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TIC aplicadas a la Educación Prof.

Marcos Cabezas González

Sociedad de la informacion, sociedad


del conocimiento y TIC
“Cualquier término que usemos, en el fondo, es un atajo que nos permite hacer refe-
rencia a un fenómeno (actual o futuro), sin tener que describirlo cada vez; pero el
término escogido no define, de por sí, un contenido. El contenido emerge de los usos
en un contexto social dado, que a su vez influyen en las percepciones y expectativas
ya que cada término lleva consigo un pasado y un sentido (o sentidos), con su res-
pectivo bagaje ideológico. Era de esperar, entonces, que cualquier término que se
quiera emplear para designar la sociedad en la que vivimos, o a la cual aspiramos,
sea objeto de un disputa de sentidos, tras la que se enfrentan diferentes proyectos de
sociedad” (Sally Burch, 2006, 23).

Contenidos
1. ¿Qué es la sociedad de la información? ................................................................................. 2
2. Características de la sociedad de la información. .................................................................. 4
3. Dimensiones éticas de la sociedad de la información. ........................................................... 5
4. ¿Qué es la sociedad del conocimiento? ................................................................................. 5
5. Diferencias entre sociedad de la información y sociedad del conocimiento. ........................ 8
6. ¿Qué son las tecnologías de la información y la comunicación? ........................................... 8
7. Aportaciones sociales de las tecnologías de la información y la comunicación. ................... 9
8. Los mitos de la sociedad de la información, de la sociedad del conocimiento y de las
TIC. .......................................................................................................................................... 10

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1. ¿Qué es la sociedad de la información?


El término “sociedad de la información” es un término empleado para referirse a socieda-
des en las que las tecnologías que hacen posible la creación, distribución y uso de la informa-
ción juegan un papel esencial en las actividades sociales, culturales y económicas (Wikipe-
dia).
La mayoría de autores coinciden en que son dos sociólogos los impulsores de este concep-
to, en concreto el francés Alain Touraine quien en 1969 publicó una obra titulada “La socie-
dad post-industrial”, y el estadounidense Daniel Bell, quien con mayor influjo, en 1973 intro-
dujo la noción de “sociedad de la información” en su libro titulado “El advenimiento de la
sociedad postindustrial”, para poner de manifiesto el valor estratégico y el enorme impacto
social, económico, político y cultural de la información como materia prima de las sociedades
industrialmente avanzadas. Sin embargo, la concepción actual de lo que entendemos por “so-
ciedad de la información” se generalizó a partir de la obra del sociólogo japonés Yoneji Ma-
suda, cuando en 1981 publicó “La Sociedad de la información como sociedad Post-industrial”
(Salvat, G. y Serrano, V., 2011; Cabero, J., 2006; Burch, S., 2005; De Pablos, J.M y Mateos,
C., 2003). Es en los años noventa, en el contexto del desarrollo de Internet y de las TIC,
cuando este término reaparece con fuerza. A partir de 1995, fue incluido en la agenda de las
reuniones del G8, ha sido abordado en los foros de la Unión Europea y de la OCDE, y ha sido
adoptado por el gobierno de los Estados Unidos, así como por diferentes agencias de las Na-
ciones Unidas y por el Grupo Banco Mundial. A partir de 1998, fue elegido, en la Unión In-
ternacional de Telecomunicaciones y en la ONU, como el nombre de la Cumbre Mundial rea-
lizada en 2003 en Ginebra y en 2005 en Túnez (Burch, S., 2005).
A la hora de definir el término “sociedad de la información”, es preciso diferenciar, como
apunta Sally Burch (2005) dos tipos de conceptos: los que intentan caracterizar una realidad
que existe o emerge y los que expresan un deseo de una sociedad potencial. Ambos tipos son
relevantes, los primeros por su aportación a la reflexión sobre el tema y los segundos porque
sirven de orientación a políticas y acciones.
Así, entre las definiciones del primer tipo podemos señalar la de Yoneji Masuda, quien la
define como “sociedad que crece y se desarrolla alrededor de la información y aporta un flo-
recimiento general de la creatividad intelectual humana, en lugar de un aumento de consumo

