aseguraba porvenires elogiosos como
la tierra prometida.
Cambio de signo del futuro: Nuestra época testimonia el pasaje de la civilización occidental,
desde una confianza desmesurada en el futuro hacia una desconfianza casi igualmente
exagerada. En el momento mismo en que las ciencias, la política y la filosofía prometían al
hombre la felicidad que él mismo construía, Freud escribía que “a falta de felicidad, los
hombres se contentan con evitar la infelicidad”. El fracaso del optimismo nos deja no
solamente sin promesa, sino con el sentimiento de que incluso evitar la infelicidad es una
tarea demasiado difícil para nuestros contemporáneos.
La idea misma de futuro, lleva desde ese momento el signo opuesto, la positividad pura se
invierte en negatividad, la promesa se vuelve amenaza. Desde luego, los conocimientos se
han desarrollado de maneras increíbles pero, incapaces de suprimir el sufrimiento humano,
nutren la tristeza y el pesimismo imperantes.
Pero con respecto a las esperanzas que el cientificismo había despertado, no podemos sino
constatar toda la inquietud y toda la tristeza inducidas por esta transformación.
Nos queda una certidumbre: es posible superar esta tristeza. El pesimismo y el optimismo no
son más que dos categorías demasiado pasivas y demasiado imaginarias. Lo que debe ser el
futuro depende en buena medida de lo que sepamos hacer en el presente.
Si la tecnociencia no deja de progresar, el futuro sigue siendo, más que nunca, imprevisible.
Lo cual parece sumergir a la humanidad de hoy en una impotencia absoluta. El hecho de que
todo lo que es técnicamente posible realizar lo sea efectivamente, con consecuencias
considerables sobre los planos humano y cultural, constituye una de las fuentes cotidianas de
ansiedad.
La violencia de una crisis semejante nos golpea de lleno, se expresa mediante violencias
cotidianas. Ataques contra los vínculos, significativos de esa incapacidad para elaborar un
pensamiento que nos saque de la crisis y de su corolario: la vida de la urgencia. Provoca una
serie de pasajes al acto difíciles de reprimir. El mundo se vuelve incomprensible para todos,
pero particularmente para los jóvenes. En el marco de esta omnipotencia virtual, nuestras
sociedades aparentemente abandonan el dominio del pensamiento.
En estas relaciones violentas se produce el pasaje al acto, cuando algo del orden de lo
simbólico no puede ser puesto en palabras, se actúa.
Crisis de la autoridad
La relación con el adulto se percibe ahora como simétrica. Simétrica en el sentido de que ya
no existe una diferencia, una asimetría susceptible de instaurar de entrada la autoridad y de
construir al mismo tiempo un sentido y un marco propicios para la relación.
En una relación simétrica, dos seres humanos establecen una relación de tipo contractual: no
hay nada que prefigure la relación, fuera de la relación misma.
Esta simetría padre-hijo viene a borrar la percepción de las necesidades del hijo en función de
la edad. Esta dificultad de algunos padres para mantener una posición de autoridad
tranquilizadora y de contención deja al niño solo frente a sus pulsiones y a la angustia que de
ella se desprende. Conlleva por lo tanto a una angustiosa tensión entre el niño y sus padres,
transformando la vida familiar en un inquietante psicodrama permanente…
Esta crisis constituye una verdadera invitación a todos los autoritarismos. Una sociedad cuyos
mecanismos de autoridad están debilitados.
Estas dos tentaciones no son más que dos variantes del autoritarismo que inevitablemente
induce la relación de simetría entre jóvenes y adultos. Con el autoritarismo, aquel que tiene
aires de autoridad se impone al otro en la medida en que su fuerza es la única garantía y
fundamento de la relación.
La idea del positivismo que aseguraba un futuro mejor y certero cae al saberse que la
sociedad cada día empeora, se pierde la creencia mesiánica de que vamos mejorando. Por
ejemplo: el secundario era una promesa para tener un buen trabajo, y hoy en día esto es difícil
de creer.
Las generaciones de la crisis, es decir los adultos de hoy, no representan a los más jóvenes
una permanencia, ni una esperanza en el futuro. Muy por el contrario, encarnan la imagen de
generaciones que han fracasado: los sentimientos de inquietud y de ansiedad impuestos por
la crisis van a la par con el cuestionamiento de los adultos.
