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codificación
Prof. Dr. María Lubomira Kubica
El Derecho civil en general.
Ejemplo:
El Derecho tributario se aplica a las personas físicas o jurídicas que, en su
condición de contribuyentes, tienen el deber de pagar sus impuestos a la
Administración Pública. Igualmente, las normas del Derecho del Trabajo se
destinan principalmente a proteger a las personas en cuanto trabajadoras
por cuenta ajena. Por el contrario, el Derecho Civil se aplica a las
relaciones sociales que involucran a los sujetos desprovistos de cualquier
otra condición. Por ejemplo, una compraventa de un vehículo a motor
entre dos personas, la constitución de un arrendamiento urbano de
vivienda, la celebración de un matrimonio o el otorgamiento de un
testamento, son situaciones reguladas por el Derecho Civil.
•La condición de la •Las relaciones
persona como sujeto de patrimoniales entre sujetos
las relaciones jurídica privados. Incluye
(nacimiento, capacidad fundamentalmente una
de obrar, muerte, etc.). Es parte dinámica, el
el Derecho de la persona Derecho de obligaciones
en cuanto que tiene por y contratos, y otra parte
protagonista ala persona estática conocida como
a secas. Derecho de cosas o
derechos reales.
Derecho Derecho
de la patrimonial
persona privado
Derecho
Derecho
de
de familia
sucesiones,
• el destino post • Las relaciones
mortem del familiares de
patrimonio de las personas.
los sujetos.
El Derecho civil en general.
El Código civ il español sigue la clasificación propuesta por el jurisconsulto romano Gayo
que, a su v ez, fue recogida en el Código civ il francés (de hecho, se conoce como “plan
romano- francés”), y que distingue entre personas, cosas y acciones. Se estructura en
torno a un título preliminar y cuatro libros (el Código civ il francés se div ide en tres libros):
Título preliminar: De las normas jurídicas, su aplicación y eficacia (artículos 1 a 16)
Libro I. De las personas (artículos 17 a 332);
Libro II. De los bienes, de la propiedad y sus modificaciones (artículos 333 a 608);
Libro III. De los diferentes modos de adquirir la propiedad (artículos 609 a 1087);
Libro IV. De las obligaciones y contratos (artículos 1088 a 1975).
Por contraposición, la propuesta del plan germánico, formulada por el eximio jurista
alemán F.K. SAVIGNY, se estructura de la siguiente manera: una parte general y una parte
especial div idida en Derecho de cosas, Derecho de obligaciones, Derecho de familia y
Derecho de sucesiones. Esta estructura, propia del Código civ il alemán (BGB), se sigue en
la mayoría de los planes de estudio de las Univ ersidades españolas.
Los Derechos civiles forales
El naufragio del sistema hizo que en 1944 se celebrara en Zaragoza un Congreso en el que
se destacó la necesidad de elaborar un nuevo Código civ il que recogiera “las
instituciones de Derecho común, del Derecho territorial o foral y las peculiaridades de
algunas regiones, teniendo en cuenta su espíritu y forma tradicional, su arraigo en la
conciencia popular y las exigencias de su ev olución jurídica y social”. Por todo ello, se
dictó el Decreto de 23 de mayo de 1947 que establecía la necesidad de compilar los
derechos forales existentes, y que dio lugar a la aprobación sucesiv a de las siguientes
Compilaciones: Vizcaya y Álav a (1959), Cataluña (1960), Baleares (1961), Galicia (1963),
Aragón (1967) y Nav arra (1973).
Las Compilaciones, frente a los Apéndices, eren leyes autónomas (no simplemente
complementarias del Código civ il) que otorgaban a los Derechos civ iles la condición de
especial (no excepcional) en razón de su ámbito espacial de aplicación.
El Código civil se convertía de esta manera en Derecho supletorio para cubrir las lagunas
de las Compilaciones (art. 4.3 CC). En cualquier caso, el Código civ il seguía
estableciendo que determinadas materias reguladas por éste (Título preliminar y Título IV
del Libro I, con alguna excepción) tendrían “aplicación general y directa en toda
España” (art. 13 CC).
El modelo plurilegislativo de la Constitución
Española y los Derechos civiles forales
La Constitución Española de 1978 consagra un Estado de las Autonomías de
carácter plurilegislativo y reconoce en el artículo 149.1.8 competencias para
legislar en materia civil a las Comunidades Autónomas con Derecho civil foral o
especial. Tal y como señala Encarna ROCA, el modelo supone el abandono
definitivo de la idea del Código civil único, pudiéndose afirmar que el
ordenamiento civil español es un ordenamiento plural formado por el Código
civil y las legislaciones autonómicas.
Efectivamente, la lectura del precepto constitucional pone de manifiesto, por
un lado, la existencia de una reserva de competencia a favor del Estado en
materia civil y, por otro lado, la concurrencia de competencia de los
Parlamentos de ciertas Comunidades Autónomas para conservar, modificar y
desarrollar su Derecho civil foral o especial. Además, como regla de cierre, se
reconoce la competencia exclusiva del Estado sobre determinadas materias
explícitamente citadas en el artículo 149.1.8º CE. Finalmente, también hay que
tener en cuenta la cláusula constitucional de supletoriedad del Derecho del
Estado (art. 149.3 CE), cuyo juego se produce sólo en caso de que las
Comunidades Autónomas no hayan ejercido su poder normativo.
