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1530-1820
Trabajo de Grado para optar al Título
de Magíster Scientiarum en Historia
Autor:
Lic. Armando González Segovia
C.I. 7.545.310
1530-1820
Trabajo de Grado para optar al Título de
Magíster Scientiarum en Historia
Autor:
Lic. Armando González Segovia
C.I. 7.545.310
Tutor:
Prof. Msc. Arnaldo Guédez
C.I. V-3.463.656
iii
DEDICATORIA
A mis madres:
A Paula Hortencia Segovia, un cartoncito de ñapa
A Fidelina Segovia, por su infinita bonda
y su presencia de siempre
A mis tíos-hermanos: Flor María, Lida, Rafael, Luis
Ramón y Freddy.
A mis hermanos consanguíneos: Nora, Luis Alberto y
Marcos.
A mis sobrinas y sobrinos
A la familia ausente:
Luis Jara quien me enseñó a mantener el difícil
equilibrio por el hombrillo de carretera de la
vida
Cristóbal, por parsarme el mensaje de poder vivir 24
horas con metas cortas que posibilita llegar a
las superiores
Antolina, Luciano y Catalino los tiernos locos…
iv
AGRADECIMIENTOS
v
INDICE
Pág.
DEDICATORIA ....................................... iv
AGRADECIMIENTOS .................................... v
LISTA DE CUADROS ................................ viii
RESUMEN ............................................ x
INTRODUCCIÓN ....................................... 1
CAPÍTULO I
HISTORIOGRAFIA DE LOS PUEBLOS DE MISION ............ 8
1. Viajeros ...................................... 11
2. Romanticismo .................................. 20
3. Homiliógrafos ................................. 25
4. Positivistas .................................. 40
5. Marxistas ..................................... 48
CAPITULO II
CARACTERISTICAS GEOGRAFICAS DE COJEDE ............. 59
1. Enfoque Geohistórico .......................... 60
2. El Espacio Llanero ............................ 62
3. Orografía e Hidrografía ....................... 68
5. Vegetación .................................... 72
CAPITULO III
PERÍODO INDÍGENA .................................. 78
1. Antiguos Habitantes de las riberas del Cojedes 79
2. Organización Social de los Indígenas en el siglo
XVI .......................................... 94
CAPITULO IV
DEMOGRAFÍA ........................................ 97
1. Demografía Histórica .......................... 98
2. Matrículas Parroquiales ...................... 100
3. Matrículas de la Vicaría de San Carlos de
Austria ..................................... 107
4. Demografía de la Población de Cogede ......... 111
vi
CAPITULO V
ECONÓMIA Y SOCIEDAD DE LA MISION DE COJEDE ....... 137
1. Primeros Europeos en las riberas del río
Cojedes ..................................... 138
2. Economía y Comercio .......................... 147
2. Sociedad ..................................... 187
3. Estratos y Relaciones Sociales de Producción . 209
4. Producción Comunal ........................... 227
5. Mentalidad ................................... 232
6. Estructura Interna de Poder .................. 252
7. Extinción del Sistema Misional en la
Independencia y República ................... 281
vii
LISTA DE CUADROS
Cuadro Nº Pág.
viii
17 Producción de ganado mayor a finales del
siglo XVIII .................................. 161
18 Consumo de Alimentos en Cojede, siglo
XVIII ........................................ 163
19 Consumo en la población de Cojede, siglo
XIX .......................................... 164
20 Precio por quintal de tabaco, a
principios de 1800 ........................... 167
21 Entradas o jornadas vinculadas a la
misión de Cojede ............................. 202
22 Relación de jornales en Cojede, siglo
XVIII ........................................ 219
23 Relación de jornales en Cojede, siglo
XIX .......................................... 221
24 Estratificación social en Cojede ............. 226
25 Tributos de Cojede, 1725-1820 ................ 230
26 Donativo a Patriotas 1811 .................... 285
27 Donativo a Realistas ......................... 286
28 Comparación del aporte a Realistas y a
Patriotas .................................... 288
ix
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD CENTRO OCCIDENTAL LISANDRO ALVARADO
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE BARQUISIMETO “LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA”
PROGRAMA INTERINSTITUCIONAL DE MAESTRÍA EN HISTORIA UCLA-UPEL- IPB
MAESTRÍA EN HISTORIA DE VENEZUELA
RESUMEN
El trabajo de investigación: “Historia social de Cojede
un pueblo de misión en los llanos occidentales de
Venezuela, 1530-1820”, se ubica en el área de historia
económica y social, en la línea de investigación:
Pueblos, villas y ciudades. Se encuentra en tierras de la
Capitanía General de Venezuela. Intenta reconstruir la
estructura social, económica y política de este pueblo de
misión como ejemplo significativo de este procedimiento
colonizador, partiendo desde el tiempo indígena hasta
1820, cuando debido a los cambios políticos y sociales
van desapareciendo los pueblos de misión. Se considera
desde los antecedentes de los primeros europeos en estas
tierras en 1530. La base teórica utilizada es el
materialismo histórico como forma de aprehensión de la
realidad, mientras que el método utilizado se fundamenta
en los principios de la Escuela de los Annales, para la
comprensión de los hechos históricos estudiados.
Constituye una de las primeras aproximaciones a la
comprensión de la historia social del proceso de
colonización a través de los pueblos de misión en
Venezuela.
x
INTRODUCCIÓN
2
investigación de “El Régimen de la Encomienda en
Barquisimeto Colonial, 1530-1810”, donde se brinda
por vez primera una aproximación a través de la
historia económica y social a la encomienda, la cual
solamente se había abordado como institución. De allí
parte la línea de investigación “Pueblos, villas y
ciudadades”.
3
como Alejandro de Humboldt, Francois Raymond Depons y
Jean-Joseph Dauxion Lavaysse, así como estudiosos del
período romántico de la historia como Rafael María
Baralt, positivistas como Pedro Manuel Arcaya y
Laureano Vallenilla Lanz, entre otros. Esta revisión
de la historiografía sobre los pueblos de misión
constituye el Capítulo I, se encuentran allí autores
representativos de las corrientes del pensamiento
histórico venezolano.
4
del presente. Este es el objeto de estudio en el
Capítulo III del trabajo, para lo cual se investigó
en las fuentes arqueológicas y documentales que hacen
referencia a la vida de los aborígenes que ocuparon
el espacio de estudio.
5
social, política, religiosa y de mentalidad de los
pueblos de misión en el occidente venezolano, así
como la dinámica de la producción de subsistencia
como la de mercado.
6
Se presenta, por último, las Consideraciones
Finales, donde están las reflexiones a manera de
síntesis histórica, resultado del proceso de
meditación investigativa.
7
CAPITULO I
1
LEMMO, Angelina. Historiografía Colonial de Venezuela. Caracas, Universidad Central de
Venezuela, 1983.
2
CARRERA DAMAS, Germán. Historia de la Historiografía Venezolana. Caracas, Universidad
Central de Venezuela, 1985, T. I. p. 17 y ss.
*
Anacronismo es la asignación de valores a unas palabras que no corresponden a la época en que
fueron utilizadas. Es decir, a las palabras que usamos en un sentido ahora, puede –y en la mayoría de
casos fue así– que en el tiempo de estudio hayan tenido otro muy distinto; en consecuencia el
anacronismo es darle un significado que no corresponde con la época historiada.
9
Alvarado en 19073, ratificada por Miguel Acosta
Saignes quien sugirió la necesidad de abordar la
validez y originalidad de las fuentes4.
3
ALVARADO, Lisandro. “Etnografía Patria. Notas e Ideas”, en: Obras Completas de Lisandro
Alvarado. Caracas. Ministerio de Educación. Vol. IV, 1956, p. 369.
4
ACOSTA SAIGNES, Miguel. Estudios de Etnología Antigua de Venezuela. Caracas, Universidad
Central de Venezuela. 1961. p.p. 12-13.
5
“Desenmascarar una imitación no es sino reducir a uno solo lo que primero creímos que eran dos o
varios testimonios...”, BLOCH, Marc. Apología de la Historia o el Oficio de Historiador. Caracas-
Barquisimeto, Fondos Editoriales Lola Fuenmayor y Buría. 1986. p.p. 130-131. En la edición de
10
1. Viajeros
Fondo de Cultura Económica, anotada por Étienne Bloch, 2001, p. 124, 125 se lee con ciertas variantes
de traducción: “Desenmascarar una imitación implica quedarse con uno de los dos o más testigos que
pensábamos haber encontrado...”. Esta advertencia de manuscritos que se copian unos a otros también
la hace HOBSBSWM, Eric. Sobre la Historia. Barcelona, Editorial Crítica. 2004. p. 208.
6
Bajo el titulo Voyages aux régions équinoxiales du Nouveau Continent, fair en 1799, 1800, 1801,
1802 et 1804, par Al. De Humboldt et A. Bonpland, rédige par Alexander de Humboldt ; avec un atlas
géographique et physique., traducida por primera vez al castellano en París en 1826, en una versión
catalogada como mala, tanto es así que el autor de la traducción no la firmó. La otra traducción al
castellano fue iniciada por Lisandro Alvarado, quien realizó la de los siete primeros tomos; mientras
que Eduardo Rhöl y José Nucete Sardi, tradujeron los dos restantes. Fue editada por primera vez por la
Biblioteca Venezolana de Cultura en 1941-1942, bajo el título: Viaje a las Regiones Equinocciales del
Nuevo Continente, en 1985, por Monte Ávila Editores. 1985. 5 tomos.
11
problema de la colonización del siglo XVI, implica en
el fondo un acto de violencia donde tanto las
sociedades indígenas que poblaban estas tierras como
las que llegaron en plan de imposición de nuevos
valores culturales, no existiendo diferencia alguna
entre el trato dado a los indígenas y a los esclavos
traídos del África. Los prisioneros indígenas, al
igual que los negros eran encadenados y vendidos como
mercancía7. Define el autor en la nota número 24, el
concepto de misión de la siguiente manera:
7
“La trata de indígenas de tez cobriza estuvo acompañada de los mismos actos inhumanos que la de
los negros africanos: tuvo también las mismas consecuencias, la de haber vuelto más feroces a los
vencedores y a los vencidos. Fueron desde entonces más frecuentes las guerras entre los indígenas:
desde el interior de las tierras arrastróse a los prisioneros hacia las costas para venderlos a los blancos
que en sus naves los encadenaban. Esto no obstante, los españoles eran una de las naciones más
civilizadas de Europa...”, Ibid. T. 2, p. 8.
8
Ibid., T. 2, p. 33.
12
Una misión es población, aldea o “aldeílla”9
indígena “servida” por un “padre misionero”, sobre la
cual existían habitaciones en torno a una iglesia,
donde existía una diferencia entre pueblos de
doctrina y misión, ya que en la primera se encontraba
habitada por blancos o de otras castas. En ellas
fastuosas cabañas a la vista de Humboldt, eran
llamadas conventos y esta era la sacristía o casa del
padre misionero10. Muchas veces, apenas establecida
una de estas aldeas, era solicitada su elevación a la
categoría de villa o ciudad para hacer pensar en el
Estado metropolitano que existía un rápido y
productivo avance en la colonización11.
9
“...Los frailes tratan de ensanchar sus aldeíllas de misión y se aprovechan de las disenciones (sic) de
los indígenas...”, Ibid. T. 2, p. 298.
10
Ibid. T. 3, p. 355.
11
“...He recordado anteriormente que los presidentes de las misiones y los gobernadores de las
provincias tenían la costumbre de solicitar de Madrid privilegios de Villas y de Ciudades en el
momento en que los primeros fundamentos de la iglesia se habían echados. Era un medio de hacer
creer al Ministerio que las colonias aumentaban rápidamente en población y prosperidad...”, Ibid. T. 4,
p. 464
13
participaran en estas violentas expediciones o
“entradas”, dando recompensas pecuniarias, sin
importar las pérdidas humanas que hubiese, siempre y
cuando se opusieran a los principios de la
colonización12. Seguramente resultaba difícil creerle
que serían libres las almas, matando los cuerpos.
12
Cerca de la Boca del Paruasi: “La guarnición que mantenían los jesuitas en aquel peñasco no estaba
solamente destinada a proteger las misiones contra las incursiones de los Caribes, sino que se le
empleaba también contra la guerra ofensiva, o, como acá se dice, en la conquista de almas.
Animándose los soldados con el aliciente de recompensas pecuniarias, hacían incursiones a mano
armada, o entradas, en tierras de indios independientes. Mataban a quienquiera que oponía resistencia,
quemaban cabañas, destruían plantaciones y se llevaban prisioneros a los ancianos, las mujeres y los
niños. Tales prisioneros fueron repartidos en las misiones del Meta, Río Negro y el alto Orinoco,
escogiéndose los lugares más lejanos a fin de que no pudiesen volver a su país natal. Este violento
medio de conquistar almas, bien prohibido por las leyes españolas, era tolerado por los gobernantes
civiles, y ensalzando cómo útil a la religión al engrandecimiento de las misiones por los superiores de
la Compañía”, Ibid., T. 3, p.p. 373-374.
13
Ibid., T. 4, p. 462.
14
“...El poder civil más arbitrario está estrechamente ligado a los derechos que ejerce el cura en la
pequeña comuna; y, aunque los caribes no son ni levemente Caníbales y se les quiere ver tratar con
dulzura e indulgencia, se concibe, sin embargo, que medios un poco enérgicos son a veces necesarios
para mantener la tranquilidad en una sociedad en formación”, Ibid. T. 5, p. 32.
14
encontrarse bajo su jurisdicción lo cual implicaba
estar en su dominio irrestricto, materialmente sin
límite ninguno15.
15
Ibid. T. 4, p. 413.
16
Voyage à la partie orientale de la Terre-Ferme, dans l'Amérique Méridionale, fait pendant les annèes
1801, 1802, 1803 et 1804... (París: Impr. de Fain et Cie., 1806). Obra con extraordinaria repercusión en
la provincia de Venzuela, escrita con un gran sentido de observación, recolección y ordenación de
datos. DEPONS, Francisco. Viaje a la Parte Oriental de Tierra Firme. Caracas, Academia Nacional de
la Historia, impreso en la Tip. Americana, 1930, traducción de Enrique Planchart.
17
Ibid. p. 20.
18
“Los escritores españoles que han tratado de los indios y los Misioneros encargados de civilizarlos,
hallan su lengua de una pobreza semejante a la de sus ideas”, Ibid. p. 107.
15
Los misioneros ejercían las funciones de
corregidor, porque pocas son capaces de costear el
sueldo de este funcionario, por lo cual ha sido
necesario “asignarle a uno solo un Distrito de tres o
cuatro aldeas, entre las cuales debe compartir su
atención y vigilancia”, debiendo los pagar estos
indígenas, desde los dieciocho hasta los cincuenta
años, un tributo anual promedio de dos pesos fuertes,
cuyo monto varía de acuerdo a las zonas que se trate.
Los indígenas son considerados, para efectos de
transacciones civiles, como menores de edad, por lo
que no están obligados a cumplir ningún contrato con
españoles19.
19
Ibid. p.p. 130-131.
20
“La idea de darle a la conquista de América el carácter de una especie de cruzada, surgió en gran
parte del derecho que la corte de Roma concedió a España para su dominio sobre el Nuevo Mundo e
implantar allí el cristianismo...”, Ibid. p. 197.
21
“...abuso más bien por parte del más fuerte, causó los mayores estragos, hasta que al fin los reyes de
España, informados que en su nombre y sin que ellos lo supieran, se ultrajaba a la humanidad
concibieron la idea de confiar la conversión de los indios a hombres que tuvieran bastante valor para
arrojar las simientes de la fe en una tierra donde ponían su vida en peligro...”, Ibid.
16
Otro célebre viajero francés es Jean-Joseph
Dauxion Lavaysse (1774-1829)22, para quien los
pueblos de misión estaban constituidos por la
iglesia, la casa de los misioneros que son bonitas y
amplias, pero sin lujo23, mientras que “...El pueblo
de los indios son cuadrados donde cada indio tiene su
casa, construida de tapia o ladrillo crudo, bien
pintada y cuyo techo está cubierto por hojas de
palmas. Cada una tiene al frente una pequeña galería
que contribuye a hacerla más fresca”. Contrastaba la
belleza de la iglesia, de estilo europeo
22
Bajo el título Voyage aux íles de Trinidad, de Tobago, de Margarite, et dans diverses parties de
Venézuéla, dans L´Amérique Méridionale, 1813. Véase DAUXION LAVAYSSE, Jean Joseph. Viaje a
las Islas de Trinidad, Tobago, Margarita y a diversas partes de Venezuela en la América Meridional.
Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1967.
23
“La misión de San José, pertenece al presente a los capuchinos catalanes. Tiene varios anexos o
sucursales en esta provincia. La iglesia y la casa de los misioneros son bonitas y amplias, pero sin
lujo...” Ibid. p. 126.
17
los pueblos, formarse,
engrandecerse y disolverse; pasar,
sucederse como nubes”24.
24
Ibid.
25
“Los jesuitas habían obtenido grandes éxitos sin duda; ellos se esforzaban con una inteligencia y una
perseverancia admirables, por inculcar a los salvajes el gusto por la agricultura y las artes de las cuales
ellos no podían exceptuarse...”, Ibid. p. 125.
26
“Los jesuitas eran admirables bajo todo punto de vista, contestó el misionero; pero eran poderosos
porque eran ricos. A nosotros, pobres franciscanos, ¿qué nos tocó de esa partición?: conventos, iglesias
y la obligación de instruir a los indios; los obispos y los capitulares a quienes les quedaron sus bienes,
no emplean, las rentas, como ellos, para crear establecimientos de la agricultura, de artes, para
desforestar los bosques, abrir grandes caminos o fundar escuelas para indios”, Ibid. p. 132.
27
“...Hay en cada misión, un cierto número de alcaldes indios subordinados al corregidor y los alcaldes
blancos. Estos magistrados de tez bronceada, están sumamente orgullosos de sus puestos, de sus
vestidos y de sus bastones de mando, igual en todo a los vestidos y bastones de los magistrados
blancos. La jerarquía termina en los alguaciles o ujieres...”, Ibid. p. 127
18
en el último estado de degradación”, con quienes es
una vergüenza compartir el nombre de seres humanos28,
porque cuando se emborrachan “venden a sus mujeres y
a sus hijos”. El nivel de degradación es aun más
grande al que han sido sometidos los esclavos negros,
quienes conservan la mayor ternura a sus mujeres e
hijos29.
28
“...no es demasiado cierto que las tribus actuales que viven a lo largo de las costas del mar o sobre
los bordes de los grandes ríos, se componen de hombre o bien inmorales o bien despreciables. Los
Achaguas, los Guaraunos, los Taitas, los Pinnacotaous, los Sálivas, los Parias, ofrecen los cuadros de
la especie humana en el último estado de degradación. Uno se avergüenza de compartir el nombre de
hombre con tales seres...”, Ibid. p. 135.
29
“...Cuando uno ha logrado embriagarlos, venden a sus mujeres y a sus hijos. Su pasión por el
aguardiente es generalmente tan violenta que a veces es suficiente con mostrarles una botella para
trasportarlos de alegría y furor. Entonces van a buscar a sus mujeres e hijos y los entregan a los
comerciantes que los esclavizan, y a libertinos que reclutan su harén de esta manera. De esto fui testigo
en Demerary, en 1793. En esto, los indios están muy por debajo de los negros, quienes, a pesar del
estado de ignorancia y envilecimiento al que se les ha reducido, han conservado por sus mujeres y
sobre todo por sus hijos, la mayor ternura...”, Ibid. p.p. 135-136.
30
“...He estado demasiado cerca para observar cuan perjudicial ha sido la vecindad de algunos malos
sujetos europeos y de algunos bandidos y estafadores de Barbados que se han establecido en su
vecindad después de la paz de Amiens, los cuales han contribuido a pervertir a estos indios, quienes
antes de su llegada no eran viciosos ni malos...” Ibid. p. 136.
19
llegada de los europeos. De ahí surge la diversidad
de festividades en todo el año31.
2. Romanticismo
31
“...Hay bailes, en este país, desde el primero de enero hasta el último de diciembre, exceptuando
Semana Santa...”, Ibid. p. 132
32
“Es sabido que el papa Alexandro VI, quien por el poder de las opiniones de ese tiempo, era rey de
reyes, había dividido, en 1493, los descubrimientos hechos o por hacer en el Nuevo Mundo, entre los
reyes de España y Portugual. La pólvora, la tortura y la esclavitud, tales fueron los medios que se
emplearon al principio para forzar a los indígenas a entrar en la iglesia de los pontífices; quienes en esa
época, tiranizaban a reyes y pueblos ignorantes, deshonrando el nombre del cristiano por la infamia de
sus costumbres y habían desfigurado la bondadosa, simple y persuasiva religión de Jesucristo,
introduciendo en su culto las supersticiones del paganismo, las extravagancias de su propia
imaginación y la intolerancia de los primeros discípulos de Mahoma”, Ibid. p. 235.
20
su principal protagonista, asumía un estudio con
amplitud de fenómenos de diversa índole, como
antecedente de la historia total33.
33
http://www.fortunecity.es/imaginapoder/humanidades/587/investigacionhistorica.htm#_Toc505092
633, consultada el 26 de diciembre de 2005.
34
“valorada como presentación sistemática de la nueva conciencia histórica, fundada en una
reinterpretación del período colonial y buena parte de la historia de Europa”, después de una cruenta
crítica a la historiografía hasta ahora realizada refiere que “...La obra historiográfica de Rafael María
Baralt, y más aun de José Gil Fortoul, merecen con toda objetividad el calificativo de sobresalientes en
la historiografía de la lengua española...”. Palabras que proviniendo de Carrera Damas constituyen un
gran elogio a una obra histórica, CARRERA DAMAS, Germán. Ob. cit. p. 15, 36.
21
otras razas”35. El misionero representaba el poder de
el Estado metrópolitano y tomaba las decisiones que
creía pertinente, delegada en la autoridad
eclesiástica conjuntamente con las civiles. Eran
extraordinarios los poderes que les eran cedidos:
35
BARALT, Rafael María y Ramón Díaz. Ob. cit. p. 294.
36
Ibid. p. 299.
22
razas”37. De esta manera se arraigaron y se expandió
la colonización por este régimen misional.
“Empeñados voluntariamente en la
predicación unos hombres que
ignoraban la lengua de los
gentiles, que desconocían el país,
que se introducían en él, o cuando
hervía la guerra, o cuando ésta
había sembrado por doquiera odios
de muerte, cumplieron su misión
con un valor y una constancia que
hace recordar en ocasiones el
apostolado primitivo...”38.
37
Ibid.
38
Ibid. p. 297.
23
“...libres ya de afanes y
peligros, se dieron unos a la vida
mundana, buscando riquezas y
placeres: otros, menos activos y
enérgicos, vivieron en la holganza
y en la pobreza: y todos ellos
descuidándose en la formación de
los neófitos y sometiéndose a un
régimen estrictamente monarcal,
abusaron de su simpleza para
oprimirlos y aun para
embrutecerlos...” .39
39
Ibid. p. 298.
40
“...Habiendo sido prohibido exigir nada de los indios por la administración de los sacramentos, ni
por ningún otro acto eclesiástico, eludieron este benéfico mandato por la venta usuraria de rosarios
imágenes y escapularios, la cual repetida mucha veces llegó a ser un comercio de importancia...”, Ibid.
24
3. Homiliógrafos
41
FUNDACIÓN POLAR: Diccionario de historia de Venezuela. Caracas, edición en CD., 2000.
25
Españolas, hoy República de Venezuela 1650-1817,
documentos inéditos de los siglos XVII y XVIII42.
42
RIONEGRO, Fray Froilán de. Relaciones de las Misiones de los Padres Capuchinos en las Antiguas
Provincias Españolas, hoy República de Venezuela, 1650-1817: Documentos Inéditos de los Siglos
XVII y XVIII. Sevilla: Tipografía La Exposición, 1918. 2 t.s.
26
siglo XX había un replanteamiento de los trabajos
misioneros en algunos lugares de Venezuela.
43
Ibid. T. 1, p. 5.
27
alienados donde el invadido llega a manifestarse
“feliz de la conquista”, pero adormecida la
conciencia, lleno de desesperanza, temerosos de
correr el riesgo de la aventura, sin el cual no
existe el verdadero acto creador44.
44
En nuestro trabajo: “Paulo Freire: Esperanzas, alegrías y lucha”, publicado en la revista “Moral y
Luces”, N° 03-04, trimestre IV del 2002 y año 2003, pp. 71-78, estudiamos la colonización, el dominio
cultural y el proceso de alienación.
45
Los misioneros lograron en un centenar de años evangelizar y civilizar más de cien mil salvajes y
ensanchar a España con más doscientos pueblos fundados por los padres capuchinos, RIONEGRO.
Ob. cit. T. 1, p. 6.
46
“...nadie puede mandar a otro, a no ser que sea superior a él; y siendo Dios superior a la naturaleza
humana y ésta cosa enteramente suya y sujeta a Él en todo, resulta que la humanidad inteligente y con
voluntad libre es objeto de dirección”, Ibid. T. 1, p. 31.
28
Someter los indígenas, a quienes reconoce como
“inteligentes”, pero que afirma no tienen capacidad
para acatar las Leyes de Dios y de los hombres que
estaban representadas por el Estado metropolitano
español unidos en la empresa de conquista y
colonización47.
47
“A fuer de imparciales, hemos de confesar, paladinamente que este trabajo no fue propio de los
misioneros, sino también de los españoles, así civiles como eclesiásticos y militares, pues todos
intervinieron acordemente en la reducción, pacificación y civilización cristiana de los indios”, Ibid. p.
22.
48
Ibid. p. 18.
29
para el trabajo servil y tributario a favor del
Estado metropolitano49. Esta fue la “sublime
pedagogía” con que los misioneros “llegaron a
levantar el ánimo del salvaje sobre sí mismo,
dignificándole en su interior y lo elevaron al
conocimiento y deseo de gozar ese Supremo Bien”. Este
sistema de creencias impuesto correspondía a una
nueva formación socio-histórica, tanto de producción
como de la mente y la cultura50. En consecuencia, la
labor misional fue llevada a cabo a través de
profundas y violentas imposiciones socio-educativas.