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material” (1984). Y la de Manuel Castells, quien prefiere hablar de “Sociedad informacional”


más que de “Sociedad de la información”, ya que “el término informacional indica el atributo
de una forma específica de organización social en la que la generación, el procesamiento y la
transmisión de información se convierten en las fuentes fundamentales de la productividad y
el poder, debido a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen en este periodo histórico”
(1999).
Respecto a las definiciones del segundo tipo, que expresan el deseo de una sociedad poten-
cial, recogemos la formulada en la primera fase de la Cumbre Mundial sobre la sociedad de la
información, celebrada en 2003 en Ginebra: “declaramos nuestro deseo y compromiso comu-
nes de construir una sociedad de la información centrada en la persona, integradora y orienta-
da al desarrollo, en que todos puedan crear, consultar, utilizar y compartir la información y el
conocimiento, para que las personas, las comunidades y los pueblos puedan emplear plena-
mente sus posibilidades en la promoción de su desarrollo sostenible y en la mejora de su cali-
dad de vida, sobre la base de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y
respetando plenamente y defendiendo la Declaración Universal de Derechos Humanos”
(2005).
Concluimos este apartado haciendo referencia a algunas de las críticas que se han vertido
sobre el término “Sociedad de la información”. En primer lugar, este concepto, nacido bajo el
mandato de la globalización neoliberal, sobrentiende que el futuro del desarrollo vendrá mar-
cado por las revoluciones tecnológicas y los conflictos sociales serán cosa del pasado. Por
ello, este concepto no es el más adecuado para caracterizar las nuevas tendencias sociales, ni
mucho menos para definir un proyecto contrahegemónico de sociedad. En segundo lugar, es
mejor referirse a “sociedades” que a “sociedad” para poder recoger la heterogeneidad y la
diversidad de las sociedades humanas. En tercer lugar, cualquier definición que utilice el tér-
mino “sociedad” no puede describir una realidad reducida a Internet o a las TIC. Y en cuarto
y último lugar, este término debería hacer referencia a un “proyecto de sociedad donde la in-
formación sea un bien público, no una mercancía, la comunicación un proceso participativo e
interactivo, el conocimiento una construcción social compartida, no una propiedad privada, y
las tecnologías un soporte para todo ello, sin que se conviertan en un fin en sí” (Burch, S.,
2005).

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2. Características de la sociedad de la información.


Sus principales características son (Cabero, J., 2006):
✓ Ser una sociedad globalizada: Los modelos económicos de comienzo del siglo XX, capita-
lismo y comunismo, han sido sustituidos por modelos neoliberales, donde la economía ha
superado el espacio de las naciones para situarse en el terreno transnacional. Si los prime-
ros pasos de la globalización fueron en la economía, posteriormente han alcanzado a la
cultura para imponerse un modelo de vida norteamericano que coloniza, sobre todo, a las
clases más populares y menos formadas.
✓ Gira en torno a las TIC: Las tecnologías de la información y la comunicación son el ele-
mento básico para su desarrollo y potenciación.
✓ Aparición de nuevos sectores laborales: como consecuencia de lo anterior, sobre todo, aso-
ciados al mundo de las TIC. Se crean nuevas modalidades de trabajo (como el teletrabajo)
y se cambia el tipo de relaciones laborales, donde el trabajador cada vez maneja menos
físicamente el objeto, se encuentra más aislado de las cadenas de producción y en donde
los entornos virtuales se convertirán en los espacios básicos de interacción.
✓ Exceso de información: debido a la amplitud y rapidez con que ésta es puesta a disposición
de los usuarios. En la sociedad del futuro, la persona, deberá tener una serie de compe-
tencias para aprender, desaprender y reaprender.
✓ “Aprender a aprender”: es vital, ya que estamos hablando de una sociedad del aprendizaje,
en la que la adquisición de los conocimientos no está reservada exclusivamente a institu-
ciones formales de educación, y donde los periodos formativos no se limitan a un periodo
concreto de la vida de la persona.
✓ Su impacto alcanza a todos los sectores de la sociedad: cultura, ocio, industria, economía,
educación, etc.
✓ Brecha digital: su incorporación no es por igual en todos los lugares, por lo que es motivo
de exclusión social, o mejor dicho, de e-clusión social.
✓ Nuevo tipo de inteligencia: la ambiental. Estamos pasando de una sociedad de la memoria
a la del conocimiento, es decir, de una inteligencia de memoria a una distribuida, donde
contamos para ello con diferentes instrumentos tecnológicos.

