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UNIVERSIDAD AUTONOMA

DE NUEVO LEÓN

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

TERCER SEMESTRE

APRECIACIÓN DE LAS ARTES

EVIDENCIA 2.1

Sherlyn Stephany Aguirre Lezama 199488

Frida Kahlo
Frida Kahlo, nacida el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, México, fue una destacada pintora
mexicana, reconocida por su estilo único y su expresión de dolor y pasión a través de su
arte. Frida enfrentó numerosos desafíos a lo largo de su vida, incluyendo enfermedades
crónicas y lesiones graves.
A los dieciocho años, Frida sufrió un grave accidente de autobús que la dejó con lesiones
que afectaron profundamente su salud y su capacidad para concebir hijos. Este evento
marcó el comienzo de su dolorosa relación con el dolor físico y emocional, que se reflejaría
en muchas de sus obras.
A pesar de sufrir constantes dolores, Frida Kahlo encontró en la pintura una vía para
expresar sus emociones y su identidad cultural mexicana. Su arte se caracteriza por
autorretratos intensos y surrealistas, donde explora temas como la maternidad, la fertilidad,
el amor y el sufrimiento.
Frida estuvo profundamente involucrada en la vida política y cultural de México, y su
relación con el muralista Diego Rivera influyó significativamente en su arte y en su
activismo político. Su casa en Coyoacán, conocida como la Casa Azul, se convirtió en un
centro de reunión para artistas e intelectuales de la época.
A lo largo de su carrera, Frida Kahlo desafió las normas de género y las convenciones
artísticas establecidas, convirtiéndose en un símbolo de lucha y resistencia. Su legado
perdura hasta el día de hoy, inspirando a artistas y activistas de todo el mundo.
Frida Kahlo falleció el 13 de julio de 1954, pero su influencia y su arte continúan siendo
una fuente de inspiración y admiración para generaciones posteriores.
El trabajo de Frida Kahlo no recibió un reconocimiento masivo durante su vida, pero a
partir de la década de 1970, su arte experimentó un resurgimiento y una reevaluación crítica
que la llevó a ser reconocida como una de las artistas más importantes del siglo XX.
La obra de Kahlo ha sido objeto de numerosas exposiciones y retrospectivas en todo el
mundo, y sus pinturas se han convertido en íconos de la cultura popular. Su estilo distintivo
y su habilidad para plasmar sus experiencias personales en lienzos la han convertido en una
figura central del arte moderno.
Además de su contribución artística, Frida Kahlo es admirada por su capacidad para
desafiar las convenciones sociales y de género de su época. Su vida tumultuosa y sus
relaciones complejas, incluida su tormentosa relación con Diego Rivera, han sido objeto de
numerosas interpretaciones y análisis.

Diego Rivera
Diego Rivera, nacido el 8 de diciembre de 1886 en Guanajuato, México, fue uno de los
muralistas más influyentes del siglo XX y una figura central en el renacimiento del arte
mexicano. Su legado artístico abarca una amplia gama de estilos y temas, desde murales
monumentales hasta pinturas de caballete y dibujos.
Rivera estudió arte en Europa, donde fue influenciado por el cubismo y el muralismo
mexicano, especialmente por los trabajos de José Clemente Orozco y David Alfaro
Siqueiros. A su regreso a México, se convirtió en uno de los principales exponentes del
movimiento muralista, utilizando sus obras para contar la historia y la cultura de su país.
Su estilo único y su compromiso político lo llevaron a abordar temas sociales, políticos y
culturales en sus murales, destacando la lucha de los trabajadores, la historia precolombina
y la identidad mexicana. Su trabajo se caracteriza por la combinación de colores vibrantes,
formas geométricas y figuras monumentales.
Diego Rivera fue un defensor apasionado del comunismo y un activista político
comprometido. Su relación con el Partido Comunista Mexicano y su amistad con líderes
revolucionarios como León Trotsky influyeron en gran medida en su arte y en su visión del
mundo.
Rivera no solo dejó un legado artístico duradero, sino que también influyó en las
generaciones posteriores de artistas y muralistas. Su enfoque en la inclusión de la cultura
popular y la narración visual de la historia mexicana lo distingue como un pionero en el arte
público y socialmente comprometido.
A lo largo de su carrera, Rivera pintó murales en México y en otros países, dejando un
legado duradero en la historia del arte mundial. Sus obras se encuentran en museos y
edificios públicos de todo el mundo, y su impacto en la cultura mexicana sigue siendo
relevante hasta el día de hoy.
Diego Rivera falleció el 24 de noviembre de 1957, pero su legado como muralista y su
compromiso con la justicia social y la expresión artística perduran como inspiración para
las generaciones futuras.
Además de su carrera artística, Rivera fue un personaje polémico y controvertido,
involucrado en relaciones tumultuosas y enfrentamientos políticos. Su vida personal y su
trabajo artístico se entrelazaron de manera compleja, dando lugar a interpretaciones
variadas de su legado y su significado.
En resumen, Diego Rivera fue mucho más que un pintor talentoso; fue un narrador visual
que capturó la esencia y el espíritu de México, dejando un impacto perdurable en el mundo
del arte y la cultura.
Una obra notable de Frida Kahlo que refleja su vida y sus experiencias es "Las Dos Fridas"
(1939). Esta pintura representa dos versiones de la propia Frida sentadas juntas y unidas por
las manos, cada una con un significado simbólico profundo.
La Frida de la izquierda viste un traje mexicano tradicional, mientras que la de la derecha
viste un traje occidental. La Frida de la izquierda sostiene una pequeña fotografía de Diego
Rivera, su esposo, mientras que la otra sostiene unas tijeras que cortan un vaso que contiene
una vena que conecta a ambas Fridas. Esta vena sangrante simboliza el dolor emocional y
físico que Frida experimentó a lo largo de su vida.
"Las Dos Fridas" explora la dualidad y la complejidad de la identidad de Frida Kahlo, así
como su lucha con su herencia cultural, su relación con Rivera y sus propias batallas
internas. Es una obra poderosa que encapsula la fuerza y la vulnerabilidad de esta icónica
artista mexicana.
Una de las obras más emblemáticas de Diego Rivera es el mural titulado "Sueño de una
tarde dominical en la Alameda Central" (1947), ubicado en el Hotel del Prado en la Ciudad
de México. Este mural captura la historia y la diversidad cultural de México a través de una
narrativa visual vibrante y detallada.
En el centro del mural, Rivera representa a un niño, que simboliza al pueblo mexicano,
flotando entre los brazos de La Catrina, el esqueleto elegante que personifica la muerte en
la cultura mexicana. A lo largo del mural, Rivera incluye figuras históricas, políticas y
culturales, así como personas comunes y corrientes, creando una especie de paseo por la
historia y la sociedad mexicana.
El mural refleja el compromiso de Rivera con la representación de la historia y la identidad
mexicana, así como su interés en la inclusión de todos los estratos sociales en su arte. Es
una obra monumental que celebra la riqueza y la complejidad de la cultura mexicana, y que
sigue siendo una atracción importante para los visitantes de la Ciudad de México.

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