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Programa del Diplomado del Bachillerato Internacional

Monografía Historia

Nivel Superior

Posicionamiento de la industria argentina a nivel regional

¿En qué medida los acuerdos comerciales anglo-argentinos durante la


década de 1930 favorecen el desarrollo industrial y el posicionamiento
regional de Argentina de 1950-1970?

Código personal: hht315

Cantidad de palabras: 3812

Convocatoria: noviembre 2019


Indice
Introducción ........................................................................................................... 3
Capítulo 1. La articulación economía argentina y el desarrollo industrial en la
primera mitad del siglo XX .................................................................................. 5
1.1 Repliegue financiero argentino y el cese de préstamos ................................... 5
1.2 Rearticulación argentina y el desarrollo industrial............................................ 6
1.3 El cierre de la caja de conversiones y una noción desde la política ................. 7
Capítulo 2. Del despliegue industrial al regionalismo argentino en la segunda mitad
del siglo XX ....................................................................................................... 10
2.1 Mantenimiento del sector industrial y densificación de las relaciones
comerciales argentinas 1940-1950 ................................................................... 10
2.2 La posición argentina ante el marco regional Latinoamericano 1950-1970 .... 13
Conclusiones ....................................................................................................... 16
Referencias bibliográficas .................................................................................... 18
3

Introducción

Tras los inicios del siglo XX, Argentina se converge en el fortalecimiento y


modernización de la industria nacional, es así como a merced de empréstitos
extranjeros y la fluidez de capital foráneo la industria agropecuaria fragua un
reconocimiento internacional por la productividad de las exportaciones argentinas.
De manera que, el fomento de la inversión directa extranjera dio pie al desarrollo
de fábricas comerciales como las sociedades frigoríficas de carne y la
diversificación industrial en sectores primitivos que remediaron las utilidades
nacionales.

Posterior a la Primera Guerra Mundial, la reactivación internacional de las


diligencias comerciales causó inestabilidad y escepticismo en las avenencias
extranjeras con Argentina, en su mayoría estadunidenses, por lo que para la
siguiente década el desenvolvimiento de las relaciones lucrativas y la legislación
comercial argentina vulneró la capacidad estatal ante las emergentes demandas
económicas. Más aún, con la recesión de 1930 el cese del financiamiento
extranjero y las oscilaciones exportables generaron un desamparo en el
mantenimiento de la rentabilidad del país, por ende, las falencias nacionales
causaron el surgimiento de una alianza política -La Concordancia- dirigida hacia la
banca nacional y el índole internacional. De ahí que, tras la necesidad de
recuperar el mantenimiento de la industria Argentina y retornar las exportaciones
fructíferas de décadas anteriores, la reestructuración gubernamental condicionara
vínculos benevolentes con el mercado londinense ante los intereses bilaterales.

A partir de allí, nace la interrogante ¿en qué medida los acuerdos


comerciales anglo-argentinos durante la década de 1930 favorecen el
desarrollo industrial y el posicionamiento regional de Argentina de 1950-
1970? Ya que, las conexiones emergentes en la década de los treinta estimularon
una interdependencia entre Gran Bretaña y Argentina sobre el proceso de
recuperación y vigorización monetaria ante la Gran Depresión.
4

Mediante la firma de acuerdos y el prefacio de las restricciones británicas


sobre convenientes políticas que permitieran el desarrollo del aparato industrial
argentino subyugado a la proliferación de la capitalización británica, se le
suministra la exhortación y el financiamiento necesario para el progreso de la
economía y la demanda productora argentina. No obstante, derivado de la
densificación de las relaciones comerciales argentinas, se fomentó la suscitación
de fluctuaciones procedentes en las siguientes décadas. Debido a ello, el
propósito establecido acaece en comprender qué repercusiones conllevaron las
relaciones comerciales para el levantamiento industrial y el reconocimiento de
Argentina en la región Latinoamericana.

