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Epónimo 15 de febrero bicentenario del congreso de Angostura.

Hace 200 años Simón Bolívar instaló el Congreso de Angostura y dejó claro el rumbo de la
Independencia de nuestro país, que venía transitando de manera determinante desde el 19 de
abril de 1810 y el 5 de julio de 1811, y a los que anteceden diversos movimientos
preindependentistas.

Celebrado en la ciudad de Angostura, hoy Ciudad Bolívar. Magno evento donde el Libertador
pronunció un inmortal discurso, en el cual reflejó una vez más la profundidad de su pensamiento
político. El Congreso fue inaugurado bajo la inspiración del ideario del general Francisco de
Miranda y representó el segundo Congreso Constituyente de la República de Venezuela. La
convocatoria se hizo en el contexto de las guerras de independencia de Venezuela y de la Nueva
Granada. Representó el Segundo Congreso Constituyente de Venezuela. Y se llegó a su instalación
luego que Bolívar expusiera en 1818 ante el Consejo de Estado, la necesidad de convocar a
elecciones para celebrar un Congreso Nacional que diese una salida constitucional a la inestable
situación política del país.

El acto revistió la mayor solemnidad. Ante 26 de los 30 diputados electos por las provincias de
Caracas, Barcelona, Cumaná, Barinas, Guayana y Margarita, y distinguidas personalidades
invitadas, el 15 de febrero de 1819 se instala el Congreso de Angostura con un discurso medular
de Simón Bolívar, Jefe Supremo de la República desde 1816. Entre los diputados destaca la
presencia del eminente jurista guariqueño, Juan Germán Roscio Nieves, diputado por la Provincia
de Caracas… Francisco Antonio Zea es electo Presidente del Congreso, y éste, ya en posesión,
invita a tomar la elección de un Presidente de la República interino. Como es lógico suponer, el
elegido es Simón Bolívar. Al Libertador, sin embargo, le preocupa más la guerra que la Presidencia.
Pide, por tanto, que se le acepte la renuncia: “Legisladores: Yo deposito en vuestras manos el
mando supremo de Venezuela. Vuestro es ahora el augusto deber de consagraros a la felicidad de
la República; en vuestras manos está la balanza de nuestros destinos, la medida de nuestra gloria;
ellas sellarán los decretos que fijan nuestra libertad…”.

El Congreso de Angostura, produjo la segunda constitución de la historia de Venezuela, le


antecedió el Primer Congreso Constituyente de Venezuela, realizado el 2 de marzo de 1811 en la
ciudad de Valencia, en el cual había sido promulgada la primera Carta Magna, la Constitución
Federal para los estados de Venezuela. El ideario del Libertador esboza la creación de la Gran
Colombia, conformada en un principio por el Departamento de Venezuela, Departamento de
Nueva Granada; posteriormente se anexaría el Departamento de Quito, hoy la República del
Ecuador.

En cuanto al Discurso de Angostura: Es una pieza oratoria llena de sabias y sensatas reflexiones, de
un insuperable contenido político y filosófico. Un sesudo documento concebido en muy difíciles
circunstancias, en medio del estruendo de la guerra, los viajes a caballo, en embarcaciones, las
inclemencias del tiempo, aunado a los sacrificios y las intrigas de los mismos conciudadanos. Es el
poder de concentración lo que asombra de Bolívar, capacidad demostrada cuando dictaba hasta
tres y cuatro cartas a la vez.
En Angostura, Bolívar es sociólogo, filósofo, psicólogo, historiador, visionario, nos muestra lo que
ha asimilado de los clásicos antiguos y modernos, es esencialmente un político creador. Cuando
nos habla del poder moral, su cuarto poder, pone de manifiesto la sensibilidad de su alma y su
preocupación por la educación del pueblo: “La educación popular debe ser el cuidado primogénito
del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una República; moral y luces son
nuestras primeras necesidades…”.

En ese sentido, Bolívar en el texto señala y alerta: “por el engaño se nos ha dominado más que por
la fuerza; y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición. La esclavitud es la
hija de las tinieblas; un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la
ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo
conocimiento político, económico o civil; adoptan como realidades las que son puras ilusiones;
toman la licencia por la libertad, la traición por el patriotismo, la venganza por la justicia… Un
pueblo pervertido si alcanza su libertad, muy pronto vuelve a perderla; porque en vano se
esforzarán en mostrarle que la felicidad consiste en la práctica de la virtud; que el imperio de las
leyes es más poderoso que el de los tiranos, porque son más inflexibles, y todo debe someterse a
su benéfico rigor; que las buenas costumbres, y no la fuerza, son las columnas de las leyes que el
ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad”.

Aunque se reconoció la eficacia de los gobiernos Federales, se decidió que para Venezuela era
preferible instalar un sistema centralizado, basado en un Poder Público que se distribuyera en las
siguientes ramas: Ejecutivo, Legislativo y Judicial; resaltando la fortaleza en el caso del Ejecutivo.
Hizo mención además a elementos indispensables para lograr una Patria justa y digna, como son:
“el respeto por la soberanía popular, la división de los poderes, la libertad civil, la proscripción de
la esclavitud, la abolición de la monarquía con sus privilegios y la instalación de un cuarto y muy
importante poder: el Poder Moral”. Este último destinado a exaltar el imperio de la virtud y
enseñar a los políticos a ser probos e ilustrados… Señalando además, que “el sistema de gobierno
más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad
social y mayor suma de estabilidad política”.

Tras repasar otros tópicos relacionados con una visión sobre la grandeza y el poderío de la
América libre y unida, cierra Bolívar su discurso con la siguiente exhortación al Congreso: «Señor,
empezad vuestras funciones: yo he terminado las mías». Tras lo cual hizo entrega de un proyecto
de Constitución así como del poder moral, a fin de que fueran estudiados por los diputados
presentes.

Para culminar dijo: «El Congreso de Venezuela está instalado; en él reside, desde este momento, la
Soberanía Nacional. Mi espada y las de mis ínclitos compañeros de armas están siempre prontas a
sostener su augusta autoridad. ¡Viva el Congreso de Venezuela!».

El discurso tiene unas cinco mil palabras. Bolívar le encomendó a Manuel Palacio Fajardo que le
hiciera las observaciones que creyera convenientes. Apenas pronunciado en el recinto donde se
realizó el Congreso, Bolívar lo entregó al súbdito británico James Hamilton, comerciante
residenciado en Angostura, para que lo tradujera al inglés. Este manuscrito, escrito por ambas
caras en un cuaderno de 32 folios.

A 200 años del Congreso de Angostura el discurso que ofreció nuestro Libertador, Simón Bolívar,
marcó el camino a seguir para la consolidación de la Gran Colombia y de las naciones que la
conformaron; gracias a este hombre extraordinario, cuyo pensamiento visionario traspasó las
barreras del tiempo, a la fecha este fundamental documento de la historia patria mantiene su
vigencia histórica.

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