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Resumen

El Libertador Simón Bolívar generalmente es recordado por sus proezas


militares, pero no por sus ideas constitucionales. Durante el proceso de
independencia, Bolívar concibió la política en dos frentes: el militar y el
constitucional; dentro de éste último se erigió en Legislador de América. Este
proceso fue uno de aquellos que se gestaron durante la era de la revolución, la
doble revolución ilustrada e industrial, así como durante las revoluciones del
mundo atlántico, de modo que su naturaleza fue laberíntica: en ese tiempo de
grandes cambios, confluyó un crisol de diversas ideas sobre el Estado, la
república y las constituciones. El Libertador-Legislador, hombre cosmopolita,
naturalmente fue influido por diversas tradiciones de pensamiento político
(tanto antiguo como moderno), por sus viajes y sus experiencias políticas,
cuyas lecciones fueron el insumo de sus ideas constitucionales. En este trabajo
abordo descriptiva, critica y explicativamente, por un lado, las ideas que el
Libertador-Legislador Simón Bolívar manifestó sobre los congresos, las
asambleas constituyentes y especialmente el Poder Legislativo, órgano
representativo por excelencia de las nacientes repúblicas democráticas
hispanoamericanas; por el otro, la conflictiva relación que sostuvo con dicho
órgano y los principios, sujetos y actividades que le son inherentes: soberanía
popular, representatividad, democracia y separación de poderes; congresistas,
letrados y legisladores; controlar, vigilar y autorizar al Ejecutivo en
representación del pueblo, sobre el cual ejerce contención. El periodo de tiempo
estudiado, está circunscrito entre los años 1812 y 1830, los cuales encierran su
vida pública y su producción escritural, y que constituyen una pronunciada
parábola de ascenso, cénit y caída intelectual y política de Bolívar.

¿Qué es la Carta de Jamaica resumen corto?

La Carta de Jamaica nos da cuenta de la gran visión integradora sobre los


derechos de los pueblos americanos y de la vigencia del pensamiento de patria
grande y la necesidad histórica de abordar la defensa de la soberanía política,
económica y cultural de las naciones de este continente desde la unión y la
integración
16 de septiembre de 2015

A 200 años de la “Carta de


Jamaica”: unión e integración, desde la complementariedad, la solidaridad y la
hermandad.
Desde el IPPDH recordamos los 200 años de La Carta de Jamaica como
primigenia expresión de la integración de América Latina, una integración
fundamentada en la garantía de todos los derechos humanos y como decía
Bolívar “que otorgue la mayor suma de felicidad posible a sus habitantes y
nazca del país mismo”.
La Carta de Jamaica fue uno de los documentos políticos más trascendentes
escrito por el Libertador Simón Bolívar. Fue redactada por él mismo como
respuesta a un comerciante británico que vivía en la isla, el Sr. Henry Cullen un
6 de Septiembre de 1815, cuando se encontraba refugiado en Kingston
(Jamaica) tras el fracaso militar ocurrido en Nueva Granada. El documento
recoge las impresiones sobre lo acontecido en el continente, a partir de la
llegada de los colonizadores europeos hasta los sucesos que condujeron al
estallido de las independencias.
Con el paso de los años, este se convirtió en un texto político fundamental que
expone además de su visión política tras la caída de la segunda República, la
necesidad de consolidar la unión entre las naciones de la región como una sola
patria. Además presenta ideas centrales para comprender la doctrina
bolivariana y los complejos matices de la guerra de independencia en todo el
continente americano.
Para el profesor e investigador de la UNB, Doctor en Relaciones
Internacionales, Thiago Gehre Galvão, el exilio de El Libertador, a su paso por
Kingston, constituyó un punto de inflexión en el pensamiento de Bolívar que dio
lugar a una profunda reflexión y reorganización estratégica en torno a su
emprendimiento independentista, que junto a la reorganización del orden
internacional de entonces y la influencia del pensamiento ilustrado generaron
una “confluencia positiva para transformar ese momento en una campaña
victoriosa para la emancipación de América Latina”.
Bolívar expresaba en la carta: “Yo deseo más que otro alguno ver formar en
América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riquezas,
que por su libertad y gloria. Aun que aspiro a la perfección del gobierno de mi
patria, no puedo persuadirme que el nuevo – mundo sea por el momento regido
por una gran república; como es imposible no me atrevo a desearlo. Es una
idea grandiosa pretender formar de todo el nuevo mundo, una sola nación con
un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un
origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería por consiguiente
tener un solo Gobierno, que confederase los diferentes estados que hayan de
formarse”.
La Carta de Jamaica nos da cuenta de la gran visión integradora sobre los
derechos de los pueblos americanos y de la vigencia del pensamiento de patria
grande y la necesidad histórica de abordar la defensa de la soberanía política,
económica y cultural de las naciones de este continente desde la unión y la
integración, desde la complementariedad, la solidaridad y la hermandad que
hoy, con la integración desde el MERCOSUR sigue dando avances y
consolidándose.