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✓ Velocidad del cambio: vivimos en un mundo donde las TIC, nada más nacer fallecen, y su
vida media disminuye progresivamente.

3. Dimensiones éticas de la sociedad de la información.


La sociedad de la información debe observar unos principios éticos para que ésta sea una
sociedad para todos. Tales principios quedan recogidos en los documentos finales de la Cum-
bre Mundial sobre la sociedad de la información (UIT, 2005, 21). En concreto, en la declara-
ción de Ginebra 2003, se recoge:
10) Dimensiones éticas de la sociedad de la información.
56. La sociedad de la información debe respetar la paz y regirse por los valores fundamentales
de libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, responsabilidad compartida y respeto a la natura-
leza.
57. Reconocemos la importancia de la ética para la sociedad de la información, que debe fo-
mentar la justicia, así como la dignidad y el valor de la persona humana. Se debe acordar la
protección más amplia posible a la familia y permitir que ésta desempeñe su papel cardinal en
la sociedad.
58. El uso de las TIC y la creación de contenidos debería respetar los derechos humanos y las
libertades fundamentales de otros, lo que incluye la privacidad personal y el derecho a la li-
bertad de opinión, conciencia y religión, de conformidad con los instrumentos internacionales
relevantes.
59. Todos los actores de la sociedad de la información deben adoptar las acciones y medidas
preventivas apropiadas, con arreglo al derecho, para impedir la utilización abusiva de las TIC,
tales como actos ilícitos o de otro tipo motivados por el racismo, la discriminación racial, la
xenofobia, y las formas conexas de intolerancia, el odio, la violencia, todo tipo de maltrato de
niños, incluidas la pedofilia y la pornografía infantil, así como la trata y la explotación de se-
res humanos.

4. ¿Qué es la sociedad del conocimiento?


El término “sociedad del conocimiento” es un término empleado para referirse a un tipo de
sociedad caracterizada por una apropiación crítica y selectiva de la información por parte de
sus ciudadanos.

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Si la sociedad de la información hace referencia a la creciente capacidad tecnológica para


almacenar cada vez más información y hacerla circular cada vez más rápidamente y con ma-
yor capacidad de difusión, la sociedad del conocimiento se refiere a la apropiación crítica y
selectiva de la información protagonizada por los ciudadanos que saben cómo aprovechar la
información (Wikipedia).
Este concepto es atribuido a Peter Drucker, quien en 1993 destacó, en su libro titulado “La
sociedad post-capitalista”, la necesidad de crear una teoría económica que situara el conoci-
miento en el centro de la producción de riqueza (Montuschi, L., s/a; wikipedia). Posterior-
mente en 1995, Taichi Sakaiya se encargó de popularizarlo para explicar su visión de la es-
tructura de la sociedad venidera, en un anticipo de la historia del futuro (Boisier, S., 2001).
Karsten Krüger (2006), citando a Heidenreich distingue cuatro formas de definir la “socie-
dad del conocimiento”:
1. Parecido al término “sociedad de la información”, indica la importancia de las TIC y su
utilización en los procesos económicos.
2. Resaltando la nuevas formas de producir conocimiento. El conocimiento se considera co-
mo una de las causas principales del crecimiento, junto con el capital y el trabajo.
3. Se resalta la creciente importancia de los procesos de educación y formación, tanto inicia-
les como a lo largo de toda la vida.
4. Se destaca la progresiva importancia de los servicios intensivos en conocimiento y comu-
nicación, que comúnmente se denominan trabajo de conocimiento.
De esta forma, la “sociedad del conocimiento” se refiere a “cambios en las áreas tecnológicas
y económicas, estrechamente relacionadas con las TIC, en el ámbito de la planificación de la
educación y la formación, en el ámbito de la organización (gestión del conocimiento) y del
trabajo (trabajo de conocimiento)”. Para este mismo autor, en una “sociedad del conocimien-
to” están presentes, fundamentalmente, cuatro indicadores en forma de cambios profundos en:
1. Ámbito económico: el sector servicios gana importancia en detrimento del sector de pro-
ducción de bienes. Además, aumentan los profesionales altamente cualificados y disminu-
yen los menos cualificados.
2. Ámbito político: las decisiones políticas dependen cada vez más de una legitimación cien-
tífica, lo que hace que los agentes políticos dependan cada vez más de expertos y asesores.