49
“En una palabra, los misioneros no separaron el fin último de la naturaleza humana del fin general y
particular del hombre en la presente vida, para el gobierno y la civilización de los indígenas; no lo
separaron de la tierra, sino que sin dejarla enseñaron a los indios que todo hombre tiene un fin cierto en
este mundo, y que por eso mismo, cada individuo debe trabajar por conseguir la felicidad, aunque
imperfecta, en la tierra, sin pararse totalmente en lo mero útil, deleitoso y conveniente, ni en lo mero
honesto, sino dirigiendo sus acciones hasta conformarlas con las intenciones del Creador”, Ibid. p. 30.
50
Véase los trabajos de Lev S. Vigotski sobre la formación socio-histórica de la mente.
51
LODARES, Fray Baltasar de. Los Franciscanos Capuchinos en Venezuela. Documentos referentes a
las Misiones Franciscanas en esta República. Caracas, Empresa Gutenberg, segunda edición corregida
y aumentada, 1929, t. I, 403 p.
30
como de las misiones de franciscanos observantes,
jesuitas y dominicos.
52
“Pero donde más palpable ha sido eficaz y fecundo el trabajo y sacrificio del Misionero Franciscano
es, sin duda alguna, en América” y continúa “Herederos los religiosos Capuchinos del espíritu e
ideales del Seráfico Patriarca, se han consagrado desde sus principios a la grandiosa obra del
patriarca...”, Ibid. p. 6.
53
Ibid. p. 7.
31
Al igual que sus antecesores Lodares, cataloga a
los indígenas de “gentiles” e “infieles” 54, política
desarrollada a partir de los reyes católicos cuando
el Estado español asumió una administración moderna
donde se articulan la Iglesia y el Estado en trance
de consolidarse definitivamente a través de la
conversión forzosa de infieles, como derechos de
conquista y ocupación55. Esta conversión era
manifestada en las estadísticas reflejadas en libros
de la administración de los sacramentos como
bautismo56, matrimonios, extremaunción (defunciones),
para el 26 de agosto de 1662 ya se habían realizado,
según testimonio documental de esa época, más de
cuatrocientos (400) bautizos57.
54
Ibid. p. 71.
55
ALONSO LÓPEZ, Carmen y Antonio Elorza. El Hierro y el Oro. Pensamiento Político de España,
siglos XVI-XVIII. Madrid, Hermanos García Noblejas, 1989, p.p. 18 y 42.
56
“Los que al tiempo de la reducción son párvulos, luego se les bautiza y enseña la lengua española,
instruyéndoles en los misterios de la fe, y haciendo que ellos vayan diciendo eso mismo a los
adultos...”, LODARES. Ob. cit. p. 74.
57
Ibid. p. 54.
58
SOSA, Arturo. Colonia y Emancipación en Venezuela (1498-1830). Caracas, Centro Gumilla, Curso
de Formación Socio-Política 2. 1978. pp. 40.
32
Igualmente a “ellas debemos lo poco que se ha
salvado de las culturas indígenas y los pocos
conocimientos que de ellos tenemos”, remarcando que
no reconocer esto es un gesto de “mezquindad” o
residuos de “anticlericalismo”; más acepta que fueron
una forma de imposición de una cultura dominante
sobre una cultura dominada, esto se expresa en una
sociedad dominadora que sobrepone sus valores a la
explotada59.
59
Ibid. p. 16.
33
Cuadro Nº 1
34
El padre Buenaventura de Carrocera, ha dedicado
gran parte de su vida al estudio de las misiones,
para efectos de esta investigación resulta sustancial
la Misión de los Capuchinos en los Llanos de Caracas.
Documentos60, en esta obra se compilan 703 documentos
de valor histórico sobre las misiones de los llanos
de caracas o Venezuela.
60
CARROCERA, Buenaventura de. Misión de los Capuchinos en los Llanos de Caracas. Documentos.
Caracas, Academia Nacional de la Historia, Colección Fuentes para la Historia Colonial Venezolana
vols. 111, 112, 113. 1973. T. I, 654 p.; T. II, 438 p.; T. III, 504 p.
*
Este es su aporte historiográfico, sintetizado en 257 páginas.
61
Ibid. p. XVI.
62
Ibid. p. XVII.
35
más meses63; estos indígenas eran agregados a los
poblados existentes o se establecían otras nuevas.
63
“...les fue forzoso emplear el método de escolta, haciendo las expresadas entradas el misionero
acompañado de gente armada, no en plan de ataque y violencia contra los indios sino como defensa y
protección personal del religioso...”, Ibid. p. XXVI, XXVII.
64
“...Los vecinos de estas villas, en compensación de los privilegios de que gozaban y los beneficios
que tenían, (se) veían obligados a acompañar a los misioneros en las entradas y, cuando los indios
hacían fuga a los montes, también debían ir a buscarlos, intervenir en sus reyertas para apaciguarlos y
prestar otros servicios que los religiosos le pidiesen...”, Ibid. p. XXVIII.
36
avanzar en la reducción de indígenas a través de las
entradas o jornadas.
65
Ibid. p.p. XXX-XXXIII.
“...A partir del 19 de abril de 1810, prácticamente la misión puede darse por extinguida...”, Ibid. p.
66
XXXIII.
37
misioneros llegaron a San Antonio de Choro,
establecido por Juan de Salas. A esta encomienda
llegaron los misioneros y asumieron el control sobre
la población, en cuanto la encomienda como
institución estaba en proceso de extinción67. Hacia
1661 el Padre fray Pedro de Berja estableció “un
pueblo denominado simplemente el Pao”, en las riberas
del río del mismo nombre, y otro denominado
Tucuragua, de estas poblaciones se estima que
alcanzaron 1.200 almas hacia 1664 y cinco años
después 1.500 habitantes. Estos fueron los inicios de
las misiones en los llanos de Caracas o Venezuela68.
67
Sobre esta encomienda puede revisarse nuestros trabajos: Píritu, la Historia No descubierta de un
Pueblo, Ponencia N° 18. Caracas, Cátedra Pío Tamayo - Centro de Estudios de Historia Actual
(CEHA- U.C.V.), del 13 al 15 de octubre de 1988, pp. 20; y Cantos de amor y esperanzas a Píritu. San
Carlos, Instituto de Cultura del Estado Cojedes, 1999.
68
CARROCERA, Buenaventura de. Ob. cit. T. I. p. 33, 34, 41.
38
normaba el establecimiento de escuelas para la
enseñanza de la lengua castellana.
69
Ibid. p. 81, 82, 83, 84.
39
permitía a su vez la consecución mayor mano de obra
en nuevos pueblos misionales70.
4. Positivistas
70
Ibid. p.p. 96, 97.
71
Para el positivismo, el objetivo de la ciencia no es buscar las causas ocultas de los fenómenos, sino
la descripción sistemática de los mismos, para poder llegar a realizar acertadas predicciones que
permitan actuar sobre la naturaleza; estos elementos integran las nociones de orden y progreso de la
humanidad, también fundamentales en el pensamiento positivista, en todos los aspectos, tanto social
como tecnológico. A la ley de los tres estadios, Comte formuló otra ley general acerca de la ordenación
dinámica de las ciencias, no menos famosa que la anterior, la denominada ley enciclopédica,
MOULINES, Carlos-Ulises. “La génesis del Positivismo en su Contexto Científico”; en: Geo-Crítica.
Cuadernos críticos de geografía humana. Barcelona (España), Universidad de Barcelona, Nº 19, enero
de 1979.
40
las preguntas ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? ¿Cómo
se construye un Estado? ¿Qué define una nación?72
72
HARWICH VALLENILLA, Nikita. “Prólogo al libro de Laureano Vallenilla Lanz”, en: Cesarismo
Democrático y otros textos. Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1991. p. XVI.
73
FORTOUL, José Gil. Historia Constitucional de Venezuela. Caracas, Hermanos Parra León
Editores, 2a edición, revisada. t. I. 1930. p. 54.
74
“Los pueblos que en la autoridad de los capuchinos se ejercía independientemente de la autoridad
civil se llamaban misiones; y de doctrina aquellos donde los indios dependían de la autoridad civil para
el pago de tributos al rey...”, Ibid. p. 55.
41
retornaban a sus tierras dejando al misionero.
Quienes participaban en estas expediciones, entradas
o jornadas cobraran diez pesos por mes, más un
vestido, algunos; otros iban como voluntarios, estos
a cambio solicitaban el derecho de llevarse algunos
indios, con lo cual desaparece la figura de
voluntarios, ya que se retoma el derecho de la
esclavitud indígena.
75
Ibid. p.p. 56, 57.
42
Pedro Manuel Arcaya (1874-1958) reflexiona sobre
el proceso de los misioneros como pobladores de la
época colonial venezolana en el artículo titulado
“Papeles viejos e ideas modernas”76. Establece que
las misiones de los llanos se iniciaron hacia 1658,
donde quedaba la mayor cantidad de indios incultos77,
en condiciones que “No podía ser más rudimentario el
estado social de las tribus a que estos documentos se
refieren: Yaruros, Guamos, Cacuaros, Guaiqueríes y
otras”, exceptuando a los caquetíos78; estos
indígenas –afirma– viven sin pueblo alguno en
rancherías o aduares como bárbaros, brutos y fieras,
son cortos y brutales de talento que cuando los
agarran adultos no pueden aprender la lengua
española,
76
ARCAYA, Pedro Manuel. “Papeles viejos e ideas modernas”, en: El Cojo Ilustrado. Caracas, año
XV, Nº 337, 1º de enero de 1906, pp. 37-38.
77
“Estas misiones comenzaron la reducción de los indígenas desde 1658. Se concretaron
especialmente a la región de los Llanos por ser allí donde quedaban todavía la mayor cantidad de
indios incultos que no habían podido ser sometidos por los conquistadores, aunque también fundaron
los religiosos algunos pueblos en la jurisdicción de Barquisimeto”, Ibid. p. 37.
78
En la nota Nº 2 al pie de página afirma “Estos indios ya poblados, que exceptúan los Misioneros de
la triste descripción que en seguida hacen, eran sin duda los Caquetíos, de la misma raza que pobló
gran parte del territorio coriano ocupando la gran franja de terreno que se extendía desde Coro, por el
litoral oriental, hasta los valles de Yaracuy y Barquisimeto y de allí continuaba por los llanos de
Cojedes, Portuguesa y Barinas, hasta las regiones del Casanare y el Meta en territorio colombiano. El
nivel moral e intelectual de esta raza indígena era notablemente superior al de la mayor parte de las
demás tribus del país…”, Ibid. p. 37.
43
muerte parece ser cosa
indiferente, viven more pecudum,
no teniendo ídolos ni adoración
falsa ni verdadera, ni conocen ley
alguna, y no existe modo de
persuadirlos a la fe sino,
primero, enseñarlos a ser
racionales79.
79
Ibid.
44
misionero” con los “instintos brutales del
salvaje”80.
45
a las misiones, ya que es posible que éstas si hayan
conseguido conformar una mentalidad monárquica.
83
“...en otras regiones como las antiguas provincias de Maracaibo, Nueva Andalucía, Guayana y
Barinas, la lucha continuó aún por largos años, y la fusión no llegó a efectuarse sino con gran lentitud,
debido también en gran parte a la influencia del sistema adoptado por los misioneros”, Ibid. p. 316.
84
“Humboldt observó, ya a fines del siglo XVIII, que tales había sido los efectos del sistema, que los
indios habían quedado en una situación poco diferente de la que tenían cuando sus habitaciones no
estaban todavía reunidas en torno al misionero”, Ibid. p. 316.
46
Hubo expresiones tardías del positivismo en la
historiografía venezolana, como es el caso de
Ambrosio Perera (1904-1977) quien dedicó gran parte
de su obra a la comprensión de la conformación
histórica de los pueblos y ciudades venezolanos85,
presenta su visión sobre los pueblos de misión.
Establece que este es diferente el origen de los
pueblos de indios desde el siglo XVII, momento que
llegaron los capuchinos misioneros, exaltando su
“labor sobrenatural” para llevar la civilización a
los indígenas86, los cuales eran buscados por los
religiosos acompañados de indios cristianos “y de una
fuerza compuesta de españoles de la ciudades”. En
estos pueblos los misioneros gozaban de plena
autonomía de gobierno, hasta que eran entregados a la
Diócesis, al cabo de unos años; en el caso venezolano
esta entrega no estuvo sometida en la práctica a
ningún lapso predeterminado, porque las
circunstancias variaban de unas a otras87.
85
PERERA, Ambrosio. Historia de la Organización de Pueblos Antiguos de Venezuela. Madrid,
Imprenta Juan Bravo, 1964, 3 tomos.
86
“…Gracias a su enorme y sobrenatural celo que los llevó a exponer su vida en la selva virgen para
llevar un rayo de luz a la mente de los naturales, fueron sacados gran número de éstos de los montes y
con ellos se establecieron muchos pueblos de misiones”, Ibid., t. I, p. 51.
87
Ibid., t. I, p. 51, 52.
47
Cuando se daba esta entrega el pueblo tomaba a la
categoría de doctrina, asumida por un sacerdote
doctrinero o secular, quien empezaba a ejercer el
oficio de Párroco. Afirma Perera que “…Era natural
que aquellos pueblos que gozaban de una estabilidad
artificial solo mantenida por la inquebrantable
disciplina misional llegaran a decaer o extinguirse…”
porque sufrían la influencia de todas las fuerzas y
circunstancias que “cómo la geografía, la economía y
tantas otras que determinan el retroceso o avance de
las poblaciones”, por lo que considera que la desidia
e ignorancia fue la causa de la pérdida de muchos
pueblos de misión, persistiendo otros por lo acertado
en la esogencia del lugar de establecimiento de estos
poblados88.
5. Marxistas
48
que asumió el papel de organizadora y directora no
sólo del proceso de producción sino también de todo
lo relativo a las actividades políticas, sociales y
religiosas”. Esta organización económica, política y
social implica un cambio total en la vida de estas
personas, asumiendo entonces nuevos patrones
culturales.
49
propiedad privada de los medios de producción. Es
indispensable investigar las formas de apropiación
vigentes en las órdenes religiosas que intervinieron
en las reducciones misionales, así como el uso de la
docencia como forma de dominación “los misioneros
eran usuarios de los bienes, no propietarios”90.
90
Ibid. p. 287, 288, 289.
91
“Pero esta pobreza absoluta fue modificada por una tendencia paralela coetánea (pobreza relativa)
según la cual podían aceptar donaciones de propiedades, incluso inmobiliarias, que serían
administradas por procuradores extraños a la orden. Podrían recibir el usufructo (uso, fruto, renta, etc.),
sin ser propietarios. Este título le correspondería al Papado o Iglesia. La Congregación tendría
simplemente la posesión. El concilio de Trento (1545-1563), le concedió a todas las órdenes religiosas
la propiedad colectiva, con excepción de los franciscanos minoristas y los capuchinos, quienes
continuaron como antes, sin ningún tipo propiedad sólo con la mera posesión”, Ibid.
50
la actividad física”. Junto a ellos un grupo reducido
de indígenas pasaron a formar parte del grupo
privilegiado, como “parte del aparato de control de
la actividad productiva”92.
92
“...inmediatamente que se instalaba la aldea misional, su vida cotidiana quedaba regularizada por el
toque de campana y entre los indígenas de “la madrina” el que actuaría como capitán o justicia
(comisario) del pueblo y se le entregaba el bastón de mando como autoridad política. Además se
escogían otros funcionarios regidores (caporales, mayordomos, sacristanes) cada uno con funciones
específicas de control o de servicios, pero exentos de trabajos concretos”, Ibid. p. 291.
51
nombramientos de los capitanes, sargentos y
alguaciles”.
93
Ibid. p. 296.
52
reminiscencias de la economía indígena, a través de
las siembras y trojes de comunidad como forma de
producción colectiva autárquica, unida a la
producción en gran escala a favor de la Iglesia y el
Estado metropolitano, inicialmente los indios estaban
obligados a trabajar sin paga94, en forma de servicio
personal tres o cuatro días a la semana, y a los
veinte años comenzaba el pago de tributos, este
proceso de consecución de mano de obra sin paga
permitió que las misiones se constituyeran en
importantes centros generadores de riqueza “y en este
sentido, al lado de merecimientos indudables de las
órdenes religiosas en eso de pacificar, adoctrinar y
civilizar indígenas, es necesario resaltar la
importancia de estos contingentes de trabajadores
cuasi forzados tuvieron en la construcción de la
riqueza de aquellas órdenes”.
94
MEDINA RUBIO, Arístides. La Sociedad Colonial, en: Nueva Historia de Venezuela. Caracas,
Grupo Editorial Venelibros, 2001, t. I, p. 126.
53
en muchas ocasiones por sus propias vías, más allá de
los escrúpulos si eran comercio legal o ilegal.
95
“Las misiones fueron establecimientos económicos muy importantes, y si bien su papel en el
desarrollo económico no se ha estudiado aún, nadie duda que gozaron de grandes ventajas en el cuadro
de un sistema lleno de restricciones, lo que seguramente les permitió facilidades competitivas con otras
explotaciones, aún de las mismas regiones”, Ibid. p. 127.
96
BRITO FIGUEROA, Federico. Historia Económica y Social de Venezuela. Caracas, Universidad
Central de Venezuela/ Ediciones de la Biblioteca, quinta edición, 2000, t. I, 1996, t. IV.
54
de servidumbre, según los privilegios otorgados
reales cédulas97.
97
Ibid. p.p. 82, 129.
98
Ibid. t. IV, p. 1.175
55
que disimulaba la explotación de la mano de obra
aborigen99.
99
Ibid. t. I. p.p. 130, 132, t. IV p.p. 1.179, 1.187.
100
Ibid. t. IV, p. 1.175
101
Ibid. t. IV, p. 1.177.
56
“civilización”, en jornadas de trabajo eran de “sol a
sol”. Durante tres días de la semana debía trabajar
el indio en los hatos y conucos de comunidad, el
resto del tiempo en las haciendas, a través del
sistema de cuadrillas o tandas, y lo que quedaba de
la semana debía aprovecharlo en el conuco familiar.
La misión le facilitaba a cambio instrumentos de
trabajo y transporte: hachas machetes, azadones,
mulas. Cuando pasaban a ser pueblos de doctrina se
establecía por obligación a los indios de labrar un
conuco de “primicia para el misionero”102
102
Ibid. t. IV, p. 1.176, 1.177
103
Ibid.t. IV, p. 1.179, 1.180
57
gratuitos retribuidos en especies o justificadas
jurídicamente con relación a los indios rebeldes y
apóstatas104.
104
Ibid. t. IV, p. 1.178.
105
Ibid. t. IV, p. 1.179, 1.181, 1.187.
58
CAPITULO II
1
TOVAR, Ramón. El Enfoque Geohistórico. Caracas. Academia Nacional de la Historia. Colección
Estudios Monografías y Ensayos. Nº 77. 1986. p. 52.
60
características específicas de un tiempo y un espacio
dado. Esto es la identidad.
2
SANTOS, Milton. Geografía Económica en los Países Capitalistas. Barcelona, España. Industrias
Gráficas García. 1973. p. 16.
61
los pueblos de su jurisdicción, según la denominación
de las leyes de indias. Así dos pueblos: Tinaco y
Tinaquillo, cuatro pueblos de misiones de indios: el
Baúl o Boca del Tinaco, el Jobal o Lagunitas, Cojede
y Caramacate, dependían directamente de los procesos
administrativos, judiciales y políticos de San
Carlos.
2. El Espacio Llanero
62
y 68º 55´ 14´´ de Longitud Oeste3. A 160 metros sobre
el nivel del mar (m.s.n.m)4, al Suroeste de la ciudad
de San Carlos, la temperatura promedio es de 27,6ºC.,
con una máxima de 38,2ºC. y una mínima de 14,4ºC.,
según las mediciones realizadas entre 1986 y 19905.
3
SERVICIO AUTÓNOMO DE GEOGRAFÍA Y CARTOGRAFÍA NACIONAL. Diccionario
Geográfico del Estado Cojedes. Caracas. 1993.
4
CORPOCENTRO. Cojedes Imagen y Cifras. Valencia. Corpocentro. 1993. p. 47.
5
Ibid. p. 50.
6
VILA, Pablo. Geografía de Venezuela. Caracas, Ministerio de Educación. 1969. T. I. p. 106.
63
norteñas, dando cambios que afectaron la zona de
estudio7.
7
“Pero, la morfología resultante fue acondicionada, además, por la estructura de charnela del eje El
Baúl-Paraguaná. Este accidente tectónico divide la depresión central en dos mitades separadas, por la
trayectoria fluvial del Cojedes-Portuguesa”, Ibid. p. 107.
8
Ibid. p. 109.
64
Terrenos mio-pliocenos se extienden hasta las
proximidades de Acarigua, donde otra falla le deja
discontinuidad por la intromisión del cretáceo
metamórfico de la depresión del Turbio. Estas
características se mantienen hasta Turén por el sur,
ya que la categorización de llanos altos corresponde
a la cota de 200 hasta 100 metros sobre el nivel del
mar (m.s.n.m.). y las menores a 100 metros se
consideran como llanos bajos9.
9
VILA, Marco Aurelio. Aspectos Geográficos del Estado Cojedes. Caracas, Corporación Venezolana
de Fomento. 1956. p. 34 y 46.
10
TAMAYO, Francisco. Los Llanos de Venezuela. Caracas, Instituto Pedagógico, Dirección de
Cultura. 1961. p. 101.
65
características de fertilidad y productividad
asignadas por Tamayo. Las riberas del Cojedes
formaron parte del espacio conocido como “Selva de
Turén”, deforestada en el siglo XX, cuya existencia
quizás sea por la proximidad de las corrientes
fluviales que enriquecen estas tierras11. Al
respecto, refiere Codazzi:
11
VILA, Pablo. Ob. cit. p. 110.
12
CODAZZI, Agustín. Obras Escogidas. Caracas, Ediciones del Ministerio de Educación. 1960. Vol.
I, pp. 511.
13
VILA, Pablo. Ob. cit. 111.
66
La climatología venezolana está regida,
principalmente, por dos temporadas de seis meses cada
una, aproximadamente, la pimera lluviosa y la segunda
de sequía14. En sequía soplan con fuerza los vientos
alisios desde el este, con altas temperaturas
determinan condiciones favorables a la vegetación de
sabana. Luego se dan cambios estacionales de
vegetación haciéndose denso el follaje15 a medida que
avanzan las lluvias cuando crece la humedad.
14
La época lluviosa trascurre desde el 15 de mayo hasta el 15 de noviembre e incluye los meses de
junio, julio, agosto, septiembre, octubre, y la seca o de sequía los meses de diciembre, enero, febrero,
marzo, abril.
15
TAMAYO, Francisco. Ob. cit. p. 17.
16
VILA, Marco Aurelio. Ob. cit. p. 45.
17
TAMAYO, Francisco. Ob. cit. 1961, p.p. 75-81.
67
de Guayana; II Sabanas de las antiguas provincias de
Caracas y Carabobo.
3. Orografía e hidrografía
68
Palmas, Samancito, San Pedrito, Santa Teresa,
Tucuragua.
69
Codazzi refiere el Cojedes18 con un curso de 60
leguas, navegable en 29 de ellas, vertiendo 200
leguas cuadradas de terreno en este río, es decir que
fertilizaba esta porción de tierra, y que pertenece a
la cuenca del Orinoco, con una temperatura del agua
de 26 a 27 ºC19. Este río es uno de los principales,
el autor define 47 de cuarto orden, siendo Cojedes
uno de los pocos de segundo orden20, con más de cien
riachuelos.
18
“...Este río es entonces el lindero, hasta el frente del cerro Pitiguao que atraviesa la montaña del
Altar, precisamente cerca del camino que de San Carlos va a Barquisimeto, en el paso de la Boca.
Hasta este punto llega la provincia con Barinas, y empieza la divisoria con Barquisimeto. El río de la
Boca, o Cojedes, sigue marcando el lindero hasta donde se junta el río Barquisimeto con el Buría o San
Pedrito: entonces sirve éste de límite hasta las labranzas de Nuarito, que quedan frente al cerro que da
origen al río Yaracuy...”, Ibid. Vol. I. p. 385.
19
CODAZZI, Agustín. Ob. cit. Vol. I. p.p. 41 y 90.
20
“El principal río de esta provincia es el Cojedes, que lo forma el Barquisimeto, el cual al unirse con
el Buría (que verdaderamente debía llamarse el río de Nirgua) toma el nombre de río de la Boca, hasta
que cerca del Pueblo de Cojedes, adquiere este nombre: con él va a presentar sus aguas al Portuguesa.
A 4 leguas del pueblo de Cojedes, en punto llamado Aguasal, empieza a ser navegable hasta la
desembocadura. Este río, el primero en la provincia, tiene su origen en los del segundo orden en la
República, mientras que los demás no son ni del tercer orden”, CODAZZI, Agustín. Ob. cit. Vol. I. p.
389.
21
CODAZZI, Agustín. Ob. cit. Vol. II, p. 82.
70
La sal era un importante producto de alto valor
comercial en la colonia o, acaso, un lugar con mucha
agua.
22
Ibid. p. 518.
23
“El Cojedes nace muy cerca del Portuguesa, también en el Estado Lara. Es el famoso Turbio de los
cañamelares larenses y tiene sus fuentes en la vertientes norte de las montañas de Sanare, en la falda
del Cupial. Describe sucesivamente dos arcos, mediante los cuales cambia dos veces su dirección,
encaminándose al Sur por el llano que media entre las últimas estribaciones andinas y las primeras de
la Cordillera de la Costa. Sirve de límite entre Cojedes y Lara primero y entre Cojedes y Portuguesa
después, en un trecho más largo. Al correr por la parte más baja del Estado se distrae y cambia de
rumbo, muchas veces, aunque mantiene su dirección Sureste. En El Baúl recibe al Tinaco, confluyendo
los dos en San Miguel entre dos corpulentísimos samanes que están allí como señalando el lugar donde
debe construirse el puente”, PERALES FRIGOLS, Pablo. Geografía Económica del Estado Cojedes.
Caracas, Separata de la Revista de Fomento. Nº 91-92. 1956. p. 12.
71
los siguientes ríos: Araguita, Caimán, Caimancito,
Camoruco, Caño de Agua, Carache, Cojedes, Los
Castores, Chirguita, Macapo, San José de Mapuey,
Mucaria, Orupe, Pacaragua, Pao Viejo, Pao,
Portuguesa, Prepo, San Pedro, San Pedrito, Santo
Domingo, Tamanaco, Tinaco, Tinaco Viejo, Tinaquillo y
Turén24.