Para dar respuesta a la pregunta de investigación, se plantean dos


capítulos con sus respectivas segmentaciones, en aras de estructurar la
argumentación engarzada. En el capítulo primero se expondrán los antecedentes
al auge agropecuario, el desempeño del posicionamiento regional argentino ante
el incremento del aparato industrial y las capitalizaciones extranjeras, por último,
las afectaciones político-económicas insurgentes de la coyuntura económica de
1930, en Argentina. Asimismo, en el capítulo segundo se ahondará en las
implicaciones que asumió Argentina para el sostenimiento de la evolución
industrial y las relaciones diplomáticas emergentes, y seguidamente se analizarán
los efectos desalientes en el marco regional, para la Argentina.
5

Capítulo 1. Articulación económica argentina y el desarrollo industrial en


la primera mitad del siglo XX

En aras de fundamentar la siguiente pregunta ¿en qué medida los acuerdos


comerciales anglo-argentinos durante la década de 1930 favorecen el desarrollo
industrial y el posicionamiento regional de Argentina de 1950-1970? se evaluarán
las relaciones comerciales emergentes de Argentina, esto subyugado al proceso
de industrialización fraguado en el marco regional de América Latina.

1.1 Repliegue financiero argentino y el cese de préstamos

Tras las últimas décadas del siglo XIX Argentina emprendió un proceso de
bonanza con el respaldo de empréstitos extranjeros, ante el objetivo de
modernizar la industria interna -en especial ferrocarriles y tierras 1-, por lo cual
entre 1886 y 1890 se había adquirido una suma aproximada a los 668 millones de
pesos oro a intereses fijos, en conjunto de los préstamos públicos y el capital
extranjero en empresas privadas, que superaba los 922 545 000 pesos oro en
18922. Es decir, al caer sobre la década de 1890 la rentabilidad per cápita
argentina sufre un retroceso debido a que los ingresos brutos no lucraban lo
necesario para amortizar la deuda externa y mantener una prosperidad económica
paralelamente, a sabiendas de que el Código Comercial -propuesto desde 1862-
respaldaba en mayor medida a las compañías extranjeras y las actividades
mercantiles asociadas con el exterior, sobre el mercado local, impidiendo la
flexibilidad monetaria nacional y acentuando la incertidumbre en el sector público3.

Las oscilaciones de los precios del oro desfavorecían su conversión y con


ello las transacciones comerciales, lo que causaba en muchos casos el
incumplimiento de pagos onerosos y el abaratamiento en la banca nacional.
Debido al escepticismo en la responsabilidad financiera al contraerse los

1
Debe entenderse por tierras al sector agrícola
2
(Martí, 1990, p.935)
3
(Guy, 1982,p.354)
6

empréstitos extranjeros, el capital foráneo destinado a los bienes de inversión


cayeron directamente, al mismo tiempo que el cese de esta inyección en el flujo de
gastos de la Argentina, produjo una caída de los ingresos y las importaciones de
bienes de consumo después de 18894. La dependencia argentina hacia el
comercio exterior -para su desarrollo interno- se vigoriza, por lo tanto el requiebre
de las garantías extranjeras prolongó una desarticulación macroeconómica de la
rentabilidad monetaria del país, que desfavoreció la posición de Argentina como
“la segunda América” ante las faenas del orbe, dado que el suelo argentino era el
mayor destino de la inversión directa europea.5

1.2 Rearticulación argentina y el desarrollo industrial

La reacción argentina ante el déficit nacional de 1890, recayó en la


diversificación de la industria para las primeras décadas del siglo XX, debido a que
las avenencias con los mercados exteriores disponían, en mayor medida, de un
modelo de exportación pecuaria. “Entre tanto, la agricultura se había afianzado
desde comienzos del siglo XX como la base de la inserción de la Argentina en el
mundo”6. En ese entendido, los rendimientos sustanciosos de los ingresos por
exportación, para inicios del siglo XX, provenían de un patrón agropecuario, lo que
concibió una recuperación parsimoniosa del marco económico argentino y,
también, por causa del in crescendo de las producciones nacionales, los capitales
extranjeros dedicados a los bienes de inversión se retornaron proporcionándole un
eslabón al posicionamiento internacional argentino.

