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En la litosfera, los elementos más livianos rodean a los más pesados en capas
concéntricas, seguidas por la hidrósfera y la atmósfera. En esta última se
encuentran partículas sólidas, perceptibles por el ojo humano si su tamaño excede
los 0.02 mm. Sin embargo, hay partículas más pequeñas que son visibles con
microscopios.
Estos fenómenos se encuentran en la atmósfera y son más comunes en regiones
áridas y semiáridas debido a la baja humedad del ambiente, lo que facilita que las
partículas sean levantadas por los vientos. Los litometeoros más importantes
incluyen la bruma seca o calima, las tempestades y tormentas de polvo o arena y el
humo.
La calima le imparte a los objetos brillantes distantes, o a las luces vistas a través
de ella, un tinte amarillento o rojizo, mientras que los objetos oscuros aparecen
azulados. Este objeto es principalmente resultado de la dispersión de la luz por las
partículas de calima. Estas partículas pueden tener color por sí mismas, el cual
también contribuye a la coloración del paisaje.
Las condiciones del viento (intensidad y turbulencia) necesarias para producir estos
litometeoros, dependen de la naturaleza, el estado y el grado de sequedad del
suelo.
La polvareda baja el polvo o arena levantados por el viento a alturas pequeñas por
arriba del suelo. La visibilidad a nivel de los ojos 1 no resulta sensiblemente
disminuida.
Los obstáculos muy bajos están velados u ocultados por el polvo o arena que se
mueve. El movimiento de las partículas de polvo o arena es más o menos paralelo
al suelo.
Por otra parte, la polvareda alta el polvo o arena levantados por el viento a alturas
moderadas por arriba del suelo. La visibilidad horizontal al nivel de los ojos 1 está
sensiblemente disminuida. A veces, la concentración de las partículas de polvo o
arena puede ser suficiente como para velar el cielo y el Sol.
Suelen producirse cuando fuertes vientos azotan y erosionan zonas secas sin
cubierta vegetal, explica Natalie Mahowald, profesora de ciencias atmosféricas de
la Universidad de Cornell (Estados Unidos) a la Revista National Geographic (2023).
Lo que genera que se levante y transporte grandes cantidades de partículas finas.
Estas partículas pueden ser de diferentes tamaños, desde arena gruesa hasta polvo
fino, y pueden alcanzar altitudes de hasta varios miles de metros.
Existen otro tipo de partículas que pueden hallarse suspendidas en el aire pero que
no se consideran estrictamente meteoros. Son partículas orgánicas en suspensión
formadas por pólenes, hongos, mohos o esporas, y otros restos orgánicos, que
estacionalmente pueden incluso saturar la atmósfera, dependiendo de la estación
del año, en el caso de los pólenes, o de las condiciones ambientales como humedad
y temperatura, en el caso de hongos y moho. Aclarar que no es un litometeoro
Estos litometeoros ocurren cuando el aire próximo al suelo es muy inestable como,
por ejemplo, cuando el suelo está fuertemente calentado por insolación.