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GLOSARIO
Todo lo que usted siempre quiso saber sobre la teoría feminista y nunca
se atrevió a preguntar.
· Androcentrismo: el hombre como centro de todo (Andros, “varón” en
griego). Es la visión del mundo que universaliza lo masculino como lo
humano, que sitúa al hombre, su mirada y su experiencia en el centro de
todas las cosas y como la medida de todas las cosas.
Invisibiliza a la mitad de los seres humanos: las mujeres. Oculta su mundo,
sus experiencias y sus aportaciones a la historia de la humanidad.
Y desvaloriza la empatía, la compasión t las tareas del cuidado, valores y
ocupaciones tradicionalmente femeninas.
Las mujeres, socializadas en culturas patriarcales, interiorizamos el
discurso androcéntrico como universal e interpretamos el mundo desde
sus parámetros.
· Patriarcado: según la antropología, toda sociedad en la que los puestos de
poder (político, económico, religioso y militar) están ocupados,
exclusivamente o en su mayoría, por varones.
Existen varias teorías sobre su origen: la caza, el mayor tamaño físico de
los machos, la guerra… Y, sobre todo, la aparición de la propiedad privada.
Para Kate Millett, hay dos principios fundamentales:
- El macho ha de dominar a la hembra.
- El macho de más edad ha de dominar al más joven.
Su universalidad y antigüedad son poderosas armas: impiden imaginar
otra sociedad diferente.
· Sonoridad: la alianza y la solidaridad entre mujeres que buscan
establecer relaciones entre iguales fomentando la confianza y el apoyo
mutuo.
Importancia de las genealogías, que nos entroncan con las experiencias de
nuestras ancestras.
La fraternidad instaurada en la época moderna (“libertad, igualdad,
fraternidad”) es un falso universal, pues solo incluye a los hombres.
La sonoridad cuestiona ese contrato fraternal que sostiene al patriarcado
y su dominación sobre las vidas y los cuerpos de las mujeres. Y rompe con
la enemistad femenina fomentada por el patriarcado.
· Cosificación: proceso sociológico que convierte a la mujer en un mero
cuerpo a disposición del hombre.
Se produce cuando no vemos mujeres de carne y hueso, sino
representaciones ideales que se parecen a muñecas (las imágenes de los
hombres no sufren esa “muñequización”).
La feminidad se construye como algo artificial e inorgánico, pues “ser
femenina” es el resultado de una serie de manipulaciones sobre el cuerpo.
En una dirección: la hipersexualización.
Los cuerpos de las mujeres aparecen como objetos sexuales:
despersonalizados, serializados, intercambiables…Demostrando el poder
de la mirada pública masculina y su violencia simbólica, paso previo para
la violencia física.
· Mito de la libre elección: funciona en sociedades que han dejado atrás los
patriarcados de coacción y viven en patriarcados que necesitan legitimarse
en el consentimiento.
Se funda en la “ignorancia” de la existencia de estructuras ideológicas y
materiales que condicionan nuestra subjetividad desde el nacimiento.
- ¿Cómo distinguir entre lo que es libre elección y lo que es fruto de la
opresión?
Con las herramientas del feminismo, que revelan las estructuras de poder
opacas que nos gobiernan: el ser para los otros de las mujeres no es algo
“natural” ni “tradicional”, como tampoco ninguna mujer elige libremente
vivir durante años con un maltratador o cuidar sin apoyo de hijos y de
mayores…
· Empoderamiento: como proceso individual, es el proceso por el cual una
mujer evoluciona hasta hacerse consciente de sus derechos y consolidar,
a partir de ahí, su poder, su autoestima y su autonomía.
Como proceso colectivo, se trata de aunar las subjetividades femeninas
para tomar consciencia de la opresión compartida y organizarse en la
lucha política por los intereses de su género.
Este proceso supone pasar de la persona – objeto a la persona – sujeto.
Mary Wollstonecraft: “No deseo que las mujeres tengan poder sobre los
hombres, sino sobre ellas mismas”.
TEORÍA FEMINISTA
· Celia Amorós: “Buena parte del feminismo de la segunda mitad del siglo
XX, o todo, puede considerarse como notas al pie de este libro”.
- El pensamiento de Simone de Beauvoir se nutre del marxismo y del
existencialismo.
- De este último toma el concepto de “alteridad”, aplicado a la
ausencia de reciprocidad entre el hombre y la mujer: el varón ha
construido a la mujer como la “otra”.