No obstante, el surgimiento significativo de la elaboración de compañías


destinadas hacia los frigoríficos de carne reside sobre los inicios del siglo XX. Así
pues, menciona el especialista en la industria argentina Adolfo Dorfman que: Para
1900 el frigorífico de Campana exporta a Europa la primera partida de carne

4
(Martí, 1990, p.937)
5
(Lluch y Lanciotti, 2012: 119)
6
(Martínez y Reyes, 2014: 325)
7

enfriada argentina, novedoso procedimiento que las empresas restantes no tardan


en adoptar, lo que provoca un apogeo en 1904 7. De manera que, la modernización
de la producción de carnes subyugada a los bienes exportables de Argentina,
suministran un crecimiento de la IED -Inversión Extranjera Directa-
norteamericana, y británica en mayores cantidades. Además, el progreso del PIB
per cápita fragua la conveniente disponibilidad de la industria argentina ante la
visión internacional.

El crecimiento exponencial de la IED en Argentina, suscitó la ampliación de


la industria a nuevos sectores experimentales, como fue con el incremento del
campo químico y metalúrgico a partir de 1923. “A la metalúrgica, maquinaria y
construcción presentes en 1923, se sumaron las industrias química y farmacéutica
(Establecimientos Klockner S.A., Anilinas Alemanas, La Química Bayer S.A.,
Merck Química Argentina (1930), Química Schering, Springer y Moller S.A.
(1930)”8. Por lo cual, la maximización de la apertura y disponibilidad comercial
hacia las sociedades externas -norteamericanas, británicas, belgas, alemanas,
francesas, holandesas e italianas 9- estimuló el desarrollo de la industria argentina
y contribuyó en la diversificación de los productos exportables, aliviando en cierta
medida las contracciones del mercado local, lo que acreditó la internacionalización
y el regionalismo argentino.

1.3 El cierre de la caja de conversiones y una noción desde la política

Posterior a la Gran Guerra, el reintegro internacional al patrón oro fue


arduo, Argentina sin ser una excepción. “Durante el gobierno de Alvear (octubre
1922-octubre 1928) "la deuda externa pública considerada globalmente había
crecido el 50%". En 1927 el resultado financiero del sector público fue el peor de
las dos últimas décadas.”10 En cuanto a las finanzas fiscales, el Banco Nacional

7
(1970: 82)
8
(Lluch y Lanciotti, 2012: 132)
9
(Lluch y Lanciotti, 2012: 119)
10
(Campos, 2005: 543)
8

argentino fue la institución que sufrió la mayor recesión por las fluctuaciones de las
transacciones de la caja de conversión de pesos oro. Al mismo tiempo, el reajuste
administrativo en este lapso fue desfavorable en contraposición del sostenimiento
de décadas anteriores, ya que la aglomeración de compañías autónomas
extranjeras en el Rio de Plata imposibilitaba el dinamismo monetario nacional,
sobre todo con el golpe arancelario estadounidense mediante la inserción del
derecho Fordney-McCumber (1922)11 como añadidura, el ambiente internacional
posterior a 1925 ostentaba una sobreproducción de los bienes de consumo en los
mercados exteriores12, ocasionando un decaimiento en la inserción de ingresos y
desconfianza en los acervos de inversión.

Por lo tanto, el sistema político argentino sufrió un proceso de


reestructuración posterior a la instauración de la Concordancia (1932/1943) -
coalición política conservadora, radical y socialista-. Con la administración de
Agustín Pedro Justo (1932-1938) el estado se focalizaba en una intervención
económica y política desapropiada del sistema liberal, causante de la crisis en el
orden comercial de Argentina13. De forma que, el establecimiento de un modelo
político-económico dirigido en regular: el sistema monetario argentino, las finanzas
estatales y la introspección extranjera, se concibe en aras de consagrar la
trascendencia de la capacidad industrial interna argentina, en contraparte de los
flujos foráneos. No obstante, el surgimiento de la elite política, propicia el
agravamiento de las convergencias y divisiones ideológicas nacionales, que
ralentizaban la estimulación de utilidades fructíferas para Argentina.