Al caer los lugares del saber, caen a su vez los lugares de quienes transmiten dicho saber. Se
pierde así el sentido de autoridad, y es ahí donde se cae en autoritarismo, ya que para poder
ejercer la autoridad se busca coercer, controlar, por medio de la violencia, buscando que se
calle el otro porque habla el docente, o no teniendo empatía con lo que le sucede al alumno
(ignorar es un tipo de violencia)
Los lugares de los sujetos que aprenden y los que enseñan necesitan ser revisados. Las
transformaciones subjetivas suelen ser leídas como déficit en los sujetos considerados como
incapacitados para incluirse en una cultura escolar ya naturalizada y no interrogada.
La autoridad ya no debe ser vista como un lugar desde donde se ejerce el poder sobre otros,
sino más bien autoridad se debe entender como una pertenencia a un mundo común con
otros y como la asunción de una responsabilidad en lo colectivo, por contar con una
experiencia que habilita a la fundación. Es la capacidad de fundar y no un lugar jerárquico
desde el que se impone, domina o somete. Lo que importa es lo que nace a partir de la
autoridad.
La autoridad es una relación social que se crea con otro y supone acciones sobre ellos que las
aceptan y que renuncian a reaccionar en su contra por voluntad propia, o sea, la autoridad
tiene un carácter legal, ya que se le otorga a un otro la legitimidad por vía del
“reconocimiento”. Reconocer es aceptar la autoridad de alguien porque ofrece un espacio
para vivir, para proyectarse, para construir con otros, para formar parte de…
El ejercicio de autoridad excluye la fuerza y la coacción, donde hay violencia para influir sobre
otros, allí no hay autoridad. Pero incluye la renuncia, o sea, aceptar cambios en uno mismo,
resignar algo para dar lugar a otra cosa. Dicha renuncia se da en ambos lados, quien ejerce la
autoridad y quien la recibe, ambos se transforman. Uno provoca el cambio y otro lo realiza
para transformarse a sí mismo.
Algunas cuestiones demandan ser revisadas con urgencia: los lugares de los sujetos que
aprenden y los sujetos que enseñan. Las transformaciones subjetivas son leídas como
falencia de lo sujetos que aprenden, considerados incapacitados para incluirse en una cultura
escolar ya naturalizada. La propuesta es concebir un nuevo modo de autoridad como
“autoridad emancipatoria”, habilitante de posibilidades, alejada del dominio y obediencia,
independizandose de un otro que tiene poder. La autoridad debe ser emancipatoria al generar
la libertad del otro, considerándolo un sujeto activo, o sea, es habilitante por permitir que el
sujeto desarrolle sus potencialidades. El lugar del que enseña se vuelve posible de ser
interrogado, criticado y reconfigurado.
Reconocimiento:
El reconocimiento de la autoridad es lo que hace que alguien sea autoridad. Es una relación
asimétrica donde hay reconocimiento de la misma. Pero para ser reconocida, la autoridad
debe reconocerse antes.
Nadie puede tener autoridad si no es mirado como tal por otros. No será una figura de
autoridad aquél que actúe por la fuerza, que ejerce un poder coercitivo.
La autoridad sólo existe en la medida en que es reconocida por quien recibe su acción.
Autoridad y reconocimiento de la autoridad son partes de un mismo movimiento y reconocer
significa entregar legitimidad, aceptar aquello que la autoridad dispone sin presentar
oposición, aún teniendo la posibilidad de reaccionar en su contra, porque la autoridad podría
ser resistida.
Esta autoridad cuestiona las ideas naturalizadas de los niños sobre déficits (creer que no le
da, que no puede, que no sabe nada) que hacen que el alumno “no pueda ser” por no haber
movimiento, por ser creencias estáticas que creen que no hay posibilidad de cambio.
Docentes que no se implican en cambiar esto, pierden su figura de autoridad.
Se podría pensar que los estudiantes que reconocen autoridad en los profesores, renuncian a
“no aprender” a “no trabajar”, y a cambio reciben un lugar de pertenencia, la posibilidad de
verse inscriptos en una trama de relaciones intergeneracionales y entre pares y ser
reconocidos porque los reposiciona en el presente y en un futuro. El reconocimiento a la
autoridad del docente es ejercida haciéndoles lugar a los estudiantes como sujetos capaces
de aprender, mirándolos con una posibilidad de comprensión del conocimiento así como
brindándoles el acceso a un reconocimiento de sí mismos. Para que la autoridad sea
reconocida, debe desplegar miradas habilitantes sobre cada estudiante como sujeto capaz de
aprender, de hablar, de pensar, de conocer. La mirada de la autoridad es la causa de que las
potencialidades del alumno se desarrollen, es la confianza que se da de antemano, una
anticipación de lo que otro podrá aún cuando hoy no pueda del todo.
