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• Lumbalgias frecuentes.
• Rigidez de las articulaciones.
• Tensión muscular excesiva.
• Aparición de tendinitis.
• Talagia: dolor en el talón al apoyar.
• Hiperqueratosis plantares: durezas dolorosas en las zonas de mayor apoyo.
• Acortamiento de la longitud del pie.
• Metarsalgia: dolor en las almohadillas de la planta de los dedos al apoyar.
• Dedos de garra.
• Dificultad para calzarse.
• Dificultad o cansancio extremo para permanecer de pie sin moverse.
Rutina de ejercicios:
Sentado sobre una superficie dura, pondrás tu pie sobre el muslo contrario,
tomarás la punta de tu pie con la mano y lo estiramos hacia arriba y hacia
abajo, mientras que, con la otra mano darás masajes en el arco de la planta
de tu pie. Realiza 12 repeticiones de 10 segundos en cada pie.
Nos sentamos en la cama y con el pie por fuera de ella vamos a movilizarlo
con la mano lateralmente, hacia arriba y hacia abajo y en círculos. Con el pie
un poco más adentro fijamos con una mano el talón y movilizamos con la
otra mano haciendo movimientos circulares y de torsión. Agarrando más
hacia los dedos los movilizamos hacia arriba y hacia abajo en bloque o uno
por uno.
Cuidados para corregir el pie cavo
Brindar alivio al pie afecto. Reducir la elevación de la bóveda plantar. Mejorar y normalizar la movilidad de los
tobillos y pies. Controlar los daños en la piel: callos de presión y puntos de presión en los pies y dedos.
Para la mayoría de las personas, el pie cavo no produce síntomas lo suficientemente serios para que sea tratado con
cirugía, y lo mejor que puedes hacer es simplemente asegurarte de cuidar bien tus pies. Para algunas personas, el
dolor en el pie se suaviza usando plantillas especiales o aparatos ortopédicos para el pie. A otras personas la
fisioterapia les ayuda a mejorar los músculos del tobillo para un mayor equilibrio. Si practicas deporte, es importante
asegurarte de que tus zapatos disponen de suficiente amortiguación, la cirugía para el cavo en casos muy severos.
Polio: La poliomielitis o polio es una enfermedad viral que puede afectar la médula espinal causando
debilidad muscular y parálisis. El virus de la polio entra en el organismo a través de la boca, generalmente
cuando las manos se han contaminado con las heces de una persona infectada.
Lumbalgias: El lumbago agudo es causado con mayor frecuencia por una lesión repentina en los músculos y
los ligamentos que sostienen la espalda. El dolor puede ser causado por espasmos musculares o distensión
o desgarro en músculos y ligamentos.
Parálisis cerebral: Parálisis significa debilidad o problemas con el uso de los músculos. La parálisis cerebral
infantil (también abreviada parálisis cerebral) es causada por el desarrollo anormal del cerebro o por
daño al cerebro en desarrollo que afecta la capacidad de la persona para controlar los músculos.
Metatarsalgias: La metatarsalgia es una afección que produce dolor e inflamación en la bola del pie
(metatarso). Podrías sufrir esta afección si participas en actividades como correr o saltar. También existen
otras causas, por ejemplo, deformidades del pie y zapatos demasiado ajustados o demasiado grandes.
Fascitis: La palabra fascitis indica la inflamación de la fascia, un tejido fibroso muy resistente situado entre
los músculos y encima de ellos.
Tatalgias: Se denomina talalgia al dolor localizado en la zona del retropié. Es uno de los síndromes álgicos
más habituales del pie. El médico asocia enseguida la talalgia con el término «espolón calcáneo», pero las
patologías que pueden generar una talalgía son muy variadas.
Calcáneo: Uno de los huesos del tarso, que en la especie humana está situado en el talón o parte
posterior del pie.