El Discurso de Angostura
Discurso pronunciado por Simón Bolívar el 15 de febrero de 1819, en la provincia de
Guayana, con motivo de la instalación del segundo Congreso Constituyente de la
República de Venezuela en San Tomé de Angostura (hoy Ciudad Bolívar).
En este documento Bolívar como jefe de Estado se dirige a los congresistas del país no
sólo para expresar su opinión sobre lo que debía ser el proyecto constitucional a
sancionarse, sino también para ofrecer una profunda reflexión sobre la situación que
vivía Venezuela a fines de 1818 y comienzos de 1819. En relación al proceso de
elaboración de dicho texto, el mismo se llevó a cabo fundamentalmente en su residencia
de Angostura durante los últimos meses de 1818. Asimismo, no vaciló Bolívar en
confiar los originales de este importante documento a Manuel Palacio Fajardo, estadista
dotado de talento y erudición, para que le diera su opinión. En este sentido, Palacio
Fajardo formuló algunas observaciones, que Bolívar acepto con humildad. El 15 de
febrero de 1819, día fijado para la instalación del Congreso que el propio Bolívar había
convocado, una salva de cañonazos, unidas a las aclamaciones del pueblo, señaló a las
11 a.m., la llegada del Libertador, jefe supremo de la República y de la comitiva que lo
acompañaría a la sede del Congreso.
El Libertador durante su estadía en Angostura
Ilustración realizada por Francisco Maduro.
El contenido del Discurso
En el discurso pronunciado durante casi una hora ante El Congreso de Angostura, el
Libertador analizó de manera profunda la realidad de su tiempo, señalando la
conveniencia de que las instituciones que surgieran en América a raíz de la
Independencia, debían responder a las necesidades y posibilidades de estas sociedades,
sin copiar modelos de tierras extrañas. Aunque se reconoce en este documento lo
favorable del régimen federal para otras naciones; se sostiene que en el caso de
Venezuela es preferible un Centralismo, basado en un Poder Público distribuido en las
clásicas ramas: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; resaltando la fortaleza del Ejecutivo.
Sugiere también Bolívar que a estos tres poderes se agregue una cuarta instancia
denominada Poder Moral, destinado a exaltar el imperio de la virtud y enseñar a los
políticos a ser probos e ilustrados. Asimismo, concebía la idea de una Cámara Alta
hereditaria, para mantener en ella la tradición edificante de los padres de la patria; lo
cual no encajó muy bien con la letra del Poder Moral. En una demostración de gran
ilustración el Libertador hace reminiscencias de Grecia y Roma y examina las
instituciones políticas de Gran Bretaña y Estados Unidos, citando para esto a filósofos y
políticos de la Enciclopedia y de la Revolución Francesa, para desembocar en la
necesidad de instaurar un sistema republicano-democrático, con proscripción de la
nobleza, los fueros y privilegios, así como de la abolición de la esclavitud. Otro aspecto
al que dedicó una importancia fundamental, en el proceso de consolidación de las
repúblicas latinoamericanas, fue a la educación. En este sentido, para él educar era tan
importante como libertar. De lo que se desprende su memorable sentencia: "Moral y
luces son los polos de una República, moral y luces son nuestras primeras necesidades".
Después de desarrollar otros tópicos relacionados con una visión sobre la grandeza y el
poderío de la América libre y unida, cierra Bolívar su discurso con la siguiente
exhortación al Congreso: "Señor, empezad vuestras funciones: yo he terminado las
mías". Tras esto hizo entrega de un proyecto de Constitución así como del Poder Moral,
a fin de que fueran estudiados por los diputados, añadiendo: "El Congreso de Venezuela
está instalado; en él reside, desde este momento, la Soberanía Nacional. Mi espada y las
de mis ínclitos compañeros de armas están siempre prontas a sostener su augusta
autoridad. ¡Viva el Congreso de Venezuela!".

