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LOS MONOCUCOS

Los monocucos, disfraz característico del carnaval de Barranquilla, esta danza tiene orígenes en el
carnaval desde el año 1.965. Proveniente de los carnavales de Cartagena en donde se conocían
con el nombre de “capuchones” y recuerda los juicios de la Inquisición porque quien hacía las
veces de verdugo protegía su identidad con una indumentaria a la que conocemos hoy como
Monocucos
La palabra "monocuco" viene, según el historiador Alfredo de la Espriella, de los monos (el animal),
quienes en la Barranquilla de antaño, mordían y lanzaban la comida que robaban de las
personas. En un principio, los monocucos no tuvieron mucha acogida, pues algunos aprovechaban
el capuchón para cometer travesuras,
De allí viene la famosa frase "Monocuco guayabero, saca presas del caldero, embustero y
tramuyero".
El disfraz del Monocuco consiste en un ropón amplio de colores con una caperuza que cubre la
cabeza, un antifaz veneciano que tapa el rostro y una vara de totumo que se utilizaba para
amenazar a quienes se acercaban a reconocerlo. Durante el Carnaval, el Monocuco se caracteriza
por su habla afónica y su anonimato, aprovechando para burlarse de las personas que se
encuentran en su camino.

El Monocuco se caracteriza por su habla afónica debido a la tradición y el misterio que rodea a este
personaje del Carnaval de Barranquilla. El Monocuco utiliza una voz ronca y gutural para ocultar su
identidad y agregar un elemento de intriga a su disfraz. Esta característica ayuda a mantener el
anonimato y el enigma que rodea al Monocuco durante las festividades del CarnavalSegún la
tradición popular, se dice que muchos hombres adinerados utilizaban el disfraz del Monocuco
durante el Carnaval de Barranquilla para conquistar a mujeres hermosas de escasos recursos sin
temor a ser señalados por la sociedad. El Monocuco se caracterizaba por su habla afónica y su
anonimato, lo que les permitía participar en las festividades sin revelar su identidad

En una crónica de los años 50, Germán Vargas (qepd) narraba en una revista capitalina, el chasco
de un gobernador del interior del país quien se vino a divertir durante las fiestas de Barranquilla.
Dice la crónica que durante tres días el gobernador estuvo encontrándose con una encapuchada
misteriosa en el salón Carioca, uno de los tradicionales de la época. La mona, además de usar un
perfume narcotizante, siempre se le perdía minutos antes de acabarse el baile. La última noche, el
galán aprovechó un descuido de la encapuchada para quitarle el capirote. Enseguida, una frondosa
cabellera se desplegó sobre la cara con antifaz. Pero al entreabrirse la gola se le vio la nuez de
Adán. El gobernador, un militar retirado, la emprendió a tiros. El salón se desplomó al instante. No
hubo muertos ni heridos, pero el incidente quedó como una advertencia.

Mucho después se produciría una historia que no sólo alarmaría al pueblo barranquillero, sino que
representaría el final de los encapuchados. El caso se conoció como La dama del capuchón rojo,
quien fue asesinada por su esposo cuando, en un día de Carnaval, la encontró disfrazada y
bailando con un tigre de bengala, en un sitio recién inaugurado para la clase media. Desde
entonces a la gente le dio miedo ponerse un capuchón. Las autoridades comenzaron a restringir
los permisos para su uso y el disfraz, con su sonoro estribillo de monocuco, guayabero, saca
presa... fue desapareciendo del escenario, más no del corazón y la memoria de toda una
generación. Reaparece disfraz Las bromas de Bernardo Guzmán, que contaba en cada reunión y
que producían tanta gracia, fueron haciendo mella en la mente de sus hijos, en especial en la de
Roberto. Estas anécdotas se convirtieron en su pasado y en su presente. Su pasado, porque
representan las vivencias de su padre y, en su presente, porque desde hace cuatro años dirige la
comparsa Los auténticos Monocucos, el rescate de una tradición. Fue el 30 de octubre de 1995
cuando Roberto Guzmán, apoyado por su esposa y una cuñada decidió no participar más en la
cumbiamba del Gallo Giro para rescatar el disfraz del Monocuco. Salió en 1996 al Carnaval con 34
parejas y ganó el Congo de Oro, premio que repitió en 1998. En la comparsa participan jóvenes de
los barrios Las Nieves, Simón Bolívar, La Luz, Las Palmas, Ciudadela y San José.
LOS MONOCUCOS
Los Monocucos son un disfraz característico del Carnaval de Barranquilla en Colombia.
Tienen sus orígenes en los carnavales de Cartagena en 1965, donde eran conocidos
como "capuchones". El nombre hace referencia a los juicios de la Inquisición, ya que
quienes actuaban como verdugos protegían su identidad con esta vestimenta. La palabra
"monocuco" proviene de los monos, ya que en el pasado en Barranquilla, los monos
solían robar comida de las personas y morderlas. Al principio, los monocucos no fueron
muy aceptados debido a las travesuras que algunos realizaban con sus disfraces.

De allí viene la famosa frase "Monocuco guayabero, saca presas del caldero, embustero y
tramuyero".
El disfraz del Monocuco consiste en un ropón amplio de colores, una caperuza que cubre
la cabeza, un antifaz veneciano que oculta el rostro y una vara de totumo que se utiliza
para amenazar a las personas. Durante el Carnaval, el Monocuco se caracteriza por su
habla afónica y su anonimato, burlándose de las personas que se encuentran en su
camino.

La leyenda del Monocuco también incluye historias sobre hombres adinerados que
utilizaban el disfraz para conquistar a mujeres sin ser reconocidos. Además, se relata una
crónica sobre un gobernador que se enamoró de una misteriosa encapuchada durante el
Carnaval. Sin embargo, al descubrir que era un hombre disfrazado, ocurrió un incidente
que hizo que las autoridades restringieran el uso de los capuchones.

A pesar de las restricciones, la tradición del Monocuco ha sido rescatada por la comparsa
"Los Auténticos Monocucos". Esta comparsa surgió en 1995 y ha ganado premios
importantes en el Carnaval de Barranquilla.

Espero que este resumen mantenga la esencia de la historia y corrija los errores de
ortografía y gramática. Si tienes alguna otra pregunta, estaré encantado de ayudarte.

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