5. Vegetación
24
BARRIOS DÍAZ, Luis: Tinaquillo/ Geografía Médico-sanitaria. Caracas, tipografía Vargas, 1951.
SERVICIO AUTÓNOMO DE GEOGRAFÍA Y CARTOGRAFÍA NACIONAL. OP. Cit.
72
samán y Ceiba. Abunda la palma redonda y el moriche
en los llanos bajos. Entre los árboles maderables se
hallan: araguaney, apamate, flor amarillo, cacho e`
venao, totumo, bucare, caoba, cedro, alcornoque,
jebe, majomo, cartán, pardillo, algarrobo,
saquisaque, ceiba, jabillo, lechero, limoncito,
mijaguo, mango, jobo, onotillo, guamo, cují, mora,
peonía, guásimo, roble, caimito, copey25.
25
MUDARRA, Miguel Ángel. El Estado Cojedes. Aspectos Descriptivos Regionales. Caracas, sin
datos editoriales. 1953. p. 15.
73
Carlos26, por mantener parecidas condiciones
geográficas.
26
“...maderas de caoba, cedros, apamate, cartán, roble, acapro, saquisaqui, algarrobo, flor amarilla,
cacho de venado, trapichero, mora, tinto y sangre de drago; en plantas medicinales, raíz de mato,
escorzonera, generala, jengibre, gengibrillo, bretónica, etc.; borrajón, borraja, espadilla, sauco, reseda,
culantrillo, fregosa, manzanilla; grama, zábila, bejuco de cadena, zarza; cereipo, fruta de burro, guaco;
yerbabuena, toronjil, ajenjo, ruda, mejorana, hinojos. Entre los animales silvestres, venados, váquiros,
lapas, chigüires, picures, conejos, morrocoyes, cachicamos; zorros, osos palmeros y hormigueros,
monos y araguatos, gatos monteses, cunaguaros, tigres y leones; en los ríos, vagres, coporos, carpas,
boquimíes, palambras, caribes, tembladores; en los caños, caimanes, pez de sapo o tongo, peces de
escamas; en las quebradas, guabinas, carpas, corronchos; en las lagunas, babas y galápagos; entre las
aves, además de las domésticas, guacharacas, perdices, cotaras o gallinetas de montaña, pavos y patos
reales, paujíes, guacamayas, loros, maracanas, pericos; arroceros, turpial, arrendajo, paraulata, pico de
plata, gonzalito, curuñata; cardenal, carpintero, azulejo, tucusito, pico de oro; güiriríes, garzas,
garzones, arucos, tostacos, gallos de ciénega, cotúas, alcatraces, carraos; caricari, gaviota, gavilán,
lechuza, titirijf, mochuelo; entre los reptiles, mapanare, coral, viejita, bejuco, hiladilla, macaurel, tira,
traga-venados, cascabel, sabanera; entre los insectos, puyón, zancudo, palomilla, tábano, mosca brava,
jején, mosquitos”, GONZÁLEZ, Eloy G. Historia Estadística de Cojedes (desde 1771). Decretada por
el Gobierno del Estado en la conmemoración del centenario de Venezuela. Caracas, Tipografía
Americana. 1911. p.p. 165-166; contrástese con el texto de la DIRECCIÓN GENERAL DE
ESTADÍSTICA. Apuntes Estadísticos del Estado Cojedes. Formados por orden del ilustre americano,
General Guzmán Blanco, presidente de la República/ Dirección General de Estadística. Edición
Oficial. Caracas, imprenta Federal, por Fausto Teodoro Aldrey, 1875, pp. 50, 51.
74
Cojedes que aguas arriba se convierte en Barquisimeto
y desde allí podía tomar la vía ya fuese hacia Puerto
Cabello, Tucacas, o hasta Caracas o desde
Barquisimeto por Trujillo hasta el Nuevo Reino de
Granada27.
27
GONZÁLEZ SEGOVIA, Armando José: Antiguos Caminos de Recuas. Caracas, Revista Tierra
Firme, N° 49, año 13, vol. XIII, 1995, pp. 97-107.
75
sin modificaciones profundas a las que se venían
ocurriendo en estos territorios.
28
CARDOZO GALUÉ, Germán. “Hacia una conceptualización de la región histórica”, en: La Región
Histórica. Caracas, Fondo Editorial Tropykos, 1991, p. 13. CUNILL GRAU, Pedro. “La Geografía
Histórica en la Conceptualización Regional Venezolana”, en: La Región Histórica. Caracas, Fondo
Editorial Tropykos, 1991, p. 48-49.
76
ellos los pueblos de Tinaco, Tinaquillo y la Villa de
El Pao29, para comprender la dinámica en la oposición
ciudad-campo, en cuanto organización que posibilita
la generación y usufructo de riquezas en el espacio
de estudio30.
Cuadro Nº 2
29
GONZÁLEZ, Eloy G. Ob. cit., 1911, p. 73.
30
Noticia de los pueblos que se hallan comprendidos en la Jurisdicción de la Villa de San Carlos
A.G.N. Intendencia de Ejército y Real Hacienda. T. XXXI, folio 50, 1785.
77
CAPITULO III
PERÍODO INDÍGENA
1. Antiguos Habitantes de las riberas del Cojedes
1
GONZÁLEZ SEGOVIA, Armando José; Pedro Pablo Linárez y Álvaro Rodríguez. Hacia la
Interpretación Social de los Pueblos Caquetíos, 1987. p. 10. Ponencia N° 16. Maracay, Cátedra Pío
Tamayo- Centro de Estudios de Historia Actual (CEHA-U.C.V.), del 02 al 05 de abril de 1987; y
presentada también en la II Jornada sobre Investigación y Docencia de la Ciencia de la Historia.
Barquisimeto, Universidad Nacional Experimental Libertador Universidad Centro Occidental Lisandro
Alvarado, del 3 al 5 de abril de 1987.
2
En mayo a junio de 1995 en el sitio “La Cajara” del Municipio Pao, realizaron trabajos arqueológicos
las antropólogas Aivel Gómez y Ana Gómez, coordinados por su homólogo Argenis Agüero, mediante
convenio establecido por el Centro de Historia Regional del Estado Cojedes, el Instituto de Patrimonio
Cultural (IPC), la Alcaldía del Pao y la Fundación Branger.
79
El período aborigen o indígena abarca todo el
tiempo en que el hombre pobló este territorio en
igualdad de circunstancias. Sin pobres ni ricos, sin
sin clases sociales ni explotación. La posesión de la
tierra era colectiva. Según la comparación de los
materiales arqueológicos, básicamente cerámicos,
hallados hasta ahora en la zona. Este período se
inició hace aproximadamente dos mil años antes del
presente y duró hasta la llegada de los europeos a
estas tierras, en el siglo XVI. En este sentido son
de incalculable valor los datos aportados por
Federman3 y Hutten4.
3
FEDERMAN, Nicolás. “Historia Indiana. Viaje de 1530-1531”, en: Descubrimiento y Conquista de
Venezuela, t. II, Caracas, Academia Nacional de la Historia, col. Fuentes para la Historia Colonial de
Venezuela, Nº 55, 1962, pp. 153-240.
4
Ibid. p.p. 338-402.
5
Ibid. p. 195.
80
Villegas6, y con el florentino Galeotto Cey7. Para
efectos de este trabajo se consideran como válidas
las fuentes que provienen del siglo XVI y XVII8.
6
VILLEGAS, Juan de. “Las doce tablas de Barquisimeto. Texto de las encomiendas repartidas en
Barquisimeto en el año de su fundación por el propio fundador don Juan de Villegas”; en:
GABALDÓN MÁRQUEZ, Joaquín. Fuero Indígena Venezolano (Parte I: 1552-1781). Caracas,
Ministerio de Justicia, 1954, t. I. pp. 45-96.
7
CEY, Galeotto. Viaje y descripción de las Indias 1539-1553. Caracas, Fundación Banco Venezolano
de Crédito, Col. V Centenario del Encuentro de Dos Mundos. 1994. p. 157.
8
Es un error metodológico asumir como habitantes del espacio geográfico los indígenas traídos
compulsivamente por los misioneros. Estas etnias, sencillamente no estaban allí o, por los menos, no
existe testimonio que estuviesen a la llegada de los colonizadores europeos.
9
FEDERMAN, Nicolás. Op. cit. 1962. p. 196, 197,198, 203.
81
derechos, probablemente donde comienza el “Río
Viejo”, antiguo lecho del mismo río, donde se
encuentra el actual pueblo de Cojedes”10, para Friede
Acarigua estaba situada en el lugar donde se ubicó la
misión de Cojede.
10
FEDERMAN, Nicolás. Op. cit. 1962. p.p. 246.
11
Véase el libro del amigo de muchos años, lamentablemente fallecido el domingo 13 de marzo de
2005, DE PASQUALI, Raul H. Caminos de Caranaca 25 mil años de historia. Acarigua, Fondo
Editorial del Municipio Páez. 2003. p. 24.
82
Cuadro Nº 3
12
El profesor Juan Noguera, subdirector del liceo Alejandro Febres, en Las Vegas, recuerda que a
comienzos de la década del setenta, se inició la desforestación de este lugar, y que él trabajó allí.
Entonces, salieron tiestos de cerámica, y se decía que había muertos enterrados, Isaac Mujica (Cronista
83
Vegas-Tirado, cerca del caserío El Espinal, próximo
al caño La Nigua –según refiere Isaac Mujica es un
“paso del río Tirgua”– y por “Corocito”. La finca del
señor Manolo Cabrera mantiene el topónimo: “Itabana”
y, al lado se sitúa la finca “El Toro” de Nicolás
Morales. Sus coordenadas geográficas son longitud 68º
33` 53`` y latitud 9º 21` 08``13.
84
relación existente entre los materiales arqueológicos
y los grupos de filiación Caribe, para ello toman
como parámetro de comparación la alfarería cauixi y
las incisiones finas, siendo necesaria la búsqueda de
parámetros para otras familias linguísticas.
85
barrancoide y tierrorides, que evidencian los
materiales que hemos podido observar en esta zona, en
los actuales estados Portuguesa y Cojedes.
18
Comunicación personal, San Carlos, 25 de abril de 1995.
19
“En algunos de nuestros trabajos hemos postulado como tesis y no como simple hipótesis, la
inexistencia de clases sociales en el territorio venezolano en la época anterior a la conquista del mismo
territorio por los colonizadores europeos en la modalidad hispánica”, y esta es una afirmación en una
obra clásica de BRITO FIGUEROA, Federico. Historia Económica y Social de Venezuela. Caracas,
Universidad Central de Venezuela. Ediciones de la Biblioteca, 5a edición, t. IV, 1987, p. 1.042. que
debe ser tomada en su justa dimensión, es una respuesta a los autores que queriendo avanzar han
86
Se asignaba a cada grupo tareas específicas, con
ayuda mutua y luego se intercambiaban los alimentos
producidos por cada grupo, según la división natural
del trabajo, con cooperación colectiva previamente
establecida20. Los Gayones tenían a su cargo diversas
tareas, según la Relación Geográfica de la Nueva
Segovia de Barquisimeto de 1579, en la región de
Acarigua, Píritu y Turén existían siembras de maíz y
yuca, como se puede determinar por los ríos
mencionados21.
87
con punta de hueso y su utilidad, la cual denomina
como “cacería silenciosa”22.
22
Recopilación: Armando José González Segovia y el Antropólogo Juan José Salazar, en entrevistas
realizadas en 1994. Salazar publicó parte del trabajo en el Boletín del Museo de Quíbor, Nº 04, 1995,
p. 189 -192. Para este trabajo utilizamos la transcripción completa que realizamos, las copias de los
casettes reposan en el archivo del Museo Arqueológico de Quibor.
23
“...Así como los procedimientos antiguos, que han dejado de servir para las operaciones masivas,
sobreviven aquí o allá, conservados por la gente humilde o para pequeñas tareas. El observador deberá
buscar estos humildes vestigios de técnicas de antaño universales, como el geólogo los testigos
aislados de grandes estratos desaparecidos...”, BLOCH, Marc. “Los aperos rurales”. Les Cahiers de
Radio-París, 9º. N° 5, 1938; en: La Tierra y el Campesino. Agricultura y vida rural en los siglos XVII
y XVIII. Barcelona-España, Editorial Crítica, 2002, p. 95.
24
“Yo me crié con ellos (José H´ y José Castillo). A veces dormíamos a orillas del río, a las cinco de la
mañana cuando vienen los claros del alba ya el pescado viene a agarrar aire, y ahí se le mete la flecha,
el pescado agarra aire por la mañana, sale en bandada, en cardumen como llaman. Desde los doce años
me fui con esa gente, dormíamos por ahí, en el campo me fui criando, criando con ellos. Viendo todo
lo que hacían, viendo como eran las cosas que más me gustaban...”, Entrevista a Nerio Contreras por
Armando José González Segovia y el Antropólogo Juan José Salazar. “Cacería indígena, Cacería
silenciosa”. 1994.
88
Otra técnica era la pesca con barbasco, una raíz
que era macerada. Luego recogían el zumo en vasijas
de loza y lo echaban al río, donde se había
construido una presa para impedir la huida de los
peces. Echando el zumo del barbasco al río, el cual
hacía que los peces se atontaran y después eran
agarrados fácilmente y echados en canastos de fibra
vegetal (bejucos, palma o guafas), y los llevaban a
los lugares donde los procesaban, secándolos o
salándolos.
25
Relación Geográfica de la Nueva Segovia de Barquisimeto de 1579, en: ARELLANO MORENO,
Antonio. Op. cit. 1964. 183.
26
FEDERMAN, Nicolás. Op. cit. 1962. p. 214.
89
Itabana que es la misma Ithibona sobre la cual
escribió Hutten27.
27
Ibid. p. 357.
28
“El barbasco se saca del palo mantequero, de la jabilla y el pajarito, del bejuco mulato y un barbasco
de raíz. El polvo del mantequero seco se saca pa’ pescá. El polvo que queda se le echa manteca,
manteca de caimán. El mantequero se le saca la concha y se pila en un pilón o en la tierra y se echa en
un saco y se tira en el río”. Entrevista a Nerio Contreras. Op. Cit.
29
La pesca con nasa, puede hacerse de varias formas, puesto que hay de varios tipos “La nasa, la
propia indígena que era hecha de güafa, de bambú, con bejuco de cadena por to’ los laos. Esta se iba
haciendo la nasa que se tenía abajo, con una puya”. Donde había terreno fangoso se lanzaba; donde
hay un chorro se pone la nasa y cuando el pescao cae, ya no puede salir, en el chorro se pone la nasa y
cuando cae y sale el agua y queda el pescao allí, Ibid.
30
La pesca con una troja, se hace en la parte llana del río, casi a nivel del agua, entonces se le echa
hojas de cambur, y cuando “el pescao va a pasá pal´ otro lao, va brincando y va cayendo allí”, entonces
la hoja cambur con la baba del pescado se pega y “queda embojotao ahí”. Se hace una troja como si
fuera un puente y se le van poniendo hojas del cambur y cuando hay ribazón “el pescao pasa por
debajo, pero el que va en ribazón salta y cae en la troja. La ribazón de sardina va delante, después el
caribe y después el pescao bueno”, Ibid.
90
hace en canoas, utilizando el “patronero, que es el
que va atrás, en la canoa de paleta, no de motor”, y
es para el caimán31.
31
Se sale después de las ocho de la noche, cuando sale a cazar en él con la cabeza afuera “Uno lo ve y
se le va calladito, se le va calladito hasta que lo agarra que le llega a punto, pues, de zumbarle el arpón.
Que lo llaman “arpón tirao”. Entonces hay se le va calculando la papa o parte de una mano. Entonces
hay que cargá un hacha y una escopeta, pa’ dispararle, por si el caimán es muy grande. De día no,
porque de día sale a asoliarse el caimán pero hay que matarlo es con escopeta y nunca queda en el tiro,
porque es un animal muy fuerte. Aquí –en el río Cojedes– hay caimanes de cuatro metros, de tres
metros, hay otras especies”, Ibid.
91
media legua o una legua o lo que
ellos puedan según la cantidad de
los naturales, y la sabana que
ellos han echado fuego viene
ardiendo y en el circuito que
tienen cercado se queman los
animales que dentro se halla, como
son venados y baquiras, que quiere
decir, en lengua de españoles,
puercos de esta tierra...”32
32
Relación de 1579, en: ARELLANO MORENO, Antonio. Op. cit. 1964. s.p.
92
guabina”, este, en verdad “no envenena sino que
desespera al animal, empieza a dar vueltas, y no se
acuerda del venteao, entonces se llega uno más cerca
con la flecha, lo ponemos a tiro de uno, para matarlo
más rápido, porque pierde el olfato y la orientación,
pierde todo el control”. Hay otro que es mortal,
hecho con carne de animal, colocando “un pedazo de
carne y se le pone una serpiente para que descargue
el veneno en picadas”.
33
Ibid.
93
2. Organización Social de los Indígenas en el Siglo
XVI
34
“Así, en la mayor parte de las formas asiáticas fundamentales, nada se opone a que la unidad que
engloba y domina las pequeñas comunidades partes para que aparezca como propietario supremo o
propietario único, siendo entonces las comunidades reales simples poseedores hereditarios. Siendo el
verdadero propietario y la verdadera condición la propiedad colectiva, la unidad puede ser distinta y
por encima de la multitud de comunidades particulares; el individuo carece entonces de propiedad”
(cursivas en el original), MARX, Carlos. Fundamentos de la Crítica de la Economía Política. Madrid,
Editorial Comunicación, (traducción Agustín García Tirado). 1972, t. 1, p. 343.
35
“...se encontraban establecidos los Caquetíos, fuera del estado Falcón, un poco más al Este del
Yaracuy y a lo largo del valle de este río, que ellos llamaron como Vararida y que Federman bautizó
de “Las Damas”. Esta fértil y rica comarca, que hoy es todo el corazón del estado Yaracuy (...)
Penetrando luego al estado Lara, ocupaban los Caquetíos del valle del Turbio y las sabanas de
Barquisimeto y descendían al Sur, aprovechando las favorables condiciones topográficas del terreno,
por Sarare y Acarigua hasta las tierras llanas del Estado Cojedes. Los conquistadores del siglo XVI
hallaron a los Caquetíos establecidos en todo el alto llano, siguiendo de Acarigua al Suroeste por los
actuales Estados de Portuguesa y Zamora. En este último poblaban las sabanas de Pedraza y Santa
Bárbara y siguiendo el curso de los ríos que bajan de la cordillera de mérida, se les encontró en los
llanos altos de Apure y más al sur hasta el Casanare, de donde algunos grupos debieron dirigirse hacia
el margen del Orinoco, en el estrecho de Barraguan”, JAHN, Alfredo. Los Aborígenes del Occidente
de Venezuela. Caracas, Monte Ávila Editores. 1973, T. II, p.p. 9-10.
94
posibilitara la coherencia productiva entre los
grupos indígenas que vivían en la zona.
36
Si son considerados los cálculos de los documentos del siglo XVI, aportados por Nicolás Federman
y las Relaciones Geográficas.
95
Hacia la parte sur de los estados Portuguesa y
Cojedes y en casi todo el estado Barinas hay una
serie de monumentos arqueológicos conocidos como
montículos, calzadas y campos elevados de cultivo,
que demuestran la existencia de un conocimiento
preciso del tiempo y una organización social,
necesarios para predecir cuál era el momento de
inundación de las tierras, el nivel de las aguas para
poder calcular el tamaño de esas construcciones.
96
CAPITULO IV
DEMOGRAFÍA
1. Demografía Histórica
1
Las aproximaciones teóricas al estudio demográfico en esta investigación se basan en la obra de
VILAR, Pierre. Crecimiento y Desarrollo. Barcelona-España, Editorial Crítica, 2001, p. 33-45.
2
ROSENBLANT, Ángel. La población indígena de América desde 1492 hasta la actualidad. Buenos
Aires, Institución Cultural Española, 1945, y de mismo autor: La población indígena y el mestizaje en
América. Buenos Aires, Editorial Nova, 1954, y La población de América en 1492. Viejos y nuevos
cálculos. México, Colegio de México, 1967.
98
Federico Brito Figueroa3 quien plantea la necesidad
de sistematizar en los estudios históricos el
problema demográfico, mientras que internacionalmente
se han creado Asociaciones para su estudio4.
3
BRITO FIGUEROA, Federico. Historia económica y social de Venezuela. Caracas, Universidad
Central de Venezuela/ Ediciones de la Biblioteca, quinta edición, 2000 (T. I), 1996 (T. II), 1984 (T.
III), 1996 (T. IV).
4
A nivel internacional, se ha creado en la Universidad Complutense de España la Asociación de
Demografía Histórica (ADEH) definida como una sociedad, desarrollada en el ámbito de España y
Portugal, destinada a promover el estudio y el conocimiento de las poblaciones del presente y del
pasado desde una perspectiva interdisciplinaria. Dentro de sus actividades, la ADEH publica una
revista científica semestral desde 1983 llamada Boletín ADEH en la que aparecen distintos trabajos de
investigación sobre la población en contextos históricos y actuales; mientras que las Naciones Unidas
para la Ciencia y la Cultura (UNESCO) también definen los códigos de la demografía histórica en su
clasificación del Tesauro. La UNESCO le asigna los códigos: 520400. Demografía histórica; 520401.
Fertilidad e índice de matrimonios; 520402. Cuestiones metodológicas; 520403. Migraciones; 520404.
Mortalidad; 520405. Fuentes de observación; 520406. Cuestiones teóricas; 520499. Otras (se debe
especificar): http://otri.us.es/codigos/codigos.php?tabla=unesco&id=1796, página consultada el 10 de
septiembre de 2005.
5
CARROCERA, Buenaventura de. Misión de los capuchinos en los llanos de Caracas. Caracas,
Academia Nacional de la Historia, col. Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 1972, t. I., p.
XXII, XXIII.
99
A esto es necesario considerar la influencia de
las “enfermedades endémicas como la disentería, la
tisis, la hidropesía y el paludismo, aparte de
frecuentes epidemias, como la viruela y el sarampión,
que diezmaban y a veces extinguían pueblos enteros”6
y sobre las cuales no existían entonces prevención
médico-sanitaria.
2. Matrículas Parroquiales
100
estableció la obligación de que los padres llevaran
un libro sobre el Status Animarum, con descripción
general sobre los aspectos resaltantes de la
feligresía7.
7
“52.– Fuera de los tres libros, que señalamos, deben tener nuestros curas uno de Status Animarum
con universal descripción de sus feligreses, poniendo en él, con claridad , y distinción, los de cada
familia y notando los que están admitidos a la Sagrada Comunión, los que están confirmados y los que
han mudado de domicilio, y vecindad, en la forma que lo dispone el ritual romano, para que
cotejándole con el padrón de confesiones, y comuniones, vean si cumple con el precepto de confesar, y
comulgar, cada año, por cuaresma; y asimismo los que faltan al precepto de oír misa los días de fiesta,
y a la doctrina cristiana, puedan corregirles y amonestarle a su obligación”, Libro Segundo, Título IV,
∫III De los libros que ha de haber en las Iglesias Parroquiales de las ciudades, villas, lugares, pueblos
de indios, y estancias de negros; Item 52 del libro segundo de El Sínodo Diocesano de Santiago de
León de Caracas de 1687. Caracas, Academia Nacional de la Historia, Colección Fuentes para la
Historia Colonial de Venezuela, vol. 125, 1975, p. 88.
8
“Y en cumplimiento de las constituciones sinodales de este obispado, y ordenes provenientes de los
Illmos Señores Obispos de esta Diócesis, certifico que todos los obligados a los preceptos los han
cumplido en el presente año según me han hecho constar p r. sus respectivas cédulas, qe. He recogido, y
me parece que no hay mas numero de feligreses en esta parroqui, q e los contenidos; cuyo total asciende
a mil novecientos veinte, y ocho, en dos locos, salvo yerro. Nota asciende a mas las mujeres casadas,
por ausecia de sus maridos; Así lo juro en verbo Sacerdotis. Pueblo del S.P. S. Fran co. De Cogede, y
101
Estos datos son sustanciales para la organización
de la Iglesia, como parte esencial del Estado
metropolitano, para la recolección de diezmos,
suministros de servicios eclesiásticos, la
distribución de población por parroquias, barrios,
lugares, cantones, ranchos, haciendas, así como la
disponibilidad de terrenos9. Es decir, es una fuente
de información para fines de la administración del
Estado, no un ejercicio de esfuerzo vano.
junio 16 de 1802”. Firma D. José Anto. Gamarra, Matricula de la población de Cojede, 1802.
ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE CARACAS: Sección Matrículas Parroquiales, legajo 11.
9
MAGO DE CHÓPITE, Lila. “Fuentes para el estudio de la historia regional: La población de Caracas
a través de las matrículas parroquiales. 1754-1820”, en: Tierra Firme/ Revista de historia y ciencias
sociales. Caracas, abril-junio, N° 30, año 8, vol. VIII, 1990, pp. 175.
10
“...Quien cumple el deber pascual recibe de su confesor una cartela que pone el año y esta sola
palabra Confesó con la firma del sacerdote. Luego, al comulgar en la parroquia, entrega al cura la
cartela de confesión y recibe otra también con el año, y la palabra Comulgó”, DEPONS, Francisco.
Viaje a la Parte Oriental de Tierra Firme. Caracas, Academia Nacional de la Historia, impreso en la
Tip. Americana, 1930, traducción de Enrique Planchart, p. 61.
102
recogidas con el de personas anotadas en la visita
anterior, para descubrir mediante este procedimiento
si había fraude o no. Según indica Depons, este no
era un mecanismo muy confiable ya que los indígenas
se las ingeniaban para engañar al pastor11.
103
vivida en un momento determinado. La fecha de
levantamiento de estas matrículas se realizaba entre
mayo y junio de cada año, según normaba las
constituciones sinodales, “y a partir de 1800 con
arreglo a lo mandado en una Real Orden del 25 de
julio de ese mismo año”13.
13
MAGO DE CHÓPITE, Lila. Op. cit., 1990.
