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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

DE LOS LLANOS OCCIDENTALES


“EZEQUIEL ZAMORA” Vicerrectorado de Infraestructura
Procesos Industriales
Estudios Avanzados
Análisis del Entorno Social

La Universidad que Siembra

LA COMPLEJIDAD SOCIAL HUMANA


(Ensayo Argumentativo)

Facilitadora: Maestrantes:
Dra. Mariela Raymundo LIC. PEDRO CASTILLO C.I. 16.774.820
LIC. LENNY ESCOBAR C.I. 18.974.517
ING. CARMEN LÓPEZ C.I. 14.614.921

SAN CARLOS, OCTUBRE 2023


INTRODUCCIÓN
El concepto de sociedad humana compleja incorpora operaciones lógicas y
desarrollos cognitivos no lineales; estas lógicas operan según su intensidad
y complejidad, con movimientos del pensamiento no formal que anulan el
determinismo, son multidireccionales y discontinuas; por ejemplo, las relaciones de
causa-efecto y sujeto-objeto; son lógicas polivalentes, como afirma Morin (1983),
donde una causa deriva en múltiples efectos o viceversa y donde la relación sujeto-
objeto no existe como dos entidades en una relación binaria, sino como
un continuum de la conciencia, de las redes neuronales y de los contextos de las
prácticas sociales.
La comprensión de la categoría sociedad humana compleja se direcciona
metodológicamente desde un enfoque global que incorpora, por lo menos, tres
factores derivados de la teoría social: la totalidad, la multidimensionalidad y la
multiescalaridad en los procesos de explicación e interpretación social. Estos factores
son eficaces para abordar procesos investigativos, especialmente, de las estructuras de
no-equilibrio social, las cuales implican disipación de la energía; como en el caso de
los problemas sociales que implican desgaste en el orden político y económico y un
costo social alto en su manejo y gestión.
El término complejidad expresa la imposibilidad de definir de manera simple
lo que nos rodea. Éste no puede resumirse en una palabra maestra, en una Ley, en una
receta que nos devele de manera simple el problema de estudio. Entonces podríamos
preguntarnos ¿Cómo asumir la complejidad del mundo donde vivimos? ¿Cómo mirar
un nuevo modo de la investigación social? ¿Cómo mirar un nuevo modo de la
investigación histórica? Para transitar este camino, nos señala el pensador francés
Edgar Morin, en su obra “Introducción al Pensamiento Complejo”, en la cual reúne
un conjunto de ensayos escritos entre 1976 y 1988, base teórica fundamental para
fortalecer su propuesta del Método de la Complejidad, que hay que dejar de lado, dos
ilusiones heredadas del pensamiento positivista, la primera, considerar que la
complejidad conduce a la eliminación de la simplicidad, porque todo lo contrario, el
pensamiento complejo une, integra, va a la búsqueda de las conexiones. En este
sentido rechaza el reduccionismo, el cual consideramos la descomposición del todo
en sus partes, para conocer. Pero también se debe estar alerta para no sobrevenir en la
segunda ilusión, la cual sería creer que el pensamiento complejo es completud porque
sería caer en la totalidad como un absoluto, no se debe olvidar que el conocimiento es
inacabado e incompleto. Ahora bien, ¿Cómo entender la complejidad? Complejo, del
latín complexus: lo que está tejido en conjunto. Constituyentes heterogéneos
inseparablemente asociados, presenta lo uno y lo múltiple, tejido de acciones e
interacciones. En consecuencia, la complejidad demanda métodos complejos,
interrelacionados, globales, dialógicos, que incluyan el análisis y la síntesis, la
inducción y la deducción.
Este ensayo pretende acercarse a todo este escenario de la complejidad social
humana a través de una visión panorámica del mismo, iniciando un bosquejo de las
sociedades humanas. El enfoque que se empleara es con el propósito de ser fiel al
carácter interdisciplinario de nuestra formación. Continuando con las perspectivas y
visiones de la complejidad social.