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3. Ámbito educativo: la educación es cada vez más importante, y el nivel educativo de la po-
blación cada vez más alto. Un indicador de esto es la transformación de las universidades
como instituciones elitistas en instituciones de educación superior masificadas.
4. Ámbito cultural: intenso debate sobre la globalización y el uso de Internet, que indica un
cambio profundo en los procesos culturales y las interacciones sociales relacionadas con el
uso de las TIC.
Así, el concepto actual de la “sociedad del conocimiento” no se centra en el progreso tecnoló-
gico, sino que lo entiende como un factor más del cambio social, como por ejemplo, la expan-
sión de la educación. “El conocimiento será cada vez más la base de los procesos sociales en
diversos ámbitos funcionales de las sociedades. Crece la importancia del conocimiento como
recurso económico, lo que conlleva la necesidad de aprender a lo largo de toda la vida”.
En esta misma línea Carlos Marcelo (2001) expone que el conocimiento es uno de los
principales valores de los ciudadanos de la actual sociedad, de tal manera que cuánto más
formados estén éstos, más capacidad de innovar y de emprender tengan, mayor será el valor
de la sociedad en la que viven. Pero hoy en día, los conocimientos tiene fecha de caducidad y
esto exige una constante actividad de formación y aprendizaje.
Quizá de una manera más sencilla y comprensible, podemos concluir que el conocimiento
es la pieza clave de la “sociedad del conocimiento”. Esto quiere decir que “el saber y el cono-
cimiento son los parámetros que gobiernan y condicionan la estructura y composición de la
sociedad actual y son, también, las mercancías e instrumentos determinantes del bienestar y
progreso de los pueblos” (Mateo, J.L., 2006). Aunque históricamente esto no suponga nada
nuevo, ya que el conocimiento siempre ha sido importante y determinante desde un punto de
vista social; la novedad radica en la velocidad con que se genera y la rapidez con la que se
transmite en la actualidad.
Para terminar, indicar que este concepto es más bien un anhelo hacia un tipo de sociedad
posterior a la de la información, y a la que se llegará utilizando tanto la tecnología como la
educación universal y el desarrollo a escala humana de las sociedades actuales.

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5. Diferencias entre sociedad de la información y sociedad del conocimien-


to.
Las principales diferencias entre estos dos conceptos se pueden resumir en los siguientes
(Sevillano García, M.L., 2008; Burch, S., 2005):

Sociedad de la información Sociedad del conocimiento

Hace referencia a la extensión masiva de Hace referencia a aspectos conceptuales y


modernas técnicas de información y sus cualitativos, por ejemplo, procesos de
consecuencias. formación o la puesta en práctica de siste-
mas complejos de trabajo.

Lo material tiene una significación espe- Son más importantes los procesos inmate-
cial. riales de pensamiento.

Su producto típico es el chip. Su producto típico es el saber.

