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FACULTAD DE DERECHO CIENCIA Y POLITICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

EL IUS PUNIENDI DEL ESTADO, ANTECEDENTES DE LA POTESTAD SANCIONADORA,


PROTECCION DE BIENES JURIDICOS, EFICIENCIA Y EFICACIA DE LA POTESTAD
SANCIONADORA DEL ESTADO Y EL PODER DISCIPLINARIO DE LA ADMINISTRACION
PUBLICA.

Docente:
Mag. Carmen Natalia Gibaja Zapata
Presentado por:

Suclli Suclli, Ever Militon

Ariza Ramirez Nayra Margarita

Cajavilca Molina Franklin Jefferson

Quispe Astete Roberto Carlos

Villacorta Alzamora Alejandra

Curso:
Derechos Humanos

CUSCO – PERÚ
2022
PRESENTACION

Prof. GIBAJA ZAPATA CARMEN NATALIA docente en el curso de DERECHO

ADMINISTRATIVO. El presente trabajo pretende analizar el ordenamiento sancionador público

en el Perú, poniendo en evidencia algunos problemas y limitaciones que lo aquejan, en cuanto a la

aplicación respetuosa de las garantías que rigen, desde la Constitución, para toda norma

sancionadora. En particular, se analiza la problemática que afecta a una manifestación de ese

ordenamiento sancionador público: el Derecho Administrativo Sancionador peruano. La necesidad

de tal emprendimiento se sustenta en que nuestro Derecho Administrativo Sancionador adolece de

una situación similar a la que, en 1976, García de Enterría describía en España

Admitir que el Derecho Administrativo Sancionador patrio muestra hoy características

muy similares a las de aquel derecho represivo prebeccariano, al que hace referencia el texto

citado, no es una ligereza. Como sucedía en aquel contexto en España, el Derecho Administrativo

Sancionador en el Perú no tiene un desarrollo teórico, normativo o jurisprudencial, que respete las

exigencias de un Estado Social y Democrático de Derecho. Contrariamente, se evidencia un claro

desorden y falta de sistematicidad de las normas que regulan la imposición de sanciones de carácter

administrativo.

Las constituciones nacionales de los estados precisan los valores fundamentales de cada

sociedad y corresponde a las normas de desarrollo, y a otras leyes del ordenamiento jurídico,

determinar, por una parte, los derechos que van a recibir protección del derecho penal y por la otra

el sistema de principios reguladores del actuar de los legisladores en su labor de instituir delitos y

penas y de los jueces y tribunales a la hora de aplicarlas a los que los cometen.

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INTRODUCCION
PRESENTACION ............................................................................................................................ 2
1. IUS PUNIENDI ........................................................................................................................ 4
Naturaleza ........................................................................................................................................ 4
• El ius puniendi sería un derecho subjetivo porque el Estado ocuparía una posición tal que el
Derecho Penal se pondría a su disposición para que ejerza el castigo ante el sujeto pasivo. ....................... 4
1.2. El Derecho penal ............................................................................................................... 5
2. ANTECEDENTES DE LA POTESTAD SANCIONADORA ................................................. 8
3. LA IMPORTANCIA DEL BIEN JURÍDICO TUTELADO EN EL ÁMBITO DE LAS
SANCIONES ADMINISTRATIVAS CON FACTOR OBJETIVO DE ATRIBUCIÓN ............................ 9
4. EL PODER DISCIPLINARIO DE LA ADMINISTRACION PUBLICA ............................. 12
CONCLUSION .............................................................................................................................. 14
BIBLIOGRAFIA ........................................................................................................................... 15

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1. IUS PUNIENDI

Ius puniendi es una expresión jurídica latina utilizada para referirse a la facultad sancionadora del

Estado. Se traduce literalmente como derecho a penar o derecho a sancionar.

La expresión se utiliza siempre en referencia al Estado frente a los ciudadanos. Por ello, si bien

puede ocurrir que otros organismos o instituciones, o en otras situaciones, estén legitimados para castigar

o sancionar (empleador y empleado, o padre e hijo), el ius puniendi no es aplicable a estas.

Naturaleza

Existen dos concepciones filosóficas acerca del ius puniendi: como derecho subjetivo y como

potestad. Además, existen algunas corrientes que niegan la existencia de tal derecho.

• El ius puniendi sería un derecho subjetivo porque el Estado ocuparía una posición tal que el

Derecho Penal se pondría a su disposición para que ejerza el castigo ante el sujeto pasivo.