La autoridad permite que algo se funde, se cree, y que no quede allí, sino que eso se
transforme y crezca, cambie y se mueva. Para esto, hay que estar dispuesto a cambiar el
propio ejercicio de la autoridad pedagógica, o sea, el docente debe estar dispuesto a cambiar
y no sólo esperar que el alumno sea quien cambie. Cambia el alumno, pero también el
docente, por estar abierto adquiere aprendizaje de los estudiantes.
La autoridad es aquella que puede mantener un lugar asimetría pero sin posición de
superioridad y sin reintroducir jerarquías. La relación asimétrica dada por reconocimiento
puede ser perdida, debido a que surgen cambios de roles, cambios en el estudiante, ya que el
mismo crece, se desarrolla, adquiere aprendizaje, y ahora puede cuestionar lo naturalizado.
Lo que se busca en la autoridad es que surja la co-construcción del conocimiento dado por la
apertura a la reflexión en la relación con los otros, cuestionando su lugar.
Pensar es dar sentido a lo que somos y a lo que nos sucede. Pero el sentido o el sin-sentido
tiene que ver con la “palabra”. La palabra no es sólo un sonido, sino que genera efectos,
formatean subjetividades. Las palabras tienen poder, determinan nuestros pensamientos y
dejan huellas, pudiendo estigmatizar. El hombre es un viviente de palabra, el hombre es
palabra, el hombre “es” en tanto qué palabra; todo lo humano tiene que ver con la palabra, se
da en la palabra y como palabra.
La experiencia es lo que NOS pasa, y no lo que pasa. Es lo que nos acontece y atraviesa, lo
que nos llega de lo que pasa; es lo que nos involucra. Una experiencia lo es sí solo sí modifica
a la persona, si delimita un antes y un después, es lo que sorprende y nos cambia. Pero cada
vez es más frecuente que el hombre viva más situaciones y menos experiencias. La
experiencia es cada vez más escasa y rara por:
* Por falta de tiempo: Todo pasa demasiado rápido, la obsesión por la novedad, por lo nuevo,
impide la conexión significativa de los acontecimientos. El sujeto moderno no sólo está
informado y opina, también es un consumidor voraz de novedades, es curioso, está
eternamente insatisfecho. Está tan invadido por información y opiniones que le falta tiempo,
todo sucede a gran velocidad y no queda tiempo para el silencio, la memoria, la reflexión, para
detenerse a pensar lo que le sucede.
La destrucción de la experiencia también está relacionada con el hecho de que cada vez se
está más tiempo en los aparatos educativos, estamos cada vez más tiempo en estos aparatos
pero tenemos cada vez menos tiempo.
* Por exceso de trabajo: La experiencia es cada vez más rara por el exceso de trabajo, el
trabajo es enemigo de la experiencia. El trabajo es toda actividad que se deriva de la
pretensión de conformar al mundo, de la creencia omnipotente que cada vez se puede y se
debe hacer más. Siempre busca hacer, producir, modificar, arreglar algo. El sujeto moderno
está atravesado por un afán de cambiar las cosas. Al estar siempre en movimiento sin poder
parar, nada nos pasa. La experiencia requiere de irrupción, requiere parar.
Larrosa propone enfrentar la falta de sentido de lo escolar e intentar darle un sentido a las
experiencias vividas. La educación fue pensada desde dos puntos de vista: Para los
positivistas, la educación es una ciencia aplicada, pero para los críticos la educación es una
praxis reflexiva. Pero se debe sostener la legitimidad de la categoría de experiencia, del
sentido, para pensar la educación de otra manera.
La posibilidad de que algo “nos” pase requiere tomarse tiempo, requiere parar, suspender la
acción, aprender en la lentitud, callar, tener paciencia.