Lo importante son los datos. Lo importante son las ideas.

Pone el énfasis en el contenido del trabajo Pone el énfasis en los agentes económicos,
(el proceso de captar, procesar y comuni- que deben poseer cualificaciones superio-
car las informaciones necesarias). res para el ejercicio de su trabajo.

6. ¿Qué son las tecnologías de la información y la comunicación?


Las TIC “agrupan los elementos y las técnicas usadas en el tratamiento y la transmisión de
la información, principalmente la informática, Internet y las telecomunicaciones” (Wikipe-
dia), y están presentes en todos los sectores de nuestra sociedad, desde la más grandes multi-
nacionales, a las pymes, gobiernos, administraciones, universidades, centros educativos, or-
ganizaciones sociales, profesionales, y particulares (Suarez y Alonso, R., 2007).
Las TIC son un concepto formado por tres términos: tecnología, información y comunica-
ción. La tecnología hace referencia a la aplicación de los conocimientos científicos para faci-
litar las actividades humanas. Supone la creación de productos, herramientas, lenguajes y mé-
todos al servicio de la persona. La información se refiere a datos que tienen un significado

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para determinados colectivos y es fundamental para las personas, ya que a partir del proceso
cognitivo de la misma que obtenemos continuamente con nuestros sentidos, vamos tomando
las decisiones que dan lugar a todas nuestra acciones. Y la comunicación es el proceso por
medio del cual las personas envían y reciben mensajes.
Teniendo esto en cuenta, si juntamos estos tres términos, podemos definir las TIC como:
“conjunto de avances tecnológicos que nos proporcionan la informática, las telecomunicacio-
nes y las tecnologías audiovisuales, que comprenden los desarrollos relacionados con los or-
denadores, Internet, la telefonía, los medios de comunicación de masas, las aplicaciones mul-
timedia y la realidad virtual. Estas tecnologías básicamente nos proporcionan información,
herramientas para su proceso y canales de comunicación” (Marqués Graells, P., 2008).
Sobre las TIC se han generado diversos discursos, que otorgan un papel diferente a las
mismas en el desarrollo social. El mercantilista que las entiende como un enorme mercado
con gran potencial para el crecimiento económico. El crítico-político que entiende que las
TIC deben servir al desarrollo humano y social, y no estar sometidas a los intereses de las
grandes industrias del capitalismo. El tecnocentristra que mitifica a las TIC como la panacea
de una sociedad más eficaz y llena de bienestar para sus ciudadanos. Y el apocalíptico según
el cual las TIC representan el fin de los ideales y valores de la modernidad y del modelo hu-
manista de cultura (Area Moreira, M., 2009).

7. Aportaciones sociales de las tecnologías de la información y la comunica-


ción.
¿Qué aportan las TIC a la Sociedad? En general, podemos decir que aumentan las posibili-
dades físicas, mentales y de desarrollo social de las personas. En concreto, las TIC aportan a
la actividad humana (Marqués Graells, P., 2008):
1. Fácil y rápido acceso a la información: sobre cualquier tema y en diferentes formatos (tex-
to, imagen, audio, vídeo, etc.).
2. Instrumentos para todo tipo de proceso de datos: permiten realizar cualquier tipo de proce-
so de datos de manera rápida y fiable (escritura de textos, cálculos, gráficos, etc.), que nos
ayudan especialmente a expresarnos y desarrollar nuestra creatividad, realizar cálculos y
organizar la información.

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3. Canales de comunicación: sirven de soporte para comunicarnos de manera inmediata, sin-


crónica y asincrónicamente, para propagar información y contactar con cualquier persona o
institución del mundo.
4. Almacenamiento de grandes cantidades de información: en pequeños soportes de fácil
transporte e incluso en “servicios en la nube”.
5. Interactividad: las tecnologías nos permiten dialogar con programas de gestión, videojue-
gos, materiales multimedia, etc.
6. Homogeneización de códigos: empleados para registrar la información. La información
puede ser captada, procesada y convertida a cualquier formato digital para almacenarla y/o
distribuirla.
7. Instrumento cognitivo: que potencia las capacidades mentales y permite el desarrollo de
nuevas maneras de pensamiento.