SOCIEDADES HUMANAS
Las sociedades humanas son entidades poblacionales. Dentro de la población
existe una relación entre los sujetos y el entorno; ambos realizan actividades en
común y es esto lo que les otorga una identidad propia. De otro modo, toda sociedad
puede ser entendida como una cadena de conocimientos entre varios ámbitos:
económico, político, cultural, deportivo y de entretenimiento.
La sociedad es una forma de organización de la vida y una estrategia de
adaptación que cobija a todas las especies. Lo social es propio de todos los sistemas
vivos, a diferencia de la cultura que es un desarrollo evolutivo específicamente
humano, que comporta por lo menos tres dimensiones: funciones cognitivas como el
lenguaje, formas de pensamiento complejo como las simbologías y propiedades
emergentes como la conciencia.
Sin embargo, el concepto de sociedad humana adquiere contenidos
significativos y normativos desde las múltiples culturas que lo alimentan y lo
proyectan en horizontes de tiempo (Gadamer 1977, 157) y de sentido, los cuales
juegan entre el mito y la razón, los relatos y las narrativas de la vida social cotidiana y
extraordinaria. La comprensión de la sociedad humana como constitutiva de la
naturaleza y el universo, implica que lo humano proviene del tiempo y construye la
historia como parte de los fenómenos no reversibles, es decir, sin marcha atrás; y,
además, con un futuro impredecible, abierto e incierto (Prigogine 1991, 26).
Ahora bien, la historia social es el registro de memorias colectivas,
plataformas evolutivas de respuesta a los procesos y eventos de la organización social
y sus desórdenes. En esta perspectiva, el concepto de sociedad humana
compleja incluye la interdependencia de todos los componentes del sistema social, de
manera que nada de lo que se realiza queda por fuera de los procesos y dinámicas de
su organización:
Probablemente el único modo de definir la sociedad sea por medio de la
existencia de procesos de realimentación no lineales, lo que significa que todo lo que
hace un miembro de la sociedad repercute en el conjunto del sistema social. Estas no
linealidades constituyen actualmente el centro de interés de quienes estudian los
patrones de comportamiento de las sociedades asociadas a la no linealidad aportada
por la comunicación química. (Prigogine 1991, 12)
La sociedad humana es, por lo tanto, un sistema de interrelaciones y
conectividades que poseen propiedades inteligentes llamadas emergentes,
consideraciones fundamentales en el concepto de totalidad social. De tal manera,
aquella se reproduce a sí misma en un creciente ordenamiento técnico de cosas, lo
cual significa para nuestra época un incremento exponencial de las relaciones en
todos los niveles de la acción social (Marcuse 1993, 79).
Los sistemas sociales representan realidades humanas diversas y
comportamientos sociales intencionados (Husserl 1994), esto exige comprender y
situar en el horizonte de sentido (Mariátegui 2002; Abenzour 2007) los componentes
del sistema social, sus interacciones, estados y transiciones, determinando su
definición particular y lo que hace como diferenciación de funciones ese sistema
social (Moriello 2005, 1).
La organización social comprende un amplio espectro de situaciones acerca de
las organizaciones, las relaciones sociales y las representaciones sociales. Estas
incluyen las normativas, las prácticas sociales, los imaginarios colectivos y los
arquetipos o imágenes primordiales que movilizan actores y fuerzas sociales
sustentadas en las memorias colectivas, la conciencia, las emociones básicas y las
inteligencias humanas y artificiales.

COMPLEJIDAD SOCIAL
La complejidad social es un marco conceptual utilizado en el análisis de la
sociedad. Las definiciones contemporáneas de la complejidad en las ciencias se
encuentran en relación con la teoría de sistemas, en la que un fenómeno bajo estudio
tiene muchas partes y muchos arreglos posibles de las relaciones entre las partes. Al
mismo tiempo, lo complejo y lo simple son relativos y puede cambiar con el tiempo
Navarro (1996) encontró lo siguiente:

La complejidad social humana, en efecto, es la complejidad elevada a su


propia potencia, la complejidad en el estadio constructivo más elevado que
conocemos: por ello es probable que incluya prácticamente todas las formas de
complejidad -anteriores y más básicas- correspondientes a cada uno de los niveles de
la realidad que subtienden el hecho social humano. Mas esta forma eminente de
complejidad a su vez construye, sobre la base de esos recursos previos, mecanismos
de complejidad propios, inéditos en otros dominios de lo real.
Un hecho sobra sabido, pero no suficientemente meditado: la complejidad
característica de la socialidad humana y de sus productos, las sociedades humanas
tiene un doble carácter, que se concreta en dos tipos de realidades siempre presentes
en estas sociedades. Por una parte, las sociedades humanas son culturas materiales,
que modifican su entorno ecológico a menudo de manera profunda, creando un
ecosistema en buena medida artificial: el ecosistema social humano. Por otra parte,
las sociedades humanas son realidades de conciencia, alojadas en las mentes de los
individuos que las integran. Si desde un punto de vista objetivo y material, la
sociedad humana es el ecosistema social más complejo del que tenemos noticia,
desde un punto de vista 'subjetivo', mental, la sociedad humana es la puesta en acto de
las capacidades de complejización constructiva que tiene la conciencia humana en
interacción con otras conciencias.
El fenómeno social, humano, en efecto, engendra dos tipos bien diferentes de
productos: por un lado, produce cosas y relaciones entre cosas (tanto naturales como
artificiales). Por otro lado, genera realidades de conciencia que sólo existen en acto
dentro de determinadas mentes humanas. Pues toda sociedad humana, en efecto,
consiste en un acoplamiento muy peculiar: un elaboradísimo emparejamiento entre
una cierta “sociedad”, un particular “ecosistema social humano”' de carácter material
y una específica “sociedad de conciencias” que interactúan entre sí.
Obsérvese que, en realidad, esta concepción dual del hecho social humano
reproduce, en un terreno colectivo y transubjetivo, lo que en la esfera individual se
viene conociendo como “problema mente/cuerpo”. ¿Es la sociedad humana
básicamente un “cuerpo”, compuesto ciertamente por muchos elementos, tanto
orgánicos como inorgánicos? ¿O es más bien una mente constituida por una
pluralidad de mentes que tienen conciencia de sí mismas y, en parte, de las demás,
unas mentes que se reflejan mutuamente y así anidan de hecho las unas en las otras?
Complejidad entonces se refiere a una red, y un sistema complejo es aquél que
está compuesto por varios elementos “interconectados” o “entrelazados” que al
interactuar entre sí adquieren propiedades nuevas que no pueden explicarse a partir de
las propiedades de los elementos por separado. La conciencia, las sociedades, un
ecosistema son ejemplos de sistemas complejos.
El incremento de la complejidad social podría significar el sueño de la crítica
de abrir infinitamente las posibilidades de acción dentro de la sociedad. El grado de
complejidad de los sistemas sociales contemporáneos es uno de los campos de
estudio que más ha interesado a las ciencias sociales en el transcurso de los últimos
años.
El concepto de complejidad social se refiere sustancialmente a la
diferenciación y segmentación de la sociedad en un número creciente de subsistemas,
cada uno de los cuales tiende a incrementar su propia autonomía. Al incremento del
grado de complejidad de la sociedad contemporánea son adjudicados diversos
fenómenos entre los cuales me interesa recordar la progresiva pérdida de un horizonte
común de referencia para toda la sociedad o para grandes segmentos de ésta (las
clases sociales), la fragmentación del “sentido común” y la imposibilidad de
representar la sociedad en su conjunto, sea a nivel cognoscitivo, o a nivel simbólico-
intuitivo (Rositi, 1978, “en línea”).
La consecuencia de esto es un progresivo debilitamiento de los vínculos que
ligan a cada uno de los subgrupos sociales con las normas universalmente
compartidas y aceptadas, y un incremento de su autonomía respecto a un “centro
superior de coordinación” (el Estado). En síntesis, complejización de la sociedad
quiere decir que el sistema social entendido en su totalidad ve aumentar sus
posibilidades de acción y se abre a un mayor número de posibilidades (mayor
autonomía de los subgrupos). Pero quiere decir también que los procesos de decisión
se hacen más difíciles e inciertos en un contexto que ofrece un número siempre más
grande de alternativas posibles.
En un contexto de este tipo, a fin de que la sociedad pueda sobrevivir,
garantizándose un aceptable de equilibrio y organización, deben operar
necesariamente "REDUCTORES DE COMPLEJIDAD". Según la mayor parte de los