Pero sólo se analizan dos componentes, un sujeto que se vincula con un elemento a
aprender, como una transmisión-adquisición unidireccional de conocimiento, y con la ausencia
de lo novedoso, para reducirse a la reproducción. Ponen el foco en el alumno individual y las
intervenciones que se realicen serán individuales, focalizadas en el alumno, dejando por fuera
al docente, directivos, contextos, padres, etc., y centradas más en lo clínico que en lo
educativo. Esto no trae transformación, ya que analizar las propiedades de los elementos por
separado no explican las propiedades del conjunto. Si la Unidad de Análisis que se pone en
juego en el recorte de la situación está centrada sólo en el sujeto-alumno, entonces no se
pondrá en juego ningún movimiento. Se debe hallar una unidad de análisis que exprese las
propiedades del conjunto, que vislumbre los componentes diversos en la relación que entre
ellos se establece.
Pero un modelo triádico deja por fuera otros elementos que hacen a la situación educativa.
Además, la actividad sociocultural no se da en dos momentos secuenciales (de lo
interpsicológico a lo intrapsicológico), sino más bien, la actividad sociocultural se da en
distintos planos en simultáneo, por lo tanto, se necesita de una unidad de análisis más
compleja. Es así que a mediados de los ‘90 va apareciendo un nuevo aporte:
Explica un modelo que da solución a los problemas de lo laboral, educativo, comunitario, etc.,
y considera a los sistemas como complejos, con muchos factores interviniendo.
Se trata de un modelo que abre nuevas posibilidades. Posee cinco principios básicos:
3) Estos sistemas toman forma y se transforman durante largos períodos de tiempo, o sea,
posee una dimensión histórica.
Tanto Piaget como Vigotsky centran su trabajo en los procesos de desarrollo psicológico como
el objeto a explicar. En ambas perspectivas el análisis de los procesos de aprendizaje debe
situarse dentro un análisis de los procesos de desarrollo psicológico. Pero las explicaciones
de cada autor no coinciden la manera de explicar esta relación. Baquero lo que hace es
analizar estas dos perspectivas junto con algunas otras.
Wertsch va a sostener que ciertos momentos previos del desarrollo generan condiciones
necesarias o de posibilidad para los niveles posteriores sin que esta secuencia exprese que lo
novedoso sea “superador” de lo previo sino en todo caso diverso, no necesariamente situado
sobre una única línea de progreso.
Los modelos unirideccionales admiten esta heterogeneidad pero la conciben como jerarquía
genética, siendo lo posterior más poderoso y mejor. En cambio Werstch propone una
heterogeneidad a pesar de la jerarquía genética, refiriendo a herramientas que son adquiridas
en diferentes estadios evolutivos pero no constituyen una escala inherente de poder o
eficacia. Es importante definir para abordar los problemas educativos el concepto de
heterogeneidad, ya que puede ser entendido como un enemigo a combatir, como un
funcionamiento primitivo aún no desarrollado o como un funcionamiento a preservar como
identidad de los sujetos.
Perspectiva piagetiana
No hay dudas que esta teoría aportó el análisis tanto de las competencias intelectuales de los
alumnos como también el análisis de los requisitos de desarrollo necesarios para el
aprendizaje significativo de contenidos. Pero el uso de la teoría para el estudio de las
competencias subjetivas es problemático. Si bien el conocer el nivel de desarrollo operatorio
para la comprensión de un contenido es información valiosa, ésta no debe por sí misma
regular la selección de contenidos escolares. No debe utilizarse la potencialidad para la
promoción del desarrollo operatorio como criterio de selección o exclusión de contenidos.
Perspectiva vigotskyana
Uno de las principales críticas tiene que ver con la metáfora de andamiaje: si bien ésta no es
propia de la teoría vygotskiana, tiene fuertes lazos con la noción de ZDP. Apunta al sostén
que provee el adulto cuando auxilia a un niño para aprender a realizar una tarea que solo no
podría dominar. Tuvo toda una serie de críticas, como la de incitar una visión estrecha de las
interacciones adulto-niño en relación a la resolución de una tarea. También que sólo apuntaría
a la transmisión de conocimientos y habilidades pero no tendría en cuenta los procesos de
construcción o creación. O sea que las derivaciones educativas tipo “andamiaje” representan
una enseñanza demasiado directiva, ocupada tan sólo de los procesos de transmisión de
habilidades o conocimientos sin atención a los procesos de creación subjetivos.