Casa donde se ofreció el Discurso de Angostura


Circulación del texto en distintas regiones
Luego de pronunciar su discurso, Bolívar tomó juramento a los diputados y luego puso
en manos del presidente del Congreso, Francisco Antonio Zea, su bastón de mando,
renunciando con esto a su cargo de jefe supremo; lo que no fue aceptado por el poder
legislativo, que por unanimidad se lo devolvió. El discurso efectuado por Bolívar ante el
Congreso de Angostura, fue publicado (aunque incompleto) los días 20 y 27 de febrero
y 6 y 13 de marzo en las columnas del Correo del Orinoco. También fue traducido al
inglés por James Hamilton e impreso en los talleres de Andrés Roderick, en Angostura.
En abril de 1820, circuló en Bogotá un folleto con el texto en español revisado por el
propio Bolívar. Por mucho tiempo estuvo extraviado el manuscrito original que leyó el
Libertador ante el Congreso de Angostura, hasta que en 1975 los miembros de la familia
británica Hamilton-Grierson, descendientes de James Hamilton (quien lo había
conservado en su poder) lo devolvieron a la nación venezolana.

El Manifiesto de Cartagena
Documento político escrito por Simón Bolívar el 15 de diciembre en la ciudad de
Cartagena de Indias (Colombia). Fundada por el capitán madrileño Pedro de Heredia en
1533, la ciudad colombiana fue la primera provincia del Reino de Nuevo Granada en
proclamar su total separación del régimen español. En tal sentido, se llamó "Estado libre
y absolutamente independiente", en el acta del 11 de noviembre de 1811. Por tal motivo,
se convirtió en el primer lugar a donde primero se dirigieron los patriotas luego de la
pérdida de la Primer República a mediados de 1812. Entre éstos figuraba Simón
Bolívar, quien salió de Venezuela por el puerto de La Guaira el 27 de agosto de ese año,
rumbo a Curazao, en permaneció hasta finales de octubre, cuando partió hacia
Cartagena. En dicha ciudad se reunió Bolívar con otros expatriados, con los cuales
ofreció sus servicios al gobierno de la Nueva Granada, en carta fechada el 27 de
noviembre de 1812 que suscribe junto al letrado Vicente Tejera, ex ministro de la Alta
Corte de Justicia de Caracas. Semanas después de enviada esta carta, el 15 de
diciembre, Bolívar elabora su Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada
por un caraqueño, documento más conocido como Manifiesto de Cartagena.
En lo que es considerado como su primer gran documento político, Bolívar analiza los
errores en los que incurrieron los hombres de la Primera República de Venezuela, tales
como la adopción del sistema federal; la debilidad del gobierno; la impunidad de los
delitos; la mala administración de las rentas públicas; la falta de conciencia ciudadana
para el fiel cumplimiento de los deberes constitucionales y el ejercicio de los derechos;
a la ambición de unos pocos y al espíritu de partido que todo lo desorganizó; a lo que
además se sumó el terremoto del 26 de marzo de 1812, la influencia de eclesiásticos
contrarios a la independencia y la imposibilidad de establecer fuerzas armadas
permanentes y bien organizadas bajo un mando único. Concluye Bolívar en su
manifiesto con las siguientes palabras: "... Corramos a romper las cadenas de aquellas
víctimas que gimen en las mazmorras, siempre esperando su salvación de vosotros: no
burléis su confianza: no seais insensibles a los lamentos de vuestros hermanos. Id
veloces a vengar al muerto, a dar vida al moribundo, soltura al oprimido y libertad a
todos." La primera edición del Manifiesto de Cartagena (bajo el título original ya
mencionado de "Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un
caraqueño") se realizó en la imprenta de Diego Espinoza en aquella misma ciudad, en
1813, probablemente muy a comienzos de ese mismo año.

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