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8. Causalidad.

- La responsabilidad debe ser asumida por una persona que ha cometido una
inacción o una acción activa que constituye un delito penal.

El principio de causalidad, la sanción debe recaer en el administrado que realiza la conducta omisiva
o activa constitutiva de infracción sancionable. La norma exige el principio de personalidad de las
sanciones, entendido como, que la asunción de la responsabilidad debe corresponder a quien
incurrió en la conducta prohibida por ley, y por tanto, no podrá ser sancionado por hechos
cometidos por otros (…) o por las denominadas responsabilidades en cascada aplicables a todos
quienes participan en un proceso decisional.

conecta con otro bastante debatido en el Derecho Administrativo sancionador: el de culpabilidad


del infractor”. El cual “a falta de norma, en nuestro derecho ha sido introducido
jurisprudencialmente por el Tribunal Constitucional como una exigencia para ejercer legítimamente
la potestad sancionadora”, al examinar “si es que en un Estado constitucional de Derecho es válido
que una persona sea sancionada por un acto ilícito cuya realización se imputa a un tercero”.

Como se advierte, la doctrina es unánime al reconocer que el principio de culpabilidad es inherente


al procedimiento administrativo sancionador, y constituye un límite a la potestad punitiva del
Estado. se debe sostener que la autoridad administrativa tiene la obligación de verificar que el
destinatario de la sanción administrativa sea la persona natural o jurídica que cometió la infracción.

PRESUNCION DE LICITUD:

es una obviedad señalar que toda persona se presume inocente mientras no se declare su
culpabilidad por un órgano jurisdiccional o administrativo con competencia para ello. Ello no impide
analizar y evaluar si ese concepto tan aceptado es aplicado con la debida corrección por las
instancias administrativas que ejercen la potestad de sancionar.

Dicho reconocimiento y su alcance ha sido objeto de pronunciamientos del Tribunal Constitucional,


así en la Sentencia recaída en el Expediente N° 02192-2004-AA/TC se estimó la demanda de amparo
porque el Tribunal comprobó, entre otros hechos, que la Municipalidad Provincial de Tumbes había
vulnerado el derecho a la presunción de inocencia de los demandantes.

un principio derecho con reconocimiento pleno en todo ámbito de la actuación estatal en la que se
discuta la presunta responsabilidad de toda persona, esta presunción de licitud brinda una
protección, inicial y relativa al imputado, e impone una carga para el órgano jurisdiccional o
administrativo que tiene a cargo la evaluación de dicha responsabilidad.

es necesario tener en cuenta que la potestad represiva o sancionadora con la que cuenta la
Administración pública tiene como finalidad asegurar el cumplimiento de las disposiciones de
carácter imperativo impuestas a los administrados y así poder contrarrestar la comisión de
determinadas conductas ilícitas o infractoras, cuyo castigo se encuentra excluido de la competencia
de los órganos jurisdiccionales penales.

respecto a este principio, propio del ámbito sancionador, lo señalado con relación a que todo
principio contiene “(…) inderogables valores y principios constitucionales que dan plena base y
justificación a una legislación uniforme” , de allí su indispensable consideración y aplicación en los
procedimientos administrativos sancionadores especiales.

con especial énfasis en la configuración del procedimiento administrativo sancionador, la aplicación


de la presunción de licitud implicará que los sujetos de dicho procedimiento asumirán su rol desde
la perspectiva que les toca, correspondiendo a la Administración pública reunir los medios
probatorios que permitan desvirtuar dicha presunción relativa, y recayendo en los administrados a
quienes se atribuye una presunta infracción acogerse a la salvaguarda inicial que les brinda la
misma, en función a la cual se entenderá que actuarán apegados a sus deberes, en tanto los
indicados medios probatorios no evidencien razonablemente lo contrario.

La correcta utilización de la presunción de licitud para el ejercicio de la potestad sancionadora e


imposición de sanciones administrativas por dichas entidades refuerza la legitimidad de su
actuación sancionadora, la misma que, al llevarse a cabo en cumplimiento estricto de las garantías
básicas –como es el caso de la indicada presunción resulta incuestionable y reforzada

9. Presunción de legalidad. - Las entidades deberán presumir que la sociedad ha actuado


de conformidad con sus obligaciones hasta que tengan prueba en contrario.

El primer acercamiento que tenemos al principio de legalidad nos es natural; la razón de esto es que
los fenómenos naturales que se suceden a nuestro alrededor obedecen las leyes de la naturaleza.
Cuando una manzana cae al suelo simplemente está ajustando su actuación a la ley de la
gravitación universal.

Ahora bien, en el mundo del derecho no ocurre lo mismo, y no ocurre porque la relación de
causalidad que existe en el mundo natural no existe en el derecho. Lo que existe en el derecho es
una relación de imputación, una conexión entre el acto y su consecuencia, el enunciado jurídico
dice que si se cumplen determinados requisitos condicionados por el orden jurídico, debe
producirse determinado acto establecido por el orden jurídico.

La formulación del principio de legalidad toma un matiz de claridad, nos enfoca en la competencia y
la legalidad, y es en parte estático y en parte dinámico. En su aspecto estático establece quién debe
realizar el acto y cómo debe hacerlo; en su aspecto dinámico, la conformidad de actuación de la
autoridad y la conformidad del resultado de su actuación con la ley. Por ello una de sus mejores
expresiones es “la autoridad solo puede hacer lo que la ley le permite”.

si por legalidad entendemos solo la conformidad con la ley, entonces no debemos confundirla con
el principio de legalidad, porque la legalidad no agota el principio; estaríamos confundiendo la
especie con el género. Por la misma razón, tampoco debemos confundir el principio de legalidad
con la legitimidad, porque el principio de legalidad tiene que ver con la competencia y el ejercicio
de facultades, mientras que la legitimidad tiene que ver con la justificación del que ejerce el poder;
se refiere a “la búsqueda de un fundamento”.

La diferencia entre la legalidad y la constitucionalidad es que aun las leyes como actos del Estado
deben adecuarse al ordenamiento supremo; así, el principio de legalidad establece que todo acto
emanado del Estado se adecue a las leyes y a la Constitución, y que aun aquellos actos no
subordinados a ley alguna deben adecuarse a la Constitución.

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