En el intervalo de la gran depresión y la hiperinflación de divisas, Argentina


sufre las represalias de la coyuntura del superávit comercial, reflejado en la
disminución del sector agroexportador y de manufacturación, como consecuencia
de las agitaciones de los precios y reducción de la demanda de productos

11
(Rojas, 2003: 46)
12
(Balsa, 1994: 196)
13
(Nállim, 2008: 140)
9

agropecuarios en el extranjero. De manera que, “se puso en evidencia así la


dependencia del ciclo económico argentino de los movimientos de capitales
externos y las serias limitaciones que poseía el Estado para implementar políticas
anti cíclicas en el modelo económico abierto”14. Por ello, con la llegada de la
recesión de la década de los 30 -también llamada década infame- se acentúa la
dependencia argentina a la capitalización extranjera, por lo cual se impulsa un
reformismo estatal enfocado hacia el progreso interno nacional mediante políticas
fiscales sujetas al ISI -Industrialización por Sustitución de Importaciones- y la
consumación de un impuesto progresivo sobre los ingresos (impuesto a los
réditos15) -propuesto por el Secretario de Hacienda Raúl Prebisch-16 que afianzara
la rentabilidad argentina, dado que los acuerdos de Ottawa y las restricciones en
el comercio internacional lo imposibilitaban.

Así que, mediante la firma del convenio bilateral con el mercado londinense
-Roca-Runciman en 1933- “Argentina se comprometía a otorgar a Gran Bretaña
ventajas en el comercio de bienes, en las remesas de intereses y beneficios y en
el tratamiento interno de la inversión directa”17. El trato preferencial hacia el
mercado británico asumió para Argentina un aumento de: los ingresos por
exportaciones ya que se aseguraba la compra de frigoríficos en el exterior y, al
mismo tiempo, del desarrollo industrial sometido a la beneficencia de las
inversiones británicas -debido al cese de las relaciones comerciales con Estados
Unidos-. Por lo cual sobre recuperación de la articulación económica argentina
surge una interrupción y estancamiento en el sector ferroviario y agropecuario -
para 1940-18, que aflige su posicionamiento regional, tras los inicios de la Segunda
Guerra Mundial.

14
(Balsa, 1994: 197)
15
Se entiende como réditos la cantidad de dinero que genera un capital
16
(González y Pollock, 1991: 460)
17
(González y Pollock, 1991: 466)
18
(Balsa, 1994: 213)
10

Capítulo 2. Del despliegue industrial al regionalismo argentino en la segunda


mitad del siglo XX

2.1 Mantenimiento del sector industrial y densificación de las relaciones


comerciales argentinas 1940-1950
El surgimiento de sociedades representó un factor acrecentor para la
faena industrial en la Argentina pese a los altibajos económicos del siglo XIX y
el periodo de entreguerras. Lo que lleva a mostrar “cómo la industria autóctona
involuciona, se repliega bajo el solar hogareño en tanto que se van echando
los cimientos de una nueva industria, […] traída por los inmigrantes
europeos” 19. Ya que, para los industriales a menudo la única manera de
incrementar la capitalización era al incorporar nuevos socios, dado que el
mercado local era limitado por el uso preferente de las políticas nacionales
frente a las sociedades de capital extranjero 20. De allí que, con la posición
bilateral entre Argentina y Gran Bretaña se amortiguara la disposición de la
legislación comercial sujeta del mercado londinense y con respecto a sus
restricciones de reciprocidad y las compañías emergentes en suelo Argentino,
que alivió el proceso de recuperación de las falencias económicas.
Como efecto de la Gran Depresión, la monopolización de la industria de
transportes ferroviarios en Argentina adjudicó una crisis que dio pie a un
dilema diplomático, por los intereses británicos en este sector. Tal como lo
manifiesta García (1990):
[A] principios de los '40 muchos diplomáticos y hombres de
negocios británicos percibieron una peligrosa y crecient e
animosidad contra las compañías ferroviarias británicas en la
Argentina. […] luego de que Lázaro Cárdenas, presidente de
México, expropiase todas las compañías petroleras privadas de
propiedad holandesa, británica y norteamericana e instituyera un