• El ius puniendi sería una potestad del Estado. Se decía que esta definición tenía mucho riesgo

de justificar el totalitarismo. Este planteamiento subjetivo se ha ido abandonando

progresivamente conforme se ha ido consolidando los principios de Orden Constitucional

propios de un Estado social y democrático de Derecho.

1.1. Estado social y democrático de Derecho

En el Estado actual, que es normalmente democrático y de derecho el ius puniendi será la

potestad o poder atribuida a determinados órganos del Estado para imponer penas, sanciones y medidas

de seguridad a quienes después de un proceso, también contemplado en la ley, los establezca como

responsable de los delitos y estados peligrosos.

A estas personas, una vez juzgadas, se les van a aplicar penas, sanciones y medidas de seguridad,

siempre previstas en la ley (tipificadas) si se les considera culpables.

En el ordenamiento jurídico peruano es posible identificar dos modos genéricos de

derecho sancionador: un derecho sancionador privado, y un derecho sancionador

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público, potestad sancionadora del Estado o ius puniendi.

Cuando mencionamos la existencia de un derecho sancionador privado, hacemos

referencia a aquellas manifestaciones sancionadoras3

que pueden apreciarse, por

ejemplo:

- Al interior de personas jurídicas de derecho privado (clubes u otras

asociaciones).

- Régimen disciplinario de universidades (privadas).

- Régimen disciplinario de gremios (asociaciones irregulares, por ejemplo).

- Régimen disciplinario de Copropiedad (Reglamentos Internos de Edificios en

Propiedad horizontal).

- Cláusulas penales (en contratos civiles).

- Sanciones laborales (en contratos de trabajo de regímenes privados).

En una de sus primeras sentencias , el Tribunal Constitucional dejó sentado que las garantías del

debido proceso no pueden soslayarse en ningún caso, de modo que son plenamente aplicables en

cualquier clase de proceso o procedimiento disciplinario privado.

En decisiones posteriores el Tribunal Constitucional delimitó este Derecho Sancionador Privado,

estableciendo una serie de garantías alrededor del mismo, como el debido proceso , “juez”

predeterminado , tipicidad (certeza y taxatividad), mínima actividad probatoria8 , defensa irrestricta, o, ne

bis in ídem.

1.2. El Derecho penal

El Derecho Penal se encarga, en primer orden, de sancionar delitos. Para ello se vale del Código

Penal y de leyes penales especiales, que protegen distintos bienes jurídicos: la vida (p.e. el homicidio, el

asesinato, el parricidio), la salud (p.e. lesiones), el patrimonio (p.e. hurto, robo, daños, extorsión), la libertad

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(p.e. secuestro, violación), la confianza y buena fe en los negocios (p.e. la usura o los atentados contra el

sistema crediticio), el medio ambiente (p.e. contaminación de aguas), la seguridad pública (p.e. conducción

en estado de ebriedad), la administración pública (p.e. desobediencia a la autoridad, peculado, o

enriquecimiento ilícito), la fe pública (p.e. falsificación de documentos), entre otros.

El ordenamiento jurídico es el conjunto de instrumentos del que se sirve el Estado para garantizar

el cumplimiento de nuestras obligaciones generales y El ordenamiento jurídico es el conjunto de

instrumentos del que se sirve el Estado para garantizar el cumplimiento de nuestras obligaciones generales

y El debate penal de las últimas décadas se viene centrando en la determinación del momento de la

intervención penal. Ello debido a que los avances tecnológicos actuales (su manejo y control) influyen en

el modo de configuración de la sociedad. Adquiere protagonismo aquí el concepto de “sociedad de riesgo”,

emanado de la sociología alemana (Beck), que sirve para definir a la sociedad actual (postindustrial). Este

“riesgo”, no alude a fenómenos naturales, sino a efectos secundarios del progreso tecnológico, muchas

veces indeseados, imprevistos o hasta imprevisibles, los mismos que son de grandes dimensiones y

amenazan a un número indeterminado de personas e incluso a la propia existencia de la humanidad, como,

por ejemplo, el manejo de energía nuclear, productos químicos, riesgos ecológicos, enfermedades

producidas por manipulación genética u otros.

Esta lectura de la realidad deviene en una reformulación de los criterios de política criminal,

privilegiando los medios preventivos de protección de la sociedad. De ahí que, importantes autores como

Hassemer, hablan de un “Nuevo Derecho Penal” (que opone al Derecho Penal “clásico”) caracterizado por

prescindir de los conceptos metafísicos, basarse en una metodología empírica orientada a las consecuencias,

y ser más favorable a una concepción preventiva. El modelo “moderno” se caracteriza por: a) la quiebra de

las garantías propias del Derecho Penal clásico (legalidad, mínima intervención, etc.), b) protección de

bienes jurídicos colectivos, c) reducción del Derecho Penal a una función puramente simbólica y d) la

flexibilización de los criterios de imputación penal.