En respuesta a estas críticas, se puede asegurar que las situaciones del tipo andamiaje
suponen una interiorización gradual de los procesos desplegados inicialmente en el plano
intersubjetivo. Esta interiorización implica un proceso de reconstrucción interna del proceso
intersubjetivo, siendo su producto irreductible al proceso intersubjetivo que le dio origen. O
sea, el andamiaje no debería ser una suerte de transmisión lineal de habilidades. Además,
estas situaciones andamiadas procuran un auxilio graduado y temporal, el cual supone un
aumento creciente de la autonomía y control del propio aprendizaje por parte del sujeto que
aprende.
CONCLUSIÓN
Si bien las teorías analizadas han hecho grandes aportes a la hora de conceptualizar al sujeto
del aprendizaje, es necesario advertir que se trata de modelos que han privilegiado ciertas
miradas sobre el desarrollo subjetivo, jerarquizando ciertos procesos y valorando ciertas
formas de funcionamiento cognitivo. Por momentos ilusionan con la idea de que el desarrollo
subjetivo coincide en su dirección e iniciativa con los objetivos que la cultura se propone.
Debemos ser capaces de advertir los límites que imponen las posiciones aplicacionistas como
también el carácter al parecer normativo que poseen los modelos de desarrollo.
Los modelos genéticos se caracterizan por explicar los mecanismos cognitivos por su modo
de construcción o formación, adoptando una perspectiva genética del desarrollo. La tesis
básica de la Teoría Genética es que el conocimiento se construye a través de
la ACCIÓN transformadora sobre el mundo.
Para la teoría genética en un comienzo no hay un objeto ni hay un sujeto como entidades
contrapuestas, sino que existe una historia de formación, donde hay una actividad
transformadora sobre el mundo sin distinción de sujeto-objeto. Hay una actividad práctica
sobre el mundo que progresivamente se va diferenciando en un polo objetivo y uno subjetivo,
en objeto y sujeto.
La acción es el punto de partida del desarrollo, otorgar significados al mundo. El punto clave
del conocimiento está en la acción transformadora sobre el mundo.
Si una actividad del sujeto sobre el mundo tiene intencionalidad, y si ese mundo externo
adquiere sentido en virtud de su propia acción, se puede hablar propiamente de “acción” y no
de movimiento corporal.
Aprendizaje:
El sujeto extrae propiedades de sus propias acciones. El aprendizaje para la teoría genética
es una adquisición en función de la experiencia, que se desarrolla en el tiempo. El mismo es
un proceso provocado (en oposición a espontáneo). El desarrollo cognitivo es el que crea las
condiciones de posibilidad, dado que son decisivas las estructuras previas del sujeto para lo
que es capaz de aprender, en tanto podrá asimilar sólo aquello que sus esquemas previos le
permitan.
La teoría genética sostiene que los sistemas de asimilación del sujeto son los que marcan el
curso del aprendizaje. Durante mucho tiempo se sostuvo una hipótesis de continuidad
funcional entre los procesos cognitivos en diferentes contextos sociales y en diferentes
momentos del desarrollo. O sea, dentro y fuera de la escuela los aspectos funcionales del
conocimiento eran los mismos. Dicha concepción es relativizada.
Didáctica: disciplina que analiza el modo en que se comunican los saberes en el aula, y la
manera en que dicha comunicación de saberes promueve la transformación cognitiva de los
alumnos.
La escuela ha sido creada para comunicar a las nuevas generaciones los saberes socialmente
producidos, aquellos que son considerados válidos y relevantes. La comunicación de los
contenidos escolares da lugar a la relación didáctica, una relación temida que se establece
entre el maestro, el alumno y el saber. Al estudiar la situación didáctica, se debe tomar en
cuenta no sólo el proceso cognoscitivo del niño, sino también la naturaleza del saber que se
quiere comunicar, y la acción del maestro para garantizar que esa comunicación del
conocimiento se establezca. El análisis didáctico no puede limitarse a considerar por separado
al alumno, al maestro, y al saber, sino que debe abarcar el conjunto de las interacciones entre
ellos.
No es suficiente dilucidar los procesos cognitivos por los cuales el niño aprende fuera de la
escuela y transferirlos al contexto escolar para explicar el aprendizaje escolar. Sino que se
debe situarse en el salón de clases y estudiar cómo los saberes son afectados y estructurados
por el modo en que: los docentes plantean los problemas, a quiénes se dirigen los problemas,
y cuáles son los espacios donde el alumno pueda formular sus propios planteos, para que
puedan entrar en conflicto con los conocimientos previos del niño.