14
“Don Nicolas Eugennio de Pontte. Cavallero del orden de Calatrava. Gobernador y Cappitán
General de esta provincia de Venezuela Por S.M. Habiendo Visto. estos auttos. Que se an formados
sobre los Indios. De las Miziones. de los Padres Capuchinos desta provincia Dixo q attento a estar
Pasados. los diez años que se dispone. Por Cedula Real no se cobre de Moras. y los dos más q se
dieron para el gasto De herramientas y otras Cosas. demas de Mandar y mando que se Matriculen
todos los Indios de dichas Miziones y se cobre la demora según lo dispuesto por S.M. y se de despacho
para que el Alcalde Ordinario de la Villa de San Carlos y Theniente de [roto] San Anttonio de Araure
las hagan con toda Claridad y distinzion y procedan a la Cobranza de la de Mora con la m r suavidad
que pudieren y rremitan testimonio testimo de dichas Matriculas ama nos del presentte escrivano, para
que se ponga en estos Autos y en la Real contaduria de esta provincia Y para ello requieran y exsorten
a los Padres de las Miziones Pongan de su Partte el favor y ayuda nezesario exsortanndo a los Indios
de sus Miziones acudan al pagamentto a S.M. Según esta Acordado por Combenir así a su Real
Servicio y augmento de su hazienda Real y assi lo Provey y [roto] del azesos que lo firmo”,
REGISTRO PRINCIPAL DEL ESTADO COJEDES. Protocolos, Distrito San Carlos, 1692-1700, sin
foliar. Transcripción literal-modificada: Armando González Segovia y José Daniel Chirinos, junio de
1999.
104
Se establece aquí la matrícula para determinar el
cobro de las démoras, para que los indígenas acudan
al “pagamento” o cancelación de las mismas, de manera
que surgen como instrumento evidentemente tributario
de la Hacienda Real15. En consecuencia las matrículas
fueron un instrumento de recaudación de tributos
reales y como tal tenían una finalidad económica
evidente.
15
No es lo mismo que decir “Hacienda Real” que “Real Hacienda” como institución surgida en el 8 de
diciembre de 1776 por Real Cédula de Carlos III.
105
Segunda: Estructurada en cuadros, totalizando
población, según sus clases o castas, discernidas en:
blancos, indios, pardos libres, negros libres,
esclavos; su condición matrimonial: hombres casados,
mujeres casadas, y los párvulos y párvulas. Se
determina el estado eclesiástico secular: los que han
confesado, comulgado, los de sola confesión; locos y
catecúmenos (el modelo puede observarse en la
síntesis de las matrículas levantadas por el Obispo
Martí, más adelante).
106
entierros en la horizontal. Las de 1826 y 1827,
mantiene la división entre colombianos y esclavos,
así como el estado secular: de confesión, confesión y
comunión, locos y catecúmenos. Luego se retoman los
formatos anteriores para el levantamiento de las
matrículas.
16
Visitó Cojede el 1 de febrero de 1779; Caramacate (pueblo de misión hoy desaparecido) el 9 de
febrero del mismo año; mientras que en 1781 visitó: Tinaquillo el 19 de febrero; Tinaco el 2 de marzo;
El Pao el 7 de Marzo; San Miguel de la Boca del Tinaco o Baúl el 20 de marzo; El Jobal o Lagunitas el
26 de marzo; San Joseph o Mapuey el 31 de marzo y San Carlos el 5 de abril, MARTÍ, Obispo
Mariano. Documentos relativos a su visita Pastoral de la Diócesis de Caracas, 1771-1784. Caracas,
Academia Nacional de la Historia, Colección Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, vols.
100 y 101.
107
cada una de las poblaciones de la jurisdicción
visitada, sintetizadas en el siguiente cuadro:
Cuadro Nº 4
Indios
469 462 421 465 448 414 2.679
Blancos
1.276 845 1.254 839 746 716 5.676
Negros
198 79 253 83 182 168 963
Mulatos
1.603 987 1.552 1.005 943 915 7.005
Esclavos
Negros y
753 65 724 47 296 259 2.144
mulatos
108
de blanco y negro. Los zambos, de indio y negro. Los
negros de subdividían en una diversa diferente17.
17
Zambos prietos, producto de negra y zamba; cuarterones, de blanco y mulata; quinterones, de blanco
y cuarterona, y salto atrás, cuyo color es más oscuro que el de la madre, GIL FORTOUL, José.
Historia Constitucional de Venezuela. Caracas, edición Parra León Hermanos/ editorial Sur América,
1930, t. I, p. 68, 69.
109
Si planteamos la presencia de la cultura africana
en tierras de la jurisdicción de la villa de San
Carlos, tendríamos una baja influencia que apenas
alcanzaba el 5,3 por ciento. Más debe considerarse la
influencia negra a partir de todos los grupos étnicos
que tienen influencia negra como lo son los mulatos,
donde las estimaciones de Martí dan como resultado
54,8 por ciento.
18
VIRTUOSO, Francisco José. La crisis de la Catolicidad en los inicios republicanos de Venezuela,
UCAB, 2001.
110
Cuadro Nº 5
19
DAUXION LAVAYSSE, Jean Joseph. Viaje a las islas de Trinidad, Tobago, Margarita y a diversas
partes de Venezuela en la América Meridional. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1967, p.
233.
111
El documento más antiguo de esta tipología, data
de 1701, ubicado en la Oficina Principal de Registro
Subalterno del Estado Cojedes20. Según esta matrícula
hubo 45 pobladores principales, de los cuales dos
eran viudos y, los otros estaban casados, existiendo
41 hijos varones y 21 hembras, totalizaban 151
indígenas.
112
Gobernador de Caracas, Nicolás Eugenio de Ponte y
Hoyo daba aviso a Su Majestad el Rey de España que
para entonces se había practicado la mudanza de 12
familias de indios gayones, desde el cerrito de Santa
Rosa “al nuevo pueblo y misión de Cojede”.
Cuadro Nº 6
con el parecer de todo el Capítulo y consentimiento del obispo y gobernador, se sacaron del pueblo de
San Antonio de Araure, por ser muy populoso y por obviar las inquietudes y disensiones que con
dichas cuarenta familias tenían las demás de dicho pueblo”, Memorial del Prefecto P. Marcelino de
San Vicente en el que expone lo sucedido en la Misión de los Llanos, desde 1699 a 1701, haciendo
hincapié en los pueblos fundados y luego abandonados por los indios, 1701, documento publicado por
CARROCERA. Misión… Op. Cit., 1972, t. II, p. 18.
22
Contenido de los cinco libros llamados de Protocolo que forman parte del archivo misional de los
capuchinos de los Llanos, 1658-1754, documento publicado por CARROCERA. Ibid., t. III, p. 32.
113
Las cuarenta (40) familias que se citan en este
documento, debió ser información pasada antes de
realizar el censo referido anteriormente, ya que
corresponde en promedio. Pudiendo el misionero
realizar el informe antes de levantarse la matrícula
referida. En todo caso, es conveniente alertar que no
son otras, sino las mismas personas y que su
contabilización corresponde a una sola data.
23
“...la misión de San Diego de Cojede situado sobre el mismo río de su nombre (está) en la
jurisdicción de la Villa de San Carlos, distante ocho leguas de dicha villa. Compónese esta misión de
Cojede de más de novecientos indios de ambos sexos, de cuatro diferentes naciones, cuyos nombres
son: guáricos, achaguas, guaranaos y gayones, los cuales están repartidos en cuatro diferentes barrios,
correspondientes cada barrio a su nación. En esta dicha misión asiste hoy un solo religioso capuchino,
llamado Fray Buenaventura de Vélez”, Informe dado por el Prefecto P. Salvador de Cádiz, a
requerimiento del Gobernador de Venezuela, sobre el estado de la misión, pueblos a su cargo, entradas
realizadas, misioneros, su número y cuánto éstos han trabajado allí, 12 de septiembre de 1725,
documento publicado por CARROCERA. Ibid., T. II, pp. 121,122; y144.
114
Cuadro Nº 7
24
CARROCERA. Resumen Histórico de la Misión de los capuchinos…, Ibid., t., I, p. 146.
115
Cuadro Nº 8
116
El primero de marzo del año 1741, Fray Prudencio
de Braga25 levanta la matrícula de los indios
existentes en la misión y pueblo de nuestro Padre San
Francisco y San Diego de Cojede, donde refiere que
luego de revisar los libros existentes en esta misión
encontró 1.400 en el de bautismo; 735 en el de
difuntos y 275 en el de matrimonios.
Cuadro Nº 9
25
Fray Prudencio de Braga, documento copiado en la Biblioteca de Madrid, Sección Manuscritos Nº
3.561 por el Hno. Nectario María, en: Documentos históricos del estado Cojede (segunda versión). San
Carlos, Gobernación del Estado-Instituto de Cultura del Estado Cojedes-Archivo Histórico, 2000,
edición en CD.
117
Veintidós (22) familias guayquirí o guayquerí, con
ochenta y tres (83) personas. Gueres eran nueve (9)
familias con veintiocho (28) habitantes. Achaguas
eran ocho (8) familias con veintiocho (28) personas y
gayones totalizaban ciento treinta (130) familias con
quinientas ochenta y tres (583) personas.
Cuadro Nº 10
Sacramento Cantidad
Bautismos 1.110
Casamientos 406
Entierros 500
Fuente: Documentos publicados por Buenaventura de Carrocera,
Academia Nacional de la Historia. Caracas. Elaborado por:
Armando González Segovia.
26
“Informes oficiales, datos estadísticos y matrículas de diez pueblos misionales de los Llanos, dados
por los respectivos misioneros encargados de ellos”, julio-septiembre de 1745, documento publicado
por CARROCERA. Ibid., t. II, p. 367.
118
documental sobre las misiones, firmada por los
frailes que entonces había en la provincia.
119
que sirven de soldados para la
fuga de indios guamos, que son muy
frecuentes, pues al presente tengo
despachados soldados por tres
partes, por agua y por tierra, por
tres familias de indios guamos que
se huyeron en este mes pasado de
julio; son los dichos libres
treinta familias que componen
noventa almas, 90. Los gentiles
murieron este mes pasado por una
peste de catarro por las muchas
aguas; se bautizaron antes de
morir”27.
Cuadro Nº 11
27
Ibid., t. II, p. 368.
120
Hay en estos documentos –como se evidencia al
comparar en el mismo documento apenas líneas después–
que refiere en primer término la existencia de
cincuenta y ocho (58) familias con ciento treinta
almas, mientras que posteriormente establece cuarenta
(40) de indios guamos y treinta (30) de indios
libres, para un total de setenta familias, con cien
(100) y noventa (90) personas respectivamente, lo
cual promedia de dos coma siete (2,7) personas por
familia.
28
Véase cuadro sobre “Población de Cojede, en 1725”.
121
cumplieron estas normativas legales, y para efectos
de los informes reales se afirmaba que sí ocurría la
unión interétnica.
Cuadro 12
122
En el “Resumen Histórico”, de Carrocera29 se
presentan datos comparativos de diversas poblaciones,
en el cuadro 12, se observa que la población total de
los doce pueblos referidos entre 1745, 1748 y 1751,
entonces aumentó de setenta y nueve coma diez por
ciento (79,10%) y de ciento uno coma cero cuatro por
ciento (101,04%), respectivamente en la poblaciones
censadas; lo cual puede ser consecuencia de la
consolidación de los procesos sociales y sobre todo
económicos a mediados del siglo XVIII, donde se
robustecen las actividades de comercio tanto legal
como ilegal con la metrópoli, como se refleja en el
cuadro 12:
29
CARROCERA. Resumen Histórico de la Misión de los capuchinos…, Ibid., t., I, p. 164.
30
“...registran los documentos capuchinos del mismo periodo, que entre 1745 y 1751 la población
había registrado un incremento en la matrícula de población: 190 personas viven aquí en 1745, 494
poseía en 1748; y 637 llegó a censar en 1751. Para entonces, en apenas cincuenta años de fundación, el
cementerio albergaba cerca de 500 sepulturas de hombres, mujeres y niños que contribuyeron con su
esfuerzo a la consolidación de la cincuentenaria población española fundada por Fray Pedro de
Alcalá”, BOLÍVAR, Wilfredo. “Origen capuchino de la Misión de Cojede a orillas del río del mismo
nombre”, en: Boletín del Archivo Histórico del Estado Cojedes, N° 5, julio-diciembre de 2001, p. 51.
123
sistema agropecuario de la época, logrando la
“consolidación” del sistema explotador-misional.
124
acudían como parte de una obligación, son cualidades
de resaltar, ya que a pesar del tiempo transcurrido
imponiendo otras creencias, eran formas de
resistencia a la conquista y colonización. Tres años
después, se refiere que existen en esta misión mil
ciento noventa y ocho almas (1.198) de indios gayones
guamos y libres33.
Cuadro Nº 13
33
Estado de la misión de los llanos dado al rey por el Prefecto P. Fernando de Ardales, dando cuenta
de los religiosos misioneros y de la situación de los pueblos que entonces estaban al cuidado de los
Capuchinos en los Llanos, 29 de mayo de 1764, documento publicado por CARROCERA. Ibid., t. III,
p. 85.
125
Para 1770, se contabilizan treinta y un (31)
pueblos, de éstos existe información sobre ocho mil
cuatrocientos cincuenta y una personas (8.451), ya
que seis de los poblados no contienen datos sobre
población, promediando el total de habitantes que
para entonces estaban congregados en estos centros
coloniales, con mil pobladores, ya que falta la
información sobre el pueblo de Cabruta, además de
Caracas y Barquisimeto, consideradas como ciudades34.
34
Depósito Hidrográfico de Marina–Virreinato de Santa Fe, t. II, citado en: D. Angel
ALTOLAGUIRRE Y DUVALE: Relaciones Geográficas de la Gobernación de Venezuela 1767-1768.
Caracas, ediciones de la Presidencia de la República, 1954, p. 240 y Baltasar de Lodares: Los
Franciscanos Capuchinos en Venezuela, 1929, p. 303.
35
Estado de las misiones Capuchinas en 1770 y Depósito Hidrográfico de Marina.– Virreinato de
Santa Fe, t. II, citado en: D. ANGEL ALTOLAGUIRRE Y DUVALE: Ibid., 1954, pp. 228 y 240.
Lodares: Op. cit., 1929. p. 295.
36
Estado de la misión dado al rey por el Prefecto P. Andrés de Grazalema, en que anota los religiosos
misioneros y los pueblos fundados y actualmente al cuidado de los mismos, 6 de junio de 1774,
documento publicado por CARROCERA. Ibid., t. III, p. 212.
126
El pueblo de Cojede, al estar ubicado en un punto
estratégico, como lo es el río Cojede, que es el
mismo Barquisimeto que toma este nombre a partir de
la confluencia con el Buría. Por el Cojede se llega
al río Portuguesa, el cual desemboca en el Orinoco.
Esta red fluvial servía entonces de vía de
comunicación permitía la fluidez de relaciones
sociales y comerciales desde las provincias de
Barcelona, Cumaná, hasta la de Caracas o Venezuela
por la Villa de San Carlos y la ciudad de
Barquisimeto. Las actuaciones registradas por el
Prefecto capuchino Gregorio de Benaocáz, en un
informe que relata la convivencia en esta población
de mil trescientos doce (1.312) habitantes, es cifra
considerable cuando se la compara con las
cuatrocientos seis (406) almas que vivían en San
Rafael de Onoto y los ciento ochenta y un (181)
habitantes que poblaban Santa Clara de Caramacate37.
37
CARROCERA. Ibid., t. I., p. 220; Wilfredo Bolívar: Op. cit., 2001, p. 53.
38
ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE CARACAS: Sección Matrículas Parroquiales. En la
catalogación actual: Sección Matrículas Parroquiales. 16 M, citado por SOTO, Carmen Alida y María
Luisa de WEISHAAR: Guía del Archivo Arquidiocesano de Caracas. Caracas, Fundación Polar, 1996.
39
Caracas: ANH, Col. Fuentes para la Historia Colonial, Vol, 100, 1989.
127
tienen 33 matrículas que posibilitan el estudio de la
dinámica de castas o grupos sociales en la localidad
de Cojede. A excepción de la de 1813, 1825, 1826,
1827 y 1828 que variaron el formato de presentación,
las Matrículas recogen la misma información respecto
a la cantidad de blancos, indios, pardos, negros
libres y esclavos existentes en el pueblo.
40
OFICINA SUBALTERNA DE REGISTRO PRINCIPAL DEL ESTADO COJEDES. Protocolos de
San Carlos, 1769, libro 2º, parte 2º, folios 28-31.
128
sumado a los negros libres alcanza el quince punto
seis por ciento (15,6%), que corresponde a la época
del cultivo de tabaco y del añil, cuando debieron
residenciarlos allí para luego ser distribuidos en
las poblaciones y/o plantaciones cercanas, dos años
después se evidencia una súbita baja en esta
población para alcanzar el año 1802 el diez punto
nueve por ciento (10.9%) de la población.
129
hasta 1824, a partir del año siguiente no hay datos
hasta el año 1828 y desde 1829 expresan el 2,9; 3;
2,3; 1,9; 3,6; 4,3 y 4,1, respectivamente hasta 1838.
130
ciento en 1779 a 27,3 por ciento veinte años después.
Para 1801 llegó al 30 %, descendiendo al año
siguiente hasta el 25,2, siendo los índices
consecutivos: 27,7; 28,1; 27,4; 29,5; 29,3; 28,7 y
30,5 por ciento en 1809. Desde 1812 hasta 1819 se
mantiene en un promedio del 40 por ciento: 41 (1812);
34,6; 40,9; 41; 40,6; 39,8 en 1819. Desde 1820 al 24
refleja los promedios de: 33,6; 31,6; 30,9; 29,9 por
ciento en 1824. Los índices demográficos no se
afectaron por la epidemia de cólera reportada41.
41
GONZÁLEZ SEGOVIA, Armando José. La Misión de Cojedes (Municipio Anzoátegui). I Simposio
de Historia de la Iglesia en el Estado Cojedes, 30 de octubre al 1 de noviembre de 1997; en: Boletín del
Centro de Investigaciones de Historia Eclesiástica Venezolana, año 10, Nº 19, enero diciembre, 1998,
pp. 102.
131
Cuadro Nº 14
132
consideraron solamente las variables estudiadas porque las morfología existente no posibilitaba hacer
una seriación con por la diferencia entre ellas (véase p. 106, 107 de esta investigación).
133
mantenerse estable hasta 1838, cuando llegó a 12,79
por ciento.
134
cuando se reportan 16,39 y 17,99 por ciento
respectivamente.
Cuadro Nº 15
135
La relación entre hombre y mujeres casadas es
equivalente solamente en siete años: 1779, 1801,
1812, 1816, 1817, 1818 y 1838, lo cual corresponde a
años de relativa calma social. Como se percibe en el
siguiente cuadro anterior. Para los años 1802, 1803,
1804, 1808, 1809, 1811, 1813, aparecen una mayor
proporción de mujeres casadas, en diferencia de 6,
35, 2, 25, 123, 419 y 446 respectivamente. La
diferencia hasta 1809, debió ser por encontrarse
fuera, en labores de campo, luego hacia 1811 y 1813,
debido al incio de la gesta de independencia,
correspondiendo el más alto índice por el terror a la
Guerra a Muerte declarada por Bolívar.
136
CAPITULO V
138
En el Libro Común de los años 1529 a 1538 se
hacen referencias a los flujos de caja para la época
del viaje de Federman4. Consultamos, asimismo, el
Juicio de Residencia a Nicolás Federman, realizado en
15385, comparando los materiales estudiados a través
de la crítica histórica.
4
ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. El Primer Libro de la Hacienda Pública en
Venezuela, 1529-1538. Caracas, Economía y Finanzas de Venezuela, 8, 1984.
5
AUDIENCIA REAL: Juicio de Residencia que tomó el doctor Antonio Navarro por Comisión de la
Audiencia Española a Nicolás Ferderman teniente de Jorge Espira, y Notificación que hicieron de estos
autos al dicho Jorge Espira y el cabildo; en: ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. Juicios de
Residencia en la Provincia de Venezuela, I Los Welser, Caracas, A.N.H. El Juicio a Federman se halla
en las páginas 172-213, 1977.
6
FEDERMAN, Nicolás. Op. cit, 1962, p. 195.
139
El sitio referido debe situarse en los cerros al
pie de monte, entre la montaña de El Altar hasta
donde está San Rafael de Onoto y Apartadero. Luego
llegó a la llanura y acampó con su tropa “en una
altura desde la cual se podía ver la sabana y a los
hombres que enviase”. No especifica la orilla del río
en la que se hallaba, ni otro indicio de posible
ubicación geográfica, lo que hace difícil determinar
el lugar donde se encontraba.
7
Ibid., p. 196.
140
la fumicomunicación”, como lo señaló Francisco
Tamayo8.
8
TAMAYO, Francisco. El Color de la Tierra. Caracas, Ediciones del Congreso de la República, 1987,
p. 39.
9
FEDERMAN, Nicolás. Op. cit, 1962, p. 197.
10
“...Además, el pueblo estaba situado en la montaña y en un lugar donde se podía utilizar caballos, y
no teníamos bastante fuerza para atacar a los naturales o indios en el pueblo o aldea, sin contar con la
ayuda de aquellos. Pues uno de a caballo, allí donde era posible usarlo, hace más (daño) entre ellos y
les inspira más miedo que cincuenta de a pie”, Ibid.
141
aborígenes “podían ser fácilmente cazados por los
jinetes” europeos, según testifica el mismo
conquistador.
11
Diario y Cartas de Felipe de Hutten en: Descubrimiento y Conquista… Op. Cit., 1962, pp. 339-402.
12
Ibid., p. 355.
13
Ibid., p. 356.
142
para que se recuperaran y después siguiesen porque
había perdido mucho tiempo llevándolos consigo14.
14
“El día 9 entramos en un pueblo ITHIBONA; allí el gobernador decidió dejar atrás a los cristianos
enfermos para que se recuperaran y luego le siguiesen pues hasta ese momento había perdido mucho
tiempo por llevarlos consigo; por lo tanto dejó allí a 150 cristianos y 19 caballos, ya que en aquellos
alrededores había muchos pueblos y alimentos; dejó con ellos como capitanes a SAMO DE MARTHA
y a Mister ANDREA, y también a su prefecto preso provisto de grillos. Ordenó a los mencionados
capitanes que se le uniesen con los cristianos que dejaba, tan pronto como fuera posible; pero ellos no
cumplieron con esta orden, por lo cual perdimos todo el fruto de nuestra larga y penosa expedición.
Con los demás, o sea, 150 hombres a pie y de 49 de a caballo, el gobernador salió de ITHIBONA”,
Ibid., p. 357.
143
había citado como antecedente la visita de Federman,
obviando la presencia de Hutten en 1536.
15
ARCHIVO DE INDIAS DE SEVILLA, sección Patronato, estante 144, caja 1, legajo 17, año 1552;
de este documento se halla una copia en la Academia Nacional de la Historia y fue publicado por
VILLEGAS, Juan de. Las doce tablas de Barquisimeto/ Texto de las encomiendas repartidas en
Barquisimeto en el año de su fundación por el propio fundador don Juan de Villegas; en: Gabaldón
Márquez, Joaquín (1954). Fuero Indígena Venezolano (Parte I: 1552-1781). Caracas, Ministerio de
Justicia, 1954, pp. 45-96.
144
cuatro “vidas” sucesivas. Entre las encomiendas que
lindan con el río Cojedes, se encuentran:
16
Ibid., p. 54.
17
Ibid., p. 60.
18
Ibid., p. 65, 66.
19
Ibid., p. 66, 67.
20
Ibid., p. 67.
145
6. Pero (Pedro) Fernández: “... en los llanos el
prencipal caguaretedi hijo del prencipal
bargadoto cerca de cohede con sus sujetos”21.
21
Ibid., p. 72.
22
Ibid.
23
Ibid., p. 86.
24
PEDREÁÑEZ TREJO, Héctor. Op. cit., 1982, p. 35, 36.
146
Rodulfo Cortés25, donde no está inserto el documento
completo de reparto de las encomiendas de
Barquisimeto, éste se encuentra íntegro en las “Doce
tablas de Barquisimeto”, aquí citada.
2. Economía y Comercio
25
RODULFO CORTÉS, Santos. Antología Documental de Venezuela 1492-1900. Caracas, Editorial
Pregón, tercera edición, 1971.
26
IZARD, Miguel. “La agricultura venezolana en la época de transición 1777-1830”, en: Boletín
Histórico. Caracas, Fundación John Boulton, Nº 28, enero, 1972, pp. 81-145. También refiere este
hecho CENDES. Formación Histórico Social de Venezuela. Caracas, CENDES, 1993. pp. 59-67, 74.
GONZÁLEZ SEGOVIA, Armando y Eloisa FUENTES. Apuntes a la periodificación en la historia de
Cojedes. San Carlos, Boletín del Archivo Histórico del Estado Cojedes, Nº 2, enero-marzo, 1995, p.
54.
27
“En las haciendas, además de los frutos exportables, se producían alimentos para comercializarlos,
pero esencialmente para el alimento de los propietarios y los esclavos…”, Ibid. p. 103.
147
La primera permitía las condiciones mínimas de
vida, era fundamentalmente autárquica y los artículos
que no se podían producir en una zona eran adquiridos
a través del mercado interno. Las técnicas de
producción tradicionales, fundamentándose en el
“conuco” indígena o mestizo28.
28
“La agricultura de subsistencias, generalmente en manos de los indígenas y mestizos para su
autoconsumo, era sumamente atrasada y tashumante, como lo fue antes de la conquista y lo sigue
siendo en la actualidad…”, Ibid. p. 102.
29
“Obviamente la agricultura de exportación estaba más tecnificada e incluso en algunas haciendas
mecanizada…”, Ibid.
30
ARCILA FARÍAS., Eduardo. Historia de un Monopolio el Estanco del Tabaco en Venezuela 1779-
1833. Caracas, Universidad Central de Venezuela- Facultad de Humanidades y Educación. 1977. 367
p.
148
través de las siembras y trojes de comunidad como
forma de producción colectiva autárquica, unida a la
producción en gran escala a favor de la Iglesia y el
Estado metropolitano.
31
MEDINA RUBIO, Arístides. “La Sociedad Colonial” en: Nueva Historia de Venezuela. Caracas,
Grupo Editorial Venelibros, 2001, t. I, p. 126.