8. Los mitos de la sociedad de la información, de la sociedad del conoci-


miento y de las TIC.
En este punto vamos a seguir algunas ideas expuestas por Julio Cabero (2002), intentando
acomodarlas al mundo del Educador social:
1. Mito de la democratización de la educación: el acceso a la educación/formación de cali-
dad, derecho fundamental de toda persona, no se vería disminuida por la falta de recursos
humanos y materiales, existentes en el lugar donde viva una persona, siempre que ésta ten-
ga la posibilidad de estar conectada a Internet. Pero la realidad es que no todo el mundo es-
tá conectado, lo que puede llevarnos a la exclusión en vez de a la democratización. No to-
das las personas podrán acceder a las TIC porque en una economía global se convierten en
un elemento de carácter estratégico y en un factor de competitividad, por lo que sus propie-
tarios no estarán dispuestos a cederlas desinteresadamente.
2. Mito de la participación igualitaria para todos en la red: tener acceso a la información no
significa tener conocimiento, y en ninguna medida desarrollar pautas y propuestas de ac-
ción. Tampoco estar conectado significa participar. Acceder todos a un teclado y una pan-
talla no implica que desaparezcan las diferencias culturales, sobre todo si no sabemos qué
tenemos que demandar y cómo utilizaremos lo solicitado.

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3. Mito de la amplitud de la información y el acceso ilimitado a la misma: ya no sólo hay que


estar formado para buscar la información, sino también para ser capaz de seleccionarla,
analizarla, organizarla y evaluarla.
4. Mito del valor intrínseco de las tecnologías: las tecnologías por sí mismas no tienen el
poder de cambiar la sociedad. Quien la transforma es el hombre que hace un uso ético y
responsable de la tecnología. El valor de las tecnologías es extrínseco a las mismas.
5. Mito de la neutralidad de las tic: las tecnologías son axiológicamente asépticas porque los
efectos positivos o negativos no dependen de ellas, sino de quiénes las aplican y utilizan.
Pero la realidad es que toda tecnología, además de transmitir información, transmite valo-
res y actitudes. Las TIC portan los valores de la cultura que las han desarrollado, y ello
puede ser más peligroso si tenemos en cuenta la ruptura de las barreras espaciales, y la de-
pendencia tecnológica que solemos tener de determinados países.
6. Mito de la interactividad: la realidad es que existe menos interactividad en las TIC de las
que se nos quieren hacen creer y vender por la industria, ya que muchas veces la única ac-
tividad que se nos permite, es el movimiento que realizamos con el dedo al pulsar sobre
uno de los botones del ratón o del teclado.
7. Mito de la cantidad: a más personas y más acceso. Desde un punto de vista cuantitativo, la
información se puede distribuir a un mayor número de personas y a mayores contextos, pe-
ro esto, por sí mismo, no es un criterio de igualdad de acceso a la misma. Además, puede
ser que los más capacitados sean los económicamente más pudientes, con lo que la amplia-
ción podría convertirse en elemento de discriminación. Lo más importante es la alfabetiza-
ción tecnológica, para que todas las personas tengan las actitudes y las aptitudes necesarias
para desenvolverse con las TIC.
8. El mito de la cultura deshumanizadora y alienante: es decir, atribuir al “cara a cara” como
natural, y al resto de formas de comunicación como artificial y deshumanizada. Pero, no
debemos olvidar que la tecnología es un producto humano ya que se elabora y potencia pa-
ra mejorar las condiciones naturales de vida de la persona, tratando de adecuar el entorno a
sus necesidades.
9. Las tecnologías como la panacea que resolverá todos los problemas educativos: las tecno-
logías son sólo medios, y por ello el poder no está en ellas, sino en las preguntas y respues-
tas que nos hagamos sobre ellas, para su diseño y utilización.

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