19
(Dorfman, 1942, p.70)
20
(Guy, 1982: 365)
11

monopolio estatal de la industria petrolera en su país (1938). (p.


488)
Debido al surgimiento exponencial de las compañías de transporte
sujeto el trato benevolente de la oligarquía política a las corporaciones
británicas, se impulsó un fuerte nacionalismo en los argentinos, escenario que
incorporaba un desliz para los intereses británicos bajo el cometido de
cordialidad. A partir del surgimiento de regímenes autoritarios en América
Latina -a causa de los años 30- como el caso de México y Brasil, se
incrementó la posición nacionalista argentina ante la intromisión londinense en
la economía nacional. Empero, la demanda más grande de las exportaciones
argentinas, de carne congelada, provenía del mercado británico lo que
imposibilitaba al Estado el paro de las relaciones comerciales, más aún, con la
precisa de una modernización ferroviaria, esencial para la industria agrícola
argentina 21.

Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, y con ello la conferencia de


países americanos celebrada en Panamá (1939), se promueve el progreso de
alianzas latinoamericanas y acuerdos multilaterales o bilaterales bajo la consigna
de una integración continental22. Es así como, se propicia el exordio de una
benevolente unión aduanera desligada de los interfectos europeos, por lo cual, se
llevó a cabo en 1941 la Conferencia de Plata en Montevideo, con el cometido de
generar una activación regional en vista del crecimiento geo-económico de los
países presentes, incluida Argentina. A partir de allí, surgieron una serie de
acuerdos bilaterales entre Argentina y Bolivia, Perú, Chile, Colombia y Brasil,
siendo éste último el más importante ya que preveía la creación de una zona de
libre comercio23 lo que favoreció su colocación ante las emergentes alianzas
diplomáticas. Asimismo, la búsqueda de nuevos mercados para los destinos de

21
(Wright, 1967: 77)
22
(Morgenfeld, 2009: 149-150)
23
Morgenfeld, 2009: 160)
12

producción argentinos, los resguardaba de las deficiencias a causa de la


coyuntura de guerra, inclusive en caso de una completa interrupción de
transacciones con Europa.
No obstante, los cimientos de unificación son segmentados en 1942 durante
la reunión panamericana realizada en Rio de Janeiro, Brasil. Donde “la Argentina
saboteó los esfuerzos de los Estados Unidos por crear un frente panamericano
concertado contra las potencias del Eje. El país norteamericano respondió con un
bloqueo total de entregas de armas a la Argentina 24” Es decir, la posición
argentina de neutralidad -para soslayar la ruptura de lazos con naciones
europeos- figuró una conflagración sobre los intereses geoestratégicos
norteamericanos bajo su cometido de países alineados, así pues mediante el
impulso del boicot a Argentina, esta se ve envuelta en un aislamiento regional que
propicia un debilitamiento del aparato industrial debido a la sobreexplotación del
sector agrario25 como mecanismo para la conservación de utilidades nacionales
sin la indulgencia foránea. Por lo tanto, esta marginación argentina del sistema
económico internacional estimuló la difusión de ideologías (nazi-fascistas)
asociadas con simientes de reorganización nacional, lo que además incidió en el
perfil argentino ante el orbe.
La vertiginosa economía argentina se ve ralentizada para mediados de los
cuarenta, lo que designó un proceso de reivindicación de la Argentina y su
modernización local “a mediados de los años cuarenta con la creación del Banco
Industrial en 1944 y con la reforma financiera de 1946. Esta implicó la
nacionalización de los depósitos y […] el desarrollo de varias actividades
manufactureras26.” En ese sentido, se impulsó un reformismo nacional en aras de
concretar un mercado internista desligado de las faenas internacionales, de
manera que la visión Argentina en la zona se ve reforzada a merced de la