149
positivismo. Escasas son las investigaciones desde la
óptica económica y social32, constituyen excepciones
los trabajos de Arturo Cardozo33, Luis Ugalde34 y
Marcos Andrade Jaramillo35.
32
“Las misiones fueron establecimientos económicos muy importantes, y si bien su papel en el
desarrollo económico no se ha estudiado aún, nadie duda que gozaron de grandes ventajas en el cuadro
de un sistema lleno de restricciones, lo que seguramente les permitió facilidades competitivas con otras
explotaciones, aún de las mismas regiones”, Ibid, p. 127.
33
CARDOZO, Arturo. El proceso histórico de Venezuela. Caracas, Ediciones del autor, 1986, t. I, pp.
283-296.
34
UGALDE, Luis. Mentalidad económica y proyectos de colonización en Guayana en los siglos XVIII
y XIX/ El caso de la Compañía Manoa en el Delta del Orinoco. Caracas, Academia de Ciencias
económicas y sociales, Serie Tesis 8-I y II, 1992, 2 t.s. Los aspectos que, para efectos de esta
investigación interesan se encuentran en el t. I; este tesis doctoral, una de las obras donde se evidencia
la influencia de Federico Brito Figueroa; la misma proporciona un método de estudio para la
comprensión del problema de los pueblos de misión desde los aspectos económicos y sociales, no se
queda en recuentos de hechos exaltando –y en muchas ocasiones exagerando– la labor de los
misioneros, como la mayoría de los trabajos leídos, sino que vierte una aproximación al problema
social, económico, político además de la evidente obra catequizadora.
35
ANDRADE JARAMILLO, Marcos Ramón. El régimen de la tenencia de la tierra en Upata. Caracas,
Academia Nacional de la Historia, colección Estudios, Monografías y Ensayos, Nº 159, 1993, pp.186.
Dedica parte de su trabajo al estudio y comprensión de las villas, tanto en Europa como en Venezuela,
diferenciando por dos tipos de villas: de misión y gobierno.
36
CARROCERA, Fray Buenaventura de. Misión de los capuchinos en los Llanos de Caracas. Caracas,
Academia Nacional de la Historia, 1972, t. III, p. 61.
150
uniforme consentimiento” que para beneficio de los
indígenas convenía “que se plantasen algunas
haciendas de cacao” o que se “hicieran conucos de
maíz” y que con los frutos de la cosecha “se
solicitaran yeguas de vientre, cuyas haciendas estén
en nombre de los Padres que los gobiernan...”37.
37
Cédula del Gobernador de Venezuela por lo que autorizan en los pueblos misionales haciendas de
cacao y conucos de maíz, pero quedando en la propiedad de los indios, aunque debían ser
administrados por los misioneros capuchinos, fechada el 5 de agosto de 1702. Ibid. 1972, t. II, p. 32.
38
Cédula del gobernador del 5 de agosto de 1702. Ibid.
151
años” los cuales “pasan a los holandeses, unos en
zurrones y otros en pelo”, mientras que el algodón se
produce poco39.
39
OLAVARRIAGA, Pedro José de. Instrucción General y Particular del Estado Presente de la
Provincia de Venezuela en los años 1720 y 1721. Caracas, Col. Fuentes para la Historia Colonial de
Venezuela, 76, ANH. 1965. p. 263.
40
Ibid. p. 262, 279.
152
aunque las corrientes del río arrasan las cosechas
casi todos los años.
41
Noticias del estado que han tenido y tienen estas misiones de Capuchinos en la Provincia de Caracas
desde el año de 1658…, fechada en 1745; en: RIONEGRO, Fray Froilán de. Op. cit. 1918. t. 2, p. 326,
327.
42
Informes oficiales, datos estadísticos y matrículas de diez pueblos de misión de los Llanos, dados
por los respectivos misioneros encargados de ellos, 1745. Documento publicado por CARROCERA,
Fray Buenaventura de. Op. cit. 1972, t. II, p. 366.
153
En 1764, la descripción de Joseph Luis de
Cisneros refiere que los frutos de El Pao son hatos
de ganado mayor, yeguas, mulas, quesos, estos ganados
los “conducen a los Valles de la Costa del Mar”,
mientras que el consumo de víveres es cercano a los
cuatro o cinco mil pesos anuales43. De los frutos de
San Carlos refiere hatos de ganado vacuno, cuyos
dueños llegan a tener treinta y cuarenta mil cabezas,
muchos desconocen cuantos tienen, quesos de diez o
veinticinco arrobas; también se producen en
abundancia mulas que sirven para transportar los
frutos a Caracas, Puerto Cabello, San Felipe, Coro
porque “tienen comercio con toda la Provincia”44.
Para 1770, en la población de Cojede “abundan los
comestibles y demás cosas preciosas para las santas
campañas”45, sin precisar cuales de son esos
“abundantes comestibles” ni menos aun las cantidades.
43
CISNEROS, Joseph Luis de. Descripción Exacta de la Provincia de Venezuela. Caracas, Col.
Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 149. ANH. 1981. p.p. 144-145.
44
Ibid. p.p. 148-151.
45
P. Félix Cortés. Estado de la misión enviado al rey, 1 de junio de 1770, publicado por
CARROCERA. Op. cit. 1972. t. III. p. 155.
154
sin nadie solicitase cuentas. Esta es una muestra
evidente del proceso de comprensión de las fuentes
para establecer una aproximación un hecho histórico,
donde hasta el silencio de los documentos es
susceptible de ser “leído” e interpretado46.
46
BLOCH, Marc. Los reyes taumaturgos. México, Fondo de Cultura Económica, 1993, p. 42.
47
MARTÍ, Mariano, en: Documentos históricos del estado Cojedes (segunda versión). San Carlos,
Gobernación del Estado-Instituto de Cultura del Estado Cojedes-Archivo Histórico, 2000, edición en
CD.
155
“maís, yuca, plátanos, arroz, algodón, y algunas
legumbres”. En San Joseph de Mapuey “maís, yuca,
batata, caña dulce, y tienen los indios sus matas de
caña dulce, y tienen trapiches de mano. Produce
algodón, tabaco cacao, pues no faltan algunos
arbolitos, frixoles”, también ganado vacuno, mulas y
caballos.
48
Véase también: GUILLERMO, Eloy. Historia Estadística de Cojedes (desde 1771). Decretada por el
Gobierno del Estado en la conmemoración del centenario de Venezuela. Caracas. Tipografía
Americana, 1911, p. 81.
156
Otros testimonios documentan la producción
ganadera. Una vecina del pueblo de nombre María de la
Candelaria Becerra refiere en el testamento fechado
el 31 de marzo de 1769, que Martín Benavente y
Bernardo Carpio, ambos vecinos de Cojede, le deben
una yegua cada uno, mientras Fray Antonio Xaeen,
Presidente de esa misión, cuatro mulas49. Es decir,
la cría de mulas, yeguas y caballos, era común en
estas tierras.
49
“Yttn. Declaro qe. Martín Venavente vecino de dho. Cobjede me debe una yegua mansa y Bernardo
el Carpio vecino de dho. Cobjede me deve otra yegua (...) Yttn. Declaro qe. el dho mi marido le dio en
su vida al dho Rdo. P. Fray Antonio Xaeen, Pressidente de dha. Misión de Cobjede, cuatro vestias
mulares: dos por su funeral, entierro y sepultura y otras dos p r. el funeral y sepultura mía y el ávito con
qe. me he de enterrar...”, OFICINA SUBALTERNA DE REGISTRO PRINCIPAL DEL ESTADO
COJEDES. Protocolos de San Carlos, 1769, libro 2º, parte 2º, folios 28-31.
50
“Los Achaguas tenemos en el pueblo de San Diego de Cojede, jurisdicción de la villa de San Carlos;
es el mayor pueblo de las misiones; hay en el gayones también guáricos y guaranaos, que no se han
querido aparatar los unos de los otros y están muy conformes…”, Relación de los progresos de las
misiones de capuchinos de la provincia de Caracas, enviada por el P. Marcelino de San Vicente, 12 de
abril de 1725, publicado por CARROCERA. Op. cit. 1972. t. II. p. 105.
157
rendir cuentas, es decir a menor información, más
desconocimiento sobre el estado real de los ingresos
y egresos.
Cuadro Nº 16
Exportación Consumo
158
La producción de ganado mayor era importante en
la jurisdicción de San Carlos, en 1768 se estimaba
una producción en El Pao era de catorce mil (14.000)
reses, cuatro mil (4.000) caballos, dieciséis mil
(16.000) yeguas, quinientas (500) mulas, mil (1.000)
burros51.
51
Villa de San Juan Bautista del Pao, en: ALTOLAGUIRRE Y DUVALE, D. Ángel de. Relaciones
Geográficas de la Gobernación de Venezuela. Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República.
1954. p. 52.
52
Ibid. p.p. 62, 70, 74, 78, 81, 149, 153, 162, 186, 197, 211, 213, 217.
53
Ibid. p. 125.
159
del siglo XVII, manteniendo una relación comercial
sólida con los pueblos de la costa54.
54
“En los llanos la ganadería se transformó en un elemento fundamental de producción, favorecida por
las condiciones del medio geográfico y el desarrollo sociocultural de los pobladores indígenas de
aquellas regiones, cuyas actividades de recolección facilitaron la formación de una economía ganadera
primitiva de base pastoril-recolectora. En la segunda mitad del siglo XVII el comercio de ganado
mayor, cueros y sebo definía la vida social de villas y pueblos como San Carlos, y sus habitantes
luchaban porque no se entorpeciera el intercambio que se mantenía con las poblaciones de la costa y
valles centrales del territorio venezolano”, BRITO FIGUEROA, Federico. Historia Económica y
Social de Venezuela. Caracas, Universidad Central de Venezuela/ Ediciones de la Biblioteca. 2000. t.
I. p. 70.
55
GONZÁLEZ SEGOVIA, Armando. ¿Cuándo se estableció San Carlos de Austria?. Boletín del
Archivo Histórico del Estado Cojedes, Nº 6. San Carlos, enero-junio, 2002, pp. 77-85.
56
IZARD, Miguel. “Ya era hora de emprender la lucha para que en el ancho feudo de la violencia
reinase algún día la justicia”. Barcelona-España, Boletín Americanista, año XXVI, Nº 34. 1984, p. 77.
160
Cuadro Nº 17
161
Para 1791, se estima que en la jurisdicción de
San Carlos “...existían alrededor de mil seiscientos
criadores, los cuales disponían para su uso de mil
setecientos hierros...”57, donde los pobladores de la
villa poseían dos o tres hatos con crecido número de
animales. Se contabilizan 199 criadores en este censo
con un total de 93.204 animales de cría58, mientras
que El Pao en 19 hatos contabilizaba 49.550
animales59. Se conformaba así un bloque pecuario
integrado por “...San Sebastián de los Reyes,
Valencia, Guanaguanare, San Carlos, Araure, Ospino, y
llegan a los llanos con los criadores, igualmente el
ganado procedente de Barinas, Calabozo y la Villa de
San Jaime”60.
57
PINTO C., Manuel. (Comp.). Un Censo Ganadero en 1771, Contribución a la Historia de la
Ganadería en Venezuela. Caracas, Edic. Presidencia de la República, 1980, p. 33.
58
Ibid. p.p. 57-62.
59
Ibid. p. 48.
60
RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina C. La formación de latifundio ganadero en los llanos de Apure:
1750-1800. Caracas, Academia Nacional de la Historia, Colección Fuentes para la Historia Colonial de
Venezuela. 222. 1987. p. 66.
61
CARROCERA, Fray Buenaventura de. Op. cit. 1972, t. III, p. 61.
162
fanegas de maíz, con un valor aproximado de doce
pesos, a lo cual hay que agregar gastos en
“vestuario, herramientas de hachas, tacises,
calabozos, etc.”, para cortar madera y fabricar las
casas y hacer los sembradíos62. Al aplicar estos
calculos en Cojede, se obtienen los resultados
expuestos en el siguiente cuadro:
Cuadro Nº 18
62
Noticias del estado que han tenido y tienen estas misiones de Capuchinos en la Provincia de Caracas
desde el año de 1658…, fechada en 1745; en: RIONEGRO. Op. cit. 1918. t. 2, p. 253.
163
En el siglo XVIII se invirtió un promedio de
433.444,80 pesos en alimentación de la población de
Cojede, fuera de lo necesario para herramientas de
trabajo y vestuarios. Observándose que hasta mediados
del siglos era oscilante la inversión, en proporción
a los habitantes, cuyos índices cambiaban por ser
ésta la misión desde donde partían las “expediciones”
o “jornadas”.
Cuadro Nº 19
164
Para las dos primeras décadas del siglo XIX, se
denota un incremento en la población, y por
consiguiente un aumento en los costes de alimentación
de ésta, para entonces ya cosolidada, a pesar de la
crisis política que vivía la provincia, se incrementó
hasta 1.266.564,60 pesos el valor de la manutención
de la población que residía en Cojede, para entonces
las “entradas o jornadas” habían disminuido pero se
había consolidado la explotación de añil y tabaco, la
cual requería mayor mano de obra. En los ciento
veinte años de estudio de la misión (1700-1820), se
invirtió un total de un millón setecientos mil nueve
pesos con cuarenta centavos (1.700.009,40), solamente
en gastos de ganado y maiz.
165
explotación o comercio exterior. Debe cuidarse la
preparación de la tierra63, realizando los deshierbes
y protegiéndolos de los animales que le afecten64
hasta su maduración.
166
fermentación al sol y bajo hojas verdes, con pesos
que aumente la compresión”.
Cuadro Nº 20
167
todas las etapas del ciclo productivo, desde la
preparación del suelo, la siembra, cosecha y
comercialización o distribución en el mercado.
66
Véase: ARCILA FARÍAS, Eduardo. Op. cit.
168
teniente visitador del resguardo Don Juan Francisco
Echenagucia.
67
A.G.N. Renta del Tabaco, T. LXXXV, fol. 85.
169
A fines de 1814 Dionisio Franco, Gobernador
Militar Real, “dio instrucciones a los
Administradores de tabaco de Barquisimeto, el Tocuyo
y Carora para que remitieren a la Villa de San Carlos
todos los productos sobrantes con el objeto de
socorrer las tropas que se habían establecido en
aquel punto”.
68
A.G.N. Carta al Intendente General. Caracas. 16 de febrero 1821. Gran Colombia, T LXXX, fol. 16.
GONZÁLEZ SEGOVIA, Armando. Op. Cit.
170
Cojede –donde hoy está la población de Apartadero, en
la vía hacia el caserío Aroita–, en terrenos de la
posesión de la familia García, se ubica un tanque que
sirvió para el procesamiento del añil. El añil es una
graminea que fue de gran importancia en el comercio
de finales del siglo XVIII y principios del XIX, era
utilizada para hacer pinturas para teñir telas, a las
cuales daba un color azul o azulado.
171
más arriba retardaría los pimpollos del segundo corte
e impediría su crecimiento completamente”. Del añil
lo aprovechable es la hoja, la cual contiene tintes
colorantes que se deben extraer por fermentación,
siendo necesario escoger la época hay mayor cantidad,
cuando están floreciendo, ya que después produce poco
tinte de añil69.
69
“Ordinariamente se empieza a cortar cuando aparecen las primeras flores. Se corta por segunda vez a
los 45 o 55 días, seguida de otra, o más hasta que la planta degenera; es decir, en las tierras buenas el
fin del segundo año, en las mediocres al fin del primero. La planta después de cortada debe llevarse
inmediatamente a los tanques para la fabricación del añil. La primera fermentación se hace
ordinariamente entre cinco y doce horas a los sumo, y al cabo de otras 18 se pasa al segundo tanque en
donde se bate de 6 a 8 horas, y entonces se deja asentar cerca de 20. En seguida hacen salir el agua
quedando en el fondo el añil que sacan y lo ponen en coladores de lienzo por cierto tiempo. Después lo
pasan a los asoleadores, que son unas tablas largas con pequeños bordes y en ellas se hace la disección
al aire, impidiendo que se moje o se serene”, CODAZZI, Agustín. Obras Escogidas. Caracas, ediciones
del Ministerio de Educación, 1960, vol. I, pp. 150, 151.
70
“Las superiores desaguan el líquido en las baterías, entre las que está colocado el molino de agua. El
árbol de la rueda grande atraviesa las dos baterías y está provisto de paletas de largo mango, propias de
la batición. De un asentador espacioso la fécula colorante se lleva a los secadores (oficinas para secar
el añil) donde se la extiende en tablas de brasilete que por medio de ruedecillas pueden ser colocadas
bajo techo, al sobrevenir inopinadamente la lluvia. Inclinados muy bajos como son estos techos, dan de
lejos a los secadores el aspecto de invernadero”, HUMBOLDT, Alejandro. Viaje a las regiones
equinocciales del Nuevo Continente. Caracas. Monte Ávila Editores, 1985, t. III, pp. 51, 69, 83, 88, 89,
90, 136, 274.
172
En los lugares donde no existían máquinas para el
procesamiento mecánico del añil, como el descrito por
Humboldt, era tranformado por el trabajo de los
esclavos o indígenas, quienes eran “sumergidos hasta
la cintura en aquellos tanques llenos de agua, o
lejía que además de su frialdad tiene el mismo de los
tintes, que no puede ser provechoso para la salud”,
como describió Juan Agustín De la Torre a finales del
siglo XVIII71. Allí debieron haber perecido bajo la
mirada inclemente del caporal del hato o hacienda
muchos esclavos y aborígenes.
71
DE LA TORRE, Dr. Juan Agustín. “Discurso económico: amor a las letras con relación a la
agricultura y el comercio” en: Revista de historia. Caracas, año III, Nº 12, julio de 1962, pp. 96.
72
“La sustitución del prusiato de hierro al añil en la tinta de las lanas amenaza con que se diminuirá su
consumo en un 70%; y nuestros cosecheros una y otra vez han desacreditado el nuestro mezclándolo
con algodón”, REVENGA, José Rafael. Informe del 5 de mayo de 1829 al Presidente del Consejo de
Ministros, en: La hacienda pública en Venezuela 1828-1830, Misión de José Rafael Revenga como
173
Esta producción representa el auge comercial de
la jurisdicción de la Villa de San Carlos de Austria,
con los pueblos de la costa “bajan a puertos con sus
frutos de ganado en pie, carne salada, sebo, manteca,
quesos y cueros, de donde llevan de retorno lo que
han de menester para sus casas o para vender” 73, los
cuales pasaban a la costa y valles de Barquisimeto,
mientras que los “cueros pasan a los holandeses unos
en zurrones y otros en pelo”74.
Ministro de Hacienda. Caracas, Academia Nacional de la Historia, Col. Economía y Finanzas, 6, 1984.
p. 98.
73
OLAVARRIAGA, Pedro José de. Op. cit. 1965.
74
CISNEROS, Joseph Luis de. Op. cit. 1981.
174
rector y exector” de la Villa de San Carlos de
Austria, El Pao y pueblos y lugares de ese partido a
Don Luis Vindiboxel, vecino de Valencia. Incluso,
para 1822, todavía existían en San Carlos una
Administración Subalterna y una Ronda Montada del
Estanco del Tabaco, ese año le fue entregada a la
Administración General de Caracas 18.591 pesos y al
año siguiente 14.423 pesos75.
75
AGN. Intendencia de Ejército y Real Hacienda. 1782, XX, fol. 232, 235.
76
MIJARES, Augusto. Documentos Relativos a la Insurrección de Juan Francisco León. Caracas,
Instituto Panamericano de Geografía e Historia, 1949; y CASTILLO LARA, Lucas Guillermo. La
Aventura Fundacional de los Isleños. Panaquire y Juan Francisco León. Caracas, Fuentes para la
Historia Colonial de Venezuela. 1983.
77
GONZÁLEZ SEGOVIA, Armando. “Hechos locales y su proyección proceso histórico general”. III
Seminario Nacional en historia de la educación y la pedagogía. Barquisimeto (Venezuela), los días 04,
05, y 06 de Noviembre de 2004.
175
El régimen de libre comercio se inició hacia 1765
en Nueva España con las Islas de Cuba, Santo Domingo,
Puerto Rico, Trinidad y Margarita, luego extendido
hacia Nueva Granada y Perú y Bueno Aires. A partir de
1792 se facultó a los barcos que zarparan de España
con destino a Veracruz para que pudieran, a su
regreso, hacer escala en Venezuela llevando harina y
otros productos, así como los que adquiriesen por la
venta del cacao y al año siguiente “se había servido
declarar libre comercio de Caracas con Nueva España,
que hasta ahora ha sido exclusivo de los vecinos y
comerciantes de aquella provincia”, según Real Cédula
de 9 de junio de 179378. Por este motivo un Obispo
reformista como Mariano Martí solicita la libertad de
comercio alegando que en “esta provincia no puede
menos excitado de los mismos feligreses y por el
impulso propio dirigido al bien espiritual y temporal
de ellos”, por lo que solicita a Su Majestad que
considere la opción del libre comercio79.
78
ARCILA FARÍAS, Eduardo. El Siglo Ilustrado en América. Caracas, Ediciones del Ministerio de
Educación. 1955, pp. 99-107. LUCENA SALMORAL, Manuel. El Comercio a fines del período
español: mercados, comerciantes e instrumentos de cambio. Caracas, Universidad Santa María,
Lecciones Magistrales de Doctorado, 4, 1984.
79
“Para que estas calamidades tengan remedio en cuanto depende de la industria y aplicación de las
humanas, considera el Obispo muy oportuno el comercio libre entre los vasallos de Vuestra Majestad,
bajo las reglas y disposiciones de vuestra Soberanía, entonces fomentándose mutuamente la
Agricultura y el Comercio, que son ramos conocidos por más útiles para la prosperidad de los pueblos,
podrán repararse las miserias de esta Diócesis y lograrán sus habitantes los alivios que el paternal amor
176
Considera Martí que el secreto de la prosperidad
de la agricultura y la riqueza de los pueblos es la
libertad de comercio que permite “reparar la miseria”
en que vive la Diócesis a su cargo. Un avezado
observador como Martí, percibía el cambio que a nivel
mundial se gestaba con la revolución industrial
británica, donde la tecnificación daba al traste con
la producción tradicional o preindustrial, sufriendo
un cambio social fundamental y donde las clases
medias se encontraban fuertemente mentalizadas hacia
la comercialización. Estaba claro a 30 años del
inicio de la revolución industrial que la
experiencia, tradición, sabiduría y moralidad
preindustriales no proporcionaban una guía adecuada
para el tipo de comportamiento idóneo de una economía
capitalista80.
de Vuestra Majestad ha procurado siempre en su feliz y glorioso Reino dispensar a todos sus vasallos
de España y América”, Gestiones del Obispo Mariano Martí para obtener libre comercio, 4 de marzo
de 1779, en: Catálogo de la Donación Villanueva a la Academia Nacional de la Historia (segunda
parte). Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1968, pp. 131-133.
80
HOBSBABWM, Eric. J. Industria e Imperio. Historia de la Gran Bretaña desde 1750 hasta nuestros
días. Barcelona, España, Editorial Crítica. 1999, p. 79.
177
Filipinas después. La existencia del monopolio
comercial generó una contradicción entre los
terratenientes, que eran los productores y estaban
sometidos a diversas restricciones económicas y los
comerciantes quienes servían de enlace a través de la
metrópoli con el mercado mundial. Esto promovió el
contrabando, especialmente el holandés, así como las
rebeliones de los terratenientes.
178
colonias, siendo consejero del Rey Carlos III José
Campillo y Cosío.
179
cabildo de San Carlos y Guanare, donde fueron
igualmente aprobadas81.
81
OFICINA PRINCIPAL DE REGISTRO SUBALTERNO DEL ESTADO COJEDES. Documento
fechado el 6 de septiembre de 1732, s/f.
82
OFICINA PRINCIPAL DE REGISTRO SUBALTERNO DEL ESTADO COJEDES. Documento
fechado el 16 de septiembre de 1733, s/f.
180
proporcionaba. En 1746 pasaron más de cincuenta mil
pesos en géneros y víveres por la vía de los llanos
hasta San Carlos. El contrabando era trasladado por
los misioneros hasta la región del Yaracuy, de allí
pasaba a los distintos puertos como Morón, Tucacas y
Puerto Cabello. Luego era distribuido hasta Curazao,
Holanda o para Santa Fe de Bogotá.
83
AIZPURUA, Ramón. Curazao y la Costa de Caracas, Introducción al Estudio de Contrabando en
Tiempos de la Compañía Guipuzcoana, 1730-1780. Caracas, Academia Nacional de la Historia,
Colección Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 222. 1993, p. 25.
84
ARAUZ MONTANTE, Celestino Andrés. El contrabando holandés en el Caribe durante la primera
mitad del siglo XVIII. Caracas, Academia Nacional de la Historia, Colección Fuentes para la Historia
Colonial de Venezuela, 168. 1984, p. 11.
181
Cojedes –que es el mismo Barquisimeto– hasta tomar o
la vía del Nuevo Reino de Granada y hacia la costa de
Puerto Cabello o Tucaras por los holandeses85.
85
“Asimismo, los holandeses, desviándose del curso principal del Orinoco, entraban por los ríos
Apure, Masparro, Guárico y la Portuguesa hasta alcanzar territorio cercanos a Barinas, San Carlos y
Guanare, donde existían tabaco, mulas, cacao y corambres, o bien a contracorriente del Meta, se
introducían a pocas leguas del Casanare, San Juan de los llanos y Santiago de las Atalayas, logrando
sacar especialmente piedras preciosas, oro y plata”, Ibid. p. 120, 121.
86
Ibid. p. 23.
87
IZARD, Miguel. Op. cit. 1984, p. 79.
182
comercio con los vecinos lucroso y
con el Rey furtibo, pues a más de
las estrechas órdenes con que el
Rey prohive el comercio con lo
extranjeros tiene el desmedro de
los maravedíes reales...”88
88
Ciudad de Guanare, 1768, en: ALTOLAGUIRRE Y DUVALE. Op. cit. 1954, p. 213, 214.
89
Ibid. p. 215.
90
“...perjudicial y gravosa y que con ella se fomenta el trato con Extangeros pues el precio recaladero
de las islas circunvezinas de donde se proveen de quanto necesitan hasta de los Maderos, Leña y
Carbón para su consumo, y que por esta razón se haze preciso que los vasallos de mala Ley hagan con
ellos trato de Mulas a cambio de sus géneros, y que los han de introducir a las demás Ciudades, Villas
y Lugares tierra adentro”, Ibid.