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Pero esta evolución y los cambios de paradigma no culminan en la “sociedad del riesgo”. Silva

Sánchez señala que la denominación “sociedades de riesgos”, o, en la contrapartida, desde el punto de vista

del ciudadano, “sociedades de inseguridad”, se debe a la ubicuidad de los riesgos propios del sistema y su

difícil control. Este autor señala que, en este modelo de sociedad, el Estado recupera la idea decimonónica

de “policía”, cuyo objeto además se amplía, convirtiéndose en un estado “regulador”. ciudadano,

“sociedades de inseguridad”, se debe a la ubicuidad de los riesgos propios del sistema y su difícil control.

Este autor señala que, en este modelo de sociedad, el Estado recupera la idea decimonónica de “policía”,

cuyo objeto además se amplía, convirtiéndose en un estado “regulador”.

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2. ANTECEDENTES DE LA POTESTAD SANCIONADORA

Como consecuencia de los debates doctrinarios y jurisprudenciales que desde los planteamientos

de la teoría del Derecho Penal Administrativo se dieron en Alemania a comienzos del siglo xx, en España

especialmente, se ha venido defendiendo la identidad entre ilícitos penales y administrativos y el

mantenimiento o la devolución a los órganos judiciales de las facultades que en este sentido son atribuidas

a la administración. En este artículo nos proponemos observar el panorama histórico del derecho

administrativo sancionador en el derecho comparado, sus principales características en el contexto histórico

así como sus vicisitudes, para dejar planteados los interrogantes sobre su legitimación y las necesidades

sociales que ha tenido que satisfacer hasta nuestros días.

Como lo hemos mencionado en varios trabajos, la situación en que se encuentran el ius puniendi

del Estado y sus vertientes tiene que ver, entre otras razones, con el difícil camino que ha recorrido el

derecho administrativo sancionador para ser reconocido como un sistema normativo independiente,

autónomo y con un claro origen constitucional.

El camino no ha sido fácil, la historia del derecho administrativo sancionador nos ha demostrado

una problemática relativa a su justificación y límites, como consecuencia de los cuestionamientos que se

han realizado al ordenamiento, especialmente en lo que tiene que ver con la utilización o no de las garantías

del derecho penal y la problemática que se produce en la aplicación de dichas garantías. Lo anterior tiene

relación, sobre todo, con el origen de las garantías y la forma en que debe entenderse su adecuación a las

necesidades de las potestades sancionadoras de la Administración.

Así mismo, en los antecedentes del ordenamiento administrativo sancionador es necesario tener en

cuenta las diferentes posibilidades legislativas y administrativas que han existido y existen para estructurar

un sistema con las características y particularidades que en varios trabajos hemos venido sosteniendo

(Mejía, 2006, p. 97). Dichas posibilidades encuentran sustento en las tesis de la identidad ontológica entre

el derecho penal y el derecho administrativo sancionador, defendidas por quienes proponen la devolución

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de las facultades administrativas sancionadoras a la justicia penal, que hemos llamado garantistas (García

de Enterría, 1976), y quienes sostienen la teoría de la diferenciación cualitativa, que hemos denominado

realistas (Nieto, 2005).

Teniendo en cuenta lo anterior, en este trabajo nos proponemos observar el panorama histórico del

derecho administrativo sancionador en el derecho comparado, sus principales características en el contexto

histórico así como sus vicisitudes, para dejar planteados los interrogantes sobre su legitimación y las

necesidades sociales que ha tenido que satisfacer hasta nuestros días.

El diseño de nuestro sistema administrativo sancionador, así como el del español, han sido

marcados por las corrientes europeas, que desde comienzos del siglo xx han concebido de manera distinta

la naturaleza jurídica de las potestades sancionadoras de la Administración (Mattes, 1979). Por esta razón,

dada la dimensión de los estudios que sobre la historia del derecho administrativo sancionador hasta el

momento se han realizado en España, y siendo que todos ellos tienen como base su paralelo con el derecho

europeo, hemos decidido en esta ocasión, presentar una síntesis de los principales trabajos que allí se han

elaborado, los cuales recogen las etapas que han tenido que atravesar las facultades administrativas

sancionadoras para tener las justificaciones y la estructura que actualmente se les reconocen.