24
(Rojas, 2001: 54)
25
(Rojas, 2001: 44)
26
(Katz y Kosacoff, 1989: 31)
13

renovación industrial nacional -sobre todo en la gama de alimentos, bebidas,


producción textil y siderurgia27-.

2.2 La posición argentina ante el marco regional Latinoamericano 1950-


1970

El pos-guerra condujo a los inicios de autonomía para el Estado argentino, y


a gran escala, los intentos de una reconstrucción e integración del continente
americano. Si bien con la negociación del tratado de defensa (1947), se fraguaba
la búsqueda de un bloque continental que repeliera los avances de la Unión
Soviética, también convergía un sondeo de aportes económicos y militares que
impulsara el desarrollo de la región sur. Así como lo aclara Morgenfeld (2010):

El pacto de defensa, entonces, no solamente serviría para consolidar


el poder de Washington frente a la Unión Soviética y otras potencias
europeas con intereses en la región, sino también para evitar que la
oleada de gobiernos nacionalistas latinoamericanos pudiera cuajar
en un bloque que excluyera al país del norte.(p.19)
Ahonado a lo anterior, debido a la posición distendida que adoptó argentina
ante la guerra se creó una efigie intimidante ante el marco regional, puesto que
connotaba un amortiguamiento para la hegemonía norteamericana, por lo cual
finalmente pactos como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca -TIAR-
constituyó un conclave para las relaciones diplomática iberoamericanas, siendo
este la base para el surgimiento de la Organización de Estados Americanos -OEA-
(1948), fortaleciendo la articulación de las naciones americanas, incluida
Argentina, para las siguientes décadas, tanto así que para 1951 se fundó el
Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto la Sub-Dirección América del Sur –
entre Chile, Brasil y Argentina- para mitigar los intentos de proliferación
estadounidense en el hemisferio interamericano 28.

27
(Katz y Kosacoff, 1989: 50)
28
(Sosa, 1982: 4)
14

Ahora bien, tras la década de 1950 Argentina acaece sobre una serie de
recesiones que inciden en su posición regional y el desarrollo pleno de la banca
nacional, a causa de una aceleración del índice de inflación que produjo un
debilitamiento del sector industrial. Mientras tanto, el ingreso de Argentina al
Fondo Monetario Internacional en 1953, conlleva al gobierno argentino a una
inmersión de préstamos con el propósito de desarrollo y evolución de la industria
nacional. A partir de allí, “los demás planes de ajuste aplicados desde 1956,
siempre acompañados de préstamos de estabilización. El gobierno atribuyó este
déficit a la intensa utilización de divisas, a la caída de los precios internacionales
de las exportaciones argentinas.29” Por lo que, las presiones del FMI para la
ampliación de créditos y las advertencias de la CEPAL y la UNCTAD sobre los
orígenes de las limitaciones para la emancipación económica como las
fluctuaciones en las exportaciones y los costos internacionales, suscitó en
Argentina la maximización del modelo de sustitución de importaciones y la
apertura a compañías multinacionales con la necesidad de incorporar capital
foráneo que promoviera la industrialización30, y de ese modo mantener el
reconocimiento regional como la “segunda américa”.