Herramientas:
Físicas: Son herramientas tangibles (ej: pizarrón, escritorio, etc)
Psicológicas o semióticas: El lenguaje oral y escrito, el conocimiento/saber, etc.
Signos: Son nexos culturales creados en la interacción humana. Son de lo más
variados. Pueden ser signos compartidos con otros socialmente (ej: seña de pedir la
cuenta), o pueden ser signos propios (ej: signos de escritura propios que sólo uno
entiende).
El uso de medios artificiales, la transición a la actividad mediata, cambia todas las funciones
psicológicas, al tiempo que el uso de herramientas ensancha ilimitadamente la serie de
actividades dentro de las que operan las nuevas funciones psicológicas. En este contexto, se
puede hablar de función psicológica superior, al combinarse las herramientas y los signos en
la actividad psicológica.
Todas las funciones superiores se originan como relaciones entre seres humanos.
Los aspectos del lenguaje externo/comunicativo, así como los del lenguaje egocéntrico, se
“internalizan” para convertirse en la base del lenguaje interno. La internalización de las
actividades socialmente arraigadas es el rasgo distintivo de la psicología humana, es la base
del salto cualitativo de lo animal a lo humano.
BAQUERO: VIGOTSKY: SUJETO Y SITUACIÓN, CLAVES DE UN PROGRAMA
PSICOLÓGICO
Vigotsky se interesa por la categoría de “actividad instrumental”, la relación con el mundo está
mediada por instrumentos. Los procesos semióticos son claves para explicar procesos como
los del funcionamiento consciente. Pero la apropiación de los instrumentos y prácticas
semióticas se da en la vida social y en las prácticas culturales específicas de crianza y
educación, con sus particularidades históricas y situacionales. Las funciones psicológicas de
tipo superior tienen su origen en lo social.
El origen de los procesos psicológicos superiores es social y se adquieren por medio de la “ley
de doble formación de los procesos psicológicos superiores”
Procesos de interiorización:
La ley genética del desarrollo cultural llamada “ley de doble formación de los procesos
psicológicos”, enuncia que toda función aparece dos veces:
La interiorización supone por parte del sujeto, una transformación activa de la operación dada
en el plano interpsicológico (como ocurre en la adquisición del habla y en la constitución del
del habla interior). La interiorización presume una reconstrucción del proceso interiorizado, no
es una mera copia o traspaso de lo cultural a lo interior del psiquismo.
El nivel de desarrollo Potencial es el nivel de desarrollo en construcción, donde algo que aún
no se puede resolver por sí solo, debe resolverse con la ayuda de un otro más capaz, con
alguien que sepa sobre lo que uno está aprendiendo. Luego, cuando lo puede hacer solo,
pasa al Nivel de desarrollo Real.
Andamiaje: El otro, poco a poco, deja de explicar tanto para simplemente acompañar. Es un
sostén momentáneo que tiene la función de acompañar, pero debe irse corriendo poco a poco
de su función, paulatinamente y en forma gradual debe irse retirando.
Es un proceso, lo que hoy se realiza con la asistencia de una persona más experta, luego se
realizará en forma autónoma, sin necesidad de dicho auxilio. Tal autonomía, se conquista
gracias a la actividad intersubjetiva, lo que conforma una relación dinámica entre aprendizaje y
desarrollo.
Estos procesos se dan en el plano interpsicológico, el potencial se da con otros, con pares, en
un grupo. La zona de desarrollo próximo para los niños es espontáneo, los niños aprenden
entre ellos. Trabajar en grupo es un modo de construcción, se aprende con los otros, en
interacción, se reflexiona conjuntamente, de modo dialogado. Pero lamentablemente la
escuela individualiza las tareas, quitando las zonas de desarrollo próximo establecidas entre
los niños.
CATEGORÍA DE JUEGO:
Para los niños, lo que es el trabajo en el adulto, es para ellos el juego. Es una actividad de
ensayo sobre lo que hará en la vida adulta. En el juego se aprende, es un error que se los
aparte del mismo al momento de “enseñarles”. Para Vigotsky, el juego es un poderoso creador
de zona de desarrollo próximo, los aprendizajes se los debe dar a partir del juego. El juego
posee mucho valor en la enseñanza y las escuelas sin embargo, pretenden que se abandone
esta práctica para poder aprender, perdiéndose lo rico de la interacción con instrumentos
mediadores y con otros significativos.