3. LA IMPORTANCIA DEL BIEN JURÍDICO TUTELADO EN EL ÁMBITO DE LAS

SANCIONES ADMINISTRATIVAS CON FACTOR OBJETIVO DE ATRIBUCIÓN

El bien jurídico tutelado hace referencia a la protección jurídica que se otorga cuando distintos

intereses humanos son receptados y regulados por el derecho de manera tal que se transforman en bienes

jurídicos con un estatus especial del que se derivan consecuencias jurídicas. El bien jurídico protegido no

es un bien del derecho, sino un bien de la vida humana que preexiste a toda calificación jurídica, pero que

en determinadas circunstancias el legislador resuelve otorgarle una protección o tutela específica.

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Según explica Garcia Marín, bien jurídico en sentido formal es “todo bien, situación o relación

deseados y protegidos por el Derecho”. Pero también es cierto que todas las normas que el Estado dicta

son en función de la protección de bienes jurídicos, razón por la cual el bien jurídico cumple asimismo un

rol como indicador para entender el núcleo material de lo injusto, que es común a todo el comportamiento

antijurídico.

Sobre este aspecto es necesario que hagamos una aclaración metodológica, ya que nos

referiremos exclusivamente a las sanciones administrativas, penales o represivas, es decir, aquellas que

tienen por fin prevenir o reprimir la violación de disposiciones legales. Es decir, que el propósito de este

artículo está orientado a examinar la relación que se presenta entre el bien jurídico tutelado y las

sanciones cuando estas representan la última fase del proceso de protección jurídica para hacer prevalecer

el cumplimiento de las normas.

Por lo tanto, en este trabajo, no consideramos a las sanciones de carácter retributivo del posible

daño causado, ni a las disciplinarias. En el primer caso, porque se trata de supuestos que no aplican los

principios del Derecho penal que se tratan en este artículo. En el segundo caso, porque al menos en la

República Argentina, la responsabilidad Disciplinaria cuenta con disposiciones específicas que la regulan

y, por lo tanto, excede el marco de este trabajo.

Explica Goldstein6 que la tutela del bien jurídico es común a todo el ámbito del Derecho, pero

adquiere especial relevancia en el campo penal y, por ende, en materia de sanciones administrativas. La

relación entre el bien jurídico tutelado y las sanciones está dada por la función que cumplen las penas,

puesto que el bien jurídico tutelado puede presentarse tanto como objeto de protección de la ley o como

objeto del ataque al que se dirige el delito, aunque nos parece necesario hacer notar que esta última

función es, quizás, la menos explorada en la práctica sancionatoria.

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En efecto, la amenaza que acompaña a las disposiciones penales es la característica que define a

esas normas como tales. Por lo tanto, en el orden penal que consideramos extensivo a las sanciones

administrativas, el bien jurídico como objeto de protección especial cumple un importante rol al permitir

la comprensión precisa respecto del alcance del tipo penal y, en consecuencia, reviste importancia para la

correcta interpretación de la ley punitiva. Es que la doctrina penal mayoritaria reconoce en la actualidad

que la misión esencial del Estado no es otra que la de penalizar conductas humanas que contengan entidad

suficiente para dañar o afectar bienes jurídicos relevantes para la sociedad, pues el daño o la puesta en

riesgo de esos bienes es lo que justificaría el ejercicio de la función represiva.

Por ello y porque nos preocupan los casos frecuentes en los que se verifica un exceso de punición

sin protección alguna de bienes jurídicos, podemos sostener –siguiendo a Rebollo Puig– que una

infracción administrativa no puede ser configurada ante cualquier incumplimiento del ordenamiento

jurídico, situación que a la Administración le cuesta mucho aceptar y que se ve favorecida por la forma en

la que el legislador redacta las normas que luego la Administración debe aplicar. Así, es usual advertir

que el legislador se contenta con establecer la autoridad administrativa de aplicación de determinado

régimen sectorial, y luego establecer parámetros o directrices generales tanto de actuación de esa

autoridad como de cumplimiento por parte de los administrados. De forma tal que, los administrados

quedan sujetos no ya a la norma, sino al criterio que en la práctica decida llevar a cabo la autoridad

administrativa, ya que ella, con su comportamiento, determinará, por ejemplo, cuáles hechos se

consideran susceptibles de generar una infracción y cuáles no.

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4. EL PODER DISCIPLINARIO DE LA ADMINISTRACION PUBLICA

El poder disciplinario del Estado consiste en la potestad que tienen las entidades públicas para

cautelar el adecuado desenvolvimiento de sus órganos institucionales. Es así como, el Procedimiento

Administrativo Disciplinario (PAD) constituye un mecanismo para disuadirlos de cometer actos que puedan

contravenir los intereses públicos que deben regir su labor.