que han estudiado profundamente el problema de la complejidad social, citando entre
todos al sociólogo alemán Niklas Luhmann (1978), uno de los mecanismos
fundamentales de reducción de esta complejidad es el fenómeno de la opinión
pública. Esta, en este sentido, es entendida como el lugar en que se seleccionan y
definen los "temas comunes relevantes" que permiten una comunicación entre los
diversos sujetos (hace de regulador de la atención) al punto, en consecuencia, de
unificar la atención individual y colectiva en torno a problemas comunes.
CONCLUSIÓN
Se podría pensar erróneamente que la complejidad queda entonces para el
plano de la filosofía, o de lo oculto, o de lo mágico. Evidentemente que no es así.
Precisamente es desde las ciencias naturales que se abre camino al Paradigma de la
Complejidad: desde la física, biología, las matemáticas, para desde allí comenzar a
invadir todos los dominios del conocimiento. Pero lo más importante aún, la
complejidad emerge desde lo social, porque no es posible la predictibilidad del rumbo
de las comunidades de seres humanos. Recuérdese que la predicción con certeza del
comportamiento de los fenómenos fue una aspiración del Paradigma Clásico. Lo que
suponía, que al conocer uno de los estados y las leyes que regían la evolución del
sistema era posible conocer su estado final. Lo que implicaba, a su vez, la
independencia del objeto respecto de quien lo observa. Este modo de conocer revela
sus límites desde la física, pero también desde lo social.
Al decir de Ciurana (2001) La complejidad comienza a aparecer cuando uno
se plantea la pregunta por el sentido de la historia y se da cuenta que el único sentido
de la historia es el que se va construyendo conforme hacemos historia. A lo que
agregamos la capacidad de inventiva y creatividad del ser humano. De allí que los
resultados de sus acciones sean impredecibles. Entonces, no es posible predecir el
futuro socio histórico porque una continua creación hace imposible la predicción. En
consecuencia, el investigador social, ante dos sistemas sociales, que presentan
características similares y por muy parecidos que se consideren entre sí, no podrá
garantizar con precisión la evolución de los mismos a partir de analogías, porque
precisamente, su condición de sistemas complejos nos revela que una pequeña
perturbación en el estado inicial de alguno de dichos sistemas podría traducirse, en un
breve lapso, en un cambio importante en el estado de los mismos.
De modo, que los problemas de nuestro tiempo no pueden ser entendidos
aisladamente. Se trata de problemas que están interconectados y son
interdependientes. Se trata de la percepción de la realidad como una red de relaciones.
Estamos llamados desde la complejidad a pensar de modo “ecologizante”, esto es,
considerar al objeto estudiado en vez de aislarlo en y por su relación eco-
organizadora con su entorno.
En relación con el proceso evolutivo de la socialidad humana, la primera
constatación que interesa atender es la siguiente: no conocemos ninguna especie
animal que tenga, ni por asomo, el grado de variabilidad social que el ser humano ha
exhibido a lo largo de su historia como especie. Más en concreto, esa variabilidad no
sólo se ha desplegado espacialmente, como consecuencia de la explotación de nichos
ecológicos increíblemente diversos, sino sobre todo temporalmente: a través de la
progresiva aparición de estructuras sociales más y más amplias y complejas.
Las condiciones de posibilidad de la complejidad social humana, tal y como
queda ejemplificada por las sociedades modernas son básicamente dos, ya
mencionadas. En primer lugar, las capacidades de representación reflexiva
características de la socialidad propia de nuestra especie -que permiten a cada agente
imaginarse el punto de vista de los otros agentes con los que interactúa, y actuar por
su parte en consecuencia. Y, en segundo lugar, el fenómeno ya comentado de la
'disipación intencional', que produce estructuras sociales reificadas en el cruce -en la
interferencia y refracción mutua- entre las distintas intenciones enfrentadas de los
agentes. Se trata de dos aspectos de la socialidad humana íntimamente relacionados:
es el carácter conscientemente reflexivo de la intencionalidad humana el que
determina su peculiar forma de disipación, y el potencial sociogénico de ésta.

REFERENCIAS CONSULTADAS

 Marisol Isaza Ramos (Aprobación: 04 Julio 2018) Acerca de la categoría


sociedades humanas complejas de
https://www.redalyc.org/journal/6844/684471995010/html/
 Pablo Navarro ( 7 y 8 de noviembre de 1996) EL FENOMENO DE LA
COMPLEJIDAD SOCIAL HUMANA. Curso de Doctorado
Interdisciplinar en Sistemas Complejos de
http://home.dsoc.uevora.pt/~eje/complexidade_social.html

 http://home.dsoc.uevora.pt

 https://www.c3.unam.mx/noticias/noticia135.html

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