183
porque todos eran usufructuarios de este trato
ilícito que permitía obtener diversas mercancías que
el Estado metropolitano español no proveía.
91
TRUJILLO, León. Biografía de Albarico. Caracas, Imprenta del Estado Yaracuy, 1963.
184
“...de seis a ocho mil pesos envió
a comprar ropas a la Balandra
Jorge Cristian holandés en las
Tucacas que la llevó el dicho
capitular, antes de serlo, al
reino de Santa Fe (Bogotá) y me
dijo que había negociado con el
consulado para que pasasen por
ropas de España y mucho más que
por lo que está litigando...”92.
92
Réplica de fray Marcelino de San Vicente al Cabildo de Nueva Segovia, en: TRUJILLO, León. Op.
Cit. p. 256.
185
aparición de la compañía Guipuzcoana, en forma
indiscutible) dependió de Holanda...”93.
93
AIZPURUA, Ramón. Op. cit. 1993, p. 28.
94
Ibid. p. 29.
95
Puede revisarse un excelente trabajo de LANGUE, Fréderiqué. Aristócratas, honor y subversión en
la Venezuela del siglo XVIII. Caracas, Academia Nacional de la Historia, Col. Fuentes para la Historia
Colonial de Venezuela, 252. 2000, p. 122, 133, 154, 155.
186
2. Sociedad
96
Para efectos de este trabajo suprimimos la discusión con Héctor Pedreáñez Trejo sobre la fecha del
establecimiento de Cojede. Véase: PEDREÁÑEZ TREJO, Héctor. Historia del Estado Cojedes.
Caracas, Presidencia de la República, 1982, pp. 208, quien afirma que fue el año 1699, asimismo en el
Discurso en Conmemoración del tricentenario de esta población cuando le invitamos a la sesión
solemne a que expusiera su tesis, véase también “Discurso de orden en la conmemoración del
Tricentenario de la fundación de dicha ciudad, como pueblo de misión, pronunciado el día 13 de
noviembre de 2000”. Luego de reestudiar de nuevo las fuentes para esta investigación debo aceptar
que Pedreáñez tenía razón, Cojede fue establecida en 1699, como lo testifica el mismo fray Pedro de
Alcalá en 1706 cuando afirma que para entonces tenía siete años. Aunque esto es parte del ídolo u
obsesión por los orígenes que refirió Bloch. Op. Cit., 1986, p. 69 y 2001, p. 59.
187
poblaciones indígenas donde se establecieron las
“fundaciones coloniales”97.
97
Recopilación de Leyes de Indias. Madrid, Consejo de Hispanidad. 1943, p. 14, 15.
188
intentar una primera discusión respecto al problema
en Cojede, suprimimos el epísteme fundación y
asumimos el establecimiento colonial, entendido como
la imposición de una forma productiva donde se inicia
la explotación tanto de indígenas como de esclavos
africanos y sus descendientes.
98
ARCHIVO HISTÓRICO DEL ESTADO COJEDES. Boletín Nº 6. San Carlos, Instituto de Cultura.
2002.
99
Observa Ramón Querales que posiblemente no es a Bobare, porque los gayones de Santa Rosa
fueron traidos del río Auro en 1673. Comunicación personal, 2006.
189
Reales Cédulas. Una fechada el 06 de abril de 1691 y
otra del 20 de junio de 1694, donde se ordena el
traslado de los Gayones a sitios donde puedan ser
sometidos “por grado o por la fuerza”. Sin embargo,
ese traslado no se pudo realizar, según consta en la
Real Cédula del 06 de marzo de 1700 que motiva la del
20 de noviembre de 1700, donde se manda a trasladar a
los Gayones a la Isla Santo Domingo100.
100
PERERA, Ambrosio. Historia de la Organización de Pueblos Antiguos de Venezuela. Madrid,
Imprenta Juan Bravo, 1964, t. II, pp. 190-194.
101
“También ese mismo año (1700), según lo acordado y mandado por V. M., se pobló el lugar de San
Diego, en el río Cojede, de indios que estaban en el cerrito de Santa Rosa de Barquisimeto y en otras
partes esparcidos…”, Memorial del Prefecto P. Marcelino de San Vicente en el que expone lo sucedido
en la misión de los llanos, desde 1699 a 1701, haciendo hincapié en los pueblos fundados y luego
abandonados por los indios, documento publicado por: CARROCERA. Op. cit. 1972, t. II, p. 18, 27.
190
de 1701 dais cuenta de haber recibido carta de Fray
Pedro de Alcalá, religioso capuchino doctrinero del
pueblo de Cojede en que os avisa haber mudado a él
doce familias de indios Gayones del cerro de Santa
Rosa...”102.
102
PERERA, Ambrosio. Op. cit. 1964 y GONZÁLEZ SEGOVIA, Armando José. La Misión de
Cojedes (Municipio Anzoátegui). I Simposio de Historia de la Iglesia en el Estado Cojedes, 30 de
octubre al 1 de noviembre de 1997; en Boletín del Centro de Investigaciones de Historia Eclesiástica
Venezolana, año 10, Nº 19, enero diciembre, 1998.
103
MARTÍ, Obispo Mariano. Op. cit. 1969, pp. 352, 353.
191
Gayones que continuaban en su lucha constante hasta
años después cuando se vuelven a encontrar con el
nombre de “facciosos”, en las insurrecciones
campesinas de mediados del siglo XIX.
104
BRITO FIGUEROA, Federico. Op. cit. 2000, t. I., 132.
105
GONZÁLEZ SEGOVIA, Armando José. Ibeandí Maendurí/ Nuestra historia. San Carlos, Conac-
AEV Cojedes, Fondo editorial Letras Cojedeñas, Valencia, Alfa Impresores, 1986, p. 28.
192
metropolitano. Hubo fortificaciones militares para
evitar la fuga de los indios, estas eran
representadas por las villas y ciudades, ellas
“resguardaban” para que los indígenas no se huyesen
de las jornadas de trabajo, de sol a sol, en
cuadrillas o tandas.
106
BRITO FIGUEROA, Federico. Op. cit. t. IV, p. 1.179, 1.180.
193
grupos establecidos en Santo Domingo, Cuba, Jamaica,
y Puerto Rico, que significó la posibilidad de mano
de obra “obviando desembolsos” que causaba
inicialmente la compra de indios “La sistematización
de las razzias o entradas, desde luego, acentuó aún
más la destrucción de recursos y el descenso
demográfico de la base indígena, así como también la
resistencia por ésta ofrecida a los grupos
hispanos”107, donde se manifestó el enfrenamiento
violento entre los europeos y los grupos que
habitaron estas tierras milenariamente. Y eran
apoyadas de forma tal que pudiesen ser lo más
efectivas, facilitándole recursos económicos, armas y
transportes necesarios para que estas entradas se
hiciesen tanto en la época de sequía como en la de
lluvias108, siendo Cojede el lugar donde se construían
las canoas utilizadas en las jornadas o entradas109.
107
CENDES. Op. cit. 1993. p. 21.
108
“…convendrá que no solamente las jornadas que hacen los religiosos a sacar indios de la gentilidad
con las escoltas de los españoles, se hagan en verano, sino que continúen en invierno, por estar en este
tiempo los indios, por lo anegadizo de la tierra donde habitan, viviendo en la cima de los árboles
cumbre de los cerros quedan descubiertos, y por esta razón con menos defensa y más fáciles de coger,
suplicándome fuese servido de mandar se les haga cuatro barcos pequeños donde pueda ir escolta y
llevar el mantenimiento y armas necesarias…”, Cédula del gobernador de Venezuela para que se haga
fabricar cuatro barcos con destino a la misión de los Llanos, para que sean empleados en hacer las
entradas a la reducción de los indios, Madrid, 5 de agosto de 1702, documento publicado por
CARROCERA, Fray Buenaventura de. Op. cit. 1972, t. II, p. 38, 39.
109
“…en ésta se trabajan las canoas y gran parte las trinas (sic) y se hacen otras prevenciones para el
mismo efecto…” Estado de la misión de los llanos dado al rey por el Prefecto P. Jerónimo de
Gibraltar, consignando los misioneros, su número y nombres de los pueblos existentes y vicisitudes de
su fundación, 29 de septiembre de 1761. Ibid. t. III, p. 85.
194
Desde 1706 hasta 1725, según las estimaciones
fray Salvador de Cádiz, se habían realizado veinte
(20) entradas o jornadas donde se habían capturado
3.840 indígenas con la participación de 1.748
soldados110.
110
Informe dado por el P. Salvador de Cádiz, a requerimiento del gobernador de Venezuela, sobre el
estado de la misión, pueblos a su cargo, entradas realizadas, su número y cuánto éstos han trabajado
allí, 12 de septiembre de 1725. Ibid. 1972, t. II, p. 140.
111
“…De ella salen las jornadas o entradas a los indios gentiles a los indios gentiles, y los indios de
ella son los que frecuentan la tarea fatigosa de sacar los indios del monte. Son estos indios prácticos y
esforzados para las jornadas, en cuyo ejercicio pasan alegremente imponderables trabajos. Son
asistentes a la doctrina y obedientes a su cura doctrinero”, Estado de la misión de los llanos dado al rey
por el Prefecto P. Fernando de Ardales, dando cuenta de los religiosos misioneros y de la situación de
los pueblos que entonces estaban al cuidado de los Capuchinos en los Llanos, 29 de mayo de 1764.
Ibid. t. III, p. 101.
112
Refiere que los indios de la misión de Cojede se han “…agregado otros gentiles de la misma nación
y algunos Achaguas, con otros libres que sirven de soldados para las jornadas…”, Informe del estado
de la misión dirigido al obispo de Caracas por el Prefecto P. Gabriel de Benacoaz, con indicación del
personal misionero y pueblos fundados y atendidos por religiosos capuchinos, 5 de julio de 1777. Ibid.
t. III, p. 230.
113
“…en cada uno solían ir cerca de cincuenta indios con los vecino de la villa a escoltar a los Padres,
los cuales llevaban el peso de la jornada, en cada una se tarda cuatro meses, pues ellos con sus pescas y
cazas sustentan los indios que se cogían y aun los españoles gran parte, y ellos como prácticos…”,
Memorial del Prefecto fray Marcelino de San Vicente, dirigido al rey, en que da cuenta de los pueblos
195
“van pagados, llevando cada uno diez pesos por mes”,
además del sustento o manutención durante toda la
jornada, el alquiler de las bestias de carga, a un
promedio de diez pesos por mes, así como las armas y
municiones necesarias, “de tal suerte que la entrada
que menos nos ha costado, no han bajado los costos de
cuatro mil pesos”114. Una verdadera fortuna en la
época.
fundados hasta entonces por los capuchinos, en un total de 22, y asimismo de otras realizadas,
exponiendo otras necesidades de la misión, 1701. Ibid. 1972, t. II, p. 22.
114
Informe dado por el P. Salvador de Cádiz… 1725, citado. Ibid. 1972, t. II, p. 142.
115
Informe de Salvador de Cádiz… 1725, citado. Ibid. 1972, t. II, p. 131.
116
Informe dado por el P. Salvador de Cádiz, 12 de septiembre de 1725, citado. Ibid. 1972, t. II, p. 136.
196
Buenaventura de Vélez, escoltados por 124 hombres
capitaneados por el mismo Ignacio Sánchez Nadales
“hicieron una entrada con cantidad de canoas que
llevaron por el río Cojede”, saliendo a la Portuguesa
y de allí al Apure y consiguieron reducir “232 indios
de nación guaranaos, taparitas y algunos Achaguas”,
además lograron sumar 22 guaranaos en el río
Portuguesa, de allí los guaranaos y ahaguas “se
pusieron en la misión de Cojede”117.
117
Ibid. 1972, t. II, p. 136, 137.
118
Ibid. 1972, t. II, p. 138.
197
trabajo que se estima “cumplieron tan bien su
embaxada los expressados Indios, que al cabo de dos
meses bolvieron, trayendo consigo a doscientos Indios
de Nación Guáricos, los que poblaron en el pueblo de
Coxede, y parte en el de Buría”119. Al año siguiente
hubo problemas para organizar las “entradas”, y de
nuevo mandaron “indios reducidos” a realizar esta
labor: “se despachó una partida de indios reducidos
de la misión de Cojede, los que, después de mes y
medio que gastaron en los llanos, se volvieron con 36
indios gentiles de nación guáricos con su capitán,
llamado Guatarama”120.
119
Noticias del estado que han tenido y tienen estas misiones… desde el año de 1658…, fechada en
1745; RIONEGRO. Op. cit, 1918. t. 2, p. 284.
120
Informe dado por el P. Salvador de Cádiz, 1725, ya citado, publicado por CARROCERA. Op. cit.
1972, t. II, p. 139.
198
Para 1731 el religioso de la misión de Cojede
envió dos canoas de indios guamos “para que fuesen a
sacar otros de su propia nación, y parentela, que
decían estar en el río Iaguanaparo; y haviendo estos
indios recogido una noche en las canoas sus mugeres,
e hijos no volvieron más”121, siendo una forma de
resistencia indígena a la gesta evangelizadora y
colonizadora misional.
121
Noticias del estado… desde el año de 1658…, 1745; RIONEGRO. Op. cit, 1918. t. 2, p. 288.
199
misiones, los que pusieron en el
pueblo de Cojede...”122.
122
Autos presentados por el P. Salvador de Cádiz de las entradas hechas a los indios, reducciones de
éstos verificadas desde 1725 y pueblos y villas fundados en esos años por los misioneros capuchinos
en los llanos y certificación dada por el notario público, fechada el 17 de marzo de 1741,
CARROCERA. Op. cit. 1972, t. II, p. 241. Otra relación editada en esta obra afirma: “redujeron y
sacaron de los montes, después de muchos días de peregrinación, doscientos veintisiete indios de
ambos sexos y de diferentes naciones, los que se agregaron a los ya reducidos en el pueblo de Cojede”,
El Prefecto P. Salvador de Cádiz da cuenta al rey de las entradas a los indios los años 1736 y 1737 y de
las reducciones ya logradas, 15 de febrero de 1737. CARROCERA. Op. cit. 1972, t. II, p. 215.
123
Ibid. 1972, t. II, p. 242.
124
Ibid.
200
Estas son formas de alienación donde los
indígenas son utilizados en la búsqueda forzosa de
mano de obra y que luego éstos se vuelven contra los
mismos explotadores. Luego fray Marcelino de San
Vicente salió con cincuenta hombres de la misión de
Cojede y el alcalde ordinario de la ciudad de Guanare
con setenta y cuatro soldados, para juntos “reducir a
los indios que mataron a Fray Bartolomé, y habiendo
hecho exquisitas diligencias, no pudieron encontrar
los indios y solo pudieron encontrar una indiecita
perdida, que se trajo a la misión”.
125
Ibid. 1972, t. II, p. 242 y 314; BRITO FIGUEROA, Federico. Op. cit. 2000, t. I. p. 82.
201
Rafael, y de esta partida no se presenta instrumento
que la justifique por haberse quedado en la misión de
Cojede”126.
Cuadro Nº 21
126
Ibid. 1972, t. II, p. 243.
202
En 1744 fray Pedro de Villanueva127 con escolta de
40 hombres comandados por Miguel del Castillo,
partiendo desde la ciudad de Guanare, lograron
después de mes y medio congregar sesenta y seis
indios gentiles, apóstatas y fugitivos en la misión
de Coxede.
127
Noticias del estado… desde el año de 1658…, 1745; RIONEGRO. Op. cit, 1918. t. 2, p. 294.
128
Informe del P. Salvador de Cádiz, 1725, ya citado. CARROCERA. Op. cit. 1972, t. II, p. 141.
203
hidropesía y paludismo, la viruela y el sarampión,
que diezmaban y a veces extinguían pueblos
enteros”129.
204
ser los más pobres infelices, y
como, a quien deba compeler esto
para que los conduzcan, por decir
que es mal contagioso; por lo que
juzgo se ha de encontrar quien los
lleve voluntario; de todo lo que
del espero de S.S.V. me ordene lo
que deba hacer en esta animas para
librar Del peligro del contagio a
las demas gentes que havitan con
ellos Dios guie a V.S.M.” 133
133
Comunicación de don Bernardo Isidoro de Herrera, ya citada. A.G.N. Intendencia de Ejército y
Real Hacienda, t. XXXIX, folio 246, 1788.
134
Borrador dirigido al Teniente Justicia Mayor de San Carlos, donde se informa de la remisión de
cinco lazarinos a la capital, para cuyo efecto ya están notificados los Ministros de la Real Hacienda.
A.G.N. Intendencia de Ejército y Real Hacienda, t. XXXIX, folio 279, 1788.
205
“P. Gov. r y Cap.n Gral. Remito a
la disposición de Vs. a la persona
de José Nicolás Pérez vecino del
pueblo de Cogede de esta
Jurisdicción, a causa de haberle
resultado el mal Lazarino; como
quiera que este es uno de los
contagiosos que pueden perjudicar
con irreparable daño a todo el
vecindario he tomado esta
deliberación para que Vsa se sirva
de darle el destino que bien
tuviere. Dios Guie a Vsa Ms As Sn
Carlos, Abril 24 de 1792. José de
Alcoba y Urrutia”135.
135
Comunicación de José de Alcoba y Urrutia para el señor Presidente Gobernador y Capitán General,
anunciando el envío de José Nicolás Pérez, Vecino del pueblo de Cogede, que se halla enfermo con el
Mal de Lázaro. A.G.N. Intendencia de Ejército y Real Hacienda, t. VI, folio 250, 1792.
136
Lucas: 16: 19-22: “Pero cierto hombre era rico, y se ataviaba de púrpura y lino, gozaba de día en día
con magnificencia. Pero a su puerta solían colocar cierto mendigo, de nombre Lázaro, lleno de úlceras
y deseoso de saciarse de las cosas que caían de la mesa del rico. Sí; además, los perros le lamían las
úlceras. Pues bien, con el pasar del tiempo el mendigo murió y fue llevado por los ángeles al seno de
Abrahan y murió también el rico y fue sepultado. Y en el Hades él alzó sus ojos, mientras existía en
206
Carlos en 1788 y en Cojede, cuatro años después, eran
leprosos, cuyo tratamiento se hacía con “coles, y con
otros condumios afines”, con los cuales no avanzó
mucho en la solución en esta, que aquejaba la zona
del Socorro en Nueva Granada, desde 1778137.
tormentos, y vio de lejos a Abrahan y a Lázaro en la posición del seno con él”. La Biblia
Latinoamérica. La Victoria, Texto íntegro traducido del hebreo y del griego. Ediciones Paulinas. 1992.
137
URIBE ÁNGEL, Jorge Tomás. “Conflictos de la medicina en el siglo XVIII”. Bogotá-Colombia,
Revista Credencial Historia, Nº 79, julio 1996.
138
“Montoya y Flórez, incluye un gráfico titulado: “Época colonial de 1767 a 1809. Lugar de
nacimiento de los elefanciacos que figuran en los archivos nacionales”. En el gráfico, que “…registra
los últimos 42 años coloniales, aparecen 40 localidades del virreinato de la Nueva Granada. Cartagena
ocupa el primer lugar, por estar ubicado allí el único lazareto colonial, con 84 leprosos, sigue Quito
con 30, El Socorro con 20, Oiba, con 13, Panamá con 11 y Bogotá con 10. Con 5 a 10 leprosos
aparecen Mompox, Cali, Buga, San Gil, Barichara y Curití, con 3 a 5 leprosos aparecen seis
municipios de Santander, y con dos, aparece la única población boyacense registrada oficialmente con
leprosos al final de la Colonia: Chiquinquirá, población limítrofe y con intenso comercio con
Santander, la región colombiana con más municipios registrados, pues con dos leprosos aparecen otros
cuatro municipios de Santander”, MARTÍNEZ, Abel Fernando y Samuel Alfonso GUATIBONZA:
“Cómo Colombia logró ser la primera potencia leprosa del mundo: 1869-1916”. Colombia Médica,
octubre-diciembre, Vol. 36 Nº 4, 2005.
207
frecuente comezón, encendimiento o fogosidades
exulceración, “...propensión a fiebre y ardores
libinosos, habiendo acreditado las frecuentes
observaciones que las legumbres (de que en aquellos
países se carece) producen tal temperie y
simplicidad, motivo porque dulcifican las sales acres
y corrosivas; es verosímil les sea el más eficaz
auxilio para la curación de los sanables leprosos y
alivio de los incurables...”139.
139
Ibid.
140
PEDREAÑEZ TREJO, Hector. Contexto de la Acción del Libertador en San Carlos de Austria y su
Jurisdicción, en: El Libertador en la Provincia Venezolana. Caracas, Edic. de la Presidencia de la
República, 1983, p. 11 y González Segovia. Op. Cit. 1997, p. 102-103.
208
las epidemias afectasen aun más las poblaciones
existentes.
141
GIL FORTOUL, José. Historia Constitucional de Venezuela. Caracas, edición Parra León
Hermanos/ editorial Sur América, 1930, t. I, p. 68, 69.
142
Véase capítulo IV de esta investigación.
143
Lenin definió clase social de la siguiente forma: “...las clases son grandes grupos de hombres que se
diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción históricamente determinado,
por las relaciones que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que las layes
refrendan y formulan en su mayor parte), por el papel que desempeñan en la organización social del
trabajo, y, por consiguiente, por el modo y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social
de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse del trabajo del
otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social”, LENIN, V.I.: Una
gran iniciativa, en: Obras Escogidas en tres t.s. Moscú, editorial Progreso, T. 3, 1979. p. 228. En esta
misma cita se basa Vilar Pierre para desarrollar su propuesta sobre las clases sociales, véase: VILAR,
Pierre. Iniciación al vocabulario del análisis histórico. Barcelona, Editorial Crítica, 1981, p. 129.
209
de propiedad y producción que conforman el régimen o
sistema económico-social históricamente determinado;
la relación con respecto a los medios de producción:
poseedores o desposeídos, la función que desarrollan
en la organización de la producción, esto es la
división social del trabajo: empresarios,
terratenientes, comerciantes, trabajadores, artesanos
y la forma y magnitud de la participación del grupo
en el producto social de la riqueza, o mejor dicho,
relación entre el porcentaje de la riqueza o producto
apropiado y el porcentaje de población que percibe
esta porción144. Se evidencia que la consolidación de
una clase artesanal estaba vinculada a la formación
de centros de intenso comercio, con oposición a los
lugares de producción, es decir la oposición del
binomio ciudad–campo.
144
MAZA ZAVALA, D. F. “Mestizaje y estratificación de clases en Venezuela 1780-1830”, en:
Revista Universitaria de Historia. Caracas, Universidad “Santa María”, Nº 6, septiembre-diciembre,
1983, p. 16-17.
210
desde entonces se puede referir la existencia de
clases sociales145. Salvador de la Plaza, establece
tres bien definidas: una clase opresora, una
explotada y una clase media146.
145
Al referirse al nivel de estructuración de la formación social venezolana, plantean en cuanto al nivel
de organización social: “En este aspecto limitaremos el análisis a la consideración de algunas hipótesis
de cuadros de clases y castas. Es necesario advertir que cuando hablemos de clases durante este estadio
no nos referimos a una existencia real y acabada, sino al proceso constitutivo de un cuadro de clases
que se imbrica con formas de organización social basada en el criterio étnico”, CENDES. Op. cit.
1993, p. 65.
146
DE LA PLAZA, Salvador: La Formación de las clases sociales en Venezuela. Caracas, Cuadernos
Rocinante. S/F, pp. 34-36.
211
la propiedad privada de los medios de producción y la
fuerza productiva147.
147
BRITO FIGUEROA, Federico. Op. cit. 1996, t. IV, p. 1.121, 1.148.
148
MAZA ZAVALA, D. F. Op. cit. 1983, p. 17-18.
212
físicas, el sexo, la destreza adquirida y otras
circunstancias. Existió un mercado de esclavos como
un mercado de cacao o de tabaco, es decir el esclavo
no era considerado como ser humano sino como
mercancía.
213
coerción extraeconómica de los propietarios de los
medios de producción, sirvientes y trabajadores
manuales, 5) esclavos en sentido absoluto149.
149
BRITO FIGUEROA, Federico: Op. cit. 1996, p. 1. 218, 1.219.
214
miembros de los grupos sociales poseyentes, por el
usufructo de los mismos. Los grupos poseyentes
debieron recurrir a la fuerza directa, a la tradición
y a la religión150 para lograr reproducir las
relaciones de explotación de los desposeídos.
150
En este contexto es cuando Marx refiere: “La miseria religiosa es, a la vez, la expresión de
verdadera miseria y una protesta contra la misma. La religión es el suspiro de la criatura
sañudamente oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, el alma de circunstancias sin alma.
Es el opio del pueblo”, donde la religión sirve de expresión del sentimiento oprimido con saña y la
asume como parte del proceso creativo para intentar hacer de ella un elemento de protesta contra la
misma opresión.
151
La utilización del término, tiene un uso semejante al dado por WRIGHT MILLS, Charles. Elite del
Poder. México, Fondo de Cultura Económica, 1957.
152
DEPONS. Op. Cit. p. 205.
215
el rango de comerciante o hacendado era necesario
poseer 30.000 pesos y para mercader 15.000; mientras
que los Bodegueros y Detallistas de menor categoría
eran mucho menores los capitales exigidos153. Siendo
los ingresos de los misioneros equivalente a estas
sumas, o en su defecto, estímese la mitad, pueden
catalogarse como poseedores de fortuna.
153
LUCENA SALMORAL, Manuel. Op. Cit. 1984, p.p. 23-43.
216
estatuto social, realizando inversiones sociales para
mantener el poder, entre las cuales se hallan la
cesión de cuotas de fuerza en los estratos medios en
el ámbito del cabildo por pequeñas ganancias. Estaba
consciente de la necesidad de cambiar la estructura
mental para imponer los valores que propugnaba la
religión católica y el Estado metropolitano español.
Igualmente mantenían el control a nivel de los
saberes que el orden colonial establecía tanto en lo
religioso como en lo civil154.
154
Puede revisarse un excelente trabajo de LANGUE, Fréderiqué. Aristócratas, honor y subversión en
la Venezuela del siglo XVIII, 2000, citada.
217
ostentaban en el gobierno municipal, quedaban en
situación de pobreza.
155
“…los indios para que trabajen a los vecinos de las villas circunvecinas, rara vez les pagan su
trabajo, sino en carne y, aunque hayan servido toda la semana, les es preciso comérsela toda toda
aquella noche, por darse comúnmente los sábados, que es cuando se mata, y no poder dichos religiosos
darles toda la sal necesaria para salarla, por costar la fanega catorce y quince pesos, y que si alguna vez
les pagan en ropas, es por precios tan subidos, que nunca les luce su trabajo a los miserables indios…”,
Cédula para que el jornal de los indios de los Llanos se pague en dinero y no en especie, Madrid, 5 de
agosto de 1702, publicada por CARROCERA. Op. cit. 1972, t. II., p. 39.
218
Nuestra Señora, Santiago, San Juan y otros feriados,
unos ochenta (80) días libres.
Cuadro Nº 22
156
Torres Pantin, Carmen (Recopilación y estudio preliminar): Índice sobre esclavos y esclavitud
(sección civiles-esclavos). Caracas, Academia Nacional de la Historia, serie Archivos y Catálogos, 11,
1997, pp. 41, 46, 60, 124, 125, 219 y 294.
219
Los primeros cinco años debían prestar servicio a
cambio de alimentación y vestuarios, luego se
estipulaban los pagos de jornales157, los cuales
totalizan para el siglo XVIII quinientos ochenta y
cinco mil novecientos sesetenta y seís (Ps. 585.976)
pesos entre 1725 y 1799, si se hubiese cumplido la
cédula real de 1702.
157
Véase capítulo I, marxistas, Federico Brito Figueroa.
220
Cuadro Nº 23
221
Estos explotados y oprimidos alcanzó una
proporción del ochenta y siete por ciento de la
población (87%). Es posible la existencia de blancos
pobres o de orilla, como el caso del señor que sufría
del mal de Lázaro o lazarino.
222
Antonio Jéan, Presidente de dho.
pueblo de Cobjede en la que manda
qe. una esclava suia, nombrada
María Thomasa, pr. el tiempo de mi
vida me sirva y después pase a la
disposición del Rdo. P. Prefecto de
esta (s) misiones en compañía del
R. P. Cura de dho. pueblo de
Cobjede pa. qe. se distribuyese en
misas y sufragios pr. su alma de
dho. mi marido y la mía y después
de hecha la memoria al pie de ella
la dejo libre al fin de mis días,
en cuya libertad convengo yo
también y mando q . después de mi
e
158
OFICINA SUBALTERNA DE REGISTRO PRINCIPAL DEL ESTADO COJEDES. Protocolos de
San Carlos, 1769, libro 2º, parte 2º, folios 28-31.
159
“Yttn. Declaro pr. mis bienes los esclavos que van mencionados arriva… y una casita de palmas,
con un quartito de tapia de bajareque y lo demás sin tapia en dho. pueblo de Cobjede…”, documento
citado: Protocolos de San Carlos, 1769, libro 2º, parte 2º, folios 28-31.
223
servicio personal de los indígenas, aunque bajo la
solapa “suaves medios”160.
160
“...los indios reducidos ya, no tendrían otra ocupación sino servir a la doctrina, ni se les podía
obligar a servir a persona alguna sino voluntariamente y por su jornal; que los españoles que
acompañasen a los misioneros en las entradas, no debían hacer violencia ni malos tratamientos a los
indios que redujesen, los que serían colocados en los pueblos y que allí asistan a los españoles por
medios suaves, pero con la condición que pasados los diez años, quedarían libres de un todo...”,
CARROCERA, Fray Buenaventura de. Op. cit. 1973, t. I, p. 45.
161
Ibid. 1973, t. I, p. 46. Véase también: MANZO NÚÑEZ, Torcuato. San Carlos de Austria. Caracas.
Archivo General de la Nación, 1979.
162
CARROCERA, Fray Buenaventura de. Op. cit. 1973, t. I, p. 59.
163
Ibid. 1973, t. I, p. 61, 62.
224
misiones, ya que constituyen la fuerza militar del
proceso de conquista y colonización164.
164
Ibid. 1973, t. I, p. 70.
225
Este servicio personal indígena por lapso de diez
años permitía un margen de ganancia sustancialmente
grande sobre el cual se basaba la adquisición de lo
producido entonces, luego se asumía la forma de
tributos, siendo similar al establecido para la
encomienda165, como se observa en el cuadro 24.
Cuadro Nº 24
165
“…determinamos que el tributo que deben pagar a Su majestad y en su real nombre al
encomendero, son tres días de trabajo personal en cada semana a favor del encomendero, en los
ministerios, labores y ejercicios, que están dispuestos por cédula de Su Majestad, y los otros tres días
para que ellos hagan sus labranzas y aquello que por bien tuvieren, o se alquilen a las personas que los
hubieren menester de cualquier estado, calidad condición que sean, y que ellos trabajen con quien
quisieren los dichos tres días…”, Acuerdos sobre el tratamiento de los indios, tomado por el obispo
González de Acuña y la junta reunida al efecto, fechada el 28 de septiembre de 1676, en: Ibid. 1973, t.
I, p. 356.
226
En este marco de clases sociales es que cada una
tenía una educación basada en el principio de
mantener el status quo, es decir la educación en
función de aletargar las clases oprimidas.
227
se encuentran las tierras comunales indígenas, que
demarcadas alrededor de los poblados aborígenes y se
denominaron Resguardos Indígenas, los cuales
generalmente tenían una legua de cuadro, medido desde
el centro de la Plaza Mayor del poblado. Esto
equivale a treinta y un kilómetros cuadrados,
aproximadamente por cada uno (exactamente 5,57269 km2
=31,055 km.). Estas tierras constituían el patrimonio
de cada poblado y estaban bajo custodia del
Cabildo166.
166
No es objeto de esta investigación el estudioo de estas intituciones, sino la dinámica existentes entre
ellas. Quien esté interesado en el tema puede revisar: BRUGERA, Magaly. Instituciones de
Comunidad. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1985.
228
Como el trabajo comunitario era una de las
características principales del período aborigen o
indígena, al éstos ser reducidos o congregados, se
iniciaba la imposición de trabajo por “jornales”
diarios, donde legalmente se obligaba a trabajar tres
días en la tierra de los pobladores europeos y tres
días en las tierras comunales indígenas.
229
del Corregidor, otra el Indio Gobernador y la tercera
el misionero primero y el regidor después167.
Cuadro Nº 25
167
Real Cédula de 1695, sobre Tributo salario y régimen de indios. Instrucciones del Gobernador
Berroterán, en: GABALDÓN MÁRQUEZ, Joaquín. Fuero Indígena Venezolano. Primera parte época
colonial (1552 a 1783). Caracas, Ministerio de Justicia, 1954, t. I., pp. 206.
168
Ibid. p. 201.
230
tributario. Los medio tributarios eran viudos,
solteros y mayores de 60 años, los tributarios
completo eran los casados con hijos.
169
Ley sobre extinción de tributos de los indígenas, distribución de los Resguardos y exenciones que
se les conceden, en: Materiales para el Estudio de la Cuestión Agraria en Venezuela. Caracas, U.C.V.,
1964, t. 2, p.p. 309, 310.
231
código español, no pagarán en lo sucesivo el impuesto
conocido con el degradante nombre de tributo”. Es
decir, el impuesto colonial fue extinto por decreto.
Ya no más el “degradante tributo”. Pero era, según la
misma ley una medida transitoria, que duraría cinco
años.
5. Mentalidad
170
Resolución sobre que lo indios colombianos paguen una contribución llamada contribución
personal indígena, 15 de octubre de 1828, en: Materiales… Ibid. p.p. 516-520.
171
CENDES. Op. Cit. 1981; BLANCO MUÑOZ, Agustín. Modelos de Violencia en Venezuela,
Caracas, Edc. Desorden, 1974.
232
de otra mentalidad, de y para la explotación estaba
vinculada a la necesidad de negar sus propias
prácticas ancestrales, las cuales eran prohibidas,
sustituyéndolas con “nuevas ideas”172. Por ello,
sienten que perdieron la alegría de vivir, la esencia
de su vida que era la libertad sin opresión. Se
convirtió así el indígena en un ser taciturno,
replegado sobre sí mismo, de melancólica expresión173.
172
“Los misioneros han logrado prohibir al indio que observe algunas prácticas usadas en el
nacimiento de sus hijos, al entrar en la edad de pubertad, en el entierro de los muertos; han logrado
impedir que se pinten la piel o se hagan incisiones en el mentón, la nariz y las mejillas; han logrado
destruir en una gran masa del pueblo esas ideas supersticiosas que se trasmiten misteriosamente de
padres a hijos en ciertas familias; pero más fácil ha sido proscribir usos y apagar recuerdos que
sustituir nuevas ideas a las pretéritas…”, HUMBOLDT, Alejandro. Op. cit. T. 2, 1985. p. 63.
173
“…Taciturno, sin alegría, replegado sobre sí mismo, afecta un aire grave y misterioso. Cuando
alguien ha vivido un poco de tiempo en las misiones y cuando todavía no está familiarizado con el
aspecto de los indígenas, se ve tentado a tomar la indolencia de estos y el embotamiento de sus
facultades por la expresión de la melancolía y una propensión a meditar”, Ibid. T. 2, p. 163.
174
“…El indio de las misiones está más seguro de su subsistencia; y no estando en continua lucha con
los elementos y con los hombres, pasa una vida más monótona, menos activa, menos propia para
impartir energía al alma, que la que lleva el indio salvaje e independiente. Tiene dulzura de carácter
que comunica el amor del reposo, no la que nace de la sensibilidad y de las emociones del alma. El
alcance de sus ideas no ha aumentado allí donde, sin el contacto con los hombres blancos, ha
permanecido lejos de los objetos con que ha enriquecido la civilización europea al Nuevo Mundo…”,
Ibid.
233
el alma, según el ritual católico. Por ello, todos
los pobladores de las misiones presentan un triste
cuadro de miseria y privaciones175.
175
Ibid. T. 2, p. 298.
176
“sin rendir jamás las armas del oficio, sin renunciar a cavar con la ayuda de las disciplinas
hermanas en pleno ejercicio, como la historia religiosa o la historia del arte, y con las de los períodos
más distantes: el moderno y el medieval a la cabeza. A este precio, campos tan activos no se volverán
vitrinas decepcionantes”, Para una historia de la cultura. Obra dirigida por Jean Piere- Rioux y Jena-
Francois Sirinelli. S/f, p. 15.
234
utilizaba indistintamente los patronímicos de San
Diego o San Francisco de Cojede, en las riberas del
río del mismo nombre.
177
FERNÁNDEZ HERES, Rafael. Catecismos Católicos de Venezuela Hispana. Caracas, Academia
Nacional de la Historia, Col. Fuentes para la Historia Colonial Venezolana, Nº 249, 2000, p. 20.
178
Ibid.
179
“Y porque hemos hallado que en este obispado, en casas particulares, en diferentes días del año, se
hacen altares, y diferentes santos, como el día de San Juan, la Cruz, y Navidad, del que resulta
cometerse muchas indecencias, y ofensas de Dios, con los concursos de hombres, y mujeres; deseando
remediar tan grave daño: Mandamos, que en dichos días no se hagan altares en las casas particulares,
ni en los barrios, ni arrabales de las ciudades, o villas, con las circunstancias de bailes, y otras cosas
indecentes, a que concurre mucha gente, de noche, en deservicio de Dios; y si alguno se hicieren en las
casas, sea con decencia, sin baile, y música, ni peligro alguno. Y prohibimos que vallan de noche a los
235
esto continuaron practicándose en todo el territorio
venezolano.
altares; antes bien, entonces se cierren las puertas: lo cual se cumpla, pena de excomunión mayor, late
sententie. Y nuestros vicarios, y curas no lo consientan”, El Sínodo Diocesano de Santiago de León de
Caracas de 1687. Caracas, Academia Nacional de la Historia, Colección Fuentes para la Historia
Colonial de Venezuela, vol. 125, 1975, p. 227.
180
Ibid. pp. 236-238.
181
Son Patrimonio Nacional, las Iglesias: La Concepción, San Juan Bautista y Santo Domingo, en San
Carlos; San Juan Bautista en El Pao; Nuestra Señora de la Chiquinquirá del Rosario en Tinaco; San
Miguel Arcángel de El Baúl.
236
indígena por la europea. La imposición de formas de
colonización y cultura, a través de estas imágenes
que constituyen elementos de significación182 que van
creando en la medida que surge de una mentalidad
construida social, histórica y culturalmente, como
planteó Vigostky183 a través de diversas nociones que
van más allá de la lengua184.
182
Las imágenes no constituyen elementos autónomos y cerrados, al igual que las palabras no pueden
evitar “ser capturadas” en los juegos de los sentidos en los movimientos que regulan la significación en
el interior de las sociedades. Porque desde el momento en que la cultura se apodera de las imágenes, ya
se encuentra presente en el creador de imágenes “el texto icónico, como los demás textos, se ofrece a
los efectos de la figura y del discurso”, METZ, Christian. Más allá de la analogía, la imagen. S/d, p.
13.
183
VIGOTSKI, L. S.: El Método Instrumental en Psicología, en: El Proceso de Formación de la
Psicología Marxista: L. Vigotski, A. Leontiev, A. Luria. Moscú: Editorial Progreso, 1989.
184
La extrapolación recuerda nociones de la lengua, como: fonema, morfema, palabra, doble
articulación, sufijo, transformación atípica, transformación singular, grado de apertura, los cuales son
evidentemente lingüísticos, mientras que en el otro, los de sintagma, paradigma, derivación, engendro,
plano de expresión, plano de contenido, forma, sustancia, unidad significativa, unidad distintiva, que
constituyen parte de la semiología general, porque nadie duda del hecho visual como fenómeno
comunicacional, pero sí de su carácter lingüístico, lo cual condujo a un rechazo de todo valor del signo
a los hechos visuales como si existiera solamente la comunicación verbal, cuando no se asume la
posición de negar la posibilidad de interpretar lingüísticamente los hechos visuales, ECO, Humberto.
Semiología de los mensajes visuales. S/d.
237
la experiencia adquirida– la misma significación que
la experiencia real denotada por el signo icónico”185.
185
Ibid. p. 28.
186
“Esta Iglesia es bajo la invocación de San Francisco de Asis; sus paredes son de tapia cubierta de
palmas, de tres naves que dividen columnas de madera de caoba. Bastante capaz, es muy nueva, de
manera que no habrá aún dos meses que se bendijo. Está de continuo colocado su Divina Magestad.
Tiene una custodia muy buena, que según me dice este misionero, dio a esta Iglesia el señor Calatayud,
mi predecesor. La Sacristía está detrás del altar mayor. A la cabeza de cada nave hay un altar; el piso,
aunque no está enladrillado, está bueno. Hay cementerio. Hay pila Baptismal. La sacristía no está peor
de ornamentos”, MARTÍ, Obispo Mariano. Op. cit. 2000, edición en CD.
238
Después de la descripción hecha por el Obispo
Martí, no se han encontrado otras referencias sobre
la Iglesia de la población de Cojede, hasta el 30 de
julio de 1803, cuando el Presbítero doctor Joseph
Antonio Gamarra, cura de la población de Cojede, hace
un llamado para nombrar el Mayordomo de fábrica,
contando para ello con la administración de las
rentas de dicha Iglesia.
187
ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE CARACAS. Sección cuentas y cofradías. Mayordomía de
Fábrica de la Iglesia de Cojedes. En la catalogación actual: Sección cuentas y cofradías. 56 Cu, 3
expedientes, citado por Carmen Alida Soto y María Luisa de Weishaar: Guía del Archivo
Arquidiocesano de Caracas. Caracas, Fundación Polar, 1996. GONZÁLEZ SEGOVIA. Op. Cit.
239
documento que informa que el Vicario Pedro Vizcaya
renunció a la Mayordomía de la Iglesia de Cojede, se
encargó el 16 de abril de 1828 y cuatro años después
(1832) planteó que se hallaba cansado con los “78
años que pesan sobre su cabeza, la escasez de vista,
sus enfermedades habituales”, que le impiden seguir
trabajando.
240
la población de Cojede. Sin embargo, puede estimarse
que después de mediados del siglo XIX, ya que fuentes
orales refieren que la Iglesia desapareció quemada a
finales de ese mismo siglo.
188
Entrevista 25-09-1984.
189
Entrevista 20-09-1984.
190
“Photographic Discourse/ A Strategias for Media Literacy Guide for Understanding Photographs”,
la cual contiene diez items que posibilitan el estudio iconográfico, estos son: 1. Aesthetic Elements
(Elementos Estéticos ); 2. Punctum (detalles captados por el fotógrafo); 3. Title (Título); 4.
photographer (Fotografía-fotógrafo); 5. Ownership (dueño de la fotografía); 6. Intent (Intención); 7.
Historical context (Contexto histórico); 8. Genere (Género); 9. Emotion (Emocionalidad); 10. Framing
(Discurso). Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado”, Universidad Pedagógica Experimental
241
existen una rica colección, entre las que se
encuentran las siguientes imágenes, siendo el único
patrimonio colonial que queda en dicha población.
Partiendo del estudio de ellas se interpretarán la
formación de la mentalidad realista a través de la
imposición de la religión católica.
242
Misericordia de la población de Cojede es un
Testamento de codicilio de Don Joseph Hernández de
Villegas, cláusula vigésima (20), del 10 de abril de
1734, donde se lee: "20 Yten mando se le dé de
limosna a Nuestra Señora de la Misericordia de Cojede
veinte y cinco ps pesos para adorno de su Santísima
Ymagen que es mi boluntad"192.
192
REGISTRO PRINCIPAL DEL ESTADO COJEDES. Libro de Protocolos de San Carlos,
correspondiente a los años 1730-1745, sin foliar.
193
“Lista y memoria de las alhajas y vasos sagrados de la iglesia y sacristía de esta misión de nuestro
Padre San Francisco y San Diego de Cojedes, 1741”, en: INSTITUTO DE CULTURA DEL ESTADO
COJEDES. Documentos Históricos del Estado Cojedes. Edición donde se digitalizaron documentos de
las Secciones Gobernación y Capitanía General de Venezuela, traslados, Intendencia de Ejército y Real
Hacienda del el Archivo General de la Nación y un muestrario de documentos del los archivos
Cojedeños, 2000.
194
“Y cumplido y pagado este mi testamento, el remanente que quedare de todos mis vienes, deudas,
dros., y adjudicaciones y futuras subseciones p r. no tener descendientes lexitimos instituyo, dejo
nombro por mi única y universal eredera a Nuestra Señora de la Misericordia q e. se benera en la santa
yglesia de dho pueblo de Cobjede, pa. su culto y beneración a disposición del Padre Presidente y Cura
de dho pueblo”, OFICINA SUBALTERNA DE REGISTRO PRINCIPAL DEL ESTADO COJEDES.
Protocolos de San Carlos, 1769, libro 2º, parte 2º, folios 28-31.
243
Martí a la población de Cojede, el día 1 de febrero
de 1779, refiere la existencia de: “Nuestra Señora de
Misericordia”195.
195
Microfilm en la Fundación Boulton.
244
genera el discurso de piedad, bondad, tolerancia y
mansedumbre, por lo tanto era fundamental en el
proceso de imposición contra la rebeldía indígena,
muchas veces manifiesto en los aborígenes.
245
Puede evidenciarse la secuencia religiosa
impuesta desde la colonia hasta la actualidad, en el
esmero y dedicación en el vestido y adorno de los
santos, vírgenes y advocaciones. Es decir, si el hijo
de Dios fue sometido a las humillaciones más grandes
de la época, al suplicio y muerte para liberarnos,
nosotros como corderos, igualmente debemos someternos
a esas humillaciones ya que implican la salvación del
alma.
197
“Autor anónimo; colonial; procedencia: Venezuela; madera, esmalte; talla, policromía, ensamblaje;
imagen masculina de cuerpo entero, de factura popular, en posición sedente sobre un tronco de color
verde, que representa a Jesús de la humildad y la paciencia. Brazo derecho flexionado apoyado en la
rodilla derecha y la mano se apoya en la barbilla. Brazo izquierdo flexionado, apoya el codo en una
rama que sale del tronco en el que está sentado. Rostro de frente inclinado hacia la derecha, mirada
hacia abajo, ojos pintados, cabello largo, barba y bigote castaño oscuro. Torso desnudo. Espalda
sangrante con muestras de flagelación. Viste perizoma blanco en el mismo material. Piernas
flexionadas. Pierna izquierda en posición adelantada. Pierna derecha hacia un lado. Rodillas
sangrantes. La pieza está colocada en una base de madera rectangular en color verde”, Ibid.
246
Un elemento esencial del discurso colonizador era
la paciencia, en cuanto a las formas de poder
adormecer conciencias, sin subversión. Por ello, se
exaltan dos cualidades: Humildad, en cuanto valor de
mansedumbre, debió ser una constante en las homilías
de la época colonial, y la paciencia concebida como
forma de espera que las cosas por sí mismas pueden
arreglarse, sencillamente esperando.
198
“Autor anónimo; colonial; procedencia: Venezuela; madera, esmalte, cordón; talla, policromía,
ensamblaje; imagen masculina de cuerpo entero, de factura popular, en posición de descanso con las
manos apoyadas sobre una columna colocada al frente, que representa a Jesús atado a la columna.
Rostro de frente, ojos pintados, mirada al frente, cejas delgadas muy marcadas, labios gruesos, cabello
más abajo de los hombros, barba corta y bigote oscuros. Torso desnudo. Destaca el tratamiento
anatómico del torso. Espalda con marcas sangrantes de la flagelación. Viste perizoma blanco con
bordes dorados recogido con un cordón dorado, todo en el mismo material. Pierna derecha en posición
adelantada, el pie derecho está junto a la base de la columna. Brazos rectos extendidos hacia adelante,
manos cruzadas a la altura de las muñecas, amarradas con un cordón anaranjado, las cuales se apoyan
sobre la columna de fuste cilíndrico de color marrón claro marmolado; regular; completo; ubicado en
la sacristía”, Ibid.
247
cristianismo, como manifestación de la pasión y
muerte de Cristo.
248
puntas redondeadas. Viste traje en satén blanco, los
bordes de las mangas con encaje, manto en tela negra
con encaje negro y plateado que va desde la cabeza,
unido debajo de la barbilla hasta los pies. Manos
juntas en posición orante a la altura del pecho;
regular; completo; ubicado en el lado derecho199.
199
Ibid.
249
humana es inherente –debieron decir los religiosos–
al ser, y por lo tanto no debe sernos ajeno.
200
“Autor anónimo; colonial; procedencia: Venezuela; madera, esmalte, cordón; talla, policromía,
ensamblaje; imagen masculina de cuerpo entero, de factura popular, en posición pedestre que
representa a San Francisco. Rostro de frente, mirada al frente, ojos pintados, cabello, barba y bigote
castaño oscuro. Viste hábito marrón manga tres cuartos que deja ver la manga larga de color blanco. El
hábito, recogido en la cintura por un cordón recubierto con pintura blanca, anudado al frente, tiene
muchos pliegues en la falda. Calza sandalias que se observa en el pie derecho que se ve debajo de la
túnica. Brazos flexionados hacia adelante. Brazo derecho extendido hacia arriba con la mano medio
empuñada. Mano izquierda abierta. La pieza está colocada sobre una base en forma de trapecio en
madera color salmón; regular; completo; ubicado en la sacristía”, Ibid.
250
era “San Diego o San Francisco de Cojede”. Como forma
de inducir los votos de pobreza extrema en la
población indígena, tal como fue la vida del Santo.
201
Instrucciones del Gobernador Berroterán…, en: GABALDÓN MÁRQUEZ, Joaquín. Op. cit. p.
201.
251
devociones, virtudes e instintos que sustentaban las
convicciones de defensa al Estado metropolitano. Una
relativa “estabilidad” del sistema interno de poder,
exaltando la fuerza y la grandeza del Estado que
logra dominar a las mayorías pobladoras, con esfuerzo
de un grupo armado minoritario.
202
Narciso Coll y Pratt refiere que como Obispo “trató de hermanar los intereses de Dios con los de V.
M.” porque era “amante de su Religión, de su Rey, y de su Nación”. COLL Y PRATT, Narciso
Obispo. Memorias sobre la Independencia de Venezuela. Caracas, Academia Nacional de la Historia,
Sesquicentenario de la Independencia, 23, 1961, p. 125
252
en las diversas órdenes religiosas. En tal sentido se
regían por las Leyes de Indias y el real patronato.
203
CARROCERA, Fray Buenaventura de. Misión de los Capuchinos en Cumaná. Caracas, Academia
Nacional de la Historia, 1968, t. I, p. 423, 424 y 428.
204
Ibid. p. 428.
253
organizar el poblado en lo social, político y
económico. En la medida que creció la población, se
crearon estructuras de poder interno más complejas.
205
“...se ha de nombrar todos los años, en cada corregimiento un indio gobernador, el cual ha de ser de
los caciques principales que hubiere en la cabeza del partido, que es donde ha de habitar el gobernador,
y, si en el corregimiento hubiere dos pueblos o más, que sean igualmente numerosos en vecindad, al
terminar el gobierno en uno y otro, eligiendo un gobernador en un año de un pueblo y el siguiente de
otro”, Capítulo 15 de las instrucciones hechas por el Sr. Gobernador y Capitán General, en 1694, en:
Ibid. p.p. 548-549.
206
Petición del P. Idefonso de Zaragoza, c. 1694, en: Ibid. 1973, t. I, p. 545, 546.
254
indígenas con capacidad de mando en el sometimiento
mismo de sus hermanos, cediendo cuotas de poder.
207
BRUGERA, Magaly. Op. cit.
255
hacían conciliar con los curas misioneros, mediante
el dogma religioso y prebendas sociales, políticas y
económicas. Por ejemplo, les exceptuaban de las
contribuciones, así se establecía una unión entre los
indígenas del Cabildo y los misioneros, esta era una
forma de plegarse a los estratos explotadores.
256
Estos funcionarios debían ser escogidos
anualmente entre los indígenas del lugar, por
caciques y principales, el Corregidor, Alcalde Mayor
y el Cura del poblado, sus integrantes debían saber
leer y escribir castellano, lo cual reducía
enormemente la cantidad aspirantes208. Cojede en
cuanto misión grande, debió llegar a tener dos.
208
QUINTERO, Gilberto. El Teniente de Justicia Mayor en la Administración Colonial Venezolana
Aproximación a su Estudio Histórico Jurídico. Caracas, Academia Nacional de la Historia, Col.
Fuentes para la historia colonial venezolana, vol. 231. 1996, p. 83, 84.
209
Ibid.
257
opresión y la explotación, al mismo tiempo que se
utilizaban otros instrumentos de trabajo o
producción.
258
El paso de pueblos de misión a doctrinas se daba
a los años de haber establecido la misión. Primero se
estipuló 10 años y por considerarse insuficientes se
les sumó 10 años más, para totalizar 20 años210,
aunque en la práctica histórica poco se acató esta
norma211.
210
CARROCERA, Fray Buenaventura de. Op. cit. 1968, t. I, p. 429.
211
PERERA, Ambrosio. Véase capítulo I.
212
“Al erigirse una población en doctrina, se verificaba en ella un cambio bastante notable. Por una
parte quedaba ya desde entonces fijamente, si es que ya no lo estaba, sujeta al gobierno de un
corregidor, y por otra parte los indios radicados en ella se veían obligados a pagar tributo”, Ibid. p.
431.
259
El corregidor era nombrado por el gobernador y
por lo tanto eran su representante y a él debían los
indígenas pagar lo tributos anuales, pero asignaba
diversas obligaciones a los subordinados, tanto en el
orden material como espiritual, como cuidar a los
indígenas menores y mayores, velando por la educación
de los primeros a través de un maestro y por la
prosperidad de las siembras de los aborígenes. El
cobro de los tributos era realizado en dos partes, la
primera para el día de San Juan en junio y la segunda
para navidad213, en diciembre.
213
“La paga de dicho tributos en la cantidad que va declarado, han de hacer los indios por cada año,
mitad por San Juan de Junio, y la otra mitad por Navidad, quedando al arbitrio y elección de los
naturales el pagar este tributo en reales o género, haciendo estimación de ello conforme al justo y
legítimo valor que tuvieren los reales de contado al tiempo de la paga”, Instrucciones…, en: Fuero…
Op. cit. 1954, p. 201.
214
QUINTERO, Gilberto. Op. cit. 1996, p. 29.
260
organiza el aprovisionamiento de ésta, mantiene el
orden público e impide cualquier intento de nobles o
religioso de usurpar su jurisdicción, teóricamente
duraba dos años en el cargo, período que se alargaba
por mucho más tiempo a través de reelecciones.
215
“a partir de entonces se fortaleció a posición del Corregidor en un sentido más autoritario e
intervencionista, al convertirse en cargo en una verdadera profesión, de carácter inamovible,
regularizándose su ingreso a través de unos estudios y exámenes, y señalándose el salario mínimo,
derechos pasivo etc. Llegó a convertirse en un funcionario temido, codicioso y de arbitrario uso del
poder”, Ibid, p. 41, 56-58.
261
dando cuenta de las medidas tomadas solamente al
Gobernador, como su delegado que era, siendo un
Magistrado para administrar justicia en las
poblaciones, mientras que el Corregidor tenía un
ámbito de cada pueblo. Las divisiones políticas-
territoriales sobre la cual actuaron estos
funcionarios fueron de “partidos”, en los siglos XVI
y XVII y en “departamentos” en el XVIII216.
216
Ibid, p. 103-105.
217
Ibid. p. 364, 404, 320, 410.
262
misiones” se hace de las villas de San Carlos de
Austria y Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, y de
los pueblos de indios de San Antonio de Araure, San
Diego de Cojede, San José de Mapuey, San Francisco de
Tirgua y el San Miguel de Acarigua, los cuales “...he
tenido por bien admitir su allanamiento y dejación de
dichas villas y pueblos y daros noticia de ello para
que dispongáis que el obispo los encargue y ponga en
ellos curas doctrineros, en conformidad con el real
patronato, cuidando su manutención...”, solicitando
información sobre lo que “hubiere remitido a ellos de
cuenta de mi real hacienda”218, es decir, hacer un
balance de cuentas sobre lo actuado en estas
poblaciones.
218
Cédula al gobernador de Venezuela por la que se admitía la dejación de las villas de San Carlos, del
Pilar y de los pueblos de Cojede, Mapuey, Tirgua y Acarigua, a propuesta de los misioneros
capuchinos, y conceciéndo que éstos se encargasen de los pueblos de Río Tocuyo, Chiquinquirá,
Aregue y Arago del río Tocuyo, fechada el 5 de agosto de 1702, publicada en: CARROCERA. Op. cit.
1972, t. II, p. 32-34.
263
tomar posición contra la entrega de estos pueblos tal
como manda la anterior orden bajo juramento in verbo
sacerdotis, tacto pectore sacerdotalis.
219
Acta de la junta de misioneros de los Llanos y testificación de los mismos por no haber pedido
ninguno de ellos la dejación de las poblaciones misionales y entrega al obispado, reafirmando que son
contrarios a tal entrega, San Diego de Cojedes, 18, 19 de agosto de 1706, en: Ibid. p. 40-45.
264
Aunque con descontento, acordaron los misioneros
levantar un acta donde acataban la orden del 5 de
agosto de 1702, haciendo dejación de las villas los
pueblos de indios mencionados, manifestando que si se
perdían los pueblos de indios mencionados no era
responsabilidad de ellos puesto que consideraban que
todavía no era el momento oportuno220.
220
Certificación del P. Marcelino de San Vicente, en la que afirma haber hecho dejación de las
poblaciones de misión por habérselo ordenado así el P. Provincial de Andalucía, Comisario General de
las Misiones, Cojede, 19 de agosto de 1706, en: Ibid. t. II, p. 45-46.
221
“…sirve esta dicha misión –Cojede– de celebrar en ella los misioneros sus trienales capítulos…”,
Estado de la misión de los llanos y recensión de los religiosos que allí ejercían su apostolado, c 1752,
en: Ibid. 1972, t. III, p. 16, 101.
222
Estado de la misión dado al rey por el Prefecto P. Andrés de Grazalema, en que anota los religiosos
misioneros y los pueblos fundados y actualmente al cuidado de los mismos, 6 de junio de 1774, en:
Ibid. p. 212.
223
Estado de la misión de los llanos remitido al rey por el Prefecto P. Gabriel de Benacoaz, Divina
Pastora del Jobal, 20 de junio de 1781, en: Ibid. p. 240, 369.
265
En Cojede se realizaban los “Capítulos
trienales”, como ocurrió en 1724224, el 10 de febrero
de 1736225, el 29 de noviembre de 1765 y otro el 24 de
enero de 1769226. Era un poblado grande considerado
por fray Marcelino de San Vicente como “el mayor
pueblo de las misiones”227 y por Jerónimo de Gibraltar
como “madre de varias misiones”228.
224
Petición del Prefecto P. Salvador de Cádiz para que confirme la dejación de las villas de San Carlos
y Araure más el pueblo de San Miguel de Acarigua, hecha en 1720 con el sentir general de los
misioneros, Caracas, 21 de diciembre de 1724, en: Ibid. 1972, t. II, p. 100.
225
Carta del Prefecto P. Salvador de Cádiz al P. Provincial de Andalucía y Comisario general de las
misiones, exponiéndole la situación de las misión de los llanos Caracas, 6 de julio de 1738, en: Ibid. p.
221.
226
Relación sumaria, presentada por el Prefecto P. Gabriel de Benacoaz al obispo Mariano Martí,
Santa Clara de Caramacate, 10 de mayo de 1772, en: Ibid. 1972, t. III, p. 202.
227
Relación de los progresos…,1725, ya citada, en: Ibid. 1972, t. II, p. 104.
228
Estado de la misión de los llanos…, 1761, ya citada, en: Ibid. t. III, p. 85.
229
Informe dado por el P. Salvador de Cádiz… 12 de septiembre de 1725, en: Ibid. 1972, t. II, p. 138.
266
noviembre de 1725 se poblaría con 220 indios gentiles
de diferentes naciones que llegaron vivos a la misión
Cojede “con los cuales se ha determinado fundar una
nueva misión en el sitio de Aguablanca”230.
230
El prefecto P. Fray Salvador de Cádiz pide al gobernador de Venezuela la aprobación del pueblo
misional Santa Bárbara de Agua Blanca, el 30 de noviembre de 1725, en: Ibid. 1972, t. II, p. 148-150.
231
Ibid. 1972, t. I, p. 177.
267
“murió de un maleficio que le hizo un indio piache en
el pueblo de San Diego de Cojede”, siendo este piache
ahorcado por el corregidor don Matías Viña en 1718,
según testimonio de Marcelino de San Vicente232, el
mismo que estaría tullido en cama en esta misma
misión hacia 1738233. Fray Pedro de Alcalá murió en
esta misión a mediados de septiembre de 1721234;
mientras que fray Prudencio de Braga está “en la
–misión– de Cojede inchado y muy enfermo” hacia
1756235, asimismo murieron allí los frailes Antonio de
Oporto236 y Antonio de Jean237.
232
Relación de los progresos…, 12 de abril de 1725, en: Ibid. 1972, t. II, p. 107.
233
Carta de P. Salvador de Cádiz al P. Provincial de Andalucía, 6 de julio de 1738, en: Ibid. p. 222.
234
Véase: Ibid. p. 146 y t. III, p. 50.
235
Solicitud del Prefecto P. Miguel de Olivares al gobernador de Venezuela pidiéndole se entreguen a
los misioneros los subsidios que se les deben desde 1730, Caracas, junio de 1746, en: Ibid. 1972, t. II,
p. 375.
236
Véase: Ibid. 1972, t. III, p. 50.
237
Ibid. p. 238.
268
que infundían, aunque existiese el Santo Oficio
Inquisitorial.
238
En el valle de San Juan Bautista de El Caimán, el 12 de julio de 1717, compareció ente el Capitán
Don Mathias Francisco Viña, Teniente de justicia Mayor de la Villa de San Carlos y Corregidor del
Pueblo de Cojede de esta jurisdicción, el mestizo Joseph Gimenes natural de la ciudad de Guanare y
dijo que de su espontánea y libre voluntad se quería concertar y concertó con Pedro Ynojosa, asistente
de esta feligresía, por precio de veinticinco pesos por un año “a los cuales el dho. Pedro Ynojosa
allándose presente se obligó a satifacerselos y a pagárselos en toda su satisfasión y aseto dho.
concierto, con la obligación de asestir y cuidar en sus enfermedades al dho. concertado y así juntos se
obligaron a los subso dichos cada uno por lo que le toca guardar y cumplir esta obligación y
concierto…”. OFICINA SUBALTERNA DE REGISTRO PRINCIPAL DEL ESTADO COJEDES.
Documento fechado el 12 de julio de 1717, s/f.
239
Cédula al gobernador de Venezuela repitiendo la orden que se nombrase un teniente de justicia
mayor y capitán a guerra para todas las villas y misiones de los Capuchinos y la representación del
mismo debía hacerla el P. Prefecto, Madrid, 29 de marzo de 1717, editada por: CARROCERA. Op. cit.
1972, t. II, p. 72.
269
Araure el 19 junio240, en esa misma fecha se entregó
el pueblo de San Miguel de Acarigua; días después San
Francisco de Tirgua y San José de Mapuey241, el obispo
le participó al rey el 23 de enero de 1721242, pero
estos volvieron a manos de los misioneros porque el
rey no aprobó la entrega de dichos pueblos; resolvió
el rey y el Consejo de Indias “no se haga novedad en
nada de lo que proponéis”243. Es en 1777 cuando se
entregan quince (15) misiones y una villa, entre las
cuales estaba Cojede y Caramacate244 y es el 18 de
octubre de 1790 cuando se levanta el acta de la junta
de sínodos relativa a la administración efectiva de
los pueblos misionales donde se entrega a la
jurisdicción eclesiástica ordinaria de Camatagua,
Boconó, Buría, Tinajas, los Ángeles, la Santísima
Trinidad, Iguana, Tucupío, Atamaica, Boca del Tinaco
o Baúl, Guardatinajas, el Jobal o Lagunitas, Cojede,
San Rafael de Onoto, Caramacate, el Altar o Cerro
240
Dejación de las villas de San Carlos de Austria y Pilar de Araure y del pueblo de San Miguel de
Acarigua, hecha por los misioneros, y aceptación del obispo de Caracas, Caracas, 19 de junio de 1720,
en: Ibid. p. 72-75.
241
Dejación de los pueblos de San Francisco de Tirgua y San José de Mapuey efectuada por los
misioneros y admitida por el obispo de Caracas, Caracas, 25 de junio de 1720, en: Ibid. p. 75-77.
242
Carta del Obispo D. Juan José Escalona al rey participándole haber aceptado la dejación de dos
villas y tres pueblos misionales hecha por los misioneros capuchinos, y haberlos proveído de curas
seculares, Caracas, 23 de enero de 1721, en: Ibid. p. 80.
243
Cédula al Prefecto P. Pedro de Alcalá denegando permiso para que entregase dos villas y tres
pueblos de la misión al cuidado del obispo por las razones alegadas, mandando que no se hiciese en
ello novedad alguna, San Lorenzo, 26 de agosto de 1721, en: Ibid. p. 82, 83.
244
Informe del estado de la misión…, 5 de julio de 1777, en: Ibid. t. III, p. 233.
270
Negro, Bobare, Agua Blanca, Turén o Jujure, río de
María, Guanarito, Guanare Viejo o Morrones,
poniéndose sacerdotes seculares en las seis primeras,
mientras que las otras quedaron en manos de los
padres misioneros245.
271
cuanto a su independencia; y por
el Norte el Cerro del Tronador
siguiendo la Cordillera del cerro
que corre de Poniente a Oriente y
Chocan en dicho Río Camoruco que
es el punto donde comenzó la
demarcación” 247.
247
Ibid. 1802, Nº 325, ya citado.
248
Ibid.
272
para alcanzar los 200 que se estimaba la “congrua del
Cura”. El documento refiere:
249
Ibid.
250
“Sepase como yo el Presbiterio Br d. Domingo Hernández, cura doctrinero de los Pueblos de
Coxede y Caramacate de esta juridicción de Sn Carlos otorgo y conosco qe doy todo mi poder cumplido
y tan bastante como pr Dho se requiere en primer lugar al Br Dn Pablo Antonio Romero el cargo
273
Otorgaba a ellos la facultad legal de cobrar el
noveno y medio del tesoro de los diezmos que le
correspondía como doctrinero de ambos pueblos
abriendo posibilidad que “...hagan oposiciones a
cualesquiera beneficio curatos y capellanías qe pr
rason de llamanto me correspondan, presentado al
efecto te doy los documentos conducentes i acreditan
el derecho y legitimidad con qe los pretenda” hasta
conseguir la colocación y canónica institución que
fuesen declaradas a su favor251.
274
Tenían como finalidad principal lograr que los
terratenientes, blancos peninsulares o criollos, que
manejaban la economía agrícola o ganadera continuaran
con el dominio socioeconómico de estas tierras,
controlando el “peligro” de la población libre de
indios y esclavos fugitivos de los núcleos
coloniales. En 1771 representantes de los ganaderos
se dirigen al Marqués de la Torre, para solicitar la
intervención ante los reiterados robos que son
objeto, estas personas también asaltan en los pueblos
y promueven la huida de mujeres y niños “que nacen en
aquellas cumbes”, conformando una serie de
“poblaciones volantes, que viven sin temor a Dios, el
Rey ni los Ministros”, calculando un promedio de
veinticuatro mil (24.000) individuos en estas
condiciones, lo que constituyó la máxima preocupación
de los ganaderos.
275
Para sufragar los gastos de este cuerpo policial los
ganaderos tenían que contribuir económicamente para
los pagos de este cuerpo represivo.
276
dueños de hatos, según la cantidad de reses de cada
ganadero. La minuta del prorrateo debía ser aprobada
luego por los mismos contribuyentes.
277
Este cuerpo policial tenía entre sus funciones la
ubicación y destrucción de las cumbes y rochelas
donde vivían los “malhechores”, es decir, los
esclavos y los aborígenes que escapaban de la
opresión y sometimiento colonial y construían
rancherías para poder vivir en libertad, las cuales
eran nómadas la mayoría de las veces. Cuando ubicaban
y destruían una cumbe debían entregar los esclavos a
sus amos y los indígenas a los poblados donde
escapaban. Este era el principal objetivo de esta
fuerza policial. También debía vigilar que las
autoridades policiales no cometiesen ninguna
irregularidad e informar a la Capitanía General si
esto ocurría.
254
“Instrucciones que han Observado el Comisionado, su Teniente y Demás Hombres Empleados en
cuanto a las Cuadrillas Destinadas a Perseguir los Ladrones y Otros Malhechores que Infectan esta
Provincia”, Caracas, 23 de Junio de 1789, Archivo General de Indias, 922, citado por: LUCENA
278
desaparecían grandes cantidades de animales de los
hatos y eran conducidos hacia el norte, contando
muchas veces con la complicidad de las autoridades
locales llegando a dejarse sobornar por los
“delincuentes” sin prestar el debido auxilio a las
rondas, como sucedía con el Teniente de Justicia
mayor de San Carlos255.
SALMORAL, Manuel: El Sistema de Cuadrillas de Ronda para la Seguridad de los Llanos a fines del
Período Colonial. Caracas, Academia Nacional de la Historia, Memoria del Tercer Congreso Nacional
de Historia, Caracas, 1979, t. II.
255
IZARD, Miguel. Op. cit. 1984, p. 109.
279
Lo anterior comprueba la existencia de pequeños
núcleos de resistencia a la colonización, constituido
por esclavos fugitivos, zambos e indios que hurtaban
comida, un caballo o una res, lo que no afectaba la
economía real de los hatos, pero que era un potencial
peligro desde el punto de vista moral ya que
incentivaba la rebelión a las mayorías subyugadas,
oprimidas y explotadas. Estos mismos explotados son
los que continúan luego convertido en lo que llaman
los documentos “bandoleros y salteadores”, cuando se
convierte la actividad del llanero el “cuatrerismo y
abigeato”. Situación que continuó hasta las primeras
décadas del siglo XIX, cuando se encuentran
informaciones que en los llanos de San Carlos estaba
“infestada de pandillas de bandoleros como Juan
Salazar y Tomás Villasana256.
256
AGÜERO, Argenis; Oris VALECILLOS y Tobías MARIÑO: “El bandolerismo en los llanos de
Cojedes 1810-1820”, en: Por los caminos del llano a través de su historia. Arauca, Academia de la
Historia de Arauca. 1992, t. III. pp. 185-200.
280
documento era raro “que tenga que comer”, por lo que
había gran cantidad de hurtos en la zona y ese fue el
motivo por el que se instaló el sistema de cuadrillas
de ronda.
281
elementos políticos como el ofrecimiento de la
libertad a los esclavos, el otorgamiento de tierras y
las mejoras a las condiciones de vida, después de
1812.
258
LANGUE, Frédedriqué. Op. cit. 2000, p. 256.
259
VIRTUOSO, Francisco José. La crisis de la Catolicidad en los inicios republicanos de Venezuela.
Caracas, UCAB. 2001, pp. 55 y 80.
282
¿Qué sucedió en la Guerra de Independencia? ¿Qué
posición asumieron los pobladores de las misiones en
la gesta independentista? ¿Eran patriotas o
realistas? El historiador Héctor Pedreáñez Trejo
escribió “...solamente San Carlos y Tinaco se
declararon por la independencia, en tanto El Pao,
Lagunitas y la población de Cojede se mantuvieron
fieles al régimen español...”260. Esta afirmación se
basa en la posición asumida por el régimen misional a
favor de la corona española y en defensa de los
intereses del rey.
260
PEDREÁÑEZ TREJO, Héctor, Op. cit. 1982, p. 112.
283
inexpugnable a sus depravadas
máximas”261
261
El Prefecto P. José de Ma. Málaga da cuenta al P. Provincial de Andalucía y Comisario general de
la misión, de lo sucedido en los pueblos de Caracas y Barinas y sobre todo con los religiosos
misioneros a partir del comienzo de la guerra de emancipadora, Guayana, 26 de octubre de 1813, en:
CARROCERA, Fray Buenaventura de. Op. cit. t. III, p. 440, 441. El Obispo Narciso Coll y Pratt dejó
constancia del apoyo al movimiento del 19 de abril de 1810, cuando “Ofrecí reconocerla bajo el
carácter de conservadora de los derechos de Fernando Séptimo”, era entonces una Junta provisional
para resguardar sus dominios y subordinándose a la autoridad suprema en España, “Vivan la religión,
viva el Rey, y la Patria” era la consigna. COLL Y PRATT. Op. Cit. p.p. 51, 99, 116.
262
Por este motivo Francisco Hernández, diputado por San Carlos al Congreso de 1811, en la sesión
del 3 de julio, solicita un acta del Cabildo de la villa para firmar a favor de la independencia. El libro
Nacional de los Venezolanos/ Actas del Congreso Constituyente de 1811. Caracas, tipografía
Americana, 1911, p. 47
284
evidencia un mayor el apoyo a los realistas. En el
cuadro 25 se detalla el donativo a los patriotas:
Cuadro Nº 26
263
Gaceta de Caracas, viernes 5 de abril de 1811, Nº 149.
264
Gaceta de Caracas, miércoles 15 de octubre de 1817, Nº 155.
285
Cuadro Nº 27
286
En el cuadro siguiente se comparan los aportes de
los vecinos del pueblo de Cojede a los Patriotas en
1811 y a los realistas en 1817. ¿Puede afirmarse que
existía firmeza de pensamiento? ¿Convicción
ideológica a favor de una u otra causa? o
¿Sencillamente interés económico para apoyar uno u
otro bando? Cuando se comparan los aportes a
patriotas dados en 1811, por la ciudad de San Carlos
y su jurisdicción, los cuales fueron incluidos en la
“Lista de sujetos que han seguido contribuyendo,
donativo patriótico de la ciudad de San Carlos y
pueblos de su jurisdicción, desde el día 2 de febrero
del corriente año, hasta la presente fecha”, según se
lee en la Gaceta de Caracas, 05 de abril de 1811.
Estos donativos ascienden a 586 pesos, 2 reales, de
los cuales 8 pesos fueron aportados en Cojede.
287
a los realistas, como se demuestra en el cuadro 27 se
comparan los aportes a los dos bandos:
Cuadro 28
288
Por eso puede afirmarse que las clases explotadas
y oprimidas del régimen colonial donde se encontraban
los indígenas y de los esclavos africanos y sus
descendientes, no participaron en la gesta
independentista y cuando lo hicieron fue porque los
obligaban. El mismo Libertador Simón Bolívar, afirmó
la resistencia de los indígenas a participar en la
Guerra de Independencia, éstos se les escapaban de
los sitios que les asignaban.
265
“1. La religión Católica, Apostólica, Romana, es también la del Estado, y la única y exclusiva de los
habitantes de Venezuela”, La Constitución Federal de 1811 y documentos afines. Caracas, Academia
Nacional de la Historia, Sesquicentenario de la Independencia, 1961, p.153.
289
Esta misma Constitución divide la Provincia de
Caracas en los siguientes Departamentos: Caracas, San
Sebastián, Valles de Aragua, Barquisimeto y San
Carlos. A su vez cada Departamento estaba conformado
por Cantones y Distritos.
266
Constitución de la Provincia de Caracas, en: Constituciones Provinciales. Caracas, Academia
Nacional de la Historia, Sesquicentenario de la Independencia, 1961, p. 69
267
Op. Cit. p.p. 159, 165.
290
Esto dejaba por fuera a las mayorías
poblacionales, al igual que con la monarquía, para
tener acceso al poder político debían tener bienes de
fortuna y como no tenían el primero, tampoco podían
disfrutar del segundo.
291
por el mismo Bolívar como el “Batalló Vencedores de
Araure”. En la citada carta, Bolívar escribe a Rivas
268
Carta de Bolívar a José Féliz Rivas, fechada en Carmacate el 11 de noviembre de 1813, en: Escritos
del Libertador. Caracas, Sociedad Bolivariana de Venezuela, 1969, t. V. p.p. 280, 281.
292
seguía las instrucciones de Bolívar, para enfrentar
al realista José Tomás Boves. Lo cual indica que la
incorporación a las tropas patriotas no fue
voluntariamente sino por recluta. Diferente a lo que
se ha referido muchas veces que cambiaron sus plumas
por armas para defender la república.
293
comenzó en el sitio de Camoruco y su apogeo fue a
media milla del pueblo de Cojede.
269
AGÜERO, Argenis; Armando GONZÁLEZ SEGOVIA y Wilfredo BOLÍVAR. Ruta Libertadora
Campaña Admirable su Paso por los Estados Portuguesa, Lara y Cojedes. Barquisimeto, Investigación
Documental auspiciada por FUDECO, 2000.
294
baja tan alta. Esto pudo ser porque no hubo tales o
porque eran soldados que venían con ambos ejércitos,
pero en ambos casos la recluta forzosa de uno u otro
bando debió afectar el índice poblacional y esto no
quedó documentado.
295
costearon con su vida este violento enfrentamiento
para ser menos libres que antes270.
270
“…hágase algo por uno pobres pueblos que después de haber costeado con sus personas y bienes...
o, como ovejas, con su carne y su lana... la independencia, han venido a ser menos libres que antes…”
RODRÍGUEZ, Simón. Obras Completas. Caracas, Universidad Simón Rodríguez. Colección Dinámica
y Siembra. T. I. 1975. p. 227.
296
CONSIDERACIONES FINALES
298
en Barquisimeto, algunas tenían posesión que lindaban
con el río Cohede.
299
se entrega al ordinario, es decir la jurisdicción
civil, pasando a ser doctrina.
300
haciendo esfuerzos para que “se sintieran felices en
la conquista”. En este sentido, lograron conformar
una mentalidad realista cuyos alcances aun están por
estudiarse, donde el rey era por derecho otorgado por
la Iglesia católica, el representante de Dios en la
tierra.
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el día 13 de noviembre de 2000. Archivo personal
de Armando González Segovia.
“PHOTOGRAPHIC DISCOURSE/ A STRATEGIAS FOR MEDIA
LITERACY GUIDE FOR UNDERSTANDING PHOTOGRAPHS”/
Ficha de fotografías, notas y materiales de la
cátedra de “Iconografía e Imagen”, cursada con el
profesor Diógenes Molina. Universidad
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