“CONFLICTOS DE LA 1° Y 2° GUERRA

MUNDIAL QUE DIERON ORIGEN A

MUCHAS REPRESENTACIONES
ARTISTICAS”
A las artes plásticas también se les denomina “bellas
artes” y son todas aquellas expresiones artísticas que
se caracterizan por un gran y diverso uso de
elementos moldeables donde se busca expresar
“algo”.
Uno de los rasgos que más caracterizó a las artes
plásticas en el siglo XX fue el papel que adopto
gracias a una sociedad que fue fuertemente
impactada por los acontecimientos históricos como: la
segunda guerra mundial, la gran depresión económica
y la llegada del hombre a la luna. Todos estos
acontecimientos tuvieron una gran influencia en las
manifestaciones artísticas pues la muerte, el hambre,
la tiranía y el totalitarismo llevaron a muchos artistas
a refugiarse de la realidad, pero también los inspiro a
expresarla atreves de sus obras artísticas.
Un ejemplo claro de un artista que represento un
conflicto bélico en sus obras fue:
THOMAS C.LEA III:
Thomas lea nacido el 11 de julio de 1907 y fallecido el
29 de enero de 2001 fue un muralista, ilustrador,
artista, corresponsal de guerra, novelista e
historiador estadounidense. La mayor parte de sus
obras artísticas y literarias trataban sobre Texas y su
experiencia en la Segunda Guerra Mundial en el
pacífico sur y Asia. El artista multidisciplinar Tom Lea
fue uno de los escasos pintores que plasmó los
horrores de la guerra de forma figurativa.
En 1924 a 1926 asistió al Instituto de arte de chicago y
luego fue aprendiz y ayudó a John W. Norton ,
un muralista de Chicago , de 1927 a 1932.
En 1937 comenzó a realizar trabajos de ilustración,
pero en 1941 recibió un telegrama de LIFE pidiéndole
que se hiciera a la mar con la Armada de los Estados
Unidos en una Patrulla del Atlántico Norte. Hasta
que, en el otoño de 1941, decidió pintar
para LIFE como artista de guerra y corresponsal a
bordo de un destructor. Viajó por todo el mundo con
el ejército de los Estados Unidos desde 1941 hasta
1945. Esto incluyó: China, Gran Bretaña, Italia, India,
África del Norte, Atlántico Norte, Medio Oriente y el
Pacífico Occidental. Al volver a casa después de la
guerra se dedico a escribir una novela que tiempo
después de terminarla a sus editores se les ocurrió
sugerirle un libro sobre sus dibujos. Este trabajo de
1968, A Picture Gallery, fue su "autobiografía",
escribiendo sobre por qué y cuándo hizo sus
pinturas. Trabajar en A Picture Gallery lo llevaría a
enfocarse nuevamente en la pintura y dejar de
trabajar en la literatura.
Y así una de sus obras más conocidas fue: “la mirada
de las mil yardas”, entre otras diversas pinturas que
actualmente se encuentran en su libro autobiográfico.
Pero además de talentosos pintores que retrataban la
guerra en sus pinturas también había con ellos
escultores que también decidieron brindarle
referencia a todos esos trágicos acontecimientos del
siglo XX. Uno de ellos era el escultor:

Alberto Giocometti:
Giacometti nació en Borgonovo, Val Bregaglia, en
Suiza, cerca de la frontera italiana, donde creció en
un ambiente de artistas. Su padre, Giovanni
Giacometti, había sido pintor impresionista, mientras
que su padrino, Cuno Amiet, fue fauvista. Pero a
diferencia de su familia Giacometti estaba
obsesionado con crear sus esculturas y sin duda
alguna La figura más representativa en escultura de la
segunda guerra mundial le pertenece a Alberto
Giocometti quien realizo una escultura antropomorfa
a largada y delgada, metáfora de la nimiedad y
soledad del ser humano ante el mundo y la
destrucción masiva que trajo la contienda. En la
imagen la escultura titulada: “el hombre que camina”
La precariedad de la figura está vinculada con los
límites con los que debe vivir cada ser humano, en
una sociedad sometida a multitud de conflictos,
desafíos y desastres, tanto naturales como generados
por la propia especie. Su rostro apenas aparece
definido, con la intención de recoger la generalidad de
la especie humana, ensalzando así el carácter
universal de lo que representa esta obra, para generar
de esta manera una mayor identificación por parte de
todo tipo de públicos.