El modelo plurilegislativo de la Constitución
Española y los Derechos civiles forales
Art.149 CE
1. El Estado tiene competencia exclusiva sobre las siguientes materias: […]
8ª Legislación civil, sin perjuicio de la conservación, modificación y desarrollo
por las Comunidades Autónomas de los derechos civiles, forales o especiales,
allí donde existan. En todo caso, las reglas relativas a la aplicación y eficacia
de las normas jurídicas, relaciones jurídico-civiles relativas a las formas de
matrimonio, ordenación de los registros e instrumentos públicos, bases de las
obligaciones contractuales, normas para resolver los conflictos de leyes y
determinación de las fuentes del derecho, con respeto, en este último caso, a
las normas de derecho foral o especial”.
El modelo plurilegislativo de la Constitución
Española y los Derechos civiles forales
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas como parecen, ya que la compleja redacción
del artículo 149.1.8 CE ha planteado enormes problemas interpretativos: ¿Qué
comunidades tienen competencias en materia civil? ¿Qué significa la expresión “allí
dónde existan”? ¿Pueden las Comunidades Autónomas con competencia civil regular
instituciones no contempladas expresamente en las Compilaciones? Nos conformaremos
con afirmar que de la doctrina del Tribunal Constitucional pueden inferirse las siguientes
conclusiones:
– La expresión “allí donde existan” incluye, además de las normas jurídicas compiladas, a
las reglas consuetudinarias
– La competencia de las Comunidades Autónomas se refiere únicamente a su
respectiv o Derecho civ il foral, que como tal se limita a la fórmula “conserv ación,
modificación y desarrollo”
– El desarrollo no se v incula únicamente al contenido de la Compilación, ya que, como
forma de actualizar e innov ar, cabe regular materias o instituciones conexas
– Las materias reserv adas “en todo caso” al Estado están excluidas de la competencia
de los Derechos civ iles forales o especiales
El modelo plurilegislativo de la Constitución
Española y los Derechos civiles forales
“Es claro, en todo caso, que la noción constitucional de ‘desarrollo’ permite una
ordenación legislativ a de ámbitos hasta entonces no normados por aquellos Derechos, y
así esta competencia no queda rígidamente v inculada al contenido actual de las
Compilaciones o de otras normas de los ordenamientos civ iles o especiales; cabe, por
ello, que las Comunidades Autónomas dotadas de Derecho civ il o foral o especial
regulen ‘instituciones conexas’ con las ya reguladas en la Compilación dentro de una
actualización o innov ación de los contenidos de ésta, según los principios informadores
peculiares del Derecho foral”. STC 156/1993, de 6 de mayo
Por otro lado, conv iene aclarar que prácticamente todas las Comunidades Autónomas
de España han legislado sobre materias que están relacionadas con el Derecho civ il,
como el comercio interior, consumo, urbanismo, asociaciones, fundaciones, protección
de menores, cultura, propiedades especiales, etc. A la v ista de esta realidad, parece
coherente distinguir, dentro del conjunto de los Derechos civ iles de España, entre los
Derechos civiles forales, desarrollados al amparo del artículo 149.1.8 CE, y los Derechos
civiles Autonómicos, generados a partir de las competencias legislativ as estatutariamente
atribuidas.
La competencia en materia civil en los nuevos
Estatutos de Autonomía: STC 31/2010, de 28 de
junio
A partir del año 2004 se inició un proceso de reforma de los Estatutos de Autonomía vigentes que
afectó a la configuración de las competencias en materia civil de algunas Comunidades
Autónomas.
Resulta destacable la Ley Orgánica 1/2006, de 10 de abril, de reforma del Estatuto de
Autonomía de la Comunitat Valenciana, que ha ampliado la materia sobre la que ejerce su
competencia civil (Art. 49.2º y Disp. Trans. 3ª), dando lugar a la aprobación de leyes que han
sido recurridas ante el Tribunal Constitucional, como la Ley 10/2007, de 20 de marzo de Régimen
Económico Matrimonial V alenciano.
Pero sin duda, el caso del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006 ha sido el más conocido y
publicitado, al establecer en su artículo 129 (“Derecho Civil”), que “corresponde a la Generalitat
la competencia exclusiva en materia de derecho civil, con la excepción de las materias que el
artículo 149.1.8.ª de la Constitución atribuye en todo caso al Estado. Esta competencia incluye la
determinación del sistema de fuentes del derecho civil de Cataluña”. Este artículo fue recurrido
ante el Tribunal Constitucional, el cual, en sentencia 31/2010, de 28 de junio, llega a la
conclusión de que es constitucional, pero aclara que la competencia se refiere únicamente al
derecho civil catalán y que como tal se limita a la fórmula “conservación, modificación y
desarrollo”. En otras palabras, el límite no lo constituyen las submaterias que aparecen en el
segundo inciso del art. 149.1.8 y que se atribuyen exclusivamente al Estado, sino el propio
Derecho civil catalán existente.
Bibliografía