Por otra parte, a pesar de los traspiés de los 50, la influencia de Argentina
en los organismos regionales -como el Banco Interamericano de Desarrollo 1959-
se vigoriza con el esparcimiento de los ideales de Raúl Prebisch -a merced de su
experiencia como director del Banco Central de Argentina y consejero
internacional en la creación y reforma de la economía Latinoamericana. 31. Por
ejemplo, “hacia 1960, se firmó el Tratado de Montevideo, que dio lugar a la
Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), […] operado bajo las
directivas de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) 32” De ahí que,
el proceso de industrialización en Argentina a partir de 1964 produjera un

29
(Brenta, 2008: 48)
30
(Nemiña y Larralde, 2018: 281-282)
31
(Caldentey, 2012 : 14)
32
(Romano, 2008: 4)
15

dinamismo sostenido significativo en el sector industrial 33 que implicó un


reforzamiento del posicionamiento Argentino frente a las emergentes
organizaciones y multilateralismos en el Cono Sur, siendo este los asomos de lo
que en décadas posteriores concierne como Mercosur.

En recopilación, los efectos de la Segunda Guerra Mundial para la segunda


mitad del siglo XX propiamente en Argentina, implicaron un desgaste del aparato
industrial subyugado al descuido del bilateralismo Anglo-argentino. A raíz de eso,
el afán de preservar las conexiones europeas, es decir contemplar el índice de
exportación argentina y los mercados demandantes de la producción nacional,
incurrieron en la disolución de avances para la integración y unificación aduanera
Latinoamericana, que además acarreó un dilema diplomático a nivel regional por
las declaraciones panamericanas. Consecuentemente, si bien Argentina se
sometió a inflaciones y acrecentamientos fluctuados de créditos en aras de
concretar un desarrollo industrial pleno, las convergencias políticas y reformas
económicas internas adjudicadas al posicionamiento de la Argentina, promovieron
también los indicios del funcionamiento de unión y mercadismo del Cono Sur
replegado de la intromisión estadounidense.

33
(Kosacoff y Azpiazu, 1989 : 51)
16

Conclusiones

Las bonanzas y el desarrollo del aparato industrial argentino se vigorizan


con la maximización de la IED34, dado los recursos y la apertura de Argentina a la
capitalización foránea y el establecimiento de compañías extranjeras. A raíz de
ello, el impulso de la agricultura pampeana y los avances del sector pecuario para
el congelamiento de carnes estimularon el incremento del índice per cápita, de tal
manera que para las primeras décadas del siglo XX Argentina sostenía una de las
economías más desplegadas del orbe. Tanto así que, el crecimiento y
diversificación industrial argentina en sectores como el agropecuario, ferroviario,
manufacturero, metalúrgico, farmacéutico y más, surgieron bajo la dependencia y
exhortación de naciones externas.

De ahí que, cuando Argentina se converge en la crisis de 1930 se ve


forzada a la firma de acuerdos comerciales con Gran Bretaña en aras de combatir
las extenuaciones en la banca nacional debido a la contracción y oscilación de
mercados internacionales. El bilateralismo Anglo-argentino favoreció el
seguimiento de la industrialización nacional durante la década de 1930, además
este disponía del mercado más acreedor y demandante de las exportaciones
argentinas -tales como la carne congelada-. No obstante, con la Segunda Guerra
Mundial y la unificación panamericana, las conexiones comerciales argentinas con
Europa y la dependencia de ellas produjeron una densificación en sus relaciones
diplomáticas americanas, lo que implicó una desvalorización del aporte argentino
en la región, replegando la industria interna.

Empero, a largo plazo, se puede afirmar que el sometimiento argentino a la


capitalización británica, generó una realidad nacionalista sujeta a la búsqueda de
autonomía nacional que impulsó un desarrollo internista para alcanzar la
emancipación y reconstrucción económica de Argentina. Igualmente, el resultado
de la expropiación extranjera y el intervencionismo estatal pleno favorecieron el

34
Inversión Extranjera Directa
17

posicionamiento y la influencia Argentina en las relaciones diplomáticas y


comerciales del Cono Sur, mediante su anexión a organismos regionales y
estimulación de acuerdos de cooperación para el desarrollo económico de la
región.
18

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