De esta manera, cuando el servidor público infringe las normas y principios que ordenan el

adecuado funcionamiento institucional, el propio Estado los procesa y aplica sanciones cuando se determine

su responsabilidad frente a actos tipificados como faltas administrativas.

En este sentido, siguiendo lo establecido en la Ley N° 27444, el PAD se define por los actos que se

llevan a cabo en las entidades y que conducen a un acto que establece ciertos efectos jurídicos relacionados

con los derechos e intereses de los servidores públicos, así como respecto a sus obligaciones. De esta

manera, luego de los actos correspondientes, se va a arribar a la sanción o el archivo según se determine.

La sanción impuesta, tiene como finalidad restaurar la confianza que la sociedad le ha conferido a los

servidores públicos, al encargar en ellos la preservación de los intereses colectivos por sobre los intereses

personales. En este sentido, la sanción administrativa impuesta busca, además, contribuir a reforzar el

trinomio Estado – servidores públicos – sociedad.

La UNJBG, es una entidad pública que ofrece servicios de educación superior universitaria, cuyo

origen se remonta al Decreto Ley N° 18942 del año 1971. Esta institución superior agrupa a la mayor

población universitaria de la región, por lo que resulta muy importante que sus servidores se desempeñen

conforme a los principios que rigen el correcto funcionamiento de las instituciones públicas.

Dada la relevancia social de esta institución, las inconductas de los servidores de la Universidad

Nacional Jorge Basadre Grohman que han dado lugar a procedimientos administrativos disciplinarios han

llamado la atención de los medios de prensa (La República, 2018). De este modo, los servidores deberán

de poseer el conocimiento de las normas que rigen el procedimiento, así como de las posibles sanciones

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que la comisión de una infracción podría acarrear. Para ello, la UNJBG en el año 2016 organizó el foro

“Régimen Disciplinario y Procedimiento Sancionador de la Ley del Servicio Civil Ley 30057 – Ley del

Servicio Civil” (UNJBG, 2016), participando además junto a la Escuela Nacional de Administración

Pública y Servir en el año 2019 en la estrategia de capacitación Aula Regional, donde se llevó a cabo la

conferencia “Régimen Disciplinario y Procedimiento Administrativo Sancionador de la Ley N° 30057”

(SERVIR, 2019).

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CONCLUSION

• Los límites constitucionales al ius puniendi se irradian con distintos matices a las distintas

manifestaciones de ese poder sancionador público. En ese sentido, el Derecho penal, por

su especial desarrollo dogmático, ha profundizado en su estudio y en los alcances que

tales limitaciones tienen de cara a la aplicación de la sanción en un Estado Social y

Democrático de Derecho.

• Es válida la aseveración de que no se puede aplicar los límites constitucionales del ius

puniendi desarrollados en el Derecho Penal, al Derecho Administrativo Sancionador en

bloque, sino que deben ser objeto de matices. Pero más allá de declaraciones retóricas o

la repetición de enunciados importados de la jurisprudencia extranjera, lo que realmente

interesa, es proyectar real y efectivamente las garantías constitucionales del Ius Puniendi

al Derecho Administrativo Sancionador.

• Los matices dependen de las particulares características que constituyen cada rama del

ordenamiento sancionador. Así, puede variar la intensidad de las garantías que ofrece un

concreto límite constitucional, individualmente considerado, en comparación a cómo se

aplica en otros sectores (p.e. pueden relajarse las exigencias de legalidad, o adelantarse

los parámetros de riesgo), pero en ningún caso se pueden eliminar por completo sus

alcances.

• Estas conclusiones pueden ser extendidas a las demás ramas que conforman el Derecho

Sancionador público y también al privado.

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BIBLIOGRAFIA

Aftalión, Enrique. Derecho penal administrativo. Buenos Aires: Arayú, 1955.

Altamirano, Alejandro y Ramiro Rubinska (coordinadores). Derecho penal tributario. 2 tomos. Madrid-
Barcelona-Buenos Aires: Marcial Pons, 2008.

Amoedo Souto, Carlos Alberto. Poder policial y derecho administrativo. La Coruña: Universidade Da
Coruña, 2000.

Bacigalupo, Enrique. Sanciones Administrativas (derecho español y comunitario). Madrid: Colex, 1991.

Aldana, Martha Inés. La regulación administrativa de la protección de la calidad de agua en las actividades
de hidrocarburos: un enfoque de salud ambiental. En: Revista de Derecho Administrativo. Nº 6. Año 3.
Agosto. Lima, 2008. Pág. 117-129.

Just a moment. . . (s. f.). https://dpej.rae.es/lema/ius-puniendi

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