1. Beauvoir comienza interrogando a la biología para buscar las causas
de esa desigualdad. ¿Es la constitución biológica de la mujer lo que
explica que sea la “otra”? Concluye que no.
2. A continuación, se pregunta si el psicoanálisis podría explicar la
alteridad y subordinación de la mujer. Y tampoco halla respuestas.
3. Finalmente, se fija en el materialismo dialéctico y en la aparición de
la propiedad privada. Y, por fin, …
La tesis de Beauvoir: de los tres factores que concurren para explicar la
opresión de la mujer en la sociedad patriarcal, el factor determinante es el
cultural, frente al biológico y el psicológico.
Esa alteridad ha dado lugar al “mito de la mujer”:
- “No se nace mujer, llega una a serlo”: la socialización de la niña
depende de unos estereotipos femeninos que muy pronto
interioriza.
- De adolescente, se convierte en el objeto porque ella se percibe así.
Se acepta como inesencial con la condición de acabar siendo
esencial como objeto poseída.
- En la moral existencialista, todo ser humano busca la
trascendencia. Pero las mujeres quedan atrapadas en la inmanencia,
en ser meros seres – en – sí, anulando lo mejor de su condición
humana.
Beauvoir estudia a la mujer en sus diferentes situaciones vitales: la
lesbiana, la mujer casada, la madre, la mujer en su dimensión pública, la
prostituta, la mujer en la vejez, etc.
De la mujer casada dice, por ejemplo, que su trabajo doméstico es triste:
“se exige a la mujer una renuncia constante, pues sus operaciones siempre
terminan con la destrucción (comida, orden limpieza, etc.)”.
· A finales de los 60 y durante los 70, brota con fuerza la tercera ola
feminista con el Movimiento de Liberación de las Mujeres, en EE.UU. y
Europa: “sisterhood is powerful!”.
En Women’s Liberation reflexionará sobre el mandato de la maternidad.
Visibilizará el lesbianismo.
Reivindicará los derechos sexuales y reproductivos.
Problematizará la división sexual del trabajo.
Y situará en el centro de la agenda feminista la violencia.
· Kate Millet.
Millet encuentra su estirpe en las brujas, en las mujeres silenciadas a la
fuerza por el poder a través del Estado, la religión, la familia, la medicina,
etc.
Política Sexual (1970) es un libro de crítica literaria con una idea base: el
sexo es una categoría política. Una categoría cuajada de relaciones de
poder, tal como las de raza o clase.
El concepto de sexo en Millett:
- Sexo: los genitales y lo que significan culturalmente.
Pene: fuerza, pujanza, poder, capacidad de someter, etc.
Vagina: suciedad, impureza, olor, lo que ha de ser castigado u
ocultado, etc.
- Sexo: relaciones sexuales entre hombres y mujeres, que Millett
define como relaciones de poder.
Teoría de la política sexual: “¿Es posible considerar que existe entre los
sexos desde el punto de vista político?”.
Al hablar de política, Millett se refiere a: “el conjunto de relaciones y
compromisos estructurados de acuerdo con el poder, en virtud de los
cuales un grupo de personas queda bajo el control de otro grupo”.
Desde este punto de vista, el sexo es una categoría social impregnada de
política.
Patriarcado y dominio sexual: el dominio sexual es tal vez la ideología más
profundamente enraizada en nuestra cultura.
Se origina en el carácter patriarcal de la sociedad (el ejército, la industria,
la tecnología, las universidades, la ciencia, la política… Se encuentran en
manos masculinas). De manera que la mitad de la sociedad se halla bajo
el control de la otra mitad.
Millett reflexiona sobre la invisibilización de la desigualdad entre
hombres y mujeres en todos los ámbitos… Incluso en el terreno de las
relaciones íntimas: las dinámicas de poder que tienen lugar en la esfera
económica, laboral o cultural se reflejan en las relaciones sexuales
heterosexuales. En efecto: lo personal es político.
Sexualidad, poder y violencia.
Millet profundiza en el vínculo entre virilidad, sexualidad masculina y
violencia: en cómo los hombres usan el sexo para ejercer la violencia sobre
las mujeres como forma de castigo, humillación y sometimiento.
Se subraya la supremacía masculina: el sexo como un ejercicio de poder.
Millett observa la literatura como un campo privilegiado para encontrar
ejemplos de ese poder masculino.
Política sexual es un modelo de crítica literaria feminista sobre textos del
canon patriarcal.