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El pie cavo

Tema: alteraciones del pie, y su relación on los problemas de salud.

Examen para determinar pie cavo

El paciente se observa de pie, para identificar el colapso del arco


longitudinal en el pie plano (pie plano) y el pie cavo (un arco alto). El
paciente se observa desde atrás mientras está de pie sobre los dedos
de los pies; se evalúa la contracción del gastrocnemio, el grado de
inversión del talón, la altura del arco del pie y el grado de simetría
lateral.

Se inspecciona todo el pie para detectar un cambio de coloración,


edema y lesiones y para detectar deformidades como hallux valgus (o
juanete) del dedo gordo del pie y deformidades del dedo del pie de
martillo en los otros dedos. La inspección entre y debajo de los dedos
de los pies puede revelar lesiones y llagas que el paciente no advirtió,
especialmente en diabéticos.

El pie se palpa suavemente para detectar calor y edema sutil. La


comparación con el lado no afectado es útil. Se evalúa la sensibilidad
táctil ligera, como mínimo, en la parte superior del primer espacio
interdigital palmar y en la cara lateral del pie. El pulso dorsal del pie se
palpa sobre el dorso del pie y el pulso tibial posterior se palpa detrás
del maléolo medial.

El pie se palpa con un dedo para identificar hipersensibilidad y


comienza con una palpación ligera para minimizar la ansiedad del
paciente. La palpación de los huesos metatarsianos y las articulaciones
debe incluir la cabeza del quinto metatarsiano, un sitio común de
fractura; los espacios entre las cabezas del metatarso; y la articulación
tarsometatarsiana. Después de la lesión, la palpación de los huesos del
tarso debe incluir el escafoides, otro sitio común de fractura del pie. A
los pacientes con dolor en el talón después de la lesión se les evalúa la
sensibilidad del calcáneo mediante el sostén del talón con una mano y
su compresión.
¿Qué problemas de salud causan tener pie cavo?

• Lumbalgias frecuentes.
• Rigidez de las articulaciones.
• Tensión muscular excesiva.
• Aparición de tendinitis.
• Talagia: dolor en el talón al apoyar.
• Hiperqueratosis plantares: durezas dolorosas en las zonas de mayor apoyo.
• Acortamiento de la longitud del pie.
• Metarsalgia: dolor en las almohadillas de la planta de los dedos al apoyar.
• Dedos de garra.
• Dificultad para calzarse.
• Dificultad o cansancio extremo para permanecer de pie sin moverse.

Rutina de ejercicios:

Sentado sobre una superficie dura, pondrás tu pie sobre el muslo contrario,
tomarás la punta de tu pie con la mano y lo estiramos hacia arriba y hacia
abajo, mientras que, con la otra mano darás masajes en el arco de la planta
de tu pie. Realiza 12 repeticiones de 10 segundos en cada pie.

De manera estática, con ayuda de una pelota de relajación, darás masajes en


el arco longitudinal de la planta de tu pie. Pondrás debajo de tu pie la pelota y
la llevarás hacia adelante y hacia atrás. El tiempo para realizar este ejercicio es
de 2 a 3 minutos por cada pie.

Pondremos una toalla extendida en el suelo, el paciente tendrá que estar


sentado sobre una superficie plana y dura con los dedos del pie en el extremo
superior de la toalla, la arrugará para traer la toalla hacia él. Puede aumentar
la dificultad de este ejercicio colocando un peso pequeño en el extremo de la
toalla. Este ejercicio se tendrá que realizar de 5 a 7 veces por cada pie, todo
dependerá de la disponibilidad de cada paciente.

Con ayuda de ligas elásticas para rehabilitación, las colocaremos alrededor


de los dedos del pie y el otro extremo lo tomaremos con la mano.
Lentamente reflexionaremos hacia arriba, es decir, los dedos apuntarán
hacia nosotros. Mantener esta posición durante dos o tres segundos antes
de regresar el pie a su posición natural. La repetición de este ejercicio será
de 10 a 15 veces por cada pie.

Nos sentamos en la cama y con el pie por fuera de ella vamos a movilizarlo
con la mano lateralmente, hacia arriba y hacia abajo y en círculos. Con el pie
un poco más adentro fijamos con una mano el talón y movilizamos con la
otra mano haciendo movimientos circulares y de torsión. Agarrando más
hacia los dedos los movilizamos hacia arriba y hacia abajo en bloque o uno
por uno.
Cuidados para corregir el pie cavo

Brindar alivio al pie afecto. Reducir la elevación de la bóveda plantar. Mejorar y normalizar la movilidad de los
tobillos y pies. Controlar los daños en la piel: callos de presión y puntos de presión en los pies y dedos.

Tratamientos para el pie cavo

Para la mayoría de las personas, el pie cavo no produce síntomas lo suficientemente serios para que sea tratado con
cirugía, y lo mejor que puedes hacer es simplemente asegurarte de cuidar bien tus pies. Para algunas personas, el
dolor en el pie se suaviza usando plantillas especiales o aparatos ortopédicos para el pie. A otras personas la
fisioterapia les ayuda a mejorar los músculos del tobillo para un mayor equilibrio. Si practicas deporte, es importante
asegurarte de que tus zapatos disponen de suficiente amortiguación, la cirugía para el cavo en casos muy severos.

Radiografía del pie cavo


Glosario:
Apoplejía: Síndrome neurológico de aparición brusca que comporta la suspensión de la actividad cerebral
y un cierto grado de parálisis muscular; es debido a un trastorno vascular del cerebro, como una embolia,
una hemorragia o una trombosis.

Polio: La poliomielitis o polio es una enfermedad viral que puede afectar la médula espinal causando
debilidad muscular y parálisis. El virus de la polio entra en el organismo a través de la boca, generalmente
cuando las manos se han contaminado con las heces de una persona infectada.

Tendinitis: Inflamación de un tendón debida, generalmente, a un golpe o a un esfuerzo excesivo.

Lumbalgias: El lumbago agudo es causado con mayor frecuencia por una lesión repentina en los músculos y
los ligamentos que sostienen la espalda. El dolor puede ser causado por espasmos musculares o distensión
o desgarro en músculos y ligamentos.

Parálisis cerebral: Parálisis significa debilidad o problemas con el uso de los músculos. La parálisis cerebral
infantil (también abreviada parálisis cerebral) es causada por el desarrollo anormal del cerebro o por
daño al cerebro en desarrollo que afecta la capacidad de la persona para controlar los músculos.

Metatarsalgias: La metatarsalgia es una afección que produce dolor e inflamación en la bola del pie
(metatarso). Podrías sufrir esta afección si participas en actividades como correr o saltar. También existen
otras causas, por ejemplo, deformidades del pie y zapatos demasiado ajustados o demasiado grandes.

Fascitis: La palabra fascitis indica la inflamación de la fascia, un tejido fibroso muy resistente situado entre
los músculos y encima de ellos.

Tatalgias: Se denomina talalgia al dolor localizado en la zona del retropié. Es uno de los síndromes álgicos
más habituales del pie. El médico asocia enseguida la talalgia con el término «espolón calcáneo», pero las
patologías que pueden generar una talalgía son muy variadas.

Calcáneo: Uno de los huesos del tarso, que en la especie humana está situado en el talón o parte